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Política y cultura

versión impresa ISSN 0188-7742

Polít. cult.  no.36 México ene. 2011

 

Políticas públicas y cambio climático

 

La gestión del agua: tensiones globales y latinoamericanas

 

Nubia Nieto*

 

* Investigadora en World One, Londres. Consultora independiente en Inglaterra para diversas organizaciones privadas; especializada en asuntos de América Latina y Europa Mediterránea [nubia.niet@gmail.com].

 

Artículo recibido el 14-08-10.
Artículo aceptado el 22-06-11.

 

Resumen

La historia del mundo está llena de tensiones provocadas por la escasez de recursos naturales: oro, diamantes y petróleo. Sin embargo, el agua, que hasta ahora no había sido considerada un factor de conflicto, con el cambio climático se convierte en "el oro azul" de este siglo. El presente texto analiza los riesgos de la falta de agua a escala mundial, particularmente en América Latina, que pese a sus abundantes recursos, enfrenta problemas de escasez. El aumento de la población, inadecuadas políticas de gestión, falta de tecnología de punta y prácticas de corrupción agravan la situación, poniendo en peligro el desarrollo de la región latinoamericana.

Palabras clave: América Latina, escasez de agua, tensiones globales, cambio climático, gestión del agua.

 

Abstract

World history is full of conflicts caused by the scarcity of natural resources: gold, diamonds and oil. However, the water that has not previously been considered a source of conflict, with the climate change it becomes "the blue gold" of this century. This paper analyzes the risks of water shortage worldwide, particularly in Latin America, which despite its abundant resources, is facing scarcity of this element. The population growth, inappropriate management policies, lack of innovative technology and corruption aggravate the situation, putting in danger the development of the Latin American region.

Key words: Latin America, water scarcity, global tensions, climate change, water management.

 

INTRODUCCIÓN

La historia del mundo está llena de ejemplos de conflictos e invasiones provocados por la escasez de los recursos naturales. En la mayoría de los casos los países más poderosos tratan de tomar posesión de estos recursos: oro, diamantes, petróleo, madera y tierras cultivables. Sin embargo, el agua, que hasta ahora no había sido considerada una causa de tensión y rivalidad, hoy su suministro se convierte en un asunto de seguridad internacional y en una cuestión esencial en la agenda de casi todos los gobiernos.

El presente texto intenta responder a una serie de cuestiones: ¿por qué el agua se ha convertido en el "oro azul" de este siglo y de los próximos a escala global?, ¿cómo afectará la escasez de agua en América Latina?, ¿podrá América Latina generar su propio modelo de desarrollo sustentable para garantizar el acceso al agua potable?

Este artículo tiene como objetivo analizar la aparición de tensiones a escala mundial y regional generadas por factores climáticos y por la inadecuada gestión en el agua potable; así como examinar el recrudecimiento de desigualdades sociales en América Latina reflejados por el acceso al vital líquido.

Cabe señalar que el texto no se funda en un estudio de caso ni tampoco en investigaciones empíricas, sino discute una serie de planteamientos generales que se debaten en los espacios de las políticas públicas del manejo del agua.

El texto se guía en un enfoque interdisciplinario sobre la gestión del agua que plantea el aprovechamiento coordinado de la misma y su entorno con el fin de mejorar las condiciones sociales y económicas de los individuos. La metodología incorpora el análisis periodístico, reportes institucionales, observaciones regionales, seguimientos de organismos no gubernamentales y presenta una bibliografía especializada. El texto se compone de cuatro apartados. El primero analiza los efectos del cambio climático y la falta del agua. El segundo estudia las tensiones globales motivadas por la escasez del líquido. El tercero describe las contradicciones que enfrenta América Latina: por un lado abundancia de este recurso y, por otro, escasez del mismo. El cuarto expone las principales iniciativas internacionales para preservar el acceso al agua en todos los sectores sociales. Finalmente se presentan un conjunto de reflexiones sobre el tema.

En años recientes diversos estudiosos han planteado diferentes enfoques para analizar y proponer soluciones frente a la escasez del agua. Los debates sobre gestión del agua son amplios y de diversa naturaleza ideológica. Sin embargo, para propósitos de este texto se toma el enfoque de la gestión integrada del agua desarrollado por la Asociación Mundial para el Agua (Global Water Partnership —GWP). Según la GWP la gestión integrada del agua es un proceso que promueve la gestión y el aprovechamiento coordinado del agua, la tierra y los recursos relacionados, con el objetivo de maximizar el bienestar social y económico de manera equitativa sin comprometer el desarrollo sustentable de los ecosistemas vitales.1

Desde la perspectiva de la GWP, la gestión integrada del agua debe ser un proceso que comprometa tanto a las autoridades internacionales, gubernamentales, locales, al sector privado como a la sociedad entera, con el objetivo de evitar confrontaciones y prevenir desequilibrios en los ecosistemas. El enfoque de la GWP destaca no sólo una visión participativa sino también un compromiso en los modelos educativos de la gestión y utilización del agua.

 

CAMBIO CLIMÁTICO Y ESCASEZ DEL AGUA

El cambio climático2 tiene importantes consecuencias humanas, económicas, políticas, sociales, éticas, tecnológicas y ambientales. Las temperaturas de los océanos están aumentando, lo que contribuye a la expansión de los niveles del mar, causando inundaciones y desastres para la navegación. La agricultura es otro sector ampliamente afectado en la medida que la falta de lluvias, el aumento de temperaturas, la erosión de los suelos fértiles, la expansión de zonas desérticas, la frecuencia de tormentas e inundaciones provocan menor producción alimentaría y mayores índices de hambre en el mundo. Algunos estudios indican que 30 millones más de personas podrían padecer hambre a causa del cambio climático para el 2050. También se prevé que el cambio climático podría conducir a la desaparición de un cuarto de especies animales y plantas sobre la tierra, lo que significaría que más de un millón de especies podrían extinguirse para el 2050.3

El impacto del cambio climático está en diferentes dimensiones; sin embargo, este trabajo se centra en sus consecuencias a nivel de la escasez de agua potable. La insuficiencia de este líquido se acelera debido a diversas razones. El aumento de las temperaturas y los cambios en las características hidrológicas, afectan tanto la calidad del agua como la contaminación de este líquido por sedimentos, nutrientes, carbono orgánico disuelto, agentes patógenos, plaguicidas y sales. La escasez del agua también se incrementa por el aumento del nivel del mar, que provoca una expansión de las zonas de salinización4 de las aguas subterráneas y de los estuarios, así como la alteración de los ecosistemas en las zonas costeras.5

La falta de agua potable en el mundo hace que se le considere como el "oro azul" de nuestros tiempos. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el planeta cuenta sólo con 3% de agua dulce, apta para el consumo humano; del cual, sólo 1% es accesible, pues 2% se encuentra congelada en glaciares y en las profundidades de los océanos; y el resto, es decir 97%, está compuesto de agua salada, que no es apropiada para las actividades humanas.6 Debido al escaso porcentaje de agua accesible, se estima que en los próximos años, la insuficiencia de este líquido afectará a casi el 48% de la población mundial, es decir, al menos 3.5 mil millones de personas sufrirán por problemas de agua; en este contexto, el dilema por conseguir el vital líquido amenaza al mundo entero con conflictos y guerras.7

En el Informe final de la ONU titulado "Agua limpia para un mundo sano" se indica que la necesidad básica por persona y por día es de 20 a 40 litros de agua libre de contaminantes nocivos y de agentes patógenos, aunque esta cifra aumenta a 50 litros cuando se tiene en cuenta la necesidad de cocinar y asearse.8 Sin embargo, esta cifra varía considerablemente de acuerdo con cada país. Los ciudadanos estadounidenses consumen 500 litros por día, seguidos por los británicos que consumen 200 litros por día.9 Mientras en ciertos países africanos como Gambia apenas se alcanza un consumo de 4.5 litros por día. Malí y Somalia llegan a un máximo de 8.5 litros por día.10

Siguiendo el Informe Final de Naciones Unidas cada año se registran 4 mil millones de casos de diarrea, además de otros millones de enfermos por cólera, parásitos, dengue, malaria y otras enfermedades tropicales que tienen que ver con la falta de agua potable, lo que significa que cada 14 segundos muere alguien por insuficiencia de agua limpia. Anualmente 1.7 millones de personas perecen a causa de la diarrea, la mayoría de ellas, niños menores de cinco años.11 Más aún, 2.2 millones de muertes pueden ser evitadas si se tuviera acceso al agua limpia.12 Generalmente, las muertes se registran en zonas con bajos niveles de higiene y en áreas con dificultad para la obtención del líquido.

Actualmente, una de cada cinco personas (20%) de la población mundial no tiene acceso al agua potable en el mundo, y se prevé que para el 2025 dos tercios de la población mundial, o sea 66.6%, enfrentará problemas de insuficiencia de agua, y un tercio de la población global (33.3%) vivirá en escasez absoluta.13 Para el 2030 se proyecta que uno de cada cinco países en el mundo enfrentará penurias de agua.14 Además, se espera que para el 2025 la falta del agua desencadene problemas de insuficiencia alimentaría de aproximadamente 350 millones de toneladas de alimento a escala mundial.15

Actualmente 70% del agua dulce es usada para la agricultura, sin embargo, los ineficientes sistemas de irrigación causan que 60% del 70% del agua utilizada en la agricultura se pierda en la evaporación, lo cual provoca que se necesiten más litros de agua para los cultivos. "No hay una sola solución para mantener la seguridad alimentaría si no se soluciona primero la escasez del agua".16

En el Cuadro 1 se puede observar la cantidad de agua necesaria para producir un kilo de alimento, lo que nos lleva a pensar acerca de los alcances que la escasez de agua traerá para la subsistencia alimentaría en las próximas décadas.

La búsqueda de agua dulce ha llevado a la construcción de presas que puedan asegurar el suministro en muchos países, lo cual ha causado no sólo destrucciones ambientales, sino también tensiones entre naciones, pues cada país intenta construir sus propias reservas. Por ejemplo, en 1950 habían cinco mil presas en el mundo, actualmente hay 38 mil y se prevé la construcción de 48% más para el 2025.17

El 60% de los 227 ríos más grandes del mundo están fragmentados por presas, desviaciones y canales, lo cual causa que 90% del volumen total del agua fluya sólo a través de estos ríos.

En lo que respecta a la altura de las presas, se observa que la mayoría son menores a 15 metros de altura a excepción de China, Japón, India y España, donde la altura alcanza más de los 30 metros. Sin olvidar que China se niega a proveer más datos de sus represas y reservas de agua por considerarlo un asunto de seguridad nacional.18

El aumento de la población mundial, que actualmente se encuentra en los 6.9 mil millones de habitantes y se prevé que incremente a 9.1 mil millones para 2050,19 plantea un gran desafió para los gobiernos de todos los países, sobre todo en términos de suministrar agua necesaria para sus poblaciones.

Por otra parte, el ritmo de crecimiento poblacional anual a escala mundial se acerca a los 80 millones de habitantes, cuya demanda de agua, que es la base de la vida en nuestro planeta, es de casi 64 mil millones de metros cúbicos, lo que significa que para poder responder a sus demandas del líquido sería necesario sustraer cada año el total de las aguas del río Rin en Alemania.20

En este contexto, algunos gobiernos comienzan a declararse en estrés por la obtención del líquido, mientras que para otros la situación es ya de escasez declarada,21 por ejemplo, algunos gobiernos africanos como en Etiopia o Somalia ya se han declarado en escasez del líquido vital, lo que plantea que para obtener algunos litros se tengan que recorrer grandes distancias. Tan sólo en ciertas regiones de África una mujer debe caminar de seis kilómetros a 3.7 millas para conseguir unos cuantos litros de agua.22

La falta de agua a escala mundial plantea importantes preocupaciones para los gobiernos de todo el mundo. No sólo en términos ecológicos en la medida que la insuficiencia del agua contribuye a la extinción de plantas y animales propios de un determinado ecosistema,23 sino también en cuanto al incremento de los riesgos y las amenazas para la salud pública de un país, así como para la estabilidad política del mismo.

La calidad de agua24 es otro factor que también no sólo ha sido deteriorado por las consecuencias del cambio climático, sino también está contribuyendo a la división social y económica en el acceso al vital líquido. De acuerdo con la ONU, la calidad de agua afecta a todos los ecosistemas y áreas del desarrollo humano, así como también el nivel de salud de sus habitantes, en los alimentos que produce, en sus actividades económicas y en la manutención de la diversidad biológica.25 En este sentido, la calidad de agua en el mundo está disminuyendo, fundamentalmente por el creciente aumento de la población, la rápida urbanización y la introducción de nuevos agentes patógenos, de nuevos productos industriales y químicos, y la falta de procesamiento tecnológico al tratamiento del agua para fines de uso domestico. La brecha entre países ricos y pobres se hace más grande y la posibilidad de enfrentar nuevos conflictos también se plantea no sólo con vistas a mantener un ritmo de crecimiento industrial y económico constante, sino también con el objetivo de satisfacer las necesidades para sus poblaciones.

 

TENSIONES INTERNACIONALES

La insuficiencia de agua es un fenómeno global que trae consigo importantes consecuencias en la seguridad interna de todos los países. En 2007, el secretario general del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, expresó su preocupación debido al impacto del cambio climático en materia de escasez de agua para la paz y seguridad internacional.26

En el Oriente Medio han surgido algunos conflictos motivados por el déficit de agua. Por ejemplo, los conflictos entre el Líbano e Israel han aumentado después de que el Estado judío acusara a Líbano de desviar agua de un río que alimenta el Mar de Galilea, fuente principal de agua dulce en Israel.27

La misma situación se observa en Turquía, donde incluso la obtención de agua se ha convertido en una estrategia gubernamental a través del "plan Turquía", que pretende construir presas para almacenar las aguas de los ríos Tigris y Éufrates, un esquema fuertemente rechazado por Siria e Irak.28

Por otra parte, en África se espera que entre 75 y 250 millones de personas sufrirán penurias de agua para el 2020, por lo cual muchas regiones de este continente, particularmente en Etiopía, Sudán y Egipto, podrían entrar en disputa por las aguas del Nilo Occidental.29 Una situación similar es probable que ocurra entre Botswana, Namibia y Angola, que tratan de sacar agua del río Cuito. Sin dejar de lado la creciente escasez que se acelera en Somalia.30

El continente africano se encuentra en línea de fuego en el calentamiento global. Cerca de tres cuartas partes de la fuerza de trabajo depende de las lluvias de temporada para la agricultura. Los efectos del cambio climático han causado sequías e inundaciones. Se estima también que para el 2020 la agricultura en está región será reducida en más del 50%, lo cual producirá mayor aumento en el empobrecimiento del continente y altos índices de emigración. El lago Chad, que era el cuarto lago más grande del continente en la década de 1960 con una área de 26 mil kilómetros cuadrados, hoy es una zona desértica y un ejemplo de agotamiento de recursos acuíferos en el continente y, sin duda, un reflejo de futuros escenarios y disputas en la región.31

Más aún, en el conflicto entre grupos nómadas árabes y agricultores del África negra, en Darfur, Sudán, que ha dejado más de 200 mil muertos y ha obligado a dos millones de personas a abandonar sus hogares desde 2003, ha sido causado en gran medida por la escasez del agua. La emigración de los nómadas árabes del norte de Darfur, que se ha convertido en una zona desértica, hacia el sur, que pertenece al África negra y donde se encuentra el líquido vital, ha marcado otra línea en la naturaleza de los conflictos contemporáneos provocados por el cambio climático.32

En Asia, la meseta tibetana, la más importante fuente de agua para el continente asiático, es un punto de conflicto para China, India, Bangladesh, Myanmar, Bhután, Nepal, Camboya, Pakistán, Laos, Tailandia y Vietnam. También hay que señalar que estos países representan más de la mitad de la población mundial, y que todos ellos presentan insuficiencia de agua potable.33

De hecho, la falta de agua en China amenaza la estabilidad y prosperidad de este país en los próximos años. Más de la mitad de las 660 ciudades chinas sufren de un déficit de este líquido en 90% afectando a 160 millones de personas. Sin embargo, la demanda de agua se incrementará de 50 mil millones de metros cúbicos a 80 millones, un crecimiento del 60%. La demanda industrial de agua, mientras tanto, se incrementará de 127 mil millones a 206 mil millones de metros cúbicos, una expansión del 62%.34

El crecimiento del desarrollo de la economía en China y en India está condicionado a sus reservas acuíferas. Tan sólo en China se necesita un millón de litros de agua para producir una tonelada de trigo, lo cual hace más rentable importar este alimento que producirlo en territorio propio.35

En Australia, las sequías en 2006 demostraron que incluso uno de los países más ricos es vulnerable ante la escasez de agua. De acuerdo con los reportes del gobierno australiano, las lluvias en el este de Australia podrían caer a 40% para el 2070, acompañado de un dramático incremento en las temperaturas. El sistema ríos Murria-Darling, que provee más de tres cuartos de agua que es consumida en el país, está operando a más del 50% por debajo de su nivel, lo cual plantea serios retos para Australia, y desde luego para los habitantes de las ciudades, para los agricultores que han visto dañados sus cultivos y para el abastecimiento alimentario del país.36

El Cuadro 2 puede ofrecer una idea de la disponibilidad de agua en diferentes regiones del mundo en comparación con los niveles de población.

La disponibilidad de agua en cada región del mundo se plantea como un problema en la medida que sus niveles de población muestran disparidades continentales, en particular se puede observar la preocupación que existe en el continente asiático, que alberga más de la mitad de la población mundial y sólo cuenta con 36% de los recursos hídricos en el mundo.

Los gobiernos a escala internacional están tratando de resolver la falta de agua por medio de suministros de agua subterráneos, lo cual tampoco soluciona la carencia del líquido a mediano y largo plazo, pues crea hundimientos de superficies tal como ha sucedido en Bangkok, capital de Tailandia, en la Ciudad de México y en Venecia, Italia.

Lograr el suministro de agua para todos los países es el reto de este siglo. Mandatarios de todo el mundo, organizaciones internacionales y nacionales, así como miembros de la sociedad en general analizan alternativas no sólo en las fuentes de este recurso, sino también estrategias de gestión del agua para evitar conflictos.37

 

EL "ORO AZUL" EN AMÉRICA LATINA

En América Latina y el Caribe el agua dulce es una de las riquezas de esta región, contando con 26% de las reservas de agua a escala mundial.38 Este continente contiene cuatro de los 25 ríos más grandes del mundo, entre ellos Amazonas en Brasil, Paraná en Argentina, Orinoco en Venezuela y Magdalena en Colombia, sin dejar de lado la importancia del Río de la Plata en Argentina y el río de San Francisco en Brasil.39 Sin embargo, América Latina se enfrenta también a la escasez de agua y por consiguiente al suministro de este líquido en los próximos años, especialmente en áreas rurales e indígenas. Existen diferentes causas nacionales e internacionales que permiten explicar esta paradoja, entre las que destacan una población en constante aumento, la creciente pobreza, la corrupción generalizada, la falta de educación de su población para cuidar este recurso vital, la industrialización no regulada que contamina el agua con facilidad, inadecuadas prácticas agrícolas y una infraestructura tecnológica deficiente.40 Sin olvidar las ineficientes políticas de gestión y administración del agua, así como la falta de compromiso de multinacionales en invertir en infraestructura y desarrollo científico en la región.

En la mayoría de los países de América Latina, el déficit de agua es un denominador común, incluidos aquellos países que tienen los mayores lagos y ríos en el mundo, tales como Brasil, Venezuela y Argentina.

Por ejemplo, el río Amazonas en Brasil representa una quinta parte de los recursos hídricos del planeta, en tanto el Lago de Maracaibo en Venezuela, el río Titicaca en Perú y Bolivia, y el Río Bravo en México son otras importantes fuentes de agua para la región latinoamericana, y pese a la abundancia de este recurso, todos estos países presentan problemas de suministro y tratamiento del líquido.41

Los ríos y lagos en América Latina se están agotando rápidamente. Las ciudades cada vez más necesitan de los suministros de agua subterránea para abastecer las necesidades de sus poblaciones, actualmente 29% del agua potable en la región proviene de este método de suministro hídrico, del cual dependen 150 millones de personas.42

En América Latina varios países han enfrentado problemas de acceso al agua potable, lo que contribuye a acentuar desigualdades sociales. Un ejemplo de ello es Argentina, donde sus habitantes han tenido dificultades para acceder al agua potable debido al aumento constante en las facturas y a la falta de recursos financieros para costearlas, particularmente después del proceso de privatización en el cual la compañía francesa Suez, se apoderara del mercado del agua argentino. Esta situación se observa a menudo en las zonas desfavorecidas donde en muchos casos los habitantes tienen que vender sus casas para poder pagar las facturas del vital líquido o de lo contrario enfrentan acciones legales en su contra. Hasta el momento hay más de ocho mil desalojos y la incautación de bienes por falta de pagos en el servicio de agua.43

En Uruguay se observa una situación similar, donde los precios en las facturas de agua se incrementaron de 200 a 1200 pesos uruguayos, unos 104 dólares estadounidenses. El aumento del 600% en el precio del agua desató no sólo descontento entre la población, sino también problemas de acceso al agua potable en sectores menos favorecidos.

México, que cuenta con ríos y lagos importantes, también enfrenta problemas de acceso al agua potable, pues al menos 94% de sus aguas están contaminadas. Sin olvidar que la sobreexplotación de 102 acuíferos y la desaparición de cinco lagunas han causado que 38 de sus ciudades enfrenten problemas serios de abasto de agua potable. El mapa de suministro de agua en este país es bastante complejo, tomando en cuenta que 77% de la población vive en zonas áridas y semiáridas, más de 11 millones de personas sobre todo en áreas rurales no tienen acceso al agua potable.

Por otra parte, también se registran problemas graves de gestión del líquido ya que al menos 50% de desperdicio del agua, y alrededor de 70% de aguas residuales no reciben ningún tratamiento. En tanto, el crecimiento de las urbes se acelera agravando aún más el problema; actualmente, cerca de 25 millones de mexicanos, que radican en 23 ciudades, enfrentan dificultades para obtener agua potable, y se estima que 40% de ésta se desperdicia en fugas en la Ciudad de México.44

La escasez del agua lleva a países vecinos a firmar acuerdos para tener acceso al vital líquido. Por ejemplo, México y Estados Unidos mantienen un acuerdo para hacer uso de sus aguas fronterizas a través del Tratado de Límites y Aguas, firmado en 1944. El país del norte entrega a México cada año 1 850 metros cúbicos del río Colorado, en tanto México envía del río Bravo 431.7 millones de metros cúbicos a los estadounidenses. No obstante, este acuerdo ha generado una "crisis de entrega de aguas" debido a la larga sequía que experimentó México en la década pasada, la cual le impidió cumplir con el compromiso y, aunque ya se cubrió la deuda de agua, es un problema que sigue latente por las eventuales sequías en el norte del territorio mexicano.45

México ha registrado conflictos interestatales entre el Estado de México y el Distrito Federal, lo cual llevó al gobierno mexiquense a promover una controversia constitucional contra el gobierno federal ante la Suprema Corte para evitar el "saqueo" de sus recursos hídricos.46 Aunque esta medida es un punto de controversia y ampliamente discutible, lo cierto es que la escasez del líquido plantea tensiones internas entre los gobiernos.

En América Latina se puede observar que la escasez de agua es una cuestión compleja que involucra diversos actores públicos, privados y sociales. Así como inadecuadas políticas de gestión pública en el manejo del agua, por ejemplo, América Latina cuenta con un déficit en el tratamiento de aguas residuales de 88%.47 Por otro lado, la falta de compromiso de empresas privadas multinacionales por invertir en infraestructuras tecnológicas una vez que controlan el mercado del agua es otro factor que contribuye a agravar la situación, sin eludir la responsabilidad ciudadana en el cuidado del vital líquido.

Respecto de las multinacionales que tienen presencia en el mercado latinoamericano, se puede observar que la privatización de los servicios del agua tampoco han dado los resultados esperados. Por ejemplo, Suez y Vivendi, esta última recientemente renombrada Veolia de Francia, y RWE-AG de Alemania, que ofrecen servicios de agua y tratamientos de aguas residuales a casi 300 millones de clientes en más de 100 países, no invierten directamente en la infraestructura y en la tecnología en las zonas pobres en América Latina.48

En este contexto, diversas organizaciones no gubernamentales han comenzado a expresar su preocupación tanto por la gestión pública interna de los gobiernos como de los procesos de privatización del agua en diversas partes del mundo y, particularmente, en América Latina. Por ejemplo, la organización no gubernamental WaterAid, que trabaja en 26 países de África, Asia y la región del pacífico —y la cual ayuda a tener acceso a este vital líquido, así como a mejorar la calidad del agua, la higiene y educación—, ha lanzado una serie de comunicados de alerta en los cuales señala que el acceso y la calidad del agua potable están acelerando las desigualdades sociales y están a punto de convertirse en un privilegio al cual se tendrá acceso, dependiendo del nivel de recursos financieros disponibles. Siguiendo el llamado de WaterAid, la privatización en los servicios de agua potable contradicen los derechos humanos en África, Asia y América Latina.49

En el mismo sentido, la organización "Friends of the Earth" destaca su preocupación ante la polarización social y los costos ambientales generados por el proceso de privatización en el agua en América Latina.50

Mientras tanto, diversas organizaciones independientes y académicas insisten en respetar el principio afirmado por las Naciones Unidas en el cual se ratifica el agua como derecho humano en su observación general núm. 15, sobre el Derecho al Agua del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, subrayando que el deber de los gobiernos es asegurar el abastecimiento de agua y los servicios de saneamiento a sus poblaciones: "Toda forma de vida necesita agua para existir. Es por ello que el Estado debe reconocer el agua como un derecho humano y garantizar su acceso, calidad y cantidad suficientes para la vida y el disfrute de otros derechos humanos ligados al agua como la alimentación, la cultura, los servicios públicos, entre otros".51

El proceso de privatización en el mercado del agua tampoco ha solucionado el problema de la escasez y gestión del líquido. Según la Agencia Británica de Medio Ambiente, Suez, Vivendi, Thames Water (RWE), Wessex Water y la desaparecida Enron fueron clasificadas dentro de las cinco compañías más contaminantes del mundo en 1999, 2000 y 2001. En América Latina, Suez y Vivendi han sido responsables de innumerables daños ambientales. Tan sólo en Buenos Aires, Argentina, donde Suez controla el mercado, 95% de las aguas residuales fueron vertidas al Río de la Plata, causando serios daños ambientales que han sido asumidos tanto por su coste financiero como por su impacto social por el gobierno y la población argentina.52

Mientras tanto, las empresas trasnacionales dedicadas al negocio del agua intentan forzar a los gobiernos a compensarlas en caso que el proceso de privatización de sus sistemas hídricos fracase. Por ejemplo, en el Tratado del Área Libre Comercio de las Américas (ALCA) o denominado en Inglés The Free Trade Area of the Americas (FTAA) en el estatuto de servicios y negociaciones de inversiones se establece que se podría comprometer a los gobiernos, particularmente en América Latina y el Caribe, a no sólo presionar a privatizar sus sistemas sino también a requerir de sus gobiernos un pago por compensación a las empresas que inviertan es ese país si no se reditúan los márgenes de ganancias esperadas para el sector privado.53

Hasta ahora, los resultados de la privatización en América Latina han fracasado en la eficiencia de la gestión del agua, y por el contrario, han elevado los precios en el consumo del líquido. El costo final para los consumidores de agua es de mil a 10 mil veces más caro, y las propias botellas de plástico son un factor de contaminación de las aguas subterráneas y del medio ambiente. Cabe mencionar que las cuatro grandes multinacionales de refrescos lideran también el embotellamiento del agua: Coca-Cola, Pepsico, Nestlé y Danone.54

Las ganancias para las empresas del agua representan un negocio redituable. Tan sólo Suez (anteriormente llamada Suez Lyonnaise des Eaux) en 2001 generaba 9 mil millones de dólares en ingresos por el comercio de agua. En tanto, Vivendi Universal o Veolia obtenía 12.2 mil millones de dólares en 2001 por el mismo concepto. Estas dos compañías controlan el comercio del agua en más de 100 países y distribuyen el vital líquido a más de 100 mil millones de personas en el mundo. Otro gigante del comercio del agua es la multinacional alemana RWE y su subsidiaria inglesa Thames Water, así como la empresa estadounidense Bechtel, la cual ha promovido la privatización en América Latina,55 no han generado tampoco modelos de eficiencia en el suministro del agua ni mejores alternativas en la infraestructura y la tecnología del manejo y calidad del agua.

El proceso de privatización del agua ha sido cuestionado varias veces tanto por la manera de obtener los contratos como en la gestión. Por ejemplo, magistrados franceses han investigado en varias ocasiones acusaciones de corrupción contra ejecutivos de Suez y Vivendi. En tres ocasiones, ejecutivos de estas empresas han sido procesados judicialmente por corromper y sobornar autoridades para obtener contratos en América Latina y África.56

En este contexto, el agua limpia y de buena calidad se convierte en un privilegio para las personas que pueden permitirse pagar por este líquido.

Mientras tanto, el resto de la población tiene que conformarse en recibir el suministro sin exigir mejores estándares en la calidad del agua.

Ciertamente, existen varios grupos, individuos y sectores políticos y sociales que han cobrado conciencia tanto de los riesgos de la escasez del agua como de la gestión de la misma y se han lanzado a movimientos sociales para demandar el acceso al agua como principio de los derechos humanos y como base del desarrollo sustentable57 en América Latina.

 

INICIATIVAS INTERNACIONALES

La preocupación para asegurar el suministro de agua en América Latina plantea un importante reto tanto para las organizaciones internacionales como para los gobiernos de la región.

De acuerdo con el Comité Técnico Asesor para América del Sur (SAMTAC) de la Asociación Mundial para el Agua (Global Water Partnership, GWP), que representa una red internacional abierta a todas las organizaciones involucradas en la gestión del agua, América Latina y el Caribe deben esforzarse no sólo en mejorar el cuidado de este líquido sino también en crear nuevas leyes para la gestión de los recursos hídricos con el fin de evitar conflictos por la obtención de este líquido.58

En el mismo sentido, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), también está impulsando diversas iniciativas y acciones orientadas a la gestión del agua en la agenda de los gobiernos latinoamericanos a través de la División de Recursos Naturales e Infraestructura. Siguiendo el reporte de la CEPAL, todos los países de la región enfrentan desafíos constantes, lo que implica la necesidad de encontrar fórmulas de legislación y organización capaces de prevenir y solucionar los conflictos crecientes por el uso del agua y la ocurrencia de fenómenos naturales extremos. Paradójicamente, mientras los conflictos vinculados al agua se incrementan, algunos países de la región han reducido su capacidad diplomática y política para solucionarlos, sumergiendo a los países latinoamericanos a una "crisis de gobernabilidad en la gestión del agua".59

El debate en la gestión del agua sigue abierto, mostrando en numerosas reuniones que no existe un rumbo definido, ni teórico ni conceptual, para lograr consensos sobre nuevas opciones para mejorar la gestión del agua ni desde la óptica de la iniciativa privada ni desde las políticas públicas de los gobiernos. Esto da como resultado que a cada cambio de autoridad se generen a su vez cambios en las formas de gestión de agua, sin que haya acuerdos regionales en el cuidado y defensa social de este líquido. En los últimos diez años se han planteado más modificaciones en las legislaciones de agua, que en todo el siglo pasado. Constantemente se modifican metas, se cambia de personal, o se reestructuran las instituciones encargadas de la gestión del agua. Lamentablemente, a pesar de todos estos esfuerzos, el deterioro de los recursos hídricos sigue en aumento.60

Entre los factores que explican la dificultad para mejorar los sistemas de gestión del agua se encuentran la falta de estrategias para detener la contaminación del líquido y la carencia de infraestructura para su cuidado.

La visibilidad en la escasez del agua en América Latina representa una nueva realidad para la región. La Organización de las Naciones Unidas, en su programa para el Medio Ambiente y a través de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe (ROLAC) destaca que el principal problema en América Latina no es la falta del recurso, sino la administración y la falta de políticas gubernamentales para cuidarlo.61

En el mismo sentido, el cuarto Foro del Agua Mundial celebrado en México, Distrito Federal, en marzo de 2006, concluyó a través de un reporte final llamado "Water, a Shared Responsibility'' (Agua. Una responsabilidad compartida), producido por 24 Agencias de Naciones Unidas, que el principal problema en América Latina en materia de agua no es la falta de recursos naturales, sino la contaminación de este líquido asociado a los efectos de la inadecuada gestión gubernamental, corrupción, impunidad, falta de rendición de cuentas de los gobernantes, carencia de infraestructura e ineficiente asesoría técnica para mantener en buen estado este recurso.62

La evaluación presentada en el cuarto Foro del Agua Mundial también indica que la falta de agua genera pobreza, y los sectores más pobres son quienes sufren en mayor medida de las consecuencias de la falta de este líquido. Por ello, mejorar su distribución es luchar contra la pobreza y la desigualdad social principalmente en una región donde hay abundantes recursos naturales pero altos índices de corrupción y pobreza.

Tanto el reporte de la oficina Regional para América Latina y el Caribe como el informe del cuarto Foro del Agua Mundial subrayan la ausencia de marcos legales y una inadecuada gestión, junto con la falta de concienciación social en la administración del líquido como principales causas del déficit de agua potable en la región.

 

REFLEXIONES FINALES

La escasez del agua es sin duda uno de los problemas centrales de este siglo tanto internacional, como nacional y localmente. El incremento de la población, el crecimiento industrial, la alteración en los ciclos del agua debido al cambio climático y la alteración en los ecosistemas, la ineficiente gestión pública y la falta de compromiso de la iniciativa privada en el manejo sustentable del agua. Así como, la falta de tecnología innovadora y serios programas educativos en materia del cuidado del agua, han agravado el problema de la escasez y el acceso al vital líquido no sólo en América Latina sino mundialmente.

La crisis del agua es un problema global que afecta a todos los países, sin embargo, las naciones más pobres son las vulnerables, y cuyos costos sociales son los más severos.

Durante varias décadas el pensamiento predominante para solucionar la crisis del agua fue dejar la gestión del líquido a la iniciativa privada. En este sentido, la Banca Mundial y el Fondo Monetario Institucional han apoyado la expansión del poderío de corporaciones multinacionales, presionando a los gobiernos de todo el mundo a privatizar su sistema de aguas como condición para obtener préstamos o reestructuraciones de sus deudas.

Sin embargo, se ha observado recientemente que la gestión de las aguas en manos de empresas privadas tampoco ha contribuido mucho a solucionar el problema. Por el contrario, se está generando mayor desigualdad social en el acceso al agua potable y enormes daños ambientales, debido a que nada obliga a las empresas trasnacionales a garantizar el suministro de agua a todos los sectores sociales, ni tampoco a impulsar proyectos de desarrollo sustentable en el cuidado del agua en los países donde se establecen.

Actualmente se plantea que la gestión del agua no esté concentrada en un sector único, sea público o privado, sino en la participación de todos los sectores políticos, sociales y económicos. La gestión integral del agua planteada por Global Water Partnership (GWP) busca anticiparse ante la aparición de conflictos generados por la escasez del agua, impulsando a la sociedad civil en su conjunto a crear iniciativas de respuesta de manera coordinada e integral con organismos públicos y privados para mejorar el acceso al agua potable. La visión del GWP también intenta conectar a los sectores encargados de la gestión pública, de la industria, del ambiente y del ecosistema, de la agricultura y ganadería, de las finanzas, así como a los ciudadanos para crear una gestión sustentable que no esté dirigida solamente por intereses financieros de la iniciativa privada ni tampoco por el populismo del sector público, sino por medidas sustentables que garanticen eficiencia económica, armonía social y cuidado del ecosistema.

Reducir las diferencias sociales en América Latina es uno de los grandes retos de nuestro siglo, sin embargo, asegurar la disponibilidad del agua de buena calidad a toda la población es una prioridad universal. Los recursos hídricos deben garantizarse y asegurarse como parte de los derechos humanos de todos los individuos en el mundo, sin importar su religión, origen étnico, color de piel, nivel educativo o nivel de ingresos.

América Latina camina hacia un paraje deprimente donde miles de millones de personas no tendrán acceso a suministros básicos de agua potable, lo cual incrementará el número de enfermedades en la región. La industria y la agricultura también sufrirán severas consecuencias al riesgo de frenar el desarrollo industrial, y aumentar los precios en los alimentos, empeorando aún más los niveles de nutrición y salud pública de no reaccionar inmediatamente.

Inundaciones, huracanes y sequías son fenómenos cada vez más frecuentes en América Latina, causando no sólo daños económicos y ambientales, sino también dolorosas experiencias y miles de pérdidas de vidas humanas.

La contaminación en las aguas que proveen agua potable a zonas periféricas, rurales y urbanas está presente en todos los países de la región, por lo cual se hace urgente la necesidad de implementar un enfoque multidisciplinario y multicultural para controlar el desperdicio del vital líquido y para buscar soluciones a corto, mediano y largo plazo.

En América Latina, las principales causas que agravan la situación son el derroche indiscriminado del agua potable y la falta de marcos legales para sancionar el abuso y desperdicio de este líquido vital; el déficit de servicios básicos de abastecimiento y saneamiento, la degradación y contaminación de las corrientes de agua, tanto por la descarga de los efluentes urbanos como los industriales; el manejo inadecuado de las cuencas hidrográficas; la deforestación indiscriminada de vastas zonas geográficas; la pobre infraestructura en el procesamiento de mantos acuíferos y, desde luego, la proclividad de algunas autoridades latinoamericanas a dejarse corromper a costa de la degradación de los recursos naturales.

La salud y nutrición de la población global y latinoamericana, en particular, se ve amenazada por la falta de agua. La solución no es pasar el problema a empresarios, ni tampoco delegar toda la responsabilidad a organizaciones no gubernamentales, que aunque puedan tener las mejores intensiones no cuentan con recursos financieros ni con estatutos jurídico, para solucionar la escasez del líquido. Miles de mujeres y niños tienen que recorrer kilómetros para obtener algunos litros de agua de baja calidad, millones de niños mueren a cada minuto por diarrea y cólera, cientos de niñas abandonan sus escuelas por falta de servicios sanitarios.

En este contexto, es impostergable aumentar la sensibilización y los niveles de educación para cuidar el agua. La solidaridad entre los países de América Latina y los acuerdos entre el sector público y privado en la región son medidas que pueden evitar futuras tensiones, levantamientos y brotes de violencia.

América Latina se encuentra frente a un nuevo reto que puede determinar su futuro y su nivel de desarrollo, así como ante la oportunidad de poder cuidar de sus recursos naturales y desarrollar su propio modelo de desarrollo sustentable a partir de su contexto ambiental, histórico, étnico, político, social y económico. Desarrollar técnicas, métodos y objetivos en el cuidado del agua es un llamado urgente de todos los sectores sociales, principalmente de los grupos más desmerecidos, que históricamente son los más vulnerables.

La democracia en América Latina está en riesgo de sucumbir ante la exclusión de un derecho fundamental en el desarrollo de la vida humana: el acceso al agua.

 

NOTAS

1 Global Water Partnership (GWP), Integrated Water Resources Management, cuaderno núm. 4, Suecia, GWP, 2000, p. 5.         [ Links ]

2 Entiéndase por cambio climático la alteración del clima y de las temperaturas promedio en la atmósfera; es decir una variación en las condiciones climáticas y en las temperaturas en la tierra. Craig Donnellan (ed.), The climate change, vol. 95, Cambridge, Independence, 2005. p. 2.         [ Links ]

3 Ibid., p. 15.

4 La salinización del suelo es la acumulación de sales provenientes del agua de regadío y de los fertilizantes usados, así como la irrigación excesiva; debido al exceso de sales, el suelo pierde la fertilidad. Pascal Baud et al., Dictionnaire de géographie, París, Hatier, 2003, p. 411.         [ Links ]

5 Organización de Naciones Unidas, Día mundial del agua 2010. Agua limpia para un mundo sano. Informe Final, ONU, Zaragoza, 2010, p. 53.         [ Links ]

6 Ibid., p. 53.

7 Carmen Revenga et al., Pilot Analysis of global ecosystems. Fresh water systems, Washington, World Resources Institute, 2000, p. 20.         [ Links ]

8 Organización de Naciones Unidas, Día mundial del agua 2010, op. cit., p. 53.

9 Craig Donnellan (ed.), The water crisis, vol. 76, Cambridge, Independence, 2004, p. 6.         [ Links ]

10 Ibid., p. 7.

11 ONU, Día mundial del agua 2010, op. cit., p. 53.

12 Donnellan, The water crisis, op. cit., p. 6.

13 Ibid., pp. 3-6.

14 Food and Agriculture Organization of the United Nations, No global water crisis. But many developing countries will face water scarcity, Roma, FAO/Press Release of Italian Media Office, 12 de marzo de 2003, p. 2.         [ Links ]

15 Craig Donnellan (ed.), The water crisis, op. cit., pp. 3-6.

16 FAO, No global water crisis... , op. cit., p. 2.

17 Ibid., p. 40.

18 Carmen Revenga et al., Pilot Analysis of global ecosystems, op. cit., p. 19.

19 United Nations, World population prospects, Nueva York, United Nations-Population Division, 2008.         [ Links ]

20 Craig Donnellan (ed.), The water crisis, op. cit., p. 15.

21 De acuerdo con la hidróloga sueca Malin Falkenmark, se dice que un país está bajo estrés de agua cuando el suministro de agua anual está por debajo de 1 700 metros cúbicos por persona. En tanto, se considera que un país enfrenta escasez de agua cuando el suministro se encuentra por debajo de 1 000 metros cúbicos por persona al año, sea por algunos meses o durante todo el año. Sus conceptos están basados en el índice de agua dulce por habitante. Malin Falkenmark, "Population growth, Water Shortages", en Bryant Robery et al. (eds.), Population Reports. Solutions for a Water-Short World, núm. 1, vol. XXV1, Baltimore, Population Information Program, Center for Communication Programs & The Johns Hopkins School of Public Health, septiembre, 1998, p. 8.         [ Links ]

22 Craig Donnellan (ed.), The water crisis, op. cit., p. 2.

23 El ecosistema es un sistema natural compuesto por un conjunto de organismos vivos interdependientes que comparten el mismo hábitat o ambiente físico. Craig Donnellan (ed.), The climate change, op. cit., p. 2.

24 La calidad de agua es el índice de aceptabilidad en las características químicas, físicas y biológicas del agua que determina si este líquido es para el uso humano, sea para fines en el consumo, la higiene, la cocina o la jardinería, o para usos en la agricultura o en la industria. ONU, Día mundial del agua 2010, op. cit., p. 38.

25 Ibid., p. 52.

26 Andy Bullock et al., "Getting out of the box. Linking water to decisions for sustainable development", en Water in a changing world, The 3th United Nations World Water Development Report, París, UNESCO/World Water Assessment Programme, 2009, p. 19.         [ Links ]

27 "Water, the looming source of world conflict", Agence France Press, Press Release, 20 de marzo, 2001; citado en Green Governments brochure, Minnesota, Water & Energy Solutions, 2001. p. 3.

28 Idem.

29 Andy Bullock et al., "Getting out of the box...", op. cit., pp. 19-20.

30 Idem.

31 Tony Juniper, Saving planet earth, Londres, Collins-BBC, 2007, p. 124.         [ Links ]

32 "Water Find may end Darfur war", BBC-news, Londres, BBC-World Africa, 18 de julio 2007 [http://news.bbc.co.uk/1/hi/6904318.stm], fecha de consulta: 5 de julio de 2010.         [ Links ]

33 Brahma Chellaney, "China aims for bigger share of south Asia's water lifeline", Japan times, 26 de junio, 2007, p. 13.         [ Links ]

34 Lester R. Brown, Worsening Water Shortages threaten China's Food security, Washington, Earth Policy Institute, 2001, p. 207.         [ Links ]

35 Ibid., p. 208.

36 Tony Juniper, Saving planet earth, op. cit., p. 124.

37 Entiéndase por conflicto cualquier situación en la cual dos o más entidades o partes sociales (que pueden estar o no definidas o estructuradas) perciben que poseen objetivos incompatibles, respecto de sus valores, intereses, atributos o significados. C.R. Mitchell, The Structure of Internacional Conflict, Londres, MacMillan Press Ltd., 1981, p. 17.         [ Links ]

38 Latin America and the Caribbean, 2003 International year of Fresh Water, París, Unesco [http://www.wateryear2003.org/en/ev.php-URL_ID=4926&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html], fecha de consulta: 15 de julio de 2010.         [ Links ]

39 Maude Barlow y Tony Clarke, Water Privatization: the World Bank's latest market fantasy, Ontario, Polaris Institute, 2004, pp. 2-3.         [ Links ]

40 Ibid., p. 2.

41 Ibid., p. 3.

42 Carmen Revenga et al., Pilot Analysis of global ecosystems, op. cit., p. 27.

43 Angélica Enciso, "El agua, botín para trasnacionales; la privatizan con alto costo social", La Jornada, sección sociedad y justicia, 19 de junio de 2005, pp. 1-4.         [ Links ]

44 Angélica Enciso, "Contaminada la mayor parte de los recursos hídricos del país. México, segundo consumidor mundial de agua embotellada", La Jornada, sección política, 6 de marzo de 2006, pp. 1-5.         [ Links ]

45 Ibid., p. 5.

46 Idem.

47 Idem.

48 Angélica Enciso, "El agua, botín para trasnacionales...", op. cit., p. 4.

49 Jon Spaull, More for some non for others, Discussion paper, Londres, Water Aid, 2005.         [ Links ]

50 Economic Justice-Resisting Neoliberalism, Países Bajos, Friends of the Earth [http://www.foei.org/en/what-we-do/economic-justice/learn-more], fecha de consulta: 10 de junio de 2010.         [ Links ]

51 Observación general 15, Aplicación del Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, El derecho al agua (artículos 11 y 12 del Pacto), vigésimo noveno periodo de sesiones, Doc. HRl/GEN/1/Rev.7 at 117, Nueva York, Naciones Unidas, 2002.

52 Ibid., pp. 29-30.

53 Ibid., p. 29.

54 Ibid., p. 27.

55 Craig Donnellan, The water crisis, op. cit., p. 29.

56 Marc Laimé, Le Dossier de l'eau : pénurie, pollution, corruption, París, Seuil, 2003.         [ Links ]

57 El término desarrollo sustentable nace en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente en Estocolmo, Suecia, en 1972 y se formaliza a finales de la década de 1980. El desarrollo sustentable debe responder a las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de generaciones futuras. Este término supone establecer una gestión inteligente del patrimonio planetario a fin de transmitirlo sin alteraciones a las generaciones futuras. La legitimidad de la búsqueda del desarrollo económico no se discute, pero debe ser respetuosa de los equilibrios ecológicos evitando el abuso excesivo de los recursos naturales y contaminaciones graves, y anteponiendo una dimensión humana al desarrollo económico. Pascal Baud et al., Dictionnaire de géographie, op. cit., pp. 74-75.

58 Comité Técnico Asesor para América del Sur, Asociación Mundial del Agua, Informes Nacionales, Santiago de Chile, CEPAL, 2005.         [ Links ]

59 Axel Dourojeanni y Andrei Jouravlev, Crisis de gobernabilidad en la gestión del agua, Santiago de Chile, CEPAL, División de Recursos Naturales e infraestructura, núm. 35, diciembre 2001, pp. 1-2.         [ Links ]

60 Idem.

61 United Nations Environment Programme, Water in the regions. Water Resources in Latin America & the Caribbean, Washington, UNEP-ROLAC, 2010.         [ Links ]

62 The United Nations-World Water Development, Water. A shared responsabilidy. Report 2. México, United Nations, 4th World Water Forum in Mexico City, 22 de marzo de 2006, p. 7.         [ Links ]

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