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Problemas del desarrollo

versión impresa ISSN 0301-7036

Prob. Des vol.41 no.163 Ciudad de México oct./dic. 2010

 

Editorial

 

Al cierre de la Revista Problemas del Desarrollo se ha presentado una alteración en el mercado monetario a nivel internacional. Los flujos de capital se han desplazado a los países emergentes como Brasil y otros de América Latina. La alteración en los tipos de cambio involucra con mayor profundidad a los países de la región en el curso de la crisis económica. La debilidad del dólar y la política monetaria de la Reserva Federal de los Estados Unidos ponen en peligro la estabilidad financiera y económica. Las reservas monetarias en dólares que tienen los países de América Latina, Japón y China suman alrededor de 6.5 billones de dólares. La región latinoamericana en los últimos nueve años aumentó sus reservas en 377,964.9 millones de dólares. Este ambiente de exceso de divisas en dólares es muy preocupante por lo que hay varias preguntas que debemos hacernos quienes nos dedicamos al estudio del desarrollo económico desde la visión del Sur.

¿Qué hacer con las cuantiosas reservas en países donde la pobreza y los indicadores de desarrollo humano están lejos de los niveles de ingreso de los países desarrollados?, ¿hacia dónde se están canalizando las reservas monetarias?, ¿estará bien que las reservas monetarias sigan destinándose al pago del servicio de la deuda externa? América Latina hace dos años pagó por concepto del servicio de la deuda externa, aproximadamente un 30% del total de reservas internacionales.

Por el otro lado, existe la interrogante que deberá hacerse al príncipe de la moneda en cada país. Esta es, si el banco central de los Estados Unidos, la Reserva Federal, ha acertado con la política de emisión de dólares para reactivar su economía trasladando esos dólares a los países emergentes.

Otro elemento que se presenta y que puede ser causa de turbulencia mayor en los países latinoamericanos no es sólo el debilitamiento del dólar como moneda de reserva. Según cifras de la UNCTAD, el dólar durante los últimos nueve años se ha devaluado en promedio 55.2 por ciento frente al euro. En el transcurso de la crisis tanto por la inestabilidad de sus instituciones financieras como por el incremento del déficit público el euro se ha depreciado en más del 5.4 por ciento frente al dólar. Y no sólo eso, los problemas de endeudamiento que tienen los países de menor desarrollo como Portugal, Irlanda y Grecia, vislumbran una política monetaria de choque para disminuir el déficit y buscar la baja de los salarios para pagar sus deudas públicas. Casualmente, estas deudas fueron fruto de las inversiones de los inversionistas financieros bancarios y no bancarios para lograr altas tasas de rentabilidad que en sus países de origen no las podrían lograr. Las manifestaciones sociales ocupan las primeras páginas de los diarios europeos.

En estos momentos, la experiencia de los países deudores de la región latinoamericana en los ochenta puede ser una enseñanza para estas economías europeas hoy debilitadas por la especulación de los fondos; la necesaria renegociación de la deuda pública, las quitas de capital al monto de la deuda y la disminución drástica de los intereses. América Latina perdió una década, la de los ochenta, al trasladar gran parte de su excedente a sus acreedores. Sin embargo, las salidas a la deuda externa fueron una ayuda que no permitió que se deteriorara mucho más la vida económica. No obstante, en la década de la esperanza, los noventa, los países latinoamericanos se vieron envueltos en las crisis bancarias. El fin del consenso monetario en Argentina.

A pesar de las reformas económicas y la desregulación y liberalización financiera no rindió el efecto deseado pues a ello se agregó la crisis asiática. La turbulencia de la región fijó políticas para evitar nuevas crisis económicas. Las metas inflacionarias y la apertura de la economía al mercado internacional transformó la base productiva, algunos países tuvieron éxito y otros no lograron crecer a pesar de su inserción al ciclo económico de Estados Unidos, un ejemplo es el caso de México.

A ello se suman los flujos de capital especulativos que intentan aprovecharse de las economías emergentes con crecimiento para especular con las tasas de interés y con las monedas de estos países. Quizá uno de los problemas más importantes en la región latinoamericana sea plantearse medidas proteccionistas a la entrada de los flujos de capital como lo ha hecho ya, en la realidad, Brasil. Sin lugar a dudas, la participación del banco central como prestamista de última instancia y empleador de última instancia, es lo único que a través de las políticas públicas pueden alcanzar el bien común, el buen vivir y el empleo.

En el presente número Mario Rapoport y Noemí Brenta profundizan en la crisis de la economía mundial como el desenlace de cuarenta años de inestabilidad; por su parte, Antulio Rosales se acerca al estudio del tramo entre la crisis asiática y la crisis inmobiliaria y los debates actuales de la arquitectura financiera internacional. Desde una visión del Sur y latinoamericana estos autores dan fe de lo que han sido los antecedentes de la crisis y el curso por el sendero del desarrollo. Gladis Lechini y Clarisa Giaccaglia estudian el caso de Brasil y el ascenso económico de este país desde una visión de quién encabeza, a nivel regional y mundial, el liderazgo latinoamericano. Brasil es muy interesante estudiarlo a través de su educación y los niveles de pobreza en el trabajo escrito por Luiz Honorato Da Silva Júnior y Yony Sampiano. Posteriormente, el artículo "Nuevos patrones espaciales en las derramas de empleo en la zona metropolitana de la Ciudad de México" muestra las modificaciones que ha tenido el empleo profundizándose el proceso de reconversión económica de la metrópoli. Por último, un tema de gran debate económico y político en torno de un recurso no renovable es el del petróleo, analizado desde una de las más importantes empresas mexicanas y latinoamericanas, en torno a los Contratos de Servicios Múltiples de Pemex.

Para cerrar este número, Josefina Morales trabaja la inversión extranjera directa y el desarrollo en América Latina, destaca cuatro tendencias de la acumulación capitalista en las que está inserta la dinámica de la IED. Resalta los cambios entre el Estado y el capital trasnacional poniendo los ejemplos de Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Venezuela, así como México. Las relaciones de causalidad entre los actores económicos y sociales determinan el tipo de negocios y el grado de distribución de la rentabilidad.

En este número se presentan tres reseñas de los siguientes libros: Desarrollo y transformación. Opciones para América Latina; Teoría del desarrollo económico neoinstitucional, una alternativa a la pobreza en el siglo XXXl y Russia After the Global Economic Crisis.

Alicia Girón

La Dirección de la Revista
México, D. F., Ciudad Universitaria, octubre de 2010

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