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Investigaciones geográficas

versão On-line ISSN 2448-7279versão impressa ISSN 0188-4611

Invest. Geog  no.74 Ciudad de México Abr. 2011

 

Geografía humana

 

Los estudios de Geografía en las universidades de América Latina; desarrollo, situación actual y perspectivas

 

Geography studies in Latin American Universities; development, present and future perspectives

 

José Luis Palacio Prieto*

 

* Departamento de Geografía Física, Instituto de Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México, Circuito de Investigación Científica, Cd. Universitaria, 04510 Coyoacán, México, D. F. E–mail: palacio@unam.mx

 

Recibido: 29 de abril de 2010.
Aceptado en versión final: 15 de junio de 2010.

 

Resumen

El número de programas en Geografía en universidades de América Latina se ha incrementado significativamente en los últimos años. Durante la última década aparecieron 56 nuevos programas (licenciatura, maestría o doctorado), no obstante que las reformas educativas en niveles básicos han atentado contra la permanencia de la disciplina en los planes de estudio en varios países de la región. Las razones de este aparente auge de la Geografía universitaria puede relacionarse con la percepción que la sociedad tiene acerca de la Geografía y su importancia y presencia en asuntos cotidianos, el desarrollo y diseminación de herramientas tecnológicas para el manejo de información geográfica y la demanda de geógrafos en el mercado laboral.

Palabras clave: Programas universitarios de Geografía, mercado de trabajo, Latino América.

 

Abstract

Despite contextual limitations, geography programs in Latin American universities have significantly expanded in recent years. During the last decade, 56 new programs (undergraduate, master's and PhD) were launched, although educative reforms in countries along the region tend to neglect geography in basic educational levels. Reasons behind this relatively important booming of geography programs may relate to the social perception that geography is present in everyday issues, the development and dissemination of technological tools for the handling of geographical data and the demand for professional geographers in the labor market.

Key words: Geography degree programs, labor market, Latin America.

 

INTRODUCCIÓN

La institucionalización de la Geografía en las universidades de América Latina es reciente si se le compara con otras regiones del mundo, particularmente Europa, Estados Unidos y Canadá. Igualmente, contrasta el desarrollo que ha alcanzado la disciplina entre los países que integran la región.

Un punto de partida para explicar el desarrollo de la Geografía en el mundo es la fundación de asociaciones especializadas. Las primeras sociedades de Geografía con carácter científico en el mundo se conformaron en las primeras décadas del siglo XIX. Estas sociedades, principalmente en Europa, jugaron un importante papel en la institucionalización de la Geografía en universidades impulsando programas formales dirigidos a la formación de geógrafos profesionales.

En América Latina, los primeros programas universitarios enfocados a la formación profesional de geógrafos aparecen en los inicios de la década de los treinta del siglo pasado en Brasil. En 1939 se crea el programa de licenciatura en Geografía en la Universidad de Panamá y en 1943 la Universidad Nacional Autónoma de México inicia, en su Facultad de Filosofía y Letras, los programas de Licenciatura, Maestría y Doctorado. La aparición de programas de Geografía universitarios en la región mostró un crecimiento relativamente importante a partir de los años setenta del siglo pasado, en que se duplica su número, pero es durante este siglo en que la oferta muestra un crecimiento notable, a partir de la creación de programas de licenciatura y posgrado en la mayoría de las universidades más emblemáticas de los países latinoamericanos.

Este artículo pretende caracterizar el crecimiento de la oferta de programas universitarios enfocados a la formación de geógrafos profesionales en América Latina y discutir algunos de los factores que han propiciado su desarrollo.

Los inicios de la institucionalización de la Geografía: las Sociedades Geográficas

Las primeras sociedades científicas en el campo de la Geografía surgen en las primeras décadas del siglo XIX. La Societé de Géographie de Paris fue la primera, fundada en 1921, seguida de la Gesellschaft für Erdkunde zu Berlin. La Royal Geographical Society de Londres se funda en 1830 y en 1833 se constituye la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, cuarta sociedad geográfica del mundo y primera en América Latina. El auge de la Geografía en el siglo XIX fue tal, que para finales del mismo existían más de 200 sociedades en el mundo, en parte impulsadas por la necesidad de conocer y valorar los recursos con los que contaban amplias regiones del mundo relativamente poco conocidas.

Ya en el siglo XX, en 1904, se funda la American Association of Geographers (AAG), una de las asociaciones más influyentes en su tipo a nivel mundial. Aunque predominantemente estadounidense, la membresía de la AAG incluye geógrafos de todo el mundo. Dieciocho años después, la Unión Geográfica Internacional fue creada en Bruselas, en 1922, teniendo como antecedente los encuentros internacionales de geógrafos que se celebraban desde 1871. Unos setenta países conforman actualmente a la UGI, siendo aproximadamente 35 los miembros activos. La participación de países latinoamericanos en la AAG y la UGI ha sido constante desde la fundación de estos organismos, aunque limitada por una serie de razones. En la UGI, por América Latina, están representados actualmente México, Cuba y Chile como miembros plenos y Brasil y Perú en calidad de observadores (Palacio, 2006).

Todas estas sociedades y grupos académicos tienen, en mayor o menor medida, actividades que van de lo local a lo regional y mundial. Por ejemplo, la UGI organiza congresos y conferencias mundiales y regionales que congregan a una amplia comunidad de especialistas. El último Congreso Internacional de Geografía, celebrado en agosto de 2008 en Túnez, reunió a más de 1 200 geógrafos; destacaron los provenientes del mundo árabe y Europa, y hubo una muy escasa participación de geógrafos latinoamericanos. Durante este Congreso se aprobó la organización de eventos anuales, desde 2010 hasta 2016, lo que denota un creciente interés por la organización de reuniones científicas con temáticas geográficas en diferentes regiones del mundo. Por otra parte, el congreso que anualmente organiza la AAG suele reunir a más de 7 000 especialistas, que si bien en su mayoría son estadounidenses, una parte relevante proviene de países de todo el mundo, constituyéndose en el evento geográfico de mayor asistencia y continuidad en el orbe. También puede mencionarse el "Festival Internacional de Geografía" que anualmente se lleva a cabo en la ciudad de Saint Dié des Vosgues en Francia, ciudad en la que se dibujaron los primeros mapas del continente americano. Aunque de menor alcance global, este Festival es ya un referente para los geógrafos francófonos de diferentes países del mundo. Asimismo, desde 1998, los "Coloquios de Geocrítica" han contribuido a la identificación de las perspectivas epistemológicas desarrolladas durante la década de 1990 en el ámbito académico iberoamericano (Hevilla y Zusman, 2008).

A la lista debe agregarse una enorme cantidad de congresos nacionales y regionales entre cuyos organizadores destacan las asociaciones locales de geógrafos e instancias académicas nacionales.

En América destaca también el Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH), fundado en 1928 durante la VI Conferencia Internacional celebrada en La Habana, Cuba, con la participación de Ministros de Estado americanos. El IPGH, conformado por más de 20 países, tiene actualmente su sede en la Ciudad de México, y se constituye como el organismo especializado de la Organización de Estados Americanos más antiguo, entre cuyos objetivos destaca el fomento, la coordinación y la difusión de estudios cartográficos, geográficos, geofísicos e históricos y los relativos a las ciencias afines, de interés para "las Américas". El IPGH se conforma en comisiones, entre ellas la de Geografía, creada en agosto de 1946, en la que los temas centrales de interés son los procesos de urbanización, la sostenibilidad en las relaciones población, economía y territorio, desarrollo e integración regional, la didáctica y especialización en Geografía y la cooperación interinstitucional.

Otra entidad geográfica que ha mantenido actividad con la participación de geógrafos de América Latina es la Conferencia de Geógrafos Latinoamericanistas (CLAG). La CLAG es un grupo especializado de la AAG fundado en 1970 y cuenta actualmente con más de 200 miembros de todo el mundo. La CLAG se organizó para fomentar la educación e investigación geográficas en América Latina; para cumplir con este objetivo, organiza conferencias nacionales e internacionales que incluyen diversos aspectos que reflejan los diferentes intereses de sus miembros. Adicionalmente, publica un Boletín y un Anuario y tanto en los eventos como en sus publicaciones participan también científicos sociales de disciplinas afines a la Geografía.

En América Latina, las sociedades y agrupaciones geográficas también son hoy en día comunes. La mayor parte de ellas se encuentra ligada a instituciones académicas y existen prácticamente en todos los países que cuentan con una oferta de programas encaminadas a la formación de geógrafos. Es también común que existan, en un solo país, más de una asociación geográfica, que si bien llegan a compartir objetivos comunes, no necesariamente se caracterizan por mantener una colaboración estrecha.

Un lugar destacado merecen "Encuentros de Geógrafos de América Latina" (EGAL), mismos que se vienen celebrando, de manera ininterrumpida, cada dos años, desde 1987. El primer encuentro tuvo lugar en Águas de São Pedro, en el Estado de São Paulo, al que siguieron Uruguay (Montevideo, 1989); México (Toluca, 1991); Venezuela (Mérida, 1993); Cuba (La Habana, 1995); Puerto Rico (San Juan, 1997); Argentina (Buenos Aires, 1999); Chile (Santiago, 2001); México (Mérida, 2003) y nuevamente Brasil (São Paulo, 2005), conmemorando así la décima edición de estos encuentros. El XI EGAL se celebró en 2007, en Bogotá, y en abril de 2009, el XII EGAL tuvo lugar en la ciudad de Montevideo, bajo el auspicio, entre otras instituciones, de la Universidad de la República. Es importante señalar que en el XII EGAL se registraron cerca de 2 400 especialistas y estudiantes de Geografía. Como puede apreciarse, los eventos académicos y científicos nacionales o regionales (como los EGAL) atraen el interés de la comunidad, y su continuidad es el mejor referente de una comunidad en movimiento.

Los temas que interesan a las sociedades geográficas en el mundo son diversos, aunque recientemente destacan los relacionados con el tema del cambio global. Para el caso de América Latina, Montoya (2003) analiza los temas abordados en los recientes Encuentros de Geógrafos de América Latina, en donde el eje central fue el medio ambiente y su protección, asunto dominante con el 35% de las ponencias; después le siguieron los problemas urbano–regionales (15%), problemas rurales (9%) y el impacto de la globalización económica (9.5%). Punto importante fue la enseñanza de la Geografía con un 9% de las ponencias y un énfasis en las experiencias docentes.

A estos eventos de carácter internacional y regional, puede agregarse un número importante de reuniones geográficas que anualmente son organizadas por sociedades a nivel nacional en todos los países de América Latina.

La Geografía Universitaria en América Latina, alcances y limitaciones de la información

La información para conformar una base de datos al respecto de la oferta universitaria en América Latina no se encuentra sistematizada en la mayor parte de los países y no resulta fácil conocer las características de todos los programas existentes. En este trabajo, que intenta sistematizar en lo posible la información al respecto, se realizó una búsqueda en bases existentes (las fuentes se refieren más adelante), en páginas electrónicas, documentos varios y consultas personalizadas a los responsables de algunos departamentos encargados de su conducción. Si bien se cuenta con la mayor parte de la información, aún quedan algunos vacíos en la información que deben llenarse. Es importante señalar que no se incluyen programas para la formación específica de docentes (profesores), sino aquéllos de nivel universitario dirigidos a formar licenciados, maestros y doctores, no obstante que en el ejercicio profesional muchos de los egresados ejerzan la docencia. Sin pretender hacer un análisis de los contenidos de dichos programas y sus características, en el Anexo 1 se incluye una tabla que muestra una lista de instituciones latinoamericanas que ofrecen programas de licenciatura, maestría y doctorado en Geografía actualizado al 2009. Para la construcción de dicha tabla sólo se consideraron programas en los que explícitamente se refiere a la Geografía; no se incluyen programas afines, en los cuales aun cuando la temática comparte los objetivos de la Geografía, ésta no es explícita. Aunque un dato importante lo constituye la matrícula en cada programa y el número de graduados, esta información tampoco fue accesible y la existente no es lo suficientemente representativa de la realidad latinoamericana, lo cual es, sin duda, una imitación importante de este trabajo, si bien existen referencias en diferentes aspectos relativos a la situación de la Geografía en diversos países de la región latinoamericana (Sánchez y Liberali, 2009; MacKay, 2006; Bernardes, 1998).

 

LOS PROGRAMAS UNIVERSITARIOS DE GEOGRAFÍA EN AMÉRICA LATINA

De acuerdo con la información obtenida, actualmente existen 181 programas universitarios encaminados a la formación de geógrafos profesionales, incluyendo programas de licenciatura, maestría y doctorado. De ellos, sólo se conoce la fecha de inicio en 158 casos (87% del total). Dichos programas son ofrecidos por 91 departamentos de Geografía de universidades de 14 países (Tabla 1), aunque solo nueve de ellos ofrecen programas de maestría. Asimismo, se reportan 26 programas de doctorado en cinco países, de los cuales 15 son ofrecidos por universidades brasileñas. Este número contrasta con los 60 programas de doctorado en Geografía que se dan solamente en las universidades de Estados Unidos (Murphy, 2007).

En la Tabla 1 se refiere, para efectos únicamente comparativos, el número de departamentos de Geografía en relación con la población total del país correspondiente. El promedio general de la región es de 5.1 departamentos de Geografía por cada millón de habitantes; Venezuela, México y Cuba presentan el indicador menos favorable en esta relación (13.4, 12.3 y 11.4, respectivamente), mientras que Panamá y Argentina muestran los valores más altos, incluso similares a los que caracterizan a países con mayor tradición y desarrollo de la Geografía (Tabla 2).

Los países incluidos en la Tabla 2 son los que cuentan con una larga trayectoria y amplio desarrollo de la Geografía universitaria, en algunos casos, como Alemania, con más de 150 años de tradición. Sólo Estados Unidos cuenta con más del triple de departamentos de Geografía que todos los países de América Latina en su conjunto. La relación de población y números de departamentos de Geografía es, también, notablemente diferente, siendo Canadá el país es donde esta relación es más alta (0.53 departamentos/millón de habitantes). El promedio de los países seleccionados en esta tabla es de 1.1 departamentos/millón de habitantes, muy por encima del promedio latinoamericano.

Aunque la comparación entre países latinoamericanos y los países de mayor desarrollo geográfico resulta relativamente baja para los primeros, es de hacerse notar el crecimiento relativo que ha tenido el número de departamentos y programas universitarios de Geografía en los últimos diez años (Figura 1). La Figura 1 se construyó con base en información obtenida para 158 de los 181 programas universitarios detectados en las universidades de América Latina, lo que representa el 87% del total de programas, que incluyen licenciatura, maestría y doctorado.

Tomando como base de inicio la década 1930–1940, en que aparecen los primeros programas universitarios de Geografía en las universidades brasileñas y en 1939 en Panamá, se aprecia que el número de programas universitarios en Geografía se mantuvo con un crecimiento relativamente discreto, pero constante, hasta la década 1970–1980, en que el número de programas universitarios nuevos se incrementa más de dos veces con respecto a la década anterior, manteniéndose con un crecimiento continuo hasta finales de siglo. Durante los últimos diez años, el número de programas experimentó un crecimiento notable; 56 programas universitarios fueron creados en este periodo.

El programa universitario más antiguo en América Latina corresponde a la Licenciatura en Geografía en la Universidad de São Paulo, en Brasil, creada en 1934; en ese mismo año se funda la Asociación de Geógrafos de Brasil (AGB), que constituye hoy una de las instituciones geográficas de Brasil con mayor número de miembros y con representación en casi todos los estados del país (Zusman, 1997). Hacia finales de esa década se crean también los programas de licenciatura en Geografía en las Universidades de Paraná y de Rio de Janeiro, en Brasil, y en la Universidad de Panamá. En 1944 se defiende la primera tesis doctoral en la Universidad de São Paulo (Alessandri, 2002). Aunque no se cuenta con información sobre el año en que inicia este programa doctoral, el primero en América Latina puede estimarse su creación hacia 1940. En 1943 inician los programas de licenciatura, maestría y doctorado en Geografía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), del cual ha egresado un importante número de geógrafos no sólo mexicanos, sino de otros países de habla hispana de la región, quienes han promovido también la creación de programas similares en otras universidades de América Latina, como es recientemente el programa de Doctorado en Geografía de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, institucionalizado apenas en 2009. En casi todos los programas de Geografía en México los egresados de la UNAM han desempeñado un papel central en su organización y puesta en operación. En el caso de México, el programa de doctorado de la UNAM fue la única opción hasta la creación, en 2006, del programa de Doctorado en Geografía en la Universidad de Quintana Roo.

El relativo "auge" en la creación de nuevos programas universitarios de Geografía en América Latina durante la última década, coincide con la creación de programas en Geografía en otros países del mundo. Murphy (2007), por ejemplo, menciona que entre 1995 y 2005, en Estados Unidos, fueron creados 16 nuevos programas, once de los cuales corresponden a programas de doctorado, uno a maestría y cuatro a licenciatura. Asimismo, menciona que en este periodo, la mayor parte de los departamentos existentes fueron ampliados y la matrícula se incrementó de manera significativa.

Como puede apreciarse, el desarrollo de la Geografía en América Latina, vista a través de los programas que componen la oferta universitaria, muestra diferencias importantes entre los países de la región. Brasil, con un total de 100 programas (55% del total), 42 de los cuales corresponden a maestría (73% de todos los programas de maestría en Geografía) y 15 de doctorado (57% del total de programas de doctorado), a través de 42 departamentos (42% de los departamentos de Geografía en América Latina) constituye la oferta más amplia y sólida. Argentina, en segundo lugar, ofrece un total de 27 programas (aproximadamente el 15% de los programas latinoamericanos), siendo seis de doctorado (23%), impartidos en 21 departamentos (21%). Muy detrás les siguen México, Colombia y Chile. En resumen, Brasil y Argentina acaparan la oferta de programas universitarios de Geografía en América Latina. En sus 63 departamentos (63% del total de departamentos) ambos países agrupan el 70% del total de programas universitarios de Geografía y casi el 81% de los programas de doctorado. En nueve países de los 14 considerados se imparten programas de maestría y los programas de doctorado sólo se ofrecen en cinco. Asimismo, países como Guatemala, Honduras, El Salvador y Paraguay no cuentan con programas explícitos de Geografía en sus universidades.

 

PERSPECTIVAS DE LA GEOGRAFÍA UNIVERSITARIA EN AMÉRICA LATINA

Los datos referidos anteriormente dejan clara la disparidad que existe en el desarrollo de la Geografía en los países de América Latina, vista a través de los programas universitarios que conforman la oferta en la región. Aunque en la mayoría de los países el desarrollo de la Geografía es aún muy incipiente, a nivel regional el incremento relativamente notable de la oferta universitaria permite apreciar un futuro de mayor desarrollo para la disciplina.

¿Cuáles son las razones que explican este relativo auge en la oferta de programas universitarios de Geografía?

A través de conversaciones directas y comunicaciones escritas, algunos de los responsables de la conducción de los departamentos de Geografía en universidades de América Latina comentaron que la organización de cursos universitarios, sobre todo los de reciente creación, son el resultado del trabajo de grupos organizados de geógrafos, generalmente a nivel nacional, con el apoyo de asociaciones geográficas, en algunos casos internacionales. La argumentación detrás de la creación de programas de estudio universitarios coincide, en lo general, con las razones expuestas por Murphy (2007), que señala las siguientes: a) una cada vez más amplia percepción de que la Geografía es relevante en asuntos de la vida cotidiana; c) un interés creciente y explosivo desarrollo en las tecnologías relacionadas con el manejo de la información geográfica, y d) un creciente y diversificado mercado de trabajo para los geógrafos.

a) Relevancia de la Geografía en asuntos de la vida cotidiana

Como lo menciona Murphy (op. cit.), este aspecto "es el más subjetivo y difícil de substanciar, pero existe evidencia amplia de que la Geografía es cada vez más un asunto que forma parte de la conciencia pública". Aunque en opinión casi generalizada entre los estudiantes de escuelas primarias y secundarias, señalan a la Geografía como una disciplina aburrida y memorística, son diversos los medios a través de los cuales la Geografía se ha posicionado en la opinión pública. Los medios de comunicación comúnmente abordan temas relacionados con problemas globales, en particular los relativos al cambio climático, los desastres de origen natural, la globalización de la economía, el terrorismo, la pobreza o la salud, por ejemplo, el caso de la influenza A H1N1, que en el último año el mundo ha sido testigo de su avance en países de los cinco continentes. Otra muestra es la reciente cumbre ambiental de Copenhague, que fue objeto de los titulares en todos los medios impresos y audiovisuales del mundo. Todos estos temas conllevan una connotación geográfica de la interacción medio ambiente–sociedad, la identificación y la diferenciación de los lugares. Asimismo, los mapas y el análisis de datos espaciales son parte de la discusión pública. Todos los días vemos en medios electrónicos e impresos que los mapas son herramientas de uso común para ubicar aspectos cotidianos. Si bien un amplio sector no necesariamente ubica con claridad a la Geografía como una ciencia que aborda todos los aspectos mencionados, ni mucho menos los métodos a través de los cuales los aborda, sí parece existir una conciencia de que la Geografía no es ajena a estos temas. Existe en el público una conciencia de que la Geografía permite comprender por qué los lugares son diferentes y de que el medio afecta, en más de una manera, la vida de la sociedad. Existe una percepción de que vivimos en un mundo cada vez más pequeño y existen conexiones distantes entre lugares y fenómenos, aspectos que la Geografía aborda e intenta explicar. La conectividad global es un hecho que no admite controversia. Hoy día los estadounidenses saben que la seguridad de su territorio depende de lo que pasa en lugares tan aparentemente distantes como Afganistán o Irak, países a los cuales antes de la guerra del Golfo, la mayoría de las personas de aquel país (Estados Unidos), difícilmente podían ubicar en el mapa, según reporta un conocido estudio conducido por la National Geographic Society, hace algunos años (Roach, 2002).

A través de la información y discusión de temas regionales y globales, la percepción pública de la Geografía empieza a dejar de relacionarse con una ciencia que nos obliga a memorizar el nombre de ciudades, ríos y montañas. La participación de geógrafos en temas cotidianos ha repercutido en un incremento de la apreciación por parte de la sociedad. Un ejemplo particularmente ilustrativo es la participación de geógrafos en temas asociados con los desastres de origen natural. Conocidos son los casos de los geógrafos que participaron en la evaluación de los daños causados por el huracán Katrina a la Ciudad de Nueva Orleans en 2005. El cubrimiento de los medios electrónicos e impresos reconocieron de manera inusitada y explícita la participación de los geógrafos en el tratamiento del problema con lo que amplios sectores de la sociedad tomaron conciencia de la importancia del trabajo que podemos desarrollar quienes nos dedicamos a esta ciencia. Otro caso bien conocido es el de Tilly Smith, la niña británica de 11 años que salvó la vida a más de cien turistas en diciembre de 2004 en las playas de Tailandia donde se encontraban vacacionando. Tilly recordó que su maestro le explicó en su clase de Geografía de quinto grado, que luego de un terremoto en el fondo oceánico, podría generarse un tsunami. Pocos eventos fueron tan publicitados y en pocas ocasiones se habló tanto de la importancia de enseñar Geografía a los niños, en una primaria en Inglaterra, donde por cierto no tiembla la tierra ni se generan tsunamis. Interesante. La Geografía sirve para algo, hasta para salvar vidas. Tilly hizo más por la Geografía, en un instante, que muchos departamentos de Geografía, asociaciones de geógrafos y uniones geográficas en décadas.

b) Interés creciente y desarrollo explosivo en las tecnologías relacionadas con el manejo de la información geográfica

La Geografía, al igual que todas las ciencias, se ha visto fuertemente impactada por los avances en el desarrollo tecnológico. "La tecnología es un conjunto de herramientas empleadas por la sociedad para sostener su existencia y mejorar su calidad de vida" (Willbanks, 2004).

El desarrollo de tecnologías enfocadas específicamente al manejo de información geográfica ha sido explosivo en los años recientes.

Si dos generaciones atrás los geógrafos pudieran haber imaginado la existencia de sensores remotos o instrumentos electrónicos y bases de datos, los sistemas de información geográfica, el sistema de geoposicionamiento (GPS) y su capacidad para obtener y extraer información en el campo, el acceso a la información vía internet, entre otros desarrollos, aquellas generaciones hubieran deseado estar en nuestros zapatos. La tecnología afecta el significado de la proximidad, el carácter de los lugares a partir de la percepción de sus pobladores y provee de herramientas para el manejo del ambiente (Ibid.).

Entre las tecnologías cuyo impacto ha sido más patente en la Geografía destacan los sistemas de información geográfica (SIG), de uso común y creciente en disciplinas distintas a la Geografía y que, para algunos, ha marcado el desarrollo de la Geografía moderna.

Actualmente, las ventas de software superan los 7 mil millones de dólares; los estudiantes en universidades y escuelas acuden a sus clases de SIG; los GPS son comunes en autos de lujo –y no tan lujosos– los oficiales de policía son entrenados en el uso de los SIG; en el proceso de donación de órganos se utilizan estos sistemas; los epidemiólogos, arqueólogos y otros especialistas usan igualmente los SIG de manera cotidiana y la lista de aplicaciones es abundante y creciente (Schuurman, 2004).

Los SIG son de uso cotidiano en variadas aplicaciones de importancia estratégica. Si bien su uso no es materia exclusiva de los geógrafos, sí es a partir de la Geografía que dichos sistemas fueron y siguen siendo conceptualizados. En algunos países, el uso de SIG forma parte de los programas de estudio de Geografía desde la escuela primaria. Asimismo, el desarrollo en sistemas de programación ha hecho de estos sistemas herramientas de amplio y fácil acceso a otros especialistas y del público en general.

De alguna manera asociado conceptualmente al desarrollo de los SIG, los sensores remotos instalados en plataformas aéreas o satelitales son hoy día la fuente de datos más extendida sobre el estado que guarda la superficie de la Tierra. Literalmente son miles las imágenes de la Tierra que se generan día con día en resoluciones espectrales y espaciales variables y que son utilizadas con los más diversos fines. La interpretación y análisis de estos datos requieren del conocimiento geográfico y de sistemas con capacidad de análisis espacial. El desarrollo de bases de datos de acceso público, destacadamente el desarrollo de Google Earth, también ha impactado notablemente la difusión de datos geográficos y sus aplicaciones en aspectos cotidianos. Un ejemplo de ello es la actualización de imágenes que esta plataforma puso a disposición de la comunidad internacional, científicos y público en general, durante los días siguientes al terremoto que destruyó Puerto Príncipe, en Haití. "El buscador por excelencia Google ayuda a encontrar a personas desaparecidas tras el desastre de Haití, gracias a un buscador de personas que han puesto a disposición para tal fin" (según reporte de http://www.softzone.es, del día 19 de enero de 2010).

Como puede apreciarse, los científicos y el público en general tienen acceso y utilizan datos geográficos día con día y esta tendencia seguramente irá en aumento. En esta perspectiva la Geografía se fortalece y el público en general adquiere conciencia de su importancia.

c) Mercado de trabajo para los geógrafos

Existe una considerable cantidad de documentos que refieren las posibilidades del mercado laboral de los geógrafos en diversos países del mundo, aunque los estudios más específicos de los campos en los que efectivamente se ocupan los geógrafos son más bien escasos, particularmente en países de América Latina. Algunas de las referencias más comunes son las que señalan los planes de estudio de todas las universidades en las que se imparte Geografía como opción universitaria, que representan en algunos casos el potencial laboral, más que la realidad.

Algunos programas universitarios, principalmente de posgrado (maestría y doctorado), mantienen bases de datos referentes a los campos en los que sus egresados se desempeñan en la actualidad. Desgraciadamente, los datos son escasos, inconsistentes, desactualizados e incompletos y, por lo mismo, poco representativos.

Sin el ánimo de ser exhaustivo, en todas las referencias documentales se identifica a la docencia como el principal sector del mercado laboral, desde el nivel básico hasta el universitario, de acuerdo con información proporcionada por los responsables de la conducción de programas universitarios de Geografía. Más del 50% de los egresados de una licenciatura se dedican a la docencia en los países latinoamericanos.

Por otra parte, las perspectivas de la docencia en Geografía, desde la primaria al bachillerato, no son favorables, no sólo en países de América Latina, sino en países desarrollados, como recientemente se ha planteado en Italia, en donde la comunidad geográfica encabeza un movimiento para revertir las reformas planteadas por las autoridades educativas. Los efectos de estas reformas pueden evaluarse de varias maneras. Por una parte, el número de horas asignadas a su estudio se ha reducido en algunos naciones; en otros casos, la Geografía se ha integrado con otras asignaturas y, en otros, se ha planteado incluso su desaparición. En México, por ejemplo, la Geografía como asignatura, suele ser sustituida por otras nomenclaturas, tales como "Estudio del medio ambiente", "Naturaleza y sociedad", "Ciencias naturales", "Exploración y comprensión del mundo natural y social", o "Exploración de la Naturaleza y la Sociedad". En otros casos, la Geografía se integra con la historia en un bloque denominado Ciencias Sociales. Si bien en algunos casos los conceptos geográficos se mantienen, en mayor o menor medida, estos cambios repercuten en una despersonalización de la Geografía como tal y en una dilución que conlleva a la pérdida de espacios educativos, académicos y profesionales. El profesor de Geografía suele ser un historiador, en otras ocasiones el profesor de historia es un geógrafo.

En amplios sectores, la Geografía es vista como una disciplina memorística que pretende hacer que el estudiante pueda repetir nombres y cifras, tan cambiantes en el tiempo que resulta inútil e innecesario invertir en su aprendizaje. Ello, sin lugar a duda, constituye una amenaza al desarrollo de nuestra ciencia en niveles de estudio superiores y en la conciencia misma de la sociedad, además de reducir el campo laboral de los egresados de carreras universitarias de Geografía. Afortunadamente, existen casos en que dichas reformas se han revertido, en buena medida gracias al trabajo de asociaciones geográficas. Un ejemplo de ello es la iniciativa Geography Awareness Week (GAW) impulsada, entre otras asociaciones, por la National Geographic Society.

La GAW tiene lugar cada año en el mes de noviembre desde 1987. El propósito de la GAW es llamar la atención sobre lo que la importancia de la Geografía y la manera como los ciudadanos americanos (estadounidenses) pueden tener acceso a una educación geográfica robusta que los prepare para participar en actividades sociales y económicas globales y la toma de decisiones referentes a los pueblos, lugares y el medio ambiente.

Otro ejemplo es la "Declaración de Lucerna" promovida por la Comisión en Educación Geográfica de la Unión Geográfica Internacional (UGI) y publicada en las memorias del Simposio de Lucerna, Suiza, en 2007 (Reinfried et al., 2007).

La Comisión de Educación Geográfica ve en la Década para la Educación para el Desarrollo Sustentable 2004–2014 de la ONU una oportunidad para reiterar su compromiso con la educación para el desarrollo sustentable y reconfirma que la agenda de Educación Geográfica de 1992 es todavía vigente a nivel global. Con base en cambios recientes de la situación global, esta Comisión consideró pertinente la proclamación de la "Declaración sobre educación geográfica para el Desarrollo Sustentable", misma que se enfoca en la importancia de: a) la contribución de la Geografía al tema del desarrollo sustentable; b) el desarrollo de criterios para los curricula de Geografía enfocados al desarrollo sustentable, y c) la importancia de la información y las tecnologías de comunicación en la educación geográfica enfocada al desarrollo sustentable.

Las iniciativas GAW y la Declaración de Lucerna son ejemplos del trabajo de la comunidad internacional en defensa de la educación geográfica que frecuentemente han servido como justificación para revertir algunas de las reformas que afectan negativamente a la Geografía.

En la actualidad el horizonte laboral de los geógrafos se ha expandido de forma notable, particularmente en el caso de geógrafos que cuentan con estudios de posgrado, sea maestría o doctorado. En los países latinoamericanos, como sucede en todo el mundo, las alternativas laborales a la docencia para los geógrafos se han ampliado.

Durante años hemos pensado que se encargan de hacer mapas porque se saben el nombre de todos los ríos y montañas. Pero son mucho más que eso: lo mismo promueven un estudio urbanístico que asesoran a una cadena de supermercados en su estrategia de expansión territorial. La función de los geógrafos es analizar información sobre el territorio, la población y el entorno; posteriormente, la interpretan y plantean soluciones. Son expertos en cruzar datos y analizar de forma integrada información de procedencia muy diversa. Lo hacen para estudiar de qué manera se relaciona y qué impacto socioeconómico y ambiental tiene (http://www.laboris.net).

Entre los escasos documentos que refieren los campos laborales de los geógrafos se encuentra, para el caso de Estados Unidos el Directory of Applied Geographers publicado por la AAG en 1981 (AAG, 1981). El documento se basa en las actividades reportadas por 1 124 geógrafos empleados en los sectores público y privado en Estados Unidos (664 en el público y 460 en el privado) e identifica 22 temáticas diferentes en la que los geógrafos ejercían su profesión como se resume en la Tabla 3.

La lista anterior solo puede ser, hoy en día, indicativa; ésta fue enviada a un grupo de responsables de programas de Geografía en universidades latinoamericanas con el fin de corroborar si dichos campos laborales aplican en sus países. Aunque el tamaño de la muestra no es lo suficientemente representativo (alrededor de 15 respuestas de un total de 80 enviadas), casi todos los campos fueron reconocidos como campos laborales vigentes en países como México, Colombia, Brasil, Argentina, Cuba y Chile. Sin embargo, dos campos no incluidos en la tabla fueron constantemente señalados como áreas en expansión en gran auge: los Sistemas de Información Geográfica (SIG) y la Percepción Remota (PR), las cuales representan, después de la docencia, dos de los campos más demandados actualmente en el mercado laboral púbico y en particular en sectores privados, en donde destaca la consultoría ambiental. El desarrollo de ambos campos ha sido explosivo en las dos últimas décadas en todo el mundo, razón por la cual no se encuentran reportadas en el Directory of Applied Geographers, publicado en 1981. Como dato de referencia, el programa preliminar del AAG 2010 Annual Meeting celebrado en Washington en abril, incluye 781 ponencias en el tema de los SIG y 422 en el de PR, mientras que en el área de Planeación el número de ponencias es de 307, por cierto, prácticamente igual al número de ponencias que abordan temas específicos de América Latina (305).

Así pues, además de la docencia, se identifica un crecimiento de la ocupación en otros ámbitos profesionales, entre ellos en empresas públicas, privadas y de consultoría independientes. Los temas más habituales en donde los geógrafos encuentran empleo son: evaluación de impacto ambiental, ordenamiento territorial y ecológico, vivienda, pobreza, investigación de mercados, desarrollo territorial, manejo de información geográfica, etc. López (2010) refiere algunos elementos que explican y son consecuencia de la ampliación del horizonte laboral de los geógrafos, mismo que se relaciona con el carácter aplicado de la disciplina, entre ellos:

a) El número creciente de grupos de consultoría, tanto privados como dentro de instituciones académicas.

b) La aparición de programas profesionales de posgrado en universidades de Latinoamérica, Canadá, Estados y Reino Unido, entre otros países, "con tratamientos de subcampos diversos de gestión ambiental, SIG, teledetección y cartografía, planeamiento y usos del suelo, análisis locacional, modelos espaciales, planeamiento de transportes, impacto ambiental u otros adaptados a las salidas profesionales en cada caso".

c) La incorporación al currículo escolar de prácticas estudiantiles en empresas e instituciones alternando con cursos de "geografía, empleo y salidas profesionales" donde se revisan las pautas de comportamiento en este campo, la experiencia de geógrafos en el mercado laboral y el acompañamiento en la búsqueda y preparación de empleo o de estudio de postgrado (Ibid.).

Puede hacerse referencia al geógrafo francés Bernard Dézert, quien observa que "la Geografía tiene una responsabilidad todavía más importante que en el pasado en el conocimiento objetivo de nuestro planeta, por lo que su campo de trabajo es tan amplio como el horizonte". Broggio y Phlipponneau (2001) señalan también que la ampliación del mercado laboral de los geógrafos se relaciona con las cualidades prácticas de la Geografía, lo que abre amplias perspectivas de empleo a los geógrafos «profesionales».

 

CONCLUSIONES

No deja de llamar la atención la paradoja que vive Latinoamérica con respecto al desarrollo de la Geografía. Por una parte, las reformas educativas tienden a minimizar los contenidos geográficos en la educación primaria, secundaria y media superior, como sucede en otras partes del "mundo desarrollado", mientras que el número de programas universitarios muestra un auge sin precedentes en los últimos diez años, como también ha sucedido en países como Estados Unidos. Sin duda las razones de ello son difíciles de documentar objetivamente. Podría pensarse que mientras la burocracia educativa, geográficamente analfabeta, intenta conformar una educación sin Geografía, la realidad cotidiana se encarga de corregir el rumbo en los niveles universitarios ante la demanda de profesionistas que se encarguen de la importante relación medio ambiente–sociedad. La lucha contra el analfabetismo geográfico no es un tema solamente actual. Como refiere Murphy (2004), "Qué diferente hubiera sido la historia de los años sesenta si Robert McNamara hubiera estudiado un curso de Geografía en Harvard".

Desde el punto de vista metodológico, los alcances de este trabajo son limitados, principalmente debido a la falta de información sistematizada respecto de los programas de Geografía en las universidades de América Latina. Sin lugar a dudas, será importante que las instancias internacionales de alcance regional puedan plantear un proyecto que permita conocer el estado actual de la demanda de geógrafos en nuestros países, lo cual puede lograrse en foros como la Unión de Geógrafos de América Latina, que ha demostrado capacidad de liderazgo regional. Sin embargo, será necesario garantizar el compromiso de los geógrafos de toda la región para cumplir con los objetivos que tal proyecto demanda. Por lo pronto, la realidad indica que la Geografía, dentro de las limitaciones impuestas al desarrollo de la educación superior en América Latina, reafirma su importancia como campo de estudio, académico y profesional. La demanda por profesionistas que aborden los problemas ambientales y sociales, a escala mundial y regional, seguramente serán las razones fundamentales que incidirán en el mayor desarrollo de la Geografía, particularmente en América Latina.

 

AGRADECIMIENTOS

Agradezco los comentarios de dos árbitros anónimos al texto. Igualmente, a los responsables de la conducción de los programas de Geografía de diversas universidades Latinoamericanas que contribuyeron con información para la creación de una base de datos elemental en la que se basa este estudio; no obstante las limitaciones y dificultades para acceder a la información, su contribución permite establecer un punto de partida que deberá complementarse con información más específica en el futuro. Por último, agradezco los comentarios de los profesores Magaly Mendonca (UFSC), Hugo Romero (U. de Chile) y Carlos Reboratti (UBA).

 

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