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Alteridades

versão On-line ISSN 2448-850Xversão impressa ISSN 0188-7017

Alteridades vol.22 no.43 Ciudad de México Jan./Jun. 2012

 

Investigación antropológica

 

Red semántica de las enfermedades del pueblo wixárika o huichol*

 

The semantic network of Wixárika people's diseases

 

Karina Ivett Verdín Amaro y Saúl Santos García

 

** Universidad Autónoma de Nayarit, Área de Ciencias Sociales y Humanidades. Ciudad de la Cultura "Amado Nervo" s/n, col. Los Fresnos, 63157 Tepic, Nayarit <karinaivett@hotmail.com>; <saulsantos@hotmail.com>.

 

* Artículo recibido el 17/05/10
Aceptado el 05/09/11.

 

Abstract

We review the different Wixárika classification of illness, most of which are based on scientific medical patterns. We have tried to classify them using semantic procedures of Natural Language Processing. We have also used folk taxonomies and semantic networks to establish the relationships of meanings existing in the Wixárika people's diseases. It was possible to determine half of the disorders in a semantic taxonomy, but we need more information to classify the other half.

Key words: Folk taxonomy, Natural Language Processing, IS-A networks, traditional medicine, semantics.

 

Resumen

Se revisan diferentes clasificaciones que se han elaborado en torno a las enfermedades del pueblo wixárika, la mayoría de ellas con base en el modelo médico científico. Se busca hacer una clasificación semántica con el uso de procedimientos de procesamiento de lenguaje natural. Se parte del modelo de las taxonomías folclóricas y las redes semánticas para determinar las relaciones de significados que existen en los padecimientos de los wixaritari, con lo cual se consigue establecer una clasificación semántica para la mitad de los trastornos. Se requiere más información para clasificar las enfermedades restantes.

Palabras clave: taxonomía folclórica, procesamiento de lenguaje natural, redes IS-A, medicina tradicional, semántica.

 

The biological world is complex and there are many parts of it that have not been tagged yet.

Berlin, 1992

 

Introducción

La cultura wixárika distingue las enfermedades autóctonas y las traídas por los españoles (Vázquez Castellanos, 1992; Casillas Romo y Chávez, 1996; CDI, 2009). Pocos investigadores han analizado las primeras (Vázquez Castellanos, 1992; Casillas Romo y Chávez, 1996; Villaseñor Bayardo y Aceves Pulido, 2003; Bye Boettler, Aedo Gajardo y Faba Zuleta, 2005; Villaseñor Bayardo, Lara Zaragoza y Aceves Pulido, 2006) y, en general, los análisis se han realizado desde una perspectiva que ignora que las alteraciones a la salud varían en todos sus aspectos (etiología, nosología y tratamiento) en cada cultura, por lo cual tienen que ser clasificadas desde la propia cultura (Fagetti, 2005). En la práctica, estos padecimientos tienden a ser diagnosticados y tratados como otro tipo de afecciones no tradicionales, de modo que la curación y la adherencia al tratamiento no son las ideales.

Una alternativa a esta problemática es reanalizar estas enfermedades desde otra perspectiva. El presente estudio tiene como objetivo proponer una clasificación de las enfermedades tradicionales del pueblo wixárika que considere su cosmovisión, mediante un esquema de redes semánticas.

 

Antecedentes

Cultura wixárika

La wixárika es la mayor de las cuatro principales culturas indígenas en el estado de Nayarit, más conocida como huichol. Los wixaritari (plural de wixárika) se ubican en una de las zonas más aisladas del país, a ambos lados del cañón del río Chapalagana en la Sierra Madre Occidental en los estados de Jalisco, Nayarit, Durango y Zacatecas (Gutiérrez del Ángel, 2010: 29). El terreno es muy accidentado, con grandes barrancos que separan las montañas, y varía entre los 400 y los 3 000 metros sobre el nivel del mar (Rajs-baum, 1994: 54). Este grupo habita diversos municipios (Mezquitic y Bolaños, en Jalisco; El Nayar, Tepic y La Yesca, en Nayarit; y Mezquital, en Durango), y sus comunidades se encuentran diseminadas por la sierra (CDI, 2009; Acosta, 2003: 4). Se han contabilizado alrededor de 400 ranchos o localidades con poca población, dispersas en la serranía y siempre cerca de un ojo de agua (Acosta, 2003: 4).

Las sedes de la jerarquía cívico-religiosa de los wixaritari, encabezada por un tatuwani o "gobernador tradicional", están en las comunidades de San Sebastián Teponahuaxtlán (Wautia), Santa Catarina Cuexcomatitlán (Tuapurie) y San Andrés Cohamiata (Tateikie), en tanto que las gubernaturas secundarias se hallan en Tuxpan de Bolaños (Tutsipa) y Guadalupe Ocotán (Xatsitsarie), todas en Jalisco a excepción de la última, situada en Nayarit, como se muestra en el mapa 1 (Negrín, 2003b: 7-8; Villarreal Parra y Rivera Ríos, 2005: 84; Neurath, 2003: 6-7; Rajsbaum, 1994: 53-55).

Su lengua, wixárika, pertenece a la rama de las lenguas yuto-nahuas, en el subgrupo, junto con el cora, de las lenguas corachol, dentro del grupo sonorense de la rama meridional (Gutiérrez del Ángel, 2010: 30). De acuerdo con los reportes del Censo de Población y Vivienda 2010, existen 47 625 hablantes de wixárika, que representan 0.69% del total de la población indígena en México (INEGI, 2011).

La mayoría de las comunidades indígenas en México tiene una especialización funcional de la lengua indígena y el español, este último empleado en dominios públicos como asuntos de gobierno, sistema nacional de salud, educación y medios de comunicación. Llama la atención que el uso de la lengua indígena por los wixaritari no sólo se restringe a los dominios privados de interacción entre los miembros de la comunidad, como en el hogar, sino que también se utiliza en dominios públicos, por ejemplo en asuntos de gobierno tradicional, así como en la ejecución de rituales, incluyendo los relacionados con la salud a través de curanderos o chamanes, llamados mara'akate (en singular mara'akame), quienes cuentan con una gran preparación física y espiritual. No obstante, existen cada vez menos comunidades exclusivamente hablantes del wixárika, aunque el nivel de bilingüismo varía, con una fuerte tendencia de la gente joven a desarrollar más fluidez en español, incluso a costa de la lengua indígena.

Los wixaritari han mantenido cierta autonomía y, al mismo tiempo, han conseguido adaptarse a los cambios que la sociedad y el gobierno mestizos han introducido a su etnia. Según Negrín (2003a: 2), esto se debe a que se han concentrado en sus propios valores y exploran "con dignidad" otras culturas. En la actualidad continúan con las prácticas rituales pre-hispánicas (Negrín, 2003a: 2; 2003b: 2-5; CDI, 2009), entre ellas las vinculadas con la salud. El pueblo wixárika es un grupo cultural fuertemente apegado a sus usos y costumbres.

 

Cosmovisión wixárika

Para los wixaritari, la cosmovisión ocupa un lugar esencial en la legitimización de las prácticas y los recursos naturales de la salud tradicional (Bye Boettler, Aedo Gajardo y Faba Zuleta, 2005: 2). El estado de equilibrio consiste en mantener una relación armónica con sus deidades y con su entorno, lo que traerá por consecuencia 'aixia nepereu 'erie: la sensación de bienestar, de ser un sujeto funcional, activo y productivo; lo contrario es nepereu kuye. Aunque el estado de bienestar es muy parecido al concepto occidental de salud,1 el estado de desequilibrio difiere de la noción occidental de enfermedad,2 puesto que para los wixaritari éste afecta no sólo al individuo sino a toda la comunidad. Más que un peligro para el cuerpo, o para alguna de sus partes, constituye una amenaza para el espíritu y para la estabilidad de la propia cultura. Este desequilibrio se manifiesta de manera mágica al introducir al cuerpo objetos extraños -que pueden ser elementos inanimados cotidianos o religiosos, o animados, como animales- por no cumplir con "el costumbre" (Vázquez Castellanos, 1992: 94).

 

Clasificación de las enfermedades

Como ya se indicó, la cultura wixárika marca una diferencia entre las enfermedades autóctonas y las traídas por los españoles (Vázquez Castellanos, 1992: 95; CDI, 2009). Sin embargo, son pocos los que han investigado las enfermedades nativas, y van desde quien solamente hace listas de enfermedades (Bye Boettler, Aedo Gajardo y Faba Zuleta, 2005) hasta quienes intentan elaborar una clasificación teniendo en cuenta algunos aspectos de la propia cultura (Vázquez Castellanos, 1992).

Bye Bottler, Aedo Gajardo y Faba Zuleta (2005: 16-19) presentan una lista en español de padecimientos del pueblo wixárika que pueden ser aliviados con plantas medicinales autóctonas. Se enumeran varias afecciones comunes: tos, dolor de cabeza, diabetes, sarampión, y también algunas autóctonas, como la pérdida del alma, enfermedad del tepari, mal de ojo; no obstante, llaman la atención términos como "para atraer buena suerte", "contra la falta de destreza e inspiración en la realización de artesanías", "para ahuyentar las almas de los difuntos", entre otros, pues, aunque no se explican en ningún momento, por estar en la lista se entiende que son considerados enfermedades, pero más bien dan la impresión de ser hechizos para diversas situaciones. Dicha lista adolece tanto de una clasificación coherente como de la descripción, causas y tratamiento de estas afecciones, puesto que sólo se indica que pueden ser tratadas con herbolaria, pero nunca se menciona con cuáles plantas ni de qué manera se lleva a cabo la curación.

Por su parte, Casillas Romo y Chávez (1996) agrupan las enfermedades wixaritari por aparatos y sistemas del cuerpo humano. Así, describen los trastornos del tracto digestivo y del respiratorio, las afecciones de la piel, las infecciones urinarias, los desórdenes conductuales, las enfermedades nutricionales, los padecimientos ginecoobstétricos y una subdivisión de trastornos misceláneos. Si bien se puede observar que fue una investigación exhaustiva, le falta rigor metodológico, pues aunque en ocasiones se definen ampliamente algunos trastornos, incluyendo su tratamiento, en otras sólo se buscan similitudes con afecciones no autóctonas. Pareciera que la línea que estos autores siguen es encontrar un equivalente con patologías tratadas por la medicina occidental.3 Por ello, varios términos quedan catalogados como "trastornos misceláneos". Además, dice Fagetti (2005), las enfermedades en las sociedades tradicionales son completamente diferentes de los trastornos tratados por la medicina científica, por lo tanto, no se pueden clasificar con los parámetros occidentales.

Villaseñor Bayardo y Aceves Pulido (2003) y Villaseñor Bayardo, Lara Zaragoza y Aceves Pulido (2006) hacen hincapié en que el pueblo wixárika no reconoce la división entre cuerpo y espíritu. Empero, los autores revisan lo que ellos consideran desórdenes mentales. Ambos artículos se basan en Casillas Romo y Chávez (1996) para describir los trastornos que según ellos pertenecen al ámbito de la psiquiatría, y agregan casos específicos propios. Si bien es cierto que estas perturbaciones presentan rasgos que podrían remitir al campo de la psiquiatría, también es verdad que tienen características que no entran en dicho marco y que contienen aspectos inexplicables para la medicina moderna. Los autores insisten en que en estas enfermedades tradicionales es necesario considerar sus causas para proceder con la cura, pero deben pasar en primera instancia por el mara'akame. Reconocen la importancia de la tradición para el restablecimiento de la salud y el poco efecto de los servicios de salud occidental en la etnia, debido precisamente al apego a sus costumbres. En ambos artículos se explican con detalle los procedimientos tradicionales empleados en la cura. Sin embargo, la clasificación realizada sólo aborda unos cuantos padecimientos.

Finalmente, se analiza la propuesta de Vázquez Castellanos (1992: 96-98), quien afirma que las enfermedades autóctonas se pueden agrupar en cinco: a) por faltas religiosas (mayores y menores), b) por pérdida del alma, c) por hechicería, d) por regreso de pariente muerto y e) mentales. Cabe destacar que esta clasificación es la que más respeta la visión de la cultura. No obstante, mientras que algunos de estos grupos tienen que ver con el origen de la enfermedad (a y c), otros están relacionados con el efecto (b) o con faltas religiosas (d). La última categoría (e) se refiere a una clasificación del campo de la psicología, la cual no coincide con las anteriores, porque no comparte rasgos básicos. Incluso kierixiya, la enfermedad incluida dentro de este orden, debería quedar, por sus características, en la primera categoría (a), puesto que engloba aspectos mágico-religiosos de la cultura (incumplimiento a una deidad -kieri-). En cuanto a (c), incluye enfermedades no autóctonas, aunque sean originadas por una maldición autóctona.

Como se puede observar, a pesar de la información documentada respecto a las enfermedades autóctonas del pueblo wixárika, las categorías mostradas no son útiles en procesos de interculturalidad en el ámbito de la salud debido a que no presentan un panorama completo, pues no tienen en cuenta la cosmovisión del pueblo. Creemos que, en el caso de la atención a pacientes indígenas, es fundamental entrelazar ambas miradas para mejorar las condiciones de salud, hasta ahora tan deplorables, de la etnia. De tal suerte, destaca la importancia de hacer una clasificación semántica que considere la cosmovisión wixárika.

 

Marco teórico

Clasificación etnobiológica

Para hacer la clasificación desde la semántica, es necesario remitirse a la etnobiología. Keil et al. (1999) explican que en las sociedades tradicionales existe un pensamiento llamado biológico, en el cual el ser humano siempre ha tenido la idea de lo que es la enfermedad y cómo afecta su vida, pero lo más relevante es que ha establecido una relación entre los aspectos somáticos y las conductas que provocan la enfermedad. Asimismo, aseguran que revisar y apoyarse en las creencias de las sociedades tradicionales proporciona un sistema explicativo poderoso y flexible que puede llenar los espacios vacíos que la ciencia moderna no ha podido o sabido completar. Según estos investigadores, la historia de la enfermedad en las sociedades tradicionales tiene tres vertientes: a) la responsabilidad de la enfermedad recae en agentes sobrenaturales, b) lo sobrenatural es la primera opción cuando no se tiene otra respuesta a la enfermedad y c) los aspectos sobrenaturales y naturales de la enfermedad no son mutuamente excluyentes.

 

Taxonomía folclórica

Por su parte, Berlin (1992) sostiene que en las sociedades tradicionales existe un arreglo jerárquico de los elementos de la naturaleza (animales y plantas), y presenta una clasificación de la taxonomía folclórica en cinco niveles: 1) Comienzo único, que se usa rara vez en las taxonomías folclóricas; 2) formas de vida, que son generalmente los lexemas primarios -unidades básicas-; 3) genus o taxón popular genérico, el cual es el más numeroso y constituye el inicio básico de todas las taxonomías folclóricas; también es lexema primario; 4) taxones populares específicos, que equivalen más o menos a las especies en la terminología científica; poseen un lexema secundario, y 5) taxón popular varietal, el cual es más complejo que el nivel anterior.

De acuerdo con Berlin, el análisis de sistemas de diversas sociedades tradicionales ha revelado que las dimensiones semánticas más comunes abarcan una pequeña cantidad de parámetros perceptuales de base, entre los que se encuentran el color, el tamaño relativo, la forma, el hábitat, las costumbres, el olor, el sexo, el sabor y su parecido con algo. La mayoría de estas dimensiones tiene una estrecha relación con la manera en que los seres humanos captan el mundo que los rodea y cómo interactúan con él. Por ello la prominencia psicológica puede variar para taxones individuales. Sin embargo, según este investigador, las principales dimensiones para diferenciar los taxones específicos están en el nombre. Se emplea por lo general un atributo que modifica el nombre genérico y señala algún rasgo que los distingue semánticamente; el uso de metáforas es bastante productivo (Berlin, 1992). De acuerdo con los datos analizados de los padecimientos del pueblo wixárika, la clasificación va más allá del nombre, como se verá después. Asimismo, en nuestros datos no se observan metáforas sino más bien procesos metonímicos que serán abordados en un estudio posterior.

La presente investigación retoma de la propuesta de Berlin la idea de considerar la parte cultural y el uso de estructuras jerárquicas en la construcción de una taxonomía de padecimientos del pueblo wixárika. Además, recurre a la semántica a fin de explicar fenómenos del mundo biológico y elaborar taxonomías folclóricas, para lo cual se utilizaron los esquemas de redes semánticas compuestos por relaciones semánticas. Este enfoque nos permite entender los modos en que el mundo wixárika clasifica sus desequilibrios.

 

Relaciones semánticas

En el marco de relaciones semánticas, la información obtenida se ordena en forma de redes, en las que las palabras, sucesos o representaciones se correlacionan para producir significados (Figueroa, 1976 cit. en Vera Noriega, Pimentel y Batista de Albuquerque, 2005: 441), los cuales reflejan las restricciones de la propia naturaleza y las modificaciones de la historia de cada cultura, es decir, son dinámicos y no existen en un vacío sincrónico (Figueroa, 1976 cit. en Vera Noriega, Pimentel y Batista de Albuquerque, 2005: 441; Berlin, 1992: 107).

 

Esquemas de redes semánticas

Los conceptos con relaciones semánticas se organizan en una red en la que hay un nodo superior que tiene otros nodos, que a su vez tienen otros nodos, hasta llegar al final, donde los conceptos se convierten en instancias (Moreno Ortiz, 2000). Una red semántica es una representación gráfica para mostrar el conocimiento en patrones de nodos y arcos interconectados (Sowa, 2006).

Los esquemas de redes semánticas tienen una fundamentación psicológica muy sólida, pues son percepciones que tiene el ser humano respecto de los elementos que lo rodean (Figueroa, 1976 cit. en Vera Noriega, Pimentel y Batista de Albuquerque, 2005: 440; Moreno Ortiz, 2000). Gracias a esta percepción de patrones fácilmente reconocibles y a la capacidad de categorizar dichos elementos las personas pueden adquirir el conocimiento de su entorno, de todos los significados expresados lingüísticamente (Berlin, 1992: 8). Los esquemas de redes semánticas se han empleado con frecuencia en inteligencia artificial para representar el conocimiento.

Los componentes elementales que se deben encontrar en los esquemas de redes, como lo propuesto por Berlin (1992), son: a) estructuras de datos en nodos que representan conceptos, ligadas por arcos que simbolizan las relaciones entre los conceptos, y b) un conjunto de procedimientos de inferencia que opera sobre las estructuras de datos (Sowa, 2006).

Básicamente, Sowa (2006) distingue tres categorías de redes semánticas: 1) redes IS-A: jerarquía taxonómica cuyos enlaces entre nodos están etiquetados; 2) grafos conceptuales: jerarquía taxonómica cuyos arcos no se etiquetan y cuenta con nodos de dos tipos (relación y concepto), y 3) redes de marcos: estructura de datos compleja que representa una situación estereotipada cuyos puntos de unión de los enlaces son parte de la etiqueta del nodo. El presente análisis se apoya en la primera categoría.

 

Red IS-A

Una gran parte del conocimiento de los seres humanos está basada en la vinculación de varios elementos como pieza de un conjunto general. De allí resultan las redes IS-A -en inglés- (Moreno Ortiz, 2000), o sea, ES-UN/ UNA, en español. Estas redes son en realidad jerarquías taxonómicas construidas por un sistema de conexiones entre conceptos cuyas propiedades se heredan de otros que se encuentran en un nivel superior. A los conceptos se les llama nodos y los enlaces o arcos entre éstos pueden estar etiquetados "IS-A" o con otras etiquetas (Moreno Ortiz, 2000).

Las taxonomías folclóricas como las presentadas por Berlin (1992: 15-17) son un buen ejemplo de redes IS-A. De esta manera, la estructura jerárquica resulta económica puesto que solamente se van agregando aquellas características que no se han adquirido en los niveles anteriores. La mayoría de las definiciones de sustantivos (como el caso de las enfermedades) tiene relaciones IS-A (Copestake, 1992: 110).

 

Definiciones de diccionario

Las definiciones pueden proporcionar información acerca de las relaciones semántico-conceptuales de las palabras, y están compuestas por un genus más los rasgos que las distinguen entre sí (differentia) (Copestake, 1992: 110). Un genus es la categoría más amplia, la que posee los rasgos semánticos generales que engloban los de otras definiciones (Berlin, 1992: 59).

En inteligencia artificial, las definiciones establecen las relaciones IS-A entre el definiendum (término que se define) y el genus (Copestake, 1992: 110), lo que viene siendo una jerarquía taxonómica en etnobiología y también en lexicografía computacional. Las taxonomías se usan mucho cuando se trata de representar la información semántica originada de las definiciones de los diccionarios (Copestake, 1992: 111). La taxonomía, tanto en etnobiología (Berlin, 1992: 15, 59-61) como en lexicografía computacional (Copestake, 1992: 113), es una red formada por los enlaces entre las entradas de diccionario (headwords) y los genus en sus definiciones. Con frecuencia, el genus no tiene una definición formal, sino más general. El término definido o definiendum normalmente es un hipónimo (i. e. que posee todos los rasgos semánticos) del genus. Los modificadores del genus son los differentia (i. e. las características o propiedades que lo hacen diferente) (Copestake, 1992: 113).

Landau (cit. en Copestake, 1992: 111) propone tres principios para efectuar un procesamiento automático de definiciones, así como realizar con éxito buenas definiciones: 1) evitar la circularidad, es decir, definir un término con la misma palabra o alguna de la misma red semántica que lleve de vuelta a la que se trató de describir; 2) definir cada palabra usada en una definición, aunque esto resulta algunas veces limitante puesto que todas las palabras empleadas en el diccionario tendrían que ser definidas, y 3) hacer la definición de la entrada misma. Aunque esto puede resultar obvio, algunos lexicógrafos únicamente hablan del término pero sin establecer de manera explícita sus propiedades esenciales.

Por todo lo mencionado, se considera que esta investigación puede tomar varios elementos de las taxonomías folclóricas de Berlin (1992) para elaborar una red IS-A utilizando el vocabulario para los estados de desequilibrio del pueblo wixárika. Con esto se estaría apoyando la idea de que los principios que determinan las jerarquías IS-A son universales, pero la jerarquía de la red IS-A mostrada en este trabajo es particular para las enfermedades de esta etnia.

 

Hipótesis

Las enfermedades tradicionales del pueblo wixárika se pueden clasificar en un esquema de red semántica IS-A que tenga en cuenta su cosmovisión.

 

Marco metodológico

La presente investigación propone una clasificación de las enfermedades tradicionales del pueblo wixárika que considere su cosmovisión, empleando el esquema de redes semánticas IS-A. Para alcanzar este objetivo se llevó a cabo la metodología que ahora explicamos.

Primero se preparó una lista de trastornos que contenía causas, sintomatología y tratamiento, a partir de las investigaciones previamente realizadas (Vázquez Castellanos, 1992; Casillas Romo y Chávez, 1996; Villaseñor Bayardo y Aceves Pulido, 2003; Bye Boettler, Aedo Gajardo y Faba Zuleta, 2005; Villaseñor Bayardo, Lara Zaragoza y Aceves Pulido, 2006), que fue complementada y corregida con entrevistas a 52 nativo-hablantes de wixárika. Se obtuvieron 51 términos para designar diferentes desequilibrios del pueblo wixárika (véase apéndice). Enseguida se definió cada enfermedad tratando de apegarse lo más posible a la descripción folclórica, sin buscarle un equivalente en la terminología médica científica. Al mismo tiempo se aplicaron los tres principios propuestos por Landau y resumidos por Copestake (1992). Básicamente, se utilizó la cópula IS-A después de la palabra que se quería definir (definiendum), en este caso, la enfermedad. Luego se explicaron las propiedades esenciales de la afección usando el genus, más aquellas características específicas (differentia) para describirla, hasta que no pudiera ser confundida con algún otro padecimiento. Esto dio por resultado:

En la siguiente sección veremos que no todos los trastornos pudieron ser clasificados taxonómicamente con la red IS-A.

 

Resultados

Se identificaron tres causas de padecimientos: a) incumplimiento del costumbre sagrado; b) incumplimiento del costumbre social, y c) causa ambiental. Para ellas existía generalmente una fuente que enviaba la enfermedad: en la primera, la fuente fue una entidad considerada sagrada por los wixaritari; en la segunda siempre fue un mara'akame, y en la última, un descuido o un accidente (figura 1). Tanto el incumplimiento sagrado como el social tienen un efecto familiar o comunal en el sentido de que una persona pudo haber incumplido pero el padecimiento puede recaer en otra. La causa ambiental es más individual que las anteriores, pues la persona que tiene el descuido o el accidente suele ser la misma que se ve afectada.

Hasta aquí todavía pueden confundirse las enfermedades, puesto que sus propiedades pueden clasificarse en cuatro tipos. Las características definitorias son, para las enfermedades por incumplimiento del costumbre sagrado, qué entidad sagrada (figura 2) envía la afección, más los resultados que provoca; mientras que en los casos de incumplimiento del costumbre social (figura 3) y de causa ambiental (figura 4), la diferenciación se da hasta los resultados.

Recuérdese la fórmula que se estableció para definir cada enfermedad; se obtendrá lo siguiente:

Como se puede apreciar, el genus es la enfermedad por incumplimiento del costumbre sagrado. La red se forma al enlazar tawaxiya a enfermedad por incumplimiento del costumbre sagrado y al conectar ésta con su genus enfermedad y así sucesivamente. Sin embargo, si se hubiera mantenido la ambigüedad, es decir, si solamente se hubiera definido tawaxiya hasta el genus, sin incluir la differentia, la red habría sido un gráfico directo más que una jerarquía. Además, se habría confundido con otras enfermedades, por ejemplo tawekame, cuyo genus es compartido con todas las enfermedades, así como la causa de la enfermedad:

Lo que permite la desambiguación son la fuente ( enviada por la entidad sagrada Kakauyari) y el resultado (provoca ebriedad).

Los resultados totales obtenidos se pueden observar en los cuadros 1, 2 y 3, que incluyen nombre específico de la enfermedad, genus, causa, fuente y resultados. En el cuadro 1 se presentan siete enfermedades (14% del total) que tienen una causa ambiental, donde 29% es por accidente y el resto por descuido de la persona afectada. En el cuadro 2 se muestran 11 padecimientos (22% del total) por causa del incumplimiento del costumbre sagrado, cuyas fuentes son diferentes deidades. En tanto, en el cuadro 3 se exponen ocho enfermedades (16% del total) por causa del incumplimiento del costumbre social, donde la fuente en todos los casos es un mara'akame.

Con la fórmula establecida y los datos extraídos se pudo obtener 51% de la lista de desequilibrios inicial y 26 de las 51 enfermedades que eran al comienzo (para el resto falta conseguir más información). En el cuadro 4 se aprecian 17 trastornos (33% del total) cuya causa es el incumplimiento del costumbre sagrado pero cuya fuente no ha podido ser determinada más que con el nombre genérico de deidad. Por último, en el cuadro 5 se pueden advertir los ocho términos (16% del total) que no pudieron ser definidos por falta de información.

 

Conclusiones

Los resultados de esta investigación demuestran que, desde el marco de las relaciones semánticas, las enfermedades tradicionales del pueblo wixárika se pudieron clasificar en un esquema de red semántica IS-A que consideró su cosmovisión. Como aquí se explicó, la cosmovisión de los wixaritari respecto de los estados de equilibrio y desequilibrio abarca una parte muy importante de su pensamiento mágico-religioso. Eso explica por qué más de la mitad de los nombres de sus enfermedades tiene que ver con entidades sagradas (55% de las clasificadas) o con fuentes relacionadas con la magia (16%). Asimismo, se puede advertir que, como afirma Berlin (1992), existe una jerarquía de los elementos de la naturaleza, en este caso para la sociedad tradicional estudiada.

En este trabajo se establecieron las relaciones IS-A entre el definiendum y el genus, según lo señala Copestake (1992). Se representó la información semántica del léxico especializado en el estado de desequilibrio del pueblo wixárika. Sin embargo, faltaron términos por definir con las redes semánticas IS-A, para lo cual es necesario recabar más información y así determinar sus genus, causas y fuentes. No obstante, se considera que se logró hacer una clasificación semántica y usar procedimientos empleados en procesamiento del lenguaje natural, como las redes IS-A.

En los resultados también se puede notar la aplicación de los principios de Landau, en cuanto a evitar la circularidad, ya que ningún término remite a sí mismo. Se definió cada entrada con sus propiedades esenciales. Empero, faltó definir todas las palabras empleadas para definir. En una investigación próxima se podría elaborar un diccionario de vocabulario restringido, donde, aparte de explicar las características definitorias de cada enfermedad, se detallara cada entidad sagrada, qué es un mara'akame, qué es el incumplimiento tanto sagrado como social, entre otros términos.

Por tanto, se concluye que la hipótesis de este trabajo no puede ser rechazada completamente, pues aunque fue posible clasificar en un esquema de redes semánticas IS-A algunas enfermedades del pueblo wixárika, hubo otras que, por falta de información, no quedaron clasificadas.

 

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Notas

1 De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (oms, 1948), el concepto de salud consiste en un completo estado de bienestar físico, mental y social, y no solamente en la ausencia de enfermedad.

2 La enfermedad occidental se caracteriza por una alteración del estado original de salud de un solo individuo y generalmente se focaliza a un órgano o a un sistema.

3 Arias (1999: 154) define la medicina alopática como la "escuela de atención médica que se ha desarrollado en las sociedades y países de mayor desarrollo tecnológico. Esta disciplina o sistema organizado del cuidado de la salud propone la terapia medicamentosa que emplea sustancias o medicamentos que producen efectos diferentes a los síntomas o manifestaciones propias a las enfermedades o estados patológicos para los cuales se emplean [...] La medicina alopática es también conocida como medicina moderna, científica u occidental, a diferencia de la medicina tradicional de la cual evolucionó".

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