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Alteridades

On-line version ISSN 2448-850XPrint version ISSN 0188-7017

Alteridades vol.17 n.33 Ciudad de México Jan./Jun. 2007

 

Comercios, lugares y lazos sociales

 

La relación periferia-centro en la ciudad de Querétaro mediante las prácticas de movilidad y consumo*

 

The relation periphery towns-city center in Querétaro through mobility and consuming practices

 

Carmen Icazuriaga Montes** y Lorena Erika Osorio Franco***

 

** Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social-D.F., Juárez 87, Tlalpan, 14000 México, D.F. < icazu@ciesas.edu.mx >

*** Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Autónoma de Querétaro, Cerro de las Campanas s/n, Centro, Querétaro, Qro.< lorenaosorio030@hotmail.com >

 

Artículo recibido el 18/05/06
Aceptado el 17/11/06.

 

Abstract

At the end of 50's during the 20th century, a sustained urban growth of the city of Querétaro began. This was due to industrialization, which happened to be the main factor for socio-economic growth in the state and also the principal aspect in the urban development that turned this city into a metropolis. Within the expansion of the metropolitan zone, ancienttowns located in the periphery have been integrated, as it is the case of Santa Rosa Jáuregui. Thefunctional integration of the population of this town is analyzed through changes in territorial mobility and consuming practices concerning three cohorts: grandfathers-grandmothers, fathers-mothers and sons-daughters.

Key words: metropolis, consuming practices, territorial mobility.

 

Resumen

El crecimiento sostenido que inició afínales de los años cincuenta del siglo XX en la ciudad de Querétaro se relaciona estrechamente con la instalación de industrias, factor principal del desarrollo socioeconómico del estado y motor del crecimiento de la ciudad, ahora ya una metrópoli. Un modo en el que se ha expandido la zona metropolitana es incorporando antiguos pueblos localizados en su periferia, como Santa Rosa Jáuregui, del cual se analizará la integración funcional de su población mediante los cambios en la movilidad territorial ligada a las prácticas de consumo en tres cohortes: abuelos(as), padres-madres e hijos(as).

Palabras clave: metrópoli, consumo, movilidad territorial.

 

Introducción

En el presente artículo se aborda la relación funcional que se establece entre el territorio y los habitantes de un pueblo ubicado en la periferia, como lo es Santa Rosa Jáuregui, con el centro urbano de la zona metropolitana de la ciudad de Querétaro. Primero se analizan los principales factores que incidieron en el crecimiento de la ciudad, la cual pasó de ser una ciudad media a una metrópoli, y posteriormente se examinan los cambios en el modo de vida de la población de la periferia.

En el proceso de metropolización de la ciudad de Querétaro se ha ido estableciendo una diferenciación espacial del conjunto de la zona metropolitana: aparecen nuevos subcentros como los conformados por las plazas comerciales, se refuerza el centro histórico como un lugar central asociado al ocio y al turismo por ser "patrimonio de la humanidad", se va consolidando una ciudad interior, y los que antes eran pueblos rurales se integran al conjunto metropolitano.

En esta expansión urbana, el territorio santarrosense, ubicado en la otrora periferia rural, ha sido integrado funcionalmente a la zona metropolitana mediante la instalación de parques industriales, y representa, además, una importante reserva territorial para la creación de fraccionamientos residenciales. Así, dentro de la metropolización de la ciudad de Querétaro se da el proceso de urbanización de Santa Rosa Jáuregui y se transforma la relación de dicha sociedad con su territorio.

De acuerdo con Remy y Voyé (1976), la urbanización implica cambios espaciales, culturales y en el sistema de la personalidad, los cuales son dimensiones del modelo conceptual de la urbanización como modo de vida. De este modelo tomamos dos de las lógicas de la urbanización: 1) la espacial, que, entre otros elementos, se relaciona con la movilidad, y 2) la sociocultural, vinculada con el consumo.

Según estos autores, desde el punto de vista espacial la urbanización implica la aparición de un nuevo tipo de espacio, debido a que la forma en que se ocupa el suelo se realiza conforme a patrones de concentración y especialización, a lo que se suma el aumento en las posibilidades de movilidad que resultan de la modificación en las condiciones de transporte de bienes y personas. Con base en lo anterior, se analizan los factores que influyen en la transformación del territorio que va conformando la zona metropolitana y las facilidades que surgen para la movilidad de las personas, lo cual incidirá en el consumo realizado por ellas.

El comportamiento del consumo es una de las variables que definen los cambios del modo de vida, y para analizarlo se llevó a cabo una investigación cualitativa a través de entrevistas —algunas a profundidad, mediante la técnica de bola de nieve— con residentes del poblado. Después se aplicó un cuestionario a un grupo seleccionado por cohortes de edad (y contactado por medio del personal de industrias establecidas en la localidad) para analizar los cambios ocurridos en cuanto a las prácticas de movilidad y consumo, así como a las formas de percibir y utilizar el territorio según cada cohorte. Este análisis diacrónico permite establecer en cada rango de edad cuáles características del modo de vida rural se mantienen y cuáles se han transformado (véase el anexo metodológico).

 

Antecedentes del crecimiento urbano

Durante la década de los sesenta del siglo XX inicia un proceso de industrialización sostenido en el estado de Querétaro, fundamentado en las políticas federales de desarrollo de la industria nacional para la sustitución de importaciones.

Un factor esencial para tal desarrollo ha sido la estratégica ubicación geográfica del estado, dada su cercanía con la Ciudad de México. En 1958 se inauguró la autopista México-Querétaro (Carretera 57) —que antes era la Vía Panamericana—, una de las principales vialidades que sale de la Ciudad de México, pasa por la ciudad de Querétaro y llega hasta el norte del país. Además, está conectada con la también importante Carretera Federal 45, que lleva a Celaya, luego a Aguascalientes y finalmente a Nogales, en la frontera norte del territorio nacional. La creación de parques y zonas destinadas al emplazamiento industrial se ha dado en torno a ese eje carretero, concentrándose inicialmente en el municipio de Querétaro, lo que propició la emergencia de una zona metropolitana cuyo núcleo es la ciudad de Querétaro.1

En los años setenta, el impulso a la localización industrial en el estado se debió a la puesta en marcha de diversas políticas de descentralización de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, las cuales tenían la intención de corregir disparidades económicas en el territorio nacional y promover un desarrollo equilibrado. El estado de Querétaro se presentó como una buena opción para descongestionar de industrias a la Zona Metropolitana de la Ciudad de México.

Para los ochenta, tras el agotamiento del modelo de sustitución de importaciones y con el nuevo modelo económico basado en el libre comercio y en la apertura a los capitales extranjeros, se despliega en el estado de Querétaro una intensiva y variada instalación industrial, y sigue siendo el municipio de Querétaro el territorio en donde por excelencia se concentra el mayor número de asentamientos industriales, dadas las ventajas comparativas en cuanto a recursos naturales, infraestructura, mano de obra y ubicación. A lo largo de la Carretera 57, conocida también como la "carretera del TLC" (Tratado de Libre Comercio), fue conformándose a mediados de esta década un corredor industrial2 entre los municipios de Querétaro y San Juan del Río.

Al principio de los años noventa comienza la tendencia hacia la baja de la participación del sector secundario en el producto interno bruto y de la mano de obra ocupada en dicho sector en el estado, fenómeno que se intensifica a partir del año 2000 y continúa hasta la fecha; sin embargo, a pesar de este decrecimiento de la participación del sector industrial con relación al producto interno bruto estatal, la industria aún constituye un elemento dinamizador de la economía pues, en términos absolutos, aumentó tanto su participación como la generación de servicios —transporte, almacenamiento, actividades financieras y de seguros—. Para sus operaciones, las industrias localizadas en la zona metropolitana de la ciudad de Querétaro siguen dependiendo de la ciudad, donde históricamente se han concentrado los principales centros bancarios y financieros, proveedores de servicios, productos, insumos, vías de comunicación, infraestructura y transporte.

Paralelo al desarrollo económico del que se ha beneficiado la ciudad de Querétaro ha surgido una creciente inmigración de población atraída por las expectativas de empleo, lo cual trae aparejada la demanda de vivienda. Así, la oferta inmobiliaria ha sido otro factor de peso que ha repercutido en una notoria expansión del área urbana.

Un elemento más que ha sido sustancial para el crecimiento urbano es la promoción turística. En la última década ha destacado la construcción de hoteles y de un conjunto de edificios para la feria anual y para exposiciones. Gracias a la promoción de la ciudad como Patrimonio Histórico de la Humanidad, realizada por autoridades y empresarios, la ciudad de Querétaro, es ahora un importante centro turístico en el ámbito nacional y empieza a serlo en el internacional.3

 

La diferenciación espacial de la ciudad en el proceso de metropolización

La expansión del área urbana, que inició notoriamente en la década de los sesenta, se realizó a expensas del suelo de uso agrícola, en especial sobre dos clases de propiedad que, en buena medida, redundaron en un tipo de urbanización diferenciado: ejido y propiedad privada. En el caso de los ejidos que fueron "invadidos" se edificaron colonias populares de autoconstrucción, y en aquellos que fueron expropiados por el gobierno, éste construyó viviendas de interés social y zonas industriales. En las propiedades privadas fueron los fraccionadores —empresas privadas de muy diverso tamaño— quienes construyeron viviendas para los sectores medios y altos de la población.

Hasta los años ochenta la población inmigrante estuvo ubicada principalmente en el municipio de Querétaro dadas las condiciones y ventajas comparativas que este municipio ofrecía. Posterior a esta década, el patrón comenzó a modificarse y se amplió hacia los municipios conurbados de Corregidora, Pedro Escobedo y El Marqués y a otros municipios no contiguos con el de Querétaro como San Juan del Río4 y Tequisquiapan5 (véase mapa 1).

En esta expansión se conurbaron terrenos de uso agrícola y antiguos pueblos tales como Santa María Magdalena, San Antonio La Punta, Carrillo Puerto, El Pueblito (cabecera del municipio de Villa Corregidora) y la Cañada (cabecera del municipio de El Marqués), y se integraron funcionalmente otros poblados como Tlacote o Santa Rosa Jáuregui, aunque con éstos no se da una continuidad espacial del área urbanizada.

De acuerdo con Delgado (1998: 115-124), la conurbación de poblados es el arquetipo clásico de la metropolización y muchas veces se toma como sinónimo de ella, aunque sólo sea uno de sus cambios territoriales. Mediante la conurbación se hace más compleja la estructura tradicional de la ciudad: los antiguos poblados, por lo general rurales, se vuelven pronto nuevos sub-centros y aparecen otros problemas que refuerzan la dinámica metropolitana, por ejemplo el transporte. Así, la conurbación puede ser entendida como la articulación socioespacial derivada de la aparición de nuevas actividades urbanas en los pueblos conurbados y de la destrucción de la economía precedente, casi siempre agrícola. A partir de entonces se verifica un crecimiento indiscriminado (no anárquico ni espontáneo) que lo mismo responde a la necesidad de alojamiento para los migrantes que a operaciones especulativas de suelo para fraccionamientos residenciales, o a la construcción de grandes equipamientos y obras de infraestructura que el estado realiza en la periferia inmediata; es decir, se establecen relaciones de articulación económica entre las distintas partes del espacio metropolitano aunque, debido a su génesis y forma de gestión o de producción del espacio, el resultado espacial es fragmentado.

En 1990, el Consejo Nacional de Población (Conapo) hizo una delimitación de las metrópolis del país, entre las cuales incluyó a la ciudad de Querétaro. Dos años más tarde se publicó en el diario oficial de la entidad el Decreto que Aprueba el Plan que Ordena y Regula la Zona Conurbada de la Ciudad de Querétaro formada por los municipios de Querétaro, Corregidora, El Marqués y Huimilpan.6

Una primera diferenciación que se da en el área urbana en la fase de metropolización ha originado lo que se denomina ciudad interior: aquella área de la ciudad en la cual se concentran los servicios y que tiene la mayor densidad habitacional, pero también cuenta con zonas de vivienda degradadas. Esta ciudad interior contrasta con el resto de la aglomeración, llamada ciudad exterior, en donde los asentamientos son dispersos y van creciendo en torno a los ejes viales-carreteros. Ernest Erber (1978) ya escribía en 1974 acerca de este fenómeno de la ciudad interior versus la ciudad exterior, al estudiar las zonas metropolitanas de algunas ciudades de Estados Unidos y hacer una descripción que se aplica en el caso de la metrópoli de la ciudad de Querétaro:

La diferencia más sorprendente entre la ciudad interior y la ciudad exterior, después de las contrastantes "mezclas" de población, corresponde a la forma física. La ciudad exterior está destinada a albergar al automóvil, en contraste con la histórica dependencia de la ciudad interior con relación al transporte público, un radio peatonal y el ascensor. La ciudad exterior ha desarrollado una forma urbana que utiliza la carretera como punto básico de referencia en la selección local de centros de venta al pormenor, agrupaciones industriales, edificios para oficinas, hoteles (denominados moteles), salas cinematográficas, iglesias, hospitales, facultades, restaurantes, etc. Las estructuras son de poca altura y ocupan un pequeño porcentaje del terreno, gran parte del cual se dedica al aparcamiento de automóviles (Erber, 1978: 13).

La zona que conforma la ciudad interior corresponde a la que fue delimitada por el gobierno municipal como una de las siete delegaciones en que se divide el territorio del municipio y que es la delegación Centro Histórico.7 Las vías de comunicación que la delimitan y que en un tiempo fueron periféricas, hoy son vías rápidas que establecen una ruptura de esta zona con el resto de la mancha urbana.

En el primer contorno de esta ciudad interior se localizan las primeras plazas comerciales, construidas en la década de los ochenta, que son espacios para el comercio edificados en torno a una gran firma (tiendas de autoservicio como Gigante, Comercial Mexicana, Aurrerá) y a cuyo alrededor se instalan diversos establecimientos comerciales. La primera plaza de este tipo fue Plaza Las Américas —en la primera mitad de la década de los ochenta—, en donde se albergó a la tienda Gigante y a dos salas de cines de la organización Ramírez; se ubica sobre la Avenida Constituyentes, una de las principales arterias de la ciudad. Plaza del Parque, la segunda más importante, se construyó en 1986 al norte de la ciudad, hacia la salida a San Luis Potosí y cercana a la Ciudad Industrial Benito Juárez, ahí se instaló una tienda Comercial Mexicana, dos salas de la organización Ramírez y una tienda departamental de ropa (París-Londres, actualmente Suburbia). Posteriormente abriría sus puertas Plaza Galerías, en la cual se encuentra una tienda Aurrerá (hoy Bodega Aurrerá) y un restaurante Vips. En los noventa proliferó esta modalidad de plazas comerciales de diversos tamaños que albergan variados comercios y que están situadas cerca de fraccionamientos y de zonas residenciales de niveles medio y alto. Dado que en la ciudad interior ya no hay grandes superficies, y las pocas que hay, como señala Delgado (1998), son "bolsones" que debido a la especulación inmobiliaria tienen precios muy elevados, las nuevas plazas comerciales tienen un concepto más "suburbano" en cuanto a ubicar en un mismo espacio varios comercios y llegar a ellas en algún vehículo. Así, surgen en el escenario local Wal-Mart, Sam's Club, Price Costco, Carrefour (actualmente Chedraui) y Soriana, ubicadas sobre el Boulevard Bernardo Quintana, al norte de la ciudad. A inicios de 2000 se inauguraron otros dos importantes complejos: Plaza Bulevares, que alberga 14 salas de Cinemark, y Plaza Galerías Querétaro (2003), que cuenta con tiendas de prestigio como Liverpool, Sears, Sanborns, Zara y algunas más.

Las plazas comerciales amplían la zona urbana hasta rebasar, hacia finales de la década de los noventa, lo que hemos denominado ciudad interior. Entonces se empieza a construir en la periferia infraestructura de servicios: hospitales, un centro cívico, un centro expositor y una central de autobuses —unos promovidos por el gobierno y otros por empresarios—, a la vez que se asientan grandes firmas comerciales y salas cinematográficas (Cinemark) y se construyen varios fraccionamientos residenciales, en su mayoría cerrados, para los sectores socioeconómicos altos. Un ejemplo de la importancia de la localización de grandes centros comerciales en la periferia como dinamizadores de la urbanización es el caso del hipermercado Carrefour (hoy Chedraui), cuyo establecimiento se definió desde las instancias estatales como uno de los detonadores para el crecimiento del Proyecto Centro-Sur, que estaría destinado a la población de los niveles medio y alto.8 El otro detonador fue la prolongación del Boulevard Bernardo Quintana Sur, importante vialidad que construyó el gobierno antes de que se comenzara la edificación de dicho hipermercado.9

Estos "nuevos centros comerciales", frecuentados no sólo para realizar compras sino como espacios lúdicos —ir a ver vitrinas o a la gente— y para encuentros interpersonales, se ubican en la periferia en estos grandes terrenos a los cuales se llega con vehículo y que simbolizan un alto estatus y la modernidad.

La utilización de estas plazas comerciales, que son construcciones cerradas de propiedad privada, se han convertido en lugares de encuentros públicos, y plantean la creciente privatización de los espacios urbanos y la fragmentación de la ciudad —que va más allá de la histórica segregación socioespacial—, lo cual es un rasgo de nuestras ciudades actuales y está en la agenda de discusión de los estudiosos de lo urbano.

 

La policentralidad

Otra característica de la metropolización de la ciudad de Querétaro es la policentralidad: diferentes centros para distintas funciones. En este sentido, Boils señala:

En los últimos lustros, el desarrollo de otras zonas de actividad comercial, de cultura o esparcimiento, dentro del tejido urbano de Querétaro, ofrece las características de la ciudad policéntrica, propia de nuestro tiempo. Así, las nuevas plazas comerciales de la periferia, al igual que los cines y otros lugares de diversión, situados fuera del casco antiguo, representan nuevos polos de atracción colectiva. En ellos se despliega, como en el centro histórico, una intensa actividad vital para la localidad. Más aún, las nuevas áreas de servicios y comercio vienen a desempeñar una suerte de amortiguamiento para el centro histórico, tanto vehicular como peatonal (1993: 15).

El centro histórico de la ciudad de Querétaro, con una arquitectura barroca, ha conservado su patrimonio monumental gracias a un decreto federal expedido en marzo de 1981, por el cual se estableció la Zona de Monumentos Históricos de la ciudad y, en el plano internacional, en 1996, fue declarado por la UNESCO Patrimonio Histórico de la Humanidad. A pesar de los apoyos gubernamentales para la conservación de los monumentos y de las casas, se ha dado un intenso cambio en el uso de éstas para comercios y oficinas.

Durante la década de los noventa, el centro histórico tuvo otra modificación en su imagen: de ser un centro de servicios y comercios para la población residente (consultorios, laboratorios, despachos de abogados, etcétera), se vuelve uno en mayor grado para el turismo (hoteles, galerías, restaurantes, cafeterías, bares, estacionamientos, tiendas de artesanías), disminuyendo los servicios y comercios que antes estaban dirigidos sobre todo a las oficinas (papelerías, farmacias, loncherías, fondas). Esto obedece en buena medida a que "sacaron" de esta zona a muchas oficinas administrativas municipales y a los juzgados, que fueron reubicados en lo que hoy día se considera la periferia del área urbana. De esta manera, las casas se van transformando en negocios y el centro va reduciendo su función habitacional, para convertirse en una zona que después de las diez de la noche sólo es utilizada por los turistas o por quienes van a divertirse a un determinado lugar.

La creación de plazas comerciales originó que la afluencia de personas al centro de la ciudad para realizar compras mermara, en especial en lo relativo a la adquisición de productos de uso diario (alimentos) o intermedios (ropa, enseres domésticos, entre otros). Pero el centro sigue conservando una oferta diversificada de mercancías y de precios, lo cual atrae a la población de recursos económicos medios y bajos, y también a aquellos que buscan una mercancía específica. Un elemento importante para este tipo de oferta es el comercio ambulante, que se localiza en mayor número en el centro. Aunque este tipo de comercio está reglamentado y es uno de los casos exitosos, junto con el de la ciudad de Morelia, de la reubicación del ambulantaje en espacios ex profeso, no deja de ser un "problema" tanto para las autoridades como para los comerciantes establecidos, ya que algunos los consideran "una lacra".10 Fue en 1997, año en que por primera vez gana los comicios el Partido Acción Nacional, cuando se pone en marcha el Programa de Reubicación del Comercio en Vía Pública, acción que le valió al alcalde panista una distinción nacional por los resultados obtenidos. En diciembre de 2003 se expide un nuevo Reglamento para el Desarrollo de Actividades Comerciales en Vía Pública del Municipio de Querétaro,11 en el cual no se prohíbe de manera tajante el comercio ambulante en el centro de la ciudad, pero se establecen varios requisitos para poder ejercer la venta en la vía pública, cuidando el total apego a la normatividad en cuanto a giros comerciales, horarios, dimensiones y buen estado de los carritos.12

El gobierno municipal ha llevado a cabo la desconcentración administrativa, primero con la creación de oficinas delegacionales en 1995, en las cuales se pueden realizar pagos y diversos trámites con diferentes instancias del gobierno, y posteriormente con la creación del Centro Cívico, un edificio en el que se instalaron varias de las principales dependencias del gobierno municipal y que empezó a funcionar en 2004, ubicándolo en lo que en ese entonces era la periferia de la aglomeración urbana.

Este proceso de desconcentración de funciones del centro histórico tiene que ver en parte con políticas deliberadas como la de los planes de desarrollo, pero también con la lógica del capital inmobiliario y los proyectos de construcción de plazas comerciales tan en boga actualmente. Estas plazas comerciales y centros de servicios funcionan como subcentros que "descargan" la frecuentación del centro histórico. Delgado (1998: 124-126) plantea que en Querétaro se observa ya el paso del centro histórico a los nuevos nodos terciarios, que serían estos subcentros que cumplen con parte de las funciones que antes se concentraban en el único centro y que ahora se distingue como centro histórico.

No obstante, el centro sigue conservando su primacía en cuanto lugar de realización de la mayoría de actos de todo tipo: mítines, fiestas populares, celebraciones religiosas, etcétera, y en cuanto a sitios y monumentos para visitar.

 

Movilidad territorial y consumo

Desde hace poco más de dos décadas, en la ciudad de Querétaro las actividades industriales y comerciales, así como los residentes, se han ido desplazando notablemente hacia la periferia en busca de espacio y evitando la congestión de la ciudad interior. En el caso de la ciudad de Querétaro y de todas aquellas ciudades que se han convertido en metrópolis, este proceso, intrínseco a la dinámica del crecimiento urbano, ha estado vinculado al desarrollo del transporte y a la construcción de vialidades, lo que ha derivado en el aumento del número de vehículos, especialmente del automóvil particular. De este modo, los recorridos que hacen los habitantes de la ciudad para llevar a cabo sus actividades son diversos y varían sobre todo en función de los siguientes criterios: edad, zona de residencia y nivel socioeconómico.

Las personas que viven en el centro histórico, quienes en su mayoría tienen sesenta años o más, restringen su movilidad a dicha zona y visitan poco los nuevos fraccionamientos, salvo que tengan familiares residiendo en ellos, y sólo en ocasiones, como de paseo, van a los centros comerciales que están en la periferia de la ciudad interior. Los adultos que viven en los fraccionamientos localizados en la periferia van al centro histórico para pasear o a divertirse, y en algunos casos acuden a diario porque ahí se ubica su trabajo u oficina. Los jóvenes hijos de familia que residen en dichos fraccionamientos se desplazan cotidianamente a la ciudad interior para asistir a la escuela o a la universidad, y al centro histórico sólo acuden los fines de semana por motivos de esparcimiento y diversión. Estos jóvenes realizan sus actividades primordialmente en las zonas periféricas de la ciudad donde hay plazas comerciales, las cuales en su mayoría cuentan con salas cinematográficas y centros de entretenimiento con simuladores, juegos de realidad virtual, videojuegos y otras diversiones para su edad.

En este marco de la metropolización de la ciudad, en el cual los antiguos pueblos —que hoy conforman la periferia— se van integrando cada vez más al conjunto de la aglomeración, queremos dar a conocer en mayor detalle algunas prácticas de consumo que realizan los habitantes de Santa Rosa Jáuregui,13 un poblado que durante la década de los noventa se integró de manera funcional y directa a la zona metropolitana, pues parte de su territorio ha sido destinado para el asentamiento de uno de los parques más importantes del país: Parque Industrial Querétaro (PIQ), del grupo Hines,14 y destinado también para zona de vivienda de sectores de clase media-alta vía el proyecto residencial Juriquilla, proyectos que revalorizaron el territorio santarrosense y que fueron llevados a cabo con capital privado.

Estas dos acciones de carácter exógeno (la creación del PIQ y Juriquilla) han contribuido a que la población santarrosense esté viviendo una importante transformación de su modo de vida rural hacia uno urbano, sobre todo en lo concerniente al consumo.

 

Movilidad territorial y consumo de la población santarrosense

El tema de la movilidad espacial se aborda en el presente trabajo desde los propios actores y desde la estructura social que integran, pero para que la movilidad se amplíe se requiere infraestructura básica, servicios y transporte.

Las vías de comunicación, específicamente el Camino Real (hoy calle Independencia, arteria primaria que atraviesa el poblado de norte a sur), fue la columna vertebral de la cabecera desde tiempos inmemoriales hasta mediados del siglo pasado, cuando se construyó la Carretera Federal Número 57, México-Laredo, en el tramo Querétaro-San Luis Potosí, la cual pasa por las inmediaciones del poblado, pero sin atravesarlo.15

Hoy en día, por esta ruta circula la mayor cantidad de productos desde el centro de México hacia Estados Unidos pasando por Nuevo Laredo, y se caracteriza por ser una vía de alta velocidad con cuatro carriles distribuidos en ambos sentidos. La carretera ha facilitado la comunicación hacia el norte y ha desahogado la ruta antigua, la del Camino Real con rumbo a San Miguel de Allende, la cual se conserva, pues integra a comunidades vecinas pertenecientes tanto a la delegación como al estado de Guanajuato.

Estas dos vías son vitales para la comunicación del territorio delegacional, pero difieren en el ritmo del tránsito. La carretera federal es una vía rápida, para tránsito pesado, de dos carriles con acotamiento, con pocos puntos intermedios (gasolineras principalmente) y sin topes, lo que asegura un tránsito fluido y veloz. En cambio, la carretera antigua o Camino Real es estrecha y serpenteante, está pavimentada, atraviesa por varios poblados, con escuelas a pie de carretera, por lo cual son necesarios los topes; y también la usan peatones, ciclistas y carretas.

Existen diferencias entre ambas carreteras en cuanto a función y escala, que se expresan a través de la dimensión nacional, regional y local de la vida de Santa Rosa Jáuregui.

Remy y Voyé señalan que en la medida en que se realiza más movilidad espacial cotidiana, el modo de vida se urbaniza y esta movilidad toma distintas formas: desplazamientos habituales por consumo, por trabajo, por estudios, etcétera. No obstante, la capacidad de movilidad de los individuos está estrechamente ligada a sus condiciones económicas (Remy y Voyé, 1976: 112-113).

En nuestro caso, nos interesa destacar la movilidad de los sujetos por el territorio, y conocer cómo esta práctica, vinculada a las actividades laborales y al consumo en general, cambia conforme a la edad y al género. Para analizar este cambio en la población santarrosense, partimos de tres cohortes: a) los abuelos (personas de más de 60 años de edad), b) los padres (entre 35 y 59 años) y c) los hijos (entre 15 y 34 años). Este análisis por cohortes nos permitió identificar con mayor claridad las diferencias y los cambios entre los jóvenes y sus antecesores.16

En la cabecera delegacional es donde más se evidencian cambios importantes relacionados con la transformación de la actividad económica. De acuerdo con los datos del Censo General de Población y Vivienda de 2000 (INEGI, 2000b), sólo cinco de cada 100 santarrosenses sigue trabajando la tierra, y el resto ha diversificado su fuente de ingresos mediante su desempeño como herreros, pintores, carpinteros, albañiles, obreros, etcétera.17 Las mujeres, principalmente las jóvenes (entre 15 y 25 años), se han incorporado al mercado de trabajo de forma creciente, en actividades urbano-industriales como costureras, obreras y empleadas.

Esto ha sido facilitado por la vinculación carretera del poblado con la ciudad, lo que ha propiciado la migración pendular de sus habitantes ante la oferta del empleo urbano-industrial que se ha dado en paralelo a la crisis estructural del campo.

El nexo fundamental entre Santa Rosa y Querétaro se establece a partir de los recorridos que hacen las personas, y del traslado de mercancías, insumos y productos. En este ir y venir cotidiano, las personas ejercen una movilidad y practican consumos diferentes.

Entre los jóvenes se observó una mayor movilidad respecto de sus padres y abuelos, por cuestiones de trabajo, estudio, compra y abasto, así como por diversas prácticas recreativas y de esparcimiento que llevan a cabo en diferentes lugares de la zona metropolitana de la ciudad de Querétaro.18

Hoy en día, los jóvenes y, en general, la población de estratos medios (especialmente los comerciantes y algunos empresarios nativos) en ocasiones realizan viajes varias veces al día, ya sea para ir a la escuela, al trabajo o de compras (por la despensa o por algún artículo en especial —ropa, zapatos, música, libros—).

La mayor movilidad de los jóvenes hace que tengan una percepción y un uso muy diferentes de la ciudad a los de sus padres o abuelos: entonces, se puede diferenciar el uso de espacios urbanos según las generaciones.

Para Remy y Voyé, la movilidad influye de manera importante en la disociación de los espacios público/privado, ya que entre más separados estén tales espacios, la necesidad de movilidad será mayor. Definen la vida pública como aquella parte de la vida social que queda bajo los poderes organizadores, como ocurre en el medio laboral, en la enseñanza, en las prácticas de consumo, entre otras. La vida privada hace referencia a una zona de autonomía relativa de la cual dispone el individuo y que le da una cierta capacidad de aislamiento. La familia es el lugar en torno al cual se desarrolla la vida privada. Parecería que la expansión de la urbanización conlleva privilegiar la organización de la vida pública antes que la privada (Remy y Voyé, 1976: 80).19

En este sentido, encontramos que para las personas de la primera cohorte (abuelos), ambos espacios están estrechamente vinculados, ya fuese porque trabajaban su parcela o atendían su comercio o taller (oficio), el cual se ubicaba dentro del mismo espacio doméstico, por lo que su movilidad hacia la ciudad era ocasional (en promedio una vez al año). Cuando se trasladaban a Querétaro era sólo por trámites administrativos que no podían efectuarse en Santa Rosa, o por motivos de salud (para acudir a consulta y comprar medicamentos).

Los pocos desplazamientos hacia la ciudad se debían también al modo de vida y de consumo de este segmento de la población, más apegado a un patrón tradicional-rural, es decir, los lugareños dependían más de su entorno natural para subsistir y menos de productos manufacturados.

Además hay que agregar que, hace tres décadas, la poca movilidad (que la relacionamos con los pocos desplazamientos fuera del territorio delegacional) se debía a la escasez de los medios de transporte y de caminos intradelegacionales. La poca movilidad en la generación de los abuelos está bastante ligada con las labores del campo, dado que la mayoría de ellos no requería desplazarse a otro lugar para trabajar. Hubo algunos hombres de esta generación que alternaban las labores del campo con actividades no agrícolas, y tenían que desplazarse a la ciudad de Querétaro o hacia diversos estados del país, siendo el caso de los trabajadores de la industria de la construcción o de quienes desempeñan algún oficio. En cuanto a las mujeres de esta cohorte, se observó una menor movilidad, ya que radican o trabajan en donde nacieron.

Respecto a la generación del padre y la madre (segunda cohorte), sobre todo en el caso de los varones, encontramos que tuvieron mayor movilidad debido al deterioro de la actividad agrícola que los condujo a ocuparse en otras actividades. La oferta de empleo urbano-industrial fue un elemento que estimuló la movilidad territorial fuera de la comunidad (véase el anexo 3), con lo que se da el distanciamiento físico del hogar y, por ende, la disociación entre los espacios privado y público. Los hombres se desplazaron principalmente a la ciudad para laborar como obreros, choferes y albañiles, la mayoría trabajando por cuenta propia.

Los obreros a quienes les pagaban parte de su sueldo con vales de despensa tenían que hacer sus compras en la ciudad de Querétaro; sin embargo, esta práctica no se hizo una costumbre, pues una vez que estas personas dejaron de trabajar en la fábrica, volvieron a realizar sus compras en el poblado.

Las mujeres de la segunda cohorte mantienen un patrón semejante al de los abuelos en términos de una movilidad limitada; son pocas mujeres (menos de 20 por ciento) las que tienen empleo fuera de su hogar, por lo que se ven obligadas a ampliar su propia movilidad, pero señalan que "les cuesta trabajo adaptarse". Esta generación está acostumbrada a desplazamientos cortos, incluso caminando, pues satisface casi todas sus necesidades dentro de su entorno: allí se ubican sus centros de trabajo y los lugares para proveerse de alimento, vestido y calzado, en donde predomina el comercio de proximidad; sólo acudía a la ciudad de Querétaro por motivos de trabajo y para hacer uso de los servicios de salud. En términos generales, a las personas de esta cohorte no les agrada ir a la ciudad porque no se acostumbran al ritmo de vida, pues se vive muy aprisa; todo es rápido, lo cual genera angustia, dolor de cabeza e incluso, como algunos informantes señalaron, mareos y náuseas provocados por el exceso de velocidad con el que algunos de los trabajadores del autotransporte público realizan las corridas. Al respecto se citan los siguientes fragmentos de entrevistas: "A la ciudad casi no vamos, sólo que sea al Seguro [IMSS], todo lo compramos aquí [Santa Rosa], la comida, ropa, zapatos, tenemos de todo" (ama de casa, 43 años, abril de 2004); "No me gusta ir a Querétaro, todo lo compro aquí, siento que en Querétaro gasto más, cuando voy sólo es por el médico al que tengo que llevar a mi papá, al Seguro [IMSS]. Ir a Querétaro me fastidia, me cansa, llego con angustia" (supervisora, 40 años, abril de 2004).

La primera y la segunda cohortes (abuelos y padres) atienden sus necesidades preferentemente en el comercio local, y sólo cuando van a la ciudad de Querétaro por cuestiones de salud o por algún trámite administrativo aprovechan para darse una "vuelta" por el centro de la ciudad y hacer compras en la tienda de autoservicio Del Sol o en el Mercado Escobedo.

Desde hace diez años, y debido sobre todo a la instalación industrial en el territorio santarrosense, el comercio local comenzó a diversificarse y se ha originado un abanico más amplio de posibilidades de consumo.

Los integrantes de la primera y la segunda cohortes no van a la ciudad por motivos recreativos o de esparcimiento, pues estas actividades se realizaban y se siguen realizando en Santa Rosa —bautizos, bodas, fiestas de 15 años, o simplemente la comida en casa de algún familiar—. La reproducción de la vida social muy pocas veces se relaciona con espacios externos a la unidad doméstica, por eso es común que haya personas que no conocen la ciudad de Querétaro pese a su cercanía, o como otras que nunca han entrado a una sala cinematográfica: "Hace como dos meses me invitó mi sobrino, fuimos con su novia y me llevaron a ver una película, es la primera vez que voy al cine, fue muy impresionante, pero me gustó. Nos fuimos en un carro de sitio [taxi]" (mujer, 41 años, abril de 2004).

Para la tercera cohorte (jóvenes de 15 a 34 años), la separación de los espacios público y privado se acentúa aún más, ya que se han incorporado de lleno a las actividades urbano-industriales. La tendencia a salir del poblado para trabajar ha disminuido debido a la reciente instalación de industrias en el territorio santarrosense, factor que, en paralelo, produjo un importante crecimiento y diversificación del comercio y de los servicios en la cabecera delegacional.

Un ejemplo de la diversificación comercial ha sido la apertura de cocinas económicas —hasta ahora ocho—, las cuales se establecieron en un lapso no mayor de cinco años, en atención a la creciente demanda de alimentos de la gente que trabaja; de igual manera han proliferado las tortillerías y disminuido los molinos de nixtamal. A la diversificación del comercio local se agrega la apertura de establecimientos que brindan servicios antes inexistentes en Santa Rosa: TV cable, telefonía celular, servicios profesionales (contadores, abogados, médicos, dentistas, arquitectos), loncherías y neverías, farmacia de similares, óptica, laboratorios de análisis clínicos y, recientemente, Internet.20

En Santa Rosa Jáuregui, el mercado, el día de plaza (cada domingo) y las tiendas y misceláneas que por generaciones han sido heredadas de padres a hijos, representan actualmente los lugares por excelencia del comercio de proximidad que responde a las necesidades de poblaciones específicas (personas de la primera y segunda cohortes), cuya movilidad hacia la ciudad está supeditada a necesidades concretas como la salud o trámites administrativos y no preferentemente al consumo, como lo es para los hijos.

Tanto hombres como mujeres de la cohorte de los jóvenes se trasladan con mayor frecuencia a la ciudad de Querétaro y no sólo por motivos de trabajo o servicios de salud, sino también por estudios, recreación y la finalidad de ahorrar, principalmente en lo que respecta a la compra de la despensa, dado que las jóvenes amas de casa opinan que es más barato comprar en las grandes cadenas comerciales como Wal-Mart, Soriana y Aurrerá, por citar algunas.

Cabe señalar que en esta última cohorte es donde se hacen más evidentes las diferencias en cuanto a los estratos socioeconómicos y el tipo de movilidad territorial y de consumo que practican los santarrosenses.

Por lo que toca al consumo, encontramos cambios significativos en la tercera cohorte, ya que, en contraste con sus padres, quienes compraban en lugares tradicionales como el centro de la ciudad de Querétaro, donde se ubican la tienda Del Sol, el Mercado Escobedo y la Alameda —situados en el primer cuadro de la ciudad—, los hijos acuden a los llamados hipermercados o centros comerciales, la mayoría ubicados en el Boulevard Bernardo Quintana, uno de los ejes viales más importantes de la ciudad que delimita la ciudad interior de la exterior por su rápido fluido vehicular (ocho carriles y laterales).

Cabe destacar que mientras los padres y los abuelos se trasladaban en transporte público (en rutas) que atraviesa el centro de la ciudad, los hijos lo hacen en "carro de sitio" (taxi) o en vehículo propio.

Los jóvenes que se desplazan hacia la ciudad para continuar con sus estudios de nivel medio superior y superior en universidades privadas (Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Universidad del Valle de México, Centro Universitario Doctor Emilio Cárdenas —CUDEC—, Universidad Cuauhtémoc) son hijos de personas con recursos económicos más altos, especialmente de comerciantes (casi siempre se trata de la primera generación que cursa el nivel medio superior y superior). Su cotidiano traslado a la ciudad, además de los recursos económicos y los vínculos de amistad que establecen a través de la escuela, posibilitan que amplíen su relación con el espacio y se familiaricen con formas de vida propias de la ciudad, como ir al cine, a las plazas comerciales, a los restaurantes y a los antros (discotecas o lugares para bailar con servicio de bar).

Entre las personas de escasos recursos económicos se observa que el traslado habitual a la ciudad para asistir a la escuela no implica la ampliación de su movilidad a otros espacios de la urbe debido, entre otros factores, a que carecen de dichos recursos.

Quienes poseen mayores recursos económicos (hijos de comerciantes y empresarios nativos) y quienes trabajan (y, por ende, reciben un salario) consumen productos cada vez más diversificados en cuanto a calidad, costo y según la temporada, por lo que se incrementan los flujos y trayectos hacia la ciudad, así como los niveles de consumo en los hipermercados y en los centros y tiendas comerciales ubicados en la ciudad. Por el contrario de sus padres y abuelos, los hijos requieren, además de vestido y calzado, los productos que estén de "moda"; y aunque el comercio local se ha diversificado para atender nuevas demandas, le es imposible competir con lo que ofrece la ciudad de Querétaro. Lo mismo sucede, por ejemplo, con las compras de la despensa, pues como las propias señoras han indicado (familias en fase de formación): "sale más barato hacer la despensa allá [en la ciudad de Querétaro] que comprar en las tienditas de aquí" (ama de casa, 23 años, abril de 2004).

El incremento de los niveles de escolaridad en las mujeres jóvenes, y su incursión cada día más recurrente al mercado laboral, han sido elementos que destacan en los cambios observados en el consumo, ya que ahora ellas compran más ropa, zapatos, accesorios y artículos de uso personal (cremas, productos para el cabello, maquillaje, etcétera) a diferencia de las mujeres de las cohortes anteriores, cuyo salario era única y exclusivamente para complementar el gasto del hogar. Este hecho se observa de forma más clara cuando son solteras, pues una vez que contraen matrimonio disminuyen su gasto en artículos personales (pero no desaparece). Las compras de los productos personales las realizan la mayoría de las veces en la ciudad de Querétaro, y últimamente se han incrementado aquellas por medio de catálogos. Compañías como Avon, Mary Kay y Fuller (que venden cosméticos; ropa interior; cremas para el cuidado del cabello, cuerpo y cara; perfumes; y hasta artículos para el hogar), o Andrea y Class (especializadas en calzado), tienen como mecanismo de comercialización las ventas por catálogo, modelo que ha proliferado muy rápido gracias a las facilidades de pago que ofrece, puesto que el monto total de la venta se divide en abonos, pagos que por lo general se hacen cada fin de semana, en concreto cada sábado, que es el día de pago de las trabajadoras; además, las compras de este tipo dan a las mujeres un mayor estatus:

Nosotras siempre andamos de tacones y arregladas, eso les gusta mucho a los gringos. Antes compraba mis zapatos de zapatería [en Santa Rosa], pero a veces no había de dónde escoger y estaban feos y caros, ahora ya me acostumbré a comprar sólo de catálogo: Andrea o Class, uno se acostumbra a lo bueno. Cada quincena abono y cuando termino de pagar los míos, le compro a mi hijo. Antes me compraba más seguido, pero ahorita la situación económica ya no deja, ahora me compro cada dos o tres meses, me cuestan 500 o 600 pesos. La ropa también la compro más retirado, pero cuando me compro, compro dos o tres pantalones, dos o tres blusas y unos dos trajecitos (supervisora, 40 años, abril de 2004).

El consumo de ropa y artículos de belleza ha estimulado que en la cabecera delegacional se abran establecimientos cuyo volumen de venta es más grande en comparación con las tiendas de ropa o zapatos que había hasta hace dos o tres años. En 2002 abrió sus puertas D'la Moda, almacén de ropa a crédito y venta por catálogo; asimismo se estableció una oficina representante de Mary Kay (tanto para la venta de productos como para asesorías a sus vendedoras) y un almacén de calzado que además de venta directa, ofrece venta por catálogo.

La población joven de escasos recursos económicos utiliza el centro urbano de la cabecera delegacional para actividades recreativas y de esparcimiento, entre las que destacan reunirse con los amigos en el jardín principal, donde caminan, fuman y platican; ir a la nevería Ely's a merendar una torta y un agua fresca; a veces se juntan en casa de algún miembro de la "banda" para escuchar música; ir a jugar a las maquinitas; o dar vueltas por la calle Independencia (calle principal que atraviesa el poblado) a bordo de camionetas o automóviles con los estéreos a todo volumen (en ocasiones se trata de vehículos de lujo pero modelos viejos —la mayoría son autos legalizados—).

Es importante acotar que los sitios de recreo y esparcimiento en Santa Rosa son escasos: existen dos unidades deportivas y una cancha de básquetbol, algunas loncherías, un billar, un salón de fiestas, algunos bares y locales con maquinitas (videojuegos), casi todos en el centro de la cabecera delegacional, sobre la calle Independencia.

Un elemento significativo respecto a los jóvenes con recursos económicos altos es que los viajes a la ciudad de Querétaro no sólo cumplen con las expectativas referentes al consumo, sino también con las de esparcimiento. Igualmente se observa a esos mismos jóvenes haciendo el recorrido en el jardín principal, por la calle Independencia, pero en vehículos de lujo o de modelo reciente y algunos otros en cuatrimotos, aunque a diferencia de los jóvenes con menos recursos, no se les vio interactuar en espacios públicos como el jardín o la nevería, pues utilizan más los espacios de diversión de la ciudad de Querétaro, que son más variados y especializados y a los que tienen acceso porque pueden cubrir los costos.

 

A manera de conclusión

La expansión de la ciudad de Querétaro ha seguido dos modalidades: la primera e inicial, que se dio primordialmente hasta la década de los setenta, fue el crecimiento del área urbana de manera concéntrica. A partir de los años ochenta, este crecimiento ocurrió sobre todo de forma radial a lo largo de las principales carreteras que la comunican con otras ciudades.

En esta expansión se ha ido conformando una zona metropolitana que articula socioespacialmente a distintas formas de uso del suelo y a poblaciones con características diferenciales, como zonas residenciales de fraccionamientos cerrados, parques industriales y pueblos de campesinos. Los antiguos poblados, como Santa Rosa Jáuregui, que se ubican en la periferia, se han integrado funcionalmente y su población ha sufrido cambios en su modo de vida.

La dimensión económica es central para la explicación del giro en los comportamientos de la población santarrosense en la medida en que éstos repercuten en el grupo familiar, pero debemos considerar además la existencia de otros múltiples condicionantes que se gestan en diferentes ámbitos y niveles de la realidad. Un hecho que afrontan los santarrosenses es el constante bombardeo de los medios de comunicación a través del cual permea la influencia del estilo de vida urbano (urbanización del consumo), el crecimiento metropolitano y la expansión de la ciudad sobre el territorio delegacional, y la dotación y el mejoramiento de las vías de comunicación, elementos que han coadyuvado a la creación de imágenes y necesidades que continuamente van modificando y produciendo patrones de conducta.

El trabajo manufacturero ha posibilitado cubrir parte de esas necesidades creadas y que llevan a los individuos, sobre todo a los más jóvenes, a la urbanización de su modo de vida por el tipo de consumo. Estas necesidades se traducen también en demandas relativas a la creación de nuevos espacios intermedios dentro de la cabecera delegacional.

La especialización de los espacios hace posible la producción de espacios intermedios, como aquellos desarrollados entre los lugares de trabajo (regidos por reglas organizacionales) y los lugares domésticos (regidos por reglas afectivas y donde los intercambios van más allá del cálculo) (Remy y Voyé, 1976: 130). La producción de espacios intermedios en la cabecera delegacional es un fenómeno de tímida presencia en el entorno local, pero que de seguir la tendencia de crecimiento y consumo como hasta ahora se ha manifestado, nos permite aventurar su incremento. En la cabecera delegacional, los espacios intermedios son las cocinas económicas, las loncherías, la fuente de sodas, los restaurantes, las carnitas, los bares, los billares, las maquinitas, un salón de baile y los cibercafés. Con excepción de algunos restaurantes,21 el resto de los establecimientos se nutre de la población local, en su mayoría personas de la tercera cohorte, es decir, población joven que ha sido la que mediante el consumo mantiene e incrementa la demanda de servicios de este tipo y, a la vez, esta clase de consumo no sólo urbaniza el modo de vida sino el propio territorio.

La creación de este tipo de espacios posibilita simultáneamente la urbanización de parte del territorio que alberga todos los días nuevas construcciones para establecimientos comerciales, industriales y de servicios.

Cabe señalar que parte de la población santarrosense se ha visto desplazada de sus parcelas o solares para dar paso a naves industriales, bodegas y locales comerciales y de servicios que cotidianamente se establecen en la cabecera delegacional. Lo que algunos jóvenes consideran en la actualidad una oportunidad de empleo, de consumo más especializado, etcétera, representa a la par un factor que, a la larga, subordinará aún más a esta población, es decir, la tierra que el día de mañana podría ser parte de su herencia sucumbe hoy ante la presión del capital inmobiliario y productivo.

Por otro lado, el consumo de productos y servicios ha sido un componente importante en la movilidad territorial, particularmente de los jóvenes menores de 20 años, puesto que son ellos los principales actores de la movilidad territorial que integra cada vez más de manera funcional al poblado de Santa Rosa Jáuregui con el conjunto de la zona metropolitana de Querétaro.

Antes, los vínculos entre Santa Rosa y Querétaro eran ocasionales, dado el estilo de vida y el patrón de consumo rural que caracterizaba a los padres y abuelos, quienes para su subsistencia dependían más del entorno natural y menos de los productos manufacturados. En el presente, esta interrelación se ha incrementado: el tránsito, sobre todo de los estratos medios (comerciantes y empresarios nativos) y de los jóvenes santarrosenses, en ocasiones se da varias veces al día, sea por la escuela, el trabajo, las compras o el esparcimiento. En este sentido, para estos grupos sociales, la red de interacciones ya no se estructura a partir de la proximidad física, sino por medio de la capacidad de movilidad. Asimismo, el consumo ha sido un componente esencial en la movilidad territorial, ya que los jóvenes no sólo se familiarizan más rápido con el territorio sino que amplían su radio de movilidad.

Por último, es a través de las prácticas de movilidad y de consumo que los santarrosenses establecen un nexo con la vida urbana y, mediante ésta, con la modernidad.

 

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Notas

* La evidencia empírica referente a Santa Rosa Jáuregui que se presenta en este artículo forma parte de la información recabada para la tesis de maestría en Antropología 'Transformaciones en el modo de vida y cambios de uso de territorio. El caso de la delegación Santa Rosa Jáuregui" (Osorio, 2005). Para información más detallada sobre el procedimiento metodológico véase el anexo 1.

1 Querétaro es el nombre del estado, del municipio y de la ciudad capital, por lo cual especificamos a qué entidad territorial nos estamos refiriendo.

2 A mitad de la década de los ochenta, el corredor industrial Querétaro-San Juan del Río se define como una zona integrada económicamente; comprende las cabeceras de los municipios mencionados más los de Tequisquiapan, El Marqués, Pedro Escobedo y Corregidora. Dentro de la planeación federal, esta zona es considerada prioritaria para el desarrollo industrial (Garza, 1985).

3 En 2002, autoridades del gobierno municipal y empresarios privados promovieron la candidatura para que la ciudad de Querétaro fuera sede de la Expo Universal de 2010, contienda que ganó la ciudad de Shangai, en China.

4 La cabecera municipal de este municipio se ubica a 50 km de la ciudad capital, sobre la autopista México-Querétaro, y su actividad económica más importante es la industria.

5 La cabecera municipal de este municipio se localiza a 30 km de la carretera México-Querétaro, vía San Juan del Río, y tiene como principal actividad económica el turismo.

6 La Sombra de Arteaga periódico oficial del gobierno del estado de Querétaro, del 19 de marzo de 1992.

7 Por decreto del Cabildo, publicado en el Periódico Oficial La Sombra de Arteaga el 9 de febrero de 1995. Esta delegación la conforma la zona que queda comprendida entre el Boulevard Bernardo Quintana (al norte y al oriente), la Avenida 5 de Febrero (al poniente) y la Carretera Federal Número 57-autopista México-Querétaro-Celaya (al sur).

8 Declaraciones hechas por el secretario de Finanzas, publicadas en la nota periodística "Prácticamente ya se inició el proyecto del subcentro sur", en Diario de Querétaro, 31 de diciembre de 1994, p. 1 (www.diariodequeretaro.com.mx).

9 Para la ubicación de centros comerciales en la ciudad, véase mapa 1.

10 "El comercio ambulante una lacra para la sociedad" es el encabezado de una nota periodística que recoge las declaraciones del presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), Diario de Querétaro, 29 de agosto de 1991, p. 3A.

11 Publicado en la Gaceta Municipal, núm. 3, 11 de enero de 2004 [gobierno del estado de Querétaro].

12 Antes, cada vendedor tenía su puesto con lonas y tubos, pero a partir de la administración panista, cada uno cuenta con un carrito de diseño especial, pensado para la venta. Los carros estaban decorados con el logotipo y los colores de esa administración, fueron vendidos con facilidades de pago a los comerciantes.

13 A 19 kilómetros al norte de la ciudad de Querétaro, por la Carretera Federal Número 57 Querétaro-San Luis Potosí, se localiza el poblado de Santa Rosa Jáuregui, perteneciente al municipio de Querétaro. Dicho poblado es la cabecera de un territorio delimitado como delegación, que es una división política administrativa del municipio. La delegación es la más grande del estado y se conforma por 42 localidades —incluida la cabecera delegacional, conocida con el mismo nombre (Santa Rosa)—; la mayor parte de ellas (36 de las 42) son consideradas rurales pues cuentan con menos de 2 500 habitantes. La delegación de Santa Rosa Jáuregui tiene una extensión territorial de 361 km2, lo que representa 48 por ciento de la superficie total municipal; cuenta con un total de 27 523.31 hectáreas, de las cuales 81 por ciento está bajo el régimen de propiedad ejidal, mientras que el resto (19 por ciento) es propiedad privada. Para el año 2000, la población total de la delegación fue de 60 666 habitantes (de los cuales 15 301 radican en la cabecera delegacional), cifra que rebasa al total de población de 13 de los 18 municipios que conforman el estado de Querétaro. Los municipios que poblacionalmente están por debajo de la delegación son: Pinal de Amoles, Arroyo Seco, Cadereyta, Colón, Ezequiel Montes, Huimilpan, Jalpan, Landa de Matamoros, Pedro Escobedo, Peñamiller, San Joaquín, Tequisquiapan y Tolimán (Osorio, 2005). Véase mapa 2.

14 Hines es una firma privada de bienes raíces que se dedica al desarrollo, la adquisición, el arrendamiento y la gestión de bienes raíces, además ofrece amplios servicios de asesoramiento y gestión de inversiones en la esfera mundial. La cartera de proyectos completados y en etapa de desarrollo representa más de 226 millones de metros cuadrados de instalaciones de oficina y para varios usos, industriales, hoteleras, médicas, deportivas y propiedades residenciales. Hines cuenta con oficinas en 69 ciudades de Estados Unidos y en otros 12 países, y el activo que controla tiene un valor aproximado de 14 mil millones de dólares. La empresa es una de las mayores organizaciones de bienes raíces en el mundo. Los cuatro parques industriales que ha desarrollado en México son Parque Industrial Tecnológico I y II, en Guadalajara; Parque Industrial Querétaro, en Querétaro; y Parque Logístico, en San Luis Potosí (véase www.hines.com).

15 El viejo camino en la actualidad viene a ser la calle principal de la cabecera delegacional (véase mapa 3).

16 La información sobre movilidad se obtuvo de la aplicación de cuestionarios y se complementó con algunos fragmentos de las entrevistas. En el cuestionario se recopilaron datos individuales y familiares que incluyeron información del cónyuge, los hijos, los hermanos, los padres y los abuelos (para más detalles acerca del procedimiento metodológico, véase el anexo 1).

17 Las cifras registradas por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) en los censos generales de población y vivienda de 1980 a 2000 ilustran el abandono que ha sufrido el campo en la delegación de Santa Rosa Jáuregui, ya que 41 por ciento que representaba la población ocupada en el sector primario se redujo hasta 8.5 en las décadas referidas. Por otro lado, la población ocupada en el sector secundario pasó de 38 a 49.1 por ciento en el mismo periodo, y en el sector terciario, de 21.3 a 38.6 por ciento para los decenios antes señalados. Este fenómeno no sólo ocurrió en la cabecera sino en las localidades que conforman la delegación; no hubo una sola localidad durante el periodo 1980-2000 donde la población ocupada en el sector primario no disminuyera; en la mayor parte de ellas se redujo de manera gradual y en otras radicalmente.

18 Para información más detallada por cohorte sobre movilidad y lugares de consumo de la población santarrosense, véase el anexo 2.

19 Anteriormente, el territorio pensado como un espacio autocontenido, en el cual se integraba la actividad laboral (mayoritariamente agrícola) con los espacios habitacional y religioso, determinaba una percepción particular del mismo. Los haberes se generaban de manera local y programática frente al campo y a la naturaleza. Hoy, la separación entre espacio laboral y habitacional es una realidad cotidiana, y el saber local está atravesado por saberes externos, academizados, gestados a partir de la tecnología moderna (Portal, 1999: 114).

20 En el censo realizado por las autoridades delegacionales durante el año 2001 no se tiene registro de ningún establecimiento de este tipo, pero para 2004, durante varios recorridos de campo se detectaron nueve, en tres de los cuales además se ofrece servicio de café y juegos interactivos como Xbox, Nintendo y Play Station.

21 La mayoría de los lugares en donde se venden carnitas son considerados también restaurantes, y a ellos acude un importante porcentaje de población citadina para almorzar los fines de semana.

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