Presentación

Las múltiples transformaciones que ha experimentado el ámbito social durante las décadas recientes han encontrado un referente de primer orden para ser condensadas, unificadas y comprendidas: el neoliberalismo. Sin embargo, como se sabe, el instrumental teórico con el que trabajan las ciencias sociales está colmado por la ambigüedad e inclusive por la polisemia, y ello también ha alcanzado al neoliberalismo en cuanto a su uso descriptivo, prescriptivo e histórico.

Si es difícil alcanzar un acuerdo pleno en cuanto al significado de las palabras usadas para la interpretación social con pretensiones de validez científica, la dificultad aumenta en el caso de la voz neoliberalismo. De pronto, este significante comenzó a acreditarse como el más adecuado para connotar un amplio abanico de principios, instituciones y prácticas. A fuerza de su uso, con todo lo impreciso que en un primer momento pudiera parecer, el término ha alcanzado el estatuto de concepto y, en cuanto tal, ha mostrado su utilidad en el esfuerzo por comprender la unidad y coherencia de los múltiples cambios de nuestra época. También ha mostrado su pertinencia en las variadas luchas sociales que se han desencadenado en diversas partes del mundo. En este ámbito, el neoliberalismo ha sido interpretado como un gran proyecto que organiza sistemáticamente una práctica del poder, diseñado desde las altas esferas del capital comercial, industrial y financiero de carácter multinacional, y ejecutado en el plano concreto de la vida por los aparatos estatales específicos de cada país. Así, el neoliberalismo es presentado como el gran responsable del deterioro de la vida material y cultural de amplias capas de la población mundial.

La lucha contra el neoliberalismo ha agrupado a una suma considerable de organizaciones de diversos tipos que reivindican los derechos de la humanidad a vivir con decoro y dignidad. Todo poder debe pasar por la prueba del consenso para devenir auténtica dominación; todo poder genera, en un primer momento, su concomitante resistencia. Son múltiples los movimientos sociales que se han desarrollado en los tiempos recientes; diversos son sus orígenes y sus nutrientes culturales; diversas también han sido sus formas de organización y de movilización; variadas y heterogéneas sus demandas. Lo que sí ha sido una constante y, entonces, un denominador común, es que han impedido la estabilización de una nueva forma del orden social.

La democracia restringida al ámbito electoral y ya ni siquiera entendida en su sentido clásico de forma de gobierno, sino comprendida como sistema de legitimación que permite más fácilmente la gobernabilidad, no ha colmado las expectativas de generar un orden político sólido y estable que brinde espacios de expresión a la protesta social. El conflicto social, en suma, se ha agudizado y ha hallado el significante "neoliberalismo" para designar sintéticamente la figura responsable de un desastre.

Pero ¿qué es exactamente eso que se llama neoliberalismo?, ¿se trata de un conjunto de políticas económicas que se aplican mecánicamente a escala planetaria?, ¿es una ideología que actualiza el legado del liberalismo europeo de los siglos XVII y XVIII?, ¿es una nueva forma de la vida social que determina los vínculos humanos y sus instituciones?, ¿o es la sustanciación equívoca pero eficaz de los viejos poderes y las añejas prácticas de dominio?

En este número de Política y Cultura se presenta un conjunto de sólidos ensayos orientados a la clarificación de todo aquello que ha sido envuelto con el marbete de neoliberalismo. Algunos de ellos fueron concebidos por sus autores(as) como esfuerzos por dotar al neoliberalismo de una consistencia teórica tal que permita su uso coherente, sistemático y fructífero para generar una interpretación de nuestra época que se instale en las ciencias sociales y supere el ámbito del sentido común.

Es a todas luces urgente el esclarecimiento teórico del neoliberalismo porque ello proporcionará un horizonte de comprensión desde el cual pueda ser interpretada la intricada y compleja heterogeneidad de múltiples fenómenos sociales característicos de nuestra época. He ahí el propósito y el sentido del primer bloque de trabajos. Otros ensayos, en cambio, proporcionan un acceso concreto a las prácticas neoliberales en contextos específicos. Es muy importante el recuento organizado de los fenómenos concretos asociados con el neoliberalismo. En ocasiones estos datos referidos a la descripción de sucesos empíricamente registrables permiten disipar la bruma de la mera opinión. Conocer de modo específico la manera en que se han alterado las relaciones sociales, sus principios de organización, así como la distribución de los recursos y de las cargas, proporciona un panorama de mayor amplitud y exhaustividad que dota al neoliberalismo de connotaciones precisas. En esta tesitura, el estudio del neoliberalismo tal y como ha sido vivido en América Latina adquiere una especial relevancia, no sólo por la proximidad geográfica y cultural sino también porque en nuestra región se han agudizado las consecuencias catastróficas, por lo menos para las clases subalternas, de las mutaciones implicadas en el nombre de neoliberalismo. Destacan aquellos ensayos que analizan cuidadosamente el caso argentino en el que se expresó de manera dramática la parálisis económica y social a la que condujo el llamado modelo neoliberal.

En conjunto, los artículos aquí presentados pretenden constituirse en una guía y un apoyo que oriente la reflexión crítica presente. Se busca con ello contribuir, aunque sea modestamente, a la comprensión del mundo y de la época que nos ha tocado transitar. Que los(las) lectores(as) juzguen si el esfuerzo no ha sido en vano.

COMITÉ EDITORIAL