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Investigaciones geográficas

On-line version ISSN 2448-7279Print version ISSN 0188-4611

Invest. Geog  n.72 Ciudad de México Aug. 2010

 

Reseñas

 

Kinda, A. (ed.; 2010), A Landscape History of Japan

 

Masanori Murata*

 

Kyoto University Press, Kyoto, 284 p., ISBN 978–4–87698–792–4

 

* Posgrado de Geografía, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México.

 

La geografía histórica de Japón ha experimentado un inusitado auge en los últimos cincuenta años. En esencia, su vitalidad se concentra en tres grandes áreas que son: el análisis integrado basado en una sólida base empírica, el análisis particular con apoyo tecnológico y procesamiento de datos, y un conjunto de perspectivas (de los contextos, de la percepción y del comportamiento humano). Los enfoques se han alimentado desde la historia y la arqueología hasta las técnicas geográficas para la identificación y reconstrucción de los antiguos paisajes de capitales regionales y provinciales (Senda, 1982; Kinda, 1997).

A este ambiente que muestra una disciplina vibrante pertenece Akihiro Kinda, un profesor emérito de la Universidad de Kyoto y especialista en geografía histórica antigua, medieval y premoderna del paisaje urbano y rural de Japón. Su principal trabajo es la investigación empírica y la discusión teórica de la geografía histórica, mismo que está publicado principalmente en japonés y en menor medida en inglés. El profesor Kinda se interesa por el estudio de la más antigua morfología del arrozal (Jori sei) y de algunas ciudades cuadriculadas (Jobo sei) que forman el paisaje reticular de los países orientales y no solamente de Japón. El origen de estos paisajes se remonta a la cultura Ritsuryo1 del siglo VIII. Será hasta el siglo XVI, con la construcción de la Ciudad castillo al interior de Kyoto, que surge un nuevo paisaje. Por eso, Kyoto es un buen ejemplo de la existencia y la sobreposición de estos paisajes en la historia de Japón. Este libro, coordinado por Kinda, dedica cinco secciones a la ciudad, que son: a) objetivos y metodología de la geografía histórica, b) paisajes urbanos, c) paisajes rurales, d) paisajes, materiales y representación y e) paisajes culturales. En total doce capítulos con una larga temporalidad de estudios, desde la época antigua (siglo VII a 1185), la medieval (de 1185 a 1550) y la premoderna (de 1550 a 1868) de Japón.

El primer capítulo presenta una síntesis del ambiente académico de la geografía histórica de Japón (Kinda, 1997, 2010). Kinda empieza con la descripción del peso de la tradición oriental, sobre todo de Japón y China, en la geografía histórica, al igual que la tradición de la unidad de la geografía y la historia al inicio del siglo XX. La geografía histórica de ese momento se especializaba en la búsqueda filológica de los documentos oficiales de la familia real de Japón: Nihon Shoki y Kojiki del siglo VIII y la ubicación de sus tumbas imperiales para legitimar su gobierno. El autor señala el cambio y la influencia europea dentro de la teoría japonesa de la geografía histórica, por ejemplo, de los autores clásicos como H. Mackinder, O. Schluter, S. Passarge y A. Hettner, para la consideración de la materia como ciencia del espacio y no del tiempo. La novedad de las metodologías de estos autores europeos se presentaron en la reunión de la Unión Geográfica Internacional, de Varsovia en 1936, por parte de S. Komaki como de J. Yonekura con lo que fijaron nuevas tradiciones académicas, sin descuidar las viejas trayectorias, los vínculos con la historia y la descripción de los lugares más antiguos a pesar de sus rasgos modernos.

Más tarde, el giro teórico fue hacia la geografía histórica inglesa. La modernización, identificada por Kinda, radica en los cinco tomos de la geografía histórica de Japón publicada por Fujioka, en 1955, donde deja un amplio espacio a la idea de sección cruzada (Cross Section) de H. C. Darby (2002). La interpretación sobre la propuesta de Darby fue adaptada por Fujioka a las figuras narrativas como los poemas y las pinturas de la cultura japonesa. Kinda prefiere utilizar el concepto sección cruzada ampliada ( thick cross section) como una manera distinta de incluir nuevos análisis, los avances técnicos y la recolección de datos en el campo (por métodos arqueológicos) que se suman a la aproximación contextual y la identificación de los rasgos geográficos de la poesía Haiku y Waka para investigar el paisaje. Kinda (1997), al igual que A. R. H. Baker (2003), señala la importancia de los ambientes culturales del paisaje histórico y, sin olvidar la metodología de Darby, examina la larga temporalidad del paisaje histórico japonés desde la época antigua hasta la premoderna con la aplicación de la teoría de la sección cruzada ampliada.

En el segundo capítulo, Kinda introduce una breve historia de los cambios de los distritos administrativos de Japón, desde la época antigua hasta la época premoderna. En la primera hubo tres rasgos paisajísticos: la construcción de la capital cuadriculada imperial (Jobo sei), la definición del arrozal público (Jori sei) y la construcción de los cinco caminos imperiales que conectan a la capital imperial. En la ciudad imperial Heijo kyo (la actual Nara) fundada en el año 710 y Heian kyo ( l a actual Kyoto) en el año 794, subsiste la morfología cuadriculada (Jobo sei). En los caminos, las estaciones ofrecían el servicio de caballos y el correo cada 16 kilómetros. Estos tres sistemas tuvieron un impacto territorial a través del sistema Ritsuryo en el paisaje común de ciertos países asiáticos.

Posteriormente la construcción de la Ciudad castillo en la segunda época tuvo un impacto morfológico en la ciudad con la innovación del foso de agua, el talud de piedra y el gran edificio o castillo; los callejones, las brechas, las encorvadas y las residencias de los carpinteros y los comerciantes estaban alrededor del castillo. Todavía hoy se pueden observar estos dos antiguos cambios paisajísticos en el análisis morfológico de Kyoto.

El argumento del tercer capítulo son las ciudades capitales y provinciales de la época antigua de Japón, desarrollado a dos escalas: la morfología urbana y su red regional. En este nivel y a partir del desplazamiento de los poderes políticos durante seis ocasiones, entre el 694 hasta el 794, asentados originalmente en Asuka (la primera capital japonesa), Kinda explica la secuencia del movimiento: Fujiwara, Heijo, Kuni, Nanba, Heijo, Nagaoka, Heian.2 Así, por ejemplo, la calle principal de la capital Heijo (actual ciudad de Nara) permite llegar al palacio imperial de la antigua capital Fujiwara ubicada a 20 kilómetros hacia el sur. Mientras que hacia el poniente se localizaba Nanba y al norte Kuni.

Mientras, a la escala local, las ciudades capitales fueron construidas con la forma cuadriculada (Jobo sei) con 5.2 kilómetros de largo y 4.5 kilómetros de ancho. Al interior, los llamados Bo, eran cuadrados de 121 metros y dieciséis manzanas (cuatro por cada lado) y una calle larga (que actualmente reúne las calles principales). Esta es la división territorial actual de la ciudad Kyoto. La avenida central (Suzakuoji) tiene 84 metros de ancho y conecta el palacio imperial con la puerta principal de la ciudad, llamada Rasho ubicada en la parte sur. Kinda elaboró el mapa del uso de suelo de la ciudad Heian, del siglo IX al XII con la mayor parte de las edificaciones de las manzanas en la parte oriental, al lado del río Kamo. Es importante señalar que, en esa época, Heiankyo contaba con cien mil habitantes, un tamaño monumental parecido a lo que sucedía en Teotihuacan.

Sigue el capítulo quinto sobre las capitales y los pueblos en la siguiente época o premoderna y moderna. Aquí destaca el análisis de la autora, A. Yamamura, de la sobreposición de la Ciudad castillo sobre los restos de la antigua capital cuadriculada construida ochocientos años atrás y su modernización. El estudio incorpora el análisis de Komaki, Azuchi, Osaka, Edo y Kyoto. La investigación se centra en la transformación de los primeros pueblos y su cambio sustancial e irreversible a partir de 1868, con la llegada del ferrocarril y la industrialización. El derrumbe de los antiguos castillos abrió nuevos espacios de diferentes tamaños y dio lugar a la construcción de oficinas públicas y escuelas, a la vez que parques e instalaciones militares, que luego de la Segunda Guerra Mundial se convirtieron en edificios públicos. Otros espacios se convirtieron en residencias, en bosques, campos agrícolas o distritos comerciales. A pesar de la intensidad de esos cambios y el crecimiento de los pueblos más allá de sus límites, la división de los barrios, las antiguas calles y manzanas mantuvieron sus formas originales.

En el capítulo sexto, Kinda examina el asentamiento rural de la época antigua y medieval, como otro de los ejes vertebrales de este libro. La forma cuadriculada de las localidades rurales (Jori) de la época antigua es otro de los giros del paisaje de Japón. Bajo la promulgación del código administrativo (Taiho Ritsuryo) en el año 701, las tierras del arrozal fueron administradas por el Estado, es decir, solamente la familia imperial, el gobierno central y local, y los grandes templos Budista y Sintoísta recibían los tributos, el trabajo como impuesto y una parte de los productos locales. Para esta recaudación se ordenaron los asentamientos rurales del arrozal dentro de tierras nacionales. El arrozal de la época Ritsuryo fue construido con dos dimensiones: uno de 10.9 x 109 metros y el otro de 21.8 x 55 metros, ambos de casi 0.12 hectáreas, que equivale a una unidad territorial japonesa, llamado tan. Después de la promulgación de este código administrativo y penal, según el autor de este capítulo, el tan fue medido y fijado en la práctica medio siglo después, a partir del cual se dio paso a un proceso de transformación del paisaje rural de larga duración dentro del territorio japonés.

Los siguientes dos capítulos son del mismo autor, Taisaku Komeie, donde desarrolla la perspectiva del paisaje rural en la época premoderna y la modernización del campo rural. La población total de la época medieval (1185–1550) creció de siete a doce millones, mientras que en el periodo siguiente se triplica 12 a 34 millones en el plazo de cien años. A partir de 1868, la llamada época moderna, la población alcanzó los 38 millones. En la actualidad es de 128 millones de habitantes. El cambio al siglo XVII y el final del XIX, como se puede observar, marcan un crecimiento demográfico decisivo en la historia de Japón. Para responder al primer cambio se requirió la preparación de tierras para un nuevo arrozal de veinte mil kilómetros cuadrados en la época premoderna. Este auge estuvo acompañado de la introducción de sistemas de riego y el cambio del paisaje en el área de Musashino (la actual región central de Tokyo), que fue descrito en dos diarios de viajeros extranjeros. El primero, un misionero portugués llamado João Rodríguez, que vivió en Japón desde 1577 hasta 1610, escribió sobre esa región:

Hay grandes tierras desocupadas y planas llamadas Musashino, [...] este terreno está cubierto con heno y pasto sin contar las pequeñas arboledas... Hay muchos jabalíes salvajes de la montaña y cerdos machos en las áreas desocupadas así como para la caza incontables animales como patos salvajes, que llegan de Tartaria en el invierno, muchas garzas y cisnes, etc. (Kinda, 2010:144).

El siguiente, de 1878, procede de la mirada de la viajera inglesa, Isabella Bird (1831–1904), que describió el paisaje de Musashino de una manera completamente diferente:

Las planicies convertidas principalmente en terreno pantanoso y artificial donde los pájaros acuáticos yacen juntos y en donde cientos de hombres y mujeres se juntan también con las rodillas hundidas en el lodo; esta planicie de Edo es el principal gran campo de arroz y es la época más ardua para la plantación del arroz... Sobre la planicie de Edo, atrás de las cercanas villas y de los caminos, hay islas como ellos las llaman, son pueblos rodeados de árboles y cientos de placenteros oasis donde el trigo espera su corte y crecen las cebollas, follaje, frijoles y chícharos (Kinda, 2010:145–146).

El capítulo enfatiza, al final, el enorme crecimiento de las nuevas tierras cultivables y el número de asentamientos, con el consecuente grave impacto sobre la naturaleza alrededor de Osaka, Kyoto, Nagoya y Edo. El siglo XVII, por tanto, fue uno de los grandes cambios del paisaje japonés, cuando esto sólo se piensa durante la modernización del siglo XX. Numerosos espacios naturales fueron domesticados y convertidos en paisajes. Una época de la historia cuando los japoneses descubrieron que las actividades humanas pueden alterar irreversible e inesperadamente a la naturaleza.

En el capítulo octavo, el mismo autor analiza la modernización del espacio rural a partir del marcado crecimiento de la población. En el siglo XIX, Komeie identifica algunos elementos para el estudio del paisaje: la reforestación de la montaña y la construcción de la granja tipo occidental. Para el primer caso, el estudio describe las extensiones del bosque de moras que, con los años, ha sextuplicado su área, al igual que la del ganado vacuno casi duplicado al inicio de la Segunda Guerra Mundial. En el segundo caso, los alimentos largamente prohibidos por el Budismo, como los puercos, la carne de vaca y la leche, entraron en la dieta japonesa, con lo que se dio una industrialización en el norte de Japón.

En el capítulo noveno Kinda y Kazuhiro Uesugi abren un tema novedoso para la geografía histórica de Japón. Se refiere a la relación de los antiguos paisajes y los mapas. Japón conserva mapas con remotas territorialidades que ahora son un desafío para los geógrafos e historiadores. En estas páginas muestran la visión del territorio, de la época antigua a la moderna, en Japón. Al inicio, el gobierno local necesitaba el control de la recaudación de los impuestos, bajo la orden del Ritsuryo, por lo que el emperador dispuso la invención de nuevos mapas. En este caso, los autores estudian el mapa de Takagushi diseñado en el templo Todaiji en 766 (y actualmente conservado en el "Nara National Museum") y el mapa de Hineno de la provincia de Izumi, fechado en 1316 (y conservado en la "Imperial Household Agency"). Ambos documentos muestran la forma y extensión del arrozal, el nombre de los lugares, la construcción y la irrigación del paisaje rural de la época antigua y medieval.3 El capítulo sigue con el estudio de los mapas de la época Edo o premoderna. Se les conoce como Kuniezu, una imagen desarrollada como símbolo de la unificación del gobierno Tokugawa. Destaca la influencia de los pintores Ukiyoe en los mapas del paisaje urbano y rural bajo una estética especial, que se continúa en la época moderna en otros trabajos que permiten apreciar la cultural japonesa. A la escala local, por ejemplo, en el mapa Dainihon Kairiku Meisyo Zue, de 1864, una vista oblicua de 45 grados dirige la mirada al conjunto del puerto. A la escala nacional, en el mapa de Kankyo Dainihon Shinshin Zenzu de 1871, resalta la combinación con las islas de Japón al centro y alrededor del mapa, a manera de marco, varias vistas oblicuas de puertos y lugares turísticos. En estos ejemplos lo que se privilegia son los paisajes pintorescos y el uso de la xilografía.4

El décimo capítulo es una propuesta de mirar las fuentes antiguas de la literatura y la pintura dentro del trabajo de la geografía histórica. Komeie elabora una reconstrucción del paisaje a partir de la rica tradición y el significado de la naturaleza entre los japoneses a través de una metodología particular. La poesía japonesa, llamada Waka, con remotos orígenes en el siglo VII, describe la viveza del paisaje japonés y particularmente de la montaña Fuji. El autor utiliza el libro clásico: Manyōshū del año 759, para su investigación y elige un poema de Akahito Yamabe para posicionar al lector desde un ángulo específico e imaginar con las palabras la silueta del volcán a lo lejos:

Tagono no ura yu,chi'idete mireba, mashiro niso,
Fuji no takane ni, yuki wa furikeru
5
(Taki, 1965).

En un intento de seguir el pensamiento del autor, se ha buscado el mismo ángulo para el lector, esta vez, en un grabado de Utagawa basado en la técnica Ukiyoe, del siglo XIX, para apreciar la lejanía y, al fondo, el volcán Fuji desde la Bahía de Tago (Figura 1).

El siguiente capítulo se dedica al paisaje monumental. Uesugi analiza el proceso de la construcción de los monumentos que permiten pensar la cosmología de los japoneses de la época antigua. Los monumentos construidos antes del siglo IX se clasifican en tres grupos: para conmemorar a la nobleza, los eventos religiosos y la construcción de infraestructuras como el puente y el castillo, entre otras. El autor analiza el monumento de Taga, colocado en el castillo del mismo nombre, al norte de Japón. El monumento indica el año 724 de la construcción original y los nombres del dueño Ohno Azumahito y el responsable de la reconstrucción: Fujiwara Asakari en 762. El diseño se distingue porque marca la distancia con varias ciudades, por ejemplo, Nara entonces la capital a 1 500 ri,6 Ezo 120 ri, Hitachi 412 ri, Simotuke 274 ri, Mukkatsu 3 000 ri. Cada una de ellas eran antiguas provincias del territorio nacional, según el libro Shoku Nihon Gi de 797 y, por eso, el castillo de Taga actuaba como una base limítrofe que dividía el interior y el exterior del gobierno Ritsuryo. Los estudios de Uesugi sobre el paisaje indican la evolución en el uso de los monumentos, por ejemplo, a una escala urbana de estudio, los casos de Okinawa e Hiroshima sentidos como lugares negativos, debido a los dolorosos escenarios de la guerra, se han transformado en sitios de visita a través de peregrinaciones que, desde 1950, atraen cada vez más a los japoneses, de varias generaciones, en un viaje emocional y espiritual.

Finalmente, en el capítulo 12, Kinda resume la historia del paisaje japonés. El autor ofrece con este libro una visión amplia y puntual de la época antigua hasta la moderna. Del paisaje rural y urbano de Jori y Jobo a las ciudades medievales vinculadas con la construcción de los mercados, los puertos, los templos Budista y Sintoísta y la Ciudad castillo premoderna. Como se puede ver, una síntesis de la investigación actual de la geografía histórica de Japón. Lo que Kinda enseña con esta perspectiva es que los antiguos patrones territoriales, por ejemplo el campo rural Jori, aún mantienen su influencia en la división cuadriculada de las tierras. Kinda concentra sus últimas reflexiones en la continuidad del remoto paisaje japonés. Llama la atención que desde 1868 la construcción de edificios fue una mezcla de las tradiciones japonesa y occidental. El uso del ladrillo, en el siglo XIX, fue la imitación parcial de occidente ya que el material de los tableros y el concreto no armonizaba con la tradicional madera y arcilla. Además de esta "confusión" en el paisaje, como la llama Kinda, señala que la industrialización y la expansión urbana han provocado la destrucción de los espacios y la economía rural sustentada en una larga tradición. En este sentido, Kinda, termina su libro con el señalamiento de la concentración actual de Tokyo dentro de la organización global de la economía y de la cultura, y la transformación y pérdida de una tradicional estructura diversificada en el territorio, donde los polos gemelos de Osaka y Kyoto jugaban una presencia milenaria en el ámbito nacional.

 

REFERENCIAS

Baker, A. R. H. (2003), Geography and History: bridging the divide, Cambridge University Press, Cambridge (Cambridge Studies in Historical Geography: 36).        [ Links ]

Darby, H. C. (2002), The Relations of History and Geography: studies en England, France and the United States University of Exeter Press, Exeter.        [ Links ]

Edney, M. H. (2005), "The origins and development of J. B. Harley's Cartographic Teories", Cartographica, vol. 40, no. 1–2, University of Toronto Press, Toronto.        [ Links ]

Kinda A. (1997), "Some traditions and methodologies for Japanese historical geography", Journal of Historical Geography, vol. 23, no. 1, pp. 62–75.        [ Links ]

Senda, M. (1982), "Progress in Japanese historical geography", Journal of Historical Geography, vol. 8, no. 2, pp. 170–181.        [ Links ]

Sholombs, A. (2007), Hiroshige 1797–1858, Köln, Taschen, London.        [ Links ]

Taki, S. (ed.; 1965), The Manyoshu: the Nippon Gaku–jutasu Shinkokai Translation of One Tousand Poems, Columbia University Press, New York.        [ Links ]

 

NOTAS

1 Ritsuryo: literalmente es un código penal y administrativo de Japón del siglo VIII. Este sistema guarda una idea que procede del confucionismo donde el Rey iluminado puede dominar al pueblo y a la tierra.

2 Corresponden a las actuales ciudades de Asuka, Nara, Kizugawa, Osaka, Nara, Nagaoka y Kyoto.

3 No se advierte una lectura sobre la naturaleza de los mapas japoneses, en el entorno académico del profesor Kinda, basada en las propuestas de John Brian Harley (Edney, 2005).

4 Regularmente la polémica sobre el territorio nacional se concentra en los mapas Kaisei Nihon Yochi Rote Zenzu por Nagakubo de 1779 y en el mapa de Ino llamado: Dainihon Enkai Yochi Zenzu de 1821, debido a que su trazo se basa en las técnicas de la agrimensura japonesa.

5 Cuando estaba caminando, vi hacia lo lejos desde la bahía de Tago // ¡Qué blanco y brillante es // el majestuoso pico Fuji, // Coronado con las nieves! (traducción propia).

6 1 ri es equivalente a 640 metros.

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