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Problemas del desarrollo

versión impresa ISSN 0301-7036

Prob. Des vol.43 no.171 Ciudad de México oct./dic. 2012

 

Reseñas

 

Historia crítica del FMI, Óscar Ugarteche

 

Critical History of the IMF, Óscar Ugarteche

 

José Luis Maya

 

IIEC-UNAM, México, 2010

 

Instituto de Investigaciones Económicas-UNAM

 

Historia crítica del FMI forma parte de la serie Breviarios de Investigaciones Económicas, editado por el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, cuyo propósito es que estudiantes y público en general tengan acceso a diversos temas económicos como el abordado en esta obra.

En dicho texto, Óscar Ugarteche presenta un estudio panorámico del Fondo Monetario Internacional (FMI) desde su creación en 1944 hasta los debates actuales. Destaca cómo el establecimiento del FMI en Washington en 1946 habría de marcar no sólo la importancia de la política exterior estadounidense, sino también su influencia sobre ésta. Recordemos que dicha institución fue creada con el objeto de mantener la estabilidad de la economía mundial y evitar otra crisis como la de 1929. Por ello el autor parte del planteamiento de una pregunta central: ¿cuál es la utilidad del FMI ante una crisis global?

El libro muestra la relevancia de dos etapas vividas por el organismo multilateral: la primera, transcurrida entre 1944 y 1971, cuando las condiciones fueron estables, conforme a la regla de las convenciones keynesianas de déficits contracíclicos aplicada en todo el mundo: cuentas fiscales sanas, balanzas de pagos estables y tipos de cambio fijos reajustables. Y una segunda marcada a partir de 1971, cuando la inyección de dólares en el sistema internacional fue proporcional a la devaluación del dólar frente al oro. En esta etapa la relación del gobierno de Estados Unidos con la institución cambió, es decir, el gobierno que organizó al FMI en 1944 para estabilizar la economía mundial, lo ignoró en el diseño de la nueva arquitectura financiera internacional que funcionaría a partir de esa fecha. Estos hechos marcaron el final del Tratado de Breton Woods y el inicio de una nueva era post Breton Woods.

El autor expone los efectos que tuvo la desregulación de los mercados cambiarios en el precio del oro: de 35 dólares en agosto de 1971 pasa a 445 dólares por onza en 1980; los precios de las materias primas también siguieron esa tendencia. Algo similar ocurre entre 2003 y 2007 cuando el precio del oro pasa de 334 a 743 dólares la onza.

De acuerdo con Óscar Ugarteche, durante el transcurso de los años setenta el debilitamiento del FMI se hace más evidente, a tal grado que las cumbres de política económica del G7 reemplazan los debates que antes se llevaban a cabo en el Fondo. Dicho grupo mantenía sus propios debates para coordinar su política económica, mientras que los demás países con economías menos desarrolladas realizaban sus debates en el FMI y seguían sus prescripciones en mayor o menor grado.

El autor describe cómo durante la década de los ochenta todas las naciones deudoras con una base de exportación primaria entraron en moratoria de pagos debido a que las tasas de interés saltaron a 6.80% con un pico en 8.65%. No obstante, sostiene Ugarteche "el FMI parecía estar más preocupado por la estabilidad del sistema bancario de Estados Unidos que por la de las economías en desarrollo, y actuó en consecuencia... "sirvió como instrumento de política exterior del Tesoro de Estados Unidos más que como estabilizador de la economía mundial".

Con el derrumbe del sistema Breton Woods y con la implementación de un sistema más flexible, el Fondo asumió un papel más activo en la supervisión y aplicación de las políticas recomendadas. Los gobiernos deudores fueron presionados a pagar su deuda, sin importar el perjuicio hacia su estabilidad económica, social y política. Cumplir dichos condicionamientos llevó a América Latina a inflaciones altas que con el tiempo generaron fatiga de ajuste y refinanciación. Como consecuencia América Latina perdió relevancia en la agenda global.

Con la denominada "crisis de la deuda" surge el concepto de corresponsabilidad de acreedor y deudor; sin embargo, contrario a lo que se esperaba, el FMI no exigió ninguna responsabilidad a los acreedores en cuanto a los términos de los préstamos ni a las tasas de interés, como debió haber sido, dada la esencia multilateral de los préstamos.

Dichas acciones provocaron que el FMI enfrentara una creciente crisis de credibilidad, lo que se agudizó con la crisis asiática y posteriormente con la argentina, que se vio agravada por las recomendaciones del organismo. Ante estos hechos la institución perdió la figura de garante internacional para ser vista como un ente político internacional irresponsable utilizado como herramienta de política exterior del Tesoro de Estados Unidos.

La obra denuncia el uso de dos raseros por el FMI: prudencia fiscal para el Sur global y ojo ausente para la economía de Estados Unidos, lo que se traduce en mayor beneficio para un pequeño grupo de países y afectación de muchísimos que han tratado de controlar la inflación. En opinión del autor, el Fondo no puede terminar siendo un ente plurilateral orientado únicamente a las economías más pobres e ignorado por los países desarrollados, ya que esto traería como consecuencia la agudización de la crisis de credibilidad hacia él.

A pesar de este panorama, los escenarios de cambios posibles al interior de la institución son muy poco alentadores, pues pareciera que las consideraciones políticas en torno a la gobernabilidad del Fondo no les interesa a los europeos ni a los estadounidenses; ejemplos claros son los mecanismos de elección de los directores ejecutivos tanto del FMI como del BM, un europeo y un estadounidense, respectivamente.

Es evidente que el Fondo no ha actuado a tiempo para prevenir las diferentes crisis, dando la impresión de que no le interesan; por ello "debería fortalecer su vigilancia de las economías que emiten las principales monedas de reservas, para desempeñar un papel efectivo en la promoción de la estabilidad financiera y la prosperidad".

Ante el fracaso del FMI como garante de la economía internacional, se ha ido abandonando la política de talla única global y trasladando algunas competencias a fondos regionales independientes para ofrecer soluciones hechas a la medida de los problemas regionales. Como ejemplos se mencionan los casos de Asia, Europa, América del Sur, Medio Oriente y Eurasia.

El libro hace énfasis en el hecho de que las instituciones del siglo XXI han dejado de funcionar y que la arquitectura financiera internacional actual ya no responde de manera adecuada a los retos del presente siglo, por lo tanto considera la posibilidad de llamar a una nueva conferencia de Bretton Woods.

Lo expuesto a lo largo de los trece apartados que conforman el texto, constata que el FMI no ha cumplido el objetivo primordial para el que fue creado: prevenir las crisis financieras. Todo parece indicar que las políticas aplicadas durante los últimos 25 años, más que solucionarlos, han provocado problemas globales.

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