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Revista mexicana de ciencias geológicas

versão On-line ISSN 2007-2902versão impressa ISSN 1026-8774

Rev. mex. cienc. geol vol.24 no.1 Ciudad de México Abr. 2007

 

Revista Mexicana de Ciencias Geológicas

 

Mastofaunula de la cuenca de Moctezuma, Cenozoico tardío de Sonora, México

 

Mastofaunula of the Moctezuma basin, late Cenozoic of Sonora, México

 

Oscar Carranza–Castañeda1 y Jaime Roldán–Quintana2

 

1 Centro de Geociencias, Universidad Nacional Autónoma de México, Campus Juriquilla, Apartado Postal 1–742, 76001, Querétaro, Qro., México. carranza@geociencias.unam.mx

2 Estación Regional del Noroeste, Instituto de Geología, Universidad Nacional Autónoma de México, Apartado Postal 1039, 83000, Hermosillo, Sonora, México.

 

Manuscrito recibido: Febrero 20, 2006
Manuscriro corregido recibido: Noviembre 17, 2006
Manuscrito aceptado: Enero 10, 2007

 

RESUMEN

En investigaciones recientes de algunas cuencas del Estado de Sonora, incluyendo la de Moctezuma, se han recolectado fósiles de équidos y de bisonte en sedimentos continentales que sobreyacen a la Formación Báucarit, lo que permite establecer su correlación estratigráfica con las faunas delPleistoceno tardío de México y las faunas de América del Norte. Los estudios sobre la estratigrafía de las cuencas sedimentarias del Terciario tardío del centro de México han demostrado la diversidad de mamíferos que contienen, habiendo definido los índices estratigráficos y la correlación de las faunas de esta edad en México con las faunas de las grandes planicies de América del Norte. Sin embargo, nuestro conocimiento acerca de la estratigrafía de las cuencas sedimentarias del Cenozoico tardío y su contenido de vertebrados fósiles en los estados del norte, Durango, Coahuila, Chihuahua y Sonora, está restringido a algunos reportes aislados e incompletos Lo anterior contrasta con la abundancia de vertebrados fósiles que han sido descritos de las faunas de las grandes planicies en los estado de Arizona, Texas, Nuevo Mexico y el Estado de Florida. En este trabajo se dan a conocer los resultados preliminares de las investigaciones en la cuenca de Moctezuma, en particular en la localidad de San Clemente de Térapa donde se determinó la asociación de Equus excelsus, Equus conversidens y Bison sp.

Palabras clave: Estratigrafía, cuenca, fauna, Formación Báucarit, Sonora, México.

 

ABSTRACT

Recent research in some basins of the Sonora State, including the Moctezuma basin, has permitted the collection of equids and bison fossils which have been located within continental sediments that ove lie the Báucarit Formation. Studies on the stratigraphy of the late Tertiary sedimentary basins of central Mexico have demonstrated the diversity of mammals they contain. It has been possible to define the stratigraphic indexes and the correlation of the faunas of this age in Mexico with those of the Great Plains of North America. However, in the northern states of Durango, Coahuila, Chihuahua and Sonora, our knowledge about the stratigraphy of the sedimentary basins containing late Cenozoic vertebrate fossils is restricted only to some isolated and incomplete reports. This fact contrasts with the abundance of the vertebrate fossils described in the faunas of the Grate Plains in the states of Arizona, Texas, and New Mexico, and the State of Florida. In this paper we present the preliminary results of the studies in the Moctezuma basin, in particular at the locality of San Clemente de Térapa, where the association of Equus excelsus, Equus conversidens and Bison sp. was found.

Key words: Stratigraphy, basin, fauna, Báucarit Formation, Sonora, Mexico.

 

INTRODUCCIÓN

En México existen grandes cuencas sedimentarias rellenas de sedimentos fluvio–lacustres poco consolidados, semejantes a sedimentos aluviales de depósito reciente; por estas características físicas, en los trabajos de geología frecuentemente se refieren a estos sedimentos como aluvión cuaternario. La causa de esta deficiencia de información radica en el desconocimiento de las faunas de vertebrados que se encuentran en la secuencia sedimentaria de las cuencas. Sólo en años recientes se ha reconicido la importancia que tienen los fósiles de vertebrados como marcadores estratigráficos para determinar la edad y establecer la correlación estratigráfica de las cuencas, cuando éstas no contienen rocas o cenizas volcánicas del as cuales se puedan obtener edades absolutas. En la Carta Geológica de México más reciente se hace una mayor distinción de las secuencias sedimentarias en depósitos del Cenozoico tardío (Pleistoceno) y del Terciario tardío (Mioceno–Plioceno).

Aunque los sedimentos continentales cubren una gran extensión en el territorio nacional, nuestro conocimiento de las faunas del Cenozoico tardío se limita al sector central, donde se ha descrito la diversidad de faunas de mamíferos del Terciario tardío, cuya edad ha sido confirmada con edades radiométricas. Las localidades más importantes se encuentran en la cuenca de San Miguel de Allende (Miller y Carranza Castañeda, 1984, 2001; Carranza Castañeda y Miller, 1996, 1998, 2004; Flynn et al., 2005) y en la cuenca de Tecolotlán (Kowallis et al., 1998, 2003; Carranza Castañeda y Miller, 2002); en la región noreste sólo se conoce la localidad de San Josecito, con fauna del Pleistoceno tardío y, en el noroeste de México, la fauna de Yepómera asignada al Henfiliano tardío. Lo anterior pone de manifiesto la limitada información disponible acerca de la estratigrafía continental de las cuencas sedimentarias del norte del país en los estados de Sonora, Sinaloa, Coahuila, Nayarit, Durango y aún Zacatecas. Por este motivo, es necesario iniciar la investigación de estas cuencas para contribuir al conocimiento de la estratigrafía continental del Cenozoico tardío, reconstruir la paleoecología del territorio nacional, conocer las rutas de migración de las faunas, la dispersióny la evolución de los inmigrantes sudamericanos y la diversidad de los mamíferos durante el Cenozoico tardío de México.

En especial es importante iniciar las investigaciones acerca de la estratigrafía continental del Cenozoico tardío en el noroeste de México, en las cuencas sedimentarias del estado de Sonora, donde nuestro conocimiento de la estratigrafía del Cenozoico tardío y de las faunas de mamíferos se reducen a unos cuantos reportes, algunos de los cuales carecen de información confiable. Esta realidad contrasta con la información de las diferentes faunas que han sido descritas en las localidades del sur del estado de Arizona, las cuales contienen una gran diversidad de mamíferos. Es importante señalar que no existe ninguna barrera geológica que impidiera la distribución de estas faunas hacia el sur.

De acuerdo a lo expuesto anteriormente, es necesario iniciar las investigaciones de las cuencas sedimentarias del estado de Sonora para llenar el vacío de información que actualmente existe entre las faunas del centro de México y las faunas de las Grandes Planicies de América del Norte en los estados de California, Arizona, Texas y Florida, que han sido la referencia básica para el Cenozoico tardío continental de los Estados Unidos de América y del norte de México.

Antecedentes de la estratigrafía continental del Estado de Sonora

Los registros de mamíferos fósiles en el Estado de Sonora son muy escasos. Tal vez el reporte de restos de vertebrados en el Río Yaqui es el primero donde se hace mención a faunas de mamíferos (King, 1939), sin embargo éstas no han sido descritas formalmente. En la cuenca de Yécora, en la localidad de Las Tinajitas, ha sido descrita una mandíbula de lagomorfo que fue referido a Archaeolagus sonoranus; la edad sugerida para el espécimen fue del Mioceno–Plioceno (Álvarez, 1963), sin embargo, la ubicación de la localidad que se menciona es incierta. Azzaroli (1998) menciona que en las colecciones del American Museum of Natural History existe un fragmento de cráneo mal conservado y elementos poscraneales de un équido referido a Equus conversidens, recolectados en sedimentos del Rancholabreano de la población de Tesopaco.

La fauna del Rancho La Brisca presenta la mayor diversidad de anfibios, reptiles, aves y mamíferos del Pleistoceno tardío (Rancholabreano; Devender et al., 1985) que se ha descrito en el estado de Sonora. En el noroeste del estado, en el Golfo de Santa Clara, se ha descrito una fauna abundante de vertebrados de edad Irvingtoniana. Entre lo más sobresaliente que ha sido publicado se encuentra el hallazgo de un inmigrante sudamericano, Myrmecophaga tridactila, el cual es el único registro en México y el más antiguo en América del Norte (Shaw y McDonald, 1987). Este inusual hallazgo tiene importantes implicaciones ya que contribuye al conocimiento de la paleoecología del norte de México durante el límite Plioceno–Pleistoceno, a la vez que abre nuevas interrogantes acerca de las rutas de migración que siguieron los inmigrantes sudamericanos para llegar al norte de México y al sur de los Estados Unidos durante el Blancano temprano–tardío.

Por los motivos expuestos anteriormente se inició la prospección y recolecta de vertebrados fósiles en las cuencas del Estado de Sonora, para definir la estratigrafía continental del Cenozoico tardío que por los antecedentes mencionados es casi inexistente. Los primeros trabajos de prospección fueron realizados por los autores en la cuenca de Sahuaripa, lamentablemente sin éxito, ya que hasta ahora no se encontraron vestigios de faunas de vertebrados, ni otra clase de fósiles. La litología de arcilla, arena y conglomerado revela una alta energía durante su sedimentación, lo que sugiere la posibilidad de la destrucción de las evidencias fósiles. En la porción noreste de la cuenca, al este de la población de Bámori, se recolectaron fragmentos de hueso en una secuencia de arcillas, sin embargo, las relaciones de campo de estas arcillas sugieren que las evidencias fósiles posiblemente corresponden a mamíferos marinos. Sólo en la parte central de la cuenca de Moctezuma, en las inmediaciones de la ranchería de San Clemente de Térapa, (Figura 1), se encontraron molares inferiores, fragmentos de molares y una falange de bisonte, además de múltiples fragmentos de elementos poscraneales no identificables. El material se encontró emplazado dentro de la secuencia estratigráfica de la cuenca.

El objetivo de este trabajo, es dar a conocer los resultados preliminares de las investigaciones que se han realizado en la cuenca de Moctezuma, describir el material fósil y establecer su posición estratigráfica y su correlación con las faunas del Pleistoceno del centro de México.

 

CUENCA DE MOCTEZUMA

En Sonora, la estratigrafía del Cenozoico continental ha sido poco estudiada; en el centro y sur del estado se han definido cuencas sedimentarias del Mioceno tardío–Plioceno (Figura 2), las cuales han sido relacionadas al evento tectónico de Cuencas y Sierras (McDowell et al., 1997). De esta manera se conoce la edad del relleno de las cuencas de los ríos Yaqui, Sonora y Mátape, entre otras, donde la edad del relleno clástico varía entre 12 y 27 Ma (Damon, en Roldán–Quintana, 1991; McDowell et al., 1997). En cuanto a los sedimentos continentales más jóvenes que rellenan algunas cuencas, poco es lo que se conoce acerca de su estratigrafía y su contenido fósil.

La cuenca de Moctezuma (Figura 2) se localiza en la porción centro oriental de Sonora, a 150 km al N 60° E de la ciudad de Hermosillo. Es una de las cuencas asociadas a la deformación extensional de Cuencas y Sierras, las cuales están ampliamente expuestas en la porción oriental del estado. La edad de estas cuencas varía del Mioceno medio–tardío hasta el Plioceno, de acuerdo con los fechamientos K/Ar que se han hecho en rocas volcánicas intercaladas con los sedimentos (Mc Dowell et al., 1997). Esta cuenca tiene una orientación NW–SE a N–S, y está definida por fallas normales con el mismo rumbo; tiene una anchura promedio, en su porción sur, de 15 km y una longitud de más de 150 km. En el plano geológico (Figura 3) se puede observar que la cuenca está limitada en su porción occidental principalmente por riolitas y escasas andesitas de una posible edad oligocénica. En el bloque elevado de su porción oriental se encuentran las rocas más antiguas y se observa una mayor variedad litológica, incluyendo calizas y areniscas mesozoicas y calizas recristalizadas de posible edad paleozoica.

La estratigrafía de la porción sur de la cuenca de Moctezuma sólo se conoce de manera general (Figura 4). Las rocas más antiguas son intrusivas del Cretácico tardío, cubiertas discordantemente por rocas volcánicas de composición ácida de edad oligocénica. Discordantemente cubren a la unidad anterior rocas clásticas y volcánicas de la Formación Báucarit de edad miocénica. Cubriendo discordantemente a las rocas anteriores se presenta un derrame de basalto de olivino. De estas rocas se han obtenido edades absolutas por el método 40Ar/39Ar que varían entre 1.7 ± 0.74 a 0.61 ± 0.08 Ma (Paz–Moreno et al., 2003). En las inmediaciones de San Clemente de Térapa, los basaltos son cubiertos en contacto paralelo por 20 m de sedimentos constituidos por limolitas, areniscas y conglomerados en la cima. En los estratos basales de esta secuencia se recolectó el material fósil que se describe en este trabajo (Figura 4).

El hecho de que los sedimentos con fósiles se hayan depositado en contacto paralelo con los basaltos, pone en evidencia que esta unidad es posterior a la deformación extensional del Mioceno tardío que afectó a las rocas de la Formación Báucarit. De igual manera, los sedimentos fosilíferos se encuentran en contacto paralelo con conglomerados asignados al Pleistoceno tardío.

 

MÉTODO Y ABREVIACIONES

El material que se describe en este trabajo se encuentra alojado en la Colección Nacional de Paleontología en el Instituto de Geología de la UNAM, en la Ciudad de México. Las comparaciones se hicieron con el material de las colecciones del Museo del Instituto de Geología de la UNAM, las colecciones de San Bernardino County Museum y de Los Angeles County Museum of Natural History y con las ilustraciones de los artículos consultados.

Las abreviaturas usadas en el texto, son: AMNH:

American Museum of Natural History; ap: eje anteroposterior; CIT: California Institute of Technology Collection; IGM: Instituto de Geología de México; LACM: Los Angeles County Museum of Natural History; mm: milímetros; M2/: segundo molar superior; m/2: segundo molar inferior; P4/: cuarto premolar superior; p/4: cuarto premolar inferior; tr: eje transverso; UNAM: Universidad Nacional Autónoma de México.

Material. El material fósil recolectado incluye evidencias de proboscidios, de los cuales se recolectaron fragmentos de cúspides de molariformes, además de fragmentos de elementos poscraneales de posibles artiodactilos, los cuales, sin embargo, no son suficientes para hacer una determinación taxonómica. El material que se describe es el más completo recolectado hasta ahora.

 

PALEONTOLOGÍA SISTEMÁTICA

Clase Mammalia Linnaeus, 1758
Orden Perissodactyla Owen, 1848
Género Equus, Linnaeus 1758

Equus excelsus Leidy, 1858
Figuras 5, 6

Equus excelsus Leidy, 1858, p. 20–26.
Equus scotti Gidley, 1900, p.111–116, fig. 1, 2, 3, 4, 5.
Onager arellanoi Mooser, 1958, p. 424, fig. 7, 8, 9.
Onager (Hesperohippus) hibbardi Mooser, 1958, p. 428, fig. 10–13.
Asinus aguascalentensis Mooser, 1958, p. 434, fig. 15–23.

Material. IGM 6575, p/4 derecho, completo de un individuo adulto; IGM 6577, m/2 derecho de un individuo adulto viejo (Figuras 5 y 6). IGM 6689, fragmento de maxilar derecho conP4–M2.

Localidad. A un kilómetro al NE del poblado de San Clemente de Térapa, coordenadas Lat 29°41'N y Long 109°39'W. Los restos fósiles se encuentran en una secuencia de limolitas, areniscas y conglomerados.

Descripción del material. El espécimen IGM 6575 corresponde a un p/4 del lado derecho de un adulto joven. El paralófido es delgado y corto, termina en el borde inferior del metacónido, en la base se encuentra un pequeño pliegue de esmalte. El metacónido es lobular. El linguafléxido es ancho con la base redondeada; el metastílido tiene el borde lingual aguzado, el borde posterior es recto y paralelo al borde anterior del esmalte del entocónido; el borde superior del entocónido es redondeado y el hipostílido está reducido, separado del entocónido por un pequeño surco cóncavo. Los bordes del esmalte del protocónido y del hipocónido, son rectos, el ectofléxido es corto, no penetra en el istmo y presenta un plicaballinido bien definido (Figura 5).

El espécimen IGM 6577 es un m/2, corresponde a un individuo adulto viejo, las estructuras de la superficie oclusal se han modificado con el uso, sin embargo las mayores diferencias se observan en el metastílido que tiene una gran invaginación del esmalte y la reducción del plicaballinido (Figura 6). En el fragmento de maxilar IGM 6689, el M1–M2, están destruidos parcialmente, los premolares tienen un aspecto masivo, semejante a los molares inferiores, recolectados en la misma localidad. Sólo el P4/, está en mejores condiciones y es posible observar las estructuras de la superficie oclusal. El protocono de P4–3, es ancho y relativamente largo, tiene una longitud de 14 mm y una ligera invaginación en la parte media. Las medidas del P4/ son: 29 mm en su eje transverso, 34 mm en su eje anteroposterior y 92 mm de altura del premolar, desde el mesostilo hasta la raíz.

Discusión. Los molares colectados en la cuenca de Moctezuma presentan los caracteres diagnósticos de la especie: los ectofléxidos son cortos, no penetran al istmo entre el metacónido y metastílido, especialmente en el premolar en el cual la misma estructura está más reducida. La comparación de las estructuras de la superficie oclusal del material de Moctezuma no muestran diferencias con las ilustraciones de molares superiores e inferiores de Equus excelsus (Azzaroli, 1998). En este trabajo se considera a Equus scotti como sinónimo de Equus excelsus (Azzarolli, 1998). Los ejemplares de la cuenca de Moctezuma, fueron comparados con especímenes de Equus scotti que se encuentran en el San Bernardino County Museum, con molares de similar desgaste. Las diferencias entre ellos pueden considerarse dentro de la variación normal entre individuos de la misma población, excepto la invaginación del esmalte del metastílido del espécimen IGM 6577, el cual se considera una estructura anormal de este molar. En la localidad de Chinobampo se ha descrito Equus occidentales, asociado con Bison sp., sin embargo los équidos de San Clemente se diferencian porque el esmalte de la superficie oclusal es más simple, su tamaño desde el mesostilo a la raíz es menory los protoconos del espécimen IGM 6689 son menos elongados que los referidos a Equus occidentales.

En la fauna de El Cedazo, Estado de Aguascalientes, del Pleistoceno del centro de México, las especies de équidos descritas se refieren a Equus excelsus (Mooser y Dalquest, 1975). Los autores consideran que las medidas que proporcionaron para los especímenes de la fauna de El Cedazo son comparables con las medidas de Equus excelsus de otras faunas en los estados del sur de América del Norte. Los especímenes de Sonora son ligeramente más grandes en sus ejes; no obstante, consideramos que esta diferencia se encuentra dentro del rango de variabilidad intraespecífica; las estructuras de la superficie oclusal no muestran diferencias significativas (Table 1).

Este es el primer registro de Equus excelsus en localidades del Pleistoceno tardío del Estado de Sonora y contribuye a conocer la amplia distribución geográfica que esta especie tuvo en el Pleistoceno tardío de México, desde el estado de Aguascalientes hasta la cuenca de Moctezuma en el norte de México.

Equus conversidens Owen, 1869
Figura 7

Equus barcenai Cope, 1884, p. 15.
Onager zoyatalis Mooser, 1958, p. 422, fig. 5, 6.

Material. IGM 6578, m/2 del lado izquierdo de un individuo joven (Figura 7).

Localidad. A 1 km al NE del poblado de San Clemente, de Térapa, coordenadas Lat 29°41'N y Long 109°39' W. Los restos fósiles se encuentran en una secuencia de limolitas, areniscas y conglomerados.

Descripción del material. El molar se encuentra en las primeras etapas de desgaste, con una ancha banda de cemento en el borde externo. El paralófido es alto y termina en el borde superior del metacónido. El metacónido–metastílido es lobular y el linguafléxido es amplio. El entocónido también es lobular con un hipostílido pequeño y casi rectangular. El ectofléxido no penetra en el istmo y se encuentra un incipiente plicaballinido (Figura 7).

En el Museo de Geología existe material de Equus conversidens recolectado en la cueva de San Josecito en el estado de Nuevo León. Las diferencias que se encuentran entre los ejemplares de estas faunas son mínimas y están dentro de la variación de los individuos de una población. Otras comparaciones se efectuaron con los especímenes IGM 5967, que es un fragmento de mandíbula con p/2–m/2, y el IGM 5964 de la fauna de El Cedazo (Montellano–Ballesteros, 1992). Las diferencias que exhiben los m/2, respecto al material de Sonora son variaciones relacionadas con el estado de desgaste de los ejemplares, pero no hay diferencias significativas.

El espécimen de Sonora también fue comparado con material de Equus conversidens que se encuentra en San Bernardino County Museum y no existen diferencias considerables en molares con desgaste similar. Finalmente se comparó con los m/2 de los ejemplares (CIT) 192/120754,192/120757 y 192/17968, mandíbulas completas de E. conversidens de la Cueva de San Josecito, que se encuentran enLACM. En todos los m/2 se encuentran caracteres similares al ejemplar de San Clemente en la superficie oclusal. El ejemplar de Sonora fue comparado con un m/2 de E. conversidens recolectado en los sedimentos pleistocénicos del área de Mezcala en el Estado de Guerrero. En ambos, el ectofléxido no penetra en el istmo, el metacónido y metastílido son de forma similar y el entofléxido en su borde inferior está más agudo y el plicaballinido está reducido.

Discusión. En la comparación de los molares de Sonora, Equus excelsus se diferencia de Equus conversidens en su considerable diferencia de tamaño. Los m/2 de Equus conversidens son más pequeños en sus ejes transverso y anteroposterior, además, el entofléxido en súbase es más aguzado. Estas diferencias de tamaño, incluyendo los elementos poscraneales, han sido mencionadas por otros autores para separar a estas especies (Harris y Porter, 1980).

Equus conversidens tiene una amplia distribución geográfica en las faunas pleistocénicas de México; se ha descrito desde la fauna del Valle de México (Hibbard, 1955), el arroyo El Cedazo en Aguascalientes (Moosery Dalquest, 1975; Montellano–Ballesteros, 1992), en ambos casos con una edad de las faunas asignada al Illinoian, en la cueva de San Josecito en el Estado de Nuevo León, y también tiene una amplia distribución geográfica en las faunas pleistocénicas de las grandes planicies de los Estados Unidos de América, desde la fauna de Papago Spring Cave del sur de Arizona (Skinner y Hibbard, 1972), la fauna de Canyon del Pleistoceno de Texas (Dalquest y Hughes, 1965), hasta el sur de Canadá (Hills y Harrington, 2003).

Orden Artiodactyla, Owen 1848
Familia Bovidae Gray, 1821
Género Bison, Smith, 1827

Bison sp.

Material. IGM 6582, segunda falange y fragmentos indeterminados de un molar superior.

Localidad. A un kilómetro al NE del poblado de San Clemente de Térapa, coordenadas Lat 29°41'N y Long 109°39'W. Los restos fósiles se encuentran en una secuencia de limolitas, areniscas y conglomerados.

Descripción del material. La falange esta completa, sin deformación. Las medidas del espécimen de Moctezuma son: 53 mm de longitud máxima; 48 mm de longitud máxima antero posterior; 41 mm de máximo diámetro transverso.

Este elemento esquelético no es diagnóstico para referirlo a alguna de las especies de bisontes descritas. Las medidas que presenta están dentro del rango de variación que ha sido determinado para las especies de la fauna de Rancho La Brea, de las cuales se consideran dos especies: Bison antiquus y Bison latifrons (Miller y Brotherson, 1979). Haciendo una comparación con los diagramas que ilustran los metacarpales y metatarsales de las dos especies, Bison antiquus sería la especie de menor tamaño, con medidas en el rango de las presentadas por la falange de Sonora, sin embargo, el material de San Clemente no es suficiente para referirlo a ninguna especie (Figura 8).

Discusión. Desafortunadamente, el material recolectado no es diagnóstico para referirlo a alguna de las especies de bisontes que han sido determinadas en México, sin embargo es importante señalar esta asociación de faunas que han sido mencionadas en el centro de México.

 

EDAD Y CORRELACIÓN

Como resultado de las investigaciones preliminares que se han realizado en diferentes sitios de la región de San Clemente de Térapa, se dan a conocer los primeros registros de mamíferos fósiles ubicados en un nivel estratigráfico y dentro de una secuencia estratigráfica bien definida. La estratigrafía de esta cuenca y las edades isotópicas obtenidas de los basaltos por el método 40Ar/39Ar, que varían entre 1.7 ± 0.74 y 0.61 ± 0.08 Ma (Paz–Moreno et al., 2003), fundamentan la edad pleistocénica asignada a los fósiles de San Clemente de Térapa.

La asociación de Equus excelsus y Bison ha sido mencionada anteriormente en diferentes faunas pleistocénicas de la parte sur de los Estados Unidos de América, donde se refieren a la presencia de Equus scotti (=Equus excelsus) en edades del Irvingtonian temprano (1.61 Ma; Morgan y Spencer, 2001). La presencia de Bison en la localidad San Clemente sugiere una edad post–Rancholabreano; Lundelius et al. (1987) mencionan que los primeros registros de Bison en faunas de América del Norte se ubican entre 300,000 y 130,000 años.

La asociación de Equus conversidens, Equus excelsus y Bison sp. que se describe en este trabajo también ha sido mencionada en la fauna de El Cedazo, en el estado de Aguascalientes, donde ha sido referida a la edad Illinoian del Pleistoceno tardío (Mooser y Dalquest, 1975; Montellano–Ballesteros, 1992), y la asociación de Equus conversidens y Bison antiquus ha sido reportada en la cuenca del Valle de México asignándola también a la edad Illinoian (Hibbard, 1955). Por lo tanto, la asociación faunística de San Clemente de Térapa se correlaciona con la fauna de El Cedazo y de la cuenca del Valle de México.

 

AGRADECIMIENTOS

Agradecemos a la Sra. Hilda Troncoso Altamirano por su colaboración en el trabajo de campo. Este trabajo fue financiado con el proyecto Conacyt SEP–2004–CO1–47071/A–1.

 

REFERENCIAS

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