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Problemas del desarrollo

versão impressa ISSN 0301-7036

Prob. Des vol.41 no.160 Ciudad de México Jan./Mar. 2010

 

Artículos

 

El impacto económico de la administración pública en el Distrito Federal en México (metodología de matriz insumo-producto)

 

Noé Arón Fuentes*, Clemente Ruiz Durán**

 

* Director del Departamento de Estudios Económicos de El Colegio de la Frontera Norte. Correo electrónico: afuentes@colef.mx.

** Profesor del Posgrado de Economía de la UNAM. Cátedra extraordinaria Jesús Silva Herzog. Correo electrónico: ruizdc@servidor.unam.mx.

 

Fecha de recepción: 13 de abril de 2009.
Fecha de aceptación: 15 de febrero de 2010.

 

Resumen

Se utiliza el modelo de insumo-producto para analizar la importancia de la administración pública en el D.F. respecto del ámbito nacional. A diferencia del enfoque tradicional, el enfoque adoptado introduce una división tecnológico-institucional que muestra por separado la participación del sector privado y público en la formación y uso de la producción. Se crea una actividad en el modelo de interdependencias que se denomina sector gobierno o administración pública, que incluye las relaciones de regulación y los servicios generales de gobierno que originan corrientes de insumos intermedios, factores, producción y valor agregado. Del análisis de la descomposición sectorial se muestra que el comportamiento sectorial diferenciado del valor de la producción bruta y valor agregado censal bruto entre el D.F. y la nación se fundamenta en el componente de demanda final interna más que en el componente tecnológico.

Palabras clave: matriz de insumo-producto, administración pública e impactos económicos.

Clasificación JEL: C67, H50.

 

Abstract

Uses the input-output model to analyze the importance of public administration in the F.D. compared with the national orbit. Unlike the traditional focus, the focus adopted here introduces a technological-institutional division that shows separately the participation of the private and public sectors in the formation and use of production. An activity is created in the model of interdependences that is labeled the government sector or public administration, which includes the relations of regulation and general government services that bring about currents of intermediate inputs, factors, production and added value. From an analysis of the breakdown of the sector, differentiated sector-specific performances are shown for the census values of gross output and gross added value in the F.D. and the nation, based on the component of final domestic demand rather than on the technological component.

Key words: input-output matrix, public administration and economic impacts.

 

Résumé

Il est utilisé le modèle intrant-produit pour analyser l'importance de l'administration publique à Mexico par rapport au reste du Mexique. A différence de la démarche traditionnelle, la démarche adoptée ici introduit une division technologico-institutionnelle qui montre la participation d'un cóté du secteur privé et de l'autre, du public, dans la formation et l'usage de la production. Il est créé, sur le modèle d'interdépendances, une activité qui s'appelle gestion gouvernementale ou administration publique, laquelle inclut les rapports de régulation et les services généraux de gouvernement qui sont à l'origine de tendances dans les facteurs de production intermédiaires, de production et de valeur ajoutée. A partir de l'analyse de la décomposition sectorielle, il est montré que la différence existant entre la ville de Mexico et la nation mexicaine en ce qui concerne le comportement sectoriel de la valeur de la production brute et de la valeur ajoutée brute recensée, repose sur la demande finale interne plus que sur la composante technologique.

Mots clés: matrice intrant-produit, administration publique et impacts économiques.

 

Resumo

Utiliza-se o modelo de insumo-produto para analisar a importância da administração pública no D.F. com respeito ao âmbito nacional. Diferente do enfoque tradicional, o enfoque adotado introduz uma divisão tecnológico-institucional que mostra por separado a participação dos setores privado e público na formação e uso da produção. Criase uma atividade no modelo de interdependências que se denomina setor governo ou administração pública, que inclui as relaciones de regulação e os serviços gerais de governo que originam correntes de insumos intermediários, fatores, produção e valor agregado. Da análise da decomposição setorial mostra-se que o comportamento setorial diferenciado do valor da produção bruta e o valor agregado bruto entre o D.F. e a nação se fundamentam mais no componente de demanda final interna que no componente tecnológico.

Palavras-chave: matriz de insumo-produto, administração pública e impactos econômicos.

 

1. Introducción

El papel del sector público en la actividad económica es un motivo de polémica entre economistas: unos piden "más mercado"; otros, "más Estado". Teóricamente no hay forma de resolver este debate: no existe una demostración científica que revele cuál es la proporción más eficiente o justa entre mercado y Estado. Eso sí, diversas sociedades e individuos son partidarios de una u otra posición, y confían en que el sistema elegido satisfaga sus anhelos de crecimiento económico y bienestar social.

Sin embargo, más allá de esta polémica, hay un consenso en torno a que el sector público es un importante productor de servicios, también de bienes, y que administra elevadas cantidades de inversión que le confiere trascendencia en la formación y uso del producto e ingreso de la economía1.

Este consenso ha llevado a plantearse preguntas fundamentales como ¿cuál es la importancia relativa de la participación del sector público en la actividad productiva?, ¿cuál es el impacto económico en el valor de la producción bruta?, ¿qué efecto económico genera en términos del valor agregado sectorial?, y otros cuestionamientos relevantes relacionados con el análisis de la acción pública, como ¿cuál es su necesidad de factores primarios?, ¿cuál es el volumen de importaciones en su actividad productiva?, etcétera.

Para resolver estos interrogantes, varios enfoques han empleado el modelo insumo-producto. Un enfoque propone que para evaluar la importancia de la actividad productiva del sector público en la economía se puede recurrir a una presentación sectorial del sistema productivo, pero introduciendo una división tecnológico-institucional en la clasificación convencional por sectores o actividades de índole tecnológica sobre la que se basan tales modelos, que muestre por separado la participación de los sectores privado y público en la formación y el uso de la producción2. En otras palabras, se puede crear una actividad en el modelo de interdependencias que se denomina sector gobierno o administración pública, que incluye todas las relaciones de regulación y los servicios generales de gobierno que originan corrientes de insumos intermedios, factores, producción y valor agregado3.

Desde esta perspectiva y para ilustrar la importancia de las acciones de la administración pública, a continuación se presenta el modelo de relaciones intersectoriales que permite cuantificar el valor de la actividad productiva y la corriente de valor agregado de las actividades públicas del Distrito Federal, en relación con el conjunto de la administración pública nacional. La comparación de las cifras de las anteriores variables indicará la importancia relativa que tiene la demanda pública del Distrito Federal respecto de la demanda pública nacional.

Para alcanzar este propósito se procedió a utilizar el cuadro de economía interna sin importaciones de la matriz nacional de insumo-producto (MIPMX) del año 2003 (INEGI, 2008) agregado a 20 sectores4 (anexo 1), así como a elaborar un cuadro indirecto de insumo-producto agregado a 20 sectores, para ese mismo año, perteneciente al D.F. (MIPDF)5. En la MIPMX y la MIPDF se presentan los flujos circulares del ingreso desde los sectores productivos hacia los ingresos factoriales y de éstos hacia el gasto de los agentes. Las matrices contienen 19 actividades de producción con una distribución técnico-sectorial de carácter tradicional, y una actividad de producción con un carácter técnico-institucional que indica la gravitación que tienen los servicios generales de gobierno como demandantes y oferentes de bienes y servicios intermedios y finales.

En esta presentación de las transacciones intermedias de la economía del D.F. y la nacional, se destaca que la condición de interdependencias de las actividades económicas no sólo responde a requisitos tecnológicos, sino a la estructura institucional, y por tanto pueden resultar inaplicables políticas que pretendan impulsar actividades de uno de los sectores en detrimento del otro sin considerar modificaciones en el conjunto de esa estructura.

El trabajo está organizado en cinco secciones. En la sección 2 se presenta la metodología de la determinación de impactos económicos sectoriales mediante el modelo de insumo-producto, realizándose un ajuste para introducir la acción de la administración pública en la economía. En la sección 3 se exhibe el método indirecto de confección de la MIPDF. En la sección 4 se cuantifican el incremento en el valor de la producción y el valor agregado censal bruto que se produce como consecuencia de la acción del sector público y la descomposición del efecto total del impacto en efecto tecnológico y efecto de demanda tanto para el D.F. como para el ámbito nacional. La sección 5 presenta las conclusiones.

 

2. Metodología de determinación de impactos económicos

El modelo de insumo-producto ha sido una herramienta analítica comúnmente empleada para evaluar el impacto de la actividad productiva en un determinado sector o empresa de cierto peso relativo (Aznar y Montañés, 1991).

La medida del impacto sectorial en la economía en este modelo se determina comparando el funcionamiento de dicha economía con el sector productivo, actuando -teniendo en cuenta su actividad productiva— y sin actuar dicho sector. Alternativamente, se puede evaluar el impacto adoptando un modelo abierto o cerrado de insumo-producto6. Asimismo, el análisis de impactos se puede centrar en una economía integrada (Aznar y Sanso, 1982), entendida como aquella en que la actividad del sector supone una novedad importante, que afecta notablemente el funcionamiento de esa economía7. Dicho enfoque resulta complementario cuando consideramos el caso de una economía no integrada (entendiendo por tal aquella que tiene un nivel elevado de actividad económica, sin que ello suponga una variación sustancial en la estructura productiva debido a la consideración del nuevo sector), de modo que para efectos del análisis del impacto se pueda mantener el mismo número de sectores y la misma matriz de coeficientes técnicos.

La desagregación del modelo, igualmente, puede ser sectorial o institucional. Para realizar el análisis de las acciones productivas del sector público se puede recurrir a una presentación sectorial-institucional del sistema productivo, donde se introduce en el modelo de interdependencias una clasificación convencional por sectores o actividades de índole tecnológica sobre la que se basan dichos modelos, una desagregación institucional, que muestra por separado la participación de los sectores privado y público en la formación y uso de la producción8. Así, dentro del área de demandas intermedias se observa el sector gobierno o administración pública, según compra y vende bienes y servicios además de la producción que destina íntegramente a la demanda final.

También el impacto económico se puede medir en términos de variables, como el valor de la producción bruta (X) o del valor agregado censal bruto (V), aunque el análisis se puede extender fácilmente y medir el impacto sobre otras variables (por ejemplo, empleo).

En nuestro caso cabe notar que gracias a que disponemos de la MIPMX, donde la administración pública es un agente productivo, es posible analizar los impactos económicos de su actividad, restringida al modelo abierto de insumo-producto (modelo abierto tradicional de Leontief) y para el caso de una economía del tipo no integrada9.

En la figura 1, de manera esquemática, se presentan los cuatro elementos que determinan la estructura del modelo básico de insumo-producto -demanda intermedia (x), demanda final (d), compras de insumos primarios (Y) y valor bruto de la producción (X)-; de ella se derivan tres matrices principales, que se explican a continuación.

 

a) La matriz de transacciones intersectoriales, que muestra todas las transacciones entre los diversos sectores en una economía para un periodo determinado; dicho flujo puede expresarse algebraicamente como sigue:

b) La matriz de requerimientos directos o de coeficientes técnicos, que muestra cómo cada insumo es requerido para producir una unidad de producto; ésta se obtiene de los datos que se encuentran en la tabla de transacciones intersectoriales; dichos coeficientes técnicos se calculan así:

c) La matriz de requerimientos totales o de coeficientes de interdependencia, que se determina a partir de la matriz de coeficientes técnicos y se utiliza para conocer el impacto que el cambio en cualquier sector o combinación de sectores puede ocasionar en el conjunto de la economía. Lo que se hace para obtener esta tabla es restar la matriz identidad a la matriz de coeficientes técnicos e invertirla; es denominada inversa de Leontief. Así, las producciones sectoriales pueden representarse como:

En notación de matrices, la expresión (3) puede ser escrita como:

Donde x es el vector del valor bruto de la producción, A = {aij} es la matriz de coeficientes técnicos, d es un vector de demandas finales, (I-A) es la matriz de Leontief, I es la matriz identidad e (I-A)-1 es la inversa de Leontief.

Ahora, con la finalidad de analizar el impacto económico de la acción del gobierno, la expresión (4) se puede modificar para representar el funcionamiento de la economía con la administración pública en cuestión, generando una nueva expresión con n+1 sectores, de la forma siguiente:

Donde: x1 es un nuevo vector de n +1 elementos correspondientes a las producciones de los n sectores (sin incluir el sector público en cuestión) y del propio sector público (que consideraremos como sector n +1); esto es:

Siendo x1n+1 el valor de la producción del sector público.

Por otra parte, la nueva matriz B1 será igual a:

Donde A1 la nueva matriz de coeficientes técnicos de orden n+1, que se obtiene incluyendo al sector público, que será igual a:

Además, la matriz A1, puede ser particionada como:

La expresión (4) en los nuevos términos puede reescribirse como:

Finalmente consideramos que d1 es el nuevo vector de n +1 elementos de las demandas finales de cada uno de los sectores, considerando la actuación del sector público para la que estamos estudiando el impacto (n sectores + el sector público); esto es:

En cuanto al funcionamiento de la economía sin considerar la actividad productiva del sector público es la expresión (4), que puede ser reescrita como:

Donde: x0 es un nuevo vector de n +1 elementos correspondientes a las producciones de los n sectores (sin incluir el sector público en cuestión) y del propio sector público (que consideraremos como sector n +1 y tendrá un valor de 0); esto es:

Donde B0 es la matriz particionada de coeficientes técnicos de orden n+1, tal que:

En tanto d0 es el vector de demandas finales sin considerar el sector público, que definiremos como:

Obsérvese a partir de la expresión (13) que en la definición de B0 consideraremos la partición de la matriz I-A1, cuya inversa definía B1, que incluye a los n sectores productivos, dando valor cero a los coeficientes técnicos correspondientes al sector público (i. e., A21 = A21 = A22 = 0), por cuanto estamos analizando qué ocurriría si el sector gobierno no actuara. Así pues, el supuesto que se efectúa es que los coeficientes técnicos de los sectores productivos con y sin sector gobierno no se ven alterados.

Por lo que respecta a la expresión (14), consideramos el supuesto de que la implantación del sector público no tiene ningún efecto respecto a las demandas finales que se realizan a los sectores productivos de la economía. Por ello, la única diferencia entre el vector d0 y d1 consiste en que el primero incluye un dn+1 = 0, por cuanto nos interesa analizar lo que sucedería si la actividad productiva de dicho sector no se realizara.

Ahora, una vez definido lo anterior, para evaluar el impacto que tiene la variable valor bruto de la producción en el funcionamiento de la actividad productiva del sector público, simplemente efectuamos la diferencia entre las expresiones (6) y (12).

Más aún, el efecto total (ET) en el valor de la producción, que recoge la ecuación anterior, puede descomponerse sectorialmente en dos efectos: efecto tecnológico (et) y efecto demanda (ed), como sigue:

Donde:

La diferencia entre ambos efectos consiste en que mientras el efecto tecnológico mide el efecto que tienen las variaciones de las relaciones técnicas intersectoriales manteniendo la misma demanda, el efecto demanda mide el efecto que tienen las variaciones ocurridas en la demanda, suponiendo que la tecnología se mantenga constante (Skolka, 1989).

Por otra parte, el impacto podría evaluarse en términos del incremento del valor agregado bruto (V), para lo cual bastaría premultiplicar la expresión (15) por L', vector de n + 1 elementos, cada uno indica la proporción del valor agregado (V) sectorial respecto al valor de la producción total de cada sector; esto es:

Obteniendo:

La medida del impacto final en el valor agregado se determinará teniendo en cuenta el funcionamiento de dicha economía con y sin la administración pública.

 

3. Matriz insumo-producto del Distrito Federal

Tradicionalmente, la administración pública no figura como un agente económico en la matriz de insumo-producto, ya que, como es conocido, el enfoque de interdependencias contemplaba sectores productivos. Así, la actividad productiva del sector público se reflejaba en sectores diversos tales como servicios educativos, salud, cultura, asistencia social y defensa nacional, entendiendo a las acciones de la administración pública en un sentido restrictivo10.

Más aún, en estos modelos la demanda de consumo social se dirigía hacia los cinco sectores citados en forma exclusiva, por lo que no presentaba problema alguno; en cambio, tanto su demanda de inversión pública como el resto de la formación bruta de capital se dirigía a un número elevado de sectores, precisamente todos aquellos que eran productores de bienes y servicios de inversión11.

Ahora, nuestro objetivo es medir el arrastre que ambos componentes -consumo social e inversión pública- ejercen sobre la totalidad de los sectores, por lo que necesitamos saber su distribución sectorial para el Distrito Federal12. De ahí que, ante el problema que se plantea, en principio se opte por dos hipótesis alternativas, que llamaremos 1 y 2. En la hipótesis 1 supondremos que la demanda de consumo social e inversión tiene una composición idéntica a la del conjunto de la economía, pero son de diferente tamaño; la hipótesis 2 es más realista, puesto que se basa en un estudio ad hoc de la distribución sectorial de la inversión en los presupuestos de la administración pública del Distrito Federal para el año 200313.

Con estos antecedentes podemos tratar la confección de la MIPDF utilizando la hipótesis 1 y recurriendo al método indirecto denominado Ajuste Oferta-Demanda14.

En general, la idea básica de este método indirecto, también conocido como de compras interregionales, consiste en considerar inicialmente que para los sectores del D.F. las transacciones intersectoriales tienen un patrón idéntico al nacional, y de este modo se calcula un estimado de la demanda local de bienes y servicios. Luego se compara la demanda local con la oferta, y en caso de que la oferta local sea menor a la demanda y el sector local no sea capaz de abastecer los insumos necesarios para el D.F., entonces los flujos se ajustan por la diferencia y se generan las necesidades de importación del D.F. En caso contrario, el sector es capaz de abastecer la demanda y ningún ajuste necesita ser realizado en las transacciones locales; de existir un excedente, se considera que el mismo es exportado.

La formulación del método consiste en estimar balanzas comerciales locales (BDFj) entre la producción bruta total local de un bien i (XDFj)15 y los requerimientos locales del bien i (DDFi)16.

Esta información se utiliza para estimar los coeficientes del D.F. De manera algebraica el ajuste se realiza como sigue:

donde,

ODFi es la oferta del D.F.

XDFi es la producción bruta total del D.F

y donde,

DDFi son los requerimientos del D.F. del sector i.

anij es el coeficiente técnico nacional.

XDFj es la estimación del producto bruto total local para el sector j.

Cnif son las proporciones de insumo de demanda final nacional.

Yd es la demanda final estimada de la demanda final para el sector i.

Por lo tanto, la balanza de comercio local del sector i (Bri) es:

Si BDFi > 0, se tiene un superávit para el sector i, por lo que se dice que la oferta local es suficiente para cubrir la demanda local, las importaciones son iguales a cero y las exportaciones iguales al superávit; en este caso, los coeficientes técnicos nacionales pueden ser usados en la fila i de la matriz de coeficientes de comercio local. Si BDFi < 0, se presenta un déficit para el sector i. Esto implica que la demanda local es más grande que la oferta local, lo que requiere la importación de bienes y servicios de otras regiones; las exportaciones son iguales a cero y las importaciones serán iguales al déficit. Los coeficientes de comercio local serán estimados de la forma siguiente:

donde,

Rj es el coeficiente de comercio del D.F.

anij es el coeficiente técnico nacional.

XDFi es la producción bruta total del D.F. del sector i.

DDFi es el total de requerimientos del D.F. del sector i.

La interpretación de RDFij es que los coeficientes técnicos locales difieren de los coeficientes técnicos nacionales sólo en un factor de participación del comercio interregional (qij = XiDF/DiDF) (Jensen et al., 1979). Si el D.F. es autosuficiente o exportador, el coeficiente técnico permanece inalterado en la matriz insumo-producto local debido a que suponemos que la tecnología usada por los sectores industriales es la misma que a escala nacional. En contraste, si la participación de comercio interregional qij muestra que el D.F. es importador en algún sector en particular, el coeficiente técnico nacional tiene que modificarlo proporcionalmente hacia abajo (Hewings, 1985).

Es importante considerar que Harrigan et al. (1981) evaluaron las principales técnicas indirectas de regionalización con base en coeficientes de localización (coeficientes de localización simples, coeficientes de localización sólo compradores, coeficientes de localización interindustrial, coeficientes de localización semilogarítmicos) y los basados en balanzas comerciales (ajuste oferta-demanda, ajuste oferta-demanda modificado) para estimar indirectamente los flujos de comercio interregional. Para evaluar el ajuste entre la matriz real de Escocia y la estimada se utilizaron las pruebas de error medio absoluto, diferencia métrica eculidiana, error medio relativo, prueba chi-cuadrada, entre otras. La estimación de los flujos de importación y exportación obtenidos muestra que la balanza de comercio es una mejor técnica, aunque aún subestime los flujos, indicando que el principio de maximización del comercio local debe revisarse17.

Sin profundizar más en la explicación del método de balanza comercial, nos encaminamos a analizar los resultados.

Cuadro 1

 

4. Resultados empíricos

A continuación expondremos empíricamente la evaluación del impacto económico de la administración pública central y del Distrito Federal. Como ya se ha indicado, en una primera etapa queremos medir el impacto de dicho sector en las economías consideradas en términos del valor de la producción bruta.

El cuadro 2 muestra el incremento de la producción bruta sectorial (X) en el país donde se origina como consecuencia de la acción de la administración pública central. Podemos iniciar destacando que los sectores que poseen mayores incrementos sobre la producción bruta atribuible al sector público son los sectores de correos y almacenamiento (8): 15.7%; servicios de apoyo a negocios (14): 7.7%; electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final (3): 4.4%; servicios profesionales, científicos y técnicos (12): 4.2%; servicios financieros y de seguros (10): 3.8%; información a medios masivos (9): 3.4%; y servicios de esparcimiento culturales y deportivos (17): 2.8%. El incremento en el valor de la producción total nacional es de 53.3 por ciento.

En tanto, la administración pública del D.F. muestra relativamente un impacto mayor en el sector de la construcción (8): 23.8%; transporte (7): 14.4%; servicios de alojamiento temporal (18): 17.7%; y electricidad, agua y suministro de gas al consumidor final (3): 3.5%. En general, se genera un incremento neto en el nivel de producción bruta total del D.F. por acción del sector público del 5.6 por ciento.

El cuadro 3 presenta los impactos de la administración pública central y del D.F. en términos de la corriente generada de valor agregado sectorial (V).

Los resultados de cada sector son similares en sus máximos y sus mínimos a los obtenidos anteriormente en el ámbito nacional, aunque los datos son de magnitud ligeramente inferior tanto para los sectores más impactados como para los menos impactados. Entre los primeros se encuentran correos y almacenamiento (8): 13.6%; servicios de apoyo a negocios (14): 7.1%; electricidad, agua y suministro de gas por ductos al consumidor final (3): 4.3%; servicios profesionales, científicos y técnicos (12): 3.9%; servicios financieros y de seguros (10): 3.6%; información a medios masivos (9): 3.3%; y servicios de esparcimiento culturales y deportivos (17): 2.7%. Y entre los segundos están los sectores de construcción (4): 0.2%; agricultura (1): 0.3%; minería (2): 0.4%; e industria manufacturera (5): 0.7%. El incremento en el valor censal bruto total como consecuencia de la participación del sector público asciende a un monto de 49.8 por ciento.

Para el caso del D.F., los impulsos en el valor agregado -con comportamiento diferencial respecto al Estado- se concentran en el sector de la construcción (8): 22.2%; servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas (19): 16.6%; transporte (7): 13.4%, y electricidad, agua y suministro de gas al consumidor final (3): 12.3%. En general, el incremento neto en el valor agregado censal bruto total del Distrito Federal en relación con el ámbito nacional es de 4.7 por ciento.

La descomposición sectorial del efecto total del impacto económico (ET) de la participación del sector público en efecto tecnológico (et) y efecto de demanda (ed) puede observarse en el cuadro 4. En él, la información proporcionada en las dos últimas columnas muestra la importancia relativa de cada uno de esos efectos, pudiéndose comprobar que es más relevante el efecto de demanda que el tecnológico18.

El cálculo de la descomposición sectorial para el país muestra que el efecto tecnológico es la fuente de variación de la producción en el sector manufacturas (4), con un 4.8%, le siguen el sector de servicios de apoyo a negocios (14): 2.8%; y servicios profesionales, científicos y técnicos (12): 2.8%, principalmente19. En tanto, el efecto demanda muestra resultados similares en sus máximos y mínimos. Quizá deba resaltarse que el efecto demanda es la fuente de variación de la producción de los sectores administración pública (20), con 74.7%; servicios financieros (10): 1.97%; electricidad, agua y suministro de gas al consumidor final (3): 1.8%; y transportes (7): 1.28 por ciento20.

El patrón de distribución de la descomposición sectorial del efecto total es prácticamente el mismo para el D.F. que para el país21. Sólo cabe resaltar que en el D.F. se desarrollan, sobre todo, economías de aglomeración en torno a los sectores de administración pública (20): 74.7%; servicios financieros (10): 1.97%; electricidad, agua y suministro de gas al consumidor final (3): 1.82%; transportes (7): 1.29% y construcción (4): 0.35%, que hacen más relevante el efecto demanda como origen de diferencias sectoriales respecto del país22.

 

5. Consideraciones finales

En este trabajo se ha realizado una comparación entre el impacto de la administración pública del Distrito Federal y la nacional, cuya utilidad no podemos perder de vista ya que aunque en ambos espacios económicos se da un notable paralelismo en la regulación y comportamiento de los servicios generales, también subsisten importantes contrastes en la composición de la demanda final.

En este sentido, la perspectiva sectorial-institucional en la matriz de insumo-producto obtenida en la MIPMX y confeccionada en la MIPDF constituye un enfoque más esclarecedor. Asimismo, las diferencias estructurales que se pueden producir entre ambos espacios económicos por el funcionamiento de la administración pública pueden analizarse mediante el volumen del empleo, el valor de la producción bruta y el valor agregado censal bruto.

Los resultados en lo que se refiere al valor bruto de la producción resaltan los siguientes hechos: 1) el impacto económico sectorial de la demanda pública del Distrito Federal en esta variable es comparativamente más elevado que el correspondiente a la administración pública central; 2) este mayor impacto en el volumen de actividad productiva se explica, como vimos antes, por el componente del sector de la construcción, servicios de transporte público, electricidad, agua y suministro de gas al consumidor final y servicios de hospedaje y preparación de alimentos; 3) en el Distrito Federal se desarrollan, sobre todo, economías de aglomeración en torno al sector de servicios.

En cuanto a los resultados de valor agregado, los resultados muestran: 1) en el Distrito Federal los impulsos en el valor agregado tienen un comportamiento diferencial respecto al Estado, concentrándose en los sectores anteriores; 2) el impacto económico del sector público en el valor agregado es más elevado que el de la administración pública central.

Finalmente, el análisis de la descomposición sectorial que nos muestra los orígenes o las causas de dichas variaciones señala que el comportamiento sectorial diferenciado del valor bruto de la producción y valor agregado bruto se fundamenta en el componente de demanda final interna más que en el componente tecnológico.

 

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Notas

Los autores agradecen las valiosas observaciones de los dictaminadores anónimos, en particular por haber señalado precisiones en la simbología matemática.

1 Todo esto sin considerar, por supuesto, las acciones de regulación u orientación del conjunto de actividades productivas, el manejo de recursos financieros y los efectos redistributivos que puede generar.

2 Otro enfoque adoptado en el modelo de interdependencias sugiere medir el impacto a través de la contribución directa del gasto público en la demanda final (Curri, 2005; Alberdi y Del Castillo, 1987).

3 Desde el punto de vista económico, lo que se denomina administración pública puede concebirse como una unidad productora de ciertos servicios sociales, que combina factores de producción, genera valor agregado y obtiene resultados que dependen de los recursos que se le asignen (Ciboti y Sierra, 1986: 10).

4 En 2008, el INEGI dio a conocer la matriz nacional de insumo-producto con información del año 2003, en tres presentaciones: cuadro de economía interna sin importaciones, de economía total y de importaciones, agregados a 79 sectores. La MIPMX está disponible en: http://www.inegi.gob.mx/inegi/default.aspx?s=est&c=14013.

5 Como veremos en la sección 3, la estimación de la MIPDF se realizó mediante el método indirecto denominado Ajuste de Oferta-Demanda. (Véase Fuentes y Brugués, 2007: 8.)

6 El modelo abierto excluye los vectores de ingresos y consumo mientras que el modelo cerrado los incluye dentro de la matriz de transacciones.

7 El análisis de impacto se hace considerando un cambio estructural. Es decir, para analizar el impacto en una economía integrada, debemos redefinir el modelo de insumo-producto de partida, considerando el sector cuyo impacto se analiza como un sector aislado en la economía, con la consiguiente redefinición de la matriz de coeficientes técnicos.

8 En este sentido nuestro ejercicio se aleja del tratamiento general que considera sólo la contribución directa de la administración pública en la demanda final (Alberdi y Del Castillo, 1987: 61).

9 Estos supuestos, sin restar validez conceptual al ejercicio, permiten simplificar su manejo y cálculo.

10 El análisis tradicional permite medir sólo el impacto sobre el valor de la producción o valor agregado de una variación del volumen de demanda de origen público (Curri, 2005; Alberdi y Del Castillo, 1987).

11 El consumo social más la inversión pública son los componentes que sirven de base para medir la contribución directa de las administraciones públicas en la demanda final.

12 Con la MIPMX se puede medir el arrastre que ambos componentes de la demanda pública ejercen sobre la totalidad de los sectores productivos, lo cual se muestra por la distribución sectorial de dicha demanda. De aquí que se supone que contando con la distribución sectorial de la demanda de consumo e inversión del sector público, el impacto de su actividad productiva se puede llevar a cabo directamente.

13 Se supone que aunque más realista, la hipótesis 2 puede generar un mayor sesgo debido al mecanismo ad hoc de distribución de la demanda de consumo social y de inversión pública. Por lo que, aunque sea más simple y menos realista, se decidió utilizar la hipótesis 1.

14 El Ajuste de Oferta-Demanda (EOD, por sus siglas en inglés) fue propuesto originalmente por Schaffer y Chu (1969). En el caso de México, véase Fuentes y Brugués (2001 y 2007).

15 Se refiere a la oferta total regional del sector en cuestión.

16 Se refiere a la demanda total regional de cada sector dividido en insumos y demanda final.

17 En este sentido debemos establecer algunos límites del análisis y de la estimación de la MIPDF. Primero, en general ninguna técnica indirecta "ajusta" lo suficiente para justificar una confianza completa en su implementación. Sin embargo, en términos de la estimación de coeficientes individuales, el método de "ajuste oferta demanda" ofrece el mejor ajuste. Segundo, todas las técnicas indirectas producen una subestimación de los flujos comerciales y, por lo tanto, una sobreestimación de los coeficientes regionales. Esto indica que el principio de maximización del comercio local sobre el que operan estas técnicas es una sobresimplificación de la realidad. Y tercero, se debe encarar el hecho de que la precisión de las estimaciones de los flujos de comercio interregional es en general pobre. Esto nos puede generar problemas de precisión en las estimaciones.

18 Es importante aclarar que para poder evaluar la importancia sectorial de los efectos de demanda y tecnológico tuvimos que desagregar las cifras hasta siete puntos decimales.

19 Diferencias en procesos tecnológicos medidos a través de la estructura de insumos intermedios y de la participación del valor agregado sobre la producción (Rueda, 2006: 48).

20 Diferencias en la demanda final interna debido a la composición de bienes y servicios de cada sector en la demanda final interna y el peso de cada uno de dichos sectores en la demanda final (Rueda, 2006).

21 Como la distribución de la descomposición no es sensiblemente distinta, no se muestra el cuadro.

22 Las divergencias estructurales entre el Distrito Federal y el país pueden ser motivadas además por la acción directriz de los gobiernos en la realización de sus respectivas políticas económicas.

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