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Política y cultura

versión impresa ISSN 0188-7742

Polít. cult.  no.25 México ene. 2006

 

Matemáticas y ciencias sociales

 

Acerca del lugar de la entrevista en encuestas electorales

 

Assael Ortiz Lazcano*

* Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México.
Dirección electrónica: lazcano@uaeh.reduaeh.mx

 

Recepción del original: 01/07/05.
Recepción del artículo corregido: 20/01/06

 

Resumen

Se pretende elucidar la discusión de cientificidad en torno a las encuestas preelectorales respecto al espacio de captación y levantamiento de las entrevistas: la clásica u ortodoxa dice que deben hacerse forzosamente en un hogar, mientras que diversas investigaciones de hechos sociales sugieren la búsqueda de métodos alternos, y por ello se proponen espacios abiertos para el levantamiento de información de primera mano. En un ejercicio en la elección de gobernador en el municipio de Pachuca, Hidalgo (México), el método alterno logró obtener un menor margen de error.

Palabras clave: encuesta, método ortodoxo, método alterno, demografía, cultura política.

 

Abstract

This paper aims to shed light on the discussion of scientificity in regards to preelectoral polls in terms of the place where information is gathered and polls are carried out: the classic or orthodox view is that polls must always take place in a person's home, whereas a number of research projects that have studied social phenomena suggest that alternate methods be searched for, and for that reason a recommendation is made that information be gathered in public, open spaces where information may be gathered first–hand. In an exercise that was carried out in the municipality of Pachuca in the Mexican State of Hidalgo during the electoral race for governor of the same State, the alternate method managed to yield a smaller margin of error.

Keywords: Poll, orthodox methodology, alternate methodology, demographics, political culture.

 

INTRODUCCIÓN

La presente investigación tiene como objetivo elucidar en el municipio de Pachuca, Hidalgo (México), la discusión de cientificidad en torno a las encuestas preelectorales, específicamente el espacio de captación y levantamiento de las entrevistas, en dónde aplicarlas: ¿en la casa o en un lugar abierto como lo es la calle? Esta discusión tiene, por un lado, el trasfondo de la verificabilidad científica de las encuestas y, por el otro, el análisis de la variación de confianza stricto sensu, que tienen para contestar los entrevistados.1 Esta investigación permite discutir cómo algunos temas pueden ser respondidos con mayor veracidad fuera del contexto del hogar, y por ello la hipótesis que la rige es que si el entrevistado no está en algún lugar en donde es ubicado fácilmente, tal como el hogar, su empleo, un comercio, etcétera, se siente menos comprometido moralmente con sus respuestas, y es más factible que conteste con veracidad diversos temas, entre los que se incluye la participación político electoral. En una entrevista que se realiza en la calle, el informante, dado que no se encuentra ubicado en stricto sensu, es posible que se sienta libre para realizar juicios sobre diversos actores políticos y sociales, sobre instituciones públicas, de administración de justicia, desempeño político, etcétera.

Esta investigación pretende, además, analizar algunos datos obtenidos en trabajo de campo, a partir de la aplicación de dos diferentes metodologías en el levantamiento de encuestas: por un lado, la clásica u ortodoxa, en donde las entrevistas se realizan en el hogar; y por otro, una metodología alterna, en donde las entrevistas se realizan en un espacio abierto.

 

LAS ENCUESTAS EN EL CONTEXTO MEXICANO

La utilización de las encuestas en la sociedad mexicana en un inicio estuvo limitada a estudios de mercado, aunque también eran utilizadas por algunos académicos y científicos sociales. Es en el ámbito demográfico donde más se ha trabajado con encuestas; así, las realizadas en la década de 1960 sólo recogían datos dirigidos a la fecundidad y muy tangencialmente se conocían algunos rasgos sobre otros temas.2

El fuerte crecimiento que tuvo la población mexicana desde comienzos de los años sesenta estimuló la realización de encuestas sobre fecundidad, ya que ésta era, y es hasta nuestros días, el principal responsable del aumento poblacional.3 Por esta razón, el tema prioritario para el Ejecutivo federal era la fecundidad y el crecimiento demográfico a partir de las proyecciones de población, destacando que se trabajó intensamente con encuestas tanto nacionales como internacionales y todas eminentemente de corte demográfico, entre las que destacaron:

•      El Programa de Encuesta de la Fecundidad en América Latina4 (pecfal) levantada en nuestro país entre 1964 y 1969–1970.

•      La Encuesta Mexicana de Fecundidad5 (EMF) levantada en 1976.

•      La Encuesta Nacional Demográfica (END) levantada en 1982.

•      La Encuesta de Fecundidad y Salud (DHS) levantada en 1987.

•      La Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica6 (Enadid) levantada en 1992.

•      La Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (Enadid) levantada en 1997.

El principal objetivo de estas encuestas era conocer el rango y la tendencia de la fecundidad, así como entender el proceso de modificación a la par de sus principales determinantes; todos los demás sucesos demográficos eran abordados muy tangencialmente a partir de la fecundidad, esto en la demografía, aunque también se discutían desde otros contextos, como el histórico, el sociológico o el antropológico, en donde el uso de encuestas era casi inadvertido.

Estas primeras encuestas mexicanas en el ámbito demográfico tampoco eran representativas por entidad federativa y contenían serias limitaciones metodológicas y de inferencia, pero dieron origen al surgimiento de una gran cantidad de estudios, reflexiones y análisis, en donde obviamente el tema principal era conocer y explicar los rangos de la fecundidad, asociados a las condiciones socioeconómicas existentes. También establecieron la necesidad del trabajo con encuestas, por las limitaciones de las fuentes de datos, y diversificaron el interés de estudio sobre una gama de acontecimientos sociales.

A partir de la década de 1990 se gestó en México un importante crecimiento de burós de información estadística y empresas que ofrecían el manejo de encuestas. Desde el 2000 y justo en el proceso de la elección presidencial, se llevaron a cabo alrededor de 15 encuestas de salida que midieron este suceso político, aunque una considerable población electoral las veía fuera del contexto sociopolítico y jurídico. A partir de ese momento, se dio un mayor uso de las encuestas no sólo dentro de la mercadotecnia y la demografía, sino que se diversificaron en un abanico de temas de investigación, incluyendo a los partidos y los grupos políticos.

Se empezaron a discutir las diversas metodologías y su grado de significancia y precisión. En este sentido, se encuentra el análisis metodológico que busca trastocar el espacio: en dónde abordar al entrevistado con la finalidad de conocer su sentir y las concepciones en torno a los sucesos políticos y su forma de aprehenderlos. En este momento se inició la discusión de cientificidad entre una encuesta que termina con un informante localizado en un hogar (metodología ortodoxa), y las que siguen la metodología ortodoxa en estricto sentido, pero que concluye con la entrevista del sujeto en un espacio abierto, como la calle o una plaza pública (método alternativo). La escuela ortodoxa considera que concluir una entrevista en la calle carece de validez y cientificidad, dado que el sujeto a entrevistar no es localizado en un lugar específico, y con ello se pierde la posibilidad de verificar el trabajo de campo, además de que estadísticamente faltaría el último elemento aleatorio en sentido estricto. Pero la forma alternativa que se pretende abordar en las encuestas preelectorales es que el sujeto no sea localizado en su hogar, sino que se le entreviste en la calle, con la finalidad de captar una mayor veracidad del hecho estudiado.

Siguiendo esta propuesta, en este trabajo se elucidan, en un primer momento, algunos de los elementos de una encuesta, se abordan brevemente la metodología y la discusión de cientificidad y verificabilidad de las entrevistas y, por último, se vierten algunos resultados encontrados con ambas metodologías, buscando contrastar semejanzas y divergencias en ambos ejercicios de acuerdo con el tipo de entrevista.7

 

ESTRUCTURA GENERAL DE LAS ENCUESTAS

La encuesta evolucionó a partir del siglo XVIII en Inglaterra y más tarde se hizo de uso común en Estados Unidos, Francia y Alemania, extendiéndose después a todo el mundo. En la actualidad es un procedimiento relativamente de bajo costo, respecto a un censo, que permite inferir los resultados al total de una población.

Las encuestas son herramientas que se aplican por la necesidad de información de diversos sucesos permitiendo disminuir costos económicos, de tiempo y espacio, en comparación con un levantamiento censal. Aunque una encuesta mide sólo a una parte de la población expuesta al riesgo o suceso de análisis, esta elección se hace con criterios científicos que posibilitan inferir los resultados al total de la población de estudio, si bien con ciertos grados de error. Una encuesta es un instrumento de investigación en donde se consulta a personas elegidas de forma estadística, y la información se recopila a partir de la ayuda de un cuestionario de preguntas cerradas.8

En toda encuesta hay que dilucidar dos grandes problemas: ¿cuántos elementos se necesitan elegir? y ¿cuáles de éstos se seleccionan y cómo se eligen?:

 

Procedimiento de selección de la muestra de estudio

Seleccionar una muestra consiste en obtener estimaciones de los valores del universo con la mayor precisión posible, aunque en general dentro de cierto costo o presupuesto previamente establecido. Los principales tipos de muestras probabilísticas son las siguientes: aleatoria simple, estratificada, sistemática, por conglomerados y con probabilidad proporcional al tamaño.9

Para especificar el tamaño de la muestra que responda adecuadamente al total de la población de estudio, tiene que valorarse cuál de ellas se ajusta en mayor medida, tanto a las necesidades de información como al universo de estudio; además hay que incluir el factor presupuestal y el tiempo estimado para la entrega de resultados, levantamiento de la encuesta, la corrección de las base de datos, su procesamiento, etcétera. El número de entrevistas por realizar también depende de manera estrecha de la confianza y el margen de error que se pretendan en la encuesta; además, se debe tener en cuenta que entre más se disminuye el error y se aumenta la confianza, en mayor medida se incrementa tanto el número de cuestionarios por aplicar como su costo económico, requiriéndose de mayor tiempo para su levantamiento.

El cálculo del tamaño de la muestra se da en dos etapas:

1.   Prueba piloto: de ésta se obtienen los complementos que permiten conocer los elementos del muestreo. Consiste en seleccionar por números aleatorios10 a un pequeño grupo de individuos, localidades, área geográfica básica (Ageb), mapa por manzanas, etcétera, que aportarán la ubicación de los informantes clave.11 También y al mismo tiempo hace factible aplicar, probar y evaluar el funcionamiento del cuestionario, así como conocer el valor del complemento estadístico.

2.   Obtención y cálculo del tamaño de la muestra: una vez determinadas las proporciones de observación del hecho social, se procede a emplear la ecuación que sustenta en lo general la obtención de la muestra, conocida como error estándar de una proporción:

 

Selección de la muestra

La selección de la muestra está asociada al tipo de muestra elegida; en términos generales se busca que todos los elementos del universo tengan la misma probabilidad de ser elegidos. Por esta razón, si una encuesta es terminada en un hogar, y éste es un elemento fijo, muestreable, fácil de ubicar para una revisión del trabajo de campo, se permitirá la verificabilidad de los sujetos entrevistados, lo que estará asociado con la cientificidad de que cada hogar tuvo la misma factibilidad de ser elegido. La elección final generalmente es mediante el método aleatorio simple, y por ello el poder ubicar un hogar es de obligatoriedad inminente para demostrar la cientificidad per se y aleatoriedad del trabajo en sí mismo.

El marco muestral es la población objetivo, es decir, el conjunto de individuos u "objetos" de interés que reúnen las características específicas de estudio. La discusión empieza justo en este momento, donde la escuela tradicional dice que toda encuesta tiene que terminar obligatoriamente en un hogar, con ello todas las unidades (hogares) tienen la misma probabilidad de ser elegidas. Por su parte, las encuestas preelectorales aplicadas en el caso mexicano en los últimos años, han demostrado que se tiene menos margen de error al levantarse los cuestionarios en la calle, respecto a terminarlas en una casa.

 

CARACTERÍSTICAS DEL MUNICIPIO DE PACHUCA, HIDALGO (MÉXICO)

Características sociodemográficas

El municipio de Pachuca tiene los indicadores sociodemográficos y de bienestar más elevados en el estado de Hidalgo, subrayando que sale del contexto general, ya que la entidad está clasificada como uno de los seis estados prioritarios en el ámbito nacional, es decir, con un mayor número de carencias y necesidades de tipo social y económico, que la media nacional.

En el estado de Hidalgo, y según el XI Censo de Población y Vivienda del 2000, 12.03% de su población era analfabeta y 11.31% todavía hablaba algún idioma indígena; además, 50.67% de población residía aún en comunidades consideradas como rurales y, por ende, en el interior del estado se observa que existen núcleos de población dispersos y eminentemente indígenas, los cuales se encuentran especialmente en la parte norte de la entidad. En esta área es donde se han presentado los índices más bajos de bienestar durante los últimos cinco decenios, no sólo en el ámbito estatal, sino también en el comparativo en el rango nacional.

Por el contrario, la parte sur de la entidad tiene una gran interrelación con el Distrito Federal, y ha presentado los índices de bienestar más altos del estado, destacando el municipio de Pachuca, el cual para 1990 presentó rangos de bienestar superiores a siete delegaciones y 21 municipios conurbados de la zona metropolitana de la Ciudad de México; asimismo, está sobre la media estatal de entidades como Nuevo León y el Distrito Federal.12 Finalmente, en el municipio de Pachuca se tiene el rango más alto de bienestar de la entidad, así como los mayores grados de escolaridad, ingreso y urbanización.13

 

Características de cultura política

Cuando se analiza la cultura política hay que remitirse al contexto inmediato de la forma de entender los valores, las creencias y las actitudes que ordenan y dan significado a los procesos políticos, los cuales se modifican invariablemente dentro de cada grupo poblacional. Las características socioeconómicas y demográficas también cambian la manera de entender y discutir el fenómeno político, así como las condiciones sociales, económicas, políticas y culturales existentes en una sociedad. De acuerdo con los distintos grados de desarrollo social, se pueden distinguir varios tipos de cultura política que coexisten en un área o población determinada. Además de este sinnúmero de conductas y actitudes, la cultura política también se encuentra vinculada a comportamientos tradicionales o parroquiales, de dependencia, de subordinación, e incluso hasta conductas participativas sustentadas por la educación, la información y la capacidad de tomar decisiones autónomas.

Diversos científicos sociales, a partir de entrevistas levantadas en la calle, han encontrado hallazgos diferenciales por sexo; por ejemplo, que las mujeres son menos dadas a hablar de tópicos políticos, pero cuando lo hacen son más severas en sus críticas. De igual manera, tienden a relacionar a los políticos con una actitud de "rateros y mentirosos", mientras que los hombres jóvenes tienden a asociar a la política con homicidios.14

El analizar la concepción y el grado de confianza que tienen los ciudadanos respecto de diversas instituciones públicas y de administración de justicia, se convierte en un elemento insoslayable en esta discusión metodológica de aplicación de entrevistas. Esto permite dilucidar qué tanto se ha avanzado en la construcción de instituciones políticas que inspiren confianza entre los electores y en la ciudadanía y específicamente, conocer la opinión y confianza depositada por los sufragantes en las diversas instituciones sociales, de administración de justicia, actores sociales y políticos.

La percepción de hacer política, confianza y orientación hacia diversas instituciones sociales y diversos actores, permite conocer en cierta medida el grado de desarrollo de la cultura política, así como la posible comprensión del orden político. Además, cuando se pregunta sobre la confianza en los diversos actores políticos y sociales, el no sentirse en el entorno de la propia casa puede facilitar una respuesta sincera. Estos escenarios ya han sido trabajados por diversos investigadores, y se han propuesto incluso métodos indirectos para conocer el suceso en estudio.

Existen trabajos de corte demográfico que al abordar temas como el aborto u otros de los llamados "escabrosos", optan por metodologías que facilitan acercarse al sujeto cognitivo sin perder la cientificidad y fiabilidad de la información.15 Por ejemplo, en el caso específico del estudio del aborto, numerosos investigadores han roto el esquema ortodoxo y han buscado estimar su incidencia a partir de medios alternativos, tal como las entrevistas en consultorios a madres e incluso a parejas, en donde la respuesta del hombre es más fácil de obtener y más confiable dado que no se trata de un suceso propio.16

También se ha trabajado sobre la metodología o técnica de respuesta al azar (TRA), la cual permite dar información al encuestador sin que le sea revelada de forma directa. En su forma original, la TRA supone el empleo de una caja que contiene un número de pequeñas cuentas de dos colores, por ejemplo 35 cuentas rojas y 15 azules; la caja tiene una abertura grande que permite ver su contenido, y una abertura pequeña mediante la cual sólo puede verse una de las cuentas; se establecen dos preguntas: una es sensitiva y la otra no. Por ejemplo, una cuenta roja visible a través de la abertura pequeña puede significar: ¿ha tenido usted un aborto durante los últimos 12 meses? Mientras que una cuenta azul quiere decir: ¿nació usted en marzo? Se pide a la encuestada que dé una sacudida a la caja y que responda sí o no a la pregunta indicada por el color de la cuenta visible por la abertura. El entrevistador registra la respuesta, pero ignora cuál es la pregunta contestada.

El porcentaje de mujeres que tuvieron un aborto el pasado año (P) puede estimarse del porcentaje de encuestadas que contestan sí (P) de acuerdo con la siguiente fórmula:

P" es la proporción de encuestadas nacidas en marzo que se sabe es, digamos, 8.3%. Q es el porcentaje de cuentas rojas que hay en la caja: 70 en nuestro caso ilustrativo. Suponiendo que haya 20% de respuestas positivas, el cálculo se desarrolla como sigue:

De ahí se estima que 25% de las mujeres en la población de la que se extrajo la muestra había tenido un aborto durante los doce meses anteriores a la entrevista. Se han desarrollado numerosas modificaciones a la técnica de respuesta al azar, con objeto de ajustar el método a una diversidad de situaciones, incluyendo la entrevista con encuestadas analfabetas. Su utilidad en la práctica sigue siendo un tema de estudio.17 Uno de los grandes inconvenientes de la técnica de respuestas al azar es que requiere muestras mucho mayores que las de interrogación directa (ID). Pero esta técnica ha tenido resultados favorables fuera del contexto del hogar, rompiendo con la tradición ortodoxa.18

 

METODOLOGÍA DE CÁLCULO Y APLICACIÓN DE LAS ENCUESTAS DE PARTICIPACIÓN POLÍTICA ELECTORAL

La muestra de población seleccionada en ambos ejercicios es representativa estadísticamente para todo el municipio de Pachuca, y tiene una precisión de 5% y un grado de significancia de 95%. El diseño de la muestra determinó aplicar 1 186 cuestionarios en cada ejercicio; previo a este cálculo, se hizo una prueba piloto con la finalidad de monitorear y conocer el complemento estadístico, ambos fueron vitales para el cálculo de la muestra. El esquema de muestreo fue polietápico estratificado, utilizando como base el perfil de los hidalguenses inscritos en el padrón electoral; el sexo y el grupo de edad fueron las variables de referencia inminente. La delimitación del tamaño de la muestra también requirió de la estimación de otras variables sociodemográficas, como edad, sexo, etcétera; asimismo se tomó en cuenta el índice de masculinidad y ubicación geográfica.

Los 1 186 cuestionarios de cada ejercicio fueron aplicados en el periodo del 3 al 8 de mayo de 2004; el cuestionario estuvo conformado por 46 preguntas. En ambos ejercicios se siguió la misma metodología, pero en el caso de las entrevistas del método alterno, en lugar de terminarlas en el hogar, se hicieron en la calle. El requisito previo a la entrevista en el método alterno fue que los sujetos vivieran en la colonia en donde correspondía aplicar el cuestionario, y las personas fueran residentes en la demarcación geográfica elegida, aunque no se conoció específicamente su domicilio. Por otra parte, las entrevistas se aplicaron en tres diversos momentos del día (mañana, mediodía y tarde–noche), buscando no excluir a las personas que trabajaban en diferentes horarios.

 

ALGUNOS RESULTADOS DE LA ENCUESTA CULTURA CÍVICA Y PARTICIPACIÓN POLÍTICA ELECTORAL

La distribución según localidad rural–urbana fue a partir de los datos estadísticos del XII Censo de Población y Vivienda del año 2000, y se desglosó de la siguiente manera: Pachuca, 89% urbana y 11% rural. De igual forma, como la edad es un factor importante en la concepción político electoral, se establecieron tres grandes grupos tanto para hombres como para mujeres: el primero de 18–29 años, el segundo de 30–49 y el tercero de 50–64 años, conformándose así: 40.9%, primer grupo; 39.6%, segundo grupo; y 19.5%, tercer grupo.

Inicialmente, se destaca que mediante el método ortodoxo (aplicación de cuestionario en casa), la obtención de la información según el grado escolar es muy semejante a los resultados obtenidos con la metodología alterna (entrevista en la calle). La población analfabeta fue prácticamente la misma, 3.1%; en el rubro de los que sólo saben leer y escribir existe una diferencia de 3.9 puntos porcentuales, representando esto la mayor diferencia. Respecto a los grados de escolaridad de primaria, secundaria, bachillerato, profesional y posgrado no existe variación significativa (gráfica 1).

 

En cuanto a las principales ocupaciones detectadas en la capital hidalguense, las variaciones son mínimas entre cada uno de los métodos de levantamiento de cuestionario, siendo la mayor diferencia de 2.3 puntos porcentuales en la ocupación de comerciante, que para este caso resulta irrelevante (gráficas 2 y 3).

 

Conocimiento sobre hechos políticos locales e instituciones electorales

El conocimiento de hechos políticos es un primer referente para determinar el interés de los electores acerca del acontecer en su entorno político. Revisando los resultados de ambas encuestas se advierte que al preguntar sobre el conocimiento de las autoridades que se eligieron en el ámbito local en las últimas elecciones, mediante el método ortodoxo 36.5% conocía la respuesta, mientras que por el método en la calle 35.4% contestó afirmativamente; hay una diferencia de sólo 1.1 puntos porcentuales entre ambas metodologías. De ambos métodos se desprende que menos de cuatro de cada diez pachuqueños recordaban qué autoridades se eligieron en el anterior proceso electoral (gráfica 4).

 

A la pregunta sobre el conocimiento de qué autoridades se elegirán en las próximas elecciones locales, mediante el método ortodoxo 41.7% contestó acertadamente, mientras que 42.2% lo hizo mediante el método de entrevista en la calle; nuevamente la diferencia es mínima y sin trascendencia en las diferentes metodologías. Aunque cabe destacar que sólo cuatro de cada diez pachuqueños sabían cuál era el próximo evento político electoral que se sucedería en la entidad.

Respecto de la población que cuenta con credencial de elector, mediante el método ortodoxo se encontró que 83.3% sí contaba con ésta, mientras que por el método de entrevista en la calle esta cifra fue de 83.6%, es decir, una diferencia de 0.3%, pero que no resulta sustancial.

En cuanto al conocimiento de qué institución organiza las elecciones en el estado de Hidalgo, mediante el método ortodoxo se encontró que 78.4% de los pachuqueños desconoce a dicha institución. Siguiendo el método de entrevista en la calle, este resultado sólo disminuyó tres décimas, ubicándose esta cifra en 78.1%, es decir, una variación mínima de 0.3 por ciento.

Analizando el grupo de población que conoce al Instituto Estatal Electoral del Estado de Hidalgo (IEEH) como aquél que organiza las elecciones en la entidad, de los entrevistados mediante el método ortodoxo 57.8% dijo saber que está ciudadanizado, y 79.5% de los que conocen esta característica, considera que es una buena medida. Por su parte, de los entrevistados en la calle 59.5% sabe que el IEEH está ciudadanizado, y 76.2% de ese grupo también consideró que es una buena medida la ciudadanización del instituto. En el primer rubro, las diferencias son de 1.7% y en el segundo de 3.3%, ambos métodos con diferencias mínimas.

En cuanto a los medios de información más utilizados por los pachuqueños para conocer de las noticias, los entrevistados en sus hogares dijeron que la televisión (68.8%) era el medio preferido, seguido de la radio (10.9%) y los periódicos (17.7%). Los entrevistados en la calle manifestaron que la televisión (69.1%) era el medio más utilizado, seguido de la radio (11.7%) y del periódico (16.1%). Las diferencias entre ambas metodologías son muy reducidas: en el rubro de la televisión es de 0.3%, en el radio de 0.8% y en el periódico de 1.6 por ciento.

Al conocer sobre la percepción de los pachuqueños en torno a cuál de los medios de información es el más veraz, de quienes fueron entrevistados de manera ortodoxa 29.2% consideró que ninguno es digno de confianza, 48.7% se inclinó por la televisión, 13.5% por los periódicos y 6.8% por la radio. En cuanto a los entrevistados mediante el método de la calle, 47.8% dijo que la televisión, 14.1% el periódico, 6.8% la radio y 29.2% consideró que ningún medio es creíble. Nuevamente se advierte que la máxima diferencia está en los que manifestaron que la televisión es el medio más veraz, pero la diferencia entre un tipo de entrevista y el otro es apenas de 0.9%, lo cual no resulta trascendente. Incluso los datos coincidieron exactamente en ambas metodologías respecto a los entrevistados que dijeron que no confiaban en ningún medio informativo, en donde destaca que casi tres de cada diez pachuqueños piensan de esa manera.

En cuanto a la costumbre de los pachuqueños sobre hablar de asuntos políticos, de aquellos que se entrevistaron en sus hogares sólo 34.4% manifestaron hablar de política; de este grupo, el hogar es el sitio en donde más se habla de este tema (46.6%), seguido del lugar de trabajo (32.8%) y la colonia (7.6%). Respecto a las personas que se les hizo el cuestionario en la calle, se encontró que 32.2% manifestó que sí habla de política; nuevamente, de este grupo el hogar es el espacio más privilegiado para hablar de asuntos políticos, seguido de la fuente de trabajo (31.5) y la colonia (7%). Las diferencias son magras, por lo que respecta a hablar de política hay 2.2% de diferencia, en cuanto a los lugares donde se habla de política estas asimetrías son de 1.6, 1.3 y 0.6%. Se advierte nuevamente que las diferencias en los resultados de ambas metodologías no son considerables ni trascendentales. Destaca la indiferencia a hablar sobre asuntos de política en los pachuqueños (casi tres de cada diez), y que el hogar sigue siendo el espacio privilegiado para tocar estos temas.

En cuanto al grado de la participación ciudadana en diversas agrupaciones u organizaciones, 76.3% de los entrevistados en el hogar manifestó no participar en ningún tipo de organización, ya sea comité vecinal, estudiantil, grupo religioso, organización comunal, etcétera. Esta respuesta es muy similar a la observada en los entrevistados en la calle, en que 76.6% tomó la misma postura. En ambos ejercicios se advierte que cerca de ocho de cada diez pachuqueños no pertenecen a ningún grupo u organización de tipo político, estudiantil, sindical, etcétera, revelando un alto grado de atomismo.

Respecto al grupo de personas que dijeron pertenecer a algún tipo de asociación, de los entrevistados de la forma ortodoxa, 51.6% se dijo miembro activo y 23.1% asumió que no participa mucho. En cuanto a los entrevistados en la calle, 54.7% se dijo miembro activo, mientras que 20.9% se manifestó como de poca participación. Nuevamente se encuentra que las diferencias son mínimas, pues en el primer rubro es de 3.1% y en el segundo caso de 2.2 por ciento.

Una conclusión parcial es que las respuestas tanto de individuos que fueron entrevistados en sus hogares (método ortodoxo) como en la calle (método alterno) son muy similares, y si bien es cierto que existen algunas diferencias, éstas no son significativas ni trascendentales. Además, que las preguntas realizadas hasta este momento no requieren emitir juicios de valor sobre temas político–electorales.

 

Indicadores valorativos y de juicio político

En relación con los indicadores valorativos y de juicio político, en el estado de Hidalgo se encuentran aspectos que remiten a una sociedad que tiene desconfianza de las instituciones de administración de justicia y de diversos personajes sociales, y aún se confía en figuras tradicionales como son el sacerdote, el profesor, el médico y el ejército. En un trabajo comparativo entre los municipios de Pachuca e Ixmiquilpan, en donde se discutía la propuesta teórica de Huntington en torno al proceso democratizador y el desarrollo, se encontró que Pachuca presenta un comportamiento muy similar al observado en el ámbito estatal en torno a la confianza depositada en diversos actores sociales.

En la presente investigación se analiza la frecuencia del voto y la percepción de transparencia u opacidad en los procesos electorales, dado que permite vislumbrar la concepción político–electoral de la población en estudio. En cuanto al sufragio y la frecuencia de emitir el voto de aquellos individuos entrevistados de forma ortodoxa, 41.3% dijo que siempre acostumbra ir a votar, 10.2% sufraga muchas veces, 39.1% sufraga pocas veces y 9.4% nunca ha votado (gráfica 5). Respecto a los electores entrevistados en la calle, 22.8% manifestó que sufraga siempre, 12.1% muchas veces, 46.6% pocas veces y 18.5% nunca ha emitido su voto. En esta pregunta se encuentran fuertes diferencias en cuanto a la frecuencia de votación según lugar de entrevista.

 

Por una parte, los entrevistados en la calle tienen una diferencia de 18.5 puntos porcentuales menos en cuanto a votar siempre. En el rubro de nunca vota, los entrevistados ortodoxamente dijeron que sólo 9.4% estaba en ese supuesto, mientras que 18.5% (casi el doble) de entrevistados en la calle dijeron nunca votar. Esto sugiere que el individuo al ser entrevistado en el hogar, se asume que cumple con determinadas obligaciones electorales, mientras que el entrevistado en la calle tuvo una mayor libertad para contestar y emitir su forma de actuar y pensar en torno al sufragio.

Ahora bien, revisando los datos en el ámbito estatal de una encuesta levantada en el 2002, la cual es representativa para la entidad hidalguense, se advierte que 14.8% dijo siempre votar, 21.5% muchas veces vota, 45.9% pocas veces sufraga y 17.8% nunca sufraga. Lo que parece indicar que las personas entrevistadas en la calle hablaron sobre la frecuencia del voto con menos restricciones que aquellos que se les preguntó en su hogar.

Al cuestionar a los electores si consideraban que las elecciones son procesos libres de opacidad, de los entrevistados de la forma ortodoxa 59.6% dijo que no, 18% manifestó que sí, y 22.4% dijo no saber. Pero si contrastamos estos resultados con los entrevistados en la calle encontramos lo siguiente: 77.8% dijo que no son limpias, es decir, 17.2% más se inclinó por esta respuesta, 15.1% dijo que sí son limpias, es decir, 2.9% menos que los entrevistados de forma ortodoxa. Por último, en rubro de no sabe, alcanzó 7.1% en los entrevistados en la calle, 15.3% menos que los entrevistados de manera ortodoxa (gráfica 6), lo que nuevamente parece indicar que aquellos entrevistados en sus hogares cuidan el emitir juicios sobre la transparencia de los procesos electorales.

 

Estas respuestas se validan con la pregunta ¿cree usted que existen irregularidades en los procesos electorales?, la cual está encaminada a verificar y reafirmar la respuesta de la pregunta anterior. Del grupo de entrevistados de manera ortodoxa, encontramos que 63% manifestó que sí existen irregularidades, 15.1% que no, y 21.9% dijo que no sabía (gráfica 7). Respecto a los entrevistados en la calle, se encontró que 77.1% dijo que sí había irregularidades en los procesos, 9.1% que no y 13.8% que lo desconocía. Nuevamente hay una diferencia de 14.1% que se inclinó en manifestar que había irregularidades. Específicamente en el rubro de no sabe, existe una disminución de 8.1% en los entrevistados en la calle, lo que parece indicar que se sintieron más libres de emitir algún juicio ya sea a favor o en contra de la transparencia electoral.

 

El hecho de que haya confianza en las diversas instituciones públicas y de administración de justicia por parte de los ciudadanos es importante, ya que resulta ser un indicador social del sentir de la población y de cómo aprehenden el ocurrir de los fenómenos sociales y políticos. Sin embargo, al analizar en ambos ejercicios a los actores políticos y sociales que obtuvieron la mayor confianza del electorado, se encuentra que el médico, el profesor y el sacerdote siguen gozando de una alta confianza, mientras que la figura de los diputados y los senadores son los que mayor desconfianza generan en la población, seguidos de la policía, los jueces, magistrados y el presidente municipal.

En cuanto a las diferentes metodologías, los entrevistados de forma ortodoxa, tanto hombres como mujeres, tienen una mayor confianza en el médico, en el sacerdote y en el profesor, aunque las mujeres tienden a ser más confiadas en el profesor que en el sacerdote (gráfica 8). Los diputados, senadores, la policía, los jueces y los magistrados son los actores sociales que menor confianza proyectan en la población. A esta lista se suma el presidente municipal y el curandero. Cabe mencionar que la figura del curandero no es muy recurrida en la ciudad de Pachuca; sin embargo, se tiene una mayor confianza en él que en las instituciones de administración de justicia.

 

El Instituto Federal Electoral (IFE) es el que le sigue en confianza al profesor, destacando que este instituto no alcanza el 20% de confianza entre la población (véase cuadro 1).

Por otra parte, al revisar las respuestas de las personas que fueron entrevistadas en la calle son muy similares, aunque existen algunas diferencias interesantes pero que no son trascendentes. En las personas donde se deposita mucha confianza, hay un cambio entre el profesor y el sacerdote, y este último se pasa a tercer término por parte de los hombres. El grueso de los resultados es muy similar a los obtenidos por la metodología ortodoxa (véanse gráfica 9 y cuadro 2).

 

Al preguntar sobre la simpatía por los ideales de algún grupo político, de las personas entrevistadas con el método ortodoxo 29.2% dijeron que sí simpatizaban con algún partido político. Por otra parte, 70.8% manifestó no tener ninguna simpatía por algún grupo político ni sentirse identificado con algún ideal.

En cuanto a las personas que se entrevistaron en la calle, se advierte que 85.2% manifestó que no simpatiza con los ideales de algún partido político, cifra que se elevó 14.4 puntos porcentuales respecto de los entrevistados ortodoxamente, siendo sólo 14.8% los que manifestaron cierta simpatía a los ideales de partidos políticos (gráfica 10).

 

Cultura cívica en el municipio de Pachuca

Como un indicador grueso de la cultura cívica, se eligieron algunas fechas importantes en la historia de México, contrastadas con dos fechas de celebración religiosa, el 2 de febrero y el 12 de diciembre, obteniendo resultados interesantes (cuadros 3 y 4). Dentro del grupo de entrevistados de manera ortodoxa encontramos que la fecha más recordada por los pachuqueños es el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe; y la fecha menos recordada es el 21 de marzo, día del natalicio de Benito Juárez, en donde casi cuatro de cada diez pachuqueños no la recuerdan. En cuanto a las diferencias según sexo, se advierte que las mujeres recuerdan más las fechas, lo que sugiere que pueden tener una mayor cultura cívica que los hombres.

Respecto de los entrevistados en la calle, los resultados son muy similares: la fecha más recordada es el 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe, y el día menos recordado es el 21 de marzo. También se encontró un ligero repunte en el día 2 de febrero, día de La Candelaria y levantamiento del Niño Dios, el cual es de 4.7 puntos porcentuales.

Por último, al preguntar sobre la percepción del respeto a las leyes por parte de los ciudadanos, en ambos casos más de 50% de la población consideró que las leyes se respetan sólo cuando conviene (gráfica 11). Aunque existe una diferencia entre los entrevistados de forma ortodoxa y los entrevistados en la calle, y los segundos se decantaron por una mayor cantidad de respuestas negativas.

 

Los entrevistados de manera ortodoxa dijeron que 66.7% sólo respeta las leyes cuando les conviene, 2.1% que nunca lo hacen, 28.1% que muy poco y sólo 3.1% que siempre se respetan las leyes. En el caso de los entrevistados en la calle, encontramos que 62.4% dijo que sólo cuando les conviene, 16.3% muy poco, 2.1% siempre y 19.2% nunca. Es decir, observamos que el no ubicar a un entrevistado en su hogar le permite una mayor libertad para decir cómo entiende, comprende y vislumbra los procesos político–electorales.

 

APLICACIÓN DE LA METODOLOGÍA ALTERNA EN LA ELECCIÓN DE GOBERNADOR

Esta metodología alterna fue utilizada diez días antes de las elecciones para elegir al gobernador en Hidalgo. La encuesta fue patrocinada por un diario local llamado Plaza Juárez. El interés radicaba en medir la preferencia electoral por parte de los sufragantes hidalguenses, y poder predecir los resultados finales del proceso electoral. En este ejercicio se presentaron diversas encuestas, todas de corte ortodoxo, entre las que destacaron las publicadas por los diarios El Universal, Milenio y Reforma (gráfica 12).

 

Los resultados demuestran que el periódico Reforma fue el que se ubicó más alejado de lo ocurrido en el proceso electoral, y tomando ± 5 puntos, sólo acertaría en sus predicciones en el Partido del Trabajo. El Universal acertó en dos propuestas, en el Partido del Trabajo y en darle el triunfo a la coalición PRI–PVEM, con diferencia de 4.2 puntos porcentuales.

La encuesta publicada por Reforma acertó en tres de los cuatro partidos, situación similar a la observada por Plaza Juárez, que fue el único en utilizar una metodología alterna. Es de destacar que si bien es cierto que Plaza Juárez acierta en tres de cuatro, los resultados fueron mucho más precisos, y con un menor margen de error. Por ejemplo, en el caso de la coalición PRI–PVEM la diferencia es de apenas un punto, mientras que Milenio presentó una diferencia de 4.2 puntos porcentuales. Técnicamente podríamos concluir que ambas encuestas son muy similares, pero además se debe destacar que Milenio en su descripción metodológica presentó que se había calculado su encuesta con una significancia de 95% y una precisión o margen de error de 5%, mientras que Plaza Juárez lo hizo con una significancia de 90% y una precisión o margen de error de 10 por ciento.

El día de las elecciones, la empresa Mitofsky, en un trabajo para Televisa, levantó una encuesta de salida con la finalidad de medir el voto hidalguense y las tendencias. Esta empresa en su metodología mencionó que el esquema de selección de la muestra era de tipo aleatorio de secciones electorales, tomando a 200 de éstas en el estado de Hidalgo. El diseño de muestra de esta empresa, mencionó, garantizaba que en las estimaciones al menos 95 de cada 100 veces el error no sobrepasaría el ± 2 por ciento.

Plaza Juárez propuso los resultados antes mencionados, como aquellos que serían los finales y definitivos de la jornada electoral, y en un comparativo con los obtenidos por Mitofsky, se advierte nuevamente una gran precisión en el trabajo recolectado por medio de la metodología alterna (gráfica 13). Aunque es posible decir que hay un empate en los resultados de ambas empresas, existen algunos aspectos sobresalientes de cada una de éstas:

 

a)   Mitofsky: su encuesta tiene una significancia de 95% y una precisión o margen de error de 5%, capturó el sentir de más de 10 000 electores, y propuso resultados para el total de la entidad; esto utilizando la metodología ortodoxa.

b)   Plaza Juárez: utilizó la metodología alterna, entrevistando a 1 742 sujetos; la muestra se calculó con una significancia de 90% y una precisión o margen de error de 10%. Se ofrecieron resultados a escala estatal, así como en cada uno de los 18 distritos electorales. Se acertó en los resultados estatales, siendo los más acercados a los resultados definitivos publicados por el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH), y en once distritos electorales; asimismo se acercaron los resultados en tres distritos electorales y se falló en cuatro (gráfica 14). Esto indica que la metodología alterna, bien aplicada, con rigurosidad, pero dando la confianza al entrevistado para no sentirse ubicado en su espacio privado, es altamente eficiente.

 

CONCLUSIONES

Los resultados de esta investigación nos indican que se logró la consecución de los objetivos diseñados y se confirmó la hipótesis formulada en un inicio, dado que los hallazgos sugieren que los entrevistados en la calle tienen menos dificultad de contestar a las preguntas, y que es más factible conocer la forma de aprehender los fenómenos políticos y la manera de valorarlos e interpretarlos. Se ha reflexionado sobre las percepciones que éstos tienen en torno a instituciones sociales y políticas de los electores del municipio de Pachuca, Hidalgo.

Entre los científicos sociales se afirma que el método de entrevista en la calle no es del todo científico ni veritativo, dado que no se termina en un hogar o vivienda, y por ende se pierde la aleatoriedad y posibilidad de revisar los datos del trabajo de campo. Sin embargo, se puede afirmar que si se realiza un buen trabajo de campo y además se cuenta con entrevistadores confiables, se puede evitar el proceso de verificabilidad, a cambio de obtener respuestas con mayor confianza por parte de los entrevistados. El temor de hablar en contra de los procesos electorales, sus ideales partidistas, su coqueteo con otros partidos o grupos políticos, etcétera, por parte del entrevistado, se nulifica al ser abordado en la calle, porque no es objeto de ubicación exacta.

Por esto, es posible desarrollar una metodología ortodoxa, pero concluyéndola con entrevistas en la calle, y observando en éstas una rigurosidad aleatoria de selección, incluyendo que la persona a entrevistar sea residente de cierta o determinada colonia, lo cual proporciona una mayor veracidad en las respuestas, específicamente en aquellos en donde haya que emitir algún juicio de valor contra el actuar de instituciones públicas, de administración de justicia, procesos, actores sociales y políticos.

Por último, es necesario proponer metodologías alternas a la luz de los procesos científicos, lo que permitirá acercarse al conocimiento de los diversos fenómenos mediante información más confiable. No se puede olvidar que asociado a un buen trabajo de muestreo, el contar con encuestadores comprometidos, que hagan un buen levantamiento del trabajo de campo, puede ser la contraparte para confiar en metodologías que concluyan con entrevistas en la calle.

 

REFERENCIAS

1 Fernando Holguín Quiñones y Laureano Hayashi Martínez, Elementos de muestreo y correlación, México, UNAM, 1977.        [ Links ]

2  Raúl Benítez Zenteno, "Actividad y perspectivas de las políticas de población en Centroamérica, el Caribe y México", Conferencia sobre políticas de población en Centroamérica, el Caribe y México, México, INAP, IISUNAM, PROLAP, 1994.        [ Links ]

3  Programa Nacional de Población 1995–2000, México, Poder Ejecutivo Federal.

4  Esta encuesta no fue representativa para las mujeres en el ámbito nacional.

5  Esta es la primera encuesta con representatividad femenina en el ámbito nacional.

6 Esta encuesta fue la primera en el ámbito nacional que proporciona información por entidad federativa respecto a los determinantes de la fecundidad.

7 Enrique Alduncin Abitia, "Entrevistas en calle o en casa en encuestas electorales: la última evidencia", Este País, octubre de 2002, pp. 53 56, México, 2002.        [ Links ]

8  En ocasiones se encuentra que las personas utilizan indistintamente los vocablos encuesta y cuestionario, cuando son conceptos totalmente diferentes. La encuesta es una metodología de medición para obtener información, la entrevista es el elemento mínimo para acercarse a conocer de forma individualizada el hecho de estudio.

9  Para revisar los tipos de muestras, se recomiendan: William Mendenhall, Richard Scheaffer y Ott Lyman, Elementos de muestreo, México, Grupo Editorial Iberoamérica, 1987;         [ Links ] Ronald Walpore, Probabilidad y estadística, México, McGraww Hill, 2004,         [ Links ] y S.L. Warner, Técnicas para eliminar respuestas evasivas, métodos y propuestas, Nueva York, Estudios de Familia, 1975.        [ Links ]

10  Guillermo Briones, Métodos y técnicas de investigación para las ciencias sociales, México, Trillas, 1987, pp. 261–264.        [ Links ]

11  Regularmente se busca información validada para el cálculo de la población que se utilizará en la prueba piloto, en caso de que no exista, entonces esta prueba sirve para encontrar los complementos estadísticos.

12  Sergio Camposortega Cruz, Población, bienestar y territorio en el estado de Hidalgo, 1960–1990, Pachuca, Hgo., Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, 1997.        [ Links ]

13 Assael Ortiz Lazcano, Envejecimiento en Hidalgo. Características sociodemográficas, Pachuca, Hgo., Promep–Conacyt, CEP–UAEH, 2004.        [ Links ]

14  Anna María Fernández Poncela, Hombres, mujeres y política. Una mirada desde la opinión pública y sus protagonistas, México, Universidad Autónoma Metropolitana, 1997.        [ Links ]

15 Rachel Benson Gold, Abortion and Women's Health, Nueva York y Washington, DC., The Alan Guttmacher Institute, 1990, pp. 11 y 20.        [ Links ]

16  Christopher Tietze, Informe mundial sobre el aborto, Madrid, Instituto de la Mujer, 1990a;         [ Links ] "$300,000 Gift Establishes New Fellowship Honoring", Momentum New from the Population Council, Nueva York, Population Council, 1990b.

17  L.P. Chow, Metodology of' Abortion Survey, IUSSP, Manila, 1991.        [ Links ]

18  Guillermo Figueroa Perea, "La presencia de los varones en el discurso y en la práctica del aborto", ponencia presentada en la VI Reunión Nacional de Investigación Demográfica, celebrada en El Colegio de México del 31 de julio al 4 de agosto de 2000.        [ Links ]

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