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 issue76La sombra de las cosas. Sobre paisaje y geografíaI Jornadas Iberoamericanas de Asociaciones y Sociedades Geográficas: Geografía y geógrafos al servicio de una sociedad global, Palacio de los Barrantes-Cervantes, Trujillo, 30 de junio y 1 de julio del 2011 author indexsubject indexsearch form
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Investigaciones geográficas

On-line version ISSN 2448-7279Print version ISSN 0188-4611

Invest. Geog  n.76 Ciudad de México Dec. 2011

 

Reseñas

 

García de León, A. (2011), Tierra adentro, mar en fuera. El puerto de Veracruz y su litoral a Sotavento 1519–1821

 

Irma Beatriz García Rojas

 

Fondo de Cultura Económica/Universidad Veracruzana, México, 985 pp., ISBN 978–607–502–087–7 (UV), 978–607–16–0615–0 (FCE)

 

Departamento de Estudios de Cultura Regional, Universidad de Guadalajara

 

Libro grande en tamaño y contenido, cuya calidad fue más que remarcada en su presentación1 en la librería "Rosario Castellanos" de la casa coeditora en la ciudad de México, es éste que ahora comentamos. Para el autor, la atracción por el tema que aborda

empieza en una playa abierta donde las mercaderías de las naos, traídas desde el islote vecino y apenas resguardadas en el arenal, dan la clave para vislumbrar las redes y las tramas que se tejían en el ámbito de un puerto de mar que formaba parte de la primera globalización del planeta (p. 11).

Se trata de una historia presentada como un logro de un ansia y un anuncio fraguado desde la niñez y sistematizada en la adultez, por lo que la "historia intrincada y larga" del puerto de Veracruz, de redes comerciales que no "dependen de la continuidad territorial", sino de enlaces efectos "túnel" que comunican ese lugar con otros distantes puertos, así como de la extensa región sur del estado del mismo nombre, se muestra atractiva y atrapante.

Es un libro abiertamente de Historia, de historia total del periodo colonial del puerto y ciudad de Veracruz, que comienza en 1519 apenas llegado Hernán Cortés y termina una vez que se consume la Independencia, por lo que se inserta en la idea de larga duración. Pero también es un enorme esfuerzo ligado a la Geografía, a la historia geográfica y a la historia cultural o, al menos, así lo entreví en su título y confirme con su lectura.

En el seguimiento de tres siglos recoge la forma "como los administradores y la sociedad colonial imaginaron también la función del puerto de Veracruz" (p. 26) muelle o antepuerto de las ciudades de Puebla de los Ángeles y México. Está dividido en 19 capítulos que conforman cinco grandes apartados. No es una historia lineal, pues los procesos mostrados ocurrieron de manera simultánea y a ritmos discontinuos. Empero predomina la narración diacrónica. El relato se inicia con la conquista y el enfrentamiento de dos culturas, así como con el desarrollo consecuente de cinco jurisdicciones internas que formaron la gran región que es mostrada en algunos momentos como escenografía y en otros, materia principal. Es decir, no es un trabajo donde el espacio sea el factor principal a estudiar, al menos no es ese su objetivo explícito, pero bien puede proporcionar un panorama digno de ser aprovechado por los geógrafos, pues va mostrando cómo se establece la relación entre la población (original y advenediza, casual o planeada, temporal o definitivamente asentada), cómo va integrándose al "paisaje geográfico y cultural" y cómo va conformando una región "franja periférica de la Nueva España: una región de frontera marítima" (p. 28).

Son muchos los pasajes donde proporciona información sobre diversos nichos ecológicos y donde identifica una región antigua con la correspondiente actual, señalando los municipios precisos que hoy por hoy abarca. Son frecuentes las descripciones de paisajes, sus ríos y cañadas, de las que indica a dónde se dirigen sus aguas. Muchas veces hace referencia a los biomas terrestres propios de Veracruz, describiendo con destreza y agilidad la flora, la hidrografía, el tipo de suelo, su capacidad o limitaciones para tal o cual actividad humana en ella radicada y los efectos que ésta produjo en el ecosistema, como el que describe fue causado por "los colonos y el ganado" tanto en la colonización como en la fase final de la concesión de mercedes. Y, a la inversa, basado en las crónicas y relaciones de la época que con minuciosidad aluden a un "laberinto de corrientes encontradas, caseríos flotantes y lagunas pletóricas de aves y pesca", o a "aquellos esteros y lagunas [que] están enojados de pescado que parecen hervir los peces por todas partes" (p. 138) explica la conformación de un mercado regional, la red de pueblos y aldeas subordinadas a un partido, o el surgimiento o desaparición de asentamientos prehispánicos o coloniales.

Aborda el territorio, el paisaje terrestre y marítimo y la playa veracruzanos, y lo hace basándose en un sinnúmero de fuentes (provenientes de fondos locales, regionales, nacionales, españoles, brasileños, portugueses y londinenses) en las que son notables y frecuentes las descripciones geográficas y la cartografía histórica. Ésta es incluida, como complemento explicativo temático, junto con varios planos elaborados ex profeso para la obra sin que se sepa si por el propio autor o por mano ajena, pues no hay crédito explícito. Algunos ejemplos de la cartografía contemporánea, cinco en total, a los hechos que analiza y a las historias nimias que la salpican constantemente incrementando su ágil lectura, no son analizados, sólo sirven para ilustrar y redondear el momento histórico en cuestión. El aprovechamiento de los mapas antiguos dentro del libro es limitado, pues no fueron "leídos", analizados ni siquiera superficialmente; es decir, no son considerados como fuente en la investigación. Es por esto que la obra de Manuel Toussaint en la que se recoge una gran cantidad de mapas del puerto y ciudad de Veracruz, ni siquiera aparece en la bibliografía (Toussaint, 1947). También es limitado el número de cartas presentado, aunque dos de ellas son verdaderas joyas de representación de la ciudad y puerto de Veracruz en el siglo XVII,2 y una más de la región de Cosamaloapan.3 Desafortunadamente no aparece la ficha completa del documento, y en algunos casos tampoco se indica el acervo de origen. Es frecuente también la carencia del autor o la aclaración de si se trata de una obra anónima.

Por su parte, los mapas temáticos elaborados expresamente para satisfacer necesidades del autor tienen una calidad, en términos del lenguaje cartográfico pobre, si bien su contenido puede ser valioso. Hay varios que relacionan la información toponímica y etnográfica. En estos mapas ex profeso elaborados, el autor se solaza al exponer sus dotes lingüísticas (v. gr. Mapa 111.5, p. 223), con lo que resultan atractivos. Pero habrá que decir que estas cartas presentan también características no nada más sui géneris, sino que serían cuestionadas por los especialistas. Para no salirse del contexto temporal en que la obra se desarrolla, pero fuera de todo rigor cartográfico, tienen el título enclaustrado en una carteleta tipo pergamino o en un marco tipo barroco, cuentan con algún detalle tipográfico más elaborado y varios de ellos están decorados con la figura de una carabela. Son muy irregulares en su manufactura, pues los hay con escala y sin ella, con o sin orientación y la mayoría carece de fuente de donde proviene la información ahí referida. O sea que este tipo de texto tiene una función de representación espacial complementaria de la información aportada, pero con distribución desequilibrada y mostrando una decoración que podría calificarse, mínimo, de ingenua.

Es evidente que a Antonio García de León la geohistoria del Mediterráneo de Fernand Braudel (1995) le sirvió de ejemplo, pero también las magnas obras de la historia de la vida cotidiana.4 Respecto a la primera, el autor veracruzano desarrolla una historia ecológico demográfica, como la impulsada por los seguidores de los Annales, atendiendo, como aquéllos, a tres tiempos y niveles distintos: la "larga duración" de la "estructura", del marco geográfico, de ciertas realidades ambientales, de cuestiones de producción minera, agrícola y ganadera, así como de productividad; el tiempo "medio" de la "coyuntura", la sigue cuando hace referencias a asuntos como fluctuaciones de precios, a algunas progresiones demográficas o procesos étnicos, al movimiento de salarios, o algunas variaciones de aranceles. Y el tiempo "corto" es abordado a través del "acontecimiento", de la narración de ciertos sabrosos episodios. Llega con esto a acercarse a la microhistoria; hay hasta un capítulo que lleva ese título, de manera conjunta con la historia de la vida cotidiana cuando describe la vida urbana, la feria, el teatro regional, los ejemplos de la mandinga, o la leyenda de la "condesa de Malibrán".

Empero, de acuerdo con la temática expuesta en el índice, prevalece la historia económica; este es un rubro que como variable domina. Pero García de León siempre que la información se lo permite, lo enjaeza con datos etnográficos, musicológicos y lingüísticos, insertados en el texto o añadidos como notas a pie de página, lo que llevó a uno de los presentadores del libro a decir que se pueden hacer dos lecturas como de dos libros aparte: el constituido por las notas y otro el del texto general. Y lo que condujo al autor a alcanzar un tamaño enciclopédico que asusta. Pero es así como puede abordar temas muy específicos.

En la segunda parte dedicada a un largo siglo dominado por una economía mundial −calificada por el autor como "global–, basada en la explotación de la plata, la obra escapa a la frialdad del proceso económico, pues recurre a la descripción de la vida cotidiana, nutrida por textos elaborados por filibusteros hasta por sus hallazgos de archivo o las "revelaciones" con alguna pieza museográfica, entrando al campo de lo posible y de lo inesperado, pero fundamentando sus aseveraciones con el cruce de la información proveniente de muy diversas fuentes.

La tercera parte el libro se dedica a la Nueva Veracruz, para explicar otro aspecto del siglo XVII, cuando en medio de la lenta formación del mercado interno e internacional, una población de origen africano, vigorosa, vital y visiblemente numerosa, junto con los españoles y portugueses, trazan y emplazan la ciudad definitiva. Otro aspecto de gran interés para los estudiosos de la conformación del territorio, si bien el autor ante todo explica en los capítulos del IX al XIII los procesos comerciales con los que Veracruz contribuyó a la conformación de la economía–mundo,5 sin descartar la vida cotidiana del puerto y la aduana, con todo y contrabando, fraudes y corruptelas, con todo y procesos inquisitoriales y el mestizaje particular de la región.

En la cuarta parte del libro se encuentra presente todo el litoral donde los grupos sociales ya constituidos al despertar el siglo XVIII, hasta el arribo de las reformas borbónicas (1767), cuando se reapropian del territorio y ante todo de los ríos, por donde llevan a cabo nuevos descubrimientos y hacen descripciones del paisaje encontrado y de los hechos presenciados. El autor lo interpreta como un periodo de transición, de reacomodo y de cambios, de proyectos fallidos y de conflictos agrarios. En esta etapa, de todas formas, García de León encuentra que se fijan los principales rasgos característicos de la gran región, en medio del fin de las ataduras feudales del monopolio comercial de Sevilla, y la transformación hacia el libre comercio.

Para rematar el amplio estudio, que no es el único intento panóptico sobre Veracruz que se ha hecho,6 pero sí uno de los pocos elaborados por un solo autor con formación tridisciplinaria,7 se muestra al Veracruz plenamente borbónico, una región dispuesta en varias capas y dimensiones y sujeta a la plenitud del libre comercio, dominada por los centros financieros internacionales, principalmente estadounidenses e ingleses. Aunque la explicación es principalmente económica, también salen a la luz los altibajos de la vida urbana y las características distintivas del "litoral de Sotavento". La vida descrita con base en una amplia documentación que el autor localizó para este periodo, que se debatía encerrada entre una muralla y cuyo dinamismo la hacía ir más allá de las pocas manzanas que incluía, y de sus plazas y callejuelas, era movida por el auge platero que se vino abajo con la guerra de Independencia desde el interior del territorio que pugnaba por ser americano primero y luego mexicano y, desde el litoral, por el asedio que imprimían los españoles que conservaban el castillo de San Juan de Ulúa.

Es decir, Tierra adentro, mar en fuera puede ser valorado desde por su rítmico y atractivo título, hasta por su aportación implícita a la historia regional y a la ambiental, donde el nicho ecológico veracruzano va mostrando su formación y deformación, producto de una serie de tensiones culturales, políticas, sociales, económicas y meramente geográficas, que le dieron la forma y características actuales. Un libro donde la geografía, una vez más, es una disciplina complementaria de la historia, pero donde lo geográfico permanentemente está presente. Aunque Antonio García de León no haya buscado destacar lo espacial, este no es solamente un marco de referencia, es una variable directa y activa en la que los diversos grupos y etnias que disfrutaban y disputaban toda clase de medios para sobrevivir y algunos por imponerse, van dejando su impronta en un proceso dialéctico entre el medio y los hombres. Es por eso que los interesados en diversas disciplinas, desde los historiadores a los geógrafos, los politólogos o musicólogos y etnólogos, y no pocos orgullosos veracruzanos, se verán atraídos por esta generosa y vivaz obra que abre muchas vetas a seguir.

 

REFERENCIAS

Antuñano Maurer, A. (coord.; 1990), Veracruz. Primer puerto del Continente, ICA/Fundación Miguel Alemán, Gobierno del Estado de Veracruz, Veracruz.         [ Links ]

Braudel, F. (1995), El mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II, Fondo de Cultura Económica, 2 tomos, México (Sección Obras de Historia).         [ Links ]

Carcopino, J. (coord.; 1939), La vida cotidiana en Roma en el apogeo del Imperio, Temas de hoy, Barcelona.         [ Links ]

Gonzalbo Aizpuru, P. (dir.; 2004), Historia de la vida cotidiana en México, 5 vols., El Colegio de México–Fondo de Cultura Económica, México.         [ Links ]

Toussaint, M, (1947), "Ensayo sobre los planos de la ciudad de Veracruz", en Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, Instituto de Investigaciones Estéticas, UNAM, vol. IV, núm. 15, México, pp. 19–43 (http://www.analesiie.unam.mx/pdf/15_19–43.pdf : consultado septiembre de 2011).         [ Links ]

Wallerstein, I. (2001), Conocer el mundo, saber el mundo, Siglo Veintiuno Editores–Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades, UNAM, México.         [ Links ]

 

NOTAS

1 Los comentarios estuvieron a cargo de Enrique Florescano, Nelly Palafox y Carlos Marichal, el jueves 12 de agosto de 2011.

2 Uno de ellos es el marcado como "figura IX", dibujo plano de "La ciudad y del Castillo de la Veracruz", de 1623, por Nicolás Cardona. (p. 494). Otro es la "Perspectiva Veracruz y San Juan de Ulúa, por Adrián Boot, ca. 1615, y que, supongo que por ilustrar el Epílogo no está numerado. Esta imagen (p. 921) de hecho constituye una panorámica–paisaje de la ciudad amurallada y de todo el puerto de Veracruz que podría considerarse como base, inspiración o antecedente, por el ángulo y alcance de observación, de la conocida litografía hecha por Casimiro Castro en 1875 a partir de una vista captada en un viaje en globo.

3 Mapa IV.1. "Un mapa de las mercedes de tierras en 1587: Cosamaloapan, sus estancias y el curso del río" (p. 287).

4 A la que inició la corriente, coordinada por Jerôme Carcopino (1939). En el caso de México, el lector podrá encontrar la serie dirigida por Pilar Gonzalbo Aizpiru (2004).

5 Sin hacer mención de la obra de Wallerstein (2001).

6 Está por ejemplo el libro Veracruz, primer puerto del continente, esfuerzo del gobierno estatal y de la fundación ICA, en el que colaboraron siete reconocidos investigadores (Antuñano, 1990).

7 El autor es lingüista, músico e historiador y sus tres facetas las ha aprovechado múltiples veces en la producción de artículos, ensayos, libros y discos, pero su interés por el análisis del pasado lo llevó a obtener el grado de doctor en la Universidad de París.

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