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Política y cultura

versión impresa ISSN 0188-7742

Polít. cult.  no.47 México mar./jun. 2017

 

Organización y actores participantes

Las redes trasnacionales de evaluación. Un nuevo actor del desarrollo desde la sociedad civil global

Transnational evaluation networks. A new player in development from the global civil society

Pablo Rodríguez-Bilella* 

María Alejandra Lucero-Manzano** 

* Investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) y docente de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ), Argentina [pablo67@gmail.com].

** Licenciada en trabajo social; master en cooperación al desarrollo. Becaria de posgrado del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Argentina [alejandralucero.89@gmail.com].


Resumen

En el contexto de cambio hacia políticas basadas en la evidencia y la nueva gestión pública orientada a resultados, el crecimiento global de la evaluación, y en particular el incremento de las asociaciones, sociedades y redes de evaluación en todos los continentes, ha sido tanto un fenómeno impresionante a la vez que uno de los cambios más significativos en el desarrollo de la disciplina evaluativa. Este artículo presenta la expansión y rol de las “redes trasnacionales de evaluación”, las que se han consolidando como un actor relevante para el abordaje de las capacidades de evaluación a distintos niveles.

Palabras clave: evaluación; políticas públicas; VOPE; redes trasnacionales; desarrollo

Abstract

In the context of change towards policies based on evidence and the new public management oriented to results, the overall growth of the evaluation and in particular the increase of associations, societies and networks of evaluation on all the continents, has been both a impressive phenomenon as well as one of the most significant changes in the development of evaluative discipline. This article presents the expansion and role of the transnational evaluation networks, which have been consolidated as a major actor in order to address evaluation capacities at different levels.

Key words: evaluation; public policies; VOPE; transnationals networks; Development

Introducción

A comienzos del siglo XXI, un número creciente de países habían incluido la función de la evaluación en sus constituciones o la exigían por medio de actas parlamentarias, poniendo en acto diversos arreglos institucionales a fin de contar con evidencia capaz de informar la toma de decisiones de política pública. Esta realidad se inscribió en el contexto de un cambio hacia una política basada en la evidencia y la nueva gestión pública orientada a resultados ­centrada en los productos, efectos e impactos en lugar de los insumos­ y por tanto demandante de evidencia fiable. En dicho contexto, la evaluación fue ganando espacio como práctica relevante capaz de poner a disposición datos y proporcionar juicios sobre la base de criterios previamente acordados.

A la par de dicha presencia explícita de los requerimientos crecientes de evaluación, se hizo manifiesta una heterogeneidad muy notable de las capacidades de evaluación de los diferentes países,1 aspecto clave para encarar con efectividad los procesos evaluativos demandados. Más allá de las respuestas diferenciadas que los gobiernos brindaron, emergieron una pluralidad de organizaciones de la sociedad civil interesadas en el campo de la evaluación, las que se configuraron como un actor novedoso en distintas facetas. Su presencia se ha consolidado a tal punto que debemos considerarlas como sujetos colectivos relevantes para abordar la realidad de las capacidades de evaluación a distintos niveles.

El importante rol que las organizaciones de la sociedad civil pueden y deben tener en los procesos de desarrollo nacional es reconocido por distintas instituciones e instancias del desarrollo internacional. Este fue el caso tanto del Programa para la Acción de Accra en 2008, como en el Cuarto Foro de Alto Nivel que tuvo lugar en Busan hacia fines de 2011, donde se reconoció por primera vez en este tipo de encuentros a representantes de la sociedad civil como aliados formales, reconociendo su cercanía a las experiencias cotidianas que los esfuerzos de desarrollo pretenden apoyar. De esa manera, las conclusiones del Foro de Busan marcaron un nuevo énfasis en las necesidades de compromiso de la sociedad civil (y el sector privado) con las autoridades nacionales a fin de apoyar la formulación y ejecución de políticas dirigidas por los mismos países.2

En el campo de la evaluación, las organizaciones de la sociedad civil comenzaron a transitar una vía para transformar las prácticas de desarrollo, brindando oportunidades para aprender de la experiencia y mejorar políticas y programas.3 Este desarrollo se expresó en el surgimiento y crecimiento acelerado de sociedades, organizaciones y redes de evaluación en los contextos nacionales, regionales, e internacional. A través de alianzas y trabajo en red, estas organizaciones se han beneficiado del aprendizaje de buenas prácticas, la cooperación mutua y el intercambio de conocimientos, tanto con otras organizaciones similares como con otros socios del desarrollo.4

Este artículo apunta a presentar la expansión y rol de un tipo particular de estas organizaciones, las “redes trasnacionales de evaluación” (RTE),5 las que expresan claramente el fenómeno de la globalización de la evaluación de las dos últimas décadas. Esta globalización suele ubicar su origen a partir de que organizaciones y agencias internacionales comenzaron a encargar a evaluadores que llevaran a cabo sus trabajos dentro y fuera de las fronteras nacionales. Junto a ello se dio un crecimiento notable de las sociedades, redes y asociaciones de evaluación que operan en contextos de gran diversidad, las que se han organizado en grupos de trabajo planteándose objetivos concretos y generando acciones para su cumplimiento.

A fin de caracterizar la realidad de las RTE, el artículo se ha estructurado en tres secciones, además de esta introducción. En la primera se brinda un sucinto marco a fin de comprender el surgimiento de las organizaciones y redes de evaluación nacionales. En la segunda se presentan las RTE, introduciendo brevemente sus orígenes y acciones más relevantes, y atendiendo a aquellas redes propias de los actores de la sociedad civil (y no así gubernamentales ni propias de organizaciones internacionales como la Organización de las Naciones Unidas). En la tercera se analiza la realidad de las RTE, señalando algunas de las tendencias actuales más relevantes de su accionar. Finalmente, en las conclusiones se reseñan los propósitos de la evaluación a nivel de programas, políticas, y de la sociedad en su conjunto, y su vinculación con la capacidad de las RTE para transformar la evaluación en una herramienta poderosa para el cambio, la mejora y la responsabilidad pública.

Las organizaciones voluntarias para la evaluación profesional (VOPE)

Michael Q. Patton,6 ex presidente de la Asociación Americana de Evaluación y uno de los referentes mundiales del campo evaluativo, sostiene que el crecimiento global de la evaluación, y en particular el incremento de las asociaciones de evaluación en todos los continentes, ha resultado tanto un fenómeno impresionante a la vez que uno de los cambios más significativos en el desarrollo de la disciplina de la evaluación. En apenas dos décadas se ha producido un crecimiento exponencial de estas sociedades, asociaciones y redes de evaluación, en los más diversos contextos nacionales y regionales.7 Más recientemente, esta diversidad de organizaciones ha comenzado a ser identificada como VOPE (por sus siglas en inglés), es decir, organizaciones voluntarias para la evaluación profesional.8 Mientras que en algunos contextos a las organizaciones de evaluación formales se las conoce como sociedades y en otros contextos como asociaciones, las agrupaciones informales de evaluación suelen denominarse comúnmente redes o comunidades de práctica. En el marco de la iniciativa EvalPartners (a ser presentada más adelante en este artículo), el término VOPE apareció como una forma abreviada y pertinente para describir la pluralidad de denominaciones de colectivos voluntarios de evaluadores en los ámbitos nacional, regional e internacional, interesados en promover el campo de la evaluación. En este sentido, ha de entenderse como un término genérico, incluyente de las diversas denominaciones utilizadas en la comunidad internacional.

De acuerdo con el registro que mantiene la Organización Internacional para la Cooperación en Evaluación (IOCE), a mediados de 2016 existían más de 200 VOPE nacionales, regionales y globales.9 Muchas de ellas son organizaciones consolidadas, y han desedmpeñado un rol relevante en la creación de la comunidad internacional de evaluación,10 donde VOPE de diferentes ámbitos (nacional, regional, global) canalizan su interés en trabajar en forma conjunta para fortalecer la presencia, la práctica, y la teoría de la evaluación, vale decir, la promoción de una cultura de la evaluación.11

El espectro de servicios que las VOPE tienden a ofrecer es variado: la circulación de hallazgos e informes de evaluación; el desarrollo de habilidades, experiencia y métodos por medio de conferencias, seminarios y talleres; el desarrollo de estándares, directrices y principios para guiar la evaluación; la expansión de la cultura de la evaluación, etcétera. Este conjunto de acciones expresa la creencia clave de las VOPE respecto a la evaluación como una práctica capaz de ser fortalecida por los esfuerzos profesionales y colectivos de una pluralidad de colegas trabajando de manera organizada.

La membresía de las VOPE nacionales da cuenta de una relevante diversidad en lo que respecta al marco institucional de sus participantes: instituciones académicas, empresas de consultoría, organizaciones políticas y ministerios, administraciones e instituciones de investigación gubernamentales, organizaciones de la sociedad civil, el sector privado, organismos donantes, el parlamento y los medios de comunicación, etcétera. El posicionamiento de las VOPE en la intersección de la oferta y la demanda de evaluación brinda un escenario privilegiado para favorecer su uso e influencia.12 El papel crucial que las VOPE nacionales pueden desempeñar en el desarrollo de la capacidad de evaluación es señalado por Quesnel13 de la siguiente manera:

No se debe subestimar la influencia que la Washington Research and Evaluation Network y el Capítulo de Ottawa de la Sociedad Canadiense de Evaluación tuvieron en el fortalecimiento de la función de evaluación en sus respectivas capitales y, por extensión, en el desarrollo de sus sistemas nacionales de evaluación y el uso gubernamental de la evaluación por el legislativo y el ejecutivo.

Una situación adicional en la realidad de las VOPE nacionales es su mutua articulación y trabajo asociado, expresado en la generación de RTE, tal como presentamos y analizamos en las siguientes secciones de este artículo.

Las redes transnacionales de evaluación como nuevo actor en el campo evaluativo

En lo que refiere a las redes trasnacionales de evaluación, la Australasian Evaluation Society (AES)14 fue la primera asociación regional en constituirse como tal en 1987, señalando como su misión la de “inspirar a profesionales de la evaluación con la fundación de una organización para la continua mejora en la teoría y práctica de la evaluación por toda Australasia”.15 Cuenta actualmente con más de 800 miembros de la región, involucrados en varias áreas de la práctica evaluativa, quienes mantienen reuniones en forma periódica a través de redes subregionales, grupos de trabajo, foros y conferencias bianuales. El desarrollo de la evaluación autóctona o indígena es una de las prioridades de la AES, con el propósito de incrementar el número de población indígena en el campo de la evaluación, fortalecer la capacidad de evaluaciones de alta calidad, el trabajo ético en contextos indígenas, así como incrementar las habilidades, competencias y conocimientos de los y las profesionales en evaluación.

La European Evaluation Society (EES)16 fue fundada en 1992; realizó su primera conferencia en 1994 en la ciudad de La Haya, Holanda. Cuenta con aproximadamente 600 miembros individuales y 30 institucionales, y su objetivo es promover la teoría, la práctica y la utilización de la evaluación de alta calidad en los países europeos -pero no exclusivamente. Desde sus inicios, ha tenido un rol crucial en la promoción y creación de VOPE nacionales, actualmente presentes en la mayoría de los países europeos. Asimismo, en el contexto Europeo, otras asociaciones trasnacionales de evaluación son DeGEval (Alemania, Austria y Luxemburgo) y NESE (Network of Evaluation Societies in Europe). Algunos de los servicios ofrecidos por la EES a sus miembros son sus conferencias bianuales, el acceso a revistas de evaluación, boletines de noticias y eventos de desarrollo profesional, oportunidades de contacto y de intercambio de información con colegas, la participación en grupos temáticos, entre otros.17

African Evaluation Association es la (AfrEA)18, integrada por 35 VOPE nacionales del continente, más de 1 100 miembros individuales, y seis miembros institucionales. Fundada en 1999, ha desarrollado siete conferencias internacionales, destacándose el significativo trabajo realizado en las African Evaluation Guideliness, así como el African Rooted Evaluation approach -aún en desarrollo. Las áreas prioritarias de AfrEA19 son su crecimiento y fortalecimiento como organización; la creación de capacidades de evaluación en África; incrementar la demanda y uso de evaluaciones de calidad; y generar y compartir conocimientos sobre desarrollo en el continente. Desde el 2013 publica con regularidad el African Evaluation Journal,20 su primera revista profesional dedicada al campo de la evaluación.

Middle East and North Africa Evaluators Network (EvalMENA) es la red de evaluación de Medio Oriente y Norte de África, fundada en el 2011, con el propósito de reunir bajo un paraguas de alcance regional a los profesionales del desarrollo interesados en la evaluación. Su visión apunta a que proyectos, programas, y actividades de investigación y desarrollo sean mejor realizados a partir de haber sido correctamente evaluadas. Con alrededor de 500 miembros de más de 40 países, EvalMena desarrolló el primer curso en línea en árabe de capacitación sobre evaluación del desarrollo, ha ganado presencia en el panorama mundial de asociaciones de evaluación, y brinda asesoramiento y coaching entre pares a través de su servidor.

El International Program Evaluation Network (IPEN) inició sus actividades en el 2000 como la organización de evaluación trasnacional de la Comunidad de Estados Independientes (CEI, ex URSS). El mismo se originó a partir del trabajo conjunto de cinco organizaciones de Georgia, Rusia y Ucrania, quienes conformaron su órgano decisivo inicial (al que posteriormente se sumaron representantes de Kazajistán y Kirguistán, así como la oficina regional de Unicef para la región del CEI). Hasta finales de 2015 había desarrollado en la región 15 conferencias, varias experiencias formativas llamadas “escuelas de evaluación”, y diversas publicaciones en ruso, alcanzando una membresía de 680 personas.21 A comienzos de 2016, la junta directiva de IPEN entendió que el proceso de construcción de la evaluación como profesión se había convertido en sostenible y que existían asociaciones nacionales que cooperaban a nivel regional, por lo que consideró que IPEN había completado con éxito su misión y puso fin a su operación.

La Community of Evaluators of South Asia (CoE)22 se inició a finales de 2008, a partir del proyecto “Promoción de la teoría y práctica de la evaluación en el sudeste asiático. La construcción de una comunidad de evaluadores”.23 La CoE busca proporcionar a los evaluadores que trabajan en el sur de Asia una plataforma para aprender unos de otros y a su vez contribuir al fomento del campo de la evaluación mundial. Actualmente cuenta con alrededor de 300 miembros individuales y 18 miembros institucionales. Miembros de diferentes países -especialmente en Nepal, Bangladesh y Afganistán- han comenzado el proceso de creación de VOPE y avanzado en su establecimiento como entidades legales en cada uno de sus países, vinculándolas con la CoE como socios.

La Asia-Pacific Evaluation Association (APEA)24 es una de las VOPE regionales más nuevas, iniciada a fines de 2012 con registro legal Kuala Lumpur, Malasia. Sus principales objetivos son ayudar a sus miembros en el fortalecimiento de sus capacidades de evaluación, eficacia y rendición de cuentas frente a los beneficiarios finales en el nivel comunitario, local, provincial y nacional de las políticas, programas y proyectos de sus respectivos países. Si bien APEA no es una organización de miembros individuales, tiene como uno de sus objetivos colaborar con los evaluadores individuales en sus esfuerzos de desarrollo de redes o grupos de evaluación temáticos y sectoriales a escala nacional. De ese modo, los integrantes de VOPE nacionales que conforman APEA asumen el compromiso de trabajar conjuntamente por la causa común de defender y ayudar a construir capacidades de evaluación en diferentes sectores de la sociedad.

La Red de Seguimiento, Evaluación y Sistematización de América Latina y el Caribe (ReLAC) fue puesta en marcha en octubre de 2004 en Lima, Perú.25 El principal motor para la creación de la red fue la ausencia de un espacio en el que los evaluadores de la región pudieran compartir sus experiencias y fortalecer sus habilidades de evaluación. Desde entonces ha celebrado cuatro conferencias regionales, reúne a 17 VOPE nacionales establecidas o en proceso de formación, y cuenta con más de 1 700 miembros.26 La ReLAC apunta a fortalecer la cultura y la práctica del seguimiento, evaluación y sistematización como un proceso social y político fundamental, con el fin de mejorar las políticas, programas y proyectos en un entorno de mayor transparencia y participación ciudadana. El trabajo en red ha sido facilitado por los medios virtuales con que cuenta, donde se han establecido distintos grupos temáticos.27En el Caribe se ha creado más recientemente la Caribbean Evaluators International (CEI),28 como la primera VOPE de habla inglesa en la región. La CEI surge en febrero de 2014 con el propósito de dar fuerza al desarrollo profesional en monitoreo y evaluación en el Caribe, procurando contribuir con mejoras económicas y sociales a la vez que proteger la democracia en la región, promoviendo el desarrollo de servicios de evaluación culturalmente apropiados para la zona.

En América del Norte existen dos importantes sociedades nacionales de evaluación, tanto por el alto número de sus miembros, así como por su relevante papel en la creación de otras VOPE. La American Evaluation Association (AEA)29 fue creada en 1986 a partir de la fusión de dos organizaciones precedentes;30 cuenta con más de siete mil participantes, tanto originarios de los 50 estados de la unión, así como de más de otros 60 países, integrada a su vez por varias asociaciones subnacionales. Por su parte, la Canadian Evaluation Society (CES)31 se inició en 1979, y cuenta con unos 1 800 miembros canadienses y una centena de miembros internacionales, como también con representaciones provinciales.

En noviembre de 1995, las sociedades de evaluación estadounidense y canadiense en colaboración con la EES, organizaron en Vancouver la Conferencia Internacional de Evaluación, la que suele considerarse como la primera conferencia de evaluación verdaderamente internacional, con la participación de 1 600 evaluadores de 65 países de los cinco continentes, un hito inicial en la creación de una comunidad internacional de evaluación.32 La idea de un organismo internacional de evaluación para representar los intereses de todas las entidades de evaluación a escala mundial fue discutida ahí por primera vez. Finalmente, en marzo de 2003 se llevó a cabo la Asamblea inaugural de la Organización Internacional para la Cooperación en Evaluación (IOCE)33 en Perú. Los objetivos de la IOCE son fortalecer el liderazgo y capacidades de evaluación en países en desarrollo, promover relaciones entre la teoría y la práctica de la evaluación alrededor del mundo, y promover la evaluación como una profesión. Muchos de sus esfuerzos han estado direccionados hacia un mayor pluralismo en la comunidad de evaluación, inspirada por la idea de ser una comunidad de respeto mutuo de profesionales y teóricos de la evaluación, entre quienes se reconoce un amplio rango de posiciones, y donde existe espacio para el aprendizaje y enriquecimiento mutuo.

La International Development Evaluation Association (IDEAS)34 fue creada en el 2001 con el apoyo de organismos internacionales como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Banco Mundial. IDEAS surgió como una asociación voluntaria de evaluadores profesionales, instituciones para el desarrollo, y organizaciones de la sociedad civil comprometidas en promover globalmente la teoría, métodos y práctica de evaluación para el desarrollo. Congrega a evaluadores de diferentes países con el principal objetivo de contribuir al mejoramiento de la calidad y expansión de la práctica de la evaluación en la ayuda al desarrollo, especialmente en países en desarrollo y transición. Cuenta con más de 700 miembros de más de 90 países -aproximadamente la mitad de ellos de países de África, América Latina y Asia. Sus actividades apuntan tanto a expandir la oferta -desarrollo de capacidades- como la demanda de evaluación a partir de fomentar la apropiación de la evaluación por parte de legisladores, responsables de políticas y otros actores clave, a fin de desplegar a la evaluación como un instrumento relevante para una mejor gobernanza y uso eficiente de los recursos.

Una reciente y particular red trasnacional de evaluación es EvalPartners,35 la que no debe considerarse una VOPE en sí misma, sino una alianza de colaboración internacional. Iniciada a inicios de 2012 bajo el auspicio de Unicef y la IOCE -con el apoyo económico del gobierno de Finlandia-, EvalPartners representa el consenso generalizado sobre la importancia de la evaluación como un instrumento eficaz para apoyar los programas de desarrollo en el logro de resultados equitativos y sensibles al género.36 Mientras que ha procurado brindar un espacio relevante a las organizaciones de la sociedad civil en general, así como a organismos internacionales de desarrollo, EvalPartners brinda una privilegiada atención a las VOPE.37 A finales de 2016 contaba con más de 65 socios (VOPE, instituciones académicas, agencias de las ONU, y agencias de desarrollo bilaterales y multilaterales) vinculados en red, en un camino de aprendizaje de buenas prácticas, cooperación mutua y oportunidades de intercambio de conocimiento. EvalPartners ha puesto en marcha distintos proyectos e iniciativas: programas de apoyo peer to peer (colaboración entre VOPE),38 un proyecto de desafío innovador para fortalecer la demanda y uso de la evaluación, diversos e-learnings sobre evaluación para el desarrollo (en inglés, español,39 árabe y ruso), publicación de libros sobre las funciones de la sociedad civil en la promoción de las capacidades de evaluación, y la identificación de ideas innovadoras con un foco explícito en materia de equidad y género dentro de las estrategias para fortalecer la demanda y el uso de la evaluación para informar a la formulación de políticas.

EvalPartners desempeñó un rol relevante para que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declarara al 2015 como Año Internacional de la Evaluación (o EvalYear).40 En este marco, el EvalYear fue escenario de una serie de 92 eventos de evaluación alrededor del mundo en donde se reflexionó y trabajó en relación con los próximos pasos en el campo de la evaluación, en articulación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, formulados por la ONU. La culminación del EvalYear tuvo lugar en noviembre de 2015 en el Segundo Foro Global de Evaluación en Katmandú (Nepal), con la constitución de nuevos grupos temáticos o redes de trabajo:

  1. EvalGender+,41 centrado en la institucionalización de la evaluación con foco en la equidad y sensible al género, entendidos como aspectos centrales para la consolidación de un desarrollo equitativo y sostenible.

  2. EvalSDGs,42 aboga por la construcción del escenario propicio para la integración de la evaluación en los procesos de consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, propiciando la creación de sistemas nacionales e internacionales de evaluación.

  3. EvalIndigenous,43 parte del reconocimiento de la existencia de diversas visiones y valores en el mundo, desde los cuales se busca fortalecer el liderazgo y las prácticas de evaluación desde los pueblos originarios.

  4. EvalYouth,44 orientada a promover el compromiso de evaluadores jóvenes y emergentes, a partir de garantizar su participación y fortalecer sus capacidades y habilidades en pos de la mejora de la calidad de la disciplina y el escenario futuro.

  5. Global Parliamentarians Forum for Evaluation,45 orientado al fortalecimiento de las capacidades de los parlamentos y a abogar por la creación de escenarios propicios para la institucionalización de la evaluación como instrumento para la buena gobernanza.

En el marco del Segundo Foro Global de la Evaluación se realizó la presentación de la Agenda Global de Evaluación 2016-2020,46 trabajada por la comunidad internacional de evaluación integrada a EvalPartners durante unos quince meses a partir de webinars y discusiones online, reuniones presenciales, conferencias, etcétera. La agenda direcciona las prioridades para la evaluación de los primeros cinco años del periodo definido para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, marcando cuatro áreas clave para el fortalecimiento de capacidades: 1) el ambiente propicio para la evaluación, 2) las capacidades institucionales para la evaluación, 3) las capacidades individuales de quienes evalúan, y 4) las interrelaciones entre las tres áreas anteriores.

El desarrollo de las redes trasnacionales de evaluación: acciones, servicios y beneficiarios

Las RTE emergieron dada la necesidad de colaboración entre VOPE nacionales en regiones particulares, a fin de incrementar los esfuerzos de fortalecimiento de las capacidades de evaluación y compartir experiencias en contextos relacionados. En algunos casos, las RTE han resultado determinantes para la creación y fortalecimiento de nuevas VOPE nacionales; se rigen por el principio del uso de recursos de bajo costo, y tienden a ser financiadas por una economía mixta de patrocinio y pago de membresía. La amplia variedad de servicios proporcionados por las RTE se pueden clasificar en los siguientes grupos:

  1. Oportunidades para el establecimiento de contactos profesionales: conferencias anuales o reuniones formales; presencia en internet (por ejemplo, espacio web, servidor de correo electrónico); bases de datos o directorios de evaluadores; publicación de oportunidades de empleo o bolsa de trabajo; servicios de consultoría de evaluación.

  2. Instancias de capacitación: talleres de formación, seminarios, bibliotecas de recursos y becas; instancias de comunicación (por ejemplo, vía foros electrónicos); seminarios o reuniones informales; bibliotecas de recursos; acceso a revistas especializadas; actividad editorial cualificada (por ejemplo, la edición de revistas de referencia); grupos de trabajo temáticos o regionales.

  3. Acciones encaminadas a la promoción de la calidad en la evaluación: conferencias electrónicas; boletín de noticias o de difusión de noticias electrónicas; becas o bolsas de viaje; concursos y premios; elaboración y postulación de directrices, estándares o códigos éticos de evaluación; sistemas o elementos internos de seguimiento y evaluación.

Si bien las RTE ofrecen algunos beneficios para sus miembros (por ejemplo, el pago reducido en actividades presenciales como seminarios o conferencias, el acceso libre a revistas especializadas, la participación en grupos de interés, etcétera), la mayor parte de sus servicios están abiertos a los no miembros. Manifiestan de ese modo una influencia relevante en la sociedad civil en general, facilitando la difusión de conocimientos sobre evaluación, y favoreciendo directa o indirectamente una creciente cultura de la evaluación en la sociedad.

Las RTE buscan fortalecer al campo de la evaluación a través de instancias para el desarrollo de capacidades de evaluación colectivas. La presencia de grupos temáticos o de trabajo ha sido común en la mayoría de las RTE, ya que constituyen formas operativas de permitirles a sus miembros traspasar las fronteras nacionales y establecer contactos con colegas de otros países y regiones interesados en los mismos tópicos. Esto resulta particularmente claro cuando se observan ciertas tendencias comunes compartidas por las RTE, presentadas sucintamente a continuación.

Esfuerzos crecientes hacia el buen gobierno y el fortalecimiento de la sociedad civil

Las RTE tienden a exhibir características de los dos grupos descritos por Kriel:47 VOPE que se centran en la organización y estructuración de una comunidad existente de evaluadores -principalmente profesionales, académicos e investigadores- y organizaciones que tratan de generar conciencia y construir una comunidad amplia de partes interesadas en la evaluación. Hasta ahora, la mayoría de las RTE han hecho sus contribuciones más importantes hacia aquellos objetivos orientados a sus miembros y a la misma organización, mediante la conformación de redes y mejora de las capacidades de evaluación de sus miembros. Por tanto, han resultado secundarios los esfuerzos orientados hacia los objetivos más políticos, donde la mayoría de los factores relevantes se ubican fuera del control de las VOPE: el crecimiento de la práctica de la evaluación, el fortalecimiento de la utilización e influencia de la evaluación en políticas y programas, y el incremento de la responsabilidad del gobierno hacia sus ciudadanos vía la rendición de cuentas asociada a la práctica evaluativa.48

Preocupación creciente por fortalecer la demanda de evaluación en comparación con el rol tradicional de fortalecimiento de su oferta

El foco de las RTE se ha transformado hacia un compromiso más activo con los gobiernos, diálogos de política, e incluso la coordinación del trabajo internacional y regional. Este es un nuevo papel para los VOPE regionales y globales, que también requiere una comprensión cada vez más sofisticada de las sutilezas del proceso político, su intersección con la práctica y los enfoques de evaluación, y cómo las evaluaciones pueden utilizarse para generar efectos positivos.49

Mayor espacio para enfoques de evaluación autóctonos o indígenas

La importante internacionalización de la evaluación producida desde mediados de la década de 1990 ha intensificado el potencial para promover la colaboración entre las distintas organizaciones de evaluación, así como el aumento de las posibilidades de fertilización cruzada de prácticas y estándares de evaluación.50 Esto no debe entenderse como un movimiento homogeneizante, sino como uno donde las diferentes regiones han expresado y trabajado su intención de hacer oír su voz. En particular, existen iniciativas similares en diferentes RTE a fin de proporcionar espacio para la reflexión de los enfoques autóctonos de evaluación. Esto se visualiza claramente en el trabajo realizado por AfrEA en su enfoque de evaluación Made in Africa, así como también en la prioridad dada a la evaluación autóctona o indígena en la AES y EvalMENA, y expresiones similares en ReLAC y la Community of Evaluators of South Asia.

Pluralismo metodológico como la ortodoxia aceptada

El creciente interés global por la evaluación es acompañado por un compromiso hacia la diversidad cultural y la inclusión, así como también el respeto hacia diferentes tradiciones de evaluación. Carden y Alkin51 sostienen que en el futuro próximo las metodologías y enfoques de evaluación del sur global seguramente ganarán espacio en los foros más tradicionales de discusión, y las iniciativas sur-sur complementarán las tradicionales norte-sur. Dicha tendencia se ilustra con la realidad de IDEAS y la IOCE, las dos RTE globales antes presentadas, las que fueron desde sus inicios organizaciones con un interés explícito en dar cabida a la representación de los evaluadores del sur. Algunas VOPE regionales (como la EES y la AES) y grandes nacionales (AEA y CES) han aumentado su membresía internacional (extra-regional y extra-nacional), así como la participación en sus conferencias y publicaciones de evaluadores de otros contextos regionales.

Anteriormente se dio cuenta de la pluralidad de servicios que las VOPE ofrecen a sus participantes, orientados principalmente al fortalecimiento de sus capacidades de evaluación. Los aportes metodológicos tienen una relevancia especial y significativa en el contexto de las conferencias, seminarios, talleres y publicaciones que las VOPE auspician. En los últimos diez años dos temáticas han sido largamente debatidas y discutidas: las metodologías de evaluación de impacto más pertinentes y mejor articuladas a los contextos de los sistemas nacionales de evaluación y, en vinculación con ellas, la distinción de escenarios simples, complicados y complejos como elemento clave para la selección del enfoque metodológico más útil para dicho contexto. El trabajo de las VOPE ha resultado sumamente importante a fin de superar acercamientos del tipo “fundamentalismo metodológico” que tendían a presentar ciertos enfoques evaluativos (los experimentales y cuasi-experimentales) como los únicos científicamente aceptables.52

A ello debe agregarse los trabajos analíticos y metodológicos en curso sobre los aportes metodológicos culturalmente apropiados para diferentes escenarios particulares.53 Es en el contexto de argumentación que las VOPE habilitan tanto a nivel nacional como trasnacional donde dichos aportes metodológicos se diseminan y profundizan, permitiendo en el mediano plazo fortalecer la función de evaluación y el fortalecimiento de las instancias de diseño e implementación de políticas públicas.

Por otro lado, el uso gubernamental de la evaluación se potencia no sólo a partir de las mayores capacidades metodológicas adquiridas por los evaluadores de las políticas públicas, sino también por la creciente presencia en las VOPE de actores no-evaluadores, tales como tomadores de decisiones, parlamentarios, funcionarios de distinto nivel, etcétera. En conjunto, apuntan a un fortalecimiento de la teoría y práctica de la evaluación de políticas públicas, consolidando su institucionalización.54

Un desafío importante que influye en la eficiencia de los servicios de comunicación de las RTE es su funcionamiento en varios idiomas. El inglés es el idioma común para las VOPE globales así como para algunas regionales. La IOCE supo mantener varias secciones de su página electrónica en francés y español, y muchos de sus boletines de noticias han sido traducidos por voluntarios. AfrEA mantiene las comunicaciones de su lista de correos y boletín de noticias tanto en inglés como en francés, si bien surgen con cierta frecuencia argumentos que disputan la primacía del inglés. La EES ha debatido formas de abordar este asunto, incluyendo en sus conferencias la celebración de sesiones en idiomas distintos del inglés, pero las mismas no prosperaron debido a la baja participación. El servidor de listas de ReLAC funciona mayormente en español (con algunos anuncios en inglés), mientras que su mayor VOPE, la Rede Brasileira de Monitoramento e Avaliaçao, mantiene una plataforma separada en portugués. En general, las RTE son sensibles a diferentes idiomas, algo que es evidente en la iniciativa EvalPartners, que ha conseguido el desarrollo de cursos de e-learning en ruso, árabe, inglés y español. En estos y otros casos (por ejemplo, el trabajo de traducción durante algunos seminarios web desarrollados en el marco de los proyectos entre pares) el papel del trabajo voluntario ha sido central.

Vinculado a esta última cuestión, el grado de éxito o fracaso de las VOPE a diferentes niveles (nacionales y RTE) es muy dependiente tanto de la cantidad como de la calidad de las contribuciones en especie hechas por sus voluntarios. En este sentido, los voluntarios son la espina vertebral de todas las RTE regionales y globales (así como también de las VOPE nacionales), con lo que ello implica tanto de ventajas como desventaja: los voluntarios ofrecen servicios libres de costo y un alto compromiso en los temas que los atraen, pero manifiestan limitaciones en la mayor parte de las acciones cotidianas y rutinarias de las operaciones de sus organizaciones. 55

Las VOPE no sólo asumen la función de compartir prácticas y promover el aprendizaje compartido, sino también la de apoyar la mejora continua de la calidad de la evaluación y la profesionalización de la evaluación. Este último es un tópico controvertido y de regular debate en las RTE, donde las discusiones y disputas son el pan de cada día de la transdisciplina evaluativa,56 lo que se extiende también a la visión de los evaluadores sobre la profesionalización. Al respecto, es interesante reseñar que la definición inicial de las VOPE correspondía a “organizaciones voluntarias de evaluadores profesionales”. La discusión respectiva mostró que, para muchos actores, dicha definición se presentaba demasiado estrecha y excluyente, pues oscurecía el amplio espectro de actores involucrados en el campo de la evaluación. La aprobación final de la denominación de las VOPE como “organizaciones voluntarias para la evaluación profesional” dio mejor cuenta de la realidad de su composición, la cual está abierta no sólo a los que producen evaluaciones -los evaluadores-, sino también a un conjunto amplio de partes interesadas, que incluye a quienes encargan o solicitan las evaluaciones, a quienes las supervisan y hacen uso de sus resultados y recomendaciones, a parlamentarios y políticos interesados en la construcción de políticas informadas por la evaluación, periodistas y profesionales que difunden a la sociedad civil los productos de las evaluaciones, académicos que enseñan y estudiantes que se forman en evaluación, etcétera.

Este planteo referido a la pluralidad de actores presentes en las VOPE y las RTE no elimina la reflexión y práctica sobre la profesionalización de la evaluación, en tanto un núcleo importante de las mismas lo constituyen los evaluadores (profesionales). En vinculación con ello, diversas VOPE se han dado a la tarea de elaborar estándares, directrices y principios para guiar la evaluación. La ReLAC es la red de evaluación trasnacional que más recientemente ha elaborado una propuesta de estándares de evaluación para la región de América Latina y el Caribe,57 inspirada en el trabajo realizado por otras VOPE. Al igual que gran parte de éstas, el desarrollo de los estándares de evaluación se realizó partiendo de la base de las dimensiones definidas en el Program Evaluation Standards (PES) del Joint Committee on Standards for Educational Evaluation:58 utilidad, viabilidad, corrección y precisión.

Un paso más allá hacia la profesionalización de la evaluación está dada por instancias como la encarada por la Canadian Evaluation Society, que cuenta desde hace varios años con un sistema de acreditación para los evaluadores del país. Por su parte, la European Evaluation Society está en el proceso de desarrollo de una iniciativa denominada “Voluntary Evaluator Peer Review” (VEPR) orientado a promover la profesionalización de la evaluación.59 La idea subyacente a estos distintos esfuerzos es que si bien la evaluación ha dado pasos significativos en su establecimiento como disciplina (y como transdisciplina al servicio de otras) no es percibida de modo general como una profesión particular. En tal sentido, la Agenda de Evaluación Global 2016-2020 ha retomado el tema de la profesionalización como una prioridad para la comunidad evaluativa global.

Conclusiones

Las RTE son uno de los ejemplos más claros del interés creciente y global en el campo de la evaluación. De acuerdo con Stockman,60 la evaluación puede llevarse a cabo contemplando propósitos en programas, políticas y en la sociedad en general. En los programa puede informar a la gestión sobre la dirección y resultados de la intervención, contribuyendo a la toma más eficaz y eficiente de decisiones centrada en los impactos sostenibles del programa, brindando así posibilidades de aprendizaje y recomendaciones para la acción. La evaluación contribuye a nivel de las políticas a la buena gestión pública, brindando información sobre el impacto y la sostenibilidad de las mismas, mejorando los mecanismos de dirección política, así como la legitimidad y la credibilidad de la misma. Un propósito adicional es la educación o ilustración (enlightenment) de la sociedad, a partir que sus resultados se introducen y filtran en el discurso público, permitiendo un diálogo de mayor calidad sobre múltiples acontecimientos sociopolíticos.

El conjunto de estos propósitos son buscados por las RTE, procurando posicionar a la evaluación como una herramienta clave para la mejora de la ejecución, la gestión y la transparencia de las políticas, programas y proyectos.61 A su vez, la evaluación cercana a las acciones de la sociedad civil tiene el potencial para transformarse en una herramienta poderosa para el cambio, la mejora y la responsabilidad pública.62

El surgimiento de dos organizaciones globales de evaluación a inicios del nuevo siglo -IOCE e IDEAS-, así como la más reciente aparición de la iniciativa EvalPartners, pueden ser entendidos como indicadores de una disciplina en evolución y maduración, a la vez que expresión también de la necesidad y deseo de compartir enfoques y experiencias entre los múltiples actores involucrados en el campo de la evaluación alrededor del mundo. Asimismo, las VOPE nacionales y las RTE manifiestan diferentes estados de desarrollo y madurez, enfrentando importantes desafíos para su establecimiento. Su mismo carácter de organizaciones voluntarias les plantea, además de ciertas ventajas, un conjunto de dificultades y desafíos, especialmente en lo que refiere a cuestiones de financiamiento y dedicación de quienes forman parte de las mismas.

Actualmente hay VOPE y RTE en todas las regiones del mundo, creando una masa crítica de evaluadores capaces de responder a la creciente demanda de evaluación y de realizar una contribución significativa al mejoramiento de la eficacia de los programas, políticas y servicios. Si bien hay un largo camino por recorrer antes que los evaluadores logren constituirse en VOPE efectivas para promover el uso de la evaluación de forma que pueda influir en la toma decisiones en la formulación y ejecución de políticas, una importante base está ya asentada en la creencia común de las VOPE sobre el rol clave que han de cumplir las evaluaciones de calidad. Hacia ello están encaminadas, interesadas en compartir conocimientos y experiencia a partir de la generación de alianzas de cooperación que permitan la construcción de capacidades de evaluación para mejorar las prácticas que propicien el desarrollo.

Dicho fortalecimiento de las capacidades de evaluación tiene un espacio explícito en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Sobre dicha base, y teniendo en cuenta la Agenda de Evaluación Global como hoja de ruta, las RTE y VOPE nacionales cuentan con una serie importante de herramientas e instancias a partir de las cuales consolidar su rol de actores clave en la consolidación de los propósitos de la evaluación.

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1Jim Rugh y Marco Segone (eds.), Voluntary Organizations for Professional Evaluation (VOPE). Learning for Africa, Americas, Asia, Australasia, Europe and Middle East, Nueva York, Unicef, 2013.

2Jim Rugh, “The Growth and Evolving Capacities of VOPE”, en Jim Rugh y Marco Segone (eds.), Voluntary Organizations for Professional Evaluation..., op. cit., p. 18.

3Soma da Silva y Murray Saunders, “International Organization for Cooperation in Evaluation”, en Marco Segone y Jim Rugh (eds.), Evaluation and Civil Society. Stakeholders’ perspectives on National Evaluation Capacity Development, Nueva York, Unicef/Eval Partners/IOCE, 2013, pp. 2-4.

4Jean Quesnel, “The Importance of Evaluation Associations and Networks”, en Marco Segone (ed.), New Trends in Development Evaluation, Nueva York, Unicef, 2006.

5Pablo Rodríguez-Bilella y María Alejandra Lucero, “Evaluation as a Global Phenomenon: The Development of Transnational Networks”, en Reinhard Stockmann y Wolfgang Meyer (eds.), The Future of Evaluation. Global trends, new challenges, shared perspectives, Londres, Palgrave McMIllan, 2016, pp. 66-80.

6Michael Q. Patton, “Future trends in evaluation”, en Marco Segone (ed.), From policies to results. Developing capacities for country monitoring and evaluation systems, Nueva York, Unicef, 2010, pp. 44-57.

7Oumoul K. Ba Tall, “The role of national, regional and international evaluation organizations in strengthening country-led monitoring and evaluation systems”, en Marco Segone (ed.), Country-led monitoring and evaluation systems. Better evidence, better policies, better development results, Nueva York, Unicef, 2009, pp. 119-134; Nick L. Smith, Paul R. Brandon, Melanie Hwalek, Susan J. Kistler, Susan N. Labin, Jim Rugh, Veronica Thomas y Louise Yarnall, “Looking ahead: The future of evaluation”, American Journal of Evaluation, núm. 32, 2011, pp. 565-599.

8El origen del acrónimo VOPE está íntimamente relacionado con la iniciativa EvalPartners, la que será presentada luego en este artículo.

9International Organization for Cooperation in Evaluation (IOCE) [http://www.ioce.net/VOPE], fecha de consulta: 10 de septiembre de 2016.

10Donna Mertens y Craig Russon, “A proposal for the International Organization for Cooperation in Evaluation”, American Journal of Evaluation, 21(2), 2000, pp. 275-284; Robert Picciotto, “International trends and development evaluation: The need for IDEAS”, American Journal of Evaluation, 24(2), 2003, pp. 227-234.

11Rajeswari S. Raina, “Disciplines, institutions and organizations: impact assessments in context”, Agricultural Systems, 78(2), 2003, pp. 185-211; Steve Jacob, Sandra Speer y Jan-Eric Furubo, “The institutionalization of evaluation matters: Updating the International Atlas of Evaluation 10 Years Later”, en Evaluation – the International Journal of Theory, Research and Practice, núm. 21, 2015, pp. 6-31.

12Nathalie Holvoet y Sara Dewachter, “Multiple Paths to Effective National Evaluation Societies: Evidence From 37 Low- and Middle-Income Countries”, American Journal of Evaluation, 34(4), 2013, pp. 519-544.

13Jean Quesnel, “The Importance of Evaluation Associations and Networks”, op cit., p. 21 (traducción propia).

15Anne Markiewicz, Maria Eliadis, y Dorothy Lucks, “Australasian Evaluation Society (AES) Three decades of strengthening evaluation capacity in Australasia (1982-2012)”, en Jim Rugh y Marco Segone (eds.), Voluntary Organizations for Professional Evaluation..., op cit., p. 70.

17 María Bustelo y Murray Saunders, “Making a difference: Supporting evaluative practice through the EES”, en Jim Rugh y Marco Segone (eds.), Voluntary Organizations for Professional Evaluation..., op cit., pp. 99-109.

19Isaaka H. Traore y Nermine Wally, “African Evaluation Association (AfrEA) Institutionalization of evaluation in Africa: The role of AfrEA”, en Jim Rugh y Marco Segone (eds.), Voluntary Organizations for Professional Evaluation..., op cit., pp. 56-69.

21Natalia Kosheleva y Tatiana Tretiakova, “International Program Evaluation Network (IPEN) Introduction of the methodology for gender and human rights responsive evaluation in the CIS región”, en Jim Rugh y Marco Segone (eds.), Voluntary Organizations for Professional Evaluation..., op cit., pp. 307-312.

23Shubh Kumar-Range, Shiv Kumar, y Pattanayak Sandip, A Regional Evaluation Organization for South Asia (mimeo).

25Pablo Rodríguez Bilella, “Challenges and possibilities of an evaluation network in Latin America and the Caribbean: the case of the ReLAC”, en Jim Rugh y Marco Segone (eds.), Voluntary Organizations for Professional Evaluation..., op cit., pp. 116-129

26Para la suscripción a sus listas de discusión, la cuenta de correo electrónico es [relac@gruposyahoo.com.ar], mientras que su plataforma social es [http://noticiasrelac.ning.com/].

27Estándares de evaluación en América Latina; Redes nacionales; Curso introducción a la evaluación; Políticas educativas y evaluación; Sistematización y evaluación; Eval Youth Latinoamérica y Caribe; Evaluación, género y derechos humanos; Evaluar desde Latinoamérica; Enfoques de planificación y modelos lógicos; Parlamento y evaluación; Evaluación y aprendizaje organizacional; Formación y evaluación .

30Jean Quesnel, “The Importance of Evaluation Associations and Networks”, op cit.

32Michael Q. Patton, Remarks to the Canadian Evaluation Society. National Capital Chapter, Annual General Meeting, Canada, Banff, 2001.

36Tessie T. Catsambas, Marco Segone, Soma da Silva y Murray Saunders, “Eval Partners: an international partnership to strengthen civil society’s evaluation capacities and promote equity”, en Marco Segone y Jim Rugh (eds.), Evaluation and Civil Society. Stakeholders’ perspectives..., op. cit., pp. 43-50.

37Soma da Silva y Murray Saunders, “International Organization for Cooperation in Evaluation”, op. cit.

38Jim Rugh, “Peer to Peer Program: Multiple mutually benefical partnerships being formed” [http://mymande.org/sites/default/files/files/p2p_report_(2013_05_13).pdf], fecha de consulta: 15 de septiembre de 2016.

39ReLAC desarrolló en este marco un curso de e-learning en español de “Introducción a la evaluación”, el que ha contado con más de 800 participantes [http://elearning.evalpartners.org/elearning/course-details/5].

40Organización de las Naciones Unidas, “Fomento de la capacidad para la evaluación de las actividades de desarrollo en los países”, Declaración A/RES/69/237, 19 de diciembre de 2014, Nueva York (información adicional sobre la resolución de NNUU en [http://www.unevaluation.org/mediacenter/newscenter/newsdetail/105)].

47Lise Kriel, “How to Build Evaluation Associations and Networks: Learning from the Pioneers”, en Marco Segone y Ada Ocampo (eds.), Creating and Developing Evaluation Organizations: Lessons learned from Africa, Americas, Asia, Australasia and Europe, Nueva York, IOCE, 2006, pp. 161-190.

48Nathalie Holvoet y Sara Dewachter, “Multiple Paths to Effective National Evaluation Societies...”, op. cit.

49Soma da Silva y Murray Saunders, “International Organization for Cooperation in Evaluation”, op. cit.

50Craig Russon y Arnold Love, The inaugural assembly of the International Organization for Cooperation in Evaluation: The realization of a utopian dream (mimeo), 2003.

51Fred Carden y Marvin Alkin, “Evaluation Roots: An International Perspective”, Journal of MultiDisciplinary Evaluation, 8(17), 2012, pp. 102-118.

52Osvaldo Néstor Feinstein, “La institucionalización de la evaluación de políticas públicas en América Latina”, Presupuesto y Gasto Público 68/2012, Secretaría de Estado de Presupuestos y Gastos, Instituto de Estudios Fiscales, 2012, pp. 41-52.

53Bagele Chilisa, Indigenous Research Methodologies, Sage Publications, Inc., 2011.

54Gabriela Pérez Yarahuán y Claudia Maldonado Trujillo (eds.), Panorama de los sistemas nacionales de monitoreo y evaluación en América Latina, Ciudad de México, Centro de Investigación y Docencia Económicas/Centro clear para América Latina, 2015.

55Lise Kriel, “How to Build Evaluation Associations and Networks..., op. cit.

56 Michael Scriven, “Beyond formative and summative evaluation”, en Milbrey Wallin McLaughlin y Denis Charles Phillips (eds.), Evaluation and education: At quarter century, Chicago, Illinois, University of Chicago Press, 1991, pp. 19-64.

57Pablo Rodríguez-Bilella, Sergio Martinic Valencia, Luis Soberón Alvarez, Sarah D. Klier, Ana L. Guzmán Hernández y Esteban Tapella, Estándares de evaluación para América Latina y el Caribe, Buenos Aires, Akian Grafica Editora, 2016.

58Joint Committee on Standards for Educational Evaluation, The Program Evaluation Standards. How to Assess Evaluations of Educational Programs, Thousand Oaks, Sage, 1994.

60Reinhard Stockmann, “Science‐Based Evaluation”, en Reinhard Stockmann y Wolfgang Meyer, Functions, Methods and Concepts in Evaluation Research, Basingstoke Hampshire, Palgrave Macmillan, 2013.

61Pablo Vidueira, José M. Díaz-Puente y Ana Afonso, “The Worldwide Expansion of Evaluation: a World of Possibilities for Rural Development”, Cuadernos de Desarrollo Rural, 10(70), 2013, pp. 159-180.

62 Collin Kirk, “UNICEF”, en Marco Segone y Jim Rugh, Evaluation and Civil Society. Stakeholders’ perspectives..., op. cit., p. 5.

Recibido: 23 de Septiembre de 2016; Revisado: 10 de Octubre de 2016; Aprobado: 30 de Marzo de 2017

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