A pesar de los muchos roles que tenemos que jugar, las mujeres cirujanas “la estamos haciendo”. Somos esposas, madres, hijas, sostén de familia, y saliendo del quirófano “llegamos a nuestra casa a darle”.

Personalmente, he vivido y sorteado todas esas situaciones, con más de tres décadas como mujer y cirujana, sobre todo, vigente y activa. Del quirófano al juzgado, al simposio, al congreso, a casa y de vuelta al quirófano. Este editorial viene de mi experiencia acumulada como mujer desde mis tiempos de residente, muy lejos de la idea de equidad que ahora, afortunadamente, se va aceptando cada vez más. Mi historia como cirujana y mi historia como mujer no son disecables, son indisociables.

Precisamente por eso puedo entender una situación que no se justifica, que cirujanas brillantes y bien preparadas sean relegadas, o peor, se releguen a sí mismas, cuando llevan a cabo las mismas funciones y tienen las mismas responsabilidades quirúrgicas que nuestros colegas varones. Las cirujanas todavía tenemos que hacer mucho para lograr la equidad en salarios y puestos de liderazgo, tenemos que buscar y lograr avances en nuestras carreras.

Puedo decir con satisfacción que en nuestra Asociación Mexicana de Cirugía General tenemos cada vez más cirujanas, tanto asociadas activas como residentes. Tenemos mujeres en cargos clave, en el Comité de Educación Médica Continua, en el Comité de Atención al Socio, y en nuestras coordinaciones, de Reuniones Regionales, de Redes Sociales, del Aula Virtual y, destacadamente, nuestra editora de esta revista Cirujano General y coordinadora del Comité Editorial.

Pero para que cambie la situación actual es necesario cambiar la imagen mental del cirujano varón heroico rodeado de mujeres abnegadas, y es por eso que estamos emprendiendo acciones correctivas, en pregrado y postgrado, precisamente en los años de formación, y particularmente en las subespecialidades, donde el molde misógino todavía impera.

Mi invitación, entonces, es para que más mujeres cirujanas participen, que nos comuniquen estrategias para su mejor desempeño profesional y nos las hagan llegar. Y si por alguna razón no pueden ejercer debidamente, por cuestiones diversas, mi propuesta es que se acerquen a la Asociación. Aquí las apoyaremos con educación médica continua, con cursos y asesoría jurídica para que puedan realizarse como mujeres y como cirujanas. Como mujeres quirúrgicas.