En el ámbito de una competencia internacional cada vez más intensa, las ciudades y los territorios compiten para atraer manifestaciones deportivas o culturales¹ de las cuales poder obtener beneficios y ventajas para la ocupación y el empleo local, el financiamiento público y la visibilidad mediática (^{Vierhoff y Poynter, 2015}). El gran evento permite activar los tipos de mercadotecnia urbana (en inglés, citymarketing), es decir, las actividades de promoción y comunicación con respecto a posibles visitantes e inversores: las manifestaciones pueden constituir una “joya de la corona” en las cuales invertir fuertes valores simbólicos (^{Roche, 2017}). A partir de la experiencia de las Olimpiadas de Barcelona en 1992, algunas ciudades europeas (y otras del ámbito mundial) se han vuelto protagonistas directas y autónomas de la escena internacional gracias a aquellos eventos que les han permitido insertarse en circuitos económicos innovadores, atrayendo nuevos recursos, financieros y humanos, e incrementando sus propios flujos turísticos y culturales (Figura 1). La promoción de la imagen de la ciudad, que actúa como un catalizador de las energías de todos los actores locales, de las administraciones municipales, las empresas y los ciudadanos, puede desempeñar un papel activo de apoyo a las políticas de regeneración urbana, destinadas a mejorar el potencial del sistema de identidad local, colectiva y su cohesión interna.

Autor: Federico Camerin, archivo de campo, 2013.

Figura 1 Una de las intervenciones de transformación urbana de Barcelona en 1992. La Torre Mapfre, a la derecha y el Hotel Arts, a la izquierda. 

El libro Grandi eventi e politiche urbane. Governare ‘routine eccezionali’. Un confronto internazionale (en español: “Grandes eventos y políticas urbanas. Gobernar ‘rutinas excepcionales’. Una comparación internacional”) encaja en este tema, especialmente en el debate abierto y transdisciplinario sobre el futuro de las ciudades, y contribuye, por un lado, a renovar la teoría urbana (en este caso, el marco teórico de la gestión de grandes eventos de amplio alcance en conexión con políticas urbanas a nivel internacional) y, por el otro, a conectar ejercicios de investigación académica con las prácticas reales de transformación urbana. De hecho, el trabajo del cual deriva este libro es el resultado de una investigación conducida por Matteo Basso durante su programa de doctorado en Planificación territorial y políticas públicas de la Università IUAV di Venezia (2012-2014) sobre el análisis de los procesos de planificación y transformación urbana y territorial, así como una comprensión de los mecanismos institucionales de gobernanza de las transformaciones urbanas.

Las ciudades contemporáneas constituyen el campo de experimentación de una multiplicidad de grandes operaciones de transformación espacial y socioeconómica (^{Vegara y De Las Rivas, 2016}). Y en tanto campo de experimentación, Marco Basso enfoca su atención en la hipótesis de que los grandes eventos como instrumentos de la política urbana no son un hecho puramente casual. Demuestra que las ciudades se han preparado para los grandes eventos con la conciencia de enfrentarse a una oportunidad probablemente irrepetible: al gran evento se le ha asignado comúnmente el papel de catalizador y acelerador de recursos (especialmente financieros y de planificación urbana) para que los programas de transformación citadina se implementen con una definición clara de los tiempos y de los espacios de realización. Esta compactación del tiempo y el espacio del evento contrasta con la tendencia a exportar sus efectos fuera del sitio que alberga el acontecimiento y expandirlos a lo largo del tiempo: no siempre los casos de gobernanza en el período posterior a los eventos han demostrado estar a la altura de sus herencias materiales e inmateriales.

El manuscrito puede considerarse, por un lado, como uno de los textos más actualizados sobre la vasta literatura de los grande eventos relevantes (tradicionalmente enfocada en el análisis de sus impactos urbanos, económicos, sociales y ambientales); por otro lado, la novedad introducida por este libro, y un asunto poco estudiada en el ámbito internacional, es el análisis crítico y sin precedentes de los aspectos procedimentales y de gobernanza, en términos de actuaciones especiales y soluciones de gestión extraordinarias.

A lo largo del libro el autor ofrece observaciones, reconstrucciones y análisis de los procesos de toma de decisiones relacionados con la candidatura, organización y gestión de los principales eventos internacionales. La intención es tratar de entender si las transformaciones urbanas, en conexión con la organización de un gran evento internacional, pueden ser consideradas como situaciones excepcionales con respecto a los procesos ordinarios de transformación de la ciudad desde un punto de vista procedimental.

A tal fin, Marco Basso ha tomado como referencia la observación del funcionamiento de grandes eventos en tres contextos internacionales y en tres fases de su ciclo de vida. Se trata de Londres, la capital inglesa en la etapa de reconversión posterior a los Juegos Olímpicos de 2012; Milán durante la fase de organización de la Expo 2015, y Shanghái, cuatro años después de la conclusión de la Expo 2010.

El libro está compuesto por nueve capítulos, divididos en dos partes.

Los capítulos 1, 2, 3, 4 y 5 componen la primera parte, “Grandes eventos y ciudades”. Aquí se le presenta al lector el fenómeno del gran evento, específicamente su uso como un instrumento de política urbana. El primer capítulo proporciona un marco de referencia de la literatura relacionada con la especificidad del gran evento, así como algunos asuntos relacionados con la toma de decisiones, mientras en los capítulos 2, 3 y 4 se desarrolla la reconstrucción e interpretación de las candidaturas de Londres, Milán y Shanghái.

La segunda parte del libro, “Gobernar grandes eventos” (capítulos 6, 7, 8 y 9), se centra en el análisis de los aspectos de procedimiento y gobernanza de los tres casos de estudio, tanto a nivel teórico (capítulo 6) como con respecto a la evidencia empírica recopilada durante el trabajo de campo realizado por el autor en las tres ciudades (capítulos 7, 8 y 9). El capítulo 6 se configura como la parte interpretativa del trabajo, dentro del cual se realiza el razonamiento que conduce a una propuesta de posible distanciamiento del marco de excepcionalidad con el que generalmente se conciben los procesos organizacionales de los grandes eventos. Después de hacer algunas consideraciones generales sobre dichos sucesos como prácticas excepcionales, Basso introduce los elementos de procedimiento que distinguen estos procesos (completándolos) con respecto a otros métodos de transformación urbana. Estos elementos son los plazos temporales, las condicionantes derivadas de las reglamentaciones por parte de los órganos de control internacional del gran evento y el establecimiento de órganos de gestión ad hoc. Debido a la complejidad de las intervenciones urbanas relacionadas con este tipo de sucesos, las ciudades estudiadas responden a dichas transformaciones de diferentes maneras, pero con una constante: el uso de procedimientos de gobierno especiales y estructuras extraordinarias. Los grandes eventos le permiten a las urbes adoptar el concepto de “estado de excepción” (^{Agamben, 2003}), lo que los vuelve acontecimientos emblemáticos de rutinas excepcionales, procesos organizacionales limitados temporal y espacialmente, con referencia a una multiplicidad de áreas de política.

Este libro puede ser una referencia para todos aquellos que quieran adentrarse en el intrincado tema de los grandes eventos en conexión con la transformación urbana de las ciudades, con el objetivo de captar los elementos esenciales que han contribuido (y que siguen contribuyendo) a la conformación de las urbes de alcance internacional. Como se ha demostrado en los casos de estudio, la principal preocupación parece ser no perder oportunidades, ser capaz de acelerar los tiempos de transformación, tanto física como organizativamente, para adaptarse a los cambios que se producen e identificar las políticas e intervenciones más apropiadas. Eso puede permitir a las ciudades “mantenerse al día” en un contexto cada vez más globalizado, pero las dinámicas relacionadas con los grandes eventos no están exentas de riesgos.