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Veterinaria México

Print version ISSN 0301-5092

Vet. Méx vol.40 n.2 Ciudad de México Apr./Jun. 2009

 

Artículos científicos

 

Evaluación biológica de dos sistemas de apareamiento en ovinos de raza Columbia en producción intensiva

 

Biological evaluation of two breeding systems of intensive production in the Columbia breed sheep

 

José de Lucas Tron* Luis Alberto Zarco Quintero** Everardo González Padilla** Jorge Tórtora Pérez* Carlos Vásquez Peláez**

 

* Coordinación General de Investigación y Posgrado de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán, Universidad Nacional Autónoma de México, Carretera Cuautitlán–Teoloyucan S/N, Apartado Postal 25, CP 54700, Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México.

** Departamento de Reproducción Animal, Departamento de Producción Animal: Rumiantes, Coordinación de Posgrado, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Nacional Autónoma de México, 04510, México, D.F.

 

* Autor responsable:
José de Lucas Tron, misma dirección,
Tel.: 56 23 18 35,

correo electrónico: tronj@servidor.unam.mx

 

Recibido el 27 de abril de 2008
Aceptado el 21 de enero de 2009.

 

Abstract

The biological efficiency of two breeding systems for sheep in the Mexican high plateau was evaluated. A total of 300 adult and 60 replacement sheep of the Columbia breed were randomly distributed into two groups of 150 adults and 30 young ones (mean age to first birth of 18 months). Mates of 36 days with natural mount every eight months (March, November and July) were done in the first group (intensive system). In the second group (annual system), a 45–day mating was done starting on November every year. Marker males were introduced 15 days before mating in all cases, which were replaced on the first day of mating for stallions at a one male for every 20 female ratios. The physical condition of all females was evaluated every month. The animals grazed 8 to 9 hours in grasslands of alfalfa (Medicago sativa) and Orchard (Dactylis glomerata) and Rye (Lolium perenne) grasses irrigated by aspersion. Only the sheep in the intensive system received supplement during lactation and re–mating. Breeding was achieved in both systems in all seasons. The mean fertility of the three breeding of the intensive system was 83.9%; while the mean fertility of the two annual breeding was 88.3% (P < 0.05). Prolificacy was 1.12 vs 1.32 (P < 0.05) for the intensive and annual breeding, respectively; mortality at weaning was 5.3% vs 6.4% (P < 0.05), weaning rate was 0.89 vs 1.09 (P < 0.05), the number of weaned lambs per ewe in two years was 2.5 vs 2.0 and lamb weight was 55.9 vs 44.4 kg (P < 0.05), respectively. Adult ewes were superior to the young ones in all the evaluated parameters, regardless of the kind of mating (P < 0.05). Results in this study allowed to compare the biological efficiency between an intensive breeding system every eight months and an annual breeding system. They also show the possibility of mating sheep of the Columbia breed in an intensive way.

Key words: sheep, production systems, fertility, prolificacy intensive breeding, Columbia breed.

 

Resumen

Se evaluó la eficacia biológica de dos sistemas de apareamiento en ovinos del altiplano central de México. Un total de 300 ovejas adultas y 60 de reemplazo de la raza Columbia se distribuyeron al azar en dos grupos de 150 adultas y 30 jóvenes (edad promedio al primer parto de 18 meses). En el primer grupo (sistema intensivo) se realizaron empadres de 36 días, con monta natural cada ocho meses (marzo, noviembre y julio), mientras que en el segundo grupo (sistema anual) se llevó a cabo un empadre de 45 días, iniciando en noviembre de cada año. En todos los casos, quince días antes del empadre se introdujeron machos marcadores, que en la fecha de inicio del empadre se sustituían por sementales en proporción de un macho por cada 20 hembras. Mensualmente se evaluó la condición física de todas las hembras. Los animales pastorearon de ocho a nueve horas diarias en praderas de alfalfa (Medicago sativa) y pastos orchard (Dactylis glomerata) y rye grass (Lolium perenne) irrigadas por aspersión. Solamente las ovejas del sistema intensivo recibieron complemento durante la lactancia y el reempadre. En los dos sistemas se lograron apareamientos en todas las épocas, la fertilidad en los tres empadres del sistema intensivo fue de 83.9%, mientras que el promedio de los dos empadres anuales fue de 88.3% (P < 0.05). En el mismo orden, la prolificidad fue de 1.12 vs 1.32 (P < 0.05); la mortalidad al destete, 5.3% vs 6.4% (P > 0.05); la tasa de destete, 0.89 vs 1.09 (P < 0.05); el número de corderos destetados por oveja en dos años fue de 2.5 vs 2.0, y de kg de cordero de 55.9 vs 44.4 kg (P < 0.05). Independientemente del tipo de empadre, las ovejas adultas fueron superiores a las jóvenes en todos los parámetros evaluados (P < 0.05). Los resultados de este estudio permiten comparar la eficacia biológica entre un sistema de apareamiento intensivo cada ocho meses y uno anual, también muestra la posibilidad de aparear ovejas de la raza Columbia en forma intensiva.

Palabras clave: ovinos, sistemas de producción, fertilidad, prolificidad, empadre intensivo, raza Columbia.

 

Introducción

Los sistemas de producción ovina demandan cada vez más una mayor eficacia productiva, por lo que se deben optimizar los recursos genéticos, ambientales y de espacio de las explotaciones. El uso de sistemas intensivos de apareamiento puede mejorar la eficacia productiva de un rebaño. Hunter,1 en una extensa revisión del tema hace más de 30 años, ya señalaba factores que afectaban el éxito del reapareamiento intensivo de las ovejas, destacando que algunas razas eran capaces de parir regularmente a intervalos de seis a ocho meses, pero otras no. Al comparar resultados de diversas razas y sus cruzas, estableció que la estacionalidad reproductiva de cada tipo de animal constituía una limitante para la adopción de sistemas de apareamiento intensivo, por lo que destacó la posibilidad de modificación de la estacionalidad a través de la nutrición, el manejo del destete, el uso de hormonas y la manipulación del fotoperiodo.

De esta manera, una de las grandes condicionantes para establecer exitosamente un sistema de apareamiento intensivo es la raza de las ovejas. Muchas razas originarias de climas templados presentan periodos de actividad reproductiva muy definidos, y no permiten en forma natural la adopción de sistemas de apareamiento intensivo. Notter2 señala que existen diferencias importantes entre razas para obtener más de una parición anual, y según él, ninguna raza o cruza parecería ser capaz de obtener todo el potencial de un sistema intensivo de parición.

Indistintamente del sistema intensivo que se proponga, éste tiene que demostrar que es superior al tradicional de un parto por año.3–5 Sin embargo, no siempre los trabajos sobre el tema contemplan esta comparación, describiendo solamente el comportamiento de rebaños sometidos a pariciones intensivas,6–10 pero sin comparar los resultados con los obtenidos con sistemas de parición anual en el mismo tipo de ovejas. Por ello, el objetivo de este trabajo fue comparar la eficacia reproductiva en un rebaño de raza Columbia, con un sistema de apareamiento intensivo de partos cada ocho meses, contra la obtenida en un rebaño sometido a un sistema de parto anual en una explotación que usa como base el pastoreo en praderas irrigadas.

 

Material y métodos

El trabajo se realizó en una explotación comercial ubicada en la población de Huamantla, Tlaxcala, México, a 2 500 msnm, clima C(wo/w"1)(w)b(e)g,11 temperatura media anual de 13°C, con mínima de –4°C y máxima de 28°C, y precipitación pluvial anual, en promedio, de 650 mm. La base del sistema de alimentación fue pastoreo diurno de ocho a nueve horas, en franjas de praderas mixtas de alfalfa (Medicago sativa), pastos orchard (Dactylis glomerata) y rye grass (Lolium perenne) irrigadas por aspersión. Los animales disponían de sales minerales y agua ad libitum.

De un rebaño de aproximadamente 1 300 ovejas, se eligieron al azar 300 ovejas adultas (con más de un parto) y 60 jóvenes de reemplazo de la raza Columbia, las cuales fueron distribuidas en dos tratamientos al azar de 180 ovejas (150 adultas y 30 jóvenes) cada uno. Las ovejas en el primer tratamiento se sometieron a un sistema de empadre con monta natural cada ocho meses (sistema intensivo). En todos los casos los empadres tuvieron una duración de 36 días, y se iniciaron el 2 de noviembre, el 2 de julio y el 2 de marzo. Las ovejas del segundo tratamiento (sistema anual) se sometieron a un sistema de empadres anuales de 45 días de duración. Dichos empadres se llevaron a cabo con monta natural a partir del 2 de noviembre de cada año, que coincide con la época de mayor actividad sexual en diversas razas en el altiplano mexicano.12

En los dos grupos se registró periódicamente la condición corporal de las madres de acuerdo con la escala (de uno a cinco) propuesta por Russel et al.13 Debido a la necesidad de reempadrar pronto a las ovejas del sistema intensivo, se complementaron con alrededor de 500g/cabeza/día de una mezcla de maíz y pasta de soya (86:14) desde el parto hasta la finalización del siguiente empadre. El destete se realizó a los 60 días de edad de los corderos. Las ovejas del sistema anual no recibieron complemento.

Con objeto de estimular la actividad reproductiva en los dos tratamientos, según el caso –sincronizar o inducir el estro–, 15 días antes del inicio del empadre se introdujeron machos vasectomizados. Al retirar estos machos se introducían los sementales, en proporción de 5%, y daba inicio el empadre. En todos los casos, a los carneros se les aplicaba, todos los días en el encuentro, aceite con anilina para marcar las ovejas en estro. En el lugar de encierro, a partir de los 15 días de iniciados los partos, los corderos tuvieron acceso a áreas de exclusión (creep feeding) con complemento ad libitum.

Para el análisis de la información, las madres se clasificaron de acuerdo con su edad en dos grupos: jóvenes (1.5 años en promedio), y adultas con más de un parto (de 2.5 a 5 años). Al momento del parto se registró el tipo (sencillo o gemelar) y la fecha de nacimiento, y al destete se consideraron las muertes de los corderos en la etapa perinatal y posterior. Se utilizó un análisis de varianza, considerando como efectos principales: el efecto de año, el tratamiento (sistema de apareamiento), época de parto, edad de la madre, tipo de parto y todas las posibles interacciones. La información se analizó utilizando SAS GLM.14

Las variables evaluadas fueron: porcentaje de fertilidad, medida como el número de ovejas paridas de las expuestas a los sementales por 100, en cada empadre; prolificidad, medida como número de corderos nacidos de las ovejas paridas; porcentaje de mortalidad perinatal, medida como el número de corderos muertos del parto a los tres primeros días de todos los nacidos por 100; porcentaje de mortalidad al destete, medida como el número de corderos muertos después de los tres primeros días hasta el destete por 100; tasa de destete, medida como número de corderos destetados de las ovejas expuestas al semental.

Para comparar la fertilidad, tamaño de la camada, peso de la camada al destete, tasa de sobrevivencia y tasa de destete, se utilizó el modelo general:

Yijklmno = µ + Ai + Sj + Tk(j) + Wl(ij) + Pm + Xn + SPjm + SXjn + TPkm + TXkn + WXln + eijklmno

donde Yijklmno = fertilidad, tamaño de la camada, tasa de sobrevivencia, tasa de destete, y peso de la camada en su i–ésimo efecto del año, j–ésimo efecto del sistema de apareamiento, k–ésimo efecto de la época de empadre, l–ésimo efecto época de parto, m–ésimo efecto del tipo de parto, n–ésimo efecto de la edad de la madre

µ = promedio

Ai = i–ésimo efecto del año

Sj = j–ésimo efecto del sistema de apareamiento

Tk(j) = k–ésimo efecto de la época de empadre anidada en el j–ésimo sistema

Wl(jk) = l–ésimo efecto época de parto anidada en la k–ésima época y el j–ésimo sistema

Pm = m–ésimo efecto del tipo de parto

Xn = n–ésimo efecto de la edad de la madre

Todas las interacciones posibles: E(ijklmno) = error aleatorio NID ( 0, σ2)

Después de la evaluación de los sistemas, el análisis se realizó en cada uno de ellos.

 

Resultados

Las ovejas de ambos grupos iniciaron el primer empadre con una condición corporal superior a 3. En todos los casos, los animales perdieron condición corporal durante la lactancia. Sin embargo, las ovejas del sistema anual recuperaron totalmente su condición corporal antes de iniciar el siguiente empadre, mientras que las ovejas del sistema intensivo llegaron a los empadres de julio y marzo en condición corporal menor o igual a 2.5 debido a que tuvieron menor tiempo de recuperación entre empadres.

El Cuadro 1 presenta la información del comportamiento global de la fertilidad, la prolificidad y el porcentaje de destete de los dos sistemas. La fertilidad fue significativamente mayor (P < 0.05) en el sistema anual, comparado con el intensivo. Se encontraron diferencias entre edades (P < 0.05): las ovejas adultas fueron superiores en 6.1% a las jóvenes. Con respecto a la prolificidad, las ovejas del sistema anual tuvieron, en promedio, 0.2 corderos por parto más que las del sistema intensivo, con diferencia estadísticamente significativa (P < 0.05); las ovejas adultas tuvieron más prolificidad que las jóvenes (P < 0.05). En cuanto al promedio de corderos destetados por oveja de cría y por empadre, el sistema anual fue superior al intensivo en 0.2 corderos (P < 0.05), promediando ambos sistemas 0.97 corderos por oveja por parto. Las ovejas adultas destetaron, en promedio, 0.17 más corderos por parto que las jóvenes (P < 0.05).

El Cuadro 2 presenta la información referente al comportamiento de los diferentes parámetros reproductivos en cada uno de los empadres realizados en el sistema intensivo, considerando la edad de las ovejas y el total por empadre y sistema. Se observa que en cada una de las tres épocas de apareamiento la fertilidad fue superior o cercana a 80%, promediando el sistema 83.9%. No se encontraron diferencias para este parámetro entre las tres épocas, pero sí entre las ovejas jóvenes y las adultas (P < 0.05). La prolificidad para este sistema promedió 1.12 corderos por parto; los resultados fueron similares en los tres empadres (P > 0.05). También se encontraron diferencias entre edades: las adultas presentaron más partos múltiples que las jóvenes (P < 0.05). En ambos sistemas se presentaron abortos durante el primer empadre, correspondiente al mes de noviembre, lo cual no volvió a ocurrir en los siguientes empadres. Respecto de la mortalidad de corderos, el promedio del sistema fue de 5.3%, no se encontraron diferencias entre épocas ni entre edades (P > 0.05). De acuerdo con el momento de la muerte, se encontró que la perinatal se ubicó entre 3.7% y 5.4% y la que se dio hasta el destete entre 0.6% y 2.7%. En cuanto a corderos destetados por parto oveja de cría, el promedio del sistema fue de 0.88%, no hubo diferencias entre empadres (P > 0.05), pero sí entre edades, ya que las ovejas adultas destetaron más corderos (P < 0.05).

El Cuadro 3 presenta información del comportamiento de los parámetros reproductivos en el sistema anual, considerando la edad de las ovejas y el total por empadre y sistema. La fertilidad promedio del sistema en los dos años fue de 88.3%. No se encontraron diferencias entre apareamientos (P > 0.05), pero sí entre edades en el sistema global (P < 0.05). Respecto del comportamiento de la prolificidad, el promedio del sistema fue de 1.32, con diferencias entre empadres (P < 0.05). Entre edades no hubo diferencias dentro de cada apareamiento (P > 0.05), pero sí en el global, en el que las adultas mostraron mayor prolificidad (P < 0.05). La mortalidad hasta el destete promedió 6.4%, a la perinatal correspondió 4.5%, y al destete, 2.0%. En cuanto a corderos destetados por oveja de cría, se encontró que el promedio del sistema fue de 1.09, con diferencias entre empadres y edades; en el segundo empadre y en las ovejas adultas fue donde se destetaron más corderos (P < 0.05).

El Cuadro 4 muestra la eficiencia de parición en las ovejas según el sistema intensivo o anual. Se observa que las ovejas en el intensivo al menos parieron una vez en alguno de los tres empadres, pero sólo 55.7% parió en las tres ocasiones en las que se llevaron a cabo empadres, por lo que casi 45% de las ovejas dejó de parir por lo menos en uno de los tres empadres en los que participaron. En el sistema anual, 80% de las ovejas parieron en las dos ocasiones en que fueron empadradas, mientras que el restante 20% dejó de parir por lo menos en una ocasión.

La eficacia biológica y productiva de cada uno de los sistemas se determinó de dos formas: para la primera, en los corderos logrados por oveja de cría y por sistema; para la segunda se consideraron los kilogramos de cordero producido por oveja de cría, de acuerdo con el sistema. En el Cuadro 5 se presenta la información de acuerdo con el sistema y la edad de la oveja. Dentro del sistema se encontraron diferencias respecto a la edad, en los kilogramos de cordero producidos en los dos años, las adultas fueron superiores (P < 0.05). En el mismo cuadro se sintetiza la información de la productividad de acuerdo con el sistema, en cuanto a corderos logrados en los dos años, de los kilogramos totales de cordero producidos en los dos años y del promedio de kilogramos de cordero de 60 días de edad producidos por cada oveja de cría adulta, primala y total. Se observa que el sistema intensivo fue superior al anual en todos los rubros (P < 0.05).

 

Discusión

Una limitante en la aplicación de sistemas intensivos de apareamiento es que en razas total o parcialmente estacionales, al menos una de las épocas de empadre suele coincidir con una baja o nula actividad reproductiva. En el hemisferio norte esta época de baja actividad suele extenderse de febrero a julio,4,8,9,15 y varía según la raza y la latitud. Esta limitante biológica para poder aparear frecuentemente a las ovejas es mayor en aquellas razas con un comportamiento reproductivo estacional marcado. Por ello, cuando se han intentado estos sistemas en ese tipo de razas se ha tenido que recurrir a la inducción artificial de la actividad reproductiva.5,16,17

Los resultados de este estudio muestran la posibilidad de realizar apareamientos en la latitud en que se desarrolló este trabajo y en una época considerada crítica,18,19 la cual se extiende de febrero a junio. En la latitud en la que se llevó a cabo el presente trabajo, De Lucas et al.12 encontraron en razas como Suffolk, Romney o Corriedale, un comportamiento reproductivo estacional, y en la raza Rambouillet y en ovinos Criollos, un descenso importante de la actividad reproductiva entre febrero y junio. Con base en ello, se esperaba que al utilizar la raza Columbia la respuesta reproductiva fuera mala o incluso nula en el empadre de marzo del sistema intensivo, ya que en otras latitudes se ha descrito a la Columbia como una raza estacional.20 De hecho, hay estudios para sacar a las ovejas Columbia del anestro estacional a través del uso de melatonina o la manipulación del fotoperiodo.21

No obstante lo anterior, la fertilidad en el apareamiento de marzo alcanzó 83.6%, que puede considerarse satisfactorio para una oveja considerada estacional en época no reproductiva. Estos buenos resultados se debieron al "efecto macho" provocado por la introducción de machos celadores antes del inicio del empadre, los cuales indujeron el inicio de la actividad reproductiva en las hembras.22 Los otros dos empadres del sistema intensivo, al haberse realizado dentro de la estación de apareamiento en otoño (noviembre) y verano (julio), mostraron un comportamiento parecido a otros trabajos que comparan épocas de apareamiento en el país,18,19 permitiendo con ello que la fertilidad global fuera de casi 85%.

Hay que mencionar, además, que la fertilidad alcanzada en el sistema intensivo se logró a pesar de que se presentó un problema de abortos en el primer apareamiento, y de que en general las ovejas paridas se encontraban en una condición corporal baja (inferior a tres) al momento de ser nuevamente empadradas. Sin embargo, es importante recordar que este rebaño recibió complemento durante la lactancia, el periodo de descanso y el empadre, con objeto de evitar pérdidas de condición y de peso excesivos. También es importante tener en cuenta que el trabajo se realizó en una explotación con praderas irrigadas, por lo que los animales contaban con forraje de buena calidad en todas las épocas del año. Tal parece que la recuperación que venían mostrando las ovejas fue suficiente para que en cada ocasión alrededor de 80% de ellas volviera a quedar gestante. Existen evidencias de que el cambio de condición (peso corporal) inmediatamente antes y durante el apareamiento suele tener efectos benéficos sobre la tasa reproductiva, de hecho ése es el principio y objeto de la utilización del flushing (sobrealimentación o complemento que se utiliza antes y durante el empadre), particularmente en animales delgados.23–26 Scaramuzzi y Radford,27 en su revisión sobre los factores que regulan la tasa de ovulación en las ovejas, sugieren que el ovario es capaz de responder en un tiempo corto cuando se proporciona alimentación adicional.

La prolificidad en el sistema intensivo fue baja, al promediar 1.12 corderos por parto en comparación con 1.32 obtenido en el sistema anual. Este resultado probablemente se debió a la intensidad del manejo reproductivo, que se reflejó en una menor condición corporal con la que llegaban al nuevo apareamiento, las ovejas que estaban lactando, ya que no alcanzaban el tres en una escala de cinco, incluso las que amamantaban gemelos tenían cifras más bajas. Se sabe que la condición corporal guarda una estrecha relación con la tasa ovulatoria y, por ende, con la cantidad de corderos nacidos,28,29 de tal manera que aquellas ovejas que se encuentran en una mejor condición de peso, tendrán una tasa de partos múltiples mayor.30,31

Gunn32 menciona que aquellas ovejas de condición delgada que se encuentran en pastoreo de buena calidad (parecido a las condiciones del presente estudio) comen hasta 35% más que las gordas. Este autor, al comparar ovejas que estaban ganando peso, lo mantenían o lo estaban perdiendo, también encuentra que la cantidad de corderos se veía afectada, de tal manera que aquellas que estaban perdiendo peso tenían menos corderos que las que lo ganaban. Finalmente, si bien menciona que se requiere más investigación, al comparar ovejas de diferente condición corporal, muestra cómo las ovejas delgadas (condición 2) al momento del apareamiento presentaban una tendencia a una menor tasa ovulatoria que las de mejor condición (condición 3).

La segunda razón de la baja prolificidad obtenida puede obedecer a la influencia que ejerce la estación de apareamiento, como lo muestran múltiples evidencias de variaciones en la tasa ovulatoria y, por ende, en la cantidad de corderos nacidos; la prolificidad generalmente es mayor durante el otoño y menor en otras épocas del año.33,34 Lo anterior no descarta que se haya presentado un efecto combinado de condición y estación, como lo sugieren Montgomery et al.35

En el sistema anual se esperaba óptima fertilidad y prolificidad en ambos empadres debido a que los dos se realizaron ya avanzada la estación de apareamiento,12 que es el momento en que se alcanza la máxima actividad ovárica y se logran los mejores parámetros reproductivos.18,19,36,37 Sin embargo, aunque los resultados de ambos años fueron buenos, tanto la fertilidad como la prolificidad fueron significativamente mayores durante el segundo empadre, sin que haya sido posible identificar las causas de la diferencia.

Otro factor que contribuyó a los buenos resultados en el sistema anual fue que la condición corporal al momento del apareamiento era superior a tres, y como ya se ha mencionado, una buena condición–peso influye favorablemente sobre un mejor comportamiento reproductivo, particularmente en la fertilidad, la prolificidad y la productividad de la oveja, como lo señalan Bunge et al.38 En el rebaño sometido a este sistema también se presentó el problema de abortos en el primer empadre, que lo afectaron en su fertilidad (promedio de 83.3%); sin embargo, fue similar a la lograda en el segundo empadre con 89.3%, promediando el sistema 88.3%. Los informes para fertilidad en esta raza la ubican en 84% y 87%.39

En el sistema anual no hay una explicación clara de la mala prolificidad en el primer empadre, en el que no rebasa 1.09 corderos, salvo que el problema de abortos ya mencionado haya tenido otros efectos, como haber enmascarado la pérdida de fetos en ovejas que sí llegaron a término con un solo cordero. La especulación anterior se deriva de la mejora sustancial en el segundo empadre al siguiente año, en el que se observa un cambio significativo y que muestra, de hecho, las posibilidades de la prolificidad para esta raza en el país, ya que se lograron 1.4 (1.5 con datos no ajustados) corderos por parto en el segundo empadre. El único informe previo disponible para la raza en el país señala una prolificidad de 1.140 Los registros para esta raza en otros países mencionan cifras diversas que, en general, se ubican alrededor del 1.5 o algo superiores, como el 1.41 señalado por Lewis y Burfening,41 o las de Okut et al.42 de 1.16 en ovejas jóvenes de un año, de 1.58 en adultas de dos a tres años y 1.78 en maduras con más de tres años, o el 1.61 mencionado por Bromley et al.43 Comparativamente con otras razas, en el país este parámetro se encuentra igual o por encima de algunas, incluso especializadas en la producción de carne como la Suffolk,18,44–47 la Rambouillet10,48,49 o la Corriedale.19,50

Un último factor que afectó la prolificidad en ambos sistemas es la edad de las ovejas. Existen múltiples evidencias registradas en la literatura que demuestran que los animales jóvenes y viejos tienen una menor prolificidad, por lo que durante la madurez se alcanzan las mejores tasas.28,51 Los resultados de este trabajo no fueron la excepción, por lo que en ellos se puede apreciar la superioridad de las ovejas adultas sobre las jóvenes en este parámetro, diferencia que se manifestó en ambos sistemas y en todas las épocas de empadre.

Uno de los factores que puede influir directamente sobre la tasa de destete es la mortalidad de los corderos, que puede dividirse en dos: alrededor del nacimiento, conocida como perinatal, que suele ser la más importante, y la que se da hasta el destete. La eficiencia reproductiva se puede ver afectada severamente cuando estas muertes alcanzan niveles significativos. Las tasas encontradas en este estudio, para mortalidad perinatal y para mortalidad hasta el destete, se pueden considerar bajas, ya que la primera se ubicó en alrededor de 4% en los dos sistemas y la segunda en 1.18% y 1.7% en los sistemas intensivo y anual, respectivamente. Trabajos realizados tanto en los Estados Unidos de América52 como en México muestran cifras más altas.44,47,49 Para el objeto del presente trabajo es importante destacar que las tasas de mortalidad se mantuvieron por debajo de 6% en todas las ocasiones, excepto en el último empadre del sistema anual, en el que la mortalidad total se elevó a 8.6%, posiblemente debido a la prolificidad superior encontrada en dicho empadre, en comparación con todos los demás. Si bien las causas de muerte fueron variadas en la etapa perinatal, la principal fue el síndrome de inanición–exposición, éste, en términos generales, se encuentra dentro de las causas más importantes de muerte registradas en el mundo, más frecuentemente en partos múltiples.52–55

La tasa de destete suele ser el parámetro más importante asociado con la eficiencia de las industrias ovinas en los Estados Unidos de América, de hecho se le considera el mayor reto para el desarrollo en esta industria.55 México no es la excepción, cuando se revisa la literatura tanto de sistemas llamados tradicionales como tecnificados, se encuentra que el número de corderos destetados por oveja de cría, indistintamente de raza o sistema de producción, es cercana o inferior a uno, y excepcionalmente se aproxima a 1.5. 18,19,46–50,56

La importancia de la tasa o porcentaje de destete radica en que evalúa en forma global la eficacia reproductiva del rebaño, derivada de cada empadre, al considerar la fertilidad, la prolificidad y la mortalidad de los corderos hasta el destete. Las diferencias encontradas en el presente trabajo en la tasa global de destete entre el sistema anual y el intensivo, se pueden explicar fundamentalmente por la diferencia en la prolificidad, ya que los otros componentes de este parámetro, que son la fertilidad y la tasa de mortalidad de los corderos, fueron similares entre sistemas. Algunos estudios, como el de Ercanbrack y Knight,57 que consideraron estos parámetros, encontraron entre 0.91 y 0.92 corderos por oveja por parto, mientras que Okut et al.42 dan cifras del tamaño de la camada al destete para la Columbia, de 0.80 en jóvenes, de 1.28 en adultas y de 1.44 en maduras. Sin embargo, las cifras de dicho autor no se refieren al número de corderos destetados por cada oveja expuesta al semental, forma como se calculó la tasa de destete en el presente trabajo, sino al número de corderos destetados por oveja parida. Finalmente, Vesely et al.58 registran para esta raza una tasa de 1.29, cifra parecida a la obtenida como promedio de los dos empadres anuales en este estudio.

Bajo condiciones de manejo que no implican el uso de hormonas o razas prolíficas, tal parece que en los sistemas anuales de apareamiento se registran mejores tasas de destete que en los intensivos. Por ejemplo, Fogarty et al.36 en diversas razas como Rambouillet, Targhee, Dorset, Suffolk, Finnish–Landrace y cruzas, señalan mejores tasas de fertilidad, prolificidad y destete en el sistema anual que en los empadres intensivos. Esta diferencia también se observó en el presente estudio, en el que los resultados por cada empadre fueron mejores en el sistema anual, aunque el número total acumulado de corderos obtenidos fue mayor en los tres empadres del sistema intensivo que en los dos empadres del sistema anual.

Dado que en el presente trabajo la superioridad del sistema intensivo con respecto a la cantidad total de corderos logrados a lo largo de dos años se deriva del mayor número de partos por oveja por año, conviene hacerse algunas preguntas respecto a mejorar la tasa de destete; por ejemplo, qué hubiese sucedido en el sistema anual si la prolificidad no se hubiera visto afectada en el primer empadre, y si además se buscaran formas de incrementarla. En otras latitudes, donde la estacionalidad es una limitante importante de la intensividad en los apareamientos, se ha buscado aumentar la producción de corderos mediante el incremento de prolificidad de los empadres anuales, utilizando para ello cruzamientos con razas prolíficas.59 Por ejemplo, Lewis y Burfening41 mostraron la superioridad de ovejas cruza de Finnish–Landrace (caracterizada por su alta prolificidad) con respecto a razas como la Columbia, Rambouillet o Targhee, tanto en el número de corderos nacidos como destetados por oveja de cría. Resultados similares encontraron Fogarty et al.36 Otra opción ha sido la selección por prolificidad, como lo confirman algunas evidencias.

Una forma de evaluar la eficacia biológica de los sistemas es a través de la producción de corderos en forma global y por oveja de cría. En los resultados de este estudio es notoria la superioridad del sistema intensivo, al producir 478 corderos en los dos años, lo que representa 2.6 corderos por oveja expuesta a los sementales, contra los 394 corderos obtenidos en el sistema anual en el mismo periodo, que representa 2.18 corderos por oveja expuesta a los sementales. Aunque son escasos los trabajos que comparan los sistemas de apareamiento anual (tradicional) contra los intensivos, realizados en condiciones naturales (sin uso de hormonas), en general coinciden en que la producción de corderos en los sistemas intensivos es mayor. Por ejemplo, en Jelbart y Dawe60 se indica que en el sistema intensivo se produjeron 0.53 más corderos por oveja por año. Resultados similares fueron encontrados por Mancilla et al.48 en ovejas Rambouillet estabuladas. Cuando se usan inductores de la actividad reproductiva, como hormonas y fotoperiodo, los resultados también favorecen a los sistemas intensivos.5 Sin embargo, también hay experiencias en que no se ha encontrado una superioridad del sistema intensivo sobre el anual, como lo informa Cárdenas,3 quien en su estudio con ovejas Pelibuey no encontró ninguna ventaja del sistema intensivo contra el anual, en corderos producidos por oveja. Por otra parte, Fogarty et al.36 en un estudio muy completo, en el que además de comparar un sistema anual contra uno intensivo cada ocho meses, también equiparan las épocas de apareamiento y encontraron superioridad manifiesta del sistema anual.

Un segundo enfoque de la eficacia reproductiva del sistema es qué tan eficientes fueron las ovejas dentro de éste. El análisis del sistema intensivo muestra que sólo 55.7% de las ovejas logró parir las tres veces que les correspondía, mientras que en el sistema anual, 80% de las ovejas parió en las dos ocasiones. Estos resultados muestran un alto grado de ineficacia en el sistema intensivo. En pocos trabajos se informa sobre el porcentaje de ovejas que paren en todos los empadres de un sistema intensivo. Sin embargo, cuando se presenta el dato generalmente se pone en evidencia una ineficacia similar a la encontrada en el presente trabajo. Por ejemplo, O'Ferrall61 menciona que en ovejas cruza Finn–Dorset, sólo 56% de las ovejas produjeron corderos en las tres pariciones consecutivas, mientras que Cárdenas,3 con ovejas Pelibuey, registra 69%; finalmente, Urrutia62 con ovejas Rambouillet en un estudio que involucró cuatro empadres, encontró que sólo 23.1% logró parir en los cuatro. Estos resultados indican que se requiere un análisis más fino para poder establecer las posibles causas del alto porcentaje de ovejas no paridas en sistemas intensivos, como podría ser el efecto del parto sobre el siguiente reempadre, la pérdida de condición corporal, o incluso un efecto de estacionalidad.

Finalmente, se debe mencionar que en un trabajo previo se informó sobre el crecimiento de los corderos nacidos como resultado del presente estudio, demostrándose que tanto el peso final como el peso a los 60 días de edad fue similar en los corderos provenientes de ambos grupos,63 por lo que la cantidad total de kilos de cordero producido dependió del número de corderos destetados en cada sistema, y no del peso de dichos corderos. En el sistema intensivo, la época del año no tuvo un efecto sobre el peso al destete de los corderos, lo que seguramente se debió al uso de praderas irrigadas.

En el presente estudio se demuestra la posibilidad de que, con el apoyo del "efecto macho" y de praderas irrigadas que puedan mantener la alimentación base del rebaño, se puedan realizar empadres en la raza Columbia en el mes de marzo, en la latitud en que se encuentra el altiplano mexicano, lo que permite la instrumentación de sistemas intensivos con empadres cada ocho meses. Con estos sistemas intensivos se logra incrementar el número total de corderos obtenidos por oveja, en comparación con los que se obtienen con empadres anuales. Sin embargo, si se toma en cuenta cada empadre por separado, tanto la fertilidad como la prolificidad se reducen en el sistema intensivo con respecto al anual, lo que denota una mayor ineficacia biológica en los sistemas intensivos. Es necesario realizar un análisis económico de costo–beneficio en el que se analice si los costos adicionales impuestos por el sistema intensivo son compensados por la mayor producción de corderos.

 

Agradecimientos

Los autores agradecen al ingeniero Lorenzo Yano Bretón las facilidades y el apoyo para la realización de este trabajo, a los MVZ EPO Eva Valdés Loranca, EPO Gonzalo Valenzuela R. y EPO Roberto Gómez G., su apoyo en la toma de datos, así como al personal administrativo y de campo de la explotación. Asimismo, José de Lucas agradece el apoyo otorgado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, de México, para su beca de doctorado.

 

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Nota

El presente escrito es producto de resultados parciales de la tesis de doctorado de José de Lucas Tron.

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