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Acta universitaria

On-line version ISSN 2007-9621Print version ISSN 0188-6266

Acta univ vol.27 n.3 México May./Jun. 2017

https://doi.org/10.15174/au.2017.1197 

Artículos

Los jóvenes que se quedan: una exploración sobre las percepciones y el sentido de bienestar ante el fenómeno de la migración Michoacán-EUA: resultados de una intervención psico-educativa en universitarios1

Young people who stay behind: an exploration on the perceptions and sense of well-being of university students on the phenomenon of migration Michoacan-USA, results of a psycho-educational intervention in universities

Diana Tamara Martínez-Ruiz*   

María Elena Rivera-Heredia1 

* Escuela Nacional de Estudios Superiores, Universidad Nacional Autónoma de México. Morelia, Michoacán, México.


Resumen

En este trabajo se ofrecen los resultados más relevantes de un análisis de las manifestaciones discursivas acerca de las percepciones e imaginarios sobre el fenómeno de la migración (Michoacán-EUA) y el sentido de bienestar que esta conlleva. Los resultados se produjeron a partir de dos grupos de discusión de jóvenes universitarios de la Facultad de Psicología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, a través de una intervención psico-educativa; quienes en su mayoría (93%) son familiares de migrantes cercanos (hijos, hermanos, nietos y sobrinos). El análisis de sus manifestaciones discursivas se realizó considerando dos perspectivas, la primera: que estos jóvenes son una población que “se quedó en el lugar de origen” y la segunda está centrada en el análisis de los discursos de los estudiantes a partir de categorías construidas con base en sus recursos psicológicos, los cuales, según las perspectivas de los jóvenes participantes, en algunos casos se fortalecen y en otros se deterioran ante la migración. Se concluye con un análisis acerca del sentido de bienestar como un factor que determina la acción de migrar en esta población.

Palabras clave: Migración internacional; intervención psico-educativa en universitarios; percepción y sentido de bienestar

Abstract

Herein, we discuss the most relevant results of our analysis of the discursive manifestations of the perceptions and imaginations of the phenomenon of migration (Michoacan-USA) and the sense of well-being that this entails. The results are produced based on two discussion groups involving university students of the Faculty of Psychology, of the Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, through a psycho-educational intervention. The majority of participants (93%) are close relatives of migrants (child, brother, grandson, niece/nephew). We conducted the analysis of their discursive manifestations from two perspectives. The first that these young people are a population that “stayed behind in the place of origin”. The second focusses on the analysis of the discourses of the students based on categories constructed from their psychological resources, which, according to the perspectives of the participating young people, in some cases strengthen, and in other cases deteriorate in the face of migration. We conclude with an analysis of the sense of well-being as a factor that determines migration in this population.

Keywords: International migration; psycho-educational intervention in university student; perception and sense of well being

Introducción

El estado de Michoacán tiene una historia de migración considerable, tal es el caso que ocupa uno de los primeros lugares entre los estados de la República Mexicana que tienen más población migrante en los Estados Unidos de América (EUA). La tradición migratoria a gran escala del estado data de 1912 con el programa Bracero implementado por EUA para cubrir la escasez de trabajo de aquel país; lo cual generó que para 1964 el programa Bracero llevara a más de 200 mil trabajadores anualmente, hasta que terminó el acuerdo de dicho programa en el mismo año. Esto resultó eventualmente en una nueva era de migración irregular de México que ha continuado hasta la fecha. Se le denomina fenómeno migratorio, porque la migración se concibe como una situación compleja en tanto que genera una multiplicidad de situaciones diferentes dentro del acto de moverse de un lugar a otro, por ejemplo, en el acto mismo de migrar, en el caso de quienes migran; pero también ocurren cambios en las localidades de origen, produciendo otras maneras de actuar y de vivir la migración entre los que se van y los que se quedan (Martínez-Ruiz, 2008).

De acuerdo a cifras del Consejo Nacional de Población (Conapo), en 2010, la migración neta internacional en el país fue de (-)5.1 personas por cada 1000, encontrándose que las veintinueve entidades federativas presentan una tasa de migración neta internacional negativa, por lo que en general rebasan significativamente el promedio nacional para los jóvenes; en primer lugar se encuentra Michoacán, con una migración de (-)32.6 por cada 1000, esto habla que la entidad tiene un importante nivel de migración internacional, que no ha dejado de percibirse como un territorio con escaso desarrollo socioeconómico, además de tener insuficientes oportunidades para la población y, por tanto, para los jóvenes (Conapo, 2010).

En la actualidad en México residen 20.2 millones de jóvenes entre 15 y 24 años de edad; los jóvenes representan cerca de la quinta parte de la población total del país, la cual asciende a 108.4 millones en 2010 (Conapo, 2010). Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2005), en el estado de Michoacán los jóvenes sumaron en el año 2005 más de 180 000, de los cuales el 41% migró y, por consiguiente, un 59% de jóvenes se quedaron en su lugar de origen.

La población juvenil en el estado de Michoacán es un tema un tanto descuidado, más aún el de los jóvenes que se quedan en zonas con alta tradición migratoria; por ejemplo, algunos autores enuncian que la población joven rural en las zonas con gran tradición migratoria la mayoría de las veces es analizada desde la forma en que se han construido las redes sociales de la migración, la conformación de comunidades “transnacionales” y el envío de las remesas, sin tomar en cuenta las diversas dinámicas en las que se encuentran los jóvenes en estas zonas (Castañeda, 2009; Reguillo, 2004). Los jóvenes cruzan fronteras por muchas razones: en busca de trabajo, como refugiados huyendo de conflictos o persecuciones; a veces tras haber perdido o haber sido separados de sus padres; en busca de una mejor educación; también para reunirse con sus padres u otros parientes que ya se instalaron en otro país; por matrimonio; o como un ritual de iniciación (Castañeda, 2009; Martínez-Ruiz, 2008).

Muchos jóvenes, principalmente los varones, se enfrentan con la necesidad de dejar la escuela para trabajar o migrar y esta no siempre es una elección sino una clara constricción del entorno, por ello, no sorprende que estas situaciones muestren sus más altas frecuencias en las regiones más empobrecidas o en las comunidades rurales o semi-urbanas (Echarri & Pérez, 2007).

La lógica o patrones migratorios actuales muestran que los jóvenes migran debido a varias razones. Algunas, según Rosas (2009) 2, son realizar o terminar una carrera profesional; trabajar en la profesión que habían adquirido; ser independientes en términos económicos; colaborar económicamente con padres o hermanos menores; conocer otras costumbres; sentirse libres y alejarse de los mandatos paternos, así como alejarse de novios/as.

Por otro lado, diversos estudios (Boltzman, 2007; CEPAL/OIJ, 2004; Saraví García, 2009a) indican que el desarrollo de una carrera laboral en el lugar de origen es un camino plagado de incertidumbres en la sociedad contemporánea, sobre todo en locaciones con mayores restricciones de ingreso económico, desarrollo personal y laboral, en donde el joven se encuentra con mayor propensión a migrar. Se observa que el trabajo y la migración, como actividad social y contenedora de ciertas expectativas, compiten intensamente con las expectativas y oportunidades asociadas a la escuela (Saraví, 2009b), provocando entonces que los jóvenes dejen de apostar por la educación.

Sin embargo, aún son pocos los estudios que hablan de la situación de los jóvenes que, hasta ahora, se han quedado en sus localidades de origen y han optado por continuar una carrera educativa en medio de un clima complicado económica y socialmente, en zonas donde hay alta intensidad migratoria; por ello, es que se considera que el tema que se muestra en este trabajo es de suma importancia, dado que se recogen algunas de las percepciones, imaginarios y reflexiones acerca de la migración que tienen los jóvenes que, por algún motivo, no migraron tal como lo hicieron sus familiares o sus conocidos en sus comunidades de origen y que han continuado estudiando una licenciatura en medio de la adversidad económica-familiar, laboral y la tradición migratoria en sus localidades.

Tomando en cuenta el contexto de alta intensidad migratoria de donde provienen la mayoría de los jóvenes participantes en la investigación, se formularon una serie de preguntas: ¿por qué estos jóvenes no han migrado hacia EUA?, ¿qué logró retenerlos en sus comunidades de origen?, ¿cuáles son sus argumentos para que, hasta el momento del estudio, ellos no hayan migrado, siendo que provienen de una tradición familiar, social y regional, migratoria?

Los resultados de este trabajo surgen a partir de un proyecto de investigación aprobado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) titulado La promoción de la salud y el fortalecimiento de los recursos psicológicos, personales, familiares y sociales como estrategia de intervención ante la migración, (clave 114804-Convocatoria 2009), como atención al diseño de programas de intervención en poblaciones con altos índices de migración.

En la presente investigación realizada se exploraron tanto las percepciones, imaginarios y reflexiones de los jóvenes “que se quedan” y que son estudiantes del programa de Licenciatura en Psicología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, sobre los recursos psicológicos de los que se quedan y de los que se van, generando una pregunta central de investigación: ¿Los recursos psicológicos se deterioran o se fortalecen con la migración?

Esta investigación se realizó a través una intervención psico-educativa con una modalidad reflexiva, que se llevó a cabo con dos grupos de discusión, cada grupo conformado por 40 participantes. El objetivo fue conocer a través de la generación discursiva las opiniones, percepciones, imaginarios y reflexiones acerca del fortalecimiento o deterioro de los recursos psicológicos ante el fenómeno migratorio y sus implicaciones en los participantes, como familiares de migrantes y habitantes de una zona con altos índices de migración histórica; así como el conocer las percepciones e imaginarios sobre la migración, cómo se modifican o cómo permanecen y qué postura toman en sus discursos estos jóvenes “que se quedan” ante el tema migratorio.

Antecedentes y marco conceptual

Con el presente estudio se buscó comprender los mecanismos de promoción de la salud a través de la perspectiva del fortalecimiento de “recursos psicológicos” propuestos por Rivera-Heredia y Andrade-Palos (2006), que son recursos afectivos, cognitivos, instrumentales, sociales y materiales; estos se consideran como un conjunto de estados afectivos, cognitivos, esquemas de acción y repertorios comportamentales del individuo, los cuales son considerados como positivos o benéficos para este, como serían el conjunto de fortalezas con que cuenta el individuo para hacerle frente a circunstancias displacenteras (López, Pastor & Rodríguez, 1993). Los recursos se desarrollan o transforman con el paso del tiempo y por la interacción con los otros (Amorós, Carrobles & Remor, 2010) como una especie de instrumentos o herramientas que se encuentran a la espera de ser utilizados, además de que, con su uso constante, pueden perfeccionarse como técnica para su manejo. Se utilizan especialmente para enfrentar situaciones percibidas como problemáticas y generadoras de estrés (Hobfoll, 1989). Pueden encontrarse recursos tanto individuales, como familiares y sociales (Gold, 1997; Rivera-Heredia & Andrade-Palos, 2006).

Los migrantes, desde la planeación de su partida, es decir, el cruce por la frontera, la llegada a un nuevo país y la lucha por adaptarse a una cultura desconocida se encuentran en constantes situaciones de estrés (Salgado de Snyder, Cervantes & Padilla, 1990) y, para hacerles frente, utilizan los recursos psicológicos personales, sociales y familiares con los que cuentan; por ejemplo, si sus recursos son limitados les costará en demasía adaptarse al medio, de lo contrario, la confrontación será más fácil de sobrellevar (Kahl et al., 2007; Rivera-Heredia, Obregón-Velasco & Cervantes-Pacheco, 2009).

Nos interesó conocer los discursos que producen los jóvenes que se quedan con respecto a las percepciones e imaginarios sociales, así como sus reflexiones ante el fenómeno migratorio del cual forman parte (no como migrantes, sino como sujetos que viven en un contexto de tradición migratoria); suponiendo que su producción discursiva, refleja la postura de los integrantes de estos grupos, como familiares de migrantes, como estudiantes universitarios de la Licenciatura en Psicología, pero, sobre todo, como jóvenes que se han quedado hasta ahora en el lugar de origen el cual está asentado en un contexto de alta intensidad migratoria.

Para ello, cabe decir que se comprende que los imaginarios no solo son percepciones puras del mundo social, sino elaboraciones internas de algo percibido que transita por la interpretación (Martínez-Ruiz, 2003; 2006; 2008), la experiencia se filtra y se significa de manera particular de acuerdo al mundo que se va simbolizando (Gómez, 2011; Maffesoli, 2001; Milanesio, 2003; Silva, 2001; Vergara, 2002). Los imaginarios tienen un carácter activo, en tanto que implican construcciones y elaboraciones internas, psíquicas, personales acerca de lo real y acerca de lo percibido. Por lo tanto, son construcciones que culminan con la actuación social, por ejemplo, con el lenguaje (Ansart, 1971; Baczko, 1984; Miranda, 1986; Taylor, 2006) por lo tanto, negar el imaginario implicaría negar una realidad psicológica.

El lenguaje a través de las producciones discursivas como son el relato, la historia de vida, el análisis conversacional, etcétera, son un mecanismo fundamental de conocimiento de los imaginarios sociales, de las percepciones y de las reflexiones (López et al., 1993); pues las manifestaciones discursivas son entendidas como estructuras semióticas que exteriorizan las percepciones y significados sociales (Coronado & Hodge, 1998).

La estrategia para acercarnos a la identificación y análisis de los imaginarios de los jóvenes con experiencia de migración que decidieron quedarse en sus comunidades de origen fue una intervención psico-educativa de tipo reflexiva. Esta es considerada como una intromisión de medios organizados sistemáticamente que se lleva a cabo en el entorno escolar con finalidades como la prevención, corrección, optimización y compensación de aspectos psicológicos y educativos que llegan a sobresaltar al alumno (De Román & García, 1990; Mazarío, Mazarío & Horta, s/f).

Dichas intervenciones normalmente son cortas y se llevan a cabo con grupos que cuentan con características comunes. El centro de la intervención es la dinámica de grupo que tienen como finalidad los cambios de conductas, de habilidades, percepciones y creencias; en manos de un profesional o experto que lleve el fin de la intervención; por lo general, los talleres psico-educativos tienen un carácter promocional o preventivo y su finalidad principal es informar (Farkas, Hernández & Pía, 2009; citados en García, 1997). Sin embargo, existen intervenciones psico-educativas con carácter reflexivo que pueden implementar algunas técnicas tales como los grupos de discusión, en donde el proceder es recurrir a la entrevista realizada a todo un grupo de personas para recopilar información relevante sobre el problema de investigación (Peinado-Castro, Martin-Lain, Corredera-Genovés, Moñino & Prieto-Jiménez, 2011). Los grupos de discusión se basan esencialmente en el diálogo y conversación entre las personas, lo que busca es que los componentes del grupo a estudiar intercambien opiniones con el fin de conocer los puntos de vista sobre un tema concreto, para posteriormente sacar las conclusiones de la investigación.

Método

Participantes

Se analizaron los discursos de 80 participantes divididos en dos grupos de discusión, cada grupo de 40 jóvenes universitarios, que cursaron la asignatura de Migración y marginalidad social de 6º semestre de Licenciatura en Psicología, de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH). Se trató de una población cautiva por 14 semanas. Los grupos recibieron dos modalidades de intervención psicopedagógica, una de ellas basada en exposiciones por parte del responsable del grupo y la otra mediante grupos de discusión. En este trabajo se reportará lo acontecido en esta última (Tabla 1).

Tabla 1 Características de las intervenciones psico-educativas. 

Grupo con información previa Grupo sin información previa
40 participantes 40 participantes
Basada en exposiciones Basada en grupos de discusión

Fuente: Elaboración propia.

Las características de la población es que los participantes de ambos grupos (100%) contaron con experiencia de migración en la familia y/o comunidad de origen; ya sea de forma directa o indirecta. El 93.7% tenía familiares directos migrantes (padres, hermanos, abuelos); mientras que el 6.3% no reportó tener familiares migrantes, sin embargo, reportó conocer en su lugar de origen a “mucha gente” que ha migrado hacia EUA (amigos y conocidos). Del total de participantes, el 14% de cada grupo era de sexo masculino y el 86% del sexo femenino; con una edad promedio de 21 años de edad (Tabla 2).

Tabla 2 Características de los participantes. 

Grupo con información previa Grupo sin información previa
Porcentaje de estudiantes con familiares directos migrantes: (padres, hermano, abuelos) 93% Porcentaje de estudiantes sin familiares directos migrantes: 6.3%
Porcentaje de participantes femeninos (para los dos grupos): 86% Porcentaje de participantes masculinos (para los dos grupos): 14%

Fuente: Elaboración propia.

Se entiende que las reflexiones, que se analizan en este trabajo, son productos discursivos de jóvenes que por algún motivo no migraron tal como lo hicieron sus familiares y coterráneos e inclusive estudiaron un programa de licenciatura en la capital del estado. Muchos de estos jóvenes pertenecen a comunidades y familias donde se emprende la migración en etapas tempranas de la vida, por lo tanto, las percepciones de estos jóvenes pueden comprenderse como expresiones discursivas de la población que se queda en el lugar de origen, mientras sus familiares y seres queridos o personas cercanas decidieron migrar hacia EUA.

Procedimiento y técnicas de recolección de los datos

Cabe mencionar que el trabajo con los jóvenes fue más amplio de lo que se presenta en este artículo, ya que el procedimiento de intervención grupal consistió en la ejecución de dos etapas de cada grupo: una informativa y otra flexible-reflexiva denominada como grupo de discusión. En el trabajo con cada grupo se realizó un total de 8 sesiones, cada una con una duración de 2 h (por lo que se denominó intervención grupal). En cuanto a la etapa informativa, el trabajo con los grupos fue de implementación de sesiones informativas, integrada por 8 sesiones, cada una caracterizada por la exposición de temas sobre migración y situaciones que la migración conlleva:

  1. Procesos psicológicos y socioculturales asociados con la migración.

  2. Cómo criar a los niños con experiencia de migración.

  3. ¿Cómo manejamos los cambios? Nuestras emociones ante las situaciones de crisis (estrés, depresión y ansiedad).

  4. Recursos psicológicos.

  5. Habilidades transculturales y participación ciudadana.

  6. Cómo protegerme de que no me hagan daño y yo no haga daño.

  7. Cómo identificar, construir y conservar una red de apoyo social.

  8. Principales problemas de salud en los migrantes.

En este trabajo se retomará únicamente la etapa flexible-reflexiva, caracterizada por un grupo de discusión constituido por ocho sesiones sin temas estructurados que propiciaron la flexibilidad en las participaciones, buscando generar la reflexión ante distintos temas migratorios que los propios jóvenes participantes generaron. Algunas sesiones fueron espontáneas y otras se lograron con cierta dirección de los temas a través de dinámicas, por ejemplo, la construcción de una carta para un familiar migrante, lectura de una carta sobre experiencia migratoria -desde la percepción de los que se van o de los que se quedan-, la generación de debates ante preguntas: tales como: ¿Por qué la gente migra? ¿Por qué migrar o por qué no migrar? ¿Cómo me gustaría migrar? ¿Para qué migraría? ¿Qué opino de los migrantes y de los no migrantes?.

Cabe mencionar que el orden de las etapas fueron distintas en cada uno de los dos grupos, es decir, que en un grupo se comenzó con el grupo de discusión: flexible-reflexivo y terminó con la etapa informativa sobre temas implicados en la migración.

Mientras que el otro grupo comenzó con la etapa informativa de temas y situaciones implicadas en la migración y, posteriormente, se llevó a cabo la etapa flexible-reflexiva con el grupo de discusión.

En el análisis de resultados que se muestran en este trabajo se ha tomado en cuenta al grupo que empezó con la etapa flexible, como el grupo que produjo discursos de forma empírica en tanto que no adquirió información previa sobre situaciones en torno a la migración; mientras que el grupo que inició con la etapa informativa se tomó en cuenta como un grupo de discusión que produce discursos con conocimiento teórico previo sobre temas y situaciones de la migración.

En este trabajo se muestra como resultado, el análisis de datos obtenidos de la etapa flexible que generó percepciones, imaginarios y reflexiones en torno a situaciones de migración. Debido a que el objetivo de este trabajo fue conocer los imaginarios y percepciones, frutos de la reflexión que arrojaron los jóvenes en este tipo de intervención.

Cabe decir que la etapa de intervención grupal flexible-reflexiva tenía por objetivo generar en los participantes posibles respuestas ante preguntas que se “ponían sobre la mesa” de cada una de las ocho sesiones, así como generar reflexiones que en este trabajo se denominan como percepciones e imaginarios acerca del fenómeno migratorio.

En cuanto a la generación de los datos, así como el análisis de resultados, se llevaron a cabo de la siguiente manera:

  1. Hubo dos facilitadores, cada uno llevó a cabo cada una de las etapas en su grupo asignado.

  2. Todas las sesiones fueron video-grabadas.

  3. La etapa flexible, por tratarse de una etapa abierta hacia la generación de reflexiones de los participantes, no siguió estructura ni orden establecido con respecto a las preguntas y/o dinámicas que generarían las manifestaciones discursivas en torno a las percepciones e imaginarios que tienen los jóvenes participantes; sino que la dinámica se construía a partir las participaciones de los estudiantes.

  4. Una vez terminado el proceso de la intervención grupal se realizaron las transcripciones de las sesiones de intervención flexible-reflexiva de cada grupo.

  5. El modo de análisis de la información generada en cada una de las sesiones flexibles-reflexivas fue a través de la generación de categorías de análisis, basadas en la tipología de recursos psicológicos de acuerdo a Rivera-Heredia y Andrade-Palos (2006): recursos cognitivos, instrumentales, sociales, afectivos, familiares y materiales; así como otras categorías de análisis que surgieron a partir de los discursos, tales como imaginarios, percepciones y opiniones acerca de la migración, del acto de migrar y del migrante.

Resultados

A continuación se mostrarán los resultados sistematizados sobre los recursos psicológicos (recursos cognitivos, afectivos, sociales, familiares, materiales, instrumentales y de salud) propuestos por Rivera-Heredia y Andrade-Palos (2006), así como de los imaginarios y percepciones acerca de la migración en sí, del migrante y de los motivos de migración que también aparecieron. Todo esto a partir de tres condiciones identificadas en los resultados:

  1. La identificación de los momentos y características en que se llevó a cabo la producción discursiva en cada uno de los grupos de discusión donde se levantó la información, es decir, tanto en el grupo caracterizado porque no recibió información previa sobre migración y temas circundantes; así como en el grupo que sí recibió previamente información sobre migración y temas circundantes. Lo anterior marca en ciertos temas y momentos una diferencia clara en los contenidos de las reflexiones e imaginarios de los participantes de cada grupo.

  2. Otra condición que se identifica en los resultados son las producciones discursivas (sobre reflexiones, imaginarios y percepciones) que aparecen en comunes en ambos grupos (tanto el que no recibió como el que sí recibió información previa sobre migración y temas circundantes) independientemente de la información con que contó cada grupo al momento de recoger sus reflexiones.

  3. Una condición identificada en la presentación de los resultados generados en ambos grupos es que se muestra la visión de los que se quedan en el lugar de origen, siendo estos jóvenes estudiantes de Licenciatura en Psicología que por decisión personal y circunstancial no migraron; tal como lo hicieron sus familiares y conocidos en sus comunidades y contextos donde se desenvuelven cotidianamente.

Recursos cognitivos

Estos recursos se conforman por las percepciones y creencias respecto a las formas de enfrentar los problemas que les rodean a las personas (Rivera-Heredia et al., 2009). En el grupo que no tuvo información previa aparece la creencia que la migración como posibilidad de solución de problemas y “salvación de la economía familiar” es solo un imaginario construido colectivamente y es una creencia falsa de mejoría, ya que opinan que en su lugar ocurre la lejanía familiar y social, en donde suponen que el migrante amortiguará su ausencia a cambio de la adquisición de bienes materiales, lo cual es altamente valorado socialmente en este contexto de elevada migración.

En cuanto al grupo que tuvo información previa sobre migración y temas circundantes durante 8 sesiones aparecieron opiniones sobre la creencia de que migrar es bueno, ya que se logra la independencia familiar, emocional, económica, e inclusive cuando es llevada a cabo con una decisión pensada, propicia más responsabilidad sobre sí mismo, al seguir las reglas del país vecino.

Sin embargo, en la visión común de los participantes de ambos grupos (con y sin información previa) apareció la reflexión que la migración es más una pérdida que la implicación de ganancias (económicas, emocionales (familiares y materiales).

Recursos afectivos

Se refiere al manejo que las personas tienen de sus emociones y sentimientos (alegría, tristeza, enojo, etc.) y el tipo de expresión que tiene de los mismos y de los procesos de la autorregulación para su expresión, así como recuperar el estado de equilibrio después de que hay una pérdida de control (Rivera-Heredia et al., 2009).

En el grupo que no tuvo información previa apareció la creencia de que migrar es un sinónimo de “dejar” y, por lo tanto, esta produce depresión y soledad tanto en los familiares que se van como en los que se quedan. Cuando se trata de la ausencia de la madre, esta fue comprendida como “abandono”, suponiendo que disminuye el vínculo entre madres e hijos, lo que afecta considerablemente el bienestar psicológico de los hijos y no se fomenta el fortalecimiento de este recurso. También supusieron que quienes migran se desvinculan afectivamente de sus familiares y, por lo tanto, se deslindan de las problemáticas de la familia que también les concierne.

En cuanto al grupo que tuvo información previa sobre migración y temas circundantes durante 8 sesiones opinaron que esta puede ser “positiva” en tanto que puede permitir fortalecer las redes sociales en ambos lados de la frontera, lo que propiciará mayor bienestar psicológico y por lo tanto fortalecimiento al recurso afectivo (que, también forma parte de los recursos sociales). Opinaron que el bienestar afectivo se puede lograr si se comprende que la migración es una característica en la vida cotidiana de las personas que viven esta situación. Opinaron que el bienestar afectivo se puede lograr al encontrar otros medios de acercamiento que no sea el presencial, por ejemplo, establecer lazos de comunicación a distancia. También opinaron como necesario el propiciar acciones que reflejen que no ocurre el olvido, entre los familiares migrantes y los que se quedan, ya que el sentirse olvidado propicia depresión, tanto en los que se van como en los que se quedan.

La visión común que aparece en los participantes de ambos grupos es que migrar es una acción que afecta el estado de ánimo de todas las personas involucradas (migrantes y no migrantes). Que migrar es una acción que genera sentimientos negativos de preocupación, soledad, extrañeza, nostalgia, abandono; y esto desgasta físicamente y emocionalmente a los involucrados. También opinaron que vivirse discriminado en EUA genera tristeza y sufrimiento; y que la ausencia provoca dolor emocional.

Por otro lado, opinaron que una migración puede fortalecer los recursos afectivos si antes de migrar se tiene un objetivo claro para hacerlo que pudiera garantizar éxito en la migración, esto a su vez generará sentimientos de alegría y felicidad. Tener una red de apoyo mitiga la soledad y podría producir bienestar emocional. El imaginar a la migración como una acción lejana a sí mismos genera automáticamente sentimientos de tranquilidad, al saber claramente que no se va a realizar la migración. Reflexionaron que el migrar con Visa y permisos para trabajar requeridos, además de contar con un objetivo claro (estudiar, trabajar, casarse, etc.) genera sentimientos de tranquilidad, seguridad, éxito y alegría que pueden ayudar a un mejor destino migrante.

Recursos familiares

Se refiere a la capacidad de la familia para realizar actividades en conjunto y apoyarse unos a otros, para expresar emociones, manejar reglas de convivencia y adaptarse a situaciones de cambio. A mayores recursos, se suponen menores dificultades en la familia (Rivera-Heredia et al., 2009). En el grupo que no tuvo información previa, opinaron que migrar desvincula la relación entre familiares, entre madres e hijos, o bien que aunque toda la familia migre es desfavorable en tanto que en el nuevo lugar de residencia, los hijos están más vulnerables a convertirse en delincuentes y separarse de las costumbres familiares. Sin embargo, algunos participantes opinaron que la distancia puede permitir el valorar más a la familia que se queda, es decir, puede ayudar a que crezca el sentimiento de unión y de vinculación entre quienes permanecen en el lugar de origen; inclusive opina, que la función de las madres es importante en tanto que ofrecen un equilibrio afectivo hacia el resto de la familia que se queda, siendo quienes mantienen la comunicación entre el cónyuge migrante y sus hijos.

En el grupo que tuvo información previa sobre migración durante 8 sesiones opinaron que es necesario reflexionar aún más sobre la función que tiene la migración de los seres queridos, por ejemplo, reconocer que muchas veces el migrar es un patrón a seguir de aquellos familiares cercanos que han migrado. Opinaron que quizás si se tuviera más conciencia de ello (de estar programados culturalmente a migrar) pudieran detenerse algunas migraciones.

En cuanto a la visión común que aparece en los participantes de ambos grupos, los jóvenes opinaron que la migración es común como medio para lidiar con conflictos familiares y conyugales, además de los económicos. Coincidieron en pensar que los familiares migrantes solo se acuerdan de los que se quedan cuando están tristes y en busca de apoyo emocional. Opinaron que entre familiares migrantes y no migrantes puede existir un vacío en la comunicación. Sin embargo, en esta situación familiar resaltaron el apoyo entre familiares como un valor que está presente y que permite sobrellevar la migración.

Recursos instrumentales

Se refieren a las conductas de los individuos que les permiten hacer cosas para sentirse mejor, en especial sobre el tema de cómo se relacionan con sus amigos y personas que les rodean; desde iniciar una conversación, mantener una amistad, ser amable y cordial con los demás, así como mantener canales de comunicación abiertos (Rivera-Heredia et al., 2009).

En el grupo que no tuvo información previa, no se generó alguna reflexión que solo fuera característica a este grupo. En contraste, el grupo que tuvo información previa sobre migración y temas circundantes durante ocho sesiones sus integrantes opinaron que los migrantes se vuelven más flexibles cuando viven en EUA con respecto a maneras de pensar y de actuar; esto lo observaron como una necesidad para adaptarse socialmente. La educación la observan como un recurso instrumental, que es importante en ambos lados de la frontera para afrontar tanto la migración como la decisión de no migrar.

En cuanto a la visión común que apareció en los participantes de ambos grupos los jóvenes coincidieron en que migrar permite adquirir nuevos aprendizajes, como aprender a ahorrar dinero, al enviar remesas. Opinaron que para una migración exitosa sería necesario conocer más acerca del lugar de destino, a través de comentarios de la gente y de la lectura de libros sobre la cultura del nuevo lugar.

Recursos sociales

Son capacidades con las que cuentan los individuos para vincularse con los demás estableciendo relaciones permanentes de contención y apoyo, también implican la capacidad para solicitar ayuda cuando se necesita (Rivera-Heredia et al., 2009).

En el grupo que no tuvo información previa, los estudiantes opinaron que la migración no favorece el fortalecimiento de este recurso, en tanto que la separación desvincula familias a nivel afectivo ya que la ausencia provoca dolor. Por otro lado, el migrante tiene muchas dificultades de abrir sus lazos sociales con personas que no son migrantes, en el nuevo lugar de destino.

Sin embargo, los del grupo que sí tuvieron información previa opinaron que este recurso se puede fortalecer en los migrantes si estos buscan vincularse con diversos tipos de instituciones que les ofrezcan ayuda y apoyo en el nuevo lugar de residencia, como por ejemplo las escuelas, los clubes de migrantes y las iglesias. De la misma manera, argumentaron que para que se fortalezca este recurso es necesario aprender el idioma inglés y poder crear redes sociales más amplias en el nuevo lugar de destino. Consideraron que es necesario pensar y comprender “al otro” que vive la migración para poderlo apoyar mejor. Al respecto opinaron que migrar es una decisión y por lo tanto también un derecho.

En cuanto a la visión común que aparece en los participantes de ambos grupos coincidieron en que la migración sí fortalece este recurso porque propicia redes de apoyo, tanto en el nuevo lugar de destino como en el de origen. Además de que migrar lo conciben más fácil al tener una red de apoyo. Sin embargo, opinaron que la red de apoyo puede verse limitada en el lugar de destino, en tanto que socialmente el migrante se le cataloga como un ser extranjero que no pertenece al lugar de destino.

Recursos materiales

Se refiere a contar con dinero y objetos para realizar las actividades relevantes para cada persona (Rivera-Heredia et al., 2009). En el grupo que no tuvo información previa, los estudiantes opinaron que cuando las personas hacen lo que les gusta en el lugar de origen, no tienen porque migrar y pueden capacitarse ahí mismo. Opinaron que las personas que migran lo hacen porque no explotaron todas las posibilidades que tienen en su país de origen. Opinaron que los que migran no logran reconocer y valorar los recursos que se tienen en el país de origen que les permite salir adelante en su propio lugar.

El grupo que sí tuvo información previa opinó que tener una red de apoyo y tener dinero ahorrado es necesario para lograr una migración exitosa. Que el no tener documentos para hacer una migración legal, es una pauta esencial para experimentar dificultad en adaptarse en el nuevo lugar de destino. Identificaron que tener un padre migrante también es un elemento importante que salvaguarda la economía y brinda muchas cosas materiales y de formación (como la educación). Sin embargo, opinaron que la migración se lleva a cabo porque no se tienenadaen el lugar de origen, solo salarios bajos y venta de productos del campo a muy bajo costo.

En cuanto a la visión común que apareció en los participantes de ambos grupos (con y sin información previa), coincidieron en que “tener cosases pensar en un estado de bienestar para la familia. Yteneraumenta el bienestar en los que migran porque está acorde a lo que ellos suponen como estado de bienestar. Que las personas se fortalecen en general cuando migran, ya que cumplen con su expectativa de tener un empleo y adquirir objetos. Coincidieron en opinar que los bienes materiales y pensar en ellos, es una motivación central en los migrantes, ya que esa es su meta principal. Sin embargo, también opinaron que aunque la migración puede fortalecer los recursos materiales al obtener cosas, también debilita otros recursos; que aunque con la migración se puede tener más dinero, al mismo tiempo se reducen otros recursos, como la calidad en las relaciones familiares y en la vida afectiva de los que la viven.

Recursos de salud

Se refiere al estado de bienestar integral del individuo, que incluye tanto la salud física como la salud mental (Rivera-Heredia et al., 2009). En el grupo que no tuvo información previa, no se generaron opiniones particulares sobre esta categoría. Mientras que en el grupo que tuvo información previa opinaron que los migrantes y, en particular, las esposas de los migrantes que se quedan en el lugar de origen, sufren frecuentemente de depresión.

En cuanto a la visión común que aparece en los participantes de ambos grupos los jóvenes coincidieron en opinar que con la migración este recurso no se fortalece, al contrario, se deteriora ya que la salud del migrante se vulnera porque este con frecuencia es explotado al no tener buenas condiciones de trabajo, dado que comúnmente no cuenta con documentos oficiales que le autoricen a trabajar en el país de destino, lo cual a la vez representa una dificultad para poder acceder al servicio médico y atender los problemas de salud. Además, lo anterior repercute en un problema económico por los altos costos de atención médica en EUA. Entre los problemas de salud más frecuentes en los migrantes son el estrés y los generados consecuencia de este; las enfermedades de transmisión sexual y las enfermedades generadas por el sobrepeso. Opinaron que en sí misma la migración conlleva un desgaste físico y emocional. Y ambos grupos coincidieron al opinar que los que migran sacrifican su salud por migrar.

Imaginarios, percepciones y reflexiones sobre migración, el migrante y los motivos de la migración

Sobre la migración

En el grupo que no tuvo información previa opinaron que los mexicanos no aprovechan los recursos que tienen y que por ello migran; por lo tanto, conciben a la migración como un pretexto más que una necesidad real. Opinaron que los mexicanos son “malinchistas” y están atrapados en patrones de alto consumismo que solo puede ser sobrellevados mediante la migración. Hubo opiniones acerca de que la migración genera hijos delincuentes en tanto que genera desintegración familiar, soledad y vacío entre los miembros de la familia. En el grupo que tuvo información previa sobre migración y temas circundantes, no hubo opiniones particulares. En cuanto a la visión común que aparece en los participantes de ambos grupos fue que la migración es una acción que es aprendida en casa y en comunidad. Opinaron que migrar es una salida fácil y conformista, algo parecido a huir de las situaciones difíciles que suceden en el lugar de origen. Mencionaron que ante la migración está la posibilidad de trabajar en el campo en el lugar de origen. Para ellos la migración es mala, en tanto que es ilegal, dura y difícil para todos (migrantes y no migrantes). Consideran que es un problema que debe de ser solucionado. De la migración también opinaron que puede ser un recurso en tanto que permite la reunificación familiar, elevar la calidad de vida y puede lograr otros recursos como los económicos, de los cuales se derivan los educativos. También que el poseer documentos o permisos para entrar al país de destino contribuye al bienestar.

Sobre el migrante

En el grupo que no tuvo información previa se opinó que quien migra es una persona de clase baja, pobre y marginado; que se le hace fácil migrar sin pensar en los costos que esta tiene; lo identifican como un ser egoísta ya que se va dejando sus seres queridos que lo necesitan en su lugar de origen. Opinaron que el migrante no busca alternativas en su lugar de origen. En el grupo que tuvo información previa sobre migración y temas circundantes no hubo comentarios particulares. En cuanto a la visión común que aparece en los participantes de ambos grupos es que el migrante es una persona que busca un proyecto de vida el cual fue previamente armado con el objetivo de mejorar su calidad de vida; sin embargo, perciben que para el migrante su proyecto y expectativas de migrar tiene mayor peso que los riesgos que pueden alcanzar al migrar, que implican muchas pérdidas (de salud, familia, bienes, hasta de la propia vida), consideran que todo migrante tiene su propia causa o motivo por el cual quiere o necesita migrar. Y que el migrante es discriminado una vez que llega al país de destino.

Sobre los motivos de la migración

La visión común que aparece en los participantes de ambos grupos fue que los motivos más importantes para migrar son beneficiar a la familia por medio de obtener más dinero para solucionar necesidades, además de evadir problemas personales. Sin embargo, también el estudiar puede verse como un motivo para migrar en el futuro.

Discusión

Los discursos generados a partir del trabajo con los grupos de discusión fueron percepciones, imaginarios y reflexiones sobre migración (y sus situaciones que conlleva) construidas desde la visión de los jóvenes “que se quedan”, que además son estudiantes universitarios pertenecientes al programa de Licenciatura en Psicología con familiares migrantes (el 93%), todos ellos radicados en un estado con alta intensidad migratoria e histórica. Comprendiendo que esta población no ha migrado (hasta el momento de este trabajo), en parte porque es una decisión personal y por diversas circunstancias que influyeron en la decisión de cada uno de estos jóvenes.

Entre los alcances que se desprenden del presente trabajo de investigación se identifica que con la intervención psico-edcativa, en tanto que es un proceso que genera cambios en quienes participan (De Román & García, 1990), se observa que los participantes de los grupos de discusión lograron incrementar algunas habilidades del perfil del psicólogo ante la experiencia migrante de la población que convive con él. Entre estas habilidades o nuevos recursos adquiridos, fue la manera de comprender la migración como un fenómeno complejo (y no unidireccional) conformado por múltiples causas, motivos, circunstancias, costos, etcétera.

Al mismo tiempo, se fue generando hacia las últimas sesiones de trabajo de discusión grupal el desarrollo de propuestas encaminadas a enfrentar la migración de manera diferente con respecto a los planteamientos hechos en un principio; por ejemplo, con una nueva capacidad como recurso afectivo e instrumental para estos jóvenes, próximos psicólogos, que es la capacidad de tener empatía y comprensión hacia el migrante y su entorno para a partir de allí brindar información y crear propuestas de atención que fortalezcan los recursos psicológicos en personas que han experimentado o van experimentar la migración, así como entender situaciones por las que pasa el migrante y su familia en distintos períodos de la vida.

A lo largo de la intervención psico-educativa, los participantes generaron propuestas para enfrentar la adversidad en medios de alta migración y actores implicados (migrante y su familia), por ejemplo, a través de la educación como elemento fundamental, con procesos educativos de diversa índole tales como la divulgación e información a las familias en situación de migración sobre las diversas vicisitudes que conlleva este evento; o recordarles a “los que se van” que “los que se quedan” los quieren y que necesitan que se mantengan cerca de ellos; que es necesario recordar a las personas que hay afecto de por medio. Otra propuesta es concientizar al migrante y su familia sobre las consecuencias negativas en contrapeso con las positivas que puede tener con la decisión de irse. Propusieron que es necesario generar programas de salud, como de educación sexual y reproductiva, que permitirían disminuir otras problemáticas. Propusieron utilizar medios de comunicación para transmitir conocimiento e informar a profundidad a las familias sobre la situación de la migración, con el objetivo de hacer conciencia de una migración pensada y calculada. Además de propiciar proyectos para formar organizaciones sociales, fortalecer redes de apoyo social entre migrantes y sus familias que les permitan fortalecer sus recursos psicológicos.

En lo que refiere a los recursos cognitivos, estos fueron fortalecidos en tanto que generaron nuevas ideas a los participantes de los grupos de discusión, a la vez que los jóvenes adquirieron nuevos conocimientos y reflexiones en torno al tema. De la misma manera estos elementos también pueden comprenderse como nuevos recursos instrumentales que les permitieron reflexionar sobre maneras a implementar y propuestas de intervención en su labor como próximos psicólogos hacia la población implicada en el fenómeno migratorio. También se fortaleció el recurso social de formar una red de apoyo en cada uno de los grupos de discusión, donde los participantes compartieron experiencias y fueron escuchados por los compañeros de grupo, muchos de ellos se sintieron apoyados en sus opiniones y reflexionaron juntos para ser comprendidos. Por todo lo anterior, los resultados encontrados amplían la comprensión de la relación entre la migración y el incremento o decremento de los recursos psicológicos individuales y familiares esbozada en trabajos previos por Martínez Ruiz, 2008 y por Rivera-Heredia et al., 2009.

Una limitación de este estudio, es que no se logró conocer si los participantes retomarán los recursos discutidos en un momento hipotético de migrar. Tampoco se logró conocer si otros recursos personales cambiaron durante el trabajo de participación en grupo. Ya que solo un 3% de participantes comentaron a lo largo de la intervención grupal haber tenido cambios en el manejo de sus recursos familiares al mejorar su relación con familiares migrantes, una vez que comprendieron y reflexionaron sobre la migración y sus implicaciones. Estos aspectos podrán ser analizados en futuros estudios de seguimiento a la intervención realizada.

Conclusiones

Se encontró que la intervención psico-educativa mediante el uso de grupos de discusión sí potencializó de manera considerable los recursos cognitivos constituidos por las percepciones, creencias, imaginaros y reflexiones que tienen los jóvenes ante las formas de enfrentar los problemas y situaciones que genera la migración, específicamente en contextos de alta intensidad migratoria como es el estado de Michoacán. Esto pudo observarse en los grupos de discusión al propiciar las condiciones y el escenario para que emergieran diversas reflexiones, imaginarios y creencias alrededor de la migración; sin embargo, estos espacios de discusión con sus correspondientes conversaciones pueden propiciar o no, el fortalecimiento de los otros recursos psicológicos.

Entre los elementos a destacar que son comunes en los resultados generados a partir de ambos grupos de discusión (tanto el que obtuvo información previa sobre la migración como el que no recibió información previa) se resalta el posicionamiento que toman los jóvenes participantes de ambos grupos. Se posicionan en sus discursos generados como jóvenes estudiantes universitarios de la Licenciatura en Psicología provenientes de distintas regiones del estado de Michoacán (una zona con los más altos índices de migración en todo el país), retomando su experiencia en relación a la migración donde el 93% de ellos tienen familiares migrantes cercanos; por lo tanto, podemos asumir que los discursos generados comunes a ambos grupos de discusión comprenden la visión de los que se quedan en la localidad de origen. Al respecto se puede decir que su discurso muestra el posicionamiento de estos jóvenes ante la decisión de no migrar y continuar estudiando. Se puede observar que muchas de sus reflexiones y opiniones mostradas anteriormente se generan a partir del posicionamiento que han tenido en esta época de su vida en la que tomaron la decisión personal o circunstancial de no migrar y continuar estudiando en su país de origen.

Se observó que los imaginarios y percepciones que fueron comunes en ambos grupos fue que consideran que quienes migran ven a la migración como una acción más fácil de realizar por quien toma esa decisión, que el quedarse a solucionar la problemática (económica, familiar o personal) que suponen los participantes, conlleva a migrar. Ambos grupos coincidieron en mirar a la migración como un problema latente a solucionar, la cual busca mejorar el estado de bienestar, supuestamente a través de la obtención de recursos materiales (remesas, construcción de casas, acumulación de objetos para la vida diaria, emprender negocios, entre otros). Otro imaginario común en ambos grupos fue que si bien es cierto migrar es un proyecto de vida que busca el estado de bienestar de los involucrados este es muy diferente a lo que los jóvenes participantes suponen como proyecto de calidad de vida y bienestar; lo anterior revela que una de las mayores diferencias entre los que migran y estos jóvenes que se quedaron son las percepciones sobre el sentido de bienestar que conlleva a tomar la decisión entre migrar y no migrar; por ejemplo, uno de los elementos que influyen en esta toma de decisión es el riesgo y consecuencias que implica.

En relación a lo anterior, otro imaginario que apareció en ambos grupos fue el referente a las maneras de lograr el “estado de bienestar”, que de acuerdo con Cuadra y Florenzano (2003) está compuesto por dos facetas: una centrada en los aspectos afectivos-emocionales (referidos a los estados de ánimo del sujeto) y otra centrada en los aspectos cognitivos-valorativos, referidos a la evaluación de satisfacción que hace el sujeto de su propia vida. De acuerdo a las reflexiones de los jóvenes participantes el bienestar para el migrante tiene que ver con el cumplimiento del “sueño americano” que significa lograr un estatus social generado básicamente por la obtención de cosas materiales, lo que supuestamente llevará al migrante y su familia a mejorar. Al respecto, se observó que la mayoría de los participantes de ambos grupos no estuvo de acuerdo en que el “estado de bienestar” realmente se lograra a través de la migración. Sino a través de otros recursos como los que ellos han escogido, por ejemplo, mediante la educación profesional y el quedarse en el lugar de origen. Aunado a esto, en los grupos se estableció la reflexión acerca del valor amplio que se le otorga a la acción de “tener” y de los costos (emocionales, sociales, personales, familiares) que esta creencia de “tener” como logro de estado de bienestar puede conllevar.

Un tema recurrente que fue tratado en las reflexiones de los participantes de ambos grupos, fue la educación, la cual fue comprendida como un recurso implementado por los jóvenes participantes. Sin embargo, también la educación apareció en el discurso de los jóvenes como una “propuesta de salida” ante la migración, bajo el supuesto que si la migración es una problemática, entonces la educación la puede contrarrestar, por lo tanto es un recurso que se debería implementar y fortalecer ante la situación migratoria. De esta forma, los jóvenes participantes suponen que la educación (recurso al que ellos optaron) es la única opción para romper el ciclo migrante. Pues permite la adquisición de otros recursos que contrarrestan la necesidad de migrar en busca de dinero y propiedades. Por ejemplo, a través de la educación se obtienen nuevos conocimientos y conciencia de las acciones a tomar entre migrar y no migrar.

Por otro lado, los imaginarios y reflexiones generados en el grupo de discusión que no obtuvo información previa sobre migración y temas circundantes ubicaron a la migración con una carga más negativa y visiones más radicales, por ejemplo, al aseverar que la migración es mala porque propicia desvinculación afectiva entre padres migrantes e hijos que se quedan, que consecuentemente generarán hijos delincuentes. Otro imaginario que generaron, es que quien migra o es el más pobre o es quien no aprovecha los recursos naturales que su país le proporciona (como el uso de la tierra en el cultivo), o bien es el que huye de una situación asentada en su lugar de origen.

Mientras que los imaginarios, percepciones y reflexiones de los jóvenes participantes del grupo de discusión que tuvo información previa de 8 sesiones con temas circundantes a la migración estuvieron centrados en generar explicaciones con nuevos elementos que permitieron balancear las opiniones sobre la migración, al desmitificar que la migración no solo es negativa como lo suponían, sino que también observaron que tiene muchas ganancias. También generaron respuestas en general propositivas al reflexionar sobre las maneras para fortalecer los recursos del migrante y su familia como son la generación de redes sociales, maneras de convivencia y comunicación en la distancia, así como metodologías para ejercer una mejor migración. Proponiendo que es necesario que los migrantes y sus familiares reflexionaran que el migrar puede ser un acto menos estresante y más sustancial para la vida de quienes la viven, si se ejerce a partir de la toma de una decisión consciente y pensada, previa a su realización.

Por otro lado, se observó que los grupos de discusión dieron como resultado transformaciones en el pensamiento en torno al fenómeno migratorio. Por ejemplo, se generó una visión más empática acerca de las situaciones de los migrantes y sus familias. De tal forma que la migración se pudo significar en ambos grupos, como un derecho y como una toma de decisión pensada, responsable y calculada. Inclusive el comprenderla como una alternativa de salida y en ese sentido se puede suponer que la migración también es un recurso a implementar.

Un elemento que se identificó como un recurso en situación de migración es el tener un padre migrante; que se identifica como un recurso familiar y a la vez como recurso material, ya que proporciona muchos elementos y medios para subsistir ante las vicisitudes de la vida en medio de la migración, por ejemplo lograr recibir niveles educativos superiores.

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1La realización de este texto es posible por el apoyo de los Fondos Sectoriales del Sector Salud/Conacyt por del proyecto 14804, de la convocatoria S0008-2009-1. Se agradece la colaboración de estudiantes de la Licenciatura de Psicología de la Universidad Michoacana de San Nicolás que participaron en la sistematización de los resultados: Daniela Guillén Villicaña, Montserrat Contreras Zavala, Iván Benítez Álvarez, Patricia Lara Sarmiento, Teresita López Ortiz, Jesús Morán Ramírez, Alejandra Ceja Fernández y Ricardo García Bermúdez, y de todos aquellos estudiantes que nos ofrecieron sus testimonios sobre migración.

2En su estudio realizado con jóvenes migrantes peruanos.

3Cómo citar: Martínez-Ruiz, D. T., & Rivera-Heredia, M. A. (2017). Los jóvenes que se quedan: una exploración sobre las percepciones y el sentido de bienestar ante el fenómeno de la migración Michoacán-EUA: resultados de una intervención psico-educativa en universitarios. Acta Universitaria, 27(3), 101-114. doi: 10.15174/au.2017.1197

Recibido: 27 de Enero de 2016; Aprobado: 20 de Marzo de 2017

Autor de correspondencia. Correo electrónico: tamara_martinez@enesmorelia.unam.mx.

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