SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.18 número1Criterios para la selección de especies herbáceas ornamentales para su uso en paisajismoAserrín de pino como sustrato hidropónico. I: Variación en características físicas durante cinco ciclos de cultivo índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Revista Chapingo. Serie horticultura

versión On-line ISSN 2007-4034versión impresa ISSN 1027-152X

Rev. Chapingo Ser.Hortic vol.18 no.1 Chapingo ene./abr. 2012

 

El sistema productivo del nopal tunero (Opuntia albicarpa y O. megacantha) en Axapusco, Estado de México. Problemática y alternativas

 

Cactus pear (Opuntia albicarpa and O. megacantha) production system in Axapusco, Estado de México. Problems and alternatives

 

Sergio Roberto Márquez–Berber1 y 2*; Cristina Torcuato–Calderón2; Gustavo Almaguer–Vargas1; María Teresa Colinas–León1; Abdul Khalil Gardezi3

 

1 Departamento de Fitotecnia. Universidad Autónoma Chapingo. km 38.5 carretera México–Texcoco. Chapingo, Estado de México. C. P. 56230. MÉXICO.

2 CIIDRI. Universidad Autónoma Chapingo. Chapingo, Estado de México. C. P. 56230. MÉXICO. Correo–e: smarquezb@taurus.chapingo.mx (*Autor para correspondencia).

3 Instituto de Recursos Naturales, Programa de Hidrociencias. Colegio de Postgraduados. Montecillo, Estado de México. C. P. 56230. MÉXICO.

 

Recibido: 6 de febrero, 2009.
Aceptado: 18 de enero, 2012.

 

Resumen

El objetivo del presente trabajo fue caracterizar el proceso productivo del nopal tunero en Axapusco, Estado de México mediante encuestas a productores y entrevistas a los actores clave. La mayoría de los productores son ejidatarios (73 %). El sistema de producción tiene una gran variabilidad. Barbechan (37 %) y subsolean (34 %) para preparar el suelo. La densidad más común es de 600 a 700 plantas por hectárea (38 %). La distancia de 4.0 m x 4.0 m es la más utilizada (55 %). La variedad cultivada predominante (74 %) es la blanca (Opuntia albicarpa). El 67 % de los productores deshierba de forma manual. El 54 % de los productores aplican estiércol fresco de vaca. La gran mayoría de los productores no reciben asesoría técnica (96 %). El 71 % de los productores declaró que no reciben ningún apoyo gubernamental. El problema más importante para los agricultores es el control de plagas y enfermedades (34 %). Le siguen los precios bajos de la tuna y el manejo de las huertas (ambos con 21 %). En ellos concurre como causa subyacente la falta de conocimiento técnico. Se requieren varias estrategias para solucionar esta problemática. Destaca realizar el composteo del estiércol, el uso de bioinsecticidas para control de insectos y mejorar la organización.

Palabras clave: Tuna, prácticas agrícolas, plagas.

 

Abstract

The objective of this work was to characterize cactus pear production system in Axapusco, Estado de México by performing surveys among farmers and interviews to key participants. Most are peasants and have parcels in "ejidos" (73 %). The production system shows high variability. They plow the surface (37 %) or the subsoil (34 %). The typical density is 600 to 700 plants per hectare (38 %). The common distance between plants is 4.0 m by 4.0 m (55 %). The white cactus pear (Opuntia albicarpa) is predominant in the region (74 %). Two–thirds of the farmers use manual weed control. Fresh cattle manure is used by 54 % of the farmers. Most farmers do not receive any technical assistance (96 %). Furthermore, a large proportion of the farmers said they do not receive any governmental subsidy (71 %). The most important problem for farmers is the control of pests and diseases (34 %); followed by low fruit price and orchard management (both 21 %). The lack of technical knowledge is behind those problems. Several strategies are required to solve these problems. Highlighting, that farmers have to compost of the manure, use bio–insecticides for pest control and improve their organization.

Keywords: Prickly pear, farming practices, pests.

 

INTRODUCCIÓN

El nopal se encuentra clasificado en el género Opuntia, el cual pertenece a la subfamila Opuntioideae. Hay más de 360 especies de este género, que es el mayor de la familia de las cactáceas. Tiene una amplia distribución en el continente americano (Segura et al., 2007; Caruso et al., 2010). En México se encuentra la mayor riqueza de especies y cultivares de nopal del mundo y se le considera uno de los dos centros de origen y dispersión del género. El otro está en Sudamérica. Por sus numerosas virtudes nutritivas, químicas, industriales, ecológicas, medicinales y simbólicas, entre otras, el nopal representa el recurso vegetal más importante, desde el punto de vista económico–social, para los habitantes de las zonas áridas y semiáridas de México. Esta planta fomenta el arraigo de los campesinos a sus tierras, ya que mediante la producción, la recolección y la venta, tanto de frutos como de brotes tiernos obtienen un ingreso adicional que complementa el gasto familiar (Gallegos y Méndez, 2000).

Existen problemas en la nomenclatura tanto del género Opuntia como en otros géneros de la subfamilia Opuntioideae. Esto se debe a los escasos caracteres morfológicos, al elevado nivel de plasticidad fenotípica, a la diversificación, a la ocurrencia de poliploidia y a la hibridación intergenérica (Wallace y Gibson, 2002; Felker et al., 2006; Segura et al., 2007; Caruso et al., 2010). El nopal pertenece a las Platyopuntias, que tienen tallos planos denominados cladodios (Gibson y Nobel, 1986). Las especies principalmente cultivadas, en México, son O. megacantha, O. streptacantha, O. albicarpa, O. amyclaea, O. robusta, O. hyptiacantha, O. cochenillifera (sin. Nopalea cochenillifera) y O. ficus indica, la más difundida y de mayor importancia económica (Pimienta, 1994; Mondragón, 2001; Caruso et al., 2010).

O. ficus indica posiblemente fue domesticada hace 9,000 años en la parte central de México (Griffith, 2004), pero su concepto taxonómico es incierto. Usando marcadores microsatelitales se encontró que no forma un agrupamiento separado de otras especies cultivadas: O. amyclaea, O. megacantha, O. streptacantha, O. fusicaulis, and O. albicarpa (Caruso et al., 2010).

El cultivo del nopal tunero es relativamente reciente en el nororiente del Estado de México. Se inició como un recurso para el control de la erosión. Ahora es una buena alternativa económica para los productores, una de las actividades más importantes y una de las pocas opciones agrícolas, debido a las condiciones edáficas y climáticas de la zona.

En esta región se cultivan dos tipos de tuna: la llamada "blanca" y la "roja". La tuna blanca ha sido clasificada como Opuntia albicarpa y la roja como Opuntia megacantha. Sin embargo, estudios genéticos recientes en los que se ha estudiado un gen nuclear, uno mitocondrial y otro del cloroplasto no permiten diferenciar estas especies ni otras cultivadas1. Caruso et al. (2010) concuerdan con esta conclusión. Por ello, debe revisarse la clasificación taxonómica y plantear a las variantes como variedades, en lugar de diferentes especies.

En la última década la superficie sembrada ha permanecido estable en el estado de México, pero la producción ha disminuido 29 % entre 2003 y 2010. Esto se debe a que los rendimientos han disminuido casi un tercio en el periodo mencionado (SAGARPA, 2011). Se pueden observar huertas abandonadas y algunas otras que han sido destruidas. Es necesario investigar las razones de este deterioro.

De ahí la importancia de estudiar el proceso productivo para buscar alternativas de manejo que permitan tener una disminución en los costos de producción, así como incrementar los rendimientos del cultivo para tener mayor rentabilidad. Por lo tanto, el objetivo del presente trabajo fue caracterizar el proceso productivo del nopal tunero (Opuntia spp.) en el municipio de Axapusco, Estado de México, de forma que permita la identificación de la problemática del cultivo, para poder plantear soluciones.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

En el presente trabajo se realizó la caracterización del proceso de producción del cultivo en el municipio de Axapusco, Estado de Méxicosta se inició con la obtención del padrón de productores de tuna y de organizaciones de productores en el H. Ayuntamiento de Axapusco y en la delegación de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario del Estado de México (SEDAGRO). Del universo de productores de nopal presentes en el municipio2 se procedió a obtener una muestra representativa al azar con un 85 % de confiabilidad, consistente en 65 productores. Se hizo el mismo número de encuestas con un formato previamente diseñado con preguntas cerradas. Además se realizaron cinco entrevistas abiertas a líderes de las organizaciones de las diferentes comunidades, a funcionarios del municipio de Axapusco y de la Delegación de SEDAGRO relacionados con la atención de programas de apoyo a los productores de nopal tunero.

En el cuestionario se consideraron aspectos tecnológico/productivos tales como preparación del terreno, densidad de siembra y distancia entre plantas, variedades cultivadas, labores culturales, tipo y dosis de fertilización, asesoría técnica y capacitación. Por otro lado, respecto al ámbito socioeconómico se consideraron el tipo de propiedad y la recepción de apoyos para la producción.

Una vez recabada, dicha información se ordenó y se sistematizó para obtener con ella su estadística descriptiva. Se determinaron los aspectos más relevantes del proceso productivo de nopal tunero. La identificación de la problemática se hizo con base en las entrevistas con los líderes de productores y funcionarios municipales y gubernamentales, y el acumulado de las respuestas sobre las limitantes en las encuestas a los productores.

Para el análisis de la problemática y el planteamiento de alternativas, se utilizó la metodología de marco lógico.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El 73 % de la superficie cultivada con nopal tunero es ejidal y el restante 27 % es propiedad privada. Esto se explica porque la mayor parte de los productores son mayores a 60 años, lo que limita su actividad física. Ellos requieren de una opción productiva que con una menor inversión y menores cuidados pueda obtener una cosecha comercializable con mayor seguridad. Además, el cultivo es atractivo para los productores con menores ingresos, que generalmente son del sector social. Estos obtienen otros ingresos de trabajos no agrícolas y pueden dedicar menos tiempo y recursos a las actividades del campo.

Si bien en la actualidad ya se dan procesos de compraventa en la comunidad, de manera general se llevan a cabo con integrantes del mismo grupo ejidal, lo que limita el cambio de uso de suelo y promueve la permanencia de este cultivo. Sumado a lo anterior, la comunidad aún presenta superficie suficiente para el desarrollo urbano, lo que ha evitado la utilización de tierras ejidales con fines habitacionales.

En lo que se refiere a la preparación del terreno, el 37 % de los productores realizan barbecho, el 34 % subsolean y el 29 % sólo realizan surcado como preparación del terreno antes de establecer la huerta. Estas labores son menores a las recomendadas por Corrales y Flores (2003), quienes, para lograr tener el terreno mullido que permita el adecuado desarrollo radicular, sugieren pasar el arado y cruzar, pasar rastra y cruzar y, si el terreno lo requiere, pasar un arado de subsoleo antes de establecer la plantación.

En la mayoría de las huertas (88 %) se realizan labores mínimas (control de malezas), salvo en los casos en que se hace la sustitución de plantas enfermas o demasiado viejas, así como aquellas plantas que han mermado la producción de fruto y sólo manifiestan desarrollo vegetativo ("amachamiento", enfermedad también conocida como "engrosamiento del cladodio").

Los productores que van a abrir nuevas áreas al cultivo buscan disminuir los costos de producción mediante una preparación mínima del terreno, pues la rentabilidad del cultivo es baja, por lo que no resulta conveniente invertir en muchas de las labores agrícolas, y por ende en las dos terceras partes sólo realizan una actividad, ya sea subsoleo o surcado.

Entre los productores que realizan subsoleo, la principal razón es la eliminación de raíces de plantas no deseables presentes en el terreno, así como el retiro de piedras. Por otro lado, el barbecho lo realizan con la finalidad de aflojar la tierra y facilitar el desarrollo radicular. En el caso del surcado lo hacen para simplificar el método de siembra, que en este caso es a tresbolillo, buscando uniformidad en las unidades de producción.

Uno de los aspectos que influyen en el desarrollo y manejo del cultivo es la densidad de población, la cual para el caso de Axapusco varía desde 400 (14 % de las huertas) hasta más de 700 plantas por hectárea (29 %). La densidad más común es de 600 a 700 plantas por hectárea (38 %). Este margen es más amplio que el encontrado en la región centro norte de México, que cuenta con plantaciones de entre 5.0 y 6.0 metros entre hileras y de 4.0 a 5.0 metros entre plantas con densidades de 333 a 500 plantas por hectárea. Es similar a lo recomendado por Corrales y Flores (2003), de utilizar distancias de 5.0 a 6.0 metros entre hileras y de 2.5 a 3.0 metros entre plantas para tener una densidad de plantación de 555 a 800 plantas por hectárea, lo que posibilita el acceso a maquinaria y hace más eficiente el manejo del huerto.

En unidades de producción con menor superficie, llegan a presentar una densidad de población más alta, debido a que buscan aprovechar al máximo el poco espacio que tienen. La lógica de los productores detrás de esta decisión es la obtención de un mayor rendimiento a través de un mayor número de plantas, aunque esto dificulte las labores de manejo del cultivo. Los productores están conscientes de que una mayor densidad de población implica la realización de labores de forma manual, pero esto no les preocupa porque carecen de medios para mecanizarlas y conocen la dificultad de hacerlo en pequeñas superficies.

Cuando la densidad de población es baja se debe a que algunas de estas huertas fueron establecidas inicialmente para el control de la erosión, sin fines comerciales. Otro factor para ello es que el productor posee una gran superficie de cultivo, lo cual fomenta la producción extensiva.

La distancia de las plantas dentro de las huertas también es muy diversa, variando en un rango desde 3.0 m x 3.0 m (15 % de las huertas) hasta 6.0 m x 6.0 m (5 %). La distancia de 4.0 m x 4.0 m es la más utilizada (55 %), con una distribución en tresbolillo, debido a que son huertas relativamente jóvenes (menores a 10 años) establecidas con fines comerciales, en las que buscan optimizar el espacio y facilitar las labores de cultivo y el desarrollo adecuado de las plantas, para obtención de frutos de mayor calidad.

La gran heterogeneidad en densidades de población y distanciamiento entre plantas es resultado de la carencia de investigación y de asistencia técnica a la mayoría de los productores para el establecimiento de sus huertas, por lo que proceden empíricamente, sin considerar criterios agronómicos ni una planificación para el manejo futuro del huerto.

En esta región la variedad cultivada predominante es la blanca, también denominada "blanca de Alfajayucan", "blanca San Martín" o "Reyna", con un 74 %, mientras que la tuna roja, o "roja San Martín" o "morada San Martín", sólo el 26 % de los agricultores la cultivan. En cambio, en la región sureste del estado de Zacatecas los huertos comerciales se encuentran con cuatro cultivares principales: "burrona", "cristalina", "pico chulo" y "amarilla montesa", además de pequeñas superficies de otros cultivares como "blanca San José" y "rojo pelón", como lo describen Gallegos et al. (2003).

Si bien para los productores la variedad roja tiene mejor sabor, es menos cultivada porque al momento de la cosecha requiere de mayores cuidados, y una vez cosechada el periodo de vida de anaquel es también menor. Además, la variedad blanca tiene un precio de venta más estable.

El deshierbe es una práctica importante, ya que el realizarla facilita las labores de cosecha. En el área estudiada, el 67 % de los productores efectúa esta práctica de forma manual. Esta actividad se lleva a cabo durante la temporada de lluvias; se hace cuando la maleza emerge y coincide con la época de maduración del fruto. Los productores aseguran que la aplicación de herbicidas durante este periodo afecta el desarrollo del fruto, por lo que evitan su uso. El tercio restante lleva a cabo el deshierbe mediante la aplicación de productos químicos, pero en una etapa posterior a la maduración del fruto.

Lo anterior es similar al control que realizan en la región sureste del estado de Zacatecas, donde se limitan a controlar las malezas con azadón o machete después de cada lluvia (Gallegos et al., 2000). Difiere de países como Italia y EEUU, donde para el control de malezas se realiza el paso de la rastra por las calles de las huertas de seis a ocho veces al año, con lo cual se mantiene el suelo "suelto" y libre de malezas todo el año (Corrales y Flores, 2003).

Es importante mencionar que uno de los motivos por los que en su mayoría hacen el deshierbe de forma manual, es la utilización de mano de obra familiar no remunerada para esta actividad, por lo que no se eroga dinero para hacerlo. Mientras que en el caso de la aplicación de algún tipo de herbicida, además de comprar dichos productos, en ocasiones deben rentar los equipos necesarios y pagan la mano de obra para su aplicación.

Para el caso de la fertilización, el 54 % de los productores aplican estiércol fresco de vaca, generalmente cada dos años. Esta práctica presenta problemas, pues la materia orgánica aplicada demora en descomponerse e inmoviliza el nitrógeno del suelo en el proceso, lo que impide su rápido aprovechamiento. Además de que su contenido de nitrógeno es bajo, parte de éste se pierde por desnitrificación y el contenido de otros minerales puede salinizar el suelo (García–Hernández et al., 2010). El estiércol fresco favorece la reproducción de plagas del suelo (Mochiah et al., 2011). También representa un riesgo sanitario potencial para los consumidores, lo que contraviene las Buenas Prácticas Agrícolas y la garantía de inocuidad del producto.

El 23 % fertiliza con productos químicos y los aplica una vez al año, mientras que otro porcentaje similar realiza aplicaciones de fertilizante químico y estiércol de forma intercalada. Nuestros resultados son semejantes a los de Zacatecas, donde la fertilización no es generalizada, pero el porcentaje de productores que abonan con estiércol sus huertas es mayor (48.1 %) que el correspondiente a aquellos que adicionan fertilizantes químicos (27.6 %) (Gallegos et al., 2003).

Pimienta (1990) recomienda la fertilización de los huertos de nopal tunero, ya que la aplicación conjunta de fertilizantes minerales y orgánicos ha revelado respuestas positivas. Los fertilizantes minerales liberan rápidamente los nutrientes y satisfacen las necesidades inmediatas de la planta. Los estiércoles pueden ser un abastecimiento continuo de nutrimentos, además de proporcionar elementos menores, que en el caso de fertilizantes minerales no son aplicados. Sin embargo, se puede requerir de la aplicación de otros nutrimentos como potasio (Alves et al., 2007). El uso de estiércoles es económicamente viable y ambientalmente sostenible; mejora la calidad de la tuna y alarga la vida productiva de la planta (Vázquez et al., 2006).

En el caso de la fertilización con estiércol las dosis varían desde 10 t·ha–1 hasta más de 40 t·ha–1. La cantidad aplicada está determinada en la mayoría de los casos por los apoyos del municipio para la compra del abono y por la capacidad económica de los productores.

En su gran mayoría los productores no reciben asesoría técnica (96 %). Tampoco hay presencia, dentro de la región productora de tuna, de instancias que realicen investigación, validación o transferencia de tecnología. Esto explica la gran variabilidad encontrada en las prácticas culturales, ya que el proceso productivo del cultivo de nopal tunero es realizado de manera empírica.

Sólo el 4 % recibe asesoría técnicasta es impartida en la mayoría de los casos por técnicos pagados por las instancias gubernamentales como SEDAGRO. En algunas ocasiones han recibido talleres mediante técnicos contratados por el municipio. Sin embargo, los productores no están dispuestos a pagar por los servicios de capacitación, pues en la mayoría de los casos no lo consideran necesario o bien la falta de rentabilidad no lo permite.

Los apoyos recibidos por los productores son escasos. El 71 % declaró que no reciben ningún apoyo directo de las instancias gubernamentales o de alguna otra dependencia. Sólo el 29 % de ellos reciben algún tipo de apoyostos provienen de las autoridades del municipio, como es el caso del pago parcial (50 %) para la compra de estiércol, lo que ha permitido que puedan acceder a este insumo, que de otra forma les sería difícil pagar. Otro es el destinado a la sustitución de nopal con disminución de producción ("amachamiento" o "engrosamiento del cladodio"), donde SEDAGRO, con fondos estatales, les proporciona el recurso para la adquisición de nuevas plantas. Algunos otros reciben apoyos de "Alianza para el campo" para la compra de activos (principalmente tractores).

Problemática identificada por los productores

Entre los problemas más importantes identificados (Cuadro 1), destaca el control de plagas y enfermedades. El 34 % de los agricultores lo considera como el problema más apremiante. Detrás de esta percepción se encuentra tanto la falta de conocimiento de los productores como la falta de asistencia técnica. Los métodos de combate son por recomendación de otros productores o de los vendedores de agroquímicos. La inefectividad de los métodos empleados para el control de plagas como la cochinilla o grana (Dactylopus indicus Green), el costo de los errores, como la fitotoxicidad en el cultivo por dosis inadecuadas, y el avance del "amachamiento" o "engrosamiento del cladodio" (cuyo agente causal sigue en estudio), son componentes importantes de esta limitante.

Uno de los aspectos que puede fomentar una mayor incidencia de plagas, enfermedades y malezas es la aplicación de estiércoles frescos o semi descompuestos, los cuales son una fuente de contaminación y proliferación de agentes causantes de enfermedades, así como de la aparición de un número mayor de plagas y enfermedades (Mochiah et al., 2011). Asimismo, la aplicación de una cantidad excesiva de estiércoles, como la efectuada por algunos productores, puede generar problemas de contaminación tanto del suelo como de los mantos freáticos de la región. Otro factor a considerar es la variedad limitada de los agroquímicos empleados, pues los proveedores de ellos en el municipio son pequeños. La gama de productos que ofrecen es reducida y la información que se proporciona al productor sobre éstos y su manejo es mínima, ya que los comerciantes generalmente carecen del conocimiento técnico. Esto puede incrementar el margen de error en la aplicación de los mismos.

Una limitante más es la adquisición de los insumos para su control, reducida por la falta de capital del productor.

En consecuencia, sólo adquiere lo mínimo para poder llevar a cabo el proceso productivo. El elevado aumento en los precios de los agroquímicos ocurrido desde 2006 ha complicado más este escenario (Huang, 2009). Lo anterior se ve reflejado en un escaso o casi nulo control de plagas, enfermedades y malezas. A pesar de que el productor pudiera tener el conocimiento empírico sobre los agentes causales o de su control, no puede afrontar estos retos en tiempo y forma adecuados.

Siguen en orden de importancia los precios bajos de la tuna. Para el 21 % de los agricultores representan una limitante para el desarrollo de su actividad. La mayoría de los productores venden su producción en un tianguis localizado en Santiago Acolman, a compradores que acuden a sus comunidades o al lado de carreteras cercanas a la zona de producción. Empacan las tunas desespinadas, sin clasificar, en cajas de madera. Los compradores son intermediarios, que seleccionan y reempacan los frutos para su venta a otros mayoristas.

En Axapusco, la época de cosecha es de junio a septiembre. Las primeras cosechas, en junio, y las últimas, a partir de septiembre, tienen el mejor precio porque el volumen producido es bajo. En estos breves lapsos, los productores pueden obtener ganancias, pero cuando la producción aumenta, los precios disminuyen. Del precio obtenido, un 40 % se destina al desespinado y empacado (cuando se contrata mano de obra), y el 35 % es el costo de la caja de madera. Con el 25 % restante se deben cubrir los gastos de transporte al sitio de venta y el mantenimiento de la huerta.

El manejo de las huertas también representa un problema señalado por los agricultores (21 %). Esto también se relaciona con la falta de investigación, transferencia de tecnología y asistencia técnica en la zona de estudio. Por ello, no existió planificación para el establecimiento de las huertas. Así se hace difícil o imposible realizar o, peor aún, mecanizar las labores. El cuidado de las huertas depende de la expectativa de precios de venta de la tunasta se determina por los precios obtenidos en el ciclo anterior.

Para el 8 % de los productores las condiciones climáticas que influyen, afectan negativamente el desarrollo del cultivo. El clima en la región es templado semiseco con precipitaciones inferiores a los 600 mm y riesgo de heladas entre septiembre y marzo, aunque pueden presentarse fuera de ese periodo. Las heladas y sequías los afectan periódicamente y los rendimientos se ven mermados. Por ejemplo, la sequía sufrida en 2009 redujo los rendimientos en casi 42 % con respecto a los obtenidos en 2008 (SAGARPA, 2011).

La precaria situación del cultivo se ha agravado, ya que desde 2003 se rompió la tendencia ascendente del rendimiento y éste ha decrecido hasta 2010 en casi un tercio (SAGARPA, 2011). Las limitantes citadas anteriormente y la emergencia de otras opciones económicas más rentables, como el comercio, han provocado un paulatino abandono de las huertas.

A consecuencia de esta situación, la competitividad de la producción de tuna en el Estado de México está disminuyendo. Si continúan las tendencias, Zacatecas lo superará como la entidad con mayor producción de este fruto.

El rendimiento de tuna del estado de México en 2010 (8.98 t·ha–1) guarda ya poca diferencia con el obtenido en San Luis Potosí (7.78 t·ha–1) y en Zacatecas (7.09 t·ha–1), entidades con mayores limitantes agroclimáticas y a las que superaba por amplio margen. Además es sólo la tercera parte del alcanzado en Durango, entidad con la mayor productividad, y poco más de la mitad del cosechado en Puebla (SAGARPA, 2011).

La problemática identificada por los productores de Axapusco no difiere de la encontrada en otras zonas productoras, como es el caso del área destinada a este cultivo en el estado de Zacatecas, que enfrenta una problemática compleja reflejada finalmente en precios bajos para el producto. Como consecuencia, hay una baja rentabilidad de la actividad (Gallegos et al., 2003).

Ante esta situación, se requiere diseñar e implementar acciones para incrementar la rentabilidad de los productores de tunastas deben estar dirigidas tanto al proceso productivo como al de cosecha, al de poscosecha y al de comercialización. Por ser el objeto de este artículo, nos limitaremos sólo a plantear las alternativas para mejorar el proceso productivo.

Como punto de partida, los cambios en el proceso productivo deben propiciar el cumplimiento de los requerimientos del mercado para este fruto. Deben estar dirigidos a productores del sector social, con limitantes de recursos, en los que se incluye la superficie cultivada (la mayoría oscila entre 0.25 y 5 ha).

En los problemas expresados por los productores concurre como causa subyacente la falta de conocimiento técnico sobre la forma de realizar los diferentes componentes del proceso técnico. La investigación sobre el cultivo realizada en la zona es escasa y la transferencia de tecnología es casi nula. Para subsanar esta limitante proponemos las siguientes estrategias:

1. Investigación tradicional.

2. Validación y transferencia de tecnología.

3. Redes de innovación.

4. Capacitación y asistencia técnica.

La investigación tradicional debe ser hecha por personal especializado, principalmente en campos experimentales, y debe estar dirigida a la creación de nuevas variedades y prácticas culturales que hagan al nopal más tolerante a las condiciones climáticas adversas. Este es el caso de las que pueden propiciar problemas de fructificación y amarre de frutos durante periodos largos de sequía, así como los daños directos relacionados con el desarrollo de las plantas en temperaturas abajo del punto de congelamiento.

Es necesario obtener variedades con una resistencia horizontal a las principales plagas y enfermedades. Además, el mejoramiento debe propiciar un periodo productivo más largo. En el caso de la tuna roja también hay que encontrar variedades más resistentes al manejo y con mayor vida de anaquel.

Hay que dedicarse a encontrar alternativas de cultivo que aumenten la producción y disminuyan los costos. Se requieren métodos más eficientes y de bajo costo para el control de plagas, en especial las de más difícil control como la cochinilla o grana (Dactylopus indicus Green). También se debe identificar al agente causal del "amachamiento" o "engrosamiento del cladodio". Pueden esperarse resultados de este enfoque en el mediano y largo plazo.

Con relación a la validación y transferencia de tecnología, en otras regiones del mundo y del país donde se cultiva este fruto existen tecnologías que han probado ser exitosas. Hay que validarlas en las condiciones del Estado de México para conocer su comportamiento y así poder transferir las más adecuadas. Un ejemplo es el desfasamiento de la cosecha y la producción de tunas sin semilla, las cuales aún deben ser validadas en la región como opción para solucionar el problema de la estacionalidad e incrementar el valor de la producción.

El 70 % de las innovaciones que realizan los productores provienen de sí mismos o de otros cultivadores. Ellos deben ser actores primordiales tanto en los procesos de innovación como en la transferencia de tecnología. La formación de redes de innovación es la mejor opción (Muñoz y Santoyo, 2010). En ellas se trabaja para identificar a los productores con mayor potencial de innovación para que a través de ellos se puedan difundir los avances tecnológicos.

En cuanto a la capacitación, con la finalidad de subsanar otras deficiencias del proceso se propone realizar diversos talleres prácticos de adiestramiento en áreas de manejo del cultivo, conservación de suelos, control de la erosión, composteo de estiércoles, manejo de agroquímicos (dosis, épocas de aplicación, métodos de aplicación convencionales y/o alternativos, seguridad, etc.), captación de agua de lluvias en microcuencas o con habilitación de jagüeyes, entre otros aspectos.

El composteo de estiércoles, además de favorecer el aprovechamiento de los mismos, contribuirá a mejorar la calidad de los suelos, disminuirá la presencia de propágulos de malezas, aparición de plagas y enfermedades, reducirá la contaminación del suelo y mantos freáticos por efecto de lixiviación, mejorando con ello el sistema de producción y permitiendo realizar prácticas más inocuas.

Hay que proporcionar también entrenamiento para la realización de algunas prácticas como en el caso de aplicaciones foliares. Su aplicación incorrecta afecta al fruto directamente. Provoca desde el aborto de la flor hasta variaciones en la coloración y aparición de manchas por quemaduras, lo que merma la calidad del fruto. Asimismo, afecta la calidad organoléptica del producto y contribuye a una vida de anaquel más corta. En el cladodio puede causar fitotoxicidad.

Varios de los esfuerzos para organizar a los productores han fracasado, por lo que es necesario proporcionar capacitación y asistencia técnica para la formación de organizaciones sólidas.

En la disminución de los costos de producción es importante tomar en cuenta que realizando la compra de insumos consolidada se podrán obtener mejores precios y mayores beneficios, como los traslados de los productos a la comunidad por los proveedores mayoristas o los fabricantes. Como productores organizados es más factible que puedan dotarse de infraestructura y equipo que les permita desarrollar más eficientemente y a menor costo sus actividades.

 

CONCLUSIONES

De acuerdo con el análisis de los resultados obtenidos en la caracterización del proceso de producción de tuna en el municipio de Axapusco, éste es muy heterogéneo y de manera general se realiza de forma empírica, además de que en muchos de los casos está supeditado al capital de que dispongan los productores para invertir y en menor medida a los apoyos que reciban de las autoridades federales, estatales y municipales para el fomento de la producción.

El manejo de las unidades de producción es ineficiente, ya que las labores de cultivo pueden o no realizarse igual que años anteriores, ya sea porque no lo consideran necesario o debido a los precios obtenidos en la cosecha pasada. Si son menores a lo esperado por el productor, traen como consecuencia la reducción de las prácticas previas a la cosecha.

Aun cuando existe investigación respecto a este cultivo, en la región tunera del Estado de México, el desarrollo tecnológico aún es incipiente y la información que reciben los productores para mejorar el sistema de producción es mínima. Se requieren grandes esfuerzos para generar y trasladar conocimiento a los productores con su activa participación, así como proporcionar la capacitación y asistencia técnica necesaria.

 

LITERATURA CITADA

ALVES, R. N.; FARIAS, I.; MENEZES, R. S. C.; LIRA, M. DE A.; SANTOS, D. C. DOS. 2007. Prickly pear (Opuntia ficus indica) fodder production after 19 years of cultivation under different planting densities and harvest intensities. Caatinga 20(4): 38–44.         [ Links ]

CARUSO, M.; CURRO, S.; LAS CASAS, G.; LA MALFA, S.; GENTILE, A. 2010. Microsatellite markers help to assess genetic diversity among Opuntia ficus indica cultivated genotypes and their relation with related species. Plant Syst. Evol. 290: 85–97.         [ Links ]

CORRALES G., J.; FLORES V., C. 2003. Nopalitos y Tunas: Producción, Comercialización, Postcosecha e Industrialización. Primera edición. Universidad Autónoma Chapingo. Chapingo, México. 225 p.         [ Links ]

FELKER, P.; PATERSON A.; JENDEREK, M. M. 2006. Forage potential of Opuntia clones maintained by the USDA National Plant Germplasm System (NPGS) collection. Crop Sci. 46: 2161–2168.         [ Links ]

GALLEGOS V., C.; CERVANTES H., J.; CORRALES G., J.; MEDINA G., G. 2003. La cadena productiva del nopal en Zacatecas: Bases para un desarrollo sostenido. Primera edición. Universidad Autónoma Chapingo, Fundación Produce Zacatecas A.C., Secretaría de Economía. Zacatecas, México. p. 167–173.         [ Links ]

GALLEGOS V., C.; MÉNDEZ G, S. 2000. La tuna: Criterios y técnicas para su producción comercial. Primera edición. Universidad Autónoma Chapingo, Fundación PRODUCE Zacatecas–Colegio de Postgraduados. Chapingo, México. 164 p.         [ Links ]

GARCÍA H., J. L.; MURILLO A., B.; NIETO G., A.; FORTIS H., M.; MÁRQUEZ H., C.; CASTELLANOS P., E.; QUIÑONES V., J. DE J.; ÁVILA S., N. Y. 2010. Avances en investigación y perspectivas del aprovechamiento de los abonos verdes en la agricultura. Terra Latinoamericana 28(4): 391–399.         [ Links ]

GIBSON, A. C.; NOBEL, P. S. 1986. The cactus primer. Harvard University Press, Cambridge. 286 p.         [ Links ]

GRIFFITH, M. P. 2004. The origins of an important cactus crop, Opuntia ficus–indica (Cactaceae): new molecular evidence. Am. J. Bot. 91: 1915–1921.         [ Links ]

HUANG, W. 2009. Factors Contributing to the Recent Increase in U.S. Fertilizer Prices, 2002–08. Outlook AR–33. A Report from the Economic Research Service. USDA. http://www.ers.usda.gov/Publications/AR33/AR33.pdf        [ Links ]

MOCHIAH, M. B.; BAIDOO, P. K.; OWUSU–AKYAW, M. 2011. Influence of different nutrient applications on insect populations and damage to cabbage. Journal of Applied Biosciences 38: 2564–2572.         [ Links ]

MONDRAGÓN J., C. 2001. Cactus pear breeding and domestication. Plant Breed Rev. 20: 135–166.         [ Links ]

MUÑOZ R., M; SANTOYO C., V. H. 2010. Pautas para desarrollar redes de innovación rural. En ÁVILA A., J.; ALTAMIRANO C., J. R.; RENDÓN M., R (Coord.). Del extensionismo agrícola a las redes de innovación rural. Primera edición. Universidad Autónoma Chapingo. Chapingo, México. pp. 71–102.         [ Links ]

PIMIENTA B., E. 1990. El nopal tunero. Departamento de Investigación Científica y Superación Académica de la Universidad de Guadalajara, UG. Guadalajara Jalisco, México. 246 p.         [ Links ]

PIMIENTA B., E. 1994. Prickly pear (Opuntia spp.): a valuable fruit crop for the semi–arid lands of Mexico. J. Arid. Environ 28: 1–12.         [ Links ]

SEGURA, S.; SCHEINVAR, L.; OLALDE, G.; LEBLANC, O.; FILARDO, S. MURATALLA, A.; GALLEGOS, C.; FLORES, C. 2007. Genome sizes and ploidy levels in Mexican cactus pear species Opuntia (Tourn.) Mill, series Streptacanthae Britton et Rose, Leucotrichae DC., Heliabravoanae Scheinvar and Robustae Britton et Rose. Genet. Resour. Crop. Evol. 54: 1033–1041.         [ Links ]

SAGARPA. 2011. SECRETARÍA DE AGRICULTURA, GANADERÍA, DESARROLLO RURAL, PESCA Y ALIMENTACIÓN. Sistema de Información Agroalimentaria de Consulta 19802010 (SIACON). México. SIAP. SAGARPA. Descargado el 9 de diciembre de 2011.         [ Links ]

VÁZQUEZ A., R. E.; OLIVARES S., E.; ZAVALA G., F.; VALDEZ C., R. D. 2006. Utilization of manure and fertilizers to improve the productivity of cactus pear (Opuntia spp.) a review. Proceedings of the 5th International Congress on Cactus and Cochineal, Chapingo, Edo. de Mexico, Mexico, 2–7 August 2004. Acta Horticulturae 728: 151–158.         [ Links ]

WALLACE R. S.; GIBSON A. C. 2002. Evolution and systematics. In: Nobel, P. S. (ed) Cacti: biology and uses. University of California Press, Berkeley, pp. 1–22.         [ Links ]

 

NOTAS

1 Comunicación personal de la Dra. Ernestina Valadez Moctezuma. Profesora–Investigadora del Departamento de Fitotecnia, Universidad Autónoma Chapingo, hecha el 9 de septiembre de 2011.

2 Basados en la información de SIMBAD, 2004 y del H. Ayuntamiento Constitucional de Axapusco.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons