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Veterinaria México

Print version ISSN 0301-5092

Vet. Méx vol.39 n.4 Ciudad de México Oct./Dec. 2008

 

Artículos Científicos

 

Alteraciones de analitos séricos y de orina en perros diabéticos: Informe de 30 casos

 

Alterations of serum and urine analytes in diabetic dogs: 30 cases report

 

Samuel Genaro Jardón Herrera* Rosa Luz Mondragón Vargas* Luis Enrique García Ortuño* Jan Bouda*

 

*Departamento de Patología, Sección Patología Clínica, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Nacional Autónoma de México, 04510, México, D. F.

 

Correspondencia:
S. Genaro Jardón Herrera,
Tel.: 5622 5878,
correo electrónico: jardonh66@hotmail.com

 

Recibido el 12 de junio de 2007
Aceptado el 14 de mayo de 2008.

 

Abstract

The objective of this study was to describe alterations in blood clinical biochemistry and urinalysis which enable to establish the diagnosis of diabetes mellitus in dogs. Thirty cases of diabetic dogs were analyzed. The inclusion criteria were the following: hyperglycemia above 14 mmol/L, glucosuria, urine density above 1.014 and polyuria–polydipsia. Dogs of different breeds, from 7 months to 14 years of age and both genders (73.3% females and 26.7% males) were studied. The most frequent biochemical alterations in blood serum were: hyperglycemia (100%), increased urea (46%) and creatinine (13%), increase of enzyme activities ALT (50%), AST (46%), alkaline phosphatase (56%), amylase (20%), creatine kinase (66%); hypercholesterolemia (66%), hyperglobulinemia (33%), hyperphosphoremia (33%), hyperkaliemia (43%), hyponatremia (16%), hypochloremia (46%), hypobicarbonatemia (50%), increased anion gap (53%), increased strong ion difference (30%), increased serum osmolality (23%) and hypertriglyceridemia (50%). The urine density was between 1.015 and 1.064, mean value of urine glucose 49 mmol/L. Urine ketone bodies were detected in 10% of all cases. Described alterations in clinical biochemistry are important for the diagnosis, clinical care, and prognosis of dogs with diabetes mellitus.

Key words: Diabetes Mellitus, Serum Clinical Biochemistry, Urinalysis, Dogs.

 

Resumen

El objetivo de este estudio fue describir alteraciones en la bioquímica clínica sanguínea y en el urianálisis, con el fin de establecer un diagnóstico integral en perros con diabetes mellitus. Se analizaron 30 casos de perros diabéticos. Los criterios de inclusión fueron: hiperglucemia superior a 14 mmol/L, glucosuria, densidad urinaria superior a 1.014 y poliuria–polidipsia. Los perros fueron de diferentes razas, de siete meses a 14 años de edad y de ambos géneros (73.3% hembras y 26.7% machos). Las frecuencias de las principales alteraciones bioquímicas en suero fueron: hiperglucemia (100.0%), incremento en las concentraciones de urea (46%) y de creatinina (13%), incremento de la actividad de las enzimas ALT (50%), AST (46%), fosfatasa alcalina (56%), amilasa (20%), creatina cinasa (66%), hipercolestrolemia (66%), hiperglobulinemia (33%), hiperfosforemia (33%), hipercaliemia (43%), hiponatremia (16%), hipocloremia (46%), hipobicarbonatemia (50%), aumento de ácidos no volátiles (53%), incremento en la diferencia de iones fuertes (30%), hiperosmolalidad (23%) e hipertrigliceridemia (50%). La densidad urinaria osciló entre 1.015 y 1.064, la glucosuria presentó, en promedio, 49 mmol/L. En 10% de los casos se observó cetonuria. Las alteraciones descritas en la bioquímica clínica son importantes para el diagnóstico, manejo clínico y pronóstico de los perros con diabetes mellitus.

Palabras clave: Diabetes Mellitus, Bioquímica Clínica Sérica, Urianálisis, Perros.

 

Introducción

La diabetes mellitus (DM) tiene etiología heterogénea, se caracteriza por hiperglucemia crónica, glucosuria y anormalidades metabólicas, que se atribuyen al deficiente efecto de la insulina.1–4 Después de cierta duración de la enfermedad, los cambios que pueden presentarse en las complicaciones de la diabetes mellitus incluyen hepatopatías, nefropatías, angiopatías, neuropatías y alteraciones en el hemograma.5,6 Dependiendo de la severidad de las anormalidades metabólicas, el padecimiento puede ser asintomático, o puede asociarse con signos clínicos como poliuria, polidipsia y ganancia o pérdida de peso, o progresar a cetoacidosis, pudiendo llegar al estado de coma y posteriormente producir la muerte.2 Se reconocen tres tipos de diabetes mellitus: Tipo 1, caracterizada por destrucción de las células P del páncreas, por mecanismos inmunomediados o de origen desconocido. Tipo 2, por disminución de secreción y baja sensibilidad de los tejidos a la insulina. Tipo 3, incluye a dos subgrupos: subgrupo A, donde se presenta una mutación específica que ha sido identificada como causa de susceptibilidad genética, y subgrupo B, asociado con otras enfermedades (hiperadrenocorticismo, feocromocitoma, acromegalia, etcétera).1

El objetivo del presente trabajo fue analizar e informar los resultados obtenidos en la bioquímica sérica y urianálisis en perros diabéticos, con base en los criterios de inclusión, con el fin de describir las diferentes alteraciones que permitan establecer el diagnóstico integral de la enfermedad.

 

Material y métodos

Los resultados se revisaron en la Sección de Patología Clínica del Departamento de Patología de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, de la Universidad Nacional Autónoma de México, durante el periodo 2001–2005. Los criterios de inclusión fueron: hiperglucemia superior a 14 mmol/L, glucosuria, densidad urinaria superior a 1.014 y poliuria–polidipsia.

En cuanto al género, 73.3% de los 30 animales eran hembras y 26.7% machos. Respecto de la edad, 16.5% de los casos tenían entre siete meses y cinco años; 50% de seis a diez años; y 33.3% de 11 a 14 años. Respecto de raza, 33.3% eran Poodle; 16.5%, Criollos; y 6.7% de las razas Labrador, Rottweiler y Cocker Spaniel. En 13.5% de los perros se registró cataratas, 10.0% presentó polifagia, 6.7% anorexia, 6.7% depresión, 6.7% alopecia, 3.3% obesidad, 3.3% pérdida de peso y 3.3% diarrea.

Las concentraciones séricas de glucosa, urea, creatinina, colesterol, alanina aminotransferasa (ALT), aspartato–aminotransferasa (AST), fosfatasa alcalina (FA), amilasa, creatina–cinasa (CK), proteínas totales (PT), albúmina, calcio, fósforo, bicarbonato y triglicéridos se determinaron mediante espectrometría en un analizador bioquímico.* Los electrólitos sodio, potasio y cloro fueron determinados en un analizador de electrólitos.** Los valores de globulinas, ácidos no volátiles (anion gap), diferencia de iones fuertes (DIF) y osmolalidad sérica se calcularon a partir de los resultados obtenidos.

A fin de determinar glucosuria y cetonuria, se utilizaron tiras reactivas,*** la densidad urinaria fue evaluada mediante el uso del refractómetro clínico.**** El análisis de los datos se practicó con ayuda del paquete estadístico Microstat***** mediante estadística descriptiva, que incluyó promedios, rangos, desviación estándar y frecuencias de alteraciones en porcentajes. La información obtenida fue contrastada con valores de referencia utilizados en la Sección de Patología Clínica y lo publicado por otros autores,2,4,5 a fin de encontrar coincidencias y diferencias en el presente trabajo.

 

Resultados

Las concentraciones séricas de 22 analitos bioquímicos y dos de orina en perros diabéticos se presentan en el Cuadro 1. En 46% de los casos se presentó aumento en valores de urea y en 13%, incremento en valores de creatinina. En 66% se presentó hipercolesterolemia. Asimismo, se halló incremento en las actividades de las enzimas: ALT en 50%, AST en 46%, FA en 56%, amilasa en 20% y CK en 66% de los perros diabéticos. En 16% de éstos se presentó hiperproteinemia; en 16%, hipoproteinemia; 33% presentaron hiperglobulinemia; 13%, hipocalcemia; 33%, hiperfosforemia; 43%, hipercaliemia; 3%, hipocaliemia; 16%, hiponatremia; 3%, hipernatremia; 46%, hipocloremia; y 6% hipercloremia.

Otro hallazgo importante fue la presencia de hipobicarbonatemia en 50% de los casos, sólo en 3% se registró hiperbicarbonatemia. Los valores de ácidos no volátiles aumentaron en 53% de los perros. En 30% de los casos aumentó la diferencia de los iones fuertes. La disminución de los valores séricos de bicarbonato, DIF y aumento de ácidos no volátiles, en el presente estudio, corresponden a acidosis metabólica por acumulación de ácidos orgánicos. De la población estudiada, 23% mostró incremento en valores de osmolalidad. En 50% de los perros diabéticos se halló hipertrigliceridemia, mientras que en 10% se presentó hipotrigliceridemia. La densidad urinaria osciló entre 1.015 y 1.064, la glucosuria presentó, en promedio, 49 mmol/L. De acuerdo con lo anterior, la diabetes mellitus cetoacidótica se observó en 10% de los casos.

 

Discusión

De acuerdo con diferentes autores,2,4–7 el diagnóstico de DM se establece con base en signos clínicos, valores iguales o superiores a 14 mmol/L de glucosa sérica, glucosuria y densidad urinaria superior a 1.014. Asimismo, Hess8 detectó hiperglucemia en 85% de los perros diabéticos, mientras que 12% tuvieron normoglucemia y 3% hipoglucemia, lo anterior podría relacionarse con tratamientos. Cotton et al.9 describen que la concentración sérica de glucosa aumentó en todos los perros diabéticos de su estudio, coincidiendo con lo establecido en el presente trabajo. Para otros autores, la hiperglucemia persistente y la glucosuria establecen el diagnóstico, aunque no mencionan valores de glucosa en sus respectivos estudios.4,6,8,10–12

En la presente investigación, en 47% de los casos la concentración de la urea mostró valores aumentados; con respecto a este resultado, algunos autores opinan que la hiperazotemia presente en DM puede ser de origen prerrenal o renal.8,9,13 Hess8 encontró valores altos en 22% de los casos, 74% con valores normales y 4% con valores bajos. Aquí se observó más del doble del porcentaje de perros diabéticos con hiperazotemia, asociada a causas prerrenales debido a deshidratación por vómito o diuresis y renales debido a que la hiperglucemia crónica induce degeneración hialina de los capilares sanguíneos glomerulares.14 Doxey et al.7 encontraron 9 mmol/L de urea, valor muy similar al encontrado en este trabajo, que fue de 8.9 mmol/L.

La creatinina sérica presentó valores incrementados en 13%, los incrementos conjuntos de creatinina y urea, en asociación con densidad urinaria inferior a 1.030, establecen la presencia de insuficiencia renal, lo que se presentó en 7% de los perros en este estudio. Hess8 describe que 27% de los perros diabéticos presentaron valores aumentados de creatinina, lo que representa poco más del doble del valor del porcentaje obtenido aquí, debido a que en su trabajo quizá se presentó mayor número de casos de insuficiencia renal. En la población objeto de estudio, 23% de los perros evidenciaron valores disminuidos asociados con deficiente masa muscular.4

Urea y creatinina sérica generalmente se encuentran en rangos de valores de referencia en perros diabéticos sin complicaciones, el incremento de estos dos analitos también puede indicar deshidratación.5,6,9

Hess8 halló que 33% de los perros estudiados presentaron hipercolesterolemia, 66% valores normales y 1% valores bajos. Aquí la frecuencia de hipercolesterolemia fue dos veces más alta que lo encontrado por Hess,8 debido a que en DM severa el metabolismo de los lípidos se incrementa para compensar la falta de uso de los carbohidratos como fuente de energía. La utilización de los lípidos se incrementa progresivamente según aumente la severidad de la diabetes, e incrementa la movilización de los depósitos de grasas corporales, apareciendo hipercolesterolemia en proporción directa al grado de movilización de los lípidos.17

ALT es una enzima que evalúa la integridad hepática y se incrementa durante la DM en perros.3–6,10,12–14,18 En el presente trabajo, en 50% de los perros se encontraron valores aumentados. Hess8 halló aumento en 78% de los perros diabéticos. Poppl y González19 describen elevaciones de ALT en 40% de los casos, frecuencia muy parecida a lo encontrado en el presente estudio. Las alteraciones metabólicas en los hepatocitos pueden provocar liberación de enzimas y aumento de actividad de la ALT en el suero, que puede incrementarse si las alteraciones producen cambios en la permeabilidad de la membrana.13

La AST es otra enzima útil para evaluar integridad del hepatocito en perros, aunque también se relaciona con degradación muscular. En este estudio la actividad de la AST se encontró aumentada en 46% de los perros diabéticos, y fue menor en comparación con la frecuencia (71%) descrita por Hess.8 Los valores superiores al valor de referencia detectados sugieren degeneración hepatocelular activa, incluso necrosis hepática.3–5,13,18

Los incrementos de FA se presentaron en 57% de los 30 perros diabéticos, aquí se atribuyen a colestasis, colangiohepatitis, hígado graso e hiperadrenocorticismo, entre otros problemas de salud.3–6,8,10,12 Su frecuencia fue menor en comparación con lo detectado por Poppl y González19 (70%).

Los valores conjuntamente incrementados de ALT, AST y de FA sugieren lipidosis hepática,6,9,12,15,16 lo cual se encontró en 50% de los perros estudiados.

La amilasa pancreática es poco utilizada para el diagnóstico de la DM; sin embargo, en este trabajo se encontró hiperamilasemia en 20% de los perros. Greco10 y Lassen13 describen que los valores de amilasa y lipasa se incrementan cuando la causa de DM es pancreatitis. En su estudio, Greco10 halló 13% de pancreatitis. El mecanismo por el cual la DM predispone a los perros a desarrollar pancreatitis aguda no es conocido; sin embargo, es posible que la hipertrigliceridemia sea de importancia.8 Asimismo, la inflamación crónica y la insuficiencia renal son dos procesos extrapancreáticos que incrementan la actividad sérica de las enzimas pancreáticas como resultado de la menor excreción o degradación renal de las enzimas pancreáticas, sin la existencia de pancreatitis concomitante.5,15,16

La CK es una enzima que se altera en la DM por diversas causas, entre otras el incremento del catabolismo muscular y afecciones cardiacas. Aquí, el incremento de CK se registró en 66% de la población objeto de estudio. Quizá la insulina regula la distribución de las isoenzimas de la CK en el músculo cardiaco y su efecto no se debe a la derivación simpática inducida por la hipoglucemia.20–22

La hiperproteinemia en este estudio fue cuatro veces más frecuente que lo referido en la investigación de Poppl y González,19 y sugiere hemoconcentración o inflamación crónica.4,11,23 La hiperglobulinemia encontrada en 33% de los perros diabéticos se asocia con inflamación crónica y coincide con la frecuencia descrita por Hoening y Dawe.21 En este trabajo, la hipoproteinemia se presentó en 17% de los perros diabéticos. En 43.4% de los casos se halló hipoalbuminemia, que es consecuencia de disminución en la síntesis hepática o de pérdida debida a insuficiencia renal.4,6,23 La hiperfosforemia se presentó en 33% de los perros diabéticos y tiene relación con hiperazotemia renal o hemólisis.13

En 43% de los perros se presentó hipercaliemia, esta situación se explica debido a que se requiere insulina para permitir la introducción de potasio a las células; por tanto, al haber deficiencia de ésta, se produce hipercaliemia.5,9,16 Greco10 menciona que la hipercaliemia es un hallazgo en perros que padecen diabetes cetoacidótica. Nelson5 describe que este hallazgo se presenta en acidosis pronunciada y en insuficiencia renal. Los perros pueden tener hipocaliemia, normocaliemia o hipercaliemia, de acuerdo con la duración de la enfermedad, función renal y nutrición previa.5 La hipocaliemia en 3% de los perros se asoció con poliuria.9,12

La hiponatremia e hipocloremia encontradas en 17% de los perros, son consecuencia de hemodilución secundaria a poliuria y polidipsia, o a insuficiencia renal.11,12 El sodio y cloro pueden disminuir como consecuencia de la pérdida renal de electrólitos; sin embargo, estos cambios pueden estar enmascarados en casos de deshidratación; por tanto, es importante evaluar y efectuar un seguimiento de dichos analitos cuando el animal se halle bajo terapia de líquidos o esté deshidratado.5,9,10,15,16

La hipocloremia también se puede desarrollar como resultado del vómito, como en el estudio realizado por Hess,8 en que 40% de 221 perros analizados presentaron vómito. La hipernatremia en este trabajo (3%) se asoció con hemoconcentración.12

La hipobicarbonatemia en 3% de los perros puede estar asociada con alcalosis metabólica secundaria a vómito. Los perros que padecen DM cetoacidótica presentan acidosis metabólica, como consecuencia de la alta producción de cuerpos cetónicos y baja utilización de éstos por los tejidos periféricos.17 Los perros con diabetes mellitus e insuficiencia renal desarrollan acidosis metabólica.8,10

En 53% de los perros se presentaron valores aumentados de ácidos no volátiles, como consecuencia de la acumulación, ello contribuye al establecimiento del diagnóstico de acidosis metabólica por ganancia de ácidos.11,13,17

En 30% de los perros se presentaron valores altos de DIF, lo que establece el diagnóstico de alcalosis metabólica hipoclorémica. En 16% se presentaron valores bajos de DIF, lo que evidencia acidosis metabólica hiperclorémica.4,23

La hiperosmolaridad se presentó en 23%, generalmente ocurre en animales con hiperglucemia severa y en estados cetoacidóticos.10 La hiperglucemia conjuntamente con la diuresis osmótica e hiperazotemia prerrenal, presente en algunos perros diabéticos, produce hiperosmolaridad del líquido extracelular.

La población estudiada presentó hipertrigliceridemia e hipotrigliceridemia en 50% y 10% de los casos, respectivamente, coincidiendo con lo citado por Duncan y Hoening.11 La hipertrigliceridemia se explica por las alteraciones en el metabolismo energético presente en DM.18 El incremento en sangre de varios lípidos (triglicéridos, colesterol y ácidos grasos libres) resulta de la lipomovilización de los triglicéridos de los depósitos de grasa, disminución en la degradación hepática de colesterol, e incremento en la producción hepática de lipoproteínas de muy baja densidad. Otras causas que producen hipertrigliceridemia son: disminución en la actividad de la enzima lipoproteín lipasa, obesidad, alto consumo de calorías y exceso en la producción hepática de triglicéridos.12 El incremento en las concentraciones con frecuencia resulta en lipemia visible.13,15–17 El urianálisis tiene varios propósitos diagnósticos en perros con DM; sin embargo, entre los más importantes están detectar glucosuria y cetonuria.3 A pesar de que aquí casi la mitad de los perros presentó hipobicarbonatemia e incremento de ácidos no volátiles, sólo 10% de la población presentó cetonuria. Esto último quizá se deba a que la determinación de cuerpos cetónicos con las tiras reactivas de orina utilizan la reacción de nitroprusiato, con la cual se detecta principalmente acetoacetato11 y no β–hidroxibutirato, que es el cuerpo cetónico más abundante y el principal responsable en casos de cetoacidosis diabética.4,11 Otra posibilidad es que la acidosis metabólica sea consecuencia de otras enfermedades concomitantes, como insuficiencia renal. Los resultados difieren de lo informado por Hess,8 quien encontró cetonuria en 31% de los perros estudiados. Estas variaciones se relacionan con diferentes estados de severidad de DM en el momento del diagnóstico.

Se concluye que las alteraciones bioquímicas más frecuentes en perros diabéticos fueron: hiperglucemia, glucosuria, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, aumento en la actividad de las enzimas ALT, AST, FA; hipobicarbonatemia, hiperglobulinemia y aumento de urea y creatinina. El conocimiento de las diferentes alteraciones bioquímicas es útil para establecer con mayor precisión el diagnóstico, además de que da seguimiento a los pacientes y proporciona el pronóstico de la diabetes mellitus en perros.

Las alteraciones en la bioquímica sérica y en el urianálisis son frecuentes y permiten establecer el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la diabetes mellitus.

El incremento conjunto de urea, creatinina y densidad urinaria inferior a 1.030 en perros confirma el diagnóstico de insuficiencia renal, aquí se presentó en 7% de la población estudiada. La hipercolestrolemia se presentó en 63% de los perros diabéticos, casi el doble de lo referido en la literatura consultada.

Los incrementos de ALT, AST y FA en suero de perros diabéticos fueron inferiores a lo notificado por los autores consultados, lo que confirma menor daño a los hepatocitos.

Los valores conjuntamente incrementados de ALT, AST y de FA, sugieren hígado graso en 50% de los perros diabéticos.

La hiperproteinemia e hiperamilasemia proporcionan evidencia para sospechar de pancreatitis como causa de diabetes mellitus en perros.

 

Referencias

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Notas

*Cobas–Mira, S Roche, Suiza.

**Easy Iyte plus, Estados Unidos de América.

***SComburtest, Roche, Suiza.

****Refractometro clínico, Atago, Japón.

*****Microstat, Ecosoft, Inc., Estados Unidos de América.

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