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Problemas del desarrollo

versión impresa ISSN 0301-7036

Prob. Des vol.40 no.159 Ciudad de México oct./dic. 2009

 

Artículos

 

China frente a la crisis económica. Debilidades y fortalezas de su sistema financiero

 

Alicia Girón*

 

* Investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM. La presente investigación se ha realizado gracias al apoyo del Programa de Intercambio Académico entre el IIEc, la Coordinación de Humanidades y el Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias Sociales de China. Agradezco la lectura y comentarios de la Mtra. Alma Chapoy. Asimismo, reconozco la participación en la elaboración de las estadísticas a Juan Manuel Gómez Lira y Francisco González, becarios del Proyecto PAPIIT "Incertidumbre financiera y cambio institucional: desafíos y acuerdos" de la Dirección General de Personal Académico de la Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: alicia@servidor.unam.mx

 

Fecha de recepción: 19 de agosto de 2009.
Fecha de aceptación: 16 de octubre de 2009.

 

Resumen

En la década de 1980, China realizó una reforma financiera que le permitió al Banco del Pueblo pasar de un sistema bancario centralizado a un sistema de instituciones financieras definidas y así impulsar el crecimiento y desarrollo económico a través de bancos de desarrollo y banca comercial. Esta reforma, que consintió la participación de empresas privadas y extranjeras, ha sido regulada por el Banco Central sin menoscabo de la soberanía monetaria. No obstante que el proceso de desregulación financiera provocó carteras vencidas que hubieran significado una crisis bancaria en una economía de mercado, las instituciones financieras fueron capitalizadas para volverse instituciones financieras sanas. Hoy, la participación de China en el paquete de estímulo a raíz de la crisis económica mundial siembra dudas en torno a la solidez de sus instituciones financieras.

Palabras clave: sistema financiero de China, bancos chinos, reforma financiera china, crecimiento económico de China, carteras vencidas en China.

 

Abstract

During the 1980s, China carried out a financial reform enabling the People's Bank to move away from a centralized banking system towards system of defined financial institutions and thus to drive growth and economic development via the development banks and the commercial banks. This reform, which allowed the participation of private and foreign companies, has been regulated by the Central Bank without compromising monetary sovereignty. Although the process of financial deregulation led to past-due loan portfolios that would have brought about a banking crisis in a market economy, the financial institutions were capitalized, turning them into healthy financial institutions. Today, China's participation in the stimulus package arising from the world economic crisis has sown doubts about the solidity of its financial institutions.

Keywords: China's financial system, China's banks, China's financial reform, economic growth in China, past-due loan portfolios in China.

 

Résumé

Dans les années 80, la Chine a réalisé une réforme financière qui a permis à la Banque du Peuple de passer d'un système bancaire centralisé à un système d'institutions financières définies et ainsi d'impulser la croissance et le développement économique au travers de banques de développement et de banques commerciales. Cette réforme, qui a consenti la participation d'entreprises privées et étrangères, a été régulée par la Banque Centrale sans porter préjudice à la souveraineté monétaire. Bien que le processus de dérégulation financière ait provoqué des crédits impayés qui auraient signifié une crise bancaire dans une économie de marché, les institutions financières ont été capitalisées pour devenir des institutions financières saines. Aujourd'hui, la participation de la Chine au plan de stimulation qui fut à l'origine de la crise économique mondiale nourrit des doutes sur la solidité de ses institutions financières.

Mots clés: système financier de la Chine, banques chinoises, réforme financière chinoise, croissance économique de la Chine, crédits impayés en Chine.

 

Resumo

Na década de 1980, a China realizou uma reforma financeira que permitiu ao Banco do Povo passar de um sistema bancário centralizado a um sistema de instituições financeiras definidas e assim impulsionar o crescimento e desenvolvimento econômico através de bancos de desenvolvimento e bancos comerciais. Esta reforma, que consentiu a participação de empresas privadas e estrangeiras, foi regulada pelo Banco Central sem menoscabo da soberania monetária. Não obstante o processo de desregulação financeira ter provocado carteiras vencidas que teriam significado uma crise bancária numa economia de mercado, as instituições financeiras foram capitalizadas para virar instituições financeiras saudáveis. Hoje, a participação da China no pacote de estímulo na raiz da crise econômica mundial semeia dúvidas a respeito da solidez de suas instituições financeiras.

Palavras-chave: sistema financeiro da China, bancos chineses, reforma financeira chinesa, crescimento econômico da China, carteiras vencidas na China.

 

...en una economía de mercado, el problema de las carteras vencidas es
el hijo bastardo de la azarosa liberalización de la reforma bancaria, pero
en una economía planificada... es sólo un accesorio más...

CHINA BANK REFORM, HENRY C. K. Liu.

 

Introducción

Ante uno de los acontecimientos más importantes en la historia mundial, el impresionante crecimiento de China hasta convertirse en una potencia económica global (Minqi, 2008), cabe preguntarse ¿cuáles son sus fortalezas y debilidades en los espacios financieros tanto nacionales como internacionales? Desde hace tres décadas, las reformas económicas (Rodríguez, 1989) y financieras (Naughton, 1998) llevadas a cabo en China, sin lugar a dudas propiciaron el impresionante crecimiento que se produjo en su economía hasta antes de la crisis financiera actual. No obstante, en el tránsito de una economía con un mercado reprimido hacia una economía monetaria, está latente la hipótesis de la inestabilidad financiera (Minsky, 1982). También, lo que John Kenneth Galbraith califica como el fraude inocente (Galbraith, 2007).

El actual éxito de China también podría ser el anuncio de la proximidad de una crisis financiera como la que afectó a Japón (Girón, 2006) o Argentina (Girón, 2009)1. Incluso la crisis asiática y la crisis mexicana de la década de 1990, con sus particularidades, tienen rasgos semejantes a lo que acontece ahora en el sistema financiero de la República Popular China (RPC). Los cuatro principales bancos estatales chinos tenían US$ 4.419 billones en activos (veáse cuadro 1), sin sumar los otros bancos que controlan el 45% restante de los activos totales del sistema bancario. Esos cuatro grandes bancos comerciales junto con los bancos de desarrollo del gobierno fueron particularmente agresivos al otorgar, durante el primer semestre de 2009, créditos equivalentes a 25% del producto interno bruto (PIB) de 2008.

Lo anterior es consecuencia del programa de estímulo para la economía, anunciado en el otoño de 2008 por el gobierno central, por la cantidad de US$ 1.08 billones (Flint, 2009). Dicho programa se reflejó de inmediato en la economía china, con un ligero aumento del PIB, pero también podría crear problemas de carteras vencidas y posibles resquebrajamientos en el sistema financiero nacional.

La hipótesis o argumento central de este trabajo es analizar si la crisis financiera internacional afectará al sistema financiero chino, provocando una crisis similar a la vivida por México, Argentina o Rusia.

Para empezar, intento explicar la importancia de China en la economía mundial. Segundo, expongo cómo la reforma financiera creó, a partir del Banco del Pueblo de China (BPC), sus bancos de desarrollo y bancos comerciales, en los cuales es fundamental la presencia del Estado. Enseguida, para poder entender el sistema bancario, describo la banca comercial y la banca de desarrollo, así como la participación de intermediarios financieros estatales, privados y extranjeros en la economía. Por tanto, es importante realizar un estudio de los principales bancos chinos. Concluyo con una reflexión sobre el sistema financiero de China y las posibles alternativas ante los riesgos previstos por varios autores, no sólo en la economía sino en las carteras vencidas.

 

China en la economía mundial

Ante la presencia de una de las crisis financieras más complejas de la historia reciente, China muestra su liderazgo en este ámbito, pero también descubre una debilidad: del total de sus reservas en el BPC (dos billones), 67% está en dólares (US$ 1.4 billones de dólares), y de éstos, US$ 800 000 millones están en bonos del Tesoro de los EEUU. Esto hace de China el principal acreedor de los EEUU, lo que la obliga a la valorización de dicho capital y la sujeta a las decisiones de política monetaria y financiera del Sistema de la Reserva Federal de los EEUU (Fed). Por otra parte, los cambios de política monetaria y financiera en China pueden alterar los mercados financieros internacionales. Otro problema relevante, tanto en el terreno nacional como internacional, es la apreciación de la divisa china, el rmb. Hay una relación de causalidad entre los circuitos financieros donde el BPC tiene una soberanía garantizada en el circuito financiero nacional y, por otra parte, existe la necesidad de valorizar dicho capital en el circuito financiero internacional, donde sus reservas son parte del dólar. El dólar como moneda que representa el equivalente general internacional hegemónico.

Esta situación puede fortalecer el sistema financiero de China, pero igualmente puede debilitar la posición del BPC al enfrentar una gran muralla levantada por las reformas económicas establecidas hace más de 25 años, que le permitieron un crecimiento económico promedio de 9.5% anual (oecd, 2005) hasta la recesión mundial, que determinó una contracción del PIB de 4.5% en el primer trimestre de 2008 respecto del mismo periodo del año anterior, ocasionada por la caída de sus exportaciones en la esfera mundial. El modelo de crecimiento de China constituyó un gran éxito, pero ahora presenta algunas fracturas, tal y como sucedió a algunos países latinoamericanos que lograron tasas promedio de crecimiento anual de 5.8% en 2003-2008.

Más que calificar de exitoso el modelo chino, habría que alertar sobre la profunda inequidad en la distribución del ingreso, que aún dista mucho de ser resuelta por el gobierno. Éste, consciente del cambio de rumbo de su modelo económico, en noviembre de 2008 lanzó un programa de estímulo para invertir en infraestructura2. Conviene destacar que el desarrollo industrial del país se basa principalmente en la exportación de manufacturas; ha sido tanto el crecimiento en los últimos años, que se ha generado lo que algunos economistas llaman el calentamiento de la economía, con fuertes desequilibrios económicos, políticos y sociales. Esta estrategia de crecimiento fue parte de la política de la tercera etapa de desarrollo, cuya meta fue la modernización (Guoguang, 2001). Por el momento, existe inflación, aumento en los precios de las materias primas, una burbuja inmobiliaria y, sobre todo, necesidad de revaluar la moneda nacional. Desde que irrumpió la crisis mundial, la población que se encuentra trabajando en el sector exportador ha tenido que pagar un costo social muy alto.

La complejidad económica y social que vive China es resultado de los múltiples encuentros entre las autoridades monetarias y financieras de los gobiernos de China y de los EEUU desde que estalló la crisis subprime. Una gran preocupación afecta a ambas naciones: por una parte, la mayor presencia de China en el mercado internacional, aunada a la de Brasil y la India, ejerce una presión cada vez mayor en las reuniones del G20; por la otra, la Fed lucha por mantener la hegemonía en los circuitos del intercambio y del crédito a escala mundial mediante su moneda, el dólar. Siendo así, no sorprenden las reuniones de los gobernadores de los bancos centrales de ambos países (G-2), Zhou Xiaochuan y Ben Bernanke, para establecer una política monetaria y fiscal coordinada, en el marco del G20, para salir de la crisis actual con el menor costo social y político para sus respectivos países (Barkley y Solomon, 2009)3.

El entorno internacional de la crisis económica impactó negativamente en las exportaciones de China a los EEUU; en el primer trimestre de 2008 éstas cayeron 14.9%. Para contrarrestar los efectos de la disminución de exportaciones, el BPC realizó una inyección de capital en el otoño de 2008, gracias a la cual la economía china tuvo un crecimiento anualizado de 6.1% en el primer trimestre de 2009. Es interesante observar la expansión de la inversión extranjera directa (IED) de China hacia otras regiones. África y América Latina han empezado a recibir inversiones en sectores estratégicos para la economía china, como minería y petróleo, que complementarían la demanda de una producción en la que China todavía no es autosuficiente. Estas inversiones representan para China una garantía estratégica para satisfacer la demanda de estos productos y seguir creciendo; en tanto que para América Latina estas inversiones le proporcionan dinamismo a sus economías (The Economist, 2009).

 

La reforma financiera4

En 1978, el entonces líder de la RPC, Deng Xiaoping, transformó las bases del sistema financiero para dar un gran salto y poder penetrar en los mercados internacionales. La reforma financiera china (RFC) permitió pasar de un régimen financiero centralizado a uno más abierto. Mediante la aplicación de radicales reformas financieras durante las tres últimas décadas, se logró alcanzar una situación en que "el nuevo mercado financiero y bancario chino ha creado un cerco para absorber mercados maduros y evitar burbujas crediticias, soportar el abrumador mercado inmobiliario del Occidente apareciendo como el motor principal del mercado global" (Guizot, 2007). Las reformas han transitado por varias etapas, desde un sistema regulado con un banco central y único, hasta un sistema donde conviven intermediarios financieros públicos, privados y extranjeros (Jinglian, 1995). Después de las reformas emprendidas en las economías planificadas a finales de la década de 1980, China sentó las bases para reformar el sistema económico y financiero, cumpliendo el sueño que acarició Mao Zedong al fundar la República de Hunan (Yabuki y Harner, 1999).

Hoy, la RFC es una enseñanza para los países que al haber desregulado y liberalizado su sistema financiero han experimentado crisis financieras recurrentes. Antes de iniciar la RFC, se contaba solamente con el banco central, que no sólo ejercía la soberanía monetaria sino controlaba las operaciones de banca pública y banca comercial. Es decir, además de fungir como prestamista de última instancia tenía como principal objetivo llevar a cabo las actividades relacionadas con el financiamiento para el desarrollo económico en un contexto nacional. La RFC en un principio tuvo como prioridad la creación de bancos estatales y, posteriormente, bancos comerciales. Una vez fortalecidos los circuitos crediticios, hubo una apertura para que bancos extranjeros participaran como socios en bancos chinos. Subsidiarias de bancos extranjeros han llegado a conformar una red creciente en cuanto a participación crediticia, en el despegue económico de China.

La RFC se puede dividir en tres etapas. La primera, que corre a la par de las reformas económicas, tiene como característica más relevante que las operaciones comerciales se separaron del BPC. En 1984, el banco central estableció metas de crecimiento para el agregado monetario (M2); sus objetivos fueron mantener estable el valor de la moneda y promover el crecimiento. Para que el BPC pudiera actuar como banco central, delegó gran parte de sus actividades a los bancos comerciales del Estado y a la banca de desarrollo. Puede decirse que se sentaron las bases para que cada ciudad tuviera un banco regional. Fue entonces cuando se constituyeron el Banco de Agricultura de China, el Banco de Construcción, la primera cooperativa crediticia urbana Hebei. Posteriormente, se creó el Banco de Comunicaciones (1986), el China International Trust and Investment Corporation (CITIC) y el Banco de Desarrollo de Shenzhen.

En la segunda etapa (1991-2001) se crearon varios bancos comerciales urbanos, sobre todo a partir de 19955. En este periodo China ingresó a la Organización Mundial de Comercio (OMC), paso fundamental en la desregulación de su sistema, en los procesos de reconversión bancaria, en la privatización parcial de los activos, en la reestructuración que siguió a la crisis asiática, en el papel de los bancos regionales y, desde luego, en la apertura a la competencia externa. Inició también la representación de bancos extranjeros en China y la participación de bancos extranjeros en algunos bancos chinos. En esta fase se aceleró el proceso de desregulación y liberalización financiera, acompañado de la primera crisis financiera de la banca comercial y de la banca de desarrollo. Un aumento de carteras vencidas entorpeció el funcionamiento de las recientemente creadas banca comercial, estatal y nacional. Sin embargo, no hubo retiros masivos de depósitos bancarios6. Los bancos en China siempre han tenido liquidez, gracias a la intervención del BPC. Es decir, técnicamente, atendiendo al indicador de carteras vencidas, sí podríamos hablar de crisis, pero sus efectos no se hacen sentir en la sociedad, dado que la "liquidez" disuade a los depositantes de llevar a cabo un retiro masivo de dinero. La inexistencia de corridas bancarias en China obedece a que es una economía planificada, donde las carteras vencidas son sólo un accesorio más (Liu, 2002).

De manera que no se trata de una crisis financiera en el sentido tradicional, pues se conjugó con instituciones financieras de reciente creación e incorporación al libre mercado7. La crisis financiera en China se inserta en la crisis financiera asiática. Sin embargo, el sistema bancario comercial en China se consolidó justamente cuando el BPC inició el saneamiento de las carteras vencidas, en 1997. Se llevó a cabo un proceso de recapitalización del Banco de Construcción, del Banco de China, del Banco Industrial y Comercial y de otras instituciones financieras, reforzando así el capital de esos bancos e instituciones financieras, para limpiarlos y allanar el camino hacia su financiamiento en el mercado de valores.

En el marco de la reforma financiera, China cuenta con dos mercados de valores: el de Shanghai y el de Shenzhen. Este último, también de reciente creación, amplió las fuentes de recursos y mejoró la gobernanza corporativa. Por otra parte, hubo un proceso de desregulación de la tasa de interés8, se profundizó el desarrollo del mercado de capitales y del mercado de derivados, y se realizó la primera venta de los bonos del tesoro. Este desenvolvimiento sorprendente coincide con la paridad de la divisa china frente al dólar y con la fuerte corriente de inversión extranjera que ha llegado a la RPC. Indudablemente, las reformas financieras son las que han permitido el nacimiento de algunos bancos comerciales y estatales, cuyo control en menor medida está en manos de los extranjeros.

Actualmente, la estrategia de política monetaria se asemeja a la de los bancos centrales de los países desarrollados. Sin embargo, según Laurens y Maino (2007), 13 años después de haber liberalizado las tasas de interés en la Third Plenum (noviembre de 1993), todavía la decisión de los movimientos de la tasa de interés respondía a los intereses del Consejo Estatal.

Los préstamos a empresas estatales de alto riesgo, las carteras vencidas de los bancos y empresas chinas y la limpieza de los estados financieros son problemas a resolver en el corto plazo. Existe una estrategia financiera de las corporaciones chinas y un gran esfuerzo por enfrentar las carteras vencidas; el reto del BPC y del Ministerio de Finanzas es la construcción de un sistema bancario cuyos intermediarios financieros sean regulados por la normatividad internacional bajo la supervisión de sus instituciones reguladoras. La construcción del sistema crediticio es muy reciente y la transición de una economía regulada a una economía de mercado ha ido avanzando aceleradamente en la formación de una economía capitalista con altas tasas de crecimiento. Sin embargo, hay empresas financieras que han incurrido en préstamos de alto riesgo.

Los márgenes de intermediación bancaria también se liberalizaron y se pasó de una política con un tipo de cambio sobrevaluado a una con un tipo de cambio sub-valuado de 8.27 y 8.28 yuanes por dólar, con la finalidad de hacer competitivas sus exportaciones. En la última etapa, el sistema financiero de nuevo ha limpiado relativamente sus carteras vencidas; a partir de junio de 2005, el yuan inició un proceso gradual de flotación en función de una canasta de monedas.

En opinión de Feyzioglu, "los principales bancos se recapitalizaron, los activos fueron mejorados, la supervisión bancaria se renovó y los bancos extranjeros fueron autorizados para participar en varios grandes bancos a partir de 2005. En 2007, sobre la base de los indicadores financieros, los bancos chinos estaban mejorando sustancialmente sus estados financieros" (2009: 5).

En este periodo también se establecieron las instituciones reguladoras del sistema financiero y los bancos se adaptaron a las normas internacionales del Banco de Pagos Internacionales (BPI). Destacan entre aquéllas: la Comisión Reguladora de Bancos Chinos, la Comisión Reguladora de Seguros Chinos y la Comisión Reguladora de Valores Chinos. Tanto es el interés del gobierno chino en darle seguimiento a la reglamentación bancaria, que la Comisión Reguladora de Bancos Chinos tiene 25 000 supervisores bancarios en 36 oficinas a nivel provincial en todo el país. Por supuesto, es la institución reguladora bancaria más importante del mundo.

La regulación creada en el marco de la RFC es muy importante porque el BPC tiene interés en que sus bancos respondan a las normas internacionales del BPI. En virtud de lo anterior, el tránsito de estos bancos de reciente creación de una economía planificada hacia una economía monetaria lleva a toda una generación de economistas a replantear sus contabilidades internas. Por otra parte, los intereses económicos tanto de los gobiernos provinciales como del propio Estado y las metas de crecimiento particulares de cada uno no permiten quiebras bancarias masivas gracias a la intervención de la mano visible del banco central. Atrás de ello está el Consejo de Estado Chino (quasi-cabinet), cuyos intereses se sitúan por encima del BPC y de las comisiones reguladoras. Por ello, insistimos en que los bancos, aunque técnicamente pudieran tener un alto grado de carteras vencidas, no pueden quebrar porque son saneados de inmediato. Los bancos en China usan cuatro sistemas de contabilidad introducidos en 1993, 1997, 2001 y 2006; por supuesto que en algunos casos, la forma de contabilizar las carteras vencidas dista mucho de la normatividad internacional. Se supone que a partir de 2007 todos los bancos seguirán la normatividad de la Chinese Accounting Standards (CAS) consistente con la normatividad de la International Financial Reporting Standards (IFRS). Si bien es un gran avance la adecuación de la contabilidad de los bancos chinos a normas internacionales, los deseos quedan en el papel, pues hasta antes de 2007, bancos como el China Everbright Bank y el Guangdong Development Bank no habían publicado sus datos desde 2003 y 2004, menos aun los bancos de las ciudades restantes (city banks) y las cooperativas de crédito (Chu, 2007).

Hasta hace unos tres años, a las subsidiarias de bancos extranjeros se les eximía de la normativa prudencial; sin embargo, los bancos extranjeros que se incorporaron recientemente al sistema bancario en China deben respetar todos los reglamentos locales y nacionales de la comisión reguladora.

 

Los bancos en China

Después de 30 años de la RFC, a pesar de haber realizado un profundo proceso de desregulación y liberalización de los servicios financieros, el sistema financiero no se ha colapsado, como ocurrió en Argentina, México y Brasil.

Al parecer, por encima de la RFC prevalece una visión estratégica del Estado, pues China, al igual que Japón y España, no está dispuesta a perder el control de sus instituciones financieras, sean de capital público o privado. Las instituciones financieras privadas y estatales son de interés prioritario y el gobierno está empeñado en fortalecerlas. Incluso China se ha resistido ante la exigencia de los EEUU y de los organismos financieros internacionales para cambiar su política monetaria y financiera.

El proceso de desregulación y liberalización financiera se ha profundizado y los bancos chinos tienen una mayor participación en los mercados financieros. No obstante, las experiencias de Japón, España, Argentina, Brasil y México nos recuerdan que todo proceso de desregulación y liberalización financiera ha llevado a una destrucción de los sistemas financieros. De ahí la pertinencia de preguntarse si habrá una crisis financiera en la RPC como las que se produjeron en dichos países. A pesar de las fortalezas que se han señalado en el sistema financiero chino, considero que no es posible descartar del todo una futura crisis financiera en China, con repercusiones semejantes a las de un tsunami financiero en los mercados financieros internacionales.

Afirmo esto, entre otras cosas, porque en un informe sobre la calidad de los activos de los bancos chinos se menciona que podría estarse subestimando la exposición de éstos a futuras pérdidas de crédito. Hay tres áreas clave preocupantes: la eficiencia en la clasificación de los préstamos y las pérdidas esperadas; el aumento de riesgos crediticios ocultos y la incertidumbre acerca de la confiabilidad de colaterales y garantías de los préstamos garantizados. Tanto así, que en la escala de Fitch se calificarían los 16 bancos comerciales con una D, en una escala de A (alto) a E (bajo) (Chu, Chunling y Chen, 2009).

Hoy en día, la estructura del sistema financiero en China está dominada en un 80% por la estructura bancaria, y el resto por la intermediación financiera por medio del mercado de valores. El primer grupo de bancos lo forman tres bancos de desarrollo muy importantes en el contexto de las políticas públicas (8% policy banks): Agricultural Development Bank, China Development Bank y Export-Import Bank, y los cuatro bancos comerciales propiedad del Estado (55%): Agricultural Bank of China, Bank of China, China Construction Bank e Industrial & Comercial Bank of China. La participación del Estado, según Fitch (Chu et al., 2006), había pasado de un 100% a un 82% por la apertura a la participación extranjera del último banco. El segundo grupo corresponde a 13 bancos comerciales (16%): Bank of Communications, China Bohai Bank, China citic Bank, China Everbright Bank, China Merchants Bank, China Minsheng Bank, China Zheshang Bank, Evergrowing Bank, Guangdong Development Bank, Hua Xia Bank, Industrial Bank, Shanghai Pudong Development Bank y Shenzhen Development Bank. El tercer grupo lo forman 115 bancos comerciales (6%) de las principales ciudades. El cuarto grupo, 30 000 cooperativas de crédito (9%); y el quinto grupo, los bancos extranjeros (dos por ciento).

Los cuatro grandes bancos estatales cuyos préstamos se otorgan en función de los intereses del Estado han mejorado de manera sorprendente sus activos y también han limpiado las carteras vencidas de años anteriores. Estos bancos son: Agricultural Bank of China (ABC), Bank of China (BOC), China Construction Bank (CCB) e Industrial and Commercial Bank of China (ICBC). Los préstamos no se otorgan con criterios comerciales sino en función de las necesidades del plan central de planificación. Para Chu (2007), el problema de las carteras vencidas alcanzaba 54% del total del capital del sistema bancario. Si se excluía al ABC, sólo representaba 33% del total. Sin embargo, en el siguiente cuadro podemos observar cómo se han duplicado los activos en los últimos cuatro años. Durante el periodo 2004-2008, los activos se multiplicaron más de dos veces en el caso de estos cuatro bancos. El BOC multiplicó los activos por 1.83 veces; ICBC, por 2.3 y bajó sus carteras 9.24 veces; CCB multiplicó sus activos por 2.18 y bajó las carteras vencidas en 1.71 puntos, casi un poco menos de la mitad; ABC aumentó sus activos en 2.10 veces y bajó en 6.05 puntos la cartera vencida, una limpieza sorprendente (veáse cuadro 1).

El esfuerzo que ha realizado el BPC por limpiar las carteras y buscar indicadores más eficientes también ha redundado en una mayor seguridad para la inversión extranjera en los bancos chinos (Laurenceson y Qin, 2008). Para los bancos chinos, la inversión extranjera es vista como una fuente potencial de capital fresco y de tecnología avanzada. La ley permite que un banco extranjero adquiera hasta 20% de acciones y sólo se permite hasta un 25% de participación extranjera en total. El primer banco en verse beneficiado por la Ley Bancaria fue el HSBC, al participar con una inversión de 8% en el capital del Bank of Shanghai en 2001. En 2004, el HSBC participó con 19.9% en el Bank of Communications; el Bank of Nova Scotia/ ifc adquirió 12.5% y 12.4%, respectivamente, del capital del Xian City Comercial Bank. En 2005, el Royal Bank of Scotland adquirió una participación de 9.6% en el Bank of China; ubs, 1.6%; Temased, 4.8%; adb, China Construction Bank, del Bank of America (8.5%) y Temasek (6%); Bohai Bank del Standard Chartered (19.9%); Hangzhou City Comercial Bank del Commonwealth Bank of Austrialia (19.9%); Bank of Beijing de ing Group nv/ifc; Nanchong City Comercial Bank of China (13%). En 2006, el Industrial and Commercial Bank of China tenía una participación extranjera de 8.5% y el Guangdond Development Bank aproximadamente 20%. La inversión extranjera ha seguido capitalizando los bancos chinos y al parecer es una opción muy estable. La salida del Bank of America del China Construction Bank se debió a que el primero necesitaba fondos para capitalizar su matriz.

Hay cuatro modalidades para los inversionistas extranjeros que quieran penetrar en la industria bancaria: a) a través de sucursales o subsidiarias en China; para 2007, en este esquema había 71 bancos extranjeros que habían abierto 117 sucursales y 193 bancos extranjeros habían abierto 242 oficinas de representación; b) mediante una empresa conjunta entre un banco chino y un accionista extranjero que no exceda el control accionario más allá de 25%; c) el establecimiento de un banco con financiamiento extranjero de 100%; y d) la adquisición de valores de un banco chino que permita ser inversionista extranjero estratégico (IEE) (Chen-Hua et al., 2009: 106).

 

Reflexión

La Reforma Financiera China tuvo como propósito fundamental lograr una posición estratégica de sus intermediarios financieros en el concierto internacional de la financiarización y del financiamiento al desarrollo. La evolución de los bancos en la RPC no sólo ha sido importante a nivel nacional sino que durante los próximos años los intermediarios financieros serán estratégicos en el financiamiento del desarrollo en otros países, como los latinoamericanos. En cuanto se refiere a las enormes reservas en dólares con que cuenta la RPC y el tipo de cambio del renmibi con el dólar estadounidense corresponden a una política monetaria y financiera de Estado. Entendemos por esto un Estado cuyo brazo derecho es el banco central, el Banco del Pueblo de China. La preocupación principal del Estado es el posicionamiento en el mercado financiero internacional y el desarrollo económico del país. Esto plantea preguntas clave que no se resuelven con base en las normas que exige para la salud de los bancos el Banco de Pagos Internacionales (BPI). Por ello, las decisiones de carácter económico, político y financiero del Consejo de Estado en China estarán siempre por encima de las decisiones de la Comisión Bancaria Reguladora de China.

Este país ha pasado de una economía restringida y reprimida en cuanto a sus instituciones financieras y bancarias (incluso se podría afirmar que el sistema bancario era inexistente) a una economía todavía regulada por el banco central. En su proyecto de nación, los bancos son los intermediarios para la circulación de la moneda y para construir las grandes obras de infraestructura y lograr así tasas de crecimiento superiores a 8% durante varios años, creando también empleo y capacidad de consumo para una parte de su población. Incluso ha habido años en que la tasa de crecimiento del PIB ha superado el 10%. China ya vivió la experiencia de una crisis por el cúmulo de carteras vencidas; tal crisis tuvo no sólo una estrecha relación con la crisis financiera asiática sino con el proceso de desregulación financiera. Si bien en esa crisis de los años noventa los bancos no quebraron, la experiencia de las autoridades financieras chinas ha sido mantener los indicadores de las carteras vencidas en función de las normas al respecto del BPI. La intención del Estado es mantener los bancos con activos sanos y promedios normales de las carteras vencidas. Esto demuestra la necesidad de mejorar y hacer más eficientes sus bancos pero también de fortalecerlos con la ayuda del banco central y de la Comisión Bancaria Reguladora de China.

Es innegable que la RPC se ha posicionado como potencia emergente. La expansión de su economía y su inserción en el proceso de globalización de los circuitos financieros es sorprendente. Tanto así que los bancos en China han tenido un crecimiento sostenido durante las dos últimas décadas al parejo del sorprendente crecimiento económico de su PIB (Maddison, 1998). La reforma del sistema financiero es un tema muy controvertido, a causa de las diversas concepciones teóricas e ideológicas de los diferentes analistas que han profundizado en su investigación. Como consecuencia, se ha conformado un abanico de opiniones que van desde el extremo de la defensa de la veracidad del modelo de mercado socialista con particularidades chinas, hasta quienes consideran el cambio estructural inevitable en una economía de mercado capitalista. Incluso existe el sector que critica la lentitud con que se asumen los cambios para alcanzar una economía de mercado plena.

A consecuencia de la recesión mundial, China podría estar creando las bases de una crisis financiera mayor como resultado de los créditos otorgados en el paquete financiero del otoño de 2008. La reactivación de la economía china en 2009, en plena recesión mundial, no puede garantizar un sistema financiero sano; planteando un escenario pesimista, podría estar sólo posponiendo la bancarrota de sus principales bancos en un entorno mundial. La enorme cantidad de reservas en dólares se tiene que circular internamente o en los circuitos financieros internacionales. La expansión de las inversiones chinas en África, la participación en compañías extranjeras en otros mercados extranjeros y la compra de materias primas manteniendo estables los precios de éstos en los mercados financieros internacionales invitan a una reflexión a los países exportadores: Can it happen again?, desde la visión minskyniana? Aunque se mantiene latente la amenaza de una futura crisis financiera, también podría suceder que las aparentes debilidades de China, como sus cuantiosas reservas en dólares, le permitieran un manejo de la crisis; lo que sería una debilidad, podría volverse otra fortaleza. China seguirá exportando manufacturas e importando productos sin valor agregado de países como los de América Latina. Pero también existe la posibilidad, señalada por Qianbing (2009), de invertir parte de esas reservas en los bancos estadounidenses o plantearse el cambio tecnológico y transitar hacia una economía basada en menos emisiones de carbono.

La creación de empleo es un reto para el gobierno de la RPC y por tanto la inversión en el cambio tecnológico es parte de la agenda económica. La fortaleza del banco central definitivamente está comprometida con una política anticíclica de creación de empleo y riqueza. La alta tasa de ahorro china y el hecho de que las tasas de interés nacionales no superen las de los mercados internacionales, se suman a los factores que podrían alejar el fantasma de una crisis financiera en China. A ello se añade que la balanza en cuenta corriente es superavitaria y si el déficit fiscal es alto, la política económica incentiva el crecimiento económico del país, otorgando crédito. Si desde la teoría neoclásica el equilibrio macroeconómico y la liberalización de la cuenta de capital (BIS, 2003) son los pilares del crecimiento, en China estas dos variables desempeñan un papel fundamental en la reactivación de sus crisis. Incluso, la posibilidad de un aumento de las carteras vencidas no es un obstáculo, sino la necesidad de incluir cada vez a más sectores en los circuitos de la producción y la distribución. De todo lo anterior se desprende que China está en condiciones de enfrentar adecuadamente una eventual crisis; esta afirmación se ve apuntalada, en el plano internacional, por el hecho de que el banco central chino actúa en coordinación con bancos centrales de Asia y con el Fed, lo que aleja los riesgos de una caída o ruptura del sistema. Por último, cabe esperar que las reformas a la arquitectura financiera global que se discuten en diversos

El tratamiento de la estrategia adoptada por China en el terreno internacional, que incluiría su papel en los desequilibrios globales, la revaluación de su moneda, el combatir la desigualdad en la distribución del ingreso y el consecuente aumento de su demanda interna, etcétera, quedan como temas de una futura investigación.

 

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Notas

1 Con esto no se está afirmando que los procesos en Japón y América Latina sean equivalentes.

2 Dada su reciente creación, aún es muy pronto para evaluar el plan de reactivación económica.

3 A pesar de las medidas anticíclicas aplicadas, al momento de escribir este artículo persiste la contracción en la economía mundial y el desempleo sigue en aumento; en contraste, los indicadores de las bolsas han tenido mejoras significativas. El FMI pronostica que el crecimiento mundial será de 1.2% en 2010. También muchos países subdesarrollados aumentarán el déficit público para enfrentar la recesión.

4 Esta parte fue redactada gracias a las entrevistas con Jiang Gao, miembro del Instituto de América Latina, Gang Zeng y Weibin Yu, del Instituto de Finanzas y Bancario de la Academia de Ciencias Sociales de China.

5 Circular para Reforzar la Administración de las Cooperativas Crediticas Urbanas, octubre de 1995, Consejo de Estado.

6 Recuérdense los casos de México (1994), Ecuador (1997) y Argentina (2001).

7 Quiero agradecer a Charlen Chu y a Chunling Wen de FitchRatings por la plática que me permitió comprender esta parte de la crisis financiera en China.

8 Básicamente, se liberalizó el techo sobre la tasas de interés de préstamos concedidos por las instituciones financieras de China.

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