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Hidrobiológica

Print version ISSN 0188-8897

Hidrobiológica vol.21 n.3 Ciudad de México Sep./Dec. 2011

 

Un panorama gráfico de las algas de agua dulce de México

 

A graphic panorama of the freshwater algae from Mexico

 

Eberto Novelo1 y Rosaluz Tavera2

 

1 Departamento de Biología Comparada. Facultad de Ciencias, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). A.P. 70-474, CU, Coyoacán, D.F., 04510. México. e-mail: enm@fciencias.unam.mx

2 Departamento de Ecología y Recursos Naturales Facultad de Ciencias, UNAM.

 

Recibido: 2 de junio de 2011.
Aceptado: 1 de septiembre de 2011.

 

RESUMEN

El conocimiento actual sobre las algas dulceacuícolas de México es muy desigual desde varios puntos de vista, a pesar de su reconocido potencial como indicadores de condiciones ambientales y de constituir la parte basal de las cadenas tróficas en los ambientes acuáticos. La mayor cantidad de registros de algas procede de la zona central del país, con cinco estados que reúnen más del 56% del total de los mismos. Las Bacillariophyta son el grupo con mayor número de registros, tanto a nivel estatal como nacional. A esta desigualdad hay que agregar que el grado de documentación que se tiene de las especies en general es deficiente. Existen registros de especies de los que sólo se conoce el nombre y cuya descripción o ilustración no ha sido posible ubicar, ni con los recursos de búsqueda documental recientes. El panorama gráfico que aquí presentamos resalta el grado de conocimiento que se tiene de las algas por estados, por grupos y por ambientes más estudiados; la discusión se sustenta con algunos análisis de las causas que influyen en el conocimiento deficiente de las algas dulceacuícolas de México.

Palabras clave: Algas dulceacuícolas, catálogos, ficoflorística, México.

 

ABSTRACT

The actual knowledge about the freshwater algae of Mexico is very uneven from various points of view, despite its recognized potential as indicators of environmental conditions and to be the basal part of trophic chains in aquatic environments. The largest number of records of algae is in the central area of the country, with five states comprising more than 56% of total number of records. The Bacillariophyta are the group with the highest number of records, both nationally and by number of states. To this inequality, must be added that there is generally a poor level of documentation of species. There are records with the species name only and whose description or illustration has not been possible to locate, even with the recent documentary search resources. The graphical review presented highlights the degree of knowledge we have of the algae by states, taxonomical groups and the most studied environments; the discussion is supported with some analysis of the causes that affect the poor knowledge of freshwater algae in Mexico.

Key words: Freshwater algae, catalogs, phycofloristics, Mexico.

 

INTRODUCCIÓN

Las algas continentales de México han sido objeto de estudio y registro desde 1843. Aunque son un elemento clave de la base de la pirámide trófica de ambientes acuáticos y se reconoce su importancia como indicadores de condiciones ambientales, el conocimiento de estos grupos ha crecido con un ritmo lento, pues hablamos de un periodo de 168 años. Sin embargo, diversas compilaciones y recuentos muestran que el interés por las algas se ha mantenido en aumento, a juzgar por el número de registros de especies. Ortega (1984), reportó un total de 718 especies para el periodo 1843-1977. Pedroche et al. (1993) registraron 1,102 especies de agua dulce (un incremento de 384 especies en 16 años); Pedroche et al. (2009), registraron 2,447 nombres (un incremento de 1,345 nombres en los siguientes 16 años) y de acuerdo con nuestros registros, a la fecha existen 3,256 nombres, es decir 809 registros más en los siguientes dos años. Ciertamente, para percatarnos de esta situación nos apoyamos en el avance en los sistemas de recuperación documental con los que se cuenta ahora (bases de datos, servicios bibliotecarios más eficientes, publicaciones en línea, etc.) (Fig. 1).

Pedroche y colaboradores (1993) reportaron que la contribución mexicana de especies de algas dulceacuícolas a la biodiversidad mundial (medida como descripciones originales) era muy modesta (apenas dos especies) para el periodo 1977-1993. Actualmente la situación es distinta, con un total de 65 especies nuevas descritas de 1993 a la fecha. Sin embargo, nuestra experiencia nos indica que el número de especies por describir puede ser mucho mayor a 3.6 por año y en el caso de las algas de agua dulce aún podemos pensar que existen en México géneros todavía no descritos (Tabla 1).

Otro índice del avance del conocimiento florístico en nuestro país es el número de trabajos publicados, que evidentemente es consecuente con el avance de los registros de las especies. Garduño Solórzano et al. (2003) y Novelo (2003) hicieron recuentos sobre la bibliografía ficológica de agua dulce, posteriores al trabajo de Ortega (1984); de acuerdo con esos recuentos, se reporta que en el curso de 34 años, 220 autores han publicado 123 artículos y 50 tesis con registros de especies, lo que promedia de 3 a 5 trabajos por año, según se consideren sólo artículos o artículos y tesis. Aunque la producción no es de ningún modo impactante, parece que la continuidad en los estudios es lo que ha soportado la tendencia que observamos en la Figura 2.

 

MÉTODOS

La información presentada en este trabajo está organizada de acuerdo a las propuestas recientes de clasificación de las algas. Algunas de éstas, como la presentada en AlgaeBase (Guiry & Guiry 2011) requieren de mayor consenso, pues aun es incipiente la investigación en aspectos moleculares y su correspondencia con las morfologías utilizadas en las taxonomías clásicas, de manera que muchas de las relaciones entre grupos van a modificarse.

Para evitar confusiones y el uso de "incertae sedis", hemos preferido una estructura sistemática sencilla usando las ocho divisiones algales más utilizadas (Hoek et al. 1995; John et al. 2002; Wehr & Sheath 2003): Cyanoprokaryota, Rhodophyta, Chlorophyta (que incluye Charophyceae), Euglenophyta, Heterokontophyta, Bacillariophyta, Cryptophyta y Dinophyta.

El cuerpo de la información está reunido en dos bases de datos principales: NTFico y Taxfich, ambas manejadas con Reference Manager v. 11.1 (2004) y ambas mantenidas por los autores y cuya información está disponible a solicitud. La primera reúne las referencias bibliográficas (a la fecha con un total de 14,050 entradas) y la segunda, los registros de las especies (a la fecha con un total de 11,303 entradas con especies de todo el mundo). Es de notar que cada entrada puede tener varios registros, lo que permite una recuperación de información casi inmediata (a diferencia de las bases de datos tabulares, cuya captura es sencilla, pero la recuperación requiere de varios pasos). Los resúmenes de información (búsquedas o vistas en otros tipos de bases) producen listados y matrices de agrupación que pueden visualizarse con otros programas informáticos. En la base Taxfich se aplica una calificación a las referencias, lo que permite saber si una especie ha sido descrita e ilustrada en la literatura mexicana o si requerimos buscar otras fuentes para conocerla.

 

RESULTADOS

En los ambientes continentales mexicanos se han registrado 3,256 taxa, en 203 publicaciones dentro del periodo 1847-2011. Muchos de los registros previos a 1974 fueron incorporados por Ortega en su Catálogo de Algas Continentales Recientes (1984). Estimamos tener en nuestras bases una cobertura aproximada del 95% de las publicaciones formales, y aunque registramos 52 tesis de licenciatura y de posgrado, es evidente que no es el total. Las especies fueron publicadas en artículos de revistas, tesis, capítulos de libros, libros, publicaciones informales y reportes técnicos (Fig. 3). Los taxa registrados, eliminando los sinónimos, hacen un total de 2,974 y su proporción se muestra en la Figura 4.

La información disponible para cada una de las especies es muy heterogénea, desde una simple mención hasta descripciones morfológicas completas, así como descripciones de su ciclo de vida y de sus condiciones ecológicas. Las ilustraciones tampoco son uniformes, ya que van desde esquemas desproporcionados hasta microfotografías y micrografías, pasando por dibujos cuidadosos y muy bien documentados. La información sobre los taxa registrados se muestra en la Figura 5, en la cual es posible notar que 26% de los registros no cuenta con descripciones.

En cuanto a la información relativa a los tipos de hábitat en los que las algas se presentan, podemos decir lo siguiente: en aguas corrientes predominan los registros de Bacillariophyta, pero en aguas estancadas hay más registros de Chlorophyta. En los ambientes subaéreos se han registrado más Cyanoprokaryota (Fig. 6).

Las diferencias en la cantidad de registros son muy notables, dependiendo del estado de la República Mexicana del que provienen. Al comparar los datos de las publicaciones con los de la distribución de las especies, es notable la falta de registros en estados como Aguascalientes, Colima y Nayarit. Cinco estados cuentan con menos de 10 registros de especies. Siete tienen más de 10, pero menos de 99. Es decir que cerca del 50% de los estados del país no cuentan con información suficiente sobre la ficoflora que contienen; los 8 estados más grandes y norteños de la República sólo cuentan con 416 registros (14 % del total), mientras que los registros de San Luis Potosí o de Quintana Roo, provienen principalmente de la Huasteca o de la región de Yalahau respectivamente, es decir que en realidad no se conoce la flora de los estados, sino sólo la de una región particular de los mismos.

La distribución de los registros por estado y por grupo taxonómico se muestra en la Tabla 2, en la Figura 7 se muestran los datos totales por región y en la Figura 8 se muestran los estados que cuentan con más de 99 registros y para dar una imagen más clara de la diversidad (o quizá del énfasis en el conocimiento de algunos grupos), se diferencia la cantidad de nombres por grupo taxonómico.

 

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Aproximadamente la mitad de las especies mexicanas de algas dulceacuícolas conocidas están en la zona central del país, en tanto que de muchos de los estados no se tiene información relativa a su ficoflora. En términos de territorio, y considerando que no contamos con información ficoflorística de los estados más grandes del país, podemos decir que más de la mitad del país está poco explorado. En el Reino Unido se han registrado 4,962 especies (Whitton et al. 2001), número que nos permite sugerir que estamos muy lejos de tener un panorama adecuado de la diversidad algal mexicana. Si atendemos a las tendencias que han seguido las publicaciones, el número de especies registradas y el número de ficólogos formados (medido en función de las tesis producidas; Fig. 2), podríamos suponer que necesitaremos 34 años para alcanzar las casi 5,000 especies registradas en las Islas Británicas. Además, hay que considerar que éstas, con sólo el 12% de nuestro territorio no tienen la diversidad ambiental que tiene México. Ahora, los casi 3,000 registros de algas de agua dulce y el número de especies nuevas, permiten predecir un avance más rápido del que muestran las tendencias gráficas.

La compilación de la flora ficológica de agua dulce de nuestro país es una tarea permanente, que cuando avance en todas las regiones, nos permitirá hacer un manejo adecuado de los recursos, por ejemplo: los países europeos y norteamericanos que cuentan con floras algales bien documentadas, pueden diseñar programas de conservación realistas, así como planes productivos o de impacto económico directo. Un ejemplo de lo anterior es el de un lago, que es un centro turístico importante en Alemania, en el que la eutrofización se incrementó en muy poco tiempo y se manipuló con éxito, porque se conocía a fondo su composición algal. La manipulación en el control de poblaciones y en la composición de las comunidades condujo a una disminución drástica de la carga de nutrientes (Koschel et al., 1993). El punto de partida que sustentó este acierto fue, desde luego, la existencia de las Süsswasserflora von Mitteleuropa de 1913 a la fecha, que es la documentación más completa que existe para la región (32 volúmenes).

Es necesario considerar que además deben existir los archivos, herbarios y documentos que permitan fundamentar la asignación de un nombre. En nuestra base de datos existen muchos ejemplos de lo que son obvias y flagrantes malas identificaciones, no sólo porque son especies ajenas a los ambientes de nuestro país, sino porque la información en la que se basan las identificaciones no es la adecuada. Mientras más conozcamos a las algas presentes en los cuerpos de agua mexicanos, mejores propuestas podremos hacer para conservar, tanto las especies como los cuerpos de agua. Esperamos que este panorama estimule el interés de los ficólogos en colaborar en la construcción de esos acervos y sobre todo, el interés en compartir la información producida en tesis y comunicaciones científicas para que los contenidos de nuestras bases de datos tengan una mayor cobertura.

El acopio de la información nacional y mundial que iniciamos en 1989 puede favorecerse con la colaboración, críticas y correcciones constantes de usuarios y colegas. El siguiente paso será hacer disponible por la internet toda la información bibliográfica y la de las especies mexicanas y esperamos que con su apoyo esto pueda ser pronto.

 

REFERENCIAS

Garduño Solórzano, G., M. G. Oliva Martínez, M. M. Ortega, L. A. Pérez Mendoza & J. G. Ramírez Martínez. 2003. Algas de la faja volcánica transmexicana recientes y fósiles. En Robledo Ramírez, D., J. L. Godínez Ortega & Y. Freile Pelegrín (Eds.) Contribuciones Ficológicas de México. Sociedad Ficológica de México, Mérida, pp. 89-96.         [ Links ]

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