Introducción
La Dra. María de Jesús Urestí Leija nació el 15 de mayo de 1900 en Angostura, San Luis Potosí (SLP), hija de Cipriano Urestí y Eusebia Leija y la mayor de siete hermanos (Figura 1). En aquellos tiempos los contrayentes se casaban entre los 14 y 17 años de edad. Durante esa época, enmarcada por la medicina porfirista dirigida por el Dr. Eduardo Liceaga,1 brotó en México una de las últimas epidemias de peste bubónica entre diciembre de 1901 y marzo de 1902 que dejó 582 defunciones.2 Contemporáneo al nacimiento de nuestro personaje, el Dr. Otero y Arce descubrió en 1906 el piojo como vector del tifo, de lo cual no se le ha dado el crédito,3 dicho reconocimiento no fue corroborado en esos años. En el México anterior a la Revolución Mexicana el censo registró 15,160,000 habitantes.4
La partería en San Luis Potosí
A la profesión de partería se le dio un carácter oficial por las recomendaciones de Su Majestad Carlos III, quien ordenó que en sus dominios se implementara un sistema de educación a las mujeres denominadas comadronas por medio de capacitación a través de las llamadas cartillas.5 En la Escuela Nacional de Medicina se impartieron cursos a mediados del siglo XIX a fin de profesionalizar a dicho gremio.6
Hacia enero de 1863 en nuestro estado esta implementación ya estaba reglamentada, al igual que en el artículo 39 de la Ley Fundamental de Instrucción Pública, donde se fijaron las bases para el ejercicio de las profesiones. Dicho artículo describe que “las parteras estudiarán aquellas nociones de obstetricia que no requieran conocimientos muy avanzados de anatomía y presentarán examen profesional cuando obtengan la práctica a juicio del catedrático respectivo, sin que con esto queden autorizadas para practicar las grandes operaciones que comprende aquella ciencia ni para la administración de medicinas”.7 Las parteras eran capacitadas en un departamento denominado de obstetricia en las salas del Hospital Civil a finales del siglo XIX.8) Al graduarse recibían el nombramiento de maestra en partos (Figura 2).
En 1915 la entonces alumna Urestí Leija inició sus estudios de partera en el Hospital Miguel Otero, local donde reiniciaba actividades el antiguo Hospital Civil,9 clausurado por decisiones políticas más que sanitarias.10 Se graduó en 1920 de partera, con estudios reconocidos por el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí. En 1922 las parteras se ocupaban de la captación del recién nacido, siempre supervisadas por médicos, quienes no atendían directamente el parto. Las mismas parteras realizaban actividades de atención al recién nacido y medidas de higiene.
El mundo epidemiológico en 1920
Durante la preparación de partera de la entonces alumna Urestí ocurrieron, además de las luchas de la Revolución Mexicana y las acciones médicas de los ejércitos en pugna por salvar cientos de vidas,11 una serie de epidemias que disminuyeron el número de pobladores, quizá más que las mismas balas y cañonazos de la revolución (Figura 3). Durante 1915 brotó una epidemia de tifo, el tratamiento era “despiojar” llegando a implementar acciones como bañar a los infestados, de ellos 190,000 llegaron a ser bañados en dichas acciones.
De 1918 a 1920 el estado de San Luis Potosí fue afectado por la pandemia de influenza española.12 En el exvoto de la Figura 3 se observa a las personas que dan gracias, mirando de frente al Cristo que realizó el milagro, mientras los guardias aíslan a los pacientes. Dicha ilustración resulta interesante por la manera en que se divide a los pacientes, con una separación entre ellos.
Graduación y vida de médico de la Dra. Urestí
En 1924 la Dra. Urestí ingresó a la carrera de medicina, quizá para perfeccionar sus conocimientos médicos y seguir laborando en el Hospital Civil de San Luis Potosí. En 1929 obtuvo el título de Médico Cirujano y Partero; la aprobación del curso fue por mayoría, no por unanimidad (algunos de los examinadores no estuvieron de acuerdo en aprobarla por ser mujer). Solicitó un segundo examen profesional y fue acreditada por unanimidad; su título fue firmado por el Gral. Saturnino Cedillo.13
Ejercicio quirúrgico
La génesis de la instrucción en cirugía de la maestra Urestí se dio bajo la tutela del Dr. José Méndez Macías (quirúrgico potosino que hizo una estancia en París con el Naturista Georges Pouchet, 1833-1894, quien fuera director de disección antómica), quien inicialmente fue su profesor de cirugía y posteriormente propuso a la joven doctora ser su ayudante en las cirugías, recibiendo la influencia de la escuela francesa. Esto no exime la preparación autodidacta de la maestra al leer obras como el Compendio de práctica de medicina de Tice e Ireland.14)
Dada la confianza y cariño que despertó entre la población desde que era partera, siguió laborando en el Hospital Civil, ahora como médica e inició y cultivó la atención particular. Al concluirse la construcción en 1945 del moderno hospital en nuestra capital, la Dra. Urestí pasó a ser parte de la planilla del Hospital Central “Morones Prieto”.15 De espíritu seguro, siempre accedió a visitar a los enfermos a sus casas, llevaba una pistola en su bolso, regalo de un conocido político (como agradecimiento de una cirugía practicada con éxito a dicho personaje).
La Dra. Urestí desarrolló una habilidad especial para los procedimientos de gastrocirugía como las heridas por arma punzocortante y por proyectil de arma de fuego o las eventuales lesiones de trauma cerrado por accidentes de vehículos que comenzaron a ser comunes. Era requerida siempre para reparar las lesiones de trauma de abdomen, ortopédicas y de neurocirugía, entre otras, habilidades adquiridas por su constancia en la lectura de libros europeos y por su práctica con cadáveres en las clases de anatomía en la universidad.
Los Dres. Adolfo Cardona, Alcocer Andalón y la Dra. Urestí eran los cirujanos del Hospital Central de San Luis Potosí hacia 1970.15 Sólo había médicos en la mañana y cuando se le requería en la noche, se le mandaba buscar en la ambulancia y asistía a deshoras. Practicó todas las áreas de la cirugía (obstétrica,8 ortopédica, general,15 digestiva, etcétera).
Actividad docente
Se integró como docente en la plantilla de maestros de la Escuela de Medicina en la cátedra de Anatomía (Figura 4), desarrolló el programa práctico al realizar las autopsias para los alumnos, decenas de generaciones aprendieron de sus manos.16 En esta misma época perfeccionó sus habilidades quirúrgicas que le permitieron realizar los mismos procedimientos de gastrocirugía (que eran los que se practicaban en su mayoría), hasta trépanos, cirugía ortopédica, torácica, pero muy en especial de las cirugías de trauma urgente, las más de las veces con magníficos resultados y con su visión ética de asistir al herido en cualquier hora del día como Desault.17 Igualmente fue docente en la Escuela de Odontología de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, donde se integró a la clase de Anatomía Topográfica.18 Impartió la clase de Biología superior en la escuela preparatoria de nuestro estado y se le reconoce no sólo como profesora, sino como benefactora, ya que aplicaba el principio de Larrey de sufragar los gastos de alumnos que no podían pagar su carrera y les compraba libros.
En 1952 continuaba como profesora de Anatomía Topográfica en la Escuela de Medicina. A la par de sus actividades como cirujana general, se comentaba que por su situación de mujer, se le dejaban los casos más difíciles y los realizaba exitosamente. Como cirujana era la única que ejerció en SLP hasta 1980. Uno de los quirófanos del Hospital Central actualmente lleva su nombre.
Final de una vida productiva
En 1977 es nominada como decana de los profesores, con 70 años de profesora, 33 años de cirujana general del Hospital Central, partera del Hospital Miguel Otero, médica de la Cruz Roja y del personal de los hospitales particulares. Fue de las pocas profesionistas de la Universidad de San Luis Potosí en ostentar dos títulos universitarios (médica y partera) antes de 1970.19 Al final, se quedó sin jubilación de ninguna institución, ya que en esa época no existían dichos sistemas. Se retiró por la edad, con el lamentable olvido de sus compañeros, mas no de sus pacientes.
Falleció en la ciudad de Tampico en 1987 por complicaciones de la enfermedad de Alzheimer, sin reconocimiento financiero ni académico. El único homenaje se realizó a los 100 años de su nacimiento por parte de la Asociación de Mujeres Médicas Potosinas en el año 2000, con motivo del día del médico y se colocó una placa conmemorativa en el quirófano del Hospital Central de la ciudad de San Luis Potosí.
A diferencia de las iniciadoras del movimiento médico en nuestro país como las Dras. Matilde Montoya (1852-1938),20 Catalina Olivo Villarreal (1887-1978),21 Herminia Franco Espinoza (1891-1988),22 quienes ejercieron la obstetricia de manera exclusiva por las limitaciones que tenían las mujeres y la predilección del grupo femenino a ser revisadas por otra mujer,23 podemos considerar a la Dra. María de Jesús Urestí como la primera mujer que ejerció actividades quirúrgicas de la ortopedia y la cirugía general15 en nuestro país. Quedará como materia de debate en el resto de nuestra nación buscar quiénes fueron las próceres en otras ciudades de México. Meyran-García y Nerí-Vela describen en su obra algunas doctoras como parte del personal de los pabellones quirúrgicos en el Hospital General de México entre 1906 y 1912 (las Dras. Elvira Santoyo Halsey y Pilar Manzano), pero no describen si ejecutaron cirugías;24 quien sí realizó procedimientos en la cirugía general fue la Dra. Irene Talamás en el pabellón del Dr. Darío Fernández Fierro entre 1943 y 1947,25)-(27 pero muy posterior a la era de nuestra cirujana-partera. La maestra y doctora María de Jesús Urestí es un ejemplo en la cirugía de quienes abrieron paso a la era de los años de 1970 en adelante, caracterizados por la inclusión de la mujer en los mercados laborales de nuestro país.28