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Investigaciones geográficas

versão On-line ISSN 2448-7279versão impressa ISSN 0188-4611

Invest. Geog  no.71 Ciudad de México Abr. 2010

 

Notas y noticias

 

Seminario: Geografía e historia global

 

Virginie Thiébaut

 

Cátedra Elisée Reclus, Centro de Estudios de Geografía Humana, El Colegio de Michoacán, La Piedad, Michoacán 27–31 de julio de 2009

 

Centro de Estudios de Geografía Humana, El Colegio de Michoacán.

 

La Cátedra de Geografía Humana Elisée Reclus fue creada en 1997 por una iniciativa conjunta entre diversas instituciones académicas, con el objetivo de difundir las aportaciones que en el campo de la Geografía Humana han hecho los geógrafos franceses. La Cátedra funciona por un convenio de cooperación en el que participan el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS), el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora (Instituto Mora), el Centro de Investigación en Geografía y Geomática Ing. Jorge L. Tamayo (Centro Geo), el Colegio de Michoacán (Colmich), el Servicio Cultural de la Embajada de Francia en México y el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (CEMCA). A la fecha ha recibido en México a más de veinte geógrafos franceses para impartir seminarios de las más variadas temáticas de la Geografía Humana.

El seminario "Geografía e historia global" fue impartido por Christian Grataloup, investigador y profesor de la Universidad Denis Diderot, París 7, Francia, y organizado en cinco sesiones, del lunes 27 al viernes 31 de julio de 2009 de 10 a 13:30 horas. Las conferencias se dieron en francés con interpretación simultánea al español por parte de un intérprete profesional. Al inicio de cada sesión, se entregó al público un índice de los temas que se iban a tratar y se constituyó un dossier con capítulos de libros y artículos seleccionados por el autor, para entregar a la Biblioteca Luis González de El Colegio de Michoacán y a las bibliotecas de las otras instituciones que participan en la cátedra. El conferencista entregó además sus presentaciones en Power Point –en las cuales aparecen numerosos mapas, imágenes, gráficas y modelos de interpretación– al organizador del evento, quien posteriormente las puso a disposición del público interesado.

La sede del evento, el Centro de Estudios de Geografía Humana (CEGH) de El Colegio de Michoacán – Extensión La Piedad, presenta la ventaja de estar ubicada a cortas o medianas distancias de distintas ciudades donde están establecidas instituciones académicas importantes, y de estar bien comunicada, por lo cual acudieron académicos y alumnos de varias universidades y centros de investigación del país, además de los miembros de la propia institución y personas de la ciudad interesadas por los temas tratados. Las sesiones del seminario fueron grabadas por el equipo de cómputo del Colmich, por lo cual existió la posibilidad de conexión en vivo desde el portal de la institución. Posteriormente se subieron las grabaciones del evento al mismo portal (www.colmich.edu.mx/Videos_Colmich/Cátedras).

A este seminario asistió diariamente un promedio de 25 personas, profesores y estudiantes del CEGH del Colegio de Michoacán y de otros centros de investigación de la misma institución, así como de distintas instituciones académicas del país: Universidad de Guadalajara, Universidad Michoacana, Universidad Autónoma del Estado de México, Universidad de Guanajuato, CIESAS–DF, entre otras. Acudieron en promedio 60.2% de profesores y 39.8% de estudiantes, la mayoría alumnos de maestrías en ciencias sociales. Asistieron tanto historiadores como geógrafos, arqueólogos y especialistas de otras disciplinas de las ciencias sociales.

El objetivo principal de las cinco conferencias tituladas "Los campos geográficos de la historia", "Análisis espacial y territorio", "Los retos de la globalización para la geografía histórica", "Temporalidades medioambientales e historia de las sociedades" y "El interés del acercamiento geohistórico", fue entender la construcción del Mundo. El autor presentó en un primer tiempo el Mundo Antiguo y su sistema, y contó después cómo la integración de América llevó a la construcción del Mundo tal como lo conocemos actualmente. Aportó elementos nuevos de respuestas a las preguntas que se hacen siempre en cuanto a la invención del Mundo: ¿por qué fue Europa la iniciadora?, ¿cuál es el origen el subdesarrollo?, ¿por qué empezó la Revolución Industrial en Inglaterra? Este seminario permitió abordar la realidad de manera menos parcial y reductora de lo que se suele hacer habitualmente, a través de una geografía de las historias del mundo, que nos ofreció una visión global, tanto temporal como espacialmente.

La primera conferencia titulada "Los campos geográficos de la historia" empezó con una introducción sobre los efectos epistemológicos de la mundialización y una reflexión sobre la noción de periodo. El autor estudió el ejemplo de "la Antigüedad" y nos dio a entender que la periodización induce una geografía, lo que se puede resumir con la fórmula "un periodo es una región (y recíprocamente)". Estos recortes espacio–temporales que permiten construir campos de inteligibilidad de las sociedades (o dominios de validez) no pueden considerarse como objetos naturales; son construcciones intelectuales. Ahora bien, la geografía ha tenido muchas veces la función social de naturalizar los recortes históricos. El ejemplo del macro–recorte mayor es la noción de "continente", comprendido a menudo como una isla grande, fue desarrollado como un objeto histórico, una proyección de la visión europea sobre el Mundo, representación hoy profundamente integrada fuera de Europa (especialmente las nociones de Asia y África).

En la segunda conferencia "Análisis espacial y territorio", el autor empezó con la siguiente pregunta: ¿Por qué mientras hay solamente una Humanidad, existen numerosas sociedades? La contradicción entre estos dos niveles geográficos supone una reflexión histórica sobre la distancia. El profesor Grataloup explicó la contradicción entre la movilidad de la especie humana, su capacidad para transformar la superficie de la Tierra en ecumene, y la necesidad –presente en toda sociedad– de construir cotidianidad diariamente. La noción de "cercano", considerando su connotación de parentela, fue el punto de partida para entender la dimensión territorial de cada sociedad. En esta perspectiva, las estructuras de parentela, las reglas resumidas a veces tajantemente por "la prohibición del incesto", fueron estudiadas desde una perspectiva geográfica. Sin embargo, para no pecar de ingenuidad, se tomaron en cuenta las "obligaciones" (positivas y negativas) que implica el medio ambiente. Este coeficiente del medio, siempre variable históricamente, permite pasar de los modelos generales de difusión y de contracción territoriales al mapa de las sociedades, tal como se puede dibujar en distintas épocas. El ejemplo del papel ambivalente de la "discontinuidad" marítima, que puede vincular tanto como separar, fue estudiado de manera precisa. El autor concluyó esta segunda conferencia hablando de las diferencias de temporalidad entre distancias espaciales (cuya historia es la de las comunicaciones) y las de los territorios, vinculados a la reproducción y transformación de la identidad. Citó el ejemplo del papel de las distancias en las independencias latinoamericanas.

En la tercera conferencia titulada "Los retos de la mundialización para la geografía histórica", Christian Grataloup hizo una amplia retrospectiva para proponer una lectura geográfica del largo tiempo del Mundo. En efecto, si llamamos "Mundo" (con mayúscula) al conjunto de la Humanidad, es que consideramos que el proceso llamado de "mundialización" o "globalización" construye un nivel social pertinente, y se buscó saber desde cuándo. La estructura teórica de la reflexión se fundó en la noción de posición (geográfica) relativa. La historia de las sociedades se sitúa en relación con las conexiones que cada una tiene (o no tiene) con las otras. Se puede así hablar de mundos (plural y sin mayúscula), retomando el vocabulario de Fernand Braudel, para evocar la situación que prevaleció durante milenios. El autor acordó una especial atención a las dinámicas de un mundo especial, "el Mundo Antiguo", en el cual las conexiones de ciertas sociedades entre ellas tuvieron consecuencias sobre toda la humanidad. El Mundo, tal como se construye a partir del siglo XVI, es una ampliación considerable de este sistema espacial particular. El autor presentó tanto los "grandes descubrimientos" chinos como las aventuras marítimas de los europeos.

En la cuarta conferencia "Temporalidades medioambientales e historia de las sociedades", el autor empezó con una pregunta importante y pocas veces formulada: ¿qué significa la coincidencia (relativa pero importante) a mediados del siglo XX del mapa de los países en vía de desarrollo y del mapa de la zona intertropical? Intentar contestarla permitió a través de la historia de las plantaciones –y más específicamente de la caña de azúcar– proponer un modelo interpretativo de la situación del sistema mundo tal como transcurrió entre los siglos XVII y XX. El autor insistió sobre el papel de América, como punto de partida de las grandes transformaciones de los siglos XVIII y XIX. Al final de un largo recorrido cronológico, se pudo retomar el mapa del Mundo, con sus temporalidades largas y sus lugares de cambio.

En la última conferencia del seminario titulada "El interés del acercamiento geohistórico", el profesor Grataloup propuso una conclusión teórica. Retomó la idea de la importancia de una perspectiva geohistórica en el marco de una historia propiamente mundial. Primero situó históricamente al conjunto de las ciencias sociales como un hecho relativo a la construcción del Mundo por parte de Europa. Estudió de nuevo la noción de periodo y más ampliamente el principio del recorte de los objetos intelectuales de nuestras disciplinas. Las representaciones (en un sentido gráfico y mental) están ligadas a la génesis y luego a la difusión de un modo territorial especial, el Estado(–nación). La cartografía está especialmente vinculada a esta lógica. Para pasar de una ciencia mundializada, con una historia muy específica, a una universalidad más grande, hubo que hacer un esfuerzo por situar de nuevo el conjunto de las historias en su geografía.

Durante los breves tiempos de discusión que hubo después de las conferencias entre el conferencista y el público, se habló de las relaciones que pueden existir entre la escala mundial o global que trabaja el autor y las escalas regionales y locales que utilizan muchos investigadores en ciencias sociales. Se discutió sobre la enseñanza de la historia en México, que transmite una visión nacionalista y sigue basada en los sucesos históricos relevantes y los hombres ilustres, y que casi no aborda una escala más global, a nivel de área cultural o de continente. Se habló de la pertinencia de trabajar con tales escalas. Se estableció un diálogo especialmente productivo entre el conferencista y los arqueólogos presentes ya que el autor utiliza muchas fuentes arqueológicas y conoce las problemáticas de la arqueología mexicana.

En las tardes, como el seminario de la Cátedra coincidió con una sesión de trabajo del Seminario de Historia Geográfica de El Colegio de Michoacán, conformado por historiadores y geógrafos de varias instituciones académicas mexicanas, se organizaron actividades relacionadas con la geografía histórica, por ejemplo, la conferencia de Francisco Meyer Cosío de la Universidad Autónoma de Querétaro sobre las obras de geografía histórica de Peter Gerhard y el Atlas Histórico de Enrique Florescano, y excursiones a los sitios arqueológicos de Plazuelas, Guanajuato y Zaragoza, Michoacán. Hubo una interacción muy fructífera entre el conferencista francés y los miembros del Seminario, sobre todo durante las visitas a sitios arqueológicos (Figura 1).1 Se discutió, especialmente, la relación entre las dos disciplinas –historia y geografía– tan estrecha en Francia y tan difícil de establecer en México.

En las conclusiones, el autor resaltó la necesidad de la geohistoria: de considerar el Mundo como una región, como un objeto de geografía global y de estudiar su génesis, ya que la región "Mundo" está presentada muchas veces solamente como un sistema. Se puede hacer esta historia mundial, gracias a la historia conectada (connected history), que estudia las relaciones entre las civilizaciones, los movimientos de personas, técnicas, ideas, virus, entre otros. El autor enfatizó la necesidad de utilizar además los trabajos de numerosos especialistas de otras ciencias sociales, resaltando el aspecto multidisciplinario del trabajo. Explicó aparte que la construcción del Mundo en las últimas décadas, la conciencia del Mundo, tiene mucho que ver con la crisis ecológica. Frente a las amenazas de los equilibrios naturales del planeta, nació poco a poco un sentimiento de identidad "mundial" hasta ahora inédito. Surgió la cuestión de la gestión razonada de la Tierra y de sus recursos, lo que implica una responsabilidad nueva y compartida.

Con estas conclusiones, se acabó el evento de la Cátedra Elisée Reclus del segundo semestre del año 2009 titulado "Geografía e historia global" e impartido por Christian Grataloup. Se señaló que el próximo seminario de la Cátedra Elisée Reclus, organizado por el CIESAS y el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, se desarrollará en la Ciudad de México durante el primer semestre del 2010.

 

NOTA

1 Durante la excursión a Zaragoza, la responsable de las excavaciones, Eugenia Fernández–Villanueva Medina, explicó la importancia de este sitio arqueológico, de la época del Clásico (siglos IV–VII d.C.). Los asistentes pudieron notar la presencia de grandes estructuras, de un juego de pelota, de diversas calzadas, plataformas y unidades habitacionales, además de terrazas de cultivo. La presencia de numerosos petrograbados, que fueron empleados como un sistema gráfico de comunicación, según los arqueólogos que estudiaron el sitio, resultó de especial interés para Christian Grataloup, quien estudia las primeras formas de escritura y los ideogramas.

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