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Investigaciones geográficas

versión On-line ISSN 2448-7279versión impresa ISSN 0188-4611

Invest. Geog  no.78 Ciudad de México ago. 2012

 

Editorial

 

La nueva edición de los Materiales para una Cartografía Mexicana, impresa originalmente en 1871, del geógrafo e historiador Manuel Orozco y Berra (1816-1881), con el prestigio que mantiene dentro de la bibliografía científica mexicana del siglo XIX, es motivo de atención en esta editorial de Investigaciones Geográficas, Boletín del Instituto de Geografía de la UNAM. ¿Cuál es el significado de esta obra, dentro del pensamiento geográfico mexicano, para orientar las relaciones entre la cartografía y la geografía?

En ese año, Orozco y Berra atravesaba tiempos "borrascosos y difíciles", a la vez que alcanzaba una plena madurez en su pensamiento sobre el territorio mexicano y las formas de emprender su estudio desde la plataforma privilegiada que otorgan los mapas. Para eso, había hecho realidad un largo sueño: integrar una colección de mapas sobre México. En ese momento, tal conjunto integraba la serie privada más importante compuesta de varios miles de mapas con una variedad de escalas y una completa cobertura del territorio nacional.1

Una de las primeras experiencias de Orozco y Berra como geógrafo, fue la elaboración de mapas temáticos. En un libro expone una clasificación de las lenguas (1864) y, encartada, presentaba la

"Carta etnográfica de México" con la distribución geográfica de cada una, de acuerdo con la división política de la República Mexicana, emanada de la Constitución de 1857. Paralelamente a este ejercicio buscaba mapas, los más antiguos eran difíciles de conseguir, al igual que los incorporados en libros y atlas o los publicados en el extranjero. No obstante, el número en su colección se incrementaba y se complicaba su propio uso. Por eso se propuso copiar los datos de cada hoja y, con el paso del tiempo, se dio cuenta que, una vez ordenados, podían originar una publicación totalmente nueva para México.

Enfrentado a esa tarea, revisó una obra con propósitos similares. Lo más parecido era la Mapoteca colombiana, un libro publicado en Londres por el médico Ezequiel Uricoechea (1860) donde ordenaba los datos de mapas y planos de los países americanos, otrora la América española, incluido Brasil y las islas; constatando que ya conocía o tenía la referencia de los mapas de México en esa obra. Con esta revisión y los resultados elaboró un catálogo con los datos completos de cada mapa. Tal labor resultaba imprescindible para el "estudio de los adelantos de la geografía" de México. Con esta opinión formulaba un tema clave: la estrecha relación entre la cartografía y la geografía mexicana. En esta dirección trabajó en los siguientes diez años. Al final dio a conocer sus Apuntes para la Historia de la Geografía en México (1881) compuesta de XXXI capítulos. Con ambas obras, el autor plantea una exploración histórica de dichas relaciones de una manera novedosa, pues el itinerario propuesto fue paralelo en el tiempo, es decir, al iniciar su relato sobre la geografía mexicana se apoyaba en los mapas más antiguos. En los Apuntes, la cronología comienza con los acontecimientos del siglo XVI, como las exploraciones y descubrimientos en las costas novohispanas. Su opinión era contrastante, al siglo XVII no le concede mayor importancia, mientras que del XVIII resaltaba las exploraciones marítimas y terrestres por el territorio novohispano y dedica una amplia atención a la determinación de las coordenadas geográficas. Con esta perspectiva trazada, para Orozco y Berra los últimos años de la Colonia dieron más frutos que "todos los tiempos precedentes".

Conviene señalar la propuesta teórica de estos libros de Orozco y Berra, como se ha formulado al inicio. Los primeros mapas le parecían carentes de "base científica" y los miraba como "propiamente croquis". Su opinión cambiaba con la llegada del siglo XVIII novohispano donde los materiales procedían del uso de nuevos instrumentos, métodos de observación y cálculos, además de que no sólo había escalas locales y regionales, sino que ya se conocían los generales. Tal interpretación histórica, ofrecida en los capítulos del libro, era solamente unidireccional donde lo más atrasado quedaba en el pasado remoto y, a la vez, progresista debido a que su época, la segunda mitad del siglo XIX, fue testigo de los mayores adelantos y modernización cartográfica, por ejemplo, las operaciones y mapas de gran escala, terminados entre 1854 y 1857, de la frontera entre México y Estados Unidos.

La nueva edición del libro: Materiales para una Cartografía Mexicana se presenta con un formato especial y papel de impresión de una calidad superior, además lo principal del proyecto fue la integración de los mapas de la colección personal a los registros. Se localizaron alrededor de 1 500 mapas antiguos en los acervos de la mapoteca "Manuel Orozco y Berra" de Tacubaya. La búsqueda fue un desafío, aunque es posible que se puedan encontrar más ejemplares pertenecientes a dicha colección. El libro incorpora, en el diseño final, una selección de 311 mapas.

Entre las reflexiones finales, podemos adelantar algunos escenarios posibles y compartidos por geógrafos e historiadores alrededor de esta edición: actualiza los materiales de consulta en torno a los mapas mexicanos al traer al presente una obra que, con poco más de cien años de existencia, parecía olvidada en el mundo académico; reactiva las posibilidades de interpretación de los mapas antiguos por parte de las nuevas generaciones, por ejemplo, en los cursos de historia de la cartografía; modifica la noción que ambas comunidades tienen de sus propias disciplinas, con el conocimiento de una obra que ha permanecido al margen de la reflexión académica y del ejercicio profesional y, en cambio, se ha mantenido en el interés de bibliófilos, coleccionistas o algunas bibliotecas privadas y, finalmente, difunde la idea de asegurar el futuro de esos mapas a través de conceptos como el patrimonio cultural o la memoria histórica, bajo una normatividad nacional e internacional.

 

REFERENCIAS

Mendoza Vargas, H. y C. Vidali Rebolledo (2007), "Fuentes del México Moderno y Contemporáneo: Mapas de la Colección [personal de] Manuel Orozco y Berra, 1719-1881", en Coll-Hurtado, A. (coord.), Nuevo Atlas Nacional de México, H I 3 C, escala 1:16 000 000, Instituto de Geografía, UNAM, México.         [ Links ]

Orozco y Berra, M. (2012 [1871]), Materiales para una Cartografía Mexicana, Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera, SAGARPA/MOB, México.         [ Links ]

Orozco y Berra, M. (1881), Apuntes para la Historia de la Geografía en México, Imprenta de Francisco Díaz de León, México.         [ Links ]

Orozco y Berra, M. (1864), Geografía de las lenguas y Carta etnográfica de México, precedidas de un ensayo de clasificación de las mismas lenguas y de apuntes para las inmigraciones de las tribus, Imprenta de J. M. Andrade y F. Escalante, México.         [ Links ]

Uricoechea, E. (1860), Mapoteca colombiana. Colección de los títulos de todos los mapas, planos, vistas, etc relativos a la América española, Brasil e islas adyacentes. Arreglada cronológicamente i precedida de una introducción sobre la historia cartográfica de América, Trubner y Cia, Londres.         [ Links ]

 

NOTA

1 Con la idea de visualizar la colección personal de Manuel Orozco y Berra, durante la elaboración del Nuevo Atlas Nacional de México, fue pensado abrir la sección de Historia con algunas de las fuentes para la Geografía e Historia mexicanas (Mendoza y Vidali, 2007). Entre los cuatro mapas que se presentan en la hoja H I 3, hay uno (C), dedicado a mostrar la cantidad de mapas de dicha colección. Lo que enseña el mapa temático, en una variación de tonos amarillos a ocre, es la concentración y dispersión de los mapas antiguos. El tono más intenso registra un mayor número de mapas en el Distrito Federal, seguido de Veracruz, Coahuila, Estado de México y Durango, y con tonos desvanecidos, es decir menor cantidad de mapas, en Quintana Roo, Campeche, Tlaxcala, Aguascalientes, Nayarit y Tabasco.

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