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Tópicos (México)

versión impresa ISSN 0188-6649

Tópicos (México)  no.57 México jul./dic. 2019

 

Reseñas

David Van Reybrouck. (2017). Contra las elecciones. Cómo salvar la democracia. Madrid: Taurus. 236 pp.

Ramón A. Feenstra* 

*Universitat Jaume I de Castelló (España), feenstra@uji.es

Van Reybrouck, David. 2017. Contra las elecciones. Cómo salvar la democracia. Madrid: Taurus, 236p.


El libro de Van Reybrouck presenta, con un lenguaje sencillo y directo, una temática que está ganando peso en la teoría política contemporánea: el potencial del sorteo como mecanismo democratizador. Van Reybrouck se pregunta, a lo largo del libro, por este potencial a la vez que anima al lector a pensar si la representación puede ser constituida por vías alternativas o complementarias a la elección mediante el voto. La obra se compone de un total de cuatro capítulos en los que los dos primeros presentan un carácter más descriptivo, centrados en examinar la situación actual de la democracia, mientras que los dos siguientes adquieren un carácter más propositivo en lo que se argumenta el potencial del sorteo para la mejora de las instituciones democráticas.

El inicio del libro desgrana algunas de las problemáticas actuales y lo que el autor considera como los síntomas de fatiga democrática (pp. 16-27). Sobre este punto van Reybrouck cree que los diferentes problemas que afectan a la política actual ―desafección ciudadana, descenso del voto, percepción negativa de la política, corrupción, etc.― inciden en realidad sobre una variante específica de democracia: la democracia representativa electoral. Es decir, un sistema que produce un cuerpo de representantes a través de las elecciones. El autor examina cómo el constreñimiento del significado del concepto de democracia, en el que progresivamente se ha ido vinculado al sistema representativo-electoral, tiene un carácter bastante reciente en la historia del pensamiento político y de ahí la necesidad de ser replanteada atendiendo al potencial que acompaña a mecanismos como el sorteo para de selección de representantes (pp. 106-119. Ver también Manin, 1998).

A pesar de su título, el libro apunta a un espíritu de cierto carácter combativo “contra las elecciones”, la propuesta de Van Reybrouck se entiende ―a mi juicio― más bien como una visión reformadora en la que el sorteo puede ser utilizado como elemento complementario, dentro de los modelos actuales de democracia, a la representación por elección. De hecho, el autor plantea la opción del sorteo como un posible remedio para abordar algunos de los síntomas actuales de lo que llama “fatiga democrática” (pp. 16-27. Ver también Mair, 2015). Para fundamentar su propuesta y justificarla Van Reybrouck hace un recopilatorio interesante y resumido de experiencias tanto del pasado (con Atenas como centro de atención) como actuales (con casos como los de Brasil, Canadá, Islandia, Bélgica, etc.) en los que el sorteo se ha empleado para proceder a la selección de representantes o candidatos (pp. 131-147).

A lo largo del libro el autor recoge y explica también diferentes propuestas en los que el sorteo desempeña un papel importante para desarrollar modelos de democracia alternativos (Moreno-Pestaña, 2017; Welp y Ordóñez, 2017). En este sentido, destaca el uso de conceptos como “aleatoric-representative democracy” (democracia representativa aleatoria) que define un sistema político “en el cual la distinción entre gobernante y gobernado se establece por sorteo y no por elección” (p. 81). También los modelos de democracia deliberativa adquieren un peso destacado en el análisis de Van Reybrouck y especialmente los “experimentos” democráticos desarrollados por Fishkin (pp. 126-131). Este tipo de iniciativas en las que se escogen ciudadanas y ciudadanos al azar para deliberar sobre asuntos públicos y trasladarlos luego a las instituciones, son entendidos como ejemplos que muestran la manera en que el sorteo puede ser útil de cara a mejorar y profundizar la democracia. Además, los resultados de estos experimentos contradicen, según van Reybrouck, cualquier sospecha de incapacidad de la ciudadanía para participar en la política, tales como las lanzadas por autores como Schumpeter (1984) o Sartori (1999) . En términos generales, el autor de Contra las elecciones cree que iniciativas como los jurados ciudadanos, mini-públicos, asambleas ciudadanas, parlamentos ciudadanos en los que se emplea el sorteo y se escucha la voz de la ciudadanía son la muestra de cómo la democracia representativa electoral puede ser enriquecida por formas de democracia representativa aleatoria (pp. 155-167).

El libro de Van Reybrouck pretende estimular la reflexión sobre la situación actual de la democracia y sus posibles derivas en caso de no tomar en serio la necesidad de ampliar el significado y los canales de participación ciudadana. Para el autor, la democracia se constituye en el momento actual como un modelo de formato vertical cuando estamos ante un mundo que progresivamente demanda relaciones de carácter horizontal. Es decir, los sistemas decisorios actuales no se han acoplado a un mundo hiperconectado y descentralizado donde las nuevas coordenadas de comunicación presentan un potencial que no se está explorando a nivel institucional a la hora de abrir la capacidad de toma de decisiones y de influencia de la ciudadanía (pp. 167-170). En este sentido, cree que el sorteo a pesar de no ser una “cura milagrosa” sí presenta una serie de ventajas indiscutibles para afrontar ciertos problemas actuales y muy especialmente para afrontar dos cuestiones básicas (p. 169): por un lado, para frenar o poner límites a la corrupción política y, por otro lado, para contar con representantes que ―si bien es posible que no adquieran el nivel profesional de los políticos― al menos gozan de total libertad e independencia en tanto que no necesitan volver a ser elegidos, ni dependen de estructuras partidistas ni de grandes campañas de comunicación (pp. 171-173). Van Reybrouck, defiende al final de su obra la relevancia de avanzar hacia lo que llama un modelo bi-representativo que entiende como un sistema de “representación que se escoge tanto por medio de votación como por medio del sorteo” (p. 169). Considera que solo así podremos extraer lo mejor de ambas formas de representación, basadas, por un lado, en los políticos profesionales y, por otro, en los ciudadanos libres de cualquier necesidad de ser re-elegidos. En definitiva, augura que así se podría aunar “los mejores aspectos de la democracia representativa clásica (la importancia de la delegación para hacer posible el gobierno) sin caer en el fetichismo electoral que siempre le acompaña” (p. 175).

El libro de van Reybrouck logra, en mi opinión, su propósito principal: presentar de forma seria, amena y atractiva la opción del sorteo como instrumento capaz de renovar ciertas dinámicas políticas. Además, la obra aúna con claridad la reflexión teórica junto a la presentación y desarrollo de casos y aplicaciones concretas del sorteo. Sin embargo, también existe algún elemento que a mi juicio es susceptible de crítica especialmente en cuanto a la falta de desarrollo del concepto de democracia bi-representativa. El autor, esboza con elocuencia (sobre todo en los primeros capítulos) los problemas que acompañan a las elecciones, llegando a afirmar que “las elecciones actuales están obsoletas como instrumentos democráticos, y (…) hemos visto que en realidad nunca fueron un instrumento democrático” (p. 106). Los problemas que afectan a la democracia representativa electoral abarcan una parte importante de la obra y llevan a van Reybrouck a explorar el potencial que acompaña a la aleatoriedad. Sin embargo, en el momento (p. 167 en adelante) que desarrolla su propia propuesta se presenta la idea de democracia bi-representativa; produciéndose cierto salto que el autor no justifica: de la democracia basada en la aleatoriedad a la democracia bi-representativa (basada en combinar sorteo y elección). Sobre esta última el autor señala (además de lo que acabamos de señalar) que “a fin de cuentas ambos sistemas”, refiriéndose a la elección y al sorteo, “tienen sus cualidades” (p. 174). La parte final del libro no acaba de detallar ni explicar el modelo de democracia bi-representativa y, además, este tipo de afirmaciones, basadas en la combinación entre sorteo y elecciones, resultan algo paradójicas tras unos primeros capítulos en los que el autor parece convencido (además de convincente) sobre las pocas cualidades que acompañan a las elecciones. Un desarrollo más sistemático de lo que podría ser un modelo de democracia bi-representativa permitiría profundizar en los mecanismos concretos, así como definir la relación o la complementariedad entre sorteo y elección.

Bibliografía

Mair, P. (2015). Gobernando el vacío: la banalización de la democracia occidental. Madrid: Alianza. [ Links ]

Manin, B. (1998), Los principios del gobierno representativo, Madrid: Alianza . [ Links ]

Moreno Pestaña, J. L. (2017). Los desafíos del sorteo a la democracia, los desafíos de la democracia al sorteo. Daimon Revista Internacional de Filosofía, 72, 7-21. [ Links ]

Sartori, G. (1999). En defensa de la representación política. Claves de razón práctica, 91, 2-6. [ Links ]

Schumpeter, J. A. (1984). Capitalismo, socialismo y democracia. Barcelona: Folio. [ Links ]

Van Reybrouck, D. (2017). Contra las elecciones. Cómo salvar la democracia. Madrid: Taurus. [ Links ]

Welp, Y. y Ordóñez, V. (2017). La democracia directa a debate: procesos y mecanismos de participación ciudadana. Recerca. Revista de Pensament i Anàlisi, 21, 9-14. [ Links ]

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