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Veterinaria México

versión impresa ISSN 0301-5092

Vet. Méx vol.40 no.3 Ciudad de México jul./sep. 2009

 

Notas de investigación

 

¿Envenenamiento por consumo de Asclepias curassavica o nematodiasis gastrointestinal en ovinos en pastoreo? Hallazgos de un estudio de caso

 

Grazing sheep poisoned by milkweed Asclepias curassavica or gastrointestinal nematosis? A case report findings

 

Rafael Macedo Barragán* Victalina Arredondo Ruiz** Julia Ramírez Rodríguez* Luis Jorge García Márquez***

 

* Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad de Colima, Km 40, Autopista Colima–Manzanillo, Tecomán, Colima, 28100, México, correo electrónico: macedo@ucol.mx

** Práctica privada, De las Orquídeas 651, Nuevo Fraccionamiento San Miguel, Tecomán, Colima, 28100, México.

*** Centro Universitario de Investigación y Desarrollo Agropecuario, Universidad de Colima, Km 40, Autopista Colima–Manzanillo, Tecomán, Colima, 28100, México.

 

Recibido el 4 de septiembre de 2008
Aceptado el 13 de mayo de 2009

 

Abstract

A case study was conducted with the objective to describe and determine whether the occurrence of sheep poisoning was due to milkweed Asclepias curassavica or an acute case of gastrointestinal nematosis. Milkweed population and distribution as well as animal data such as grazing behavior and poisoning symptoms were collected in the field. A necropsy was carried out with the objective to describe histopathological findings in relation to the observed symptomatology and confirm poisoning diagnosis. Symptoms such as inability to stand, muscle paralysis, salivation, diarrhea, followed by facial edema and death, began when the animals grazed on native grass prairie with a scarcity of forage but a high density of A. curassavica. Nevertheless, the study of the grazing behavior in the area where there were intoxication cases showed only exploratory contacts between lambs and milkweed. Necropsy findings showed diffuse edema of the subcutaneous tissue (anasarca), serous fat atrophy, poor development of pale muscles, hydrothorax, hydropericardium, hydroperitoneum and abomasum containing blood, mucous, and abundant blood–sucking nematodes Haemonchus contortus with no evidence of poisoning. These findings indicated a severe mucohemorrhagic abomasum inflammation and generalized edema associated with a hypoproteinemia due to an acute haemonchosis as the cause of death.

Key words: Ovis aries, Toxic Weeds, Haemonchus contortus, Grazing.

 

Resumen

Se realizó un estudio de caso con el objetivo de documentar la posible ocurrencia de envenenamiento por el consumo de Asclepias curassavica o de casos agudos de nematodiasis gastrointestinal en ovinos en pastoreo. Se registró la densidad de población, la ubicación espacial de la maleza y el tipo de vegetación; además, se observaron los hábitos de pastoreo del rebaño y la semiología mostrada por los ovinos afectados. Posteriormente se realizó una necropsia con la finalidad de describir hallazgos histopatológicos relacionados con la semiología observada, que confirmaran el diagnóstico de envenenamiento. El estudio de campo mostró que la aparición de signos característicos de envenenamiento, como incoordinación, parálisis muscular, salivación, diarrea, seguidos por edema facial y muerte, inició cuando los animales pastaban bajo condiciones propicias para la ingestión de la planta tóxica: mala oferta de forraje y abundante población de A. curassavica. El estudio de los hábitos de pastoreo en el área en que se presentaron los casos de intoxicación, sólo mostró acercamientos y consumos de A. curassavica de tipo exploratorio, mientras que la necropsia mostró un edema generalizado del tejido subcutáneo (anasarca) con atrofia serosa de la grasa y músculos pálidos con mal desarrollo, hidrotórax, hidropericardio, hidroperitoneo y abomaso con presencia abundante de sangre, moco y nematodos del género Haemonchus contortus sin evidencias de intoxicación. Se concluye que la muerte de los animales se debió a abomasitis mucohemorrágica severa difusa y edemas generalizados asociados con una hipoproteinemia causados por hemoncosis aguda.

Palabras clave: Ovis aries, Plantas tóxicas, Haemonchus contortus, Pastoreo.

 

Introducción

La planta Asclepias curassavica conocida también como "quiebramuelas", "quiebraplato", "viborilla", "leche de sapo", "matacaballo" o "lecherilla", entre otros nombres, constituye un habitante común de las zonas tropicales y cálidas de pastoreo de diversos países, incluido México. Esta planta perenne produce un látex que resulta tóxico para diversas especies domésticas.1,2 Entre las toxinas aisladas de sus hojas se han identificado tres glucósidos cardiacos: calactin, calatropin y calotoxin.3–6 Los signos asociados con el envenenamiento producido por el consumo de esta planta incluyen diarrea líquida o pastosa, salivación, parálisis muscular, anorexia y edema submaxilar.2,7

Si bien existen publicaciones en que se reconoce el efecto tóxico de su consumo sobre diversos tipos de ganado, pocos investigadores han asociado la semiología, las lesiones y los factores productivos y de manejo con el envenenamiento ocasionado por su consumo, ya que gran cantidad de información se deriva de observaciones empíricas y conocimientos tradicionales de los ganaderos.

Asimismo, las infecciones causadas por nematodos gastroentéricos constituyen uno de los problemas sanitarios más frecuentes en las explotaciones ovinas de tipo extensivo, principalmente en las que el pastoreo en praderas constituye la base de la alimentación. Estas afecciones son más frecuentes durante la época de lluvias, en las praderas pastoreadas durante las primeras horas de la mañana y con altas cargas animales.8 Generalmente el cuadro clínico incluye diarrea intermitente de color café oscura, emaciación, mucosas pálidas y presencia de edema submaxilar.8–10

Bajo este contexto, durante los últimos meses en un rancho localizado en el municipio de Tecomán, Colima, México, un grupo de ovinos manejados extensivamente en praderas sobrepastoreadas con alta infestación de esta planta tóxica, mostraron signos similares a los descritos; en este contexto, el objetivo este trabajo consistió en determinar y documentar el probable envenenamiento y muerte de ovinos por consumo de A. curassavica o por una alta infestación de nematodos gastrointestinales.

El presente estudio se realizó en un rancho productor de ovinos ubicado en Tecomán, Colima, México, en las coordenadas geográficas 18° 53' 14" latitud Norte y 103° 50' 59" longitud Oeste, a 29 msnm. Presenta un clima semicálido correspondiente a la fórmula BS1(h1) w(w)(i'), con temperatura media anual de 26°C y 750 mm de precipitación anual.11 De manera inicial se recabó información directamente en el rancho con el fin de establecer las causas que influyen y favorecen el consumo de la planta por los ovinos. Se consideró la densidad de población y ubicación espacial de la planta, así como de la vegetación acompañante y la observación directa de la semiología mostrada por los ovinos afectados. Además se observaron y documentaron los hábitos de pastoreo del rebaño ovino bajo estudio, y se adaptó la metodología propuesta por Czako.12 Posteriormente se realizó la necropsia de uno de los animales afectados con la finalidad de buscar y describir hallazgos histopatológicos relacionados con la semiología observada, que pudieran confirmar el diagnóstico de envenenamiento por A. curassavica.

La aparición de animales afectados inició cuando pastaban en praderas naturales en las cuales se encontró una población de A. curassavica de 1.2 plantas/m2, que estaban distribuidas de manera uniforme dentro del área de pastoreo. Asimismo, existió mala oferta de forraje y alta carga animal instantánea (450 corderas/ ha), como se observa en la Figura 1. Cabe señalar que otro grupo de animales pastaban simultáneamente en praderas introducidas de zacate Massai (Panicum maximum), en las cuales también se midió una alta población de A. curassavica (0.8 plantas/m2), aunque en este caso, éstas se ubicaban en las orillas de las praderas junto a las zanjas de riego y las cercas, con escasa presencia dentro del pastizal, cuya oferta de forraje superaba la demanda de los animales (Figura 2).

Los cuatro animales afectados fueron hembras que pastaban por primera vez, con edad promedio de cinco meses; no se presentaron signos de afectación entre los animales adultos que pastaban con ellas. Los signos iniciales mostrados por las corderas afectadas fueron, en ese orden: incoordinación, postración, parálisis muscular, salivación, diarrea, seguidos por edema facial y muerte. Durante las primeras 48 horas, no obstante el estado de postración, los animales consumieron cantidades normales de forraje y agua, y se mantuvieron alerta después pasaron a un estado de letargia. La muerte sobrevino entre las 72 y 120 horas posteriores a la aparición de los primeros signos.

El estudio de los hábitos de pastoreo en el área en que se presentaron los casos de intoxicación, mostró que el tiempo en que los animales estuvieron en contacto con la planta fue mínimo y sólo se presentaron acercamientos y consumos de A. curassavica de tipo exploratorio durante los primeros quince minutos de la prueba. Posteriormente, los animales se dedicaron al consumo de grama, a desplazarse por el área y a descansar sin volver a entrar en contacto con la planta tóxica (Cuadro 1).

De acuerdo con las observaciones en el campo por el personal encargado del rebaño, las evidencias de intoxicación por consumo de A. curasavica resultaban concluyentes, ya que la semiología mostrada por los animales y las condiciones de pastoreo en que se presentó, como alta población de la planta tóxica, poca oferta de forraje y presencia de animales jóvenes que pastaban por primera vez, coincidían con la literatura existente.2,7,13,14

Sin embargo, si bien la mayoría de observaciones coinciden en que los animales se ven forzados a consumir este tipo de plantas y específicamente A. curassavica, al disminuir la oferta de forraje por efecto de la sequía o del sobrepastoreo,13 como ocurrió en el presente estudio, también existen evidencias de que esta planta no es consumida por el ganado en condiciones naturales debido a su mal sabor.2 Asimismo, algunos autores mencionan que en ocasiones la falta de experiencia y conocimiento de la vegetación por parte de los animales jóvenes15,16 provoca la ingestión de plantas tóxicas, con los consecuentes problemas de toxicidad. Ambas situaciones fueron aclaradas mediante el estudio de comportamiento, el cual demostró que a pesar de la poca oferta de forraje y el desconocimiento de la planta por parte de las corderas, su acercamiento a la planta fue sólo por medio de bocados exploratorios y no existió evidencia de conducta o deseo por alimentarse de ella.

Otras observaciones empíricas realizadas por pastores indican que las intoxicaciones ocurren por accidente, cuando el animal ingiere la planta al consumir un bocado de pasto; sin embargo, trabajos experimentales realizados en bovinos indican que las cantidades de forraje verde que un animal pudiera ingerir de manera accidental son inferiores a las necesarias para ocasionar la aparición de signos y muerte por intoxicación (5.0 g/kgPV y 10 g/kgPV, respectivamente), mientras que consumos diarios inferiores a 2.5 g/kgPV no causaron efectos tóxicos en el ganado.2 Tokarnia et al.2 han establecido que dado que esta planta mantiene su toxicidad hasta seis meses después de cosechada y desecada, el principal riesgo de intoxicación del ganado es su consumo en henos provenientes de praderas infestadas con altas poblaciones de A. curassavica.

No se encontraron evidencias de las principales lesiones post mortem documentadas en diversas especies de ganado muerto como consecuencia de la ingestión de dicha planta (degeneración multifocal, hemorragia y necrosis en el miocardio, así como gastroenteritis hemorrágica).3,5,16 La necropsia mostró un edema generalizado del tejido subcutáneo (anasarca) con atrofia serosa de la grasa y músculos pálidos con mal desarrollo, hidrotórax con pulmones congestionados, hidropericardio con dilatación del ventrículo derecho (Figura 3), hidroperitoneo, hígado pálido y abomaso con presencia abundante de nemátodos del género Haemonchus contortus con moco y sangre (Figura 4), y congestión corticomedular de ambos riñones. Estos hallazgos coinciden con las lesiones descritas por Cuéllar,8 Quiroz9 y Urquhart et al.10 para un caso agudo de hemoncosis.

No obstante que algunos autores9,10 coinciden en que los ovinos afectados por formas agudas de hemoncosis presentan principalmente edema de tipo sub–maxilar y no sufren diarrea, en el presente estudio los animales presentaron edema facial generalizado y diarrea pastosa.

No se observaron lesiones en el sistema nervioso, por lo que los signos neurológicos mostrados por la cordera estudiada, pudieran deberse a la anemia e hipoproteinemia causada por la hemoncosis; ello ocasiona una isquemia e insuficiencia hepática caracterizada por hipoalbuminemia, hipoglucemia e hiperamonemia, lo que, a su vez, conduce a encefalopatía hepática. Entre los signos característicos de ésta se encuentran alteraciones del comportamiento, confusión, rigidez e hiperreflexia de extremidades y temblores musculares.17,18

La severidad de los casos registrados y la elevada mortalidad observada, pueden explicarse con base en el manejo al cual estuvo sometido el hato. Las corderas afectadas fueron criadas en confinamiento y su primer pastoreo se realizó conjuntamente y en praderas donde pastaban animales adultos, lo que incrementó las posibilidades y la magnitud de la infestación. Se sabe que la falta de anticuerpos, la severidad de la primoinfestación y la falta de madurez del sistema inmunocompetente a nivel intestinal, son factores que incrementan la susceptibilidad de los animales jóvenes a ese tipo de parasitosis.9 Asimismo, es probable que la mala oferta de forraje en las zonas densamente pobladas con A. curassavica fuera el factor detonante para la aparición de los cuadros agudos, al propiciar la pérdida acelerada de las reservas corporales del animal, con la consecuente disminución en su capacidad para soportar una alta carga parasitaria.

Cabe señalar que algunos estudios indican que los nematodos del género Haemonchus abundan en México19 y en el mundo. Haemonchus contortus es considerado el nematodo gastrointestinal más importante para la ovinocultura, su importancia económica ha crecido notablemente debido a la resistencia que ha desarrollado a diversos antihelmínticos.20

Se concluye que no obstante que las evidencias en el campo apuntaban a la existencia de un problema de intoxicación de ovinos en pastoreo por el consumo de Asclepias curassavica, el estudio de comportamiento y los hallazgos post mortem indicaron que la muerte de los animales fue consecuencia de abomasitis mucohemorrágica severa difusa y edemas generalizados asociados con una hipoproteinemia causada por una hemoncosis aguda.

 

Referencias

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