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Ginecología y obstetricia de México

versión impresa ISSN 0300-9041

Ginecol. obstet. Méx. vol.87 no.12 Ciudad de México dic. 2019  Epub 30-Ago-2021

https://doi.org/10.24245/gom.v87i12.2748 

Artículo de revisión

Istmocele: una revisión sistemática de la literatura

Istmocele: a systematic review of literature

Tamar Alkon-Meadows1  2 

Martha Luna-Rojas1 

Carlos Hernández-Nieto1 

Benjamin Sandler1  3 

1 Reproductive Medicine Associates on New York, Mexico.

2 Eastern Virginia Medical School, The Jones Institute for Reproductive Medicine, Norfolk, Virginia, USA.

3 Obstetrics, Gynecology and Reproductive Science, Icahn School of Medicine at Mount Sinai, New York, USA.


Resumen

OBJETIVO:

Revisar la bibliografía de la prevalencia, factores de riesgo, síntomas, diagnósticos y tratamiento de las pacientes con istmocele.

MÉTODO:

Búsqueda electrónica en las bases de datos: PubMed, EMBASE y Google Scholar. Se utilizaron los siguientes términos, palabras y sus combinaciones: “Cesarean section defect, uterine niche, isthmocele, uterine sacculation, uterine diverticulum, uterine pouch, isthmocele diagnosis, segmentocele y isthmocele treatment”. La variable primaria estudiada fueron los síntomas asociados con el istmocele. Las variables secundarias: prevalencia, factores de riesgo, diagnóstico y tratamiento.

RESULTADOS:

Se reunieron 549 artículos de los que se eliminaron 288 por duplicidad y 228 no cumplieron los criterios de inclusión; al final solo se analizaron 33 artículos. El istmocele tiene una prevalencia de 15 a 84% en mujeres con antecedente de cesárea. Su incidencia se correlaciona directamente con la cantidad de cesáreas previas. Su aparición puede ser sintomática o asintomática. La manifestación clínica más común es el sangrado uterino anormal, que sucede en 28.9 a 82% de los casos. Incluso 88% se diagnostican en el ultrasonido transvaginal. La histeroscopia quirúrgica se asoció con disminución de los síntomas en 56.9 a 100%.

CONCLUSIONES:

El istmocele suele identificarse de manera fortuita en el ultrasonido transvaginal y casi siempre es asintomático. Puede ocasionar sangrado uterino anormal e infertilidad secundaria. Su prevalencia depende del método diagnóstico utilizado. La histeroscopia es el método de tratamiento más efectivo.

PALABRAS CLAVE: Istmocele; prevalencia de factores de riesgo; cesárea; enfermedades uterinas; infertilidad; hemorragia uterina

Abstract

OBJECTIVE:

Review the literature on the prevalence, risk factors, symptoms, diagnoses and treatment of patients with isthmocele.

METHOD:

An electronic search was performed using the following databases: PubMed, EMBASE and Google Scholar. The following terms, words and their combinations were used: "Cesarean section defect, uterine niche, isthmocele, uterine sacculation, uterine diverticulum, uterine pouch, isthmocele diagnosis, segmentocele y isthmocele treatment”. The primary outcome was the symptoms associated with a cesarean scar defect. The secondary outcomes were prevalence, risk factors, diagnosis and treatment of istomocele.

RESULTS:

549 articles were collected, of which 288 were eliminated due to duplication and 228 did not meet the inclusion criteria; In the end, only 33 articles were analyzed. A prevalence of 15 to 84% was found in women with a previous caesarean section. The prevalence of this alteration is correlated with the number of cesarean sections; the greater the number of caesarean sections, the greater the risk of developing an isthmocele. Its presence can be symptomatic or asymptomatic. The most common symptom is abnormal uterine bleeding, occurring in a 28.9% to 82% of the patients. Up to 88% of cases are diagnosed by a transvaginal ultrasound. A surgical hysteroscopy was associated with a 56.9% to a 100% improvement of symptoms.

CONCLUSIONS:

Isthmocele is commonly identified incidentally through a transvaginal ultrasound and is usually asymptomatic. It can cause abnormal uterine bleeding and secondary infertility. Its prevalence depends on the diagnostic method used. A surgical hysteroscopy is the most effective treatment method.

KEYWORDS: Isthmocele; Prevalence risk factors; Cesarean section; Uterine diseases; Infertility; Uterine hemorrhage

ANTECEDENTES

En las últimas décadas, la incidencia de la cesárea se ha incrementado de manera muy significativa. Se reporta una tasa promedio de 30% con límites entre 6.2 y 36% en los países industrializados.1 Esta creciente tasa ha estimulado el interés en una complicación frecuente denominada istmocele. El istmocele, o defecto en la cicatrización de la incisión de la cesárea, fue descrito por primera vez en 1995 por Morris y consiste en un reservorio ubicado en la pared anterior del istmo uterino localizado en el sitio de la incisión de la cesárea.2 Su frecuencia va de 0.6 a 3.8% y se manifiesta con sangrado uterino anormal o intermenstrual.3-6 Otros síntomas menos frecuentes son: dismenorrea, dispareunia e infertilidad secundaria. La intensidad de los síntomas está directamente relacionada con el tamaño del defecto.7-10 Los defectos pequeños pueden ser asintomáticos. 11 También se asocia con complicaciones obstétricas: placenta previa, ruptura uterina, dehiscencia de la herida y embarazo ectópico en el istmocele.10

El antecedente de cesárea ayuda a orientar el diagnóstico y descartar otras posibles causas: quiste ovárico, miomatosis uterina, pólipos, hiperplasia endometrial, entre otras.12 Para evaluar la integridad de la cavidad uterina pueden utilizarse métodos de visualización: ultrasonido transvaginal, hidrosonograma e histeroscopia.12,13,14 El ultrasonido es el método diagnóstico más utilizado.13 En el examen ultrasonográfico, el defecto de la cicatriz uterina se identifica por la existencia de un “nicho”, que se observa como una zona hipoecogénica triangular en el área supuesta de la cicatriz uterina (Figura 1).12 El ápice de la zona triangular está, generalmente, orientado a la pared anterior del útero, y la base apunta a la cavidad uterina o al canal cervical. Se considera un defecto grande cuando mide más de 2.5 mm. La profundidad y la amplitud del defecto pueden evaluarse mediante un hidrosonograma o histeroscopia (Figura 2). 14 La histeroscopia, a su vez, puede ser terapéutica.15,16

Figura 1 Segmentocele identificado mediante ultrasonido transvaginal. 

Figura 2 Segmentocele identificado mediante hidrosonograma. 

El objetivo de este artículo fue: revisar exhaustivamente la bibliografía disponible acerca de la prevalencia, factores de riesgo, síntomas y diversos tratamientos del istmocele, utilizando distintos métodos diagnósticos

METODOLOGÍA

En febrero de 2018 se efectuó una búsqueda electrónica en: PubMed, EMBASE y Google Scholar. Se utilizaron los siguientes términos, palabras y sus combinaciones: "Cesarean section defect, uterine niche, isthmocele, uterine saculation, uterine diverticulum, uterine pouch, isthmocele diagnosis, segmentocele y isthmocele treatment”. La búsqueda se limitó a ensayos clínicos, estudios de cohorte (prospectivos y retrospectivos) y transversales publicados entre 1990 y enero de 2018.

La selección de estudios consistió en artículos de prevalencia, factores de riesgo, síntomas, diagnóstico y tratamiento del istmocele en mujeres no embarazadas. Se excluyeron los reportes de casos, videos y revisiones bibliográficas. Los estudios se seleccionaron en un proceso de dos etapas por dos investigadores. Primero, la elegibilidad se evaluó en función de los títulos y resúmenes. Posteriormente, se obtuvieron artículos completos para todos los estudios seleccionados y se tomó la decisión de incluirlos después de examinar los documentos completos. Debido a que no hubo discrepancia no fue necesario incluir a otro investigador.

Se analizaron los artículos publicados y se obtuvieron los siguientes datos: diseño del estudio, año de publicación, cantidad de pacientes, síntomas, métodos de diagnóstico y tratamiento. La variable primaria estudiada fueron los síntomas asociados al istmocele. Las variables secundarias analizadas fueron: prevalencia, factores de riesgo, diagnóstico y tratamiento del istmocele.

Para reportar los métodos, resultados y discusión se utilizó la declaración de PRISMA (Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-analysis).17 Para obtener una impresión de la calidad de los estudios incluidos se recurrió a la declaración STROBE (Strengthening the Reporting of Observational Studies in Epidemiology). 18

RESULTADOS

Mediante la búsqueda en PubMed, EMBASE y Google Scholar se encontraron 549 publicaciones. Después de revisar los 549 artículos, se eliminaron 288 por duplicidad y 228 no cumplieron los criterios de inclusión. Al final solo quedaron 33 artículos. Figura 3

Figura 3 Diagrama de flujo de la búsqueda y selección de artículos. 

Prevalencia

La prevalencia del istmocele está reportada en 15 artículos. En 7 se describe al istmocele mediante ultrasonido transvaginal o hidrosonograma en mujeres asintomáticas, con antecedente de cesárea (Cuadro 1). Siete artículos describen la prevalencia del istmocele mediante ultrasonido transvaginal, hidrosonograma o histeroscopia en mujeres sintomáticas posterior a una cesárea. Cuadro 2.

Cuadro 1 Prevalencia de istmocele en mujeres asintomáticas con antecedente de cesárea previa 

Autor Tipo de estudio Pacientes Población Definición del istmocele Resultados
Chen et al, 199031 Cohorte prospectivo n = 47 Mujeres con antecedente de cesárea previa Protrusión hacia afuera, retracción hacia adentro,
protrusión hacia adentro,
hematoma y defecto de cuña
7 de 47 tuvieron protrusión hacia afuera,
3 de 47 protrusión hacia adentro,
2 de 47 hematoma, 2 de 47 retracción
hacia adentro y 10 de 47 defecto de cuña
Armstrong et al, 200311 Casos y controles n = 32 Pacientes con antecedente de cesárea previa Demostración ultrasonográfica de retención de
líquido en el sitio de la cicatriz de la cesárea
14 de 32 pacientes se diagnosticaron con
ultrasonido transvaginal
Regnard et al, 200432 Cohorte prospectivo n = 33 Antecedente de cesárea previa Zona hipoecogénica triangular en el
área supuesta de la cicatriz uterina
20 de 33 se diagnosticaron con hidrosonograma
Menada Valenzano et al, 200630 Casos y controles n = 217 101 mujeres con antecedente de
parto y 116 con cesárea previa
Área anecoica en el sitio de la incisión 60% de las mujeres con antecedente
de cesárea previa y diagnóstico mediante hidrosonograma.
Prevalencia similar en mujeres con
antecedente de cesárea de 3 a 12 meses y 1 a 10 años
Osser et al, 20099 Casos y controles n = 287 125 pacientes con antecedente de
parto y 162 con cesárea previa
Cualquier defecto en el área de la cicatriz de la cesárea 60% con diagnóstico con ultrasonido transvaginal
Osser et al, 201014 Cohorte prospectivo n = 108 Antecedente de cesárea previa
de 6-9 meses de evolución
Defecto en la cicatriz de la cesárea
observado por ultrasonido transvaginal e hidrosonograma
70% con diagnóstico con ultrasonido
transvaginal. 84% mediante hidrosonograma
Bij de Vaate et al, 20113 Cohorte prospectivo n = 225 Mujeres con antecedente de cesárea
seleccionadas al azar
Área anecoica en el sitio de la incisión
≥ 1mm de profundidad
24% con diagnóstico con ultrasonido
transvaginal. 56% con hidrosonograma

Cuadro 2 Prevalencia del istmocele en mujeres sintomáticas con cesárea previa 

Autor Tipo de estudio Pacientes Población Definición del istmocele Resultados
Monteagudo et al, 200120 Cohorte prospectivo n = 44 Mujeres con cesárea previa e hidrosonograma
indicado por síntomas
Área anecoica en el sitio
de la incisión
33 de 44 mujeres con sangrado
uterino anormal e istmocele diagnosticado en el hidrosonograma
Fabres et al, 20038 Cohorte retrospectivo n = 92 Cesárea previa y diagnóstico de istmocele
mediante ultrasonido
transvaginal. A 40 de 92 pacientes
con sangrado uterino anormal
se realizó histeroscopia
Área anecoica en el sitio de la incisión Todas las pacientes tuvieron correlación
mediante el ultrasonido
transvaginal y la visualización mediante
histeroscopia. 30 de 92 tenían infertilidad secundaria
Wang et al, 200912 Transversal n = 207 Cesárea previa y síntomas Zona hipoecogénica triangular en el
área supuesta de la cicatriz uterina
El tamaño del defecto fue significativamente
mayor en las mujeres con
sangrado uterino anormal,
dismenorrea y dolor pélvico crónico
Chang et al, 200921 Cohorte prospectivo n = 57 Sangrado uterino anormal posterior
a una cesárea
Zona hipoecogénica triangular en el
área supuesta de la cicatriz
uterina
En 50 de 57 pacientes se demostró
el istmocele en el hidrosonograma
Borgues et al, 201035 Cohorte prospectivo n = 47 Cesárea previa y sangrado uterino anormal
de 2 a 25 años de evolución
Área anecoica en el sitio de la incisión 80% de mujeres con antecedentes de
cesárea diagnosticado mediante
histeroscopia
Uppal et al, 201133 Cohorte prospectivo n = 71 Mujeres sintomáticas con cesárea previa Colección de líquido en el área de
la cicatriz de la cesárea
En 29 de 71 el diagnóstico fue con
ultrasonido transvaginal
El-Mazny et al, 201134 Transversal n = 75 Cesárea previa y síntomas Defecto de llenado en la cavidad
mediante un hidrosonograma.
Posteriormente se correlacionó mediante
histeroscopia
20 de 75 se diagnosticaron con
hidrosonograma, 23 de 75 con
histeroscopia. En 72 de 75 hubo correlación
entre ambos estudios

La prevalencia reportada va de 15 a 84% en mujeres asintomáticas con antecedente de cesárea. 3,8 Con el ultrasonido transvaginal como método diagnóstico se encontró una frecuencia de 24 a 70%.3,19 Mediante el hidrosonograma la frecuencia fue de 56 a 84%.14,20 La frecuencia en mujeres sintomáticas resultó ser mayor que en las asintomáticas. Se apreció una correlación de 100% entre el ultrasonido transvaginal y la histeroscopia como método diagnóstico y 96% de correlación entre el hidrosonograma y la histeroscopia.8,21

La forma geométrica del istmocele reportada con mayor frecuencia en el ultrasonido transvaginal e hidrosonograma fue la triangular. Osser y su grupo reportaron que 83% de los istmoceles son triangulares y que la forma descrita no varía entre ambos métodos diagnósticos.9

Factores de riesgo de istmocele

Entre los factores predisponentes más comunes de istmocele están las cesáreas previas, duración del trabajo de parto (≥ 5 horas), administración de oxitocina, técnica de sutura de la incisión de la cesárea, semanas de embarazo, entre otros. Cuadro 3

Cuadro 3 Factores predisponentes para la formación de un istmocele 

Autores Tipo de estudio Pacientes Población Variables estudiadas Resultados
Monteagudo, et al. 200120 Cohorte prospectivo n = 44 Mujeres con cesárea previa e indicación
de hidrosonograma por síntomas
Asociación entre el número de
cesáreas previas, el tamaño del
istmocele y alteraciones en la
cicatrización de la herida
No encontraron correlación entre
el número de cesáreas y el tamaño del istmocele.
Yazicioglu et al, 200623 Ensayo controlado aleatorizado n = 137 Cesárea previa Asociación entre distintas técnicas
de sutura, dilatación cervical y
su asociación con la formación de un istmocele
La sutura de dos capas,
así como una dilatación cervical avanzada
disminuyen la incidencia del istmocele
Hayakawa et al, 200622 Cohorte prospectivo n = 137 Cesárea previa Evaluación entre distintas técnicas
de sutura, preeclampsia y edad
materna, embarazo múltiple y su asociación
con la formación de un istmocele
La sutura de dos capas disminuye
el riego de la formación de un nicho.
La edad materna avanzada, preeclampsia y el
embarazo múltiple incrementaron
el riesgo de istmocele
Ofili-Yebovi et al, 200810 Cohorte prospectivo n = 324 Cesárea previa Alteraciones en la cicatrización de la herida,
posición uterina y
cesáreas previas y su asociación con la
formación de un istmocele
Asociación entre el útero en retroflexión
y múltiples cesáreas y la
formación de un nicho uterino.
Wang et al, 200912 Transversal n = 207 Cesárea previa y síntomas Asociación entre el tamaño del defecto,
la posición uterina y diabetes
materna previas y su asociación con la
formación de un istmocele
El tamaño del defecto fue significativamente
mayor en mujeres con múltiples cesáreas
al igual que en mujeres con útero en retroflexión
Di Spiezio et al, 20171 Metaanálisis n = 3969 Cesárea previa Asociación entre distintas técnicas de
sutura y la formación de un istmocele
Incidencia similar de defectos de la
cicatriz de la cesárea entre
ambas formas de sutura, así como la
dehiscencia y ruptura uterina en un
embarazo posterior

La prevalencia se correlaciona con la cantidad de cesáreas previas; a mayor cantidad de cesáreas, mayor riesgo de istmocele. El 100% de las mujeres a quienes se practicaron más de tres cesáreas resultaron con istmocele. 10 Wang CB y sus coautores reportaron una correlación entre la cantidad de cesáreas previas y el tamaño del istmocele. 13 Sin embargo, Monteagudo y su grupo no encontraron la misma correlación. 20 También se encontró una predisposición más elevada para la formación de un istmocele en pacientes con edad materna avanzada y mujeres con útero en retroflexión.10,13

Por lo que se refiere a las distintas técnicas de sutura de la incisión, hay discrepancia en lo encontrado en la bibliografía. Un estudio prospectivo reportó que la sutura de dos capas disminuye la incidencia del istmocele. 22 Yazicoglu y sus colaboradores reportaron una incidencia similar de defectos de la cicatriz de la cesárea posterior al cierre de una y dos capas de la incisión uterina, así como dehiscencia y ruptura uterina en un embarazo posterior. 23

Hayakawa y su grupo analizaron algunos de los factores predisponentes a la cicatrización inadecuada: infecciones, índice de masa corporal elevado, diabetes gestacional y consumo de esteroides durante el embarazo y su correlación con la formación de un nicho uterino. Ninguno de esos factores tuvo una relación con la aparición del istmocele por lo que no pueden considerarse factores predisponentes para su inicio. 22 Tampoco se encontró asociación entre placenta previa, ruptura prematura de membranas, peso fetal, tipo de incisión de la cesárea y la formación de un istmocele. 1

Síntomas

El istmocele se asocia con múltiples alteraciones anatómicas y funcionales: ensanchamiento del segmento uterino bajo, infiltración linfocítica, dilatación de los capilares, glóbulos rojos libres en el estroma endometrial y endometrio congestionado en el área de la cicatriz. Estos defectos anatómicos se relacionaron con los síntomas: sangrado uterino anormal, dolor pélvico crónico e infertilidad secundaria. Cuadro 4

Cuadro 4 Síntomas y su asociación con el istmocele 

Autores Tipo de estudio Pacientes Población Variables estudiadas Resultados
Monteagudo et al, 200120 Casos y controles n = 44 Mujeres sintomáticas con cesárea
previa e hidrosonograma
Tasa de sangrado uterino anormal
en mujeres con istmocele
33 de 44 mujeres con istmocele tuvieron
uterino anormal
Fabres et al, 20038 Cohorte retrospectivo n = 92 Pacientes con cesárea previa Asociación entre istmocele y sangrado
uterino anormal e infertilidad
30 de 92 mujeres con istmocele
tuvieron infertilidad y 75 de 92
manifestaron sangrado uterino anormal
Menada Valenzano et al, 200630 Casos y controles n = 217 (101 con antecedente de parto vaginal,
116 con antecedente de cesárea previa)
Pacientes con cesárea previa Correlación entre cambios morfológicos
asociados a la cesárea y
sangrado uterino anormal
No se encontró correlación entre el
istmocele y el sangrado uterino anormal
Gubbini et al, 20084 Cohorte prospectivo n = 9 Pacientes con cesárea previa Correlación entre un istmocele e
infertilidad secundaria
Se encontró correlación entre ambos
Wang et al, 200913 Transversal n = 207 Pacientes con cesárea previa y síntomas Asociación entre el tamaño del istmocele
y los síntomas
El tamaño del defecto fue significativamente
mayor en las mujeres con
sangrado uterino anormal, dismenorrea y
dolor pélvico crónico.
Bij de Vaate et al, 20113 Cohorte prospectivo n = 225 Pacientes con cesárea previa seleccionadas
al azar
Asociación entre istmocele y sangrado
uterino anormal
La tasa de sangrado postmenstrual fue
significativamente mayor en
mujeres con istmocele comparado con las
que no lo tuvieron (33.6 vs15.2%)
Gubbini et al, 20115 Cohorte prospectivo n = 40 Mujeres con antecedente de cesárea Asociación entre el istmocele e infertilidad
secundaria y su tratamiento con
histeroscopia terapéutica
Se encontró una correlación entre
ambas patologías y su corrección
mediante histeroscopia

En mujeres con istmocele se encontró sangrado uterino anormal en 28.9 a 82%, que es la manifestación clínica más común.3,8,20 Esta alteración puede predisponer a un depósito de sangre y desechos menstruales dentro del defecto lo que se asocia con disminución de la contractilidad uterina secundaria al tejido fibrótico, alrededor de la cicatriz de la cesárea, lo que alienta el drenaje del flujo menstrual y provoca sangrado uterino anormal.3 Morris propuso que el sangrado se debe a la producción in situ que ocasiona sangrado intermitente. 2 El manchado intermenstrual es más frecuente en pacientes con defectos más grandes. 6

La dismenorrea y el dolor pélvico crónico también se han relacionado con este padecimiento. Morris sugiere que estos síntomas se relacionan con la fibrosis e inflamación que causa el istmocele. 2 Wang demostró una correlación entre istmoceles grandes y el dolor pélvico crónico en 36.9%, dismenorrea en 53% y dispareunia en 18.3%.12

En pacientes con istmocele también se ha descrito infertilidad secundaria, quizá por la existencia de moco, material viscoso acumulado dentro del nicho y cambios inflamatorios en el tejido endometrial. 2

Tratamiento

Para corregir esta alteración se han propuesto varias estrategias terapéuticas: terapia de reemplazo hormonal, laparoscopia, reparación vía vaginal, histeroscopia e histerectomía. Cuadro 5

Cuadro 5 Tratamiento quirúrgico del istmocele 

Autores Tipo de estudio Pacientes Síntomas Procedimiento Resultados
Fabres et al, 200515 Cohorte retrospectivo n = 24 Sangrado uterino anormal e infertilidad secundaria Histeroscopia En 20 de 24 pacientes desaparecieron los síntomas
Gubbini et al, 20084 Cohorte prospectivo n = 9 Sangrado postmenstrual Histeroscopia En las 9 pacientes desaparecieron
los síntomas
Wang et al, 201113 Cohorte retrospectivo n = 57 Sangrado uterino anormal Histeroscopia En 39 de 57 pacientes desaparecieron
los síntomas
Luo et al, 201227 Cohorte retrospectivo n = 42 Sangrado uterino anormal Ismoplastía vaginal En 39 de 42 pacientes desaparecieron
los síntomas
Feng et al, 201216 Cohorte retrospectivo n = 57 Sangrado uterino anormal Histeroscopia En 30 de 57 pacientes desaparecieron
los síntomas
Raimondo et al, 201528 Cohorte prospectivo n = 120 Sangrado uterino anormal y dolor pélvico crónico Histeroscopia En 87% de las pacientes desaparecieron
los síntomas

La terapia de reemplazo hormonal se reserva para pacientes con defectos pequeños (miometrio residual mayor de 3 mm). No se considera un tratamiento definitivo y la mayoría de las pacientes refieren persistencia de los síntomas. 24 Por esto la mayoría de los autores recomiendan la histeroscopia en las pacientes que desean un embarazo futuro, pues se considera un procedimiento de mínima invasión con disminución de los síntomas en 59.6 a 100% (Cuadro 5) y tasa de embarazo de 77.8 a 100% de los casos. Cuadro 6

Cuadro 6 Tasa de embarazo posterior a la corrección quirúrgica del istmocele 

Autores Tipo de estudio Pacientes Procedimiento realizado Resultados
Fabres et al, 200515 Cohorte retrospectivo De 24 pacientes 11
buscaron el embarazo
Histeroscopia 20 de 24 pacientes se embrazaron
posterior a la reparación quirúrgica
Gubbini et al, 20084 Cohorte prospectivo n = 9 Histeroscopia 7 de 9 pacientes se embrazaron posterior
a la reparación quirúrgica
Gubbini et al, 20115 Cohorte prospectivo n = 40 Histeroscopia Todas las pacientes se embrazaron
posterior a la reparación quirúrgica

Otra alternativa terapéutica es la corrección del defecto mediante laparoscopia. Esta técnica, por lo general, se reserva para defectos de mayor tamaño (miometrio residual menor de 3 mm). 25 Con esta técnica quirúrgica se reportó disminución de los síntomas, incluso en 83% de los casos.

Para corregir este defecto también puede recurrirse a la ismoplastia vaginal, que es un procedimiento de mínima invasión. 26 Se reporta disminución de los síntomas, incluso en 93% de las pacientes. 27

DISCUSIÓN

La creciente prevalencia del istmocele y, por tanto, de sus complicaciones ginecológicas y obstétricas es alarmante. En la actualidad no se dispone de criterios diagnósticos específicos y, aunque la mayoría de los autores coincide que un defecto grande es el que involucra más de 50% del grosor de la pared, aún hay discrepancias para considerar grande a un istmocele. 14 La mayor parte de la bibliografía coincide en que la forma geométrica más común del istmocele es la triangular que, por ultrasonido, se aprecia como imagen anecoica de por lo menos 1 mm de profundidad. 13 Se sugiere que el mejor momento del ciclo menstrual para diagnosticar esta afección es durante la fase folicular temprana. El ultrasonido transvaginal es el método más sencillo y común utilizado para su diagnóstico.13,14 Sin embargo, la histeroscopia es la más eficiente porque es terapéutica, a su vez. 15

A pesar de que se han descrito múltiples factores predisponentes, la bibliografía coincide en que el antecedente de múltiples cesáreas es el factor con mayor relevancia. Las pacientes con antecedentes de múltiples cesáreas tienen istmoceles de mayor tamaño. La relación entre las distintas técnicas de sutura de la incisión y la aparición del istmocele es inconclusa. Di Spiezio y sus coautores concluyen que la incidencia del istmocele, posterior a la sutura de una o dos capas, es la misma. La sutura de una sola capa no se correlaciona con nichos de mayor tamaño. 1

El sangrado uterino anormal es la manifestación clínica más común. La asociación entre el sangrado y el istmocele se debe a la retención sanguínea dentro del nicho y a la producción in situ de sangre dentro del mismo. Otros síntomas reportados son: dismenorrea, dispareunia, dolor pélvico crónico e infertilidad secundaria.11-14 La infertilidad secundaria quizá se deba a la persistencia de sangre menstrual en el cuello uterino, que afecta la calidad del moco cervical, obstruye el transporte espermático a través del canal cervical, afecta la cualidad espermática e, incluso, la implantación embrionaria.2 Efectivamente, el istmocele se distingue por la existencia de múltiples vasos sanguíneos, mucosidad y, con frecuencia, sangre retenida dentro del nicho. 3 Por lo tanto, surge la hipótesis de que la sangre acumulada se llega a extender dentro de la cavidad endometrial creando un ambiente tóxico para el embrión que impide su implantación. También se ha reportado, histológicamente, la existencia de infiltración inflamatoria en 78%, fibrosis en 17%, tejido necrótico en 17.1% y endometriosis en 5% de los casos. 21 Se cree que estos cambios histológicos son la causa principal de la falla en la implantación y otra causa de infertilidad en estas pacientes.

Para corregir el istmocele se han propuesto varias estrategias terapéuticas, entre ellas el reemplazo hormonal, la laparoscopia, la histeroscopia y la histerectomía. La histeroscopia es el método más utilizado, con una tasa de 56.7 a 100% de efectividad. Más aún, Gubbini y su grupo reportan una tasa de 100% de embarazos espontáneos 12-24 meses después de la reparación de este defecto. 5 Raimondo y colaboradores informan una tasa de embarazo de 71% (incluidos 14 casos de embarazos espontáneos y 3 posteriores a tratamiento de reproducción asistida) luego de la corrección de este defecto. Se recomienda el tratamiento quirúrgico en pacientes que desean un embarazo a futuro.28,29

Se requieren más estudios para establecer el efecto fisiológico del istmocele en el endometrio y en los embarazos futuros. Es indispensable difundir su existencia, estandarización de su definición, métodos diagnósticos y terapéuticos para proporcionar a las pacientes el tratamiento que a cada una corresponda.

CONCLUSIÓN

El istmocele es una complicación frecuente, posterior a una cesárea. Su prevalencia depende del método diagnóstico utilizado. Es causa de sangrado uterino anormal, dismenorrea, dispareunia, dolor pélvico crónico e infertilidad secundaria. La infertilidad se asocia con obstrucción cervical y tejido inflamatorio que impide la implantación. La histeroscopia es el método de tratamiento más efectivo. Tiene buen pronóstico para disminuir los síntomas y mejorar la fertilidad futura, posterior a su corrección. Para establecer su fisiopatología, implicaciones clínicas, estandarizar criterios diagnósticos y terapéuticos se requieren más estudios, al igual que para evaluar sus implicaciones en tratamientos de reproducción asistida.

REFERENCIAS

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1Este artículo debe citarse como Alkon-Meadows T, Luna-Rojas M, Hernández-Nieto C, Sandler B. Istmocele: una revisión sistemática de la literatura. Ginecol Obstet Mex. 2019 diciembre;87(12):820-831. https://doi.org/10.24245/gom.v87i12.2748

Recibido: Noviembre de 2018; Aprobado: Agosto de 2019

Correspondencia Tamar AlkonMeadows talkon@rmany.com

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