Diversa
Reseña de libros

Pérez, Gabriel, Ciudadanía y Derechos Sociales en el proceso de integración Política de la Unión Europea

México, Eón, UAM–Azcapotzalco/CONACYT, 2006, 293 pp.

Alejandro Becerra Gelover*

* Departamento de Relaciones Internacionales, Facultad de Estudios Superiores de Aragón, UNAM.

En el siglo XXI, el ejercicio de la ciudadanía exige el cumplimiento de uno de sus contenidos básicos: el social. Actualmente, este concepto se encuentra en plena evolución debido a las grandes transformaciones económicas y políticas de fin del siglo XX. En esta obra, Gabriel Pérez se propone abordar frontalmente y de manera clara el tema de la ciudadanía y el ejercicio de los derechos sociales dentro del proceso de construcción política de la Unión Europea. El autor contextualiza este proceso en un marco de progresivas relaciones de interdependencia dentro de una perspectiva de globalización de las economías nacionales.

Pérez estudia de manera puntual el concepto de ciudadanía en el caso europeo, señalando los derechos que confiere y las limitaciones que tiene, y además valora críticamente las insuficiencias y potencialidades que se abren para un futuro marcado por la construcción de una Europa en donde, en un escenario ideal, lo nacional y lo supranacional lleguen a formar parte de un todo.

El concepto de ciudadanía ha sido objeto en las últimas décadas de numerosos análisis que, en su mayoría, se vinculan con la evolución y alcance de los derechos fundamentales, sean políticos, civiles o sociales, en los diferentes colectivos y clases sociales. La mayoría señala que actualmente la ciudadanía se enfrenta con un doble desafío. Por una parte, debe encarar múltiples factores que ponen en cuestión los contenidos de la ciudadanía adquirida y, por otra, el tipo de derechos que la ciudadanía puede ejercer como es el caso de los sociales. Teóricamente existe la necesidad de redimensionar los contenidos y renovar el concepto de ciudadanía en el marco de fenómenos supranacionales como es el caso de la globalización de las economías nacionales y de las marcadas relaciones de interdependencia asimétrica.

El autor va al fondo del problema y sostiene, que la ciudadanía europea (como se encuentra establecida en la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea) tiene una ausencia e indefinición de los derechos sociales. Es decir, que el concepto de ciudadanía europea no aporta el sustrato esencialista sobre el que se han construido las distintas democracias nacionales de la región. Asimismo, el autor señala que un factor adicional que debilita la ciudadana europea, como es concebida actualmente, es que sólo reconoce una parte mínima de derechos políticos y de libertad, mientras que el amplio espectro de las garantías fundamentales sigue siendo ofrecido por cada Estado que integra la Unión Europea. Desde esta perspectiva, el autor considera lejano el logro de una integración europea tal como muchos teóricos han planteado y estima que hace falta una coyuntura histórica o alguna crisis fuerte que obligue a que las instituciones regionales compartan responsabilidades en torno a los derechos sociales y sean garantes de su aplicación efectiva.

Bajo este contexto, la obra ofrece a los lectores una reflexión acuciosa y pertinente sobre la paradoja que existe actualmente entre la conciliación del concepto de ciudadanía y la exigibilidad de los derechos sociales en un marco de supranacionalidad y globalización, en donde la globalización implica la racionalización económica que afecta al Estado de bienestar y por ende limita la posibilidad de cumplir a cabalidad los derechos sociales. También, las relaciones crecientes de supranacionalidad presuponen replantear el concepto mismo, pues la compleja vinculación de los Estados hace que el concepto trascienda el ámbito nacional.

En esta obra de gran actualidad, el autor engloba la discusión partiendo de la premisa de que el proceso de construcción política de la Unión Europea al inicio del siglo xxi, aún no logra encontrar un camino claro que lo lleve a consolidar una Europa social, pues hasta ahora las relaciones económicas son las que le han dado soporte a la construcción europea. De ahí que se requiera que las instituciones europeas impulsen una ciudadanía ge–nuina que no sólo esté caracterizada por los derechos civiles y políticos, sino que posea además un soporte sólido a través de derechos sociales. Dicho de otra forma, los diversos Estados nacionales y las instituciones de la Unión Europea necesitan encontrar la formula de garantizar los derechos sociales en un contexto de globalización y crisis del Estado de bienestar.

Los argumentos vertidos por el autor enriquecen los elementos del debate teórico–conceptual en torno a un contexto internacional de interdependencia que se desarrolla en un marco de relaciones asimétricas entre los Estados y que afectan directamente a los individuos, como es el caso de la ciudadanía y los derechos sociales. De esta manera, se ponen de manifiesto las relaciones de interdependencia entre el ámbito nacional e internacional. Estos elementos son: las relaciones entre el Estado nacional y el Estado regional; la nacionalidad y la supranacionalidad; la soberanía y la interdependencia; el desarrollo económico nacional y la globalización de las economías nacionales: el Estado de bienestar y el Estado liberal; la integración económica respecto a la competencia por los mercados; y la democracia frente a la globalización.

El autor logra mostrar, a través de seis capítulos, que los derechos sociales no han estado incorporados en las comunidades europeas sino como consecuencia de la libre circulación de personas. A través de la política social, se han ido asumiendo exigencias que han desembocado en la formulación de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea. No obstante, su efectividad y su justeza continúan siendo un interrogante y expresión de déficit de la Unión Europea.

De ahí que la Unión Europea se encuentre hoy en día en una disyuntiva, pues por un lado se ha impuesto una visión principalmente económica y utilitaria en su construcción y, por otro, existe la preocupación y la intención de construir una Europa que permita un proceso de integración política y económica mucho más solidaria y comprometida con las causas sociales.

Uno de los argumentos centrales de esta obra es que el futuro de la Unión Europea, en el contexto de los 27 países miembros, debe incluir los derechos de ciudadanía en toda su dimensión, no solamente políticos y económicos, sino también, sociales y culturales a fin de darle un sentido integral al proceso de construcción comunitario. En tal sentido, la legitimación de la construcción europea estará en función del grado de participación de los ciudadanos en los procesos políticos europeos, en especial en el ejercicio de los derechos sociales que finalmente abonará en la construcción de una ciudadanía europea plena.

La Unión Europea se encuentra en un momento crucial de su evolución. El proceso de construcción europea plantea el reto a los gobiernos de los 27 países de dar un salto cualitativo para construir la Europa política y la Europa social. Los planteos del autor nos conduce a pensar que, hasta ahora, lo único que se ha construido en términos reales es la Europa económica, la Europa del mercado, la Europa de la moneda única. Concluye, que si se queda únicamente en esta fase, Europa será una región estrictamente mercantil, donde sólo un sector de los ciudadanos europeos, aquel vinculado a la economía, a las finanzas, al empresariado, al negocio, se beneficiará de este proyecto: de cohesión de toda una región.

El texto Ciudadanía y Derechos Sociales en el Proceso de Integración Política de la Unión Europea resulta una herramienta imprescindible para los especialistas en el tema, estudiantes y público atento a la actualidad política, ya que contribuye al debate teórico–académico de temas que están en boga en la agenda internacional: desde los derechos sociales hasta el proceso de globalización y la construcción de la supranacionalidad.