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Investigaciones geográficas

versão On-line ISSN 2448-7279versão impressa ISSN 0188-4611

Invest. Geog  no.69 Ciudad de México Ago. 2009

 

Reseñas

 

La urbanización difusa de la Ciudad de México. Otras miradas sobre un espacio antiguo

 

Manuel Suárez*

 

Delgado, J. (coord.; 2008), (Colección: Geografía para el siglo XXI, Serie: Libros de Investigación, núm. 2), Instituto de Geografía, UNAM, México, 206 p., ISBN 978–607–2–00025–4

 

* Departamento de Geografía Económica, Instituto de Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México.

 

Cuando Walter Isard fundó la Regional Science Association en 1954, junto con un número importante de economistas, geógrafos, sociólogos, planeadores, e incluso, antropólogos, buscaban introducir una visión multidisciplinaria (principalmente cuantitativa) a los estudios sociales y económicos, enfatizando su dimensión espacial. Para esta serie de científicos la unidad territorial de análisis trascendía los límites administrativos y físicos, y estaba determinada por el grado de interacción espacial de distintas variables socioeconómicas.

En la década de los setenta y ochenta, tachada de positivista y acrítica, la metodología de la ciencia regional fue paulatinamente reemplazada por los enfoques marxista (de vez en cuando marxistoide), crítico (a veces quejumbroso) y posmoderno (de repente conservador). Los estudios de geografía urbana se volvieron por lo general geo–históricos y geo–sociológicos. La región socioeconómica dejó de ser la unidad espacial de análisis.

La urbanización difusa de la ciudad de México. Otras miradas sobre un espacio antiguo, retoma a la región como unidad espacial de estudio con un enfoque de investigación primordialmente cuantitativo. Se une al muy escaso universo de investigaciones regionales mexicanas en el mismo año (2008) en el que Paul Krugman recibe el Premio Nobel de Economía. Aunque muy posiblemente esto sea sólo una coincidencia temporal, resulta interesante el hecho de que la nueva geografía económica, que encabeza Krugman, sea descendiente directa (y creo, única) de la ciencia regional; aquella disciplina en la que la región es necesariamente el área de análisis.

El libro que presenta J. Delgado es, en efecto, un trabajo multidisciplinario que explora distintos aspectos regionales, metropolitanos y locales cuyo epicentro de efectos centrífugos y centrípetos es la Ciudad de México. El libro inicia con un capítulo por Claude Bataillon en donde se realiza una descripción histórica de la evolución de las ciudades de la denominada Corona Regional de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. Resalta la discusión sobre la no–aplicabilidad de la teoría del lugar central a la región. Bataillon alude a la nebulosa jerarquización de servicios disponibles hoy en día, entre las ciudades de la Corona, para justificar ese punto.

Delgado, Galindo y Ricárdez, presentan una nueva versión del Índice de Consolidación Urbano Regional (ICUR) que introdujeron Delgado et al., (1999) hace cerca de una década. El resultado principal es mostrado en un mapa–matriz de cambios en el valor del índice por municipio entre 1970 y 2000. Los autores encuentran que los lugares con mayor dinamismo son aquéllos que se ubican en el espacio periurbano regional, en municipios cercanos a los lugares centrales regionales. El análisis aporta nueva evidencia científica para el debate sobre la interacción entre los sistemas urbano y rural. Los autores sostienen la idea de la existencia de espacios periurbanos que van más allá de las periferias metropolitanas, que se caracterizan por ser parte de un proceso de urbanización difusa.

Luis Jaime Sobrino realiza un análisis que sugiere que las dinámicas de diversificación y especialización económica del subsistema de ciudades de la Región Centro varían en función del crecimiento poblacional pero, sobre todo, de las ventajas de las economías de aglomeración. El análisis se realiza desde una perspectiva metodológica regional clásica (que podría describirse dentro del texto con más detalle) comparando las dinámicas locales y regionales. El autor concluye que las ciudades de la Región Centro se han caracterizado más por procesos cuantitativos de expansión de su base económica que por una "reestructuración cualitativa" o sectorial.

La primera parte del libro termina con el capítulo de Eduardo Nivón, que presenta un análisis a escala local sobre los efectos sociales y culturales de la expansión urbana. Con el municipio de Huixquilucan como caso de estudio, Nivón concluye que el desarrollo de fraccionamientos, producto de un área metropolitana en crecimiento, genera un debilitamiento de lo público.

En la segunda parte del libro, Luis Chías presenta un análisis de los enlaces aéreos de la Región Centro. A partir de un detallado inventario de la infraestructura aeroportuaria y su funcionamiento en cuanto a servicios, enlaces y desarrollo, Chías concluye que existe, no sólo una jerarquía en el sistema aeroportuario regional, pero además, que el Aeropuerto de la Ciudad de México determina el desarrollo del resto de los aeropuertos de la región. Aun así, el autor muestra cierto optimismo en cuanto al crecimiento futuro de enlaces regionales que no estén ligados a la Ciudad de México, que dependerá del desarrollo económico de las ciudades medias de la región.

El libro cierra con dos capítulos sobre geometría fractal. En el capítulo de Gerardo Naumis se realiza una introducción a conceptos básicos de la geometría fractal y a sus posibles aplicaciones a la geografía. Aunque para la mayoría de los geógrafos y estudiosos de lo urbano pudiera parecer lejana la idea de fractales, los vínculos con lo urbano se vuelven más que evidentes en el momento en el que se considera que el espacio urbano y su forma son producto de las interacciones del ser humano dentro de ese mismo espacio. Seguramente, la geometría fractal, en combinación con distintos métodos geográficos, podrán brindar herramientas para medir e identificar la causalidad entre la forma urbana y la ocurrencia de fenómenos sociales y económicos.

En ese tenor, Taud y Parrot presentan un análisis comparativo entre la Ciudad de México y la de París de la evolución temporal de su dimensión fractal, índice de convexidad y centro de gravedad. Aunque los autores observan patrones similares en el desarrollo de ambas ciudades, resulta notorio que mientras que el centro de gravedad de París muestra una ubicación relativamente estable, el de la Ciudad de México ha migrado. Aunque es posible que el cambio en la ubicación del centro de gravedad de la Ciudad de México pudiera ser distinto al calculado por Taud y Parrot si se pondera, por ejemplo, por la densidad poblacional, resultan claras las implicaciones que este tipo de análisis puede tener sobre las políticas de transporte, de desarrollo inmobiliario y sobre la planeación de uso de suelo. Sin embargo, para quienes resultará de mayor interés este capítulo, es para aquellos interesados en el desarrollo de nuevas metodologías de análisis científico y en enfoques de ciencia básica.

Quizá lo único extrañable del libro sea que carece de un capítulo final de conclusiones generales que sinteticen en un solo lugar las diferentes perspectivas que se presentan a lo largo de sus capítulos. Al lector interesado en lo urbano–regional que no ha sido instruido en geometría fractal, seguramente le interesará saber si la evolución de la dimensión fractal del perímetro de las ciudades puede guardar una relación con el nivel de consolidación urbano–regional, o si es posible que haya un efecto del tipo de aglomeración económica sobre la forma urbana o si siquiera pueden hacerse esas preguntas. También, amerita ser discutida una interesante contradicción entre el primer capítulo y el resto del libro: si bien Bataillon intenta alejarse del esquema de la teoría del lugar central, es más que claro que desde las perspectivas del sistema aeroportuario, de aglomeración económica, o de la influencia que ejercen las ciudades de la Corona Regional sobre el resto de la región en cuanto a la consolidación urbana, se trata de una región con un sistema jerárquico de lugares centrales. Finalmente, sería necesario revisar las implicaciones de las conclusiones particulares y generales del libro sobre temas como la planeación regional pero, principalmente, sobre la necesidad de reconceptualizar los análisis socioeconómicos urbanos utilizando a la región como unidad de estudio que, entre líneas, es, a mí parecer, la más grande aportación de este libro.

 

REFERENCIA

Delgado, J., C. Anzaldo y A. Larralde (1999), "La corona regional de la ciudad de México. Primer anillo exterior en formación" en Delgado, J. y B. Ramírez (coords.), Transiciones. La nueva formación territorial de la Ciudad de México, Programa de Investigación Metropolitana, Plaza y Valdés, UAM, México, pp. 171–194.        [ Links ]

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