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Veterinaria México

versión impresa ISSN 0301-5092

Vet. Méx vol.39 no.2 Ciudad de México ene./jun. 2008

 

Artículos científicos

 

El efecto macho como inductor de la actividad reproductiva en sistemas intensivos de apareamiento en ovinos

 

Use of the male effect to induce reproductive activity in ovine intensive breeding systems

 

José De Lucas Tron* Luis Alberto Zarco Quintero** Carlos Vásquez Peláez***

 

* Coordinación General de Investigación y Posgrado, Facultad de Estudios Superiores–Cuautitlán, Universidad Nacional Autónoma de México, Carretera Cuautitlán–Teoloyucan s/n, Apartado Postal 25, CP 54700, Cuautitlán Izcalli, Estado de México, México, correo electrónico: tronj@servidor.unam.mx

** Departamento de Reproducción, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Nacional Autónoma de México, 04510, México, D. F.

*** Departamento de Genética y Bioestadística, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Nacional Autónoma de México, 04510, México, D. F.

 

Autor responsable:
José De Lucas Tron,
Coordinación General de Investigación y Posgrado,
Facultad de Estudios Superiores–Cuautitlán,
Universidad Nacional Autónoma de México,
Carretera Cuautitlán–Teoloyucan s/n, Apartado Postal 25,
CP 54700, Cuautitlán–Izcalli, Estado de México, México,
Tel.: 5623–1835,
correo electrónico: tronj@servidor.unam.mx

 

Recibido el 20 de febrero de 2007
Aceptado el 21 de febrero de 2008.

 

Abstract

The presence of the male effect and its importance in the reproductive management of Columbia ewes was evaluated during a comparative study between a herd of ewes subjected to an annual breeding system with services in November (AS) and another herd subjected to an intensive system with breeding periods in November, July and March (IS). The two herds were kept on intensive irrigated prairies with moderate climate: the ewes in the IS were supplemented during the lactation and rebreeding periods. Estrus expression was detected by the presence of marks on the rump left by aniline–impregnated teaser males. In addition, the concentrations of progesterone were determined in blood samples from 20 adult ewes and 5 ewe–lambs from each breeding system. These samples were taken twice per week from the time the teaser males were introduced. The conception date for each ewe was retrospectively calculated from the date of lambing. The results indicate a clear male effect in the IS group during the breeding periods of July and March, when such a male effect proved to be very important for the reproductive success of the herd. In contrast, the male effect was not apparent during November breeding periods because the animals of both herds were already cycling when the teaser males were introduced at that time of the year. It is concluded that the use of the male effect can improve the reproductive efficiency of Columbia ewes exposed to intensive breeding systems in Mexico.

Key words: Ovines, Production Systems, Male Effect, Columbia Breed.

 

Resumen

Se determinó la presencia del efecto macho y su importancia en el manejo reproductivo de ovejas de la raza Columbia, en un estudio comparativo entre un rebaño sometido a un sistema de apareamiento anual con empadres en noviembre (S–A) y otro intensivo con empadres en noviembre, julio y marzo (S–I). Los rebaños se mantuvieron en condiciones de pastoreo intensivo en praderas irrigadas de clima templado: las ovejas en el S–I se complementaron durante la lactancia y el reempadre. Se estableció la ocurrencia de estros por medio de la presencia de marcas de anilina que los machos vasectomizados dejaron en la grupa. Además, en cada sistema de empadre se determinaron las concentraciones de progesterona en muestras sanguíneas de 20 ovejas adultas y cinco primalas dos veces por semana a partir de la introducción de los machos. La distribución de los partos permitió calcular la fecha de concepción. Los resultados indican un claro efecto macho en el grupo S–I durante los empadres de julio y marzo, cuando dicho efecto macho confirmó su importancia en el éxito reproductivo del rebaño.. En cambio, el efecto macho no se presentó durante el empadre de noviembre del grupo S–I, ni durante los empadres del grupo S–A, debido a que al inicio de dichos empadres las ovejas se encontraban ciclando. Se concluye que el efecto macho puede ser utilizado para mejorar la eficiencia reproductiva de ovejas de la raza Columbia sometidas a sistemas intensivos de apareamiento en México.

Palabras clave: Ovinos, Sistema de Producción, Efecto Macho, Raza Columbia.

 

Introducción

La eficiencia reproductiva es una de las grandes limitantes en la producción ovina y el principal factor que afecta el retorno financiero en los sistemas de producción de esta especie.1 El uso de sistemas intensivos de apareamiento en ovinos es una opción para incrementar dicha eficiencia. Sin embargo, la estacionalidad reproductiva que afecta a diversas razas limita la posibilidad de mantener un ritmo y eficiencia reproductiva similar en todos los apareamientos, dado que usualmente alguno de ellos se sitúa en la época de baja o nula actividad.2–4 Esta situación ha obligado a utilizar tratamientos hormonales o lumínicos para contrarrestar el efecto estacional.5–8

En la producción ovina existen herramientas que permiten obtener mejor eficiencia productiva de las explotaciones, y que infortunadamente son poco empleadas a pesar de los beneficios que aportan. Tal es el caso del llamado "efecto macho", que se refiere al estímulo que ejercen los carneros sobre las ovejas en anestro poco profundo, o en aquellas próximas al inicio de la estación de apareamiento.9–11 El efecto provocado por la introducción repentina de los carneros estimula un proceso que culmina con la ovulación y la presentación de estros.12 El efecto estimulante del macho ha sido reconocido desde hace muchos años como una forma eficaz y barata para el control del empadre, sobre todo en los de primavera.13–15 También se le ha usado como forma de inducir el inicio de la vida reproductiva en hembras jóvenes.15,16 Sin embargo, no se ha documentado su uso en rebaños con sistemas intensivos de apareamiento, por lo que el objetivo de este estudio fue determinar el efecto del macho en la eficiencia reproductiva de sistemas de apareamiento intensivo, manifestado por las marcas en la grupa dejadas por el apareamiento de las ovejas durante el estro, los perfiles de progesterona y la distribución de los partos.

 

Material y métodos

El trabajo se realizó en una explotación comercial ubicada en Huamantla, Tlaxcala, México, a 2 500 msnm, clima C (wo/w" 1) (w) b (e) g17, temperatura media anual de 13°C, con mínimas de —4° C y máximas de 28° C y precipitación pluvial anual de 650 mm. La base del sistema alimentario fue el pastoreo diurno regulado de ocho a nueve horas, en franjas de praderas mixtas de alfalfa (Medicago sativa) y pastos orchard (Dactylis glomerata) y rye grass (Lolium perenne) irrigadas por aspersión. Se utilizaron dos grupos con 180 ovejas cada uno (150 adultas con más de un parto y edades de tres y cuatro años, principalmente, y 30 jóvenes de reemplazo) de la raza Columbia. En el primer grupo se sometieron a empadres anuales de 45 días con monta natural en el otoño, la época de mayor actividad sexual en diversas razas en el altiplano mexicano.18 Los empadres en este grupo comenzaron el 2 de noviembre de cada año. En el segundo grupo las ovejas se sometieron a un sistema de empadre con monta natural cada ocho meses (intensivo), que se realizaron en noviembre–diciembre, julio–agosto y marzo–abril. Los empadres del grupo intensivo duraron 36 días. Se midió la condición corporal de las madres cada mes, de acuerdo con la escala (de uno a cinco) propuesta por Russel et al.19

Para el caso de las ovejas del sistema intensivo, y debido a la necesidad de reempadrarlas en un lapso corto y a la pérdida de condición que acompañaba la lactancia, se les dio un complemento de 500 g/cabeza/día de una mezcla de maíz y pasta de soya (86:14) desde el parto hasta la finalización del siguiente empadre. Además, el destete de los corderos se realizó máximo a los sesenta días de edad, para cubrir los tiempos de reaparamiento.

Con el propósito de estimular la actividad reproductiva en los dos grupos y, en su caso, sincronizar o inducir el estro, quince días antes del empadre se introdujeron machos marcadores vasectomizados, que fueron sustituidos por 5% de sementales intactos de raza Columbia, adultos de tres a cinco años, al inicio del empadre. Tanto a los carneros vasectomizados como a los intactos se les aplicaba todos los días aceite con anilina en la región del encuentro, para que al montar las ovejas en estro las marcaran en la grupa.

Con el fin de determinar la actividad reproductiva y el periodo de apareamiento, se registraron los siguientes datos: marcas en la grupa de las ovejas, que se evaluaron a los 18 y 36 días de introducidos los sementales; registros de la fecha de parto, a partir de los cuales se calculó el porcentaje de ovejas que parieron en los primeros 18 y 36 días desde que parió la primera oveja de la temporada. Además se realizó análisis de niveles de progesterona en 25 hembras elegidas al azar (20 ovejas adultas y cinco jóvenes) de cada tratamiento, de las cuales se obtuvo sangre por punción yugular dos veces a la semana durante cinco semanas, comenzando dos semanas antes del empadre. Se consideró que había actividad ovárica cuando las concentraciones de progesterona fueron superiores a 1 ng/mL en al menos dos muestreos consecutivos.20

La distribución de marcas en la grupa, la actividad ovárica determinada a través de niveles de progesterona y los partos se compararon entre grupos y entre periodos de empadre mediante la prueba de Ji cuadrada.

 

Resultados

Durante el estudio se produjeron 14 abortos correspondientes a los empadres de noviembre del primer año. Las ovejas que abortaron fueron eliminadas pues no se cuenta con fechas de parto que permitan calcular el momento de la concepción.

 

Las marcas en la grupa y su relación con los partos de las ovejas

El Cuadro 1 muestra el comportamiento del sistema intensivo. En el empadre de noviembre se observó que el porcentaje de ovejas marcadas y que concibieron en los primeros dieciocho días fue significativamente mayor (P < 0.05) que en los apareamientos de julio y marzo. En cada empadre, el resto de las ovejas que parieron concibieron durante los segundos 18 días, y fueron diferentes entre sí (P < 0.05). En el mismo cuadro se puede observar también que algunas ovejas (entre 5% y 13%) fueron marcadas en ambos periodos. Asimismo, se detectaron otras condiciones, como ovejas que parieron sin haber tenido marcas en la grupa (2.7% en el empadre de noviembre y 4.1% en el de marzo), y también algunas ovejas que no fueron marcadas y no parieron.

En el Cuadro 2 se presenta la información de las ovejas pertenecientes al sistema de apareamiento anual. Se observa que la mayoría de las ovejas fueron marcadas y concibieron en los primeros 18 días del empadre en los dos años evaluados, sin diferencia significativa entre años (P> 0.05). Al igual que en el sistema intensivo, se observó un número reducido de ovejas9 que parieron sin haber sido marcadas y no fueron consideradas en el análisis.

 

La distribución de partos en el sistema intensivo y el anual

Las Figuras 1, 2 y 3 muestran la distribución de los partos en cada uno de los apareamientos del sistema intensivo.

En la Figura 1, correspondiente al parto producto del empadre de noviembre, se observa que en el primer periodo de 18 días ocurrió 75.1% de los partos. En el segundo parto, correspondiente al empadre de julio, hay un cambio importante en la distribución, ya que 50% de los partos se realizó en el primer periodo de 18 días y el 50% restante en el segundo, como se observa en la Figura 2. Finalmente, en el tercer parto el cambio en la distribución es más notorio, al realizarse sólo 19.7% de los partos en el primer periodo de 18 días, y el resto en el segundo, como se aprecia en la Figura 3. La distribución de los partos fue significativamente diferente (P < 0.05) entre los tres empadres. En ninguno de los empadres se encontró diferencia en la condición corporal de las ovejas que parieron en los primeros 18 días, comparadas con las que parieron en los siguientes 18 días (P > 0.05).

En el sistema anual, la distribución de partos fue similar en los dos años, al quedar gestantes la mayoría de las ovejas en el primer periodo de 18 días, que corresponderían a un ciclo estral de cada empadre, por lo mismo, los partos se concentraron en este periodo, como se observa en las Figuras 4 y 5.

 

Niveles de progesterona y actividad reproductiva

Los análisis para determinar las concentraciones de progesterona sólo se realizaron en las muestras del sistema intensivo correspondientes a los apareamientos de julio y marzo, debido a que se consideró innecesario analizar las de los apareamientos de noviembre, ya que la presencia de marcas en la grupa de las hembras indicó que los animales estaban ciclando desde el inicio de los empadres.

Los análisis de la progesterona correspondientes al segundo apareamiento (julio), mostraron dos tipos de comportamiento de acuerdo con el estado de actividad ovárica previa al inicio del empadre; en la Figura 6 se observa el resultado de los análisis de 36% de las ovejas que ya tenían actividad cíclica normal antes y durante el empadre; en la Figura 7 se aprecia el comportamiento de las ovejas que se encontraban en anestro antes del inicio del empadre, y se aprecia que las ovejas presentan al inicio niveles bajos de progesterona, seguidos por aumento súbito y sincronizado a partir de la muestra 6.

En el empadre de marzo, 29.1% de las ovejas muestreadas estaban ciclando normalmente desde antes de iniciar el empadre (Figura 8), mientras que 58.3% de las ovejas estaban en anestro antes de iniciar el empadre, y ovularon en forma sincronizada hacia el final del periodo de muestreo (Figura 9); el 12.5% restante no mostró ninguna elevación en las concentraciones de progesterona durante todo el periodo de muestreo.

 

Discusión

Los resultados del presente estudio demuestran que durante los empadres de marzo y julio se presentó el efecto macho, pues los análisis de progesterona correspondientes al empadre de julio muestran que sólo 36% de las ovejas estaban en actividad cíclica normal antes del empadre, mientras que el resto se encontraban en anestro, pero mostraron un patrón de aumento súbito que se puede atribuir al efecto estimulatorio de los machos. En el empadre de marzo se aprecia con claridad el efecto macho (Figura 8), ya que 58.3% de las ovejas tenían niveles de progesterona muy bajos antes del empadre y en las tres semanas posteriores a su inicio, ello indica una manifiesta falta de actividad reproductiva, que cambia súbitamente al presentarse un patrón claro de aumento hacia el final del muestreo.

El efecto macho que se presentó en dos de los empadres de las ovejas sometidas al sistema de apareamiento intensivo, contribuyó y posibilitó su realización en las épocas del año en las que no todas las ovejas se encontraban en actividad reproductiva.

La presentación de este efecto es importante debido a que la raza Columbia manifiesta reproducción estacional en Estados Unidos de América, donde se originó y se encuentra la mayor población.21 Esto ha llevado a la realización de estudios para inducir la actividad ovárica a través del uso de hormonas, como la melatonina o la manipulación del fotoperiodo.22 Si en México se presenta el mismo tipo de estacionalidad podría existir una limitante importante en la realización del apareamiento de marzo (finales del invierno y principios de primavera), pues corresponde al periodo del anestro estacional. Los resultados de este trabajo sugieren que el éxito de los empadres de primavera en esta raza en México depende, en gran medida, de la respuesta al efecto macho. Louw et al.14 informan del uso de machos vasectomizados en apareamientos de primavera en la raza Corriedale, con objeto de sincronizar los partos.

Otros investigadores, como Pearce y Oldham15, en su revisión sobre el tema, concluyeron que el efecto macho es una forma económica y poderosa para controlar el tiempo de apareamiento, por lo que debe formar parte integral en el rendimiento reproductivo de los rebaños apareados en primavera. En México, Ochoa y Urrutia detectaron en ovejas Rambouillet expuestas súbitamente a un carnero fértil al final del mes de abril (primavera), que 96% de las ovejas presentaron estro, concentrándose 87.5% de éstos entre los días 16 y 26 posintroducción.11

En el presente estudio el efecto macho, si bien se hizo presente en el empadre de julio, fue más notorio en marzo, lo cual fue evidente por la forma como se distribuyeron las marcas en la grupa de los animales, la actividad ovárica manifestada por la progesterona y la distribución de los partos. Sin embargo, es importante mencionar que aparentemente en esta época del año las ovejas no respondieron a la introducción inicial de los machos celadores, respondiendo, por el contrario, al cambio de machos que se produjo al sacar los machos celadores e introducir los machos intactos al inicio del empadre, por ello la ovulación sincronizada se produjo hacia finales del periodo de muestreo; esta respuesta tardó de tres a cuatro semanas más que en las ovejas expuestas a los machos en el empadre de julio. En cabras se ha demostrado que en animales que no están ovulando, a pesar de estar en presencia de machos, se puede inducir la actividad ovárica mediante la exposición de las hembras ante la presencia de nuevos machos.23 Los resultados de este estudio mostraron un anestro menos profundo, similar a lo encontrado por De Lucas et al.,18 quienes, al estudiar cinco razas en una latitud semejante, observaron que la estación de apareamiento estaba recorrida respecto de altitudes altas, concluyendo que en algunos animales se presenta un anestro menos profundo, de ahí que la introducción de machos y el cambio de éstos facilite la respuesta de las hembras para presentar estro y les permita el empadre.

En cuanto a las marcas y la distribución de partos, es claro cómo dentro del periodo de empadre establecido, las ovejas apareadas en la primavera tardan más en quedar gestantes, por lo que la distribución de los partos se cargó hacia su segunda mitad. Gabiña,24 en un rebaño de ovejas de la raza "Rasa Aragonesa" sometido a apareamientos intensivos, encontró un efecto parecido, pues las apareadas en noviembre–diciembre presentaron un intervalo más corto entre la introducción de los machos y la parición (lo que correspondería al primer ciclo estral), que las de marzo–abril y julio–agosto. Dicho autor atribuye este comportamiento a que las ovejas del empadre de noviembre ya estaban ciclando, mientras que las otras requirieron del efecto macho para comenzar a ciclar.

El sistema de apareamiento anual permitió a las ovejas un largo periodo de recuperación después del parto. Además, el empadre se realizó durante la estación natural de apareamiento para diversas razas en el altiplano central de México.18 Lo anterior permitió que en ambos años la mayoría de las ovejas fueran marcadas en los primeros 18 días del periodo de empadre y parieran en los primeros 18 días del periodo de partos, lo que indica que no hubo efecto macho en estos apareamientos.

Los resultados de este trabajo constituyen una llamada de atención para los productores, ya que el efecto macho podría ser de gran utilidad en el manejo del rebaño de cría en sistemas intensivos.

Otro aspecto interesante que debe tomarse en cuenta es el hecho de que aun durante el empadre de marzo, 29.1% de las ovejas se encontraba con actividad ovárica antes de la introducción de los machos, lo que demuestra la existencia de variaciones individuales con respecto a la estacionalidad reproductiva. Este aspecto debe ser considerado en nuevas investigaciones como una posibilidad de selección de ovinos con menor o nula estacionalidad reproductiva.

 

Agradecimientos

Los autores agradecen al ingeniero Lorenzo Yano Bretón las facilidades y el apoyo para la realización de este trabajo, a los MVZ Eva Valdés Loranca, Gonzalo Valenzuela R. y Roberto Gómez Gómez, su apoyo en la toma de datos, así como al personal administrativo y de campo de la explotación. También se agradece el apoyo de las MVZ Susana Rojas Maya y Clara Murcia Mejía, por el procesamiento de las muestras de progesterona.

 

Referencias

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