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Revista Chapingo. Serie horticultura

versión On-line ISSN 2007-4034versión impresa ISSN 1027-152X

Rev. Chapingo Ser.Hortic vol.19 no.3 Chapingo sep./dic. 2013

https://doi.org/10.5154/r.rchsh.2012.09.048 

Nomenclatura vernácula, uso y manejo de Opuntia spp. en Santiago Bayacora, Durango, México

 

Vernacular nomenclature, use and management of Opuntia spp. in Santiago Bayacora, Durango, Mexico

 

Inocencia Ávalos-Huerta*; Diana Libertad Sánchez-López; Celia López-González

 

Instituto Politécnico Nacional, Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional, Unidad Durango. Sigma 119 Fraccionamiento 20 de Noviembre II, Durango, Durango, MÉXICO. C.P. 34220.Correo-e: gestop_amb@hotmail.com (*Autor para correspondencia)

 

Recibido: 30 de septiembre, 2012
Aceptado: 9 de mayo, 2013

 

Resumen

Se documentaron los conocimientos tradicionales sobre nomenclatura y clasificación vernácula, ubicación de nopaleras silvestres, uso y manejo de Opuntia spp., en tres localidades de la comunidad Santiago Bayacora, Durango. La investigación se realizó aplicando entrevistas a 10 habitantes mediante la técnica "bola de nieve". La información proporcionada fue analizada con histogramas de frecuencias y análisis clúster. Los habitantes del lugar reconocieron las nueve especies de Opuntia registradas para el área y dos más que no se habían registrado. Se encontró correspondencia uno a uno entre la clasificación vernácula y la científica para ocho de las nueve especies. El dendrograma mostró que las características diagnósticas más importantes de las plantas estuvieron relacionadas con su aprovechamiento (tamaño, color y sabor de tuna; y cantidad de espinas en los cladodios). Los usos reportados para Opuntia fueron principalmente autoconsumo y venta de fruta (tuna) y verdura (cladodio). No existe una estrategia de manejo de nopaleras silvestres, y poco se hace para la conservación de éstas.

Palabras clave: Nopales silvestres, etnobotánica, análisis clúster, percepción, saberes, conocimiento tradicional.

 

Abstract

We documented traditional knowledge on nomenclature and vernacular classification, location of plants, use, and management of wild prickly pear cactus (Opuntia spp.) at three localities of Santiago Bayacora in Durango, Mexico. A total of 10 persons were interviewed using the "snowball" technique. The information obtained was analyzed using frequency histograms and cluster analysis. Local residents identified the nine species of Opuntia known from the area, as well as two more, not previously recorded. Their classification coincided with the Linnaean classification for eight of nine species. The cluster analysis showed that the most important diagnostic characters were associated with use (size, color and flavor of the fruit; and number of thorns on the cladodes). Opuntia is used mainly as food (cladode and fruit) for local consumption, or sold in local markets. Currently no management strategies exist in the area, and little is done to conserve the resource.

Key words: Wild prickly pear cactus, ethnobotany, cluster analysis, perception, knowledge, traditional knowledge.

 

INTRODUCCIÓN

La familia Cactaceae, originaria de América, comprende las subfamilias Periskioideae, Cactoideae y Opuntioideae (Britton y Rose, 1963a; Britton y Rose, 1963b; Bravo, 1978). En México, la subfamilia Opuntioideae está integrada por cuatro géneros: Cylindropuntia, Grusonia, Pereskiopsis y Opuntiasensu lato (Nyffeler y Eggli, 2010). Este último es el más diverso, representado por cerca de 210 especies distribuidas en toda América, desde Canadá hasta la Patagonia (Anderson, 2001; Nyffeler y Eggli, 2010). Opuntia s. l. ha sido recientemente re-dividido, por lo que se reconocen a nivel genérico Cylindropuntia, Grusonia, Pereskiopsis y Opuntiasensu stricto, que incluye las plantas comúnmente denominadas nopales (Nyffeler y Eggli, 2010). El género Opuntia s.s. se distribuye en regiones áridas y semiáridas, bosques mésicos, pastizales y bosques tropicales, pero es en las zonas áridas y semiáridas donde existe mayor riqueza de especies (Muñoz et al., 2008). En México se reconocen 76 especies silvestres de nopal (Reyes-Agüeroet al., 2009), y existe además una gran riqueza de variantes con diferente grado de domesticación (Colunga et al., 1986). Para Durango se tienen registros de por lo menos 23 especies silvestres (González-Elizondoet al., 1991).

En las zonas áridas y semiáridas de Durango las nopaleras silvestres representan el sustento alimenticio y económico de un gran número de familias que ahí habitan. Algunas especies silvestres son recolectadas en grandes cantidades para su consumo y comercialización, mientras que otras son cultivadas con ese mismo objetivo. Particularmente, en la comunidad de Santiago Bayacora, localizada al sur del estado (Figura 1), este recurso se ha utilizado por generaciones, lo que ha propiciado una interacción y demanda constantes por parte de los pobladores hacia muchas especies silvestres del género Opuntia. No obstante, el conocimiento científico registrado sobre la relación humano-planta en esta región es limitado, y la mayoría de las poblaciones silvestres de Opuntia no se han estudiado desde el punto de vista etnobotánico. Este tipo de trabajos documentan la percepción de la población de sus recursos vegetales. A partir de esta información se pueden distinguir y comprender las interacciones hombre-planta a fin de llevar a cabo un aprovechamiento integral (Gómez-Pompa, 1993). El objetivo del presente estudio fue describir los conocimientos tradicionales sobre el género Opuntia en tres localidades de la comunidad Santiago Bayacora, Durango, específicamente aquellos relacionados con nomenclatura y clasificación vernácula, ubicación de nopaleras silvestres, uso y manejo. Este estudio tiene como fin último proveer datos sobre el estado del conocimiento tradicional del nopal en esta región de México, que sirvan como base para posibles acciones de conservación y uso de este recurso fitogenético.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

Área de estudio

La comunidad de Santiago Bayacora incluye 11 localidades y 1,300 habitantes (Anónimo, 2010). Se ubica aproximadamente a 17 km al sur de la ciudad de Durango, en el municipio del mismo nombre, entre los 23° 30' 27'' y 23° 55' 13'' de latitud Norte y 104° 31' 55'' y 104° 46' 32'' de longitud oeste, a una altitud que varía entre 1900 y 2900 msnm. Con base en cartas de INEGI a escala 1:1,000,000 (Anónimo, 2004), se calculó su superficie en 67,000 ha. A partir de prospecciones preliminares se escogieron las localidades de Río Escondido, San Miguel de Maravillas de Arriba y San Miguel de Maravillas de Abajo para realizar este estudio, ya que sus habitantes dependen en mayor medida del aprovechamiento de las especies de Opuntia.

Levantamiento de la información

El presente trabajo es una investigación descriptiva, cualitativa, basada en el conocimiento de expertos locales (informantes clave) en el tema de estudio. Se utilizó la técnica llamada "bola de nieve" (Mack et al., 2005), mediante la cual se selecciona un informante clave que a su vez recomienda a otros informantes, quienes por su parte recomiendan a otro y así sucesivamente. Previa consulta con los habitantes, en cada comunidad se escogió a la primera persona para ser entrevistada (primer informante clave) por ser reconocida en ella su amplia experiencia relacionada con los nopales. Se solicitó a este primer informante que recomendara a la siguiente persona bajo los mismos criterios. Esta técnica se aplicó hasta tener al menos tres personas por localidad, para un total de 10 (tres de San Miguel de Maravillas de Arriba, tres de San Miguel de Maravillas de Abajo y cuatro de Río Escondido). Todos los entrevistados fueron personas mayores de edad (18 años o más), de ambos sexos. Las entrevistas se concertaron previamente con los informantes clave y tuvieron lugar en los meses de octubre y noviembre de 2011.

El guión de entrevista fue estructurado de tal forma que permitiera obtener información sobre los atributos por los que se identifican y diferencian los nopales en la localidad, así como las técnicas de cultivo y conservación, el sitio donde se encuentran en campo y los usos que tienen en el área de estudio. El método de la entrevista consistió en pedir a cada informante que nombrara los tipos de nopales silvestres que conocía en su comunidad, posteriormente se les mostró un catálogo con imágenes de las especies más comunes en Santiago Bayacora: Opuntialeucotricha, O. hyptiacantha, O. streptacantha, O. megacantha, O. aff. durangensis, O. phaeacantha, O. robusta, O. ficus-indica,Opuntia sp.1 (de un inventario previo –no publicado– llevado a cabo por la primera autora) y se les pidió que identificaran las imágenes, que mencionaran los caracteres diagnósticos de cada uno, su distribución en el área, sus posibles usos y el tipo de manejo que se les da. Finalmente se preguntó a los informantes si conocían otras especies presentes en la comunidad y que no estuvieran en el catálogo.

Todas las conversaciones fueron grabadas con autorización de las personas entrevistadas con una grabadora digital marca RCA-DVR. Las grabaciones fueron transcritas y la información se vació en una matriz de datos. Las respuestas fueron binarizadas con el fin de estandarizar las variables y realizar comparaciones (Stuessy, 2009). La semejanza entre las respuestas de los entrevistados con respecto a los caracteres distintivos de cada especie de Opuntia fue evaluada mediante un dendrograma construido utilizando el método de Ward, con distancia euclidiana como medida de disimilitud (Aldenderfer y Blashfield, 1984). Para llevar a cabo este análisis se utilizó el programa PAST ver. 2.07 (Hammer et al., 2001). La información relacionada con la ubicación de nopaleras silvestres, así como su uso y manejo fue analizada con histogramas de frecuencias utilizando el programa MS Excel. Respecto a la ubicación de las nopaleras, se contabilizaron las menciones por zona con el fin de determinar dónde la gente opinó que era más probable encontrar una determinada especie.

 

RESULTADOS

Se entrevistaron 10 personas: nueve mujeres dedicadas al hogar y al comercio y un hombre dedicado al campo. Sus edades oscilaron entre 43 y 69 años, aunque la mayoría (seis de 10) fue mayor de 65. Nueve personas fueron de escolaridad primaria como máximo y una no tuvo ningún tipo de estudios.

Nomenclatura y clasificación vernácula

Las diez personas entrevistadas reconocieron las nueve especies de nopales mostradas en las fotografías como "duraznillo rojo" (O. leucotricha), "chaveño" (O. hyptiacantha), "cardón" (O. streptacantha), "coyote" (O. megacantha), "duraznillo blanco" (O. aff. durangensis), "tapón ocho carreras" (O. phaeacantha), "tapón cuervero" (O. robusta), "baboso" (O. ficus-indica) y "mantequillo/delgadito/asandillado" (Opuntia sp.1) (Cuadro 1). Los entrevistados mencionaron otras dos especies conocidas por ellos y no incluidas en el catálogo, las cuales nombraron como "Castilla blanco" (O. ficus-indica) y "Pachón" (Opuntia sp2). Esta última, reportaron, no la han visto de manera silvestre "desde hace varios años". Los nombres comunes con los que los entrevistados identificaron las especies mostradas en las imágenes tuvieron una correspondencia uno a uno con respecto a su nombre científico, excepto Opuntia sp.1, para la cual se dieron tres nombres diferentes (mantequillo, delgadito y asandillado) y Opuntiaficus-indica a la que se conoce por dos nombres (baboso y castilla blanco) (Cuadro 1).

Los caracteres utilizados por los entrevistados para diferenciar cada especie se centraron en la forma vital de la planta, y atributos de cladodio y fruto, los cuales se resumieron en 14 caracteres discretos (Cuadro 2). En el dendrograma construido con esta información (Figura 1) se lograron formar ocho grupos, que muestran el grado de consenso entre los entrevistados para la identificación de las especies. Para O. aff. durangensis la mayoría de los entrevistados (90 %) coincidió en que la característica principal para diferenciarlos es el color blanco de la tuna.

El 70 % de los entrevistados diferenciaron a O. megacantha por el color verde oscuro de las pencas, la forma redonda de sus frutos (tunas), su sabor dulce y la consistencia delgada de su cáscara (característica diagnóstica para la especie). Con una proporción igual, los entrevistados coincidieron en que O. robusta (G) se distinguía por la abundancia de espinas ("espinoso") en cladodios y por el color rojo y sabor dulce de sus tunas.

Para Opuntia phaeacantha, O. leucotricha y Opuntia sp.1, sólo se obtuvo un consenso del 50 % de los entrevistados respecto a sus respuestas. Así, a O. phaeacantha se le atribuyen como características principales el porte arbustivo de la planta, la abundancia de espinas en pencas y el sabor dulce de sus frutos. Opuntia leucotricha se identifica principalmente por el buen sabor de sus pencas y el tamaño pequeño de sus frutos (carácter diagnóstico en la región). Para Opuntia sp.1 los entrevistados mencionaron tres principales atributos diagnósticos: abundancia de espinas ("espinoso") en pencas, ancho de la penca (delgada) y el porte arbóreo de la planta. En menor medida se recabaron respuestas comunes entre los entrevistados (40 %) para O. hyptiacantha y O. ficus-indica. La primera se pudo reconocer por el tamaño grande de su tuna y su sabor dulce; la segunda, por tener pencas poco espinosas y tunas de color amarillo.

Ubicación de nopaleras silvestres

Las respuestas a la pregunta ¿Dónde encuentra la especie X? se presentan en el Cuadro 3. Los sitios donde las personas ubican las nopaleras silvestres fueron agrupados en cuatro zonas: "El Arroyo" (refiriéndose a los arroyos de La Puerta y El Brincadero), "La Sierra" (las partes altas de la comunidad), "El Río" (río Santiago Bayacora) y "La Presa" (Presa Santiago Bayacora), todas dentro de las localidades Río Escondido, San Miguel de Maravillas de Arriba y San Miguel de Maravillas de Abajo. Estos sitios fueron representados en la Figura 2 con base en información de INEGI (Anónimo 2002a, 2002b, 2003a, 2003b). La mayoría de las personas contestó que la mayor parte de las especies se han visto cerca de La Presa, seguida por El Arroyo, El Río y La Sierra (Cuadro 3, Figura 2).

Usos

En cuanto a los principales usos que los entrevistados reconocieron de las especies identificadas, resaltó el consumo de fruta (tunas) para las nueve especies; el consumo de verdura (cladodio) para O. leucotricha, O. aff. durangensis, O. hyptiacantha y O. megacantha; la venta de fruta (tuna) de O. hyptiacantha y O. streptacantha, y la venta de verdura (cladodio) de O. leucotricha y O. aff. durangensis. Para uso medicinal destacaron O. phaeacantha y O. robusta. Otras especies son usadas con fines de ornato como O. streptacantha y Opuntia sp.1, mientras que para forraje son utilizadas O. ficus-indica, O. aff. durangensis y O. leucotricha (Figura 3).

Manejo

De acuerdo con la información proporcionada por los entrevistados, las acciones de manejo se pueden generalizar en reforestar, evitar daño causado por animales, trasladar ejemplares silvestres a solares y realizar podas para fomentar el brote de renuevos. Sin embargo, la respuesta más común fue que no se hace nada, mencionándose que "se cuidaban solos". Además, cabe aclarar que no son acciones planeadas u organizadas formalmente, sino actividades eventuales. Se mencionó que se llegó a hacer una reforestación organizada en la comunidad con O. leucotricha, O. hyptiacantha y O. megacantha, aunque sin resultados favorables, atribuyéndose la pérdida a malas prácticas de trasplante, fechas inadecuadas (bajas temperaturas) y falta de seguimiento a la plantación.

No obstante, de manera tradicional se recurre a la plantación de pencas desprendidas en lugares cercanos a donde se hallaron. Para todas las especies se procura alejar a los animales domésticos cuando se les observa royendo los troncos o comiendo las pencas. De igual manera, una actividad que se realiza en campo para O. streptacantha, O. aff. durangensis, O. phaeacantha, O. robusta y O. ficus-indica es la poda de pencas secas, añejas, incompletas, deterioradas o plagadas. Algunas pencas de O. hyptiacantha, O. streptacantha, O. aff. durangensis y O. ficus-indica se trasladan a traspatios cercados donde se siembran. Para esta práctica se utiliza principalmente O. ficus-indica.

 

DISCUSIÓN

El presente trabajo constituye un primer acercamiento etnobotánico que pone en evidencia el conocimiento tradicional sobre el género Opuntia en Durango. En la comunidad de estudio, este conocimiento parece recaer principalmente en mujeres amas de casa (9 de 10 entrevistados), quienes se encargan de recolectarlos, cocinarlos y comercializarlos, además de usarlos también con fines medicinales. La alta proporción de mujeres involucradas en esta tarea podría ser resultado del sesgo introducido por la técnica de muestreo. Esto es, las mujeres tienden a asociarse más con mujeres que con hombres en estas comunidades y, por lo tanto, es más probable que un entrevistado de sexo femenino recomiende a una persona de su mismo sexo como informante. Sin embargo, aunque no se ha cuantificado formalmente, observaciones independientes sugieren que la proporción de varones involucrados en el aprovechamiento del nopal no pasa del 20 % del total de personas dedicadas a esta actividad. Por otro lado, en esta comunidad el conocimiento sobre los nopales persiste sólo en las personas de mayor edad, lo que sugiere una pérdida del conocimiento tradicional, y en consecuencia un paulatino desconocimiento del entorno. En otras regiones del país los resultados son similares: las mujeres de mayor edad son las depositarias del conocimiento tradicional (Nilsen et al., 2005). Considerando que la transmisión de esta información al parecer es de forma oral, es importante documentarla para evitar su pérdida.

Los entrevistados fueron, por diseño de muestreo, las personas que más conocimiento tienen sobre el tema en la comunidad, por lo que resulta preocupante que se trate, en la mayoría de los casos, de individuos adultos mayores, lo cual sugiere que el conocimiento puede perderse. El presente estudio no permitió determinar si la información se está transmitiendo a las generaciones jóvenes, pero sería importante que el tema se abordara, pues se corre el riesgo de que estos conocimientos se pierdan.

Para conservar y aprovechar de manera sustentable las nopaleras silvestres del área, es necesario reconocer y adaptar los conocimientos tradicionales que se han generado en torno al recurso en conjunto con la adopción de las técnicas y prácticas funcionales ya documentadas para la propagación y manejo del género Opuntia, sin descuidar el contexto sociocultural de Santiago Bayacora.

Nomenclatura y clasificación vernácula

En general, los nombres con los que se reconocen las especies en Santiago Bayacora son los que se usan en la Altiplanicie Mexicana (López-García et al., 2003). Cabe hacer notar que en Santiago Bayacora no se utilizan nombres en ninguna lengua indígena ni para las especies ni para sus partes. Las razones históricas para ello quedan fuera del alcance de la presente investigación. La mayoría de los atributos utilizados por la comunidad para caracterizar especies estuvieron relacionados con la recolección y uso de las plantas (Cuadro 2), tal como lo plantean Colunga et al. (1986) para otras regiones. Los entrevistados coincidieron en los atributos diagnósticos de O. aff. durangensis (duraznillo blanco: tuna blanca, espinoso), Opuntia sp.1 (delgadito: penca alargada y delgada, espinoso) y O. ficus-indica (baboso: tuna blanca, porte alto, poco espinoso), mientras que en las otras especies hubo una concordancia parcial en cuanto a los rasgos distintivos, pero las identificaciones fueron inequívocas. Esto sugiere que la variación intraespecífica en estas especies es muy grande y que por tanto se utiliza una combinación de muchos caracteres para distinguir las especies. Sugiere también que no hay un consenso en cuanto al peso de esos caracteres y que cada persona usa la combinación más conveniente o la que ha aprendido de otras personas. Esta idea se refuerza con la literatura taxonómica, en la que en efecto se menciona que la serie Streptacanthae (que incluye O. streptacantha, O. megacantha y O. hyptiacantha) y O. phaeacantha son fuente de numerosas variedades, híbridos y formas hortícolas, lo que dificulta su caracterización (Bravo, 1978). Opuntia robusta, por otro lado, se describe como una especie de compleja biología reproductiva y amplia variación (Del Castillo y González-Espinosa, 1988; Del Castillo y Trujillo-Argueta, 2009).

Ubicación

Los encuestados respondieron más frecuentemente que las especies pueden ser encontradas cerca de la Presa, y pocos dijeron que se encontraban en la Sierra o el Río (Cuadro 2). Esto sugiere que las personas hacen la recolecta en los sitios más cercanos a sus zonas de residencia y se aventuran menos a menudo a lugares más distantes. La Presa es un lugar relativamente cercano a las localidades de San Miguel de Maravillas de Arriba y San Miguel de Maravillas de Abajo, de tal manera que representa una fuente para satisfacer sus necesidades de consumo y venta sin tener que recorrer grandes distancias. De igual manera, la ubicación de estas localidades responde a la cercanía de los cuerpos de agua, factor determinante en el asentamiento de las poblaciones humanas. Es de esperarse, entonces, que al ser lugares más visitados, su diversidad de especies de Opuntia sea mejor conocida. Esto no necesariamente implica que el área de La Presa sea más diversa, sólo que la comunidad tiene un mejor conocimiento de lo que ahí ocurre. El extremo contrario lo representaría la Sierra, la cual se encuentra lejos de las tres localidades y, por tanto, es la región menos visitada. Sin embargo, en este caso es posible que la riqueza de especies, o por lo menos su abundancia (Cuadro 3), efectivamente sea menor en áreas más altas, donde las condiciones climáticas no son las óptimas para el crecimiento de todas las especies de Opuntia mencionadas. La excepción es Opuntia robusta, ya que cinco personas mencionan que está presente en La Sierra. Esta especie alcanza elevaciones de hasta 2700 m (Rzedowski y Rzedowski, 1985) por lo que es de esperarse que sea un nopal relativamente común en las partes altas de la comunidad.

Usos

Según los informantes, el uso más común de Opuntia en la comunidad de Santiago Bayacora es el consumo local de fruta. La mayoría de las personas coinciden en que las tunas de todas las especies son utilizadas como alimento (Figura 3). El siguiente uso frecuentemente mencionado es el consumo local de verdura. Sin embargo, no todas las especies parecen ser utilizadas en la misma medida. Sólo un informante dijo que O. phaeacantha y O. robusta son utilizados de esta manera. Un informante mencionó que esto se debe a que son plantas con mucha baba y son insípidas. Los siguientes usos más mencionados son la venta de verdura y de fruta. Las tunas de O. robusta y O. aff. durangensis no se utilizan para la venta. Cabe resaltar que aunque O. aff. durangensis se consume localmente, no se vende, al parecer debido a que es pequeña y de color blanco, características desagradables para el consumidor. Las especies más representativas para el consumo de tuna que se reportan para otras partes de México son O. ficus-indica y O. megacantha (Cardona, 2007), coincidieron con las referidas por los entrevistados en Santiago Bayacora, quienes opinaron que las mejores tunas son las del Coyote (O. megacantha) y Baboso (O. ficus-indica). En cuanto a la venta de verdura, O. streptacantha, Opuntia sp1. y O. robusta no se comercializan. Las dos primeras porque son raras en el área y la tercera debido que es muy mucilaginosa e insípida.

Los usos restantes, medicinal y forraje, son poco frecuentes. El uso del nopal con fines medicinales se reconoce en distintas publicaciones (González-Elizondo et al., 2004; Piga, 2004; Basurto et al., 2006; Kane, 2006; Feugang et al., 2006). Se han obtenido buenos resultados en el control de la diabetes y, por su gran cantidad de fibra, en el control del colesterol. En el área de estudio se utilizan O. phaeacantha y O. streptacantha para controlar la diabetes. Las propiedades hipoglucemiantes de O. streptacantha se han documentado (Frati-Munari et al., 1988; Andrade-Cetto y Wiedenfeld, 2010), pero poco se sabe sobre los posibles efectos de O. phaeacantha.

A Opuntia phaeacantha (tapón ocho carreras) se le atribuyeron también propiedades para el control de problemas respiratorios como asma y bronquitis y para atender quemaduras como desinflamatorio y cicatrizante. Dichas propiedades no han sido descritas con anterioridad para la especie en particular, pero sí para el género Opuntia (Feugang et al., 2006). La especie O. robusta se utiliza como cicatrizante de quemaduras o remedio en contra de la tos. Para esta especie se han demostrado efectos sobre los niveles de colesterol (Budinsky et al., 2001), pero no sobre quemaduras o enfermedades de las vías respiratorias.

Otro uso poco frecuente es como forraje. Los cladodios de Opuntia leucotricha, O. ficus-indica y O. aff. durangensis se utilizan para alimentar ganando vacuno y caprino. El uso de las dos primeras como forraje está ampliamente documentado (Anaya-Pérez, 2003; López-García et al., 2003; Vázquez-Alvarado et al., 2008). No se encontraron referencias previas sobre el uso de O. aff. durangensis con este fin. Las pocas actividades de trasplante de pencas a patios cercados se realizan con O. hyptiacantha, O. streptacantha, O. aff. durangensis y O. ficus-indica, probablemente por ser las especies con frutos de mejor sabor.

Manejo

Es de esperarse que sea considerable la presión sobre las poblaciones de nopales cercanas a las áreas habitadas. Sin embargo, se constató la falta de acciones encaminadas a un manejo adecuado, lo que tiene como consecuencia el deterioro del recurso dadas las condiciones silvestres en que se aprovecha. Hasta el momento, no se conoce el estado de conservación de estas especies. En el área de estudio se tiene la experiencia de un proyecto de reforestación, respecto del cual los mismos entrevistados coincidieron en que no tuvo el éxito esperado por la inadecuada conducción del mismo, probablemente por falta de antecedentes.

No obstante, existen experiencias en otras partes del país donde se ha logrado la organización de la población involucrada en su aprovechamiento para la producción de nopal verdura y nopal tunero, dejando las nopaleras silvestres como fuente de germoplasma y dirigiendo el aprovechamiento a plantaciones (Delgado-Hernández y González-Castañeda, 2005). Existen además manuales generales para su cultivo (Ríos y Quintana, 2004), propagación, producción y requerimientos de cultivo, tanto de nopal verdura (Anónimo, 1994a), como nopal tunero (Anónimo, 1994b) y nopal forrajero (Reveles-Hernández et al., 2010). No obstante, las formas de producción implican una labor constante y cuidadosa, que tendría que ser bien remunerada para ser una alternativa viable que contribuya a disminuir la pobreza en las regiones donde se le aprovecha.

 

CONCLUSIONES

Los recolectores de Opuntia de la comunidad de Santiago Bayacora poseen un amplio conocimiento en cuanto a la identificación y uso de diversas especies. Principalmente las mujeres adultas de la comunidad tienen conocimiento tradicional sobre los nopales de la región, ya que ellas se encargan de recolectar, comercializar y usar los nopales y sus frutos para diversos fines (alimento para humanos y ganado, medicinal).

La nomenclatura vernácula utilizada y los principales usos reportados para las especies coinciden con los registrados en otras partes de México. En general, los recolectores identifican los nopales por atributos de cladodio y fruto en función de su uso. Esta clasificación vernácula coincide en la mayor parte de los casos con la Linneana.

Los habitantes de la comunidad hacen la recolecta en los sitios más cercanos a sus zonas de residencia y se aventuran menos a lugares más distantes. Considerando que Opuntia es un recurso de importancia económica para los pobladores, poco se hace para su cuidado y manejo. Aunque es de esperarse que sea considerable la presión sobre las poblaciones de nopales cercanas a las áreas habitadas. Hasta el momento ésta no ha sido cuantificada, y se desconoce el estado de conservación de estas especies.

 

AGRADECIMIENTOS

El desarrollo del presente trabajo fue financiado por CONACYT y el Instituto Politécnico Nacional a través de las becas del PNPC (244516 y 244578) y PIFI (SIP 20120895 y 20120146), respectivamente, otorgadas a la primera y segunda autoras; así como SIP 2012-1104 a CLG, y por SINAREFI a través del proyecto FRU-NOP-11-1. Se agradece a profesores, compañeros y dos revisores anónimos por sus opiniones y comentarios que ayudaron a mejorar este documento, así como a los habitantes de la comunidad de Santiago Bayacora por compartir su conocimiento y experiencia.

 

LITERATURA CITADA

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