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Madera y bosques

versión On-line ISSN 2448-7597versión impresa ISSN 1405-0471

Madera bosques vol.25 no.2 Xalapa ago. 2019  Epub 28-Ene-2020

https://doi.org/10.21829/myb.2019.2521635 

Artículos científicos

Composición, estructura y diversidad florística del bosque seco en el Valle de Agalta, Honduras

Composition, structure, and floristic diversity of the dry forest of Agalta Valley, Honduras

Lilian Ferrufino-Acosta1 

Saby Y. Cruz1 

Thelma Mejía-Ordóñez1 

Fabiola Rodríguez2  3 

Dorian Escoto1 

Elia Sarmiento1 

Jeffery L. Larkin2  3 

1Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Facultad de Ciencias. Escuela de Biología. Tegucigalpa, Francisco Morazán, Honduras.

2Universidad Indiana de Pennsylvania. Instituto de Investigación. Indiana, PA, Estados Unidos.

3American Bird Conservancy. The Plains. Virginia, Estados Unidos.


Resumen

Los bosques secos se consideran uno de los ecosistemas más amenazados en el trópico por las actividades antrópicas que han fragmentado y reducido el hábitat. Este estudio documentó la composición florística del bosque seco del Valle de Agalta en Honduras, con énfasis en los sitios donde habita el colibrí esmeralda (Amazilia luciae), un ave endémica y en peligro de extinción. Se colectaron datos de la estructura y composición vegetal de 265 parcelas en 35 sitios. Se identificaron 316 especies distribuidas en 76 familias y 222 géneros, que incluyen 79% eudicotiledóneas, 15% monocotiledóneas, 8% monilófitas y 1% gimnospermas. Las distribuciones vertical y horizontal indican que el bosque está dominado por individuos jóvenes. Las asociaciones vegetales más dominantes, según el índice de valor de importancia, fueron Acacia picachensis (Fabaceae), Eugenia hondurensis (Myrtaceae) y Lysiloma acapulcense (Fabaceae). Se concluye que el Valle de Agalta aún posee bosque seco, que representa un hábitat único y es el refugio de muchas especies nativas, raras y endémicas, enlistándose algunas especies de alta prioridad de conservación.

Palabras clave: Amazilia luciae; asociaciones vegetales; biodiversidad; bosque seco tropical; estructura vegetal; Fabaceae

Abstract

Dry forests are considered one of the most threatened ecosystems in the tropics due to anthropogenic activities that cause fragmentation and habitat loss. Structural and plant composition data were collected from 265 plots in 35 sites, resulting in the identification of 316 species distributed in 76 families and 222 genera, including 79% eudicot, 15% monocot, 8% monilophytes, and 1% gymnosperms. The vertical and horizontal distribution indicated that the forest is dominated by young individuals. Acacia picachensis (Fabaceae), Eugenia hondurensis (Myrtaceae), and Lysiloma acapulcense (Fabaceae) were identified as the most dominant plant species based on the importance value index. The remaining Agalta Valley’s dry forest represents a unique habitat and is the refuge of many native, rare, and endemic species, including some considered high conservation priority.

Keywords: Amazilia luciae; plant assemblages; biodiversity; tropical dry forest; vegetation structure; Fabaceae

Introducción

Los bosques secos están entre los ecosistemas tropicales más amenazados y menos estudiados, en comparación con los bosques húmedos (Janzen, 1988; Whitmore, 1998; Espinosa, de la Cruz, Luzuriaga y Escudero, 2012). Estos ecosistemas presentan un alto endemismo y diversidad en plantas. Sin embargo, las especies vegetales se encuentran en peligro de extinción debido principalmente al impacto causado por actividades antrópicas como la ganadería, la agricultura, la tala, el urbanismo, incendios forestales, altas temperaturas, la lixiviación de nutrientes en los suelos desde los agrosistemas, entre otros (Wright y Müller-Landau, 2006; Miles et al., 2006; Pennington, Lewis y Ratter, 2006; Finegan y Bouroncle, 2007; Ruíz y Fandiño, 2009). Esta situación ha causado que Latinoamérica y el Caribe cuente con menos del 10% del área original de bosque seco (Banda et al., 2016).

Existen áreas de bosque seco en Mesoamérica que se consideran intactas y con un manejo sostenible con relación a la agricultura, como es el caso del bosque de la costa del Estado de Oaxaca en México (Barrance, Schreckenberg y Gordon, 2009). En Honduras, por el contrario, los bosques secos al sur del país han sido casi completamente convertidos en agroecosistemas dominados por el cultivo de granos básicos, con remanentes de bosque secundario fragmentado (Barrance et al., 2009). La distribución de especies en estos remanentes de bosque seco de especial interés para la conservación de Honduras no es uniforme; los ecosistemas semiáridos del Aguan, Agalta, Comayagua y Tegucigalpa poseen un mayor número de especies amenazadas y endémicas en comparación con los ecosistemas de bosques deciduos del Pacífico, Olancho y el Valle de Sula (Midence, 2016). No cabe duda de que existe escasa información sobre este ecosistema en el país siendo el principal motivo la falta de interés por el gobierno, lo que permite percibir que aún falta por describir muchas especies endémicas y amenazadas que habitan en estos remanentes (Secretaría de Energía, Recursos Naturales, Ambiente y Minas, 2014).

Se han realizado estudios florísticos en el bosque seco tropical (BST) en Honduras a escala local (Duery Salek, 2001; Cardona Caravantes y Oramas Wenholz, 2002; Gutiérrez y Linares Escalante, 2002; Menéndez Posada y Melara Estrada, 2002; House, 2004; Pérez-Laniado, 2004; Garcés-López, 2004; Illescas-Burneo, 2005; Carbajal Vásquez, 2010; Mora, Espinal, López y Quezada, 2015; Ferrufino-Acosta, Díaz, Benítez-Nassar, Atao, García-Chaclan, López y Pilz, 2018a; Ferrufino-Acosta, Sandoval y Oyuela, 2018b). Este estudio pretende contribuir al conocimiento florístico de los bosques secos de Honduras a través del estudio de diversidad de plantas leñosas y herbáceas del BST del Valle de Agalta.

Objetivos

Los objetivos específicos de esta investigación fueron: 1) describir la composición florística del bosque seco en el Valle de Agalta; 2) determinar la composición y estructura del bosque seco del Valle de Agalta a través del uso de distintas medidas estructurales; 3) realizar un inventario de plantas de las especies de importancia para la conservación según La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) para la protección del hábitat del Colibrí Esmeralda en Valle de Agalta (Amazilia luciae).

Materiales y métodos

Área de estudio

El Valle de Agalta, ubicado en el departamento de Olancho Honduras (15°11’37.48’’N, 85°52’54.14’’W, 430-760 msnm; Fig. 1), es un área que posee las siguientes zonas de vida: bosque seco tropical (principalmente), bosque húmedo subtropical, bosque húmedo montano bajo y bosque muy húmedo montano bajo (Holdridge, 1962; NASA Land Processes Distributed Active Archive Center [LP DAAC ], 2001). De acuerdo con la información más reciente de cobertura de suelo para Honduras (Instituto Nacional de Conservación y Desarrollo Forestal, Áreas Protegidas y Vida Silvestre [ICF], 2014), en el Valle de Agalta los tipos de usos del suelo y cobertura abarcan la agricultura tecnificada, árboles dispersos, bosque seco hoja ancha, bosque mixto, pastos y/o cultivos, vegetación seca secundaria y vegetación seca húmeda. La precipitación media anual es 1140 mm, la temperatura media máxima anual 31.1 °C y la mínima anual 19.46 °C, comprendiendo febrero, marzo y abril los meses más secos (Centro Internacional de Agricultura Tropical [CIAT], 1999a). Según la clasificación del Centro Internacional de Agricultura Tropical [CIAT], (1999b) los tipos de suelo presentes en el Valle son: Ustropepts típicos y suelos asociados a partir de aluvión viejo en terrazas (ITUa-1), Haplustolls líticos y suelos asociados a partir de caliza en laderas (MUHi-1) y Haplustolls líticos y suelos asociados a partir de caliza en montañas (MUHi-2).

Figura 1 Delimitación y localización del Valle de Agalta, en el Departamento de Olancho, Honduras. Sistema de coordenadas de referencia: WGS 84 16 N UTM. 

Muestreo

Para el muestreo de vegetación se seleccionaron 35 sitios siguiendo un esquema estratificado que comprendió bosque seco compuestos de: matorral seco, bosque dominado por dosel, bosque de galería y áreas designadas para el uso de ganado. Los sitios fueron seleccionados basado en dos criterios: 1) presencia al menos de un fragmento de bosque seco (matorral o dominado por dosel) como parte del mosaico y 2) contar con acceso por parte de los propietarios. Dentro de los sitios de estudio, se muestrearon 265 puntos (parcelas) generados de manera aleatoria.

Muestreo composición florística y estructura vegetal

El muestreo se realizó de enero a julio de 2015. Las muestras se marcaron con el mismo código del área de la parcela circular. Se colectaron 480 muestras botánicas, y estas fueron identificadas y depositadas en el Herbario Cyril Hardy Nelson Sutherland (TEFH) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras. Para determinar la estructura y composición florística se estableció una “parcela circular anidada” (James y Shugart, 1970) que comprendió: una parcela principal con un radio de 12.6 m (área igual a 0.05 ha) para el muestreo de árboles, conteniendo una segunda sub-parcela circular de 5 m de radio para muestrear el estrato arbustivo, y finalmente una tercera de 1 m de radio para muestrear el estrato herbáceo. Siguiendo los métodos propuestos por Bibby, Burgess, Hill y Mustoe (1992), Martin, Paine, Conway, Hochachka, Allen y Jenkins (1997), Nassar, Rodríguez, Sánchez-Azofeifa, Garvin y Quesada (2008) y García-Villacorta (2009), en cada parcela se midió el DAP (diámetro a la altura del pecho, 1.30 m) de cada tallo de árbol ≥ 3 cm de diámetro y se estimó la altura de árboles (m), altura de arbustos (m), altura de cactáceas (m), cobertura de dosel (%) a nivel de parcela y porcentajes de cobertura de suelo para las categorías de herbáceas, hojarasca, suelo desnudo u otros (%).

Análisis de datos

Para describir la estructura ecológica, se obtuvo un resumen de datos con las siguientes mediciones y se calculó la media ± error estándar para cada parámetro: promedio del DAP, altura promedio de árboles (m) y arbustos (m), área basal/parcela (m2/ha), densidad de árboles (tallos ≥ 3 cm DAP/ha), densidad tallos < 3 cm DAP (número de tallos de árboles por hectárea), densidad arbustos (número de tallos de arbustos/ha), densidad cactáceas (número de cactus por hectárea), altura promedio de cactáceas (m), cobertura dosel (%), coeficiente de variación (%) para cada uno de los parámetros ecológicos, altura de árboles, altura de arbustos, altura de cactáceas, densidad de arbustos, densidad de cactáceas y densidad de árboles. Se calculó los siguientes índices para evaluar la estructura ecológica: índice de valor de importancia (IVI) (Curtis y McIntosh 1951), índice de complejidad de Holdridge (Holdridge, 1967), índice de diversidad Shannon-Wiener (Hill, 1973). Se transformaron los datos de abundancias para especies de plantas leñosas ≥ 3 cm DAP en cada parcela utilizando la distancia de Hellinger (Rao, 1995).

Además, se calculó el coeficiente de similitud, basada en la distancia euclidiana (Orloci, 1967) y posteriormente un análisis jerárquico de aglomeración con el método de Ward de varianza mínima (Ward 1963). La transformación de las abundancias y la distancia euclideana se obtuvo en el paquete “vegan” (Oksanen et al., 2015) y el algoritmo de aglomeración de Ward se calculó como especifican Murtagh y Legendre (2014) con el paquete “stats” de R (R Core Team, 2016). El análisis de aglomeración y los datos asociados a este análisis se condujo utilizando una muestra de 261 puntos de los 265 muestreados, debido a que cuatro sitios no presentaron plantas leñosas ≥ 3 cm DAP. Se incluyó en el análisis 82 especies de plantas leñosas y se excluyó las especies que ocurrieron únicamente en un sitio de acuerdo a lo propuesto por Austin y Greig-Smith (1968) y Burgman y Thompson (1982).

Los datos de abundancia absoluta para cada especie leñosa de ≥ 3 cm DAP por parcela, fueron utilizados para elaborar una curva de acumulación de especies. Se estimó la riqueza total con el estimador no-paramétrico Jackknife de primer orden el cual se considera contribuye a los cálculos de riqueza con buen desempeño al disminuir el sesgo y mejorar la precisión (Chiarucci, 2001; Gotelli y Colwell 2011; Walther y Moore 2005) usando el paquete “vegan” (Oksanen et al., 2015) en la plataforma de R (R Core Team, 2016).

Resultados

Composición florística

Un total de 316 especies de plantas se identificaron, representando 76 familias y 222 géneros (Suplemento 1). Todas las especies registradas son en su mayoría eudicotiledóneas (79%), seguidas de las monocotiledóneas (15%), monilófitas (5%) y gimnospermas (1%). La mayoría de las especies son nativas y el 4% son especies introducidas. La mayoría de las especies registradas son arborescentes (arboles 35% y arbustos 18%) y herbáceas (47%). Asimismo, en el Valle se registran especies endémicas siendo: Bakeridesia molinae, Opuntia hondurensis, Eugenia hondurensis, Robinsonella erasmi-sosae y Rondeletia hondurensis.

Estructura ecológica

La familia Fabaceae fue la más diversa (42 spp.), seguida por Malvaceae (23 spp.) y Euphorbiaceae (16 spp.). Según el IVI, las diez familias más comunes enlistan: Fabaceae, Malvaceae, Euphorbiaceae, Capparaceae, Rubiaceae, Bromeliaceae, Orchidaceae, Asteraceae, Verbenaceae y Convolvulaceae. Así como las diez especies más abundantes fueron: Acacia picachensis, Eugenia hondurensis, Casearia nitida, Erythroxylum areolatum, Zanthoxylum fagara, Neomillspaughia paniculata, Triumfetta calderonii, Bursera simaruba, Coccoloba acapulcensis, y Luehea candida (Fig. 2).

Figura 2 Especies más abundantes en el BST del Valle de Agalta, Honduras. a) Eugenia hondurensis; b) Neomillspaughia paniculata; c) Triumfetta calderon; d) Acacia picachensis; e) Coccoloba acapulcensis; f) Casearia nitida, g) Zanthoxylum fagara y h) Luehea candida

El dosel se compone de algunas especies arbóreas más dominantes del bosque, siendo: Acacia pennatula, Lonchocarpus guatemalensis, Luehea candida, Eugenia hondurensis, Coccoloba acapulcensis, Randia aculeata, Zanthoxylum fagara, Casearia aculeata, Sideroxylon capiri, Guaiacum sanctum, Quadrella lundellii, Rhus terebinthifolia, Symplocos matudae, entre otras. Las especies que habitan en el sotobosque son: Solanum dasyanthum, Schoepfia schreberi, Bernardia nicaraguensis, Eupatorium crassirameum, Lippia cardiostegia, Waltheria indica, Hechtia guatemalensis, Aechmea bracteata, Opuntia hondurensis, Mimosa tenuiflora entre otras.

En la distribución horizontal de los sitios de muestreo, se registraron 16 249 tallos ≥ 3 cm DAP. El promedio de DAP fue 6.31 cm ± 0.04 cm (intervalo = 3 cm - 112 cm), con 85% de los tallos entre 3 cm - 9 cm. El porcentaje más bajo (1.87%) fue registrado para todos los tallos > 20 cm DAP (Fig. 3a). La distribución vertical presentó un promedio de 6.14 m ± 0.03 m. Se identificaron tres estratos de menor tamaño, árboles menores a 6 m representaron 51% de los individuos registrados (Fig. 3b). Se reportaron 113 especies leñosas > 3 cm DAP que fueron muestreadas sistemáticamente en 261 parcelas. El estimado de riqueza total fue 143.8 ± 6.8 (error estándar) y la Figura 4 indica que se requirieron más de 100 parcelas de muestreo para registrar más de 100 especies leñosas.

Figura 3 a) Distribución horizontal presentada en clases diamétricas para los tallos ≥ 3 cm DAP registrados en las parcelas muestreadas; b) Distribución vertical presentada en clases altimétricas para todos los individuos de árboles registrados en las parcelas muestreadas en el Valle de Agalta. 

Figura 4 Curva de acumulación de especies en remanentes de BST en el Valle de Agalta. 

Comunidades vegetales

Se identificó cinco comunidades florísticas (Fig. 5 y 6). A continuación, se describe cada comunidad observada y los parámetros de estructura vegetal (Tablas 1, 2 y 3).

Figura 5 Distribución de comunidades distinguidas a través del análisis de aglomeración en el Valle de Agalta. 

Figura 6 Comunidades presentes en el Valle de Agalta, visualizadas en un dendrograma. 

Tabla 1 Parámetros de estructura vegetal de las parcelas de muestreo en el Valle de Agalta.  

Comunidades/Parámetro Densidad promedio (tallos por hectárea) Altura promedio (m) Densidad de tallos < 3 cm DAP/ha Área basal (m 2/ha) Cobertura del dosel (%)
Comunidad 1
Árboles 573.6 ± 75.12 7.42 ± 0.32 1,610.4 ± 223.3 1.2 ± 0.12 17.95 ± 3
Arbustos 6,395 ± 1,161.6 1 ± 0.06 - - -
Cactáceas* 747. 6 ± 98.42 1.6 ± 0.2 - - -
Comunidad 2
Árboles 966.8 ± 55.85 5.9 ± 0.21 2,206.4 ± 203.6 1.29 ± 0.1 28 ± 3.1
Arbustos 7,840.7 ± 753 1 ± 0.1 - - -
Cactáceas* 810.6 ± 130.2 1.9 ± 0.1 - - -
Comunidad 3
Árboles 829.5 ± 55.3 5.2 ± 0.2 1,861.6 ± 167.7 0.9 ± 0.1 21.6 ± 3.2
Arbustos 10,621 ± 1,285.2 1.1 ± 0.1 - - -
Cactáceas* 508.9 ± 60.4 2.4 ± 3.2 - - -
Comunidad 4
Árboles 122.9 ± 47.1 5.8 ± 0.4 131.4 ± 59.7 0.2 ± 0.1 2.3 ± 1.5
Arbustos 17,625 ± 5,334 1 ± 0.4 - - -
Cactáceas* 342.9 ± 342.9 0.1 ± 0.1 - - -
Comunidad 5
Árboles 891.3 ± 69.5 5.8 ± 0.2 1,614.9 ± 148.4 0.7 ± 0.1 19.1 ± 2
Arbustos 9,392.6 ± 1,652.3 1 ± 0.04 - - -
Cactáceas* 257.2 ± 32.9 1.7 ± 0.2 - - -

*individuos por hectárea

Tabla 2 Resumen de parámetros de estructura vegetal de las parcelas de muestreo para cobertura suelo.  

Comunidades/ Parámetro Gramíneas (%) Hierbas (%) Suelo desnudo (%) Hojarascas (%)
1 23.4 ± 4.5 41.1 ± 6.2 18.5 ± 3.3 12.5 ± 2.7
2 10.7 ± 3.3 35.2 ± 4 17.8 ± 2.8 28.6 ± 3.9
3 30.7 ± 4.7 25 ± 3.3 16.6 ± 2.5 23 ± 4
4 87.7 ± 8.4 9.3 ± 5.8 2.6 ± 2.6 0.1 ± 0.1
5 25.5 ± 4 13.9 ± 2 8.7 ± 1.9 40.6 ± 4

Tabla 3 Coeficientes de variación (%), de las variables estructurales registradas en cinco comunidades de BST del Valle de Agalta. Incluye número de parcelas (n) por cada comunidad.  

Variable Comunidad
1 (n = 50) 2 (n = 62) 3 (n = 63) 4 (n = 7) 5 (n = 78)
DAP 73.6 32.4 26.9 42.3 86.5
Altura árboles 31 27.6 24.2 20.5 32.8
Altura arbustos 45.6 42.6 46 39.7 40.3
Altura cactáceas 83.3 46.4 69.9 264.6 87.5
Densidad de arbustos 128.4 75.6 96 80.1 155.4
Densidad de cactáceas 93.1 126.5 94.1 264.6 112.9
Densidad de árboles 92.6 45.6 53 101.3 68.9

Comunidad 1: Esta comunidad (n = 50 parcelas, Figura 7a) se caracterizó por poseer alta abundancia relativa (69.39%) de Acacia picachensis, seguida de porcentajes más bajos (1%-4%) de otras especies leñosas como Casearia nitida, Bursera simaruba, Pithecellobium dulce, Leucaena leucocephala, Randia aculeata, Erythroxylum areolatum, Neomillspaughia paniculata, Chloroleucon mangense, Coccoloba acapulcensis y Acacia collinsi. Además A. picachensis resultó con el mayor IVI para esta comunidad (55.5%). En esta comunidad se incluyen las mayores alturas de árboles de la distribución vertical del Valle de Agalta.

Figura 7 Comunidades vegetales del BST del Valle de Agalta: a) Comunidad 1 en el sector de Pie de Anona, municipalidad de San Esteban; b) Comunidad 2 en el sector de Potrero de Casas, municipalidad de Gualaco; c) Comunidad 3 en el sector de El Barro, San Esteban; d) Comunidad 4 en el sector de El Barro, San Esteban y e) Comunidad 5 en el sector de Potrerillos, San Esteban. 

Comunidad 2: Esta comunidad (n = 62 parcelas, Figura 7b) se caracterizó por poseer alta abundancia relativa de A. picachensis (24.3%) y el mayor índice de valor de importancia (25.6%). Sin embargo, la distribución de abundancia relativa de las plantas leñosas fue más equitativa en comparación con la comunidad 1. Las especies que acompañaron a A. picachensis con los valores más altos de abundancia relativa (intervalo = 2.6% - 13.4%) fueron Acacia pennatula, B. simaruba, L. leucocephala, Zanthoxylum fagara, R. aculeata, Phyllostylon rhamnoides, N. paniculata y Casearia nitida.

Comunidad 3: Esta comunidad (n = 63 parcelas, Figura 7c) consistió de las siguientes especies de plantas leñosas: E. areolatum (15.3%), A. picachensis (13.03%), C. nitida (12%), Z. fagara (10.3%), C. acapulcense (9.6%), B. simaruba (5.2%), Eugenia hondurensis (5.1%), Lysiloma acapulcense (3.3%), A. collinsi (2.8%), Schoepfia schreberi (2.7%), T. calderoni (2.4%), Randia cookii (2.4%), y Megastigma skinneri (2%). En esta comunidad, E. areolatum (15.3%) obtuvo el IVI más alto, seguida por A. picachensis (14.3%) y C. acapulcensis (9.5%).

Comunidad 4: Esta comunidad (n = 7 parcelas, Figura 7d) se caracterizó por poseer la abundancia relativa y valor de importancia más alto de Lysiloma acapulcense con 93.1% y 86.1%, respectivamente. Esta especie estuvo acompañada por Acacia pennatula con 4.9% y Acacia collinsi con 2%. L. acapulcense estuvo presente en 2 comunidades más (comunidad 3 y 5 con abundancias relativas de 3.3% y 0.3%, respectivamente). Esta comunidad tuvo una cualidad de estructura más abierta.

Comunidad 5: Esta comunidad (n = 78 parcelas, Fig. 7e) se caracterizó por poseer una alta abundancia relativa (19.15%) de Eugenia hondurensis; especie con el mayor índice de valor de importancia (17.2%). Las otras especies que acompañaron a E. hondurensis con intervalos de abundancia relativa entre 2% y 12.14% fueron Acer negundo, Nectandra coriacea, Z. fagara, E. areolatum, Acacia farnesiana, Eugenia acapulcensis, C. acapulcensis, A. collinsi, Cochlospermum vitifolium, C. nitida, B. simaruba, Luehea candida y Triumfetta calderoni.

Riqueza de especies, diversidad y complejidad de sitios

La comunidad 5 tuvo la mayor riqueza de especies de plantas leñosas y la comunidad 3 obtuvo la menor riqueza de especies, a la vez siendo el sitio con menor complejidad estructural (Tabla 3.

Especies de importancia para la conservación

En el Valle de Agalta se encuentran especies de orquídeas registradas en el Apéndice II de CITES (2016): Sarcoglottis sceptrodes, Oncidium cebolleta, Myrmercophila wendlandii, Epidendrum rigidum, Brassavola appendiculata, Encyclia nematocaulon, Barkeria obovata, Habenaria novemfida, Prosthechea chacaoensis, Spiranthes polyantha, Ionopsis utricularioides, y Maxillaria variabilis.

El estado de las especies según la lista Roja de UICN: gravemente amenazada: Casearia williamsiana; amenazada se enlistan: Guaiacum sanctum, Peniocereus chiapensis, Xolocotzia asperifolia; de preocupación menor: Tillandsia fasciculata, Rhipsalis baccifera, Acanthocereus tetragonus, Hylocereus minutiflorus, Chamaecrista nictitans, Hymenaea courbaril, Calliandra formosa, Mimosa albida, Dalea scandens, Ludwigia octovalvis, Eragrostis hondurensis, Chiococca alba, Casearia aculeata; y vulnerable: Phyllostylon orthopterum.

El BST del Valle de Agalta posee especies endémicas y raras. Estas especies no se encuentran distribuidas de manera homogénea. En el sector de Palo Verde se registra Robinsonella erasmi-sosae, y Eugenia hondurensis. En Maguelar se registra Bakeridesia molinae, E. hondurensis, Chiococca alba y Xolocotzia asperifolia. En Potrerillos hay presencia de R. erasmi-sosae, E. hondurensis, y Bernardia nicaraguensis. Mientras que en San Miguel se encontró Bernardia nicaraguensis, Calliandra formosa, E. hondurensis, Rondeletia hondurensis, y Casearia williamsiana. En el Barro se registra Bernardia nicaraguensis, Aphananthe monoica, Casearia williamsiana y E. hondurensis.

Discusión

Patrones de comunidades florísticas

La composición florística del Valle de Agalta fue muy diversa y poco abundante. Las distribuciones diamétrica y altimétrica indican que el bosque está formado por individuos jóvenes. Estas distribuciones han sido observadas en otros bosques secos, Aguirre Mendoza et al. (2014) mencionan que este tipo de distribución se debe a que estos bosques han sido sometidos a la extracción de madera y cambios de uso de suelo. El Valle de Agalta, durante años ha sido un área muy importante para la ganadería y la agricultura en el país, lo que ha conllevado a la fragmentación del bosque. Por estas cualidades, se concluye que la mayor parte del bosque se califica como bosque en sucesión temprana, que se caracteriza por un proceso dinámico de cambios. Los impactos de las transformaciones antrópicas como la ganadería y la agricultura traen como consecuencias una reducción de la biodiversidad, de la cobertura vegetal del suelo, alteración del ciclo del agua, y cambios en los nutrientes del suelo (García-Oliva y Jaramillo, 2010), así como en la polinización y sistemas de reproducción en especies vegetales de este ecosistema (Quesada et al., 2010).

El ecosistema del Valle de Agalta está compuesto por especies caducifolias como Fabaceae, así como de familias perennifolias como Rubiaceae, Capparaceae, entre otras. Estudios sobre composición florística han registrado la familia Fabaceae como la más común en algunos ecosistemas, entre ellos: Sánchez-Rodríguez et al. (2003) en el bosque mesófilo de Montaña en la Sierra de Manantlán, Jalisco en México. En los Asentamientos Campesinos “Las Delicias” y “El Guamo” en el Estado de Bolivar, Venezuela (Díaz, 2007); en tierras bajas de Madidi en Bolivia (Quisbert y Macía, 2005); la Estación Biológica Caparú, Vaupés en la Amazonia Colombiana (Cano y Stevenson, 2009), y en Zapotillo, provincia de Loja en Ecuador (Aguirre-Mendoza, Buri Sivisaca, Betancourt y Geada López, 2014).

El Valle de Agalta posee los once géneros que representan las seis regiones fitogeográficas de BST estudiadas por Gentry (1995), siendo: Tabebuia, Cordia, Casearia, Erytroxylum, Bauhinia, Trichilia, Randia, Hippocratea, Serjania, Croton, Zanthoxylum. La flora de este Valle está constituida por especies nativas, con presencia de pocas especies introducidas. La introducción de estas especies exóticas se debe a las actividades de reforestación entre estas: Leucaena leucocephala, y Moringa oleifera; para cultivos agrícolas: Cucumis anguria, Gossipium hirsutum y otras plantas introducidas para pasto como Rhynchelytrum repens, y Portulaca oleracea, así como invasoras, Oeceoclades maculata. Además, este estudio enriquece el conocimiento de la distribución de las plantas, en particular aquellas de interés por su estado de conservación. Por ejemplo, Bakeridesia molinae se registró de elevaciones entre 481 m y 593 m snm, representó una distribución altitudinal distinta a la de su ejemplar tipo 1800 m snm (Sutherland, 2001). Robinsonella erasmi-sosae se registró a 499 m y 532 m snm y su holotipo fue registrado a 1500 m snm. (Sutherland, 2001).

El cálculo de la riqueza de especies sugiere que aún existen especies sin registrar en los remanentes de BST del Valle de Agalta. Kalacska et al. (2004) indicaron que la presencia de especies raras influyó en los estimados de riqueza de especie total en un BST de Costa Rica. En comparación en el Valle de Agalta se registró 42 especies con abundancias absolutas de 1-5 individuos. Estos resultados sugieren que muestreos como los realizados en este estudio, son necesarios para lograr captar especies raras y de interés para la conservación.

Considerando lo anterior, las asociaciones vegetales identificadas se asemejan a otras presentes en bosques secos del continente. Las asociaciones vegetales con IVI elevado de Acacia picachensis (1 y 2) son semejantes a la asociación vegetal denominada bosque espinoso (Leopold, 1950; Rzedowski, 2006) y la comunidad con IVI elevado de Eugenia hondurensis (5) es comparables con el bosque deciduo latifoliado (Programa Reducción de las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques [REDD+] Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo [CCAD]/ Deutsche Gesellschaft für Internationale Zusammenarbeit [GIZ], 2011) y en parte con el bosque deciduo bajo (Mora et al., 2015). La asociación vegetal 4 parece ser el resultado de un proceso selectivo en el cual no se talaron todos los individuos de Lysiloma acapulcensis. Todas las parcelas de esta asociación se encuentran en un sector del Valle (San Miguel/El Barro).

Importancia de Valle de Agalta para la conservación del BST

Se ha concluido que los bosques secos de Latino América son importantes por su alta diversidad, riqueza y recambio de especies (Banda et al., 2016). En Honduras el estado de protección de los bosques secos es casi nulo. De estos esfuerzos de conservación destacan la designación del Sitio de Importancia para la Vida Silvestre El Ciruelo en el Valle de Agalta en el departamento de Olancho (Instituto Nacional de Conservación y Desarrollo Forestal, Áreas Protegidas y Vida Silvestre [ICF], 2015) y el Refugio de Vida Silvestre Colibrí Esmeralda Hondureño en el Valle de Aguán departamento de Yoro ((Instituto Nacional de Conservación y Desarrollo Forestal, Áreas Protegidas y Vida Silvestre [ICF], 2011). Sin embargo, estos esfuerzos apenas suman 2,079 hectáreas y el BST en esta región se ve amenazado por la pérdida de cobertura generada por el cambio de uso de suelo (Miles et al., 2006). El Valle de Agalta aún posee BST que representa un hábitat único y es el refugio de muchas especies nativas, raras y endémicas, enlistándose algunas en estado amenazado y vulnerable; por esta razón se considera un hábitat de prioridad alta de conservación.

Conclusiones

Los bosques secos se consideran uno de los ecosistemas con mayor amenaza en el trópico debido a las actividades antrópicos como la ganadería y la agricultura, en particular en Honduras donde se han declarado muy pocas áreas protegidas que abarcan este ecosistema.

La mayoría de las especies registradas son nativas y algunas son gramíneas y fabáceas introducidas debido a la ganadería. Este estudio contribuyó a conocer el hábitat del colibrí esmeralda, Amazilia luciae, una especie endémica que habita en los bosques secos de Honduras, y es de gran aporte para estudios futuros como la dinámica del ecosistema. Con base en esta investigación, también se identificará la fragmentación en las áreas de estudio representativas del BST en Honduras y, de esta manera, se podrán proponer corredores que permitan la conectividad ecológica entre fragmentos. Esto podría asegurar el flujo génico entre las poblaciones.

Reconocimientos

Se agradece al programa “Corredor Agrícola” financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo [BID], ejecutado por la entidad gubernamental de Honduras, Inversión Estratégica Honduras [INVESTH-Honduras]/Cuenta Desafío del Milenio- Honduras [MCA-H]. A los biólogos Rosa Ramírez y Denis Padilla por su colaboración en el trabajo de campo y al Herbario TEFH por facilitar a los autores el uso de la colección general y de las instalaciones para el secado, identificación y montaje del material. También agradecemos la colaboración de los especialistas por la identificación de especies y así como a los revisores anónimos. Finalmente, se agradece a la Asociación de Investigación para el Desarrollo Económico y Socioecológico (ASIDE) y American Bird Conservancy por su acompañamiento durante el proyecto.

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Recibido: 25 de Septiembre de 2017; Aprobado: 11 de Diciembre de 2018

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