SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número104La privatización de los cenotes en el traspaís yucateco de Cancún-Riviera MayaSletto, B., Bryan, J., Almeida, A. W. y Hale, Ch. (Eds.) (2020). Radical Cartographies. Participatory Mapmaking from Latin America. Austin: University of Texas Press 256 pp., ISBN 978-1-4773-2089-1 índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • No hay artículos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Investigaciones geográficas

versión On-line ISSN 2448-7279versión impresa ISSN 0188-4611

Invest. Geog  no.104 Ciudad de México abr. 2021  Epub 20-Sep-2021

https://doi.org/10.14350/rig.60370 

Reseñas

Claval, P. (2020). El mundo por descifrar. La perspectiva geográfica. (Colección Geografías para el siglo XXI. Serie: Textos Universitarios, núm. 29), México: Instituto de Geografía, Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental / Universidad Nacional Autónoma de México 277 pp., ISBN: 978-607-30-3437-1

Pere Sunyer Martín* 

*Departamento de Sociología, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa

Claval, P.. 2020. El mundo por descifrar. La perspectiva geográfica. Textos Universitarios, núm. 29, México: Instituto de Geografía, Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental/Universidad Nacional Autónoma de México, 277p. ISBN: 978-607-30-3437-1.


Para un geógrafo formado bajo la influencia de la geografía francesa, como es el caso de quien esto escribe, no hay mayor satisfacción, ni reto, que poder reseñar este reciente libro de Paul Claval (Meudon, 1932). Ante este compromiso, a uno le viene a la memoria las conferencias impartidas en las sesiones semanales vespertinas de la Societat Catalana de Geografia, en la que con su consabida maestría el geógrafo francés desgranaba los temas de sus conferencias. Y ya bastantes años después, volvía a refrendar la positiva opinión que de él tenía en su visita a México en 2008.

Paul Claval es sobradamente conocido por los geógrafos que empezamos a ser mayores y, pienso, insuficientemente leído por las nuevas generaciones, más preocupados quizás por los nuevos temas que mueven a la geografía en sus diferentes especialidades. Este libro es una buena oportunidad para aproximarse a su profunda erudición geográfica y a la amplia perspectiva que a lo largo de su carrera como docente e investigador ha ido acumulando.

Habituado a las numerosas vueltas que da la vida, a uno le da la impresión de que otear a los autores hoy clásicos y referentes de la geografía contemporánea ayuda siempre a insuflar una mayor profundidad en los análisis que se realicen. Claval es uno de esos autores que hay que leer y releer. Su punto de vista siempre es esclarecedor y gratificante, y la obra que reseñamos cobra mayor relevancia, si cabe, pues puede verse como de los postreros fulgores de una persona brillante que nos parece legar su enseñanza principal: la geografía es una disciplina que, por sus características peculiares, nos permite decodificar el mundo en que vivimos y que hemos heredado, y ¿quién sabe? si también alumbrar las claves para entender el mundo que ya estamos construyendo.

Impecablemente prologada por el geógrafo Federico Fernández Christlieb, en esta obra Claval reúne ideas que había ido desarrollando con anterioridad en diversos artículos publicados, que giran alrededor de una pregunta que nos hemos planteado, seguramente, aquellos que nos hemos formado en los esquemas clásicos de la disciplina: ¿cómo interpretar un mundo tan dinámico como el actual, acechado por cambios tan radicales como los que nos están acuciando, tanto en la forma como se organiza, desorganiza y se vuelve a organizar el espacio geográfico, como en los temas candentes que afectan a la población humana mundial y los relativos al medio ambiente? ¿Qué claves emplear cuando las usualmente empleadas nos pueden llevar a pensar que no hay certezas?, las categorías conceptuales habitualmente empleadas referidas a los objetos de su atención, los pares que conformaban el mundo (ciudad y campo; centro y periferia; Estado-nación y región; individuo y sociedad, hombre y mujer…) parecían desdibujarse, con lo que se dificultaba su análisis y su consecuente explicación.

En concreto, un párrafo del principio del capítulo 9 (“Nuevas dinámicas”) muestra la desazón con que muchos nos hallamos frente a las realidades actuales y que no por consabidas dejan de ser menos descorazonadoras:

“La distinción entre lo doméstico, lo local, lo regional, lo nacional y mundial se basaba en criterios relativamente estables. Ahora el panorama es confuso: los fundamentos de la organización del espacio se han puesto en entredicho en todas las escalas” (p. 199).

El mismo autor es consciente de esos cambios y la necesidad de buscar nuevas fórmulas: “los paisajes, la sociedad y el mundo han cambiado tan rápidamente que nos cuesta entenderlos: son necesarias nuevas formas de aproximarse para descifrar lo que estamos viendo”. 1

La obra está estructurada en diez capítulos que temáticamente podrían ser agrupados en dos amplios bloques: uno primero en el que muestra cómo ha variado la manera con que el geógrafo, a lo largo de la historia de la disciplina, ha abordado sus investigaciones y los nuevos temas y perspectivas que han emergido en las últimas décadas (capítulos 1 al 4); en el segundo, la visión que la disciplina proporciona del mundo pasado y del actual (capítulos 5 al 10). Se añade, finalmente, como colofón un capítulo de conclusiones a modo de resumen de lo desarrollado previamente.

En relación al primer bloque, podríamos resumirlo de la siguiente manera: antaño al futuro geógrafo se le adiestraba (adoctrinaba) en la lectura e interpretación de un mundo “que no cambiaba”, el mundo de las formas que permitían tejer explicaciones causalistas. Los estudios del paisaje natural, ensayados desde la geografía física, y del paisaje cultural, desde la humana, junto con conceptos como el de “género de vida” servían adecuadamente pero no para explicar, por ejemplo, la creciente complejidad de las sociedades urbanas surgidas sobre todo tras la Segunda Guerra Mundial, un mundo forjado con la Segunda Revolución industrial que aseguró las fuentes energéticas de forma accesible y continua; que acortó distancias mediante los cambios en el transporte de personas y mercancías; que revolucionó a su vez la difusión de la información con los nuevos medios de comunicación, y, sobre todo, puso en boga el consumo de productos “de uso duradero” -con perdón de la “obsolescencia programada”- entre otras contribuciones.

En esta tesitura, se ensayaron diversas fórmulas que trataban de superar la situación anterior: la funcionalista que bregaba con el comportamiento racional del individuo y la sociedad en la que vive; la de la geografía humana como ciencia regional, de interacciones espaciales y campos de fuerzas; la que defendía el punto de vista estructuralista o la vía estructuracionista de Anthony Giddens.

Las críticas a los enfoques anteriores con el objetivo de recuperar la multiplicidad, diversidad y riqueza del mundo que parecía negar la Nueva Geografía dieron paso a los de inspiración marxista, los fenomenológicos y humanistas aplicados a la lectura y comprensión del espacio. No fueron suficientes. Era necesario deconstruir, por ejemplo, los discursos que los propios geógrafos elaboraban ya en sus estudios como en la cartografía resultante: la geografía no era tan inocente como aparentaba ser (p. 36) ¿Quién lee el mundo, qué valores defiende y qué interpretación propone? Lo que se planteaba era una nueva relación del investigador con las realidades que estudiaba (p. 49). Era necesario un giro radical a lo hasta entonces hecho desde la geografía y, en general, desde las ciencias sociales y humanas. La idea de “giro” a partir de los años ochenta es el que mejor da cuenta de los cambios experimentados en las ciencias sociales y su forma de aprehender el mundo. Tres giros se consideran principalmente: el giro lingüístico en la historia; el espacial en sociología, y el cultural en geografía (Cap. 4).

Y en esta evolución de la disciplina, la geografía clásica “nos sigue enseñando”, como muestra en el capítulo 3. Como afirma Claval, no hubo realmente una ruptura epistemológica (p. 51) de la geografía que ahora se aproximaba a las otras ciencias sociales, que atendía a los imaginarios y sus representaciones, a los sistemas simbólicos, a las creencias; que se acercaba más a lo local y lo doméstico… con las propuestas realizadas desde la Segunda Guerra Mundial.

A partir de este amplio panorama de los cambios habidos en la geografía, en la segunda parte de la obra, Claval propende a explicar el mundo, sus cambios y la situación actual. Aborda entonces la forma cómo esta disciplina ha ido enfrentando el estudio desde el espacio mundial (la pequeña escala) hasta los espacios local y doméstico (la gran escala), pasando antes por los del Estado westfaliano -los Estados-nación- y el nacimiento de las identidades nacionales asociadas a ellos (capítulos 6, 7 y 8). Los capítulos 9 y 10 nos transportan a los cambios habidos en los últimos cincuenta años a raíz de la revolución informática, de las telecomunicaciones, de la pérdida de credibilidad de la ideología del progreso, la hipermovilidad… Ambos son de gran interés para entender el mundo actual.

En su conjunto, esta obra es de interés no únicamente a aquellos que inician sus estudios en la geografía o en la comprensión espacial del mundo, sino también para los que llevamos arduamente batallando tratando de explicar de forma coherente el mundo en nuestras lecciones. Muchas de sus reflexiones son de gran interés para el lector mexicano interesado en comprender el espacio creado sobre todo desde el momento de la culminación de su independencia y que este año cumple su bicentenario. En este sentido, muchas de las apreciaciones que despliega Claval a lo largo de texto, y que refiere en no pocos casos a la construcción de Francia como estado moderno, se pueden extender al caso mexicano.

En definitiva, la geografía, con sus diversas miradas, explica lo que aconteció y está aconteciendo en el mundo. Como señala Paul Claval, en el decurso de los años, la geografía se ha convertido en una disciplina “más modesta” pero también “más eficaz y ambiciosa” (p. 17) y la lectura de este ensayo nos muestra su posibilidad explicativa, no únicamente del mundo, sino del espacio en el que vivimos.

REFERENCIAS

Claval, P. (2019). Un monde à décrypter. La perspective géographique. Vayrac: Tertium editions, Collection Les Dynamiques Géographiques. [ Links ]

1«Les paysages, les gens et le monde évoluent si vite que nous avons de la peine à les comprendre. De nouvelles approches sont nécessaires pour décrypter ce que nous voyons» (Claval, 2019: cuarta de forros).

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons