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Política y cultura

Print version ISSN 0188-7742

Polít. cult.  n.27 México Jan. 2007

 

Movimientos y organizaciones sociales

 

Organizaciones sociales y partidos políticos en Oaxaca: sus vínculos

 

Jorge Mario Audelo Cruz*

 

* Profesor del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y de la Universidad Tecnológica (UNITEC) campus Guadalajara. Candidato a Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Salamanca, España. Dirección electrónica: jorgeaudelo@yahoo.com

 

Recepción del original: 19–06–06
Recepción del artículo corregido: 12–04–07

 

Resumen

En todo sistema político, los sectores sociales esperan que sus demandas e intereses sean atendidos por sus representantes políticos. Una forma de lograrlo es mediante su adhesión a organizaciones, las cuales mantienen relaciones cercanas con diputados, senadores, líderes de partidos y autoridades de gobierno. Sin embargo, no siempre el liderazgo de tales organizaciones atiende efectivamente las necesidades de sus bases, ni tampoco las relaciones con la clase política son del todo democráticas. Las siguientes líneas pretenden allegar al lector una pequeña muestra de la manera en que se vinculan los principales partidos políticos del estado de Oaxaca con algunas organizaciones campesinas e indígenas y, de este modo, ver qué tanto se ha avanzado en términos democráticos en la representación de intereses de ámbito estatal.

Palabrasclave: democracia, clientelismo, caciquismo, corporativismo, organizaciones sociales, partidos políticos.

 

Abstract

In every political system, citizens expect attention to their demands by their political representatives. One way to get it is to join organizations which have links to deputies, senators, political leaders and government authorities. However, the leadership of these organizations do not always attend to the needs of their people and the organizations' relationship with the political elite is not always democratic. This essay tries to show briefly the way that the most important political parties in Oaxaca link with some indigenous and peasant organizations and find out if there is a democratic growth in political representation.

Keywords: democracy, clientelism, caciquism, corporatism, social organizations, political parties.

 

INTRODUCCIÓN

Oaxaca es, probablemente, el Estado de la República mexicana con mayor número de organizaciones políticas y sociales. Al tratar de definir a las organizaciones campesinas e indígenas de esta entidad, algunas de las ideas que recurren a nuestra mente son las de "diversidad" y "pluralidad", pues en su panorama representativo se pueden apreciar una gama de características y rasgos distintivos que hacen de este sector en el estado, un mosaico de formas particulares de representación.

Las agrupaciones de carácter campesino e indígena en Oaxaca en general tienen una naturaleza reivindicativa, pues su propósito principal es la lucha y defensa de los intereses de estos sectores; por un lado, en la lucha por la autodeterminación1 de sus formas de gobierno tradicionales y, por el otro, la lucha por abatir su situación de pobreza –dada la marginación existente en las diferentes comunidades de la entidad–, buscando apoyos para paliar sus carencias o, en el mejor de los casos, implementar proyectos productivos.

Cualquier organización social, dentro de sus actividades, y para el logro de sus fines particulares, se plantea el desarrollo de estrategias de acción colectiva. Tales estrategias normalmente están relacionadas con la naturaleza y características propias del colectivo al que representan. Así, por ejemplo, una agrupación que reivindica la igualdad de la mujer en la sociedad desarrollará estrategias que expresen los intereses de las mujeres, tales como: la no–discriminación, igualdad de oportunidades laborales, la no violencia, etcétera. Así mismo, para el establecimiento y puesta en práctica de dichas estrategias intervienen algunos factores tanto endógenos (formas de organización interna), tales como: los vínculos entre los dirigentes y el personal operativo, con los militantes –si son o no democráticos, por ejemplo–, así como los métodos de acción social, etcétera. Entre los factores exógenos (al exterior de la organización), uno de los más importantes es el de los vínculos y compromisos que éstas mantienen con otras organizaciones sociales, los partidos políticos, y aun con el Gobierno de que se trate.

A diferencia de los países democráticamente consolidados, donde las relaciones entre los partidos y las organizaciones sociales existen de una manera relativamente formal e independiente,2 en México, el PRI ha ejercido históricamente un dominio y control sobre las organizaciones –campesinas, por ejemplo–, estableciendo lazos corporativos y clientelares; predominando una relación de dependencia mutua en la que, por un lado, las organizaciones han dependido de la relación con el partido para obtener los recursos del Gobierno y, por otro, el partido depende de las bases locales como apoyo electoral.

Gabriel A. Almond considera que "cuando los partidos controlan a los grupos de interés, limitan la capacidad de esos grupos para formular demandas pragmáticas específicas y comunican un contenido político–ideológico a la actividad de los grupos de interés".3

Es posible que las organizaciones que forman parte de la sociedad civil establezcan alianzas con los partidos políticos, sin embargo, cuando son atrapadas por éstos, o hegemónicas dentro de ellos, la actividad prioritaria de representación de las organizaciones hacia la sociedad cambia y pierden buena parte de su habilidad para desempeñar ciertas funciones de mediación y de construcción democrática.4

Si bien hasta los años setenta es cuando los partidos de oposición comienzan a tener presencia en ámbitos municipales diversificando las opciones de representación, los vínculos que tales partidos empiezan a desarrollar con las organizaciones reproducen las mismas prácticas de cooptación, con las consecuencias lógicas de déficit democrático que esto genera.

A continuación se presenta un breve panorama de la situación de las tres fuerzas partidistas más importantes del estado de Oaxaca, así como los vínculos que pueden mantener con algunas organizaciones sociales, en concreto las de carácter campesino e indígena.

La metodología de investigación por seguir en el presente ensayo se basa en un estudio de caso de carácter cualitativo.5 Se recurrió a entrevistas abiertas con líderes de algunas organizaciones sociales y dirigentes de los tres partidos políticos locales más importantes de la entidad. Asimismo se utilizaron como fuentes documentales: libros (bibliografía sobre el tema), artículos de periódicos, de revistas y folletos.

 

EL PARTIDO REVOLUCIONARIO INSTITUCIONAL

Indudablemente, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se ha caracterizado por su dominio y control sobre los estados y los municipios de México; por lo menos hasta los años setenta, cuando los partidos de oposición comienzan a tener presencia en comunidades y municipios, desarrollando gradualmente cierta influencia entre los sectores crecientes de gente inconforme con el estilo corporativista y clientelar vigente desde la institucionalización de la Revolución.6 Oaxaca en este sentido no ha sido la excepción, más aún debido a la inconformidad existente en algunos sectores y comunidades por el estilo de cooptación política priísta que desde el fin de la Revolución había predominado.

Hasta ese tiempo los municipios oaxaqueños habían guardado una relación de subordinación política con el PRI, lo cual si bien permitió las formas de nombramiento de las autoridades municipales de acuerdo a los "usos y costumbres",7 por otro lado también influyó en el estilo de gestión, en las funciones y en el desempeño de quienes ocupaban los cargos de representación jurídica y política del municipio. Como confirmación de lo anterior, en una de las actas de nombramiento de autoridades del municipio de Villa Hidalgo Yalálag, con fecha 25 de mayo de 1986, se hace constar que la elección se fundamentaba en los Artículos 171 y 162 de los Estatutos del PRI, los cuales respetaban los usos y costumbres, así como "las peculiares condiciones históricas, sociales y culturales".8

El PRI ha solido considerar que los presidentes municipales escogidos por usos y costumbres son de sus filas y, en consecuencia, se ha atribuido la victoria respectiva. Tradicionalmente, el gobierno estatal y aun nacional respetaban las formas de elección por usos y costumbres en los municipios a cambio de que una vez elegidas las autoridades, fueran registradas por el partido oficial ante los organismos electorales correspondientes. El día de las elecciones se reunía el Presidente municipal y algunos miembros del cabildo para marcar ellos mismos las boletas electorales "en el lugar donde se encuentra el escudo tricolor".9 Así mismo, había la costumbre de no entregar credenciales de elector a ciudadanos realmente empadronados cuando no eran confiables, porque su voto posiblemente no sería a favor del PRI, y en cambio, se repartían una gran cantidad de credenciales falsificadas a los grupos encargados de votar en forma fraudulenta.10

Desde mucho antes de las reformas electorales de 1995 y de 1997, las autoridades indígenas elegían a sus representantes a través de sus usos y costumbres, pero con el fin de cumplir con los requisitos legales las registraban como planillas del PRI, tal como de forma clara y contundente lo revela Víctor Leonel Juan:

Durante muchos años, los usos y costumbres vivían una especie de "clandestinidad" jurídica; es decir, eran practicados por las comunidades pero sus decisiones no tenían validez legal ante las otras instancias de Gobierno. Por ello buscaban formas de entrar a esa legalidad. Tal es el caso de las elecciones: en las comunidades se realizaban conforme a sus reglas internas –asamblea, sistema de cargos, voto público, etcétera. Sin embargo, para que fuesen reconocidos por las autoridades gubernamentales, debían realizar las elecciones constitucionales. Entonces, registraban ante las autoridades electorales la planilla ya electa, siempre bajo las siglas del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Llegado el día de los comicios oficiales, simulaban su realización, cubrían las formalidades, e instalaban urnas y casillas; la participación era prácticamente nula o muy escasa, y en la mayoría de los casos las propias autoridades municipales rellenaban boletas y urnas. La formalidad estaba salvada, y sus autoridades eran reconocidas como tales.11

En esta lógica, hay antecedentes de algunos movimientos cívicos locales que comenzaron a cuestionar tales prácticas. Por ejemplo, el Comité de Pueblos Chatinos –una organización regional–, acusó a dicho partido de tomar los nombres de sus autoridades, elegidas en asamblea y registrarlos como si fuesen de su lista.12 También ha sido recurrente la práctica de este partido el condicionar las políticas públicas de desarrollo a cambio de que las autoridades electas por usos y costumbres se presenten como candidatos del partido.13

Al observar la trayectoria y hegemonía política del PRI en Oaxaca, pareciera que en la actualidad la situación no ha cambiado mucho, si tomamos en cuenta la descripción de quienes analizaban, desde principios de los ochenta, al PRI como un partido: "rico con la riqueza del erario, fuerte con la fuerza del Ejército, disciplinado con la disciplina obligatoria pero efectiva, de la amenaza de cese",14 pues el primer aspecto que llama la atención es el hecho de que desde su creación nunca ha perdido la gubernatura del Estado. Además, hay que destacar dos sucesos: durante 56 años (desde 1930 hasta 1986) ganó todos los diputados de mayoría elegidos en distritos uninominales. Así mismo, hasta 1980 conservó el Poder en todos los municipios de la entidad. El empleo ideológico de los usos y costumbres ha servido mucho para mantener el control del PRI en el Estado.15

Hay que reconocer que en mi partido se vinieron dando una serie de grupos de poder que no permitieron un mejor ejercicio del poder (sic), y eso trajo como consecuencia el cansancio de la gente. No fue la mejor decisión, porque los resultados están a la vista; pero esto obligó a reflexionar y a revisar, y el PRI está en el camino de hacer las cosas de manera distinta. La alternancia a nivel federal vino a involucrar a un mayor número de gente para tomar decisiones, y eso siempre es favorable, porque el poder cuando lo ejerce uno solo o unos cuantos hace que las cosas siempre se hagan a capricho, y en el PRI vino pasando esto durante mucho tiempo; pero esta experiencia nos sirve para recomponer las cosas; eliminar lo que estaba muy pervertido y tratar de corregir los errores.16

Si consideramos la definición de "clientelismo", la cual hace referencia a las relaciones informales de intercambio recíproco y mutuamente benéfico de favores entre dos sujetos; basada en una vínculo instrumental, desigual, de diferencia de poder y control de recursos, y en las que existe un patrón y un cliente: el patrón proporciona bienes materiales, protección y acceso a recursos diversos, y el cliente ofrece a cambio servicios personales, lealtad, apoyo político y votos,17 podemos afirmar, entonces, que las relaciones políticas existentes entre el PRI y las autoridades municipales y las organizaciones campesinas y populares eran eminentemente clientela res. Debido a que existía una relación de dependencia mutua en la que, por un lado, el municipio y las organizaciones dependían de las relaciones con el partido para obtener los recursos del Gobierno y, por otro, el PRI dependía del ayuntamiento y de las bases locales como apoyo y legitimación del régimen.18 La Confederación Nacional Campesina (CNC) era precisamente el organismo político, dentro de la estructura jerárquica priísta, encargado de administrar y controlar al sector campesino de todo el país, con el fin de asegurar su fidelidad electoral.19 Aunque pareciera que esta situación había cambiado, lo cierto es que, de acuerdo con entrevistas realizadas a miembros de organizaciones campesinas e indígenas en Oaxaca, las prácticas clientelistas siguen existiendo: "Las prácticas de clientelismo son muy altas, la CNC, la CCI (Confederación Campesina Independiente), las organizaciones vinculadas al PRI son todavía muy clientelares. Siguen existiendo los condicionamientos políticos."20

Existe evidencia empírica de que en la actualidad, sobre todo en períodos electorales, el PRI distribuye vales entre los votantes, con los cuales pueden obtener importantes descuentos en la compra de materiales para la construcción, y se sabe que los negocios que los conceden son reconocidos proveedores de algunos gobiernos.21 Lo anterior es una muestra de que aún hoy día este partido continúa realizando este tipo de prácticas con el propósito de mantener su poder a través de la recuperación de votos.

En este contexto, y confirmando el hecho de que actualmente las prácticas caciquiles del PRI no son las mismas de antes, son interesantes las consideraciones de Salomón Nahmad cuando afirma que desde tiempo atrás, en la región de los municipios mixes existían líderes caciquiles del PRI, quienes más adelante se comenzaron a disputar el poder con el Partido de la Revolución Democrática (PRD), pero que, en la actualidad, incluso existe cacicazgo hasta del Partido Acción Nacional.22

 

EL PARTIDO ACCIÓN NACIONAL

La fuerza representativa del Partido Acción Nacional (PAN) en el estado comienza a ser evidente en la década de 1990, a partir del triunfo de sus candidatos a la presidencia municipal de la capital, respaldados por grupos de comerciantes y pequeños empresarios. Se puede afirmar que, hoy por hoy, ha sido exclusivamente en el municipio de Oaxaca de Juárez donde este partido ha logrado una mayor influencia. En definitiva, la evolución política del PAN generalmente ha estado supeditada a las eventuales concesiones de poder del PRI, supeditadas a la conformación de consensos.

El PAN en Oaxaca se ha distinguido por su influencia en los ciudadanos de nivel socioeconómico medio y alto de las zonas urbanas de la sociedad; es de dominio público en la entidad su relación con los grupos conservadores (Iglesia católica, empresarios y organizaciones pro valores familiares). Este hecho se ha traducido en su gradual crecimiento en municipios medianos y grandes, es decir, aquellos municipios más urbanizados y donde existe cierto desarrollo económico. Esto explica, además, su mínima penetración en los municipios rurales, alejados o con una orografía inaccesible. De acuerdo con la versión de su liderazgo, pareciera que la lógica política de este partido no funciona en relación al número de militantes:

El partido no tiene una concepción corporativista de la organización social. Nosotros no vemos a las organizaciones como un número importante de electores para conseguir sus votos (..) De hecho no tenemos vínculos, compromisos o acuerdos con organizaciones campesinas; con las que hay, básicamente son organizaciones muy pequeñas de comunidades y municipios particulares. Algunas en Huitzo; una que se conformó el pasado sábado, aquí en el municipio de Oaxaca de Juárez; alguna en San Pablo Huixtepec, pero son pequeñas.23

A raíz de la evaluación de la campaña federal de 1988, el Consejo Nacional del Partido Acción Nacional acordó formar una comisión enfocada a ofrecer atención a los grupos populares y, en su caso a abanderar sus causas. De este modo, nace la Secretaría Nacional de Acción Ciudadana y, con ella, la organización de secretarías estatales y municipales. Posteriormente llamada "Promoción Ciudadana", dicha secretaría fue concebida originariamente como el enlace directo entre el partido y la sociedad, donde se integra a la comunidad mediante el trabajo y gestoría social. Es una instancia que se encarga, entre otras funciones de:

a) Ser el conducto mediante el cual se canalizan las demandas e iniciativas de la ciudadanía en los estados y municipios.

b) Diagnosticar los problemas de las comunidades y plantear soluciones.

c) Otorgar formación e impulso al cambio social en los ámbitos nacional, estatal y municipal.

d) Conectar a los militantes, adherentes y simpatizantes con su entorno social y con ello desarrollar y aplicar los principios de doctrina.

Promoción Ciudadana se ha consolidado en 90% de los estados de la República como parte de las estructuras estatales. En este modelo destacan los diferentes métodos empleados para la educación de los adultos, así como la realización de gestorías y asesorías para implementar proyectos productivos o de beneficio social –encuentros y eventos diversos entre grupos por afinidad: campesinos, colonos, trabajadores, entre otros.

En la actualidad, y como consecuencia de las reformas aprobadas a los Estatutos del Partido en la asamblea del 1 y 2 de diciembre de 2001, la función de Promoción Ciudadana se fortaleció con la implementación de los proyectos de Grupos Homogéneos y Voluntariado.

La forma en que Acción Nacional se relaciona con "organismos externos" es la siguiente:

a) Con las Organizaciones No Gubernamentales (ONG): compartiendo experiencias y promoviendo encuentros de análisis y retroalimentación con los grupos; presentando estudios y propuestas en temas diversos de beneficio social; promoviendo la organización y difusión de eventos nacionales y extranjeros; participando y representando al partido en foros, eventos, encuentros, etcétera.

b) Con los grupos: organizando grupos para su participación en eventos y proyectos diversos; promoviendo acciones que mejoren las condiciones de vida de los ciudadanos, desde un enfoque solidario y subsidiario.24

 

EL PARTIDO DE LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA

El poder del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Oaxaca es creciente. Actualmente es la segunda fuerza electoral del estado. La elección de 1989 marcó el parteaguas para que este partido alcanzara esta posición: después de un ambiente conflictivo caracterizado por denuncias de robo y quema de urnas, confrontaciones violentas, tomas de presidencias municipales, bloqueos de carreteras, encarcelamientos, movilizaciones y diversas negociaciones, la Comisión Estatal Electoral de entonces dictaminó que 18 diputaciones de mayoría le correspondían al PRI, y 6 plurinominales fueron asignadas al PRD y a los 4 partidos restantes (el PAN, que mantuvo su influencia en Huajuapan de León; el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana [PARM], Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional [PFCRN] y el Partido Popular Socialista [PPS]).25

Una de las causas que encontramos como clave de su crecimiento y su cada vez mayor dominio es la estrategia de trabajo que tiene. No obstante su presencia en algunas zonas urbanas del Estado, además del PRI, este partido ha sido capaz de penetrar en regiones marginadas y con una orografía inaccesible, así como de involucrarse en la vida de sus habitantes apoyando sus costumbres y tradiciones. Dentro de esta estrategia resulta significativo el que cuente con diversas organizaciones campesinas en las diferentes regiones de la entidad, tales como: la Unión Campesina Democrática (UCD),26 la Coordinadora Obrero Campesina Estudiantil del Istmo (COCEI),27 el Frente Indígena Obrero Popular (FIOP), el Movimiento Territorial Democrático (MTD), la Unión Campesina Oaxaqueña (UCO) y la Nueva Izquierda, entre otras. A través de estas extensiones organizativas han luchado por erradicar las prácticas de control político tradicionales ejercidas por los caciques priístas, con intereses establecidos desde mucho tiempo atrás:

En algunas de las organizaciones con las que trabajamos hemos sido perseguidos, sobre todo en las comunidades alejadas que están amenazadas por el cacicazgo y el priísmo, que es el que controla y que es el patrón, y el que tiene la influencia entre ellos. Nosotros con nuestras organizaciones hemos sido amenazados y perseguidos por ese tipo de personas. Nosotros no trabajamos de esa manera; respetamos a los compañeros de las comunidades. Por eso cuando llegamos a esas comunidades no somos bien vistos, porque estamos pisando y afectando sus intereses establecidos desde hace mucho tiempo. Por eso hemos combatido y logrado erradicar sino totalmente (sic), en algunas comunidades este tipo de prácticas de control, respaldando a nuestros compañeros allá, por ejemplo, que han sido demandados, amedrentados por esta situación. Creo que aún existe este control político, el cacicazgo político, económico, de decisión, de algunas comunidades, alentado por el priísmo, porque inyecta recursos económicos para esos fines."28

 

EL CACIQUISMO Y LOS INTERMEDIARIOS POLÍTICOS

Indagando sobre los orígenes del caciquismo en Oaxaca, encontramos que, de acuerdo con algunos estudios históricos, la institución española del cabildo se combinó con los caciques indígenas, y desde los siglos XVI y XVII las principales posiciones de los ayuntamientos mixtecas fueron ocupadas por caciques y principales. En cuanto a los zapotecas, desde la Conquista recibieron un trato preferencial, en el cual los caciques mantuvieron sus privilegios y siguieron gobernando sus comunidades, adaptándose a la forma municipal y evolucionando con una mayor participación de los macehuales o del pueblo común, al ser electivos los cargos municipales.29

En la actualidad, de acuerdo con la bibliografía sobre el tema, así como por las entrevistas realizadas en la entidad, podemos afirmar que aún existe el caciquismo en Oaxaca: se reconoce la existencia de caciques dentro de los pueblos y comunidades indígenas. En realidad, existe una relación muy estrecha entre el concepto de cacique y el de intermediario político pues, en definitiva, el cacique desarrolla funciones de intermediario entre el ámbito comunitario, local y el gobierno central.

Como mediadores entre los campesinos e indígenas y los partidos, las autoridades o instituciones gubernamentales, los caciques son actores políticos que mantienen su poder en el sistema político oaxaqueño. En los municipios donde los líderes locales han logrado instaurar su control político, la comunidad los sigue porque sabe que a través de ellos puede obtener recursos comunitarios y personales: son considerados como quienes conocen la comunidad, controlan a la gente, garantizan votos... En definitiva, "los que reparten",30 por lo cual no debe subestimarse su papel en la dinámica política de esta entidad.

El papel histórico desempeñado por el PRI, mismo que le ha permitido permanecer en el poder estatal durante tantos años, es una de las principales razones para atribuir el caciquismo a este partido; pues esta forma de gobernar requiere de un poder político y económico muy fuerte, el cual solamente pudo haberlo tenido aquel partido que durante tantos años fue sinónimo de "el Gobierno". Por otra parte, se reconoce que las prácticas de clientelismo no son exclusivas del PRI, sino que todos los partidos las practican.

El fenómeno de "intermediarismo" es la intervención de un actor (broker) en la relación entre otros dos, por ejemplo la vinculación que realiza el intermediario entre un campesino o indígena y las instituciones políticas, para lograr algún tipo de apoyo para ellos, y de la cual obtiene algún beneficio para él mismo:

En Oaxaca el problema de los intermediarios es muy marcado. Hay grupos de campesinos que pueden producir tomates o frijoles y que quieren accesar a algún apoyo del Gobierno federal; pero aquí es donde entran agrupaciones, intermediarios, líderes de agrupaciones y funcionarios que tratan de llevar "agua a su molino": con esos recursos poder coaccionar votos para obtener resultados electorales, y eso entorpece mucho la relación entre ciudadano y Gobierno. Muchas veces un campesino quiere hacer un trámite para realizar algún proyecto productivo, pero la misma burocracia o el mismo manipuleo desanima mucho al productor y, entonces, no le queda de otra más que afiliarse a determinado partido o manifestarse de alguna forma. Por eso en Oaxaca es común ver tomas de carreteras, de palacios municipales, de dependencias de Gobierno, porque los ciudadanos saben que hay recursos; pero algunos líderes se aprovechan de ellos, y esto es lo que entorpece la relación entre el Gobierno y el ciudadano. Puede pensarse que estas personas son necesarias dada la falta de conocimiento de los campesinos sobre cuestiones legales, pero creo que se abusa.31

El papel de los intermediarios en las llamadas "redes sociales" es muy importante debido a que son actores claves que hacen que un sistema pueda funcionar vinculando a regiones apartadas con el centro, donde las demandas de los actores necesitados no llegan fácilmente a los centros de toma de decisiones por razones diversas (que pueden ser desde psicológicas hasta culturales, sin embargo, no se analizarán aquí dada su complejidad).

De acuerdo con Fausto Díaz, los caciques son intermediarios políticos autoimpuestos, y menciona tres causas fundamentales de la existencia del intermediarismo político en los municipios de Oaxaca:

1) La escasez de recursos en el ámbito local.

2) La centralización del sistema político, y

3) El predominio político del partido oficial (PRI).32

Tales intermediarios políticos, como líderes locales ubicados dentro y fuera de las instituciones políticas, y pertenecientes algún partido, cuentan con un control efectivo sobre sus bases, las cuales pueden ofrecer apoyo político al Gobierno. Los caciques vinculan a las bases con las instituciones de gobierno para darle su apoyo, y aquellas (las bases) reciben a cambio el acceso a los recursos públicos.

El gobierno estatal ha reconocido una relativa autonomía política a los caciques, quienes han mostrado disposición para otorgar su apoyo político al régimen. Se infiere, por tanto, que el pragmatismo de esta clase de política ha contribuido a reducir los conflictos y movimientos de oposición en los municipios rurales. Así, el fenómeno del caciquismo en el estado de Oaxaca ha ayudado a mantener la estabilidad y gobernabilidad, lo cual podría ser visto como algo positivo, sin embargo para Philippe Schmitter es fundamental la manera en que se desarrolle la mediación de intereses entre la sociedad civil y el Estado. De ahí que aunque las prácticas de control estatal puedan asegurar el orden y la efectividad política, existe una limitación importante, pues al mismo tiempo se origina un desarrollo gradual de las desigualdades y diferencias, así como una creciente apatía hacia las prácticas de participación y de responsabilidad ciudadanas, lo que muestra, en definitiva, lo pernicioso que resulta esta praxis política para el eventual desarrollo de formas democráticas de hacer política.33

 

VÍNCULOS ORGANIZACIONES–PARTIDOS: CORPORATIVISMO VS. DEMOCRACIA

Después de lo antes analizado, aquí es cuando nos planteamos algunas preguntas: ¿Es que no ha habido un desarrollo en las instituciones y prácticas políticas de esta entidad? ¿Existe una distribución más equitativa del poder local, en la que figuran cada vez más grupos y actores políticos?, en definitiva, ¿Es el sistema de representación de intereses de Oaxaca más democrático?

En concreto, la realidad del sistema de representación de intereses campesinos e indígenas del estado de Oaxaca nos demuestra que si bien de hay algunas organizaciones con más lazos corporativos que otras, el nivel de corporativismo que existe –al menos para este sector en el estado de Oaxaca– sigue siendo alto. No obstante, tal afirmación difiere de la propuesta por Jorge Hernández–Díaz, quien considera que posiblemente no fue necesaria la corporativización de los grupos indígenas en Oaxaca, aunque en diversas ocasiones se hicieron intentos por hacerlo.34 La realidad muestra que sí están corporativizados, aunque no de la misma manera en que lo estaban hace veinte años, por lo menos, cuando la hegemonía del PRI aún era notoria y cuando los partidos de oposición poseían un poder mínimo. Hoy vemos que el PRD, por ejemplo, cada vez ha alcanzado una mayor relevancia en la entidad, y sus vínculos corporativos con las organizaciones campesino–indígenas son una muestra de ello. Lo subrayado por Lorenzo Meyer pone en evidencia los cambios que se han generado en la realidad municipal del país, pues en su análisis realizado en 1995, considera que el PRI ha buscado cooptar tanto a los líderes como a los movimientos de la sociedad civil municipal. Nuestra investigación muestra que en la actualidad, al menos en Oaxaca, el PRI no es el único que captura los movimientos sociales; el PRD también lo hace. Así, vemos que los cambios que ha habido han sido de opciones partidistas, más que de prácticas corporativas, por lo que se coincide con Meyer, en su afirmación de que la movilización de la sociedad civil municipal es "más corporativa que ciudadana".35

Por otra parte, en cuanto al tema del surgimiento de organizaciones autónomas en México, si bien se está de acuerdo con las aseveraciones de Doug McAdam, Sydney Tarrow y Charles Tilly en cuanto a que en el panorama sociopolítico de México han estado apareciendo organizaciones autónomas36 (aun cuando irónicamente estos nuevos grupos –muchos de los cuales han tenido en un momento dado vínculos con el PRI– están reproduciendo las mismas prácticas clientelistas, con "clientes" de segmentos antes excluidos de la población) se difiere, en lo que respecta a la realidad oaxaqueña (y se presume que posiblemente sea el caso de varias regiones del país) en que:

a) Aquellas organizaciones independientes que tienen una influencia relativa en la política de la entidad (el Consejo Indígena Popular de Oaxaca–Ricardo Flores Magón: CIPO–RMF por ejemplo) fueron creadas en los inicios de la década de los ochenta, por lo que esto no quiere decir que la alternancia política en el ámbito federal sea una variable que pueda explicar un cambio en este sentido.

b) El surgimiento de organizaciones autónomas no necesariamente nos indica de que se están sustituyendo las cadenas clientelistas –antes controladas por el Gobierno– por "redes de confianza autónomas", ni que se esté contribuyendo a la democratización. Es decir que si bien en el corto plazo las demandas de los nuevos sectores incorporados pueden ser satisfechas, y que aparentemente se esté incluyendo a más ciudadanos en los beneficios de las políticas públicas (agrícolas en este caso), la realidad es que mientras continúe habiendo esta dependencia de la ciudadanía hacia los partidos políticos, difícilmente se podrá hablar de una sociedad plural autónoma,37 que cuente con una fuerza propia que contribuya a una sociedad más democrática.

c) Se infiere que la variable que podría explicar la falta de desarrollo de formas ciudadanas libres y autónomas de participación en la actualidad, sigue siendo la existencia del PRI como un partido hegemónico en la entidad,38 pues, por un lado, se mantiene en el poder del gobierno del Estado con un congreso local de mayoría (con lo cual mantiene su margen de maniobra en la toma de decisiones y sus redes clientelistas) y por otro, aunque existe una pluralidad partidista creciente en la entidad, con el consecuente surgimiento de nuevas formas de organización y participación, tales formas de participación, aún no son claramente y del todo independientes.

Así mismo, aunque no se realizó un estudio a profundidad sobre el nivel endógeno de las organizaciones, con base en las observaciones y entrevistas realizadas en nuestro análisis del ámbito estatal, se está de acuerdo con las consideraciones de Alberto Olvera, en el sentido de que existe una débil vida democrática interna en las organizaciones civiles (sindicatos, grupos campesinos, indígenas, urbano–populares y ONG), y que frecuentemente éstas reproducen en su interior los mismos vicios que critican a los partidos y al Estado;39 es decir, que se les demanda lo que ellas mismas no cumplen y que es, precisamente, más democracia.

En suma, es evidente que en la entidad aún persisten redes clientelistas y corporativas, si bien no con los mismos rasgos tradicionales autoritarios (de Estado) con los que el PRI mantenía el monopolio de la representación de intereses en el ámbito nacional –debido al creciente desarrollo actual de nuevas organizaciones con vínculos con otros partidos–, sí con una continuidad en la forma de representación de intereses campesinos e indígenas, en la cual los grupos u organizaciones sociales son creados o mantienen vínculos (desde ideológicos hasta económicos) ya sea con el PRI o el PRD (pues según se ha podido apreciar, el PAN aún no ha desarrollado vínculos estrechos y consistentes con las organizaciones campesinas e indígenas) con lo cual conservan una relación de dependencia y subordinación a éstos. Así, los partidos responden a las demandas de los grupos, con la facultad de controlarlos y de intervenir en sus asuntos internos, y a cambio las organizaciones les dan su apoyo político desde realizando movilizaciones y participando en la firma de acuerdos gubernamentales, hasta favoreciéndoles con su voto en las elecciones.

El momento en que existan en Oaxaca organizaciones sociales verdaderamente democráticas, autónomas y con una fuerza importante, que les permita ser un contrapeso efectivo tanto hacia aquellas organizaciones corporativas dependientes de partidos políticos y sus recursos como hacia los partidos mismos, aún se vislumbra lejano. En este sentido, la alternancia política en la gubernatura estatal representaría un paso fundamental hacia dicho fin. Por otra parte, en la lucha por el poder, el factor económico aún resulta ser determinante, sobre todo si se trata de uno de las entidades más pobres de la República. De ahí que la mayoría de las organizaciones sociales dependan de instancias como los partidos, los cuales, sobre todo en los últimos años en el país y debido a una legislación electoral benefactora, han visto incrementados sus recursos económicos, los que a su vez pueden ser utilizados para continuar apoyando a organizaciones que les garanticen cierto número de sufragios.

 

REFERENCIAS

1 Los estados y gobiernos generalmente temen a la autodeterminación de grupos sub–nacionales porque para ellos se traduce en la ruptura de las unidades territoriales nacionales existentes (véase Rodolfo Stavenhagen, Conflictos étnicos y Estado nacional: México, Siglo XXI editores, 2000, p. 375). No obstante, de acuerdo con el trabajo de campo realizado en el presente artículo, la lucha del movimiento campesino–indígena de Oaxaca no busca la separación del estado de Oaxaca ni de la República; sus reivindicaciones giran en torno a una participación más igualitaria, a que se les permita resolver sus propios problemas y a la preservación de su identidad cultural dentro de la estructura institucional existente.

2 En los sistemas políticos más desarrollados, la división del trabajo entre los grupos de interés, los Partidos y el Gobierno consiste en que los grupos de interés transmiten demandas "pragmáticas específicas" a los Partidos; los Partidos agregan esas demandas, las integran en un programa general y consiguen apoyo para ellas mientras que los parlamentos y las burocracias las traducen en leyes y políticas y las ponen en práctica. Cuanto menos desarrollado está el sistema político, menos diferenciadas están esas funciones. Véase Suzanne Berger (comp.), La organización de los grupos de interés en Europa occidental: Madrid, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de España, 1988, p. 23.        [ Links ]

3 Gabriel A. Almond, "A Comparative Study of Interest Groups and the Political Process", American Political Science Review: núm. 52, Washington DC, George Washington University Press, 1958, p. 271.        [ Links ]

4 Larry Diamond, "Rethinking Civil Society", The Journal of Democracy: vol. 5, núm. 3, Washington DC, Johns Hopkins University Press, p. 4.        [ Links ]

5 Algunas de las virtudes de los estudios de caso son: que permiten acceder a una gran cantidad de información cualitativa, lo cual hace posible tener una base más firme para utilizar el método comparado y, eventualmente, hacer generalizaciones; resultan ser útiles además para encontrar mecanismos causales y para descifrar cajas negras en cuestiones políticas, por ejemplo. El mayor estereotipo existente sobre la debilidad que se atribuye a los estudios de caso, es su presumible falta de capacidad para generalizar. No obstante, la relación entre el estudio de caso y la generalización está supeditada al tipo de generalización que se haga sobre un tema, por un lado, y al tipo de estudio de caso de que se trate, por el otro. (Véase David A. Snow y Danny Trom, "The Case Study and the Study of Social Movements", en Bert Klandermans y Suzanne Staggenborg, (eds.), Methods of Social Movements Research: Minneapolis, University of Minnesota Press, pp. 151–167.         [ Links ]) El énfasis cualitativo que se observa, se debe a que esta técnica es la más adecuada para poder analizar las opiniones y las actitudes de las fuentes de información. Así mismo, la mayor visibilidad y proximidad a las situaciones reales que propugnan los métodos cualitativos les confiere un carácter de acercamiento a la verdad de la que carecen muchas veces las técnicas cuantitativas (véase J. Van Maanen, "Qualitative Metodology", en José Ignacio Ruiz Olabuénaga, Metodología de la investigación cualitativa: Universidad de Deusto, Bilbao, España, p. 95.)        [ Links ]

6 Si bien hoy por hoy el PRI ha sido la fuerza política con mayor influencia en las regiones indígenas del país, existe evidencia de que dicho poder ha venido disminuyendo. (Véase Laura Ruiz Mondragón "Cómo votan los indios", Etcétera: Semanario de Política y Cultura, núm. 363, México, 2000, versión en línea: sitio web: www.etcetera.com.mx/2000/363/lrm363.html)        [ Links ]

7 También llamado "derecho consuetudinario". Los usos y costumbres son un conjunto de normas legales de tipo tradicional, no escritas ni codificadas, distinto del derecho positivo vigente. Uno de los principales dilemas de este sistema normativo es que, al no estar asentado por escrito, las costumbres pueden ser modificadas por la autoridad que esté al frente de una comunidad determinada de acuerdo a sus propios intereses. (Véase Jorge Audelo, "Los usos y costumbres en Oaxaca: apuntes sobre democracia, instituciones y pluralismo jurídico", Revista Tendencias: número de otoño, Guadalajara, Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey campus Guadalajara, 2005, pp. 171–181.)        [ Links ]

8 María Cristina Velásquez, El nombramiento, las elecciones por usos y costumbres en Oaxaca: Oaxaca, Instituto Estatal Electoral de Oaxaca, 2000, p. 97.        [ Links ]

9 Fausto Díaz, Problemática municipal en Oaxaca: los conflictos municipales: Oaxaca, Instituto de Investigaciones Sociológicas, Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, 1987, p. 40.        [ Links ]

10 Jorge Alonso, y Silvia Gómez Tagle (comps.), Insurgencia democrática: las elecciones locales: Guadalajara, Universidad de Guadalajara, México, 1991, p. 12.        [ Links ]

11 Víctor Leonel Juan, "La disputa por el poder municipal en Oaxaca: ¿Son antagónicos la democracia y los usos y costumbres?", América Indígena: vol. LIX, núm. 2, abril–junio, México, Instituto Indigenista Interamericano, 2003, p. 12        [ Links ]

12 Diario La Jornada, México DF, 16 de junio de 1995, p. 36.        [ Links ]

13 Velásquez, op. cit., p. 153.

14 Blas Urrea, "Veinte años después", citado en Pablo González Casanova, El Estado y los Partidos políticos en México: México, Ed. Era, 1981, p. 26.        [ Links ]

15 Servicios para una educación Alternativa A.C., Informe de observación electoral en municipios de usos y costumbres de Oaxaca: Oaxaca, Comisión Diocesana de Pastoral Social de Oaxaca–The University of New Hampshire–The Agency for International Development, 2001, p. 134.        [ Links ]

16 Entrevista del autor con el Profesor Armando Fuentes Villatoro, Secretario General Adjunto del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional en Oaxaca, 9 de octubre de 2003.

17 Definición parafraseada de los elementos descritos por los siguientes autores: René Lemarchand y Keith Legg, "Political Clientelism and Development: A Preliminary Analysis", Comparative Politics: núm. 4, 1971, pp. 149–179;         [ Links ] Carl H. Landé, "Political Clientelism in Political Studies, Retrospect and Prospects", International Political Science Review: núm. 4 (4), 1983, pp. 435–454;         [ Links ] y Steffan Schmidt et al. (eds.), Friends, Followers and Faction. A Reader in Political Clientelism: Berkeley, University of California Press, 1977, pp. 13–20.        [ Links ]

18 Velásquez, op. cit., p. 97.

19 Jorge Hernández–Díaz señala que la CNC en muchas ocasiones ha funcionado como protectora de los caciques de algunas regiones del estado. Véase Jorge Hernández–Díaz, Reclamos de la identidad: la formación de las organizaciones indígenas en Oaxaca: Oaxaca, Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO)–Porrúa, 2001, p. 243.        [ Links ]

20 Entrevista del autor con el Licenciado Miguel Ángel Varón García, Dirigente del Comité Central Estatal de la Unión General Obrera, Campesina y Popular (UGOCP), 27 de octubre de 2003.

21 Juan Antonio García Villa, "Los comicios extraordinarios del domingo", El Financiero, México DF, 24 de noviembre de 2003, p. 38.        [ Links ]

22 Salomón Nahmad, "Gobierno tradicional y gobierno de partido en los municipios mixes", conferencia con motivo del XV aniversario del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), Unidad Istmo, 4 de noviembre de 2003.        [ Links ]

23 Entrevista del autor con el Licenciado José Manuel Córdoba, Secretario de Promoción Ciudadana Estatal del Partido Acción Nacional, 10 de octubre de 2003. El hecho de que también el PAN cuente con sus propias organizaciones sociales, aunado a los comentarios de los líderes entrevistados en cuanto a que este partido sigue la misma forma de hacer política que el PRI, confirmaría las observaciones de Mc Adam, Tarrow y Tilly en el sentido de que, en México, muchos de los nuevos líderes de la oposición han aprendido de las políticas patrón–cliente del PRI, y al crear organizaciones independientes han construido –y aún transferido– sus propias redes patrón–cliente. (Véase Doug Mc Adam, Sidney Tarrow et al. Dynamics of Contention: Cambridge, Cambridge University Press, 2001, p. 302.)        [ Links ]

24 Lineamientos internos y Manual de Procedimientos del Comité Directivo Municipal del Partido Acción Nacional, Consejo Nacional, Oaxaca, 2004.

25 Jorge Alonso y Silvia Gómez Tagle, op. cit., p. 12.

26 Conformada en el año de 1991 por campesinos de organizaciones como la CNC, la Central Campesina Cardenista (CCC), la Conferderación Campesina Independiente (CCI), la Coordinadora Nacional Plan de Ayala (CNPA) y otras que se adhieren al PRD apoyando a Cuauhtémoc Cárdenas. Esta organización se crea con el propósito de contar con una central campesina de izquierda que ayudara a resolver los problemas de los campesinos de los 27 estados de la República en los que tienen representación (su presencia es más relevante en Aguascalientes, Baja California, Distrito Federal, Guerrero, la región de la Laguna en Campeche, Michoacán, Nuevo León y Oaxaca). Su número de afiliados en todo el país es de más de 250 mil, y en el estado de Oaxaca es de aproximadamente 40 mil personas. Aunque están afiliados al PRD, como organización, reconocen que no reciben recursos directamente del partido, pero subsisten gracias a las aportaciones que hacen sus diputados. En la entidad, la UCD se crea para ayudar a cubrir las necesidades de los campesinos que tenían problemas para recibir los recursos que otorgaba al sector el Gobierno federal, pero que muchas veces no llegaban a sus manos. Entrevista del autor con el Licenciado Ernesto Gutiérrez Natarín, Asesor Jurídico de la UCD, el 1 de diciembre de 2003.

27 La COCEI surge en 1974 en la región del Istmo de Tehuantepec y ha sido promotora de la cultura zapoteca. Está considerada como la primera organización de masas con una orientación izquierdista. Sus principales dirigentes surgieron de la directiva de la Asociación de Estudiantes Juchitecos radicados en la Ciudad de México. Aunque en sus orígenes esta organización no perseguía objetivos políticos, comenzó a involucrarse en los problemas de los campesinos de la región. De esta manera, eventualmente se fue transformando desde ser una organización defensora de los derechos agrarios y sindicales de los campesinos hasta convertirse en una corriente política fuerte. A partir de 1986 comienza a realizar alianzas con partidos políticos. Participó en las elecciones municipales de 1986 en alianza con el Partido Socialista Unificado de México (psum) y después, en 1989, con el PRD, ganando en este último año las elecciones. En las elecciones municipales de 1992 y 1995 mantuvo su fuerza política en Juchitán. A raíz de esto, sus principales dirigentes han sido presidentes municipales, diputados de las legislaturas estatal y federal, y posiciones importantes en la cúpula directiva estatal y federal del PRD. (Véase Jorge Hernández–Díaz, op. cit., p. 74.)

28 Entrevista del autor con el Ingeniero Fernando Velásquez, Secretario General del Comité Directivo Estatal del Partido de la Revolución Democrática, 4 de diciembre de 2003.

29 R. Spores, The Mixtec Kings and Their People: University of Oklahoma Press–Norman, 1967, p. 166;         [ Links ] y J. W. Whitecotton, The Zapotecs : princes, priests, and peasants: University of Oklahoma Press–Norman, 1985, p. 210.        [ Links ]

30 Fausto Díaz, op. cit., p. 45.

31 Parte de la entrevista del autor con el Licenciado José Manuel Córdoba del PAN, op. cit.

32 Fausto Díaz, Los municipios: la disputa por el poder local en Oaxaca: Oaxaca, Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJ)–Instituto de Investigaciones Sociológicas, 1992, p. 110.        [ Links ]

33 Philippe, Schmitter, "La mediación de los intereses y la gobernabilidad de los regímenes en Europa occidental y Norteamérica en la actualidad", en Suzanne Berger, La organización de los grupos de interés en Europa occidental: España, Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, 1988, pp. 395 y 401.        [ Links ]

34 Hernández–Díaz, op. cit., p. 330.

35 Lorenzo Meyer, "El municipio mexicano al final del siglo XX, historia, obstáculos y posibilidades", en Mauricio Merino (coord.) En busca de la democracia municipal: Centro de Estudios Internacionales, El Colegio de México, 1995, p. 245.        [ Links ]

36 Doug McAdam, Sydney Tarrow et al., op. cit., p. 302.

37 Esto coincide con el análisis de Jesús Ramírez Cuevas, quien afirma que en el ámbito nacional, frente a la sociedad corporativizada, las organizaciones campesinas e indígenas que están articuladas de manera independiente son minoritarias. (Véase Jesús Ramírez Cuevas, "Movimiento campesino: las razones de la furia", en Periódico de Información Alternativa, 11 de febrero de 2003. http://www.rebelion.org)        [ Links ]

38 Cabe destacar que, como ya se ha mencionado, desde su creación como partido, el PRI nunca ha perdido la gubernatura del estado y ha sido tradicionalmente el partido mayoritario. Así mismo, durante 56 años (desde 1930 hasta 1986) ganó todos los diputados de mayoría elegidos en distritos uninominales; además, hasta el año de 1980 conservó el poder en todos los municipios de la entidad, pues fue hasta entonces cuando los partidos de oposición tuvieron acceso al Congreso local.

39 Alberto Olvera, "Sociedad civil y gobernabilidad en México" en Alberto Aziz Nassif (coord.), México al inicio del siglo XXI, democracia, ciudadanía y desarrollo: México, CIESAS–Porrúa, 2003, p. 26. (En prensa.)        [ Links ]

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