Introducción
La diabetes es una enfermedad multifactorial que se ha convertido en pandemia, secundaria a la alta incidencia de obesidad a nivel mundial; es responsable de múltiples complicaciones en el ámbito sanitario alrededor del mundo.1 México tiene la mayor contribución a la mortalidad por diabetes del continente americano y una de las más altas tasas de mortalidad del mundo por esta condición. Diagnosticarla no es lo preocupante, sino su control:2 sólo el 16% de los pacientes con diabetes se encuentran adecuadamente controlados, según un estudio realizado en 2015 por el Instituto Nacional de Salud Pública. Su tratamiento y control se deben llevar de forma multidisciplinaria. Parte fundamental de este manejo es la orientación dirigida y concisa al paciente sobre su enfermedad; es decir, un paciente con diabetes que no esté capacitado sobre su padecimiento es, con probabilidad, de alto riesgo; lo que tiene, de forma conjunta, un impacto en el costo sanitario y social de la enfermedad.3
La publicación de estudios como UKPDS4 y DCCT5 cambió el enfoque de la atención del paciente con diabetes, pues demostró la necesidad y beneficios de los tratamientos intensificados y multidisciplinarios con grupos de autoayuda, lo que hizo cobrar un rol muy importante a la educación en diabetes dada por estos grupos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la educación sanitaria es fundamental en el tratamiento de la diabetes, y la única eficaz para el control de la enfermedad y la prevalencia de sus complicaciones.6 «Educación para la salud» es el grupo de acciones dirigidas a que los individuos y sus familias desarrollen conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes que permitan cumplir de forma habitual la responsabilidad del cuidado de su salud, incrementar la salud positiva, disminuir los riesgos, prevenir los daños, hacer uso adecuado de los servicios de atención médica y participar en el manejo de las alteraciones producidas a su salud.7
Estudios mexicanos en años recientes han demostrado que la intervención educativa participativa y grupal ofrece mayores beneficios en el control de la glucosa sanguínea, así como en el nivel de conocimientos sobre su enfermedad;8 sin embargo, en el estudio de Vargas Ibáñez9 concluyeron que después de un año de la aplicación del curso para diabéticos, si no hay un adecuado seguimiento, empeora el control glucémico y disminuye la calidad de vida, así como el nivel de conocimiento.
El objetivo de este estudio fue determinar el impacto metabólico y educacional sobre la diabetes mellitus tipo 2 en el grupo de autoayuda para diabéticos del Hospital Naval de Especialidades Médicas de Veracruz, así como la frecuencia de las consultas a urgencias por descontrol metabólico de los pacientes del grupo de autoayuda en los últimos seis meses.
Material y métodos
Diseño: cohorte, ambispectivo, observacional, analítico, en el Hospital Naval de Especialidades Médicas de Veracruz durante el periodo de octubre de 2017 a enero de 2018. Población: se tomaron dos grupos: pacientes pertenecientes al grupo de autoayuda (GAA) y pacientes con diabetes mellitus tipo 2 que acudían a su cita mensual de la consulta externa (CE) de medicina familiar, diagnosticados con diabetes tipo 2 como mínimo 12 meses antes del inicio de estudio; se obtuvo una población de 100 pacientes: 20 del GAA y 80 de la CE, sin incluir aquéllos con enfermedades en fase terminal o deterioro neurológico que les impidiera su seguimiento educacional. Una vez identificados y cumplidos los criterios de selección, se les invitó a firmar el consentimiento informado. Recolección de datos: se verificó en el expediente electrónico su hemoglobina glicosilada y perfil lipídico (como máximo, de los últimos tres meses); se agregó su índice de masa corporal; así mismo, se les aplicó un cuestionario validado sobre sus conocimientos de la enfermedad llamado DKQ24, el cual constaba de 24 reactivos agrupados en conocimientos básicos sobre la enfermedad, control de la glucemia y prevención de complicaciones. Se contestó en un tiempo de 15 minutos con respuesta tipo Likert, que consistía en «Sí», «No», «No sé»; se dio un valor de uno a la respuesta acertada, («Sí» y «No»); fue automáticamente respuesta errónea el «No sé», con una confiabilidad ALPHA de 0.75. La frecuencia de consultas a urgencias se obtuvo del expediente electrónico de cada paciente, revisando los últimos seis meses. Análisis estadístico: se analizaron con estadística descriptiva e inferencial mediante χ2 con p < 0.05 para su significancia las variables cualitativas, las cuantitativas medias y desviación estándar.
Resultados
En este estudio se incluyó un total de 100 pacientes; de ellos, 20 pertenecían al grupo de autoayuda (GAA) y 80 fueron tomados de la consulta externa (CE). Ambos grupos tenían diagnóstico de DM2 de por lo menos un año de evolución.
En el Cuadro 1 se muestran los datos sociodemográficos y las características clínicas y de laboratorio de interés para el estudio.
Programa de AA | ||||||
Grupo de AA | Consulta externa | |||||
Recuento | % del n de columna | Recuento | % del n de columna | Valor de p | ||
Género | Masculino | 8 | 40.0 | 36 | 45.0 | 0.6 |
Femenino | 12 | 60.0 | 44 | 55.0 | ||
IMC | Normal | 13 | 65.0 | 25 | 31.3 | 0.03 |
Sobrepeso | 7 | 35.0 | 46 | 57.5 | ||
Obesidad I | 0 | 0.0 | 7 | 8.8 | ||
Obesidad II | 0 | 0.0 | 2 | 2.5 | ||
Obesidad III | 0 | 0.0 | 0 | 0.0 | ||
Escolaridad | Ninguna | 5 | 25.0 | 2 | 2.5 | 0.009 |
Primaria | 3 | 15.0 | 10 | 12.5 | ||
Secundaria | 4 | 20.0 | 22 | 27.5 | ||
Preparatoria | 5 | 25.0 | 35 | 43.8 | ||
Universidad | 3 | 15.0 | 11 | 13.8 | ||
Estado civil | Soltero | 3 | 15.0 | 11 | 13.8 | |
Casado | 12 | 60.0 | 58 | 72.5 | ||
Viudo | 5 | 25.0 | 11 | 13.8 | ||
Ocupación | Hogar | 7 | 35.0 | 27 | 33.8 | 0.6 |
Obrero | 5 | 25.0 | 24 | 30.0 | ||
Jubilado | 7 | 35.0 | 19 | 23.8 | ||
Militar activo | 1 | 5.0 | 10 | 12.5 | ||
Comorbilidad | Ninguna | 2 | 10.0 | 14 | 17.5 | 0.007 |
Cardiopatía | 14 | 70.0 | 22 | 27.5 | ||
Neuropatías | 2 | 10.0 | 8 | 10.0 | ||
Nefropatías | 2 | 10.0 | 25 | 31.3 | ||
Otros | 0 | 0.0 | 11 | 13.8 | ||
Terapia usada | Oral | 5 | 25.0 | 41 | 51.9 | 0.7 |
Subcutáneo | 9 | 45.0 | 26 | 32.9 | ||
Combinado | 6 | 30.0 | 12 | 15.2 |
Fuente: propia. Pacientes del Hospital Naval de Especialidades Médicas de Veracruz.
El nivel de conocimiento medido en el GAA fue bueno en 95% de los casos, y en la CE, sólo en 52%, como se muestra en el Cuadro 2.
Nivel de conocimiento sobre diabetes mellitus | |||||||
Bueno | Malo | ||||||
Total | % | Total | % | OR | IC 95% | Valor de p | |
Grupo de AA | 19 | 31.1 | 1 | 2.6 | 17.1 | 2.1-134 | 0.0004 |
Consulta Externa | 42 | 68.9 | 38 | 97.4 |
Fuente: propia. Pacientes del Hospital Naval de Especialidades Médicas de Veracruz.
Nota: Análisis estadístico realizado por prueba X2.
En el Cuadro 3 se observa el uso de urgencias por descontrol metabólico: asistieron 12% de los pacientes del grupo de autoayuda y 88% de los de la consulta externa. De quienes acudieron a urgencias en los últimos seis meses, 52% tenían un mal conocimiento sobre DM2; los pacientes con buen nivel de conocimiento no usaron el servicio. De los pacientes con niveles normales de triglicéridos, 74% tenían un adecuado nivel de conocimiento sobre su enfermedad, y se observó colesterol en parámetros normales en 63% de aquéllos con buen nivel de conocimiento. De los pacientes con hemoglobina glicosilada dentro de parámetros normales, 79.6% contaban con un conocimiento adecuado sobre su padecimiento, tal como se presenta en el Cuadro 4.
Consulta de Urgencias en los últimos seis meses | ||||||||||
Sí | No | |||||||||
Total | % | Total | % | OR | IC 95% | Valor de p | ||||
Grupo de AA | 6 | 12.0 | 14 | 28.0 | 0.3 | 0.1-1.0 | 0.04 | |||
Consulta externa | 44 | 88.0 | 36 | 72.0 |
Fuente: propia.
Nota: Análisis estadístico realizado por prueba X2.
Si | No | ||||||
Total | % | Total | % | OR | IC 95% | Valor de p | |
Consulta de Urgencias en los últimos seis meses | |||||||
Buen nivel de conocimiento | 24 | 48 | 37 | 74 | 0.3 | 0.1-0.7 | 0.007* |
Mal nivel de conocimiento | 26 | 52 | 13 | 26 | |||
Normal | Mayor a normal | ||||||
Total | % | Total | % | OR | IC 95% | Valor de p | |
Triglicéridos | |||||||
Buen nivel de conocimiento | 23 | 74.2 | 38 | 55.1 | 2.4 | 0.9-5.9 | 0.06 |
Mal nivel de conocimiento | 8 | 25.8 | 31 | 44.9 | |||
Hemoglobina glicosilada | |||||||
Buen nivel de conocimiento | 43 | 79.6 | 18 | 39.1 | 6.0 | 2.5-14.7 | >0.0001* |
Mal nivel de conocimiento | 11 | 20.4 | 28 | 60.9 | |||
Colesterol | |||||||
Buen nivel de conocimiento | 47 | 63.5 | 14 | 53.8 | 1.4 | 0.6-3.6 | 0.3 |
Mal nivel de conocimiento | 27 | 36.5 | 12 | 46.2 |
Fuente: propia.
Nota: Análisis estadístico realizado por prueba X2.
Discusión
Durante el estudio se observó que en el grupo de consulta externa (CE) y en el de autoayuda (GAA), el género femenino fue mayoritario: 55 y 60%, respectivamente, con un promedio de evolución de entre siete y nueve años, con un nivel educativo medio a medio superior en la CE y en su mayoría nulo en el GAA; las características fueron similares en diversos estudios.1 Sin embargo, no se encontró una relación entre el conocimiento sobre la enfermedad y el nivel sociocultural de los pacientes. Trabajos realizados para determinar el apego al tratamiento de hipoglucemiantes10,11 muestran resultados donde el conocimiento sobre la diabetes en diabéticos es bajo; los pacientes de zonas urbanas han obtenido mejores resultados que los procedentes de zonas rurales. También se menciona que el nivel cultural influye en el conocimiento sobre la enfermedad; sin embargo, en nuestro estudio se demostró que lo que hace un impacto educacional sobre la diabetes tipo 2 es información específica y dirigida en el GAA y no el nivel escolar del paciente.
Se evaluó el grado de conocimiento sobre la diabetes tipo 2 en ambos grupos (GAA y CE); en el grupo de autoayuda, de forma general, se catalogó como bueno en 95% de los pacientes, y sólo en un poco más de la mitad, 52%, en el grupo de consulta externa, lo que muestra una relevancia clínica significativa. Hay que tomar en cuenta que en el grupo de CE el nivel sociocultural era mayor, y pese a eso, el GAA conocía más sobre su enfermedad, así como sobre sus posibles riesgos clínicos e impacto en su salud a largo plazo, como se menciona también en el estudio de Lazcano Burciaga y Rodríguez Morán.12
Los pacientes pertenecientes al grupo de CE usaron los Servicios de Urgencias en los últimos seis meses en más ocasiones que los pertenecientes al GAA, lo que fue estadísticamente significativo entre ambos grupos y le dio un factor protector a los pacientes que acudieron a este último grupo. Es probable que el nivel de conocimiento más amplio que tenían sobre su enfermedad les ayudó a prevenir situaciones de riesgo y a tomar decisiones vitales en su domicilio, lo que evitó la sobrecarga de consulta en el Área de Urgencias; hay que mencionar resultados similares en estudios de medicina preventiva.13 En trabajos como los de Dalmau Llorca y García Bernal3 se menciona que la educación sanitaria es una parte fundamental en el tratamiento de la diabetes, el control de la enfermedad y la prevención de las complicaciones; en estas últimas es donde se vio mayor impacto en nuestro hospital.
Sobre el impacto metabólico, se observó en este estudio que los pacientes que contaban con un mayor nivel de conocimientos tenían de 2.5 a 14.7 más posibilidades de mantener en rangos normales este parámetro. Estos resultados son similares a los del trabajo de Lyssenko, Jonsson y sus colaboradores.14 Hay que recalcar que un adecuado control en la hemoglobina glicosilada disminuye los impactos desfavorables secundarios a complicaciones de largo plazo, como lo menciona la Asociación Americana de Diabetes.7 Cabe mencionar que en cuanto a los resultados de colesterol total y triglicéridos, no se observó una diferencia significativa entre ambos grupos, lo que difiere con el estudio de Otero, Zanetti y Ogrizio.15
Conclusiones
Vemos evidentes los beneficios del grupo de autoayuda, ya que proporciona un mayor nivel de conocimiento sobre la diabetes tipo 2, el cual tiene definitivamente un impacto positivo en el control de la hemoglobina glicosilada y la prevención de las complicaciones agudas; los pacientes del GAA tuvieron un menor riesgo de usar el Servicio de Urgencias, por lo que los individuos con mayor conocimiento sobre su enfermedad tendrían un menor riesgo de morbilidad y mortalidad, con independencia de su nivel sociocultural.