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Problemas del desarrollo

Print version ISSN 0301-7036

Prob. Des vol.40 n.159 Ciudad de México Oct./Dec. 2009

 

Reseñas

 

Argentina: su recurrente inestabilidad financiera

 

Roberto Soto Esquivel

 

Alicia Girón, México, IIEc-UNAM, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, 2009, 178 pp.

 

Posgrado de Economía-UNAM

 

 

Los escenarios de crisis que se han presentado desde la década de 1970, se han enmarcado en un contexto de desregulación y liberalización económica y financiera. Los países de América Latina han adoptado las "sugerencias" (imposiciones) del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), enmarcadas en los modelos de ajuste de dichas instituciones. Estos modelos se han dividido en dos políticas: una de carácter coyuntural y otra de carácter estructural.

Los aspectos coyunturales tienen como objetivo: a) corregir los desequilibrios macroeconômicos, b) generar capacidad de pago internacional y c) propiciar la economía de mercado. En tanto que los de carácter estructural son: a) reconversión de la economía a la competitividad, b) liberación de las fuerzas de economía privada y c) crecimiento estable. Estos objetivos se han tratado de alcanzar por medio de la desregulación y liberalización financiera, pero la evidencia empírica ha demostrado que sus efectos han sido totalmente opuestos, es decir, se ha creado mayor inestabilidad y escenarios de crisis más recurrentes y profundas.

Los países de América Latina han sido un laboratorio para la aplicación de las medidas sugeridas por el FMI y BM.

Argentina es un excelente ejemplo de cómo estas medidas se han adoptado a lo largo de su historia reciente, lo cual ha tenido como resultado una crisis económica y financiera con efectos sociales muy graves. En el libro de la Dra. Alicia Girón se analiza desde un punto heterodoxo el desenvolvimiento económico de Argentina, bajo la hipótesis de que "las modificaciones en la esfera financiera fueron el resultado del cambio estructural que sufrió el país a partir de la segunda mitad del siglo XX" (p. 26), buscando así el replanteamiento de la inestabilidad financiera y su relación con los procesos de desregulación y liberalización financiera.

La autora analiza la economía argentina, caracterizada por una fuerte relación con el sector agroexportador, asediada por problemas de endeudamiento y cuyos planes de ajuste han intentado contener la inflación. Asimismo, argumenta que ante la falta de proyectos alternativos de producción, se adoptaron los modelos de ajuste del FMI y el BM, que permitieron llevar a cabo privatizaciones, y la modificación de la política monetaria: adopción del consejo monetario-dolarización -que provocó la pérdida de la soberanía monetaria-; todo ello condujo a la inequidad social.

Para comprender lo anterior, este trabajo se divide en seis apartados que permiten conocer de manera puntual el proceso económico de Argentina. En el primer capítulo se analiza el comportamiento macroeconómico de Argentina a través del análisis de las variables fundamentales como son Producto Interno Bruto (PIB), cuenta corriente e inflación. Mediante un análisis gráfico se puede observar una gran volatilidad en el PIB desde 1980 hasta los primeros años del siglo XXI, y a partir de 2003 se registran crecimientos estables. El déficit en cuenta corriente se presenta a lo largo de 21 años, pero a partir de 2002 el saldo final se vuelve superavitario. Durante la década de 1980 se presentó la hiperinflación, que en 1989 alcanzó niveles de 3 000%, aunque en los últimos años del siglo XX y principios del XXI registró valores promedio de un dígito.

Estos resultados macroeconómicos indican una mejoría muy importante a partir de la modulación de las políticas ortodoxas puestas en marcha por el gobierno argentino; el resultado: mayor equidad para los ciudadanos.

Pero para comprender el porqué de este desenvolvimiento económico, la autora presenta en el segundo capítulo un excelente análisis histórico de los programas de política económica que antecedieron al proyecto monetario de estabilización 2001; éstos comprenden el primer periodo de Juan Domingo Perón (1946-1955), la época militar (1955-1966), el segundo periodo peronista (1966-1976), el regreso de la dictadura (1976-1983), y en adelante los periodos civiles de Raúl Alfonsín y Carlos Saúl Menem (periodo de desregulación financiera). Pero la última década del siglo XX es la que recibe un análisis más puntual: la autora detalla los lineamientos de política económica aplicados en Argentina, los cuales fueron denominados Plan de Convertibilidad o Plan Cavallo (aunque hubo antes diversos programas cuyo objetivo fue enfrentar los desequilibrios coyunturales del momento).

En el capítulo tres se analizan las políticas económicas llevadas a cabo durante el periodo de Convertibilidad, las cuales están contenidas en los modelos de ajuste del FMI y el BM. Para ello, fue menester aplicar estrategias y políticas tales como las modificaciones en los objetivos y políticas del Banco Central, mediante el establecimiento de metas de inflación; asimismo, se planteó la generación de equilibrios fiscales mediante la disciplina fiscal, entre otras.

La autora destaca la reforma financiera efectuada durante la última década del siglo XX, que modificó la estructura del sistema bancario como consecuencia de los problemas derivados del endeudamiento externo. Esta reforma permitió la participación de la banca extranjera en el sistema financiero, es decir, la desregulación financiera en particular: "la extranjerización y profundización del sistema bancario favoreció la concentración y centralización del crédito hacia los sectores dominados por la oligarquía argentina" (p. 63).

En el capítulo cuatro se destaca que el objetivo del Plan de Convertibilidad fue lograr la estabilidad monetaria para poder frenar las devaluaciones recurrentes, los escenarios de crisis financieras y bancarias, pero dada la "imposibilidad de conseguir estabilidad de precios y económica con las políticas de corte ortodoxo, condujo a la dolarización de la economía" (p. 67); entonces, el modelo del FMI y el BM impuso la apertura del sector externo, lo cual facilitó el aumento de conglomerados, todo ello incluido en el concepto de globalización económica y financiera. Pero tal como señala la autora, sólo "fue un periodo de ilusión monetaria que agudizó la vulnerabilidad por depender en gran medida de las fluctuaciones del sector externo" (p. 67).

Los resultados macroeconómicos y sus consecuencias sociales, así como la profundidad de la inestabilidad económica y financiera originaron que se cuestionara el modelo de estabilidad, dado que había presentado signos de insostenibilidad, con lo que finalizó el periodo de dolarización. Así, "en diciembre de 2001, la crisis política, el corralito y la fuga de capitales hicieron imposible cumplir las demandas del FMI, ante ello, este organismo suspendió su apoyo y se precipitó la crisis económica, política y social que culminó en enero de 2002 con la suspensión de la convertibilidad del peso argentino en dólares" (p. 69), iniciando el camino a la pesificación de la economía.

En el capítulo cinco, Girón destaca que uno de los factores que desencadenaron la caída de la economía a principios del siglo XXI, fue el enorme endeudamiento externo que se profundizó con el Plan de Convertibilidad, dado que "la historia financiera de Argentina se caracteriza por las continuas cesaciones de pago, no sólo por causas externas, sino también internas" (p. 86). Girón hace un excelente análisis de los diferentes periodos de endeudamiento y las renegociaciones que ha tenido Argentina desde la década de 1970, hasta los últimos programas que se manejaron a finales del siglo XX.

Por último, la autora analiza en forma precisa los efectos de la desregulación financiera y sus consecuentes reformas tanto de primera como de segunda generación. Estas reformas se dieron en dos etapas: la primera, caracterizada por el cierre de las principales instituciones financieras bancarias en un entorno de crisis financiera. La segunda responde a la exigencia de eliminar la represión financiera favoreciendo así la libertad en ese ámbito, por tanto se caracterizó por una amplia participación del capital extranjero y privado nacional en el sistema, con lo que perdió importancia la banca pública.

Por último, en las conclusiones se destaca la importancia de recuperar la soberanía económica, monetaria y financiera, que permita destinar suficientes recursos a cuestiones sociales y revertir los efectos adversos del modelo de ajuste impulsado desde finales de los ochenta, que desencadenó la peor crisis económica y social de Argentina.

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