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Boletín de la Sociedad Botánica de México

versão impressa ISSN 0366-2128

Bol. Soc. Bot. Méx  no.82 México Jun. 2008

 

Ecología

 

Análisis de la riqueza vegetal y el valor de conservación de tres áreas incorporadas a la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel, Distrito Federal (México)

 

Analysis of plant richness and conservation value of the three areas added to the Pedregal de San Ángel Ecological Reserve, Federal District (Mexico)

 

Zenón Cano–Santana1, Silvia Castillo–Argüero, Yuriana Martínez–Orea y Sonia Juárez–Orozco

 

Departamento de Ecología y Recursos Naturales, Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México, Circuito Exterior s/n, Ciudad Universitaria, México 04510, D.F., México. 1Autor para la correspondencia. Correo–e: zcs@fciencias.unam.mx

 

Recibido: 8 de agosto de 2005.
Aceptado: 18 de diciembre de 2007.

 

Resumen

Se evaluó la riqueza vegetal y el valor de conservación de tres zonas incorporadas recientemente a la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel: dos añadidas a la zona núcleo suroriente (SO1 y SO2) y el área de amortiguamiento A13. Se registraron 199 especies (57.6% de las reportadas). Se registraron 148, 152 y 149 especies en SO1, SO2 y A13, respectivamente. En A13 se registró a Mammillaria haageana subsp. san–angelensis, una subespecie en peligro de extinción, a Bletia urbana, clasificada como amenazada, y a dos nuevos registros para la reserva: Eupatorium pazcuarense y Adiantum andicola. Se reconoce también a Pennisetum clandestinum, por lo que se eleva a 340 especies el número de especies registradas en esta reserva. Utilizando un índice de valor para la conservación basado en ocho parámetros, se encontró que el sitio A13 tiene mayor valor (21 puntos), seguido por el SO2 y SO1, con 16.5 y 10.5 puntos, respectivamente.

Palabras clave: valor de conservación, flora, matorral xerófilo, Pedregal de San Ángel, reservas naturales.

 

Abstract

We evaluated the plant richness and conservation value of three areas recently added to the territory of the Pedregal de San Ángel Ecological Reserve: two of them added to the Southeastern core area (SO1 and SO2), and one to the buffer zone called A13. Cumulative plant richness was 199 species (57.6% of the species previously recorded in the literature). In SO1, SO2 and A13, the numbers of recorded plant species were148, 152 and 149, respectively. Mammillaria haageana subsp. san–angelensis, which is an endangered cactus species, Bletia urbana, a threatened orchid, as well as a two new records for this site (Eupatorium pazcuarense and Adiantum andicola) were found in A13. Pennisetum clandestinum is an introduced species that occurs in disturbed areas of this reserve. With these three species, the total plant richness of the reserve goes up to 340 taxa. Based on a conservation value index calculated on the basis of eight parameters, A13 showed the highest value (21 points), followed by SO2 and SO1, with 16.5 and 10.5 points, respectively.

Key words: conservation, flora, natural reserves, Pedregal de San Ángel, xerophytic scrub.

 

El matorral xerófilo de Senecio (=Pittocaulon) praecox del Pedregal de San Ángel está ubicado en el suroeste de la ciudad de México. Este tipo de vegetación es el mejor representado de los nueve que se asientan sobre el sustrato basáltico del derrame del volcán Xitle, ya que originalmente cubría 50% de su extensión (Rzedowski, 1954; Carrillo–Trueba, 1995). El remanente del matorral xerófilo representa un ecosistema de gran valor para la conservación de la biodiversidad (Álvarez–Sánchez et al., 1982; Castillo–Argüero et al., 2004), ya que esta zona cuenta con una importante riqueza de especies vegetales (Valiente–Banuet y de Luna, 1990; Castillo–Argüero et al., 2004), animales (Negrete y Soberón, 1994; Arizmendi et al., 1994) y de hongos (Hernández–Cuevas et al., 2003). Este sistema ofrece diversos servicios ambientales como la recarga de acuíferos, el reciclaje de nutrientes, la fijación de CO2, la producción de O2 y la protección de la diversa biota del sur del valle de México (Soberón et al., 1991; Cano–Santana, 1994a, b, 2004; Rojo, 1994; Carrillo–Trueba, 1995; Cano–Santana y Meave, 1996; Castillo–Argüero et al., 2004), así como una belleza estética particular. La presencia de una gran variedad de microhábitats que provee su topografía accidentada y su ubicación cercana al área de confluencia de las zonas biogeográficas neártica y neotropical hacen de este sitio un ecosistema con una composición biótica muy particular (Álvarez–Sánchez et al., 1982) con una alta densidad de especies (Cano–Santana, 2004).

Desafortunadamente, el acelerado crecimiento de la ciudad de México ha provocado que su extensión se haya reducido a menos de 10% del área original. La urbanización provoca pérdida de hábitats y desaparición de numerosas especies (McKinney, 2002). En el campus de Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se han conservado porciones de terreno que presentan este tipo de vegetación. En 1983, la UNAM decretó la protección de 1.24 km2 de terreno, dándole el estatus de Distrito Federal zona ecológica inafectable y declarándola como "Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel de Ciudad Universitaria" (REPSA; Rojo, 1994). En 1990 esta zona se incrementó a 1.46 km2 (Rojo, 1994) y, después de ciertos cambios ocurridos en 1996, en 1997 se aprobó un incremento al área de reserva a 1.77 km2, así como la creación de zonas de amortiguamiento externas a la reserva, denominadas áreas verdes de manejo especial (Sarukhán, 1997; Cano–Santana et al., 2006). Finalmente, en junio de 2005 la UNAM extendió el área a 237.3 ha, incorporando las áreas verdes de manejo especial y otras zonas a la reserva ecológica (De la Fuente, 2005).

A pesar de esas importantes acciones, en los últimos diez años la zona de reserva ha estado sujeta a disturbios de diversa índole, tales como la acumulación de basura, la construcción de caminos y la introducción de fauna y flora exóticas (Segura–Burciaga, 1995; Segura–Burciaga y Meave, 2001; Cano Santana y Meave, 1996, Valiente–Banuet y de Luna, 1990), incendios (Martínez–Orea, 2001, Juárez–Orozco y Cano–Santana, 2007) y saqueo de especies.

Al estar enclavada en el campus principal de la uNAM, la REPSA ha permitido realizar diversas actividades de difusión, docencia e investigación. De hecho, hasta la fecha se calcula que se han producido más de 110 tesis de licenciatura y posgrado y se han publicado más de 120 artículos científicos de circulación nacional e internacional (Soberón et al., 1991; Castillo et al., 2007; C. García–Jiménez, datos no pub.).

En este trabajo se busca conocer la riqueza específica vegetal y el valor de conservación de las tres zonas más extensas que fueron incorporadas a la REPSA en 2005, dos de ellas anexadas a la zona núcleo suroriente y una que conforma el área de amortiguamiento 13, conocida como Zona Administrativa Exterior. En todas ellas su biota no ha sido evaluada.

 

Materiales y métodos

Sitios de estudio. La REPSA se localiza en el suroeste de la ciudad de México, dentro del campus de Ciudad universitaria (19° 19' norte, 99° 11' oeste, 2,270 m s.n.m.). Se seleccionaron tres zonas recién incorporadas a la Reserva (figura 1): (a) la zona suroriente 1 (SO1), localizada al noreste de la zona núcleo suroriente, entre las instalaciones de TV UNAM y del Centro Nacional de Prevención de Desastres, y que abarca 1.74 ha; (b) la zona suroriente 2 (SO2), localizada al sur de la zona núcleo suroriente, adyacente al Museo de las Ciencias universum, cuya una extensión es de 4.52 ha; y (c) la zona de amortiguamiento 13 (A13), también conocida como zona administrativa exterior, localizada al noreste del Hospital de Pediatría, con una extensión de 6.82 ha.

Se hicieron recorridos intensivos en abril de 2005 y de agosto a octubre de 2006. Las fechas fueron seleccionadas para cubrir las dos temporadas (sequía y lluvia) que experimenta la localidad. En cada temporada se invirtió un esfuerzo de 60 horas–hombre. Durante los recorridos se evaluó cualitativamente el tipo y la heterogeneidad del sustrato, el grado de disturbio y se hizo una lista de las especies de plantas vasculares presentes. Las plantas desconocidas fueron recolectadas y prensadas para su identificación posterior. Un rasgo central en la evaluación del estado de conservación de los ecosistemas que alberga el Pedregal de San Ángel es la integridad del sustrato basáltico, ya que su recubrimiento por cualquier otro tipo de material ocasiona que se altere profundamente la composición vegetal (L. B. Hernández, datos no pub.). Se investigó en cuáles tipos de vegetación se distribuyen las especies registradas en el estudio, tomando como base el trabajo de Rzedowski y Rzedowski (2001), enfatizando la presencia de especies de vegetación secundaria. Las especies exóticas e introducidas a la zona se incluyeron como especies de vegetación secundaria para los fines de este estudio.

Se calculó el índice de similitud de S0rensen (ISS) entre las tres zonas de estudio (Magurran, 1988).

 

Resultados

Caracterización de la zona suroriente 1 (SOI). Esta zona está en su mayor extensión bien conservada, con sustrato basáltico original en más de 95% de su área. La mayor parte del terreno tiene una topografía muy accidentada. Se presentan varios hoyos y dos grandes peñascos. Las partes menos conservadas son las zonas adyacentes a la Av. Antonio Delfín Madrigal, en donde se encontraron tiraderos de cascajo y basura doméstica, así como evidencias de un incendio. En el área adyacente al Circuito Mario de la Cueva hay un promontorio de material derivado del triturado de árboles y otras plantas que se remueven de Ciudad Universitaria.

En esta zona se registraron 148 especies de plantas vasculares, de las cuales 102 pertenecen a la división Magnoliopsida, 31 a Liliopsida, 12 son pteridofitas y una es gimnosperma (ver apéndice 1). El número de familias registradas fue de 55. En este sitio se presenta la mayoría de las especies arbóreas propias de este matorral xerófilo: Dodonaea viscosa, Buddleia cordata, B. parviflora, Eysenhardtia polystachya, Bursera cuneata y Tecoma stans. También se registró la presencia de Mammillaria magnimamma, Agave salmiana, Zephyranthes concolor y la bromelia Tillandsia juncea, siendo esta última especie rara en la REPSA (S. Castillo–Argüero y Z. Cano Santana, obs. pers.), así como las orquídeas Spiranthes llaveana y S. polyantha.

Caracterización de la zona suroriente 2 (SO2). El sustrato de esta zona es muy heterogéneo, ya que se distinguen promontorios de roca, grietas profundas, hondonadas y oquedades, así como paredes de basalto con condiciones de umbría y humedad adecuadas para el establecimiento de pteridofitas y piperáceas. Existen pequeñas áreas con signos de perturbación antropogénica, resultado de la acumulación de basura y cascajo y restos de derrames de concreto asociados a la presencia cercana de una fábrica de cemento.

En esta zona se registraron 152 especies agrupadas en 53 familias, de las cuales 108 pertenecen a la división Magnoliopsida, 29 a Liliopsida y 13 son pteridofitas (ver apéndice 1). Esta zona está bien conservada en un 85% de su superficie y en ella se encontraron mosaicos de vegetación bien definidos. En unas porciones dominaba Eupatorium petiolare, en las paredes dominaban las pteridofitas, y en otra zona individuos muy ramificados de S. praecox entremezclados con elementos de Bursera cuneata prevalecían en el paisaje. El gran tamaño de estas últimas especies sugiere que el sitio está bien conservado; en particular, Senecio praecox es sumamente sensible a los incendios, ya que estas plantas mueren después de que sus tejidos se queman (Z. Cano–Santana y S. Castillo–Argüero, obs. pers.). Otros elementos del estrato arbóreo que pudieron ser identificar son Dodonaea viscosa, Senna septemtrionalis, Buddleia cordata y B. parviflora. En esta área se observaron poblaciones de las orquídeas Spiranthes llaveana y S. polyantha. En este mosaico se conservan microambientes húmedos donde se establecen pteridofitas, así como especies raras en la reserva ecológica, como Peperomia galioides y tillandsia juncea.

Caracterización de la zona A13 (A13). Setenta por ciento de este sitio presenta una topografía accidentada, con grietas de 1.3 a 4.2 m de profundidad, hoyos de más de 4 m de diámetro y hondonadas. También aquí existe una pared de 10 m de altura que señala la presencia de una cantera. En este lugar los disturbios se evidencian por la presencia de cascajo que cubre parte de su superficie. Además, hay acumulación de basura en el extremo que colinda con el circuito universitario, así como en su extremo sur. Se calcula que 90% de su área está bien conservada en su sustrato basáltico.

En esta zona se registraron 149 especies de plantas vasculares, agrupadas en 59 familias. De éstas, 107 especies pertenecen a la división Magnoliopsida, 29 a Liliopsida, 13 son pteridofitas y una es gimnosperma (apéndice 1). En esta zona se detectó la presencia de Mammillaria haageana subsp. san–angelensis (= M. san–angelensis), una especie en peligro de extinción (Sánchez–Mejorada, 1981), de acuerdo con la NOM–059–ECOL–2001 (SEMARNAT, 2002), así como la orquídea Bletia urbana, considerada como amenazada en la misma norma. También se registró la presencia de Nemastylis tenuis (Iridaceae), considerada como rara en la zona del Pedregal (A. García, com. pers.). En esta zona se registraron dos nuevas especies para la flora de la reserva ecológica: Eupatorium pazcuarense y Adiantum andicola. Otros elementos florísticos importantes son Mammillaria magnimamma, Bursera cuneata, así como individuos muy desarrollados de Senecio praecox. En su parte oeste, la vegetación tiene ejemplares arbóreos de Dodonaea viscosa, Eysenhardtia polystachya y Buddleia parviflora. En el estrato bajo fueron registrados Dahlia coccinea, Echeveria gibbiflora, Salvia mexicana y Zephyranthes concolor.

Análisis global y comparativo. La riqueza florística acumulada en las tres zonas fue de 199 especies, agrupadas en 67 familias. De todas las especies registradas, 23 son exclusivas de matorral xerófilo (12.1%), 34 son exclusivas de vegetación secundaria (17%), 125 (62.8%) se distribuyen tanto en matorral xerófilo como en otros tipos de vegetación, 54 (27.3%) se registran en vegetación secundaria y en otros tipos de vegetación, y sólo 7 especies (3.5%) están registradas en tipos de vegetación distintos del matorral xerófilo.

En la zona a13 se registraron 24 especies exclusivas, en tanto que en so1 y so2 se registraron 15 y 13 taxones de este grupo, respectivamente. Esto determinó que el valor del ISS más alto se haya registrado entre SO1 y SO2 (0.833), lo cual se debe a su cercanía y conectividad espacial; en contraste, SO1 y A13 presentaron la similitud más baja (0.747), lo cual está asociado a su lejanía espacial (figura 2). El ISS entre SO1 y SO2 fue de 0.777.

Las tres zonas estudiadas presentan prácticamente la misma proporción de especies vegetales de acuerdo con el tipo de vegetación en el que se distribuyen (figura 3). Destacan por su frecuencia, en primer lugar, aquellas que habitan en matorral xerófilo y otros tipos de vegetación; en segundo lugar, las que se distribuyen en vegetación secundaria y otros tipos de vegetación, y en tercer lugar las exclusivas de vegetación secundaria.

 

Discusión

La riqueza florística de las tres zonas estudiadas incluye 194 de las 337 especies registradas para esta reserva por Castillo–Argüero et al. (2007); es decir, la primera cifra corresponde a 57.6% de la flora registrada en las zonas núcleo. Este porcentaje no toma en cuenta las gimnospermas introducidas en los bordes de las zonas SO1 y A13, el pasto Pennisetum clandestinum y los dos nuevos registros para esta reserva ecológica. Uno de ellos es Eupatoriumpatzcuarense, una especie registrada sólo en sitios de mayor altitud en el derrame del Xitle, en Lomas del Seminario (González–Hidalgo et al., 2001) y en otras asociaciones vegetales como la de bosque de Abies religiosa (Kunth) Schltdl. et Cham. (Rzedowski, 1954). Otro registro es Adiantum andicola, especie también conocida del Eje neovolcánico (Torres–Miranda y Luna–vega, 2006) y que sólo ha sido vista también en las grietas adyacentes al Jardín Botánico Exterior (Y. Martínez–Orea, obs. pers.), por lo que se puede considerar como una especie rara en la reserva. Con estos dos registros y con el reconocimiento de P. clandestinum como especie naturalizada en las zonas perturbadas, la riqueza de plantas que alberga la REPSA se eleva a 340 especies, tomando como base la lista de Castillo–Argüero et al. (2004, 2007).

Agrupando los datos de las tres zonas, se observó que 17.1% de ellas son exclusivas de vegetación secundaria, conjunto del cual sólo 2.75% está incluido en el listado de especies introducidas a México publicado por Villaseñor y Espinosa–García (2004) y, de acuerdo con estos autores, éste constituye un porcentaje bajo.

Considerando a los siguientes ocho parámetros: (1) la riqueza florística total, (2) el número de especies típicas de vegetación natural, (3) el porcentaje de especies exclusivas de vegetación secundaria, (4) el porcentaje de especies generalistas de vegetación secundaria (i.e., registradas también en tipos naturales de vegetación), (5) el número de especies exclusivas (no compartidas con otros sitios estudiados), (6) el número de especies con algún estatus de protección (SEMARNAT, 2002), (7) el número de especies raras en la comunidad, y (8) el área total conservada de la zona, se calculó un índice de valor para la conservación, por medio de la suma de puntos para cada sitio por cada parámetro medido. Se le otorga un punto al sitio más pobre para la conservación, dos al siguiente y tres al más rico. En caso de que dos sitios tengan el mismo valor en un parámetro, se les asignan a ambos los puntos correspondientes al promedio de la suma de los rangos correspondientes. Con este sistema se obtuvo que el sitio A13 tiene mayor valor para la conservación, con 21 puntos, seguido por el SO2 con 16.5 puntos, quedando al final el sitio SO1, con sólo 10.5 puntos (cuadro 1).

Para las zonas estudiadas se obtuvo que entre 5 y 15% de su superficie estaba afectada por rellenos de basura o cascajo. Este tipo de disturbios en áreas de reserva ecológica trae como consecuencia la pérdida de especies nativas y su reemplazo por especies exóticas (Hobbs y Huenneke 1992; McKinney, 2002; Crooks et al., 2004). En los sitios estudiados registramos la presencia de especies exóticas invasoras provenientes de sistemas aledaños, así como introducidas. Algunas de estas especies exóticas son nocivas para la vegetación nativa, lo cual ha traído como consecuencia un proceso reconocido como "homogenización biótica", que en sistemas perturbados representa una amenaza a la diversidad global, haciendo que las comunidades tiendan a hacerse semejantes en composición (McKinney, 2002; Crooks et al., 2004).

El valor de la REPSA se incrementa día a día considerando que la tasa anual de crecimiento poblacional de la ciudad de México y su zona metropolitana es de 2.25 % (Ezcurra et al., 2006). Esta creciente urbanización ha provocado deterioro de suelo, agua y atmósfera, así como la fragmentación y pérdida de hábitats (Fernández–Juricic, 2004), afectando comunidades de bosques y matorrales (Crooks et al., 2004). Por ello, el relicto de matorral xerófilo que está protegido en esta reserva está sujeto a la alteración del sustrato por el depósito de desechos domésticos y cascajo, así como a la introducción de plantas exóticas, tal y como se reporta en este estudio, así como a incendios, saqueo de flora y fauna e iluminación artificial (Beutelspacher, 1972; Cano–Santana, 1987; Rojo, 1994; Juárez–Orozco y Cano–Santana, 2007), reduciendo la calidad de los servicios ecosistémicos que ofrece.

La protección de las tres áreas estudiadas e incorporadas a la reserva recientemente permitirá incrementar la posibilidad de mantener tamaños poblacionales viables para muchos organismos (Soulé y Simberloff, 1986), reduciendo las posibilidades de extinción e incrementando las probabilidades de colonización de especies de los ecosistemas aledaños (Sierra del Ajusco, Predio 'Los Encinos", Parque Ecoguardas, Bosque de Tlalpan y Parque Ecológico–Arqueológico Cuicuilco) (Cano–Santana et al., 2006). La incorporación de la zona SO1 tiene la bondad adicional de constituirse en un puente de comunicación entre la zona de amortiguamiento Cantera Oriente con la zonas núcleo suroriente y oriente de la REPSA (ver figura 1). La adición de esta zona y de la SO2 ha permitido un incremento sustancial al área de la zona núcleo suroriente de la REPSA. Por otro lado, la incorporación de la zona A13 ha sido adecuada, ya que comunica a la zona núcleo suroriente con la zona núcleo poniente por el sur de Ciudad Universitaria; además de que constituye un área donde se protegen especies enlistadas en la Norma Oficial Mexicana NOM–059–ECOL–2001: M. haageana subsp. san–angelensis (taxón en peligro de extinción) y B. urbana (especie amenazada) (SEMARNAT, 2002).

La publicación del decreto que permitió incrementar el área de la REPSA (De la Fuente, 2005) permitió consolidar un laboratorio natural que ofrece una valiosa oportunidad para analizar los complejos procesos asociados a la urbanización, ya que aquí se albergan tanto paisajes modificados como zonas en muy buen estado de conservación.

 

Agradecimientos

Agradecemos a Oswaldo Núñez C., Iván Hernández B., Marcos Flores L., Isael Victoria S., Pedro Mendoza H., Cecilia M. Maravilla y Ubaldo Guzmán por su ayuda en el trabajo de campo y en la investigación de datos, a Laura Padilla H. y Víctor López G. por la elaboración de la figura 1, y a Beatriz González H. por la identificación de Eupatorium pazcuarense. Marco A. Romero, Iván Castellanos y Marcela Pérez E. proporcionaron asistencia técnica. A Jorge Meave, Ariel Rojo y un revisor anónimo les agradecemos las atinadas sugerencias que permitieron que este artículo mejorara sustancialmente.

 

Literatura citada

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Apéndice I.

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