La manera tradicional de divulgar el conocimiento científico ha sido a través de su transmisión oral o escrita, esta última en libros o revistas especializadas.

Actualmente, en la era de las redes sociales, hay una inmensa competencia para que un manuscrito sea reconocido. Tan sólo en el año 2014 había en el mundo científico alrededor de 34,000 revistas, con 2.5 millones de artículos. No es posible leer todo lo disponible, por lo que una manera fácil y efectiva de divulgar lo que nos interesa que se lea es a través de las redes sociales.¹

Se ha sugerido que un título más corto incrementa el número de lectores. Otros consejos son proponer un título conciso y considerar que las palabras clave se usan para buscar artículos según el tópico de interés.²

Es recomendable enviar el manuscrito a quienes consideremos nuestros pares, incluyendo de preferencia el vínculo del artículo; esto podemos hacerlo a través de nuestra propia página o por correo electrónico.²

Algunas instituciones tienen su propia página o sus oficinas de prensa, ahí puede enviarse el resumen y el vínculo del artículo.

Se ha registrado un mayor número de lectores cuando el autor utiliza las diferentes redes sociales; se tiene más impacto y se puede generar, además, una cadena de discusión. Algunas revistas usan la plataforma de Altmetric, propuesta como una alternativa al factor de impacto; las fuentes de datos para este indicador son las redes sociales, entre ellas Twitter y Facebook. La plataforma otorga un puntaje al artículo y permite ver el número de descargas, de vistas, los comentarios, si se ha guardado en un gestor de referencias, etcétera.²,³

Si se utiliza Twitter, se sugiere usar #hashtags relacionados con el tema central del artículo, etiquetar a otros colegas, y no dejar de publicar en esa red. También pueden abrirse hilos para discusión; se tiene mayor visibilidad si se agrega un vínculo al artículo o revista donde se puede consultar.²

Tanto en Facebook como en LinkedIn se puede hacer algo similar a Twitter, compartir con colegas, amigos y grupos de discusión relacionados con el tema.²

Ebrahim NA sugiere que se utilice una frase única que refleje la investigación del autor, y que esa frase se ponga en todas partes. Si se tiene página propia, hay que hacer el esfuerzo de mantenerla al día y no olvidar incluir los vínculos en los manuscritos o revistas donde se publica. El mismo autor sugiere empezar un blog o wikis para informar sobre la investigación, si están en acceso abierto, pueden subir los artículos a plataformas como ResearchGate.⁴

De esta manera, los invito a que cambiemos la forma de transmitir y compartir el conocimiento generado por ustedes para que esté al alcance de todos.