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Investigaciones geográficas

On-line version ISSN 2448-7279Print version ISSN 0188-4611

Invest. Geog  n.68 Ciudad de México Apr. 2009

 

Geografía física

 

Escenarios de erosión bajo diferentes manejos agrícolas en la cuenca del lago de Zirahuén, Michoacán, México

 

Soil erosion scenarios under different agronomic managements in the Zirahuén Lake Basin, Michoacán, Mexico

 

Miguel Bravo Espinosa* Manuel E. Mendoza Cantú** Lenin E. Medina Orozco***

 

* Campo Experimental Uruapan, Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Av. Latinoamericana No. 1101, 60500, Uruapan, Michoacán, México. E–mail: bravo.miguel@inifap.gob.mx.

** Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental, Universidad Nacional Autónoma de México, Antigua Carretera a Pátzcuaro No. 8701, Col. Ex Hacienda San José de la Huerta, 58190, Morelia, Michoacán, México. E–mail: mmendoza@ciga.unam.mx.

*** Facultad de Biología, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Edif. B4, Ciudad Universitaria, Morelia, Michoacán, México. E–mail: leninmed@gmail.com.

 

Recibido: 2 de octubre de 2007.
Aceptado en versión final: 11 de junio de 2008.

 

Resumen

La erosión hídrica, la desecación y pérdida de áreas y volúmenes de los lagos son problemas severos en las cuencas cerradas del Sistema Volcánico Transversal. Este deterioro comienza a extenderse a la cuenca del lago de Zirahuén, Michoacán, en la cual se encuentra uno de los pocos lagos mexicanos de aguas casi prístinas; por ello, es urgente plantear estudios que ofrezcan bases para un manejo sostenible de los recursos naturales que beneficie a los distintos usuarios del lago y de la cuenca. El objetivo de este trabajo fue predecir la erosión hídrica asociada a sistemas de manejo agrícola considerando tres tipos de labranza (tradicional, mínima y de conservación) en la cuenca del lago de Zirahuén.

La predicción se realizó aplicando la Ecuación Universal de Pérdidas de Suelo (EUPS) dentro del contexto de un sistema de información geográfica. Los resultados indicaron que el uso de la labranza de conservación en las áreas agrícolas de la cuenca, reduciría las pérdidas de suelo a menos de 3 t ha–1 año–1 en toda el área agrícola de la cuenca, y probablemente se disminuiría la contaminación por arrastre de sedimentos en el lago de Zirahuén.

Palabras clave: Manejo de cuencas, sistemas de labranza, Ecuación Universal de Pérdidas de Suelo.

 

Abstract

Main problems in endorreic watersheds of the Volcanic Belt of Mexico are soil erosion, lake dissecation, and losses of both water–areas and water–volumes. This degradation begins to occur in the Zirahuén Lake watershed, which is one of the few Mexican lakes of clean non polluted water. Thus, it is necessary to carry out studies which provide bases for sustainable natural resources management by lake and basin stakeholders. The main objective of this study was to predict soil erosion for different cropland systems considering three tillage intensities (traditional, minimum and the conservation tillage) in the Zirahuén Lake watershed. For this evaluation it was applied the Universal Soil Loss Equation (USLE) linked to a geographical information system (GIS). Results suggested that the use of the conservation tillage could reduce soil losses to less than 3 t ha–1 year–1 in all cropland within the basin; this improved farming practice will probably reduce the sediment discharge to the Zirahuén Lake.

Key words: Watershed management, tillage systems, Universal Soil Loss Equation.

 

INTRODUCCIÓN

La erosión hídrica y la desecación, que conllevan a la pérdida de áreas y volúmenes de los lagos, son problemas severos en las cuencas cerradas del Sistema Volcánico Transversal. Entre las principales causas de la pérdida de suelo por erosión se han mencionado a la deforestación, el sobrepastoreo y el uso de prácticas de cultivo inadecuadas en la agricultura de ladera, y entre las causas de la desecación se encuentra la sobreexplotación de acuíferos y la pérdida de agua por fallamiento (Challenger, 1998; Bernal Brooks y MacCrimmon, 2000a; Mendoza et al., 2002; Garduño et al., 2006). En Michoacán, la erosión del suelo es el mayor problema de degradación del suelo, pues ocurre en el 55% de la superficie del estado, ocasionando disminución de la productividad y el incremento en los costos de producción, lo cual contribuye a la pobreza y marginación de los agricultores de pequeña escala. Para algunas regiones, como la cuenca del lago de Pátzcuaro, existen estudios que muestran que el proceso erosivo del suelo causado por el hombre pudo haberse iniciado hace 2 300 años, que se mantuvo esta degradación en los siglos XVI y XVII, y que en los últimos 50 años se presenta con mayor intensidad abarcando una mayor extensión (Street Perrott et al., 1989; Caballero et al., 1992; Ohara et al., 1993; Tiscareño et al., 1999; Metcalfe et al., 2005). Actualmente, el tipo de desarrollo turístico y la agricultura tradicional contribuyen a la degradación del suelo en la cuenca del lago de Zirahuén (Davies et al., 2004), uno de los pocos lagos mexicanos de aguas casi prístinas, por lo que es urgente un manejo sostenible de los recursos naturales que beneficie a los distintos usuarios del lago y de la cuenca.

En la cuenca del lago de Zirahuén, Michoacán, subsisten 31 comunidades que cultivan alrededor de 20 mil hectáreas, principalmente con maíz (Alemán et al., 2007), cuyo cultivo inició hace 2 300 años de acuerdo con restos de polen encontrados (Metcalfe et al., 2006). Esta cuenca presenta un relieve de montañas y lomeríos que abarcan más de 60% del área (Bocco y Mendoza, 1999). En estos escenarios se combinan la producción de maíz y el libre pastoreo de ganado en el sistema conocido como año y vez. De acuerdo con estudios realizados en lotes de escurrimiento, en un ciclo agrícola se pierden más de 3 t ha–1 de suelo (Bravo et al., 2005) y la productividad del sistema tradicional es de 1.4 t ha–1 de grano de maíz (Álvarez et al., 1993; Astier et al., 2000). En el año de descanso, por la combinación de texturas finas, procesos de consolidación natural del suelo, así como el pisoteo de los animales durante el pastoreo, se reduce la entrada del agua al suelo, y con ello, los eventos de lluvia intensos generan volúmenes de escurrimiento superficial con capacidad para desprender y transportar partículas de sedimento. Por lo anterior, se asume que volúmenes significativos de suelo se erosionan de las partes altas y medias de la cuenca, éstos se transportan a las partes bajas y de manera recurrente se depositan en el lago ocasionando su azolvamiento y contaminación. Bernal–Brooks y MacCrimmon (2000b) estimaron que durante el periodo 1987–1995, las descargas de sedimento que transportó el río La Palma, que fluye al lago de Zirahuén, modificaron la morfometría del fondo del lago, alcanzando una tasa de sedimentación de 1.4 m año–1 en la porción este, próxima a la desembocadura, y de 0.03 m año–1, en la parte más profunda del lago.

Recientemente, Davies et al. (2005) realizaron un estudio basado en registros paleolimnológicos para inferir impactos antrópicos en la cuenca del lago de Zirahuén durante los últimos 500 años. Concluyeron que la cuenca es muy sensible a la actividad humana cuyo impacto se refleja en el lago, el cual gradualmente tiende a la eutrofización; en las columnas de suelo colectadas en el fondo del lago identificaron un estrato superior de 5 cm constituido por limos rojizos, que al parecer son producto reciente (últimos 20 años) de la erosión de suelos rojos adyacentes al lago. Estos autores sugirieron implementar prácticas de conservación de suelos para reducir la contaminación de los recursos hídricos de la cuenca.

Durante varias décadas la Ecuación Universal de Pérdidas de Suelo (EUPS) se ha utilizado para planear el uso del suelo y para diseñar medidas de conservación del suelo que mantengan la productividad de la tierra y que prevengan la contaminación de cuerpos de agua. La EUPS es un modelo empírico multifactorial que predice la pérdida promedio anual de suelo, resultado de la erosión y depositación, en segmentos de una pendiente, pero no de aquellos sedimentos que ingresan a un cauce ni los que se originan en una cárcava (Wischmeier y Smith, 1978; Figueroa et al., 1991; Nearing et al., 1994; Renard et al., 1996). La aplicabilidad de la EUPS a una región o zona de estudio está limitada por la disponibilidad de bases de datos representativos de cada factor de la ecuación, por ello son relativamente escasos los estudios que reportan su aplicación en México (Meyer, 1984; Flores et al., 2002). Su expresión matemática es multifactorial (Wischmeier y Smith, 1978; ecuación 1):

 

A = R K (L S) C P (1)

donde A = es la estimación promedio anual de pérdida de suelo (MG ha–1);

R = factor de erosividad anual de la lluvia [MJ mm (ha hr)–1];

K = factor de erosionabilidad del suelo [Mg ha hr (ha Mj mm);

LS = factor topográfico (adimensional);

C = factor de manejo y cobertura (adimensional);

P = factor de prácticas mecánicas de conservación (adimensional).

 

Para evaluar y solucionar problemas en la conservación del suelo y agua, en los últimos veinte años se han documentado avances significativos en la aplicación de la Percepción Remota (PR) y los sistemas de información geográfica (SIG). Los factores que han acelerado estas aplicaciones son el perfeccionamiento y la mayor oferta de productos de PR y herramientas SIG, disponibilidad de bases digitalizadas de información, cartografía e inventarios en diferentes temas y formatos, y la mayor demanda de productos que faciliten el análisis y manejo espacio–temporal de los recursos naturales (Mellerowics et al., 1994). El enfoque metodológico que integra la EUPS con la PR y los SIGs para la predicción de la erosión a una escala regional o de cuenca se ha utilizado ampliamente en diversos países del mundo (Spanner et al., 1982; Warren et al., 1989; Blaszczynski, 1992; Mellerowics et al., 1994; Mongkolsawat et al., 1994; Molnar y Julien, 1998; Mati, et al., 2000; Shi, et al., 2002; Bhattarai y Dutta, 2007). Pero en México, el desarrollo de esta línea de investigación es incipiente (Amador, 2000; Tiscareño et al., 1999; Flores et al., 2002). En el área agrícola de la cuenca de Zirahuén se han realizado estudios sobre pérdidas de suelo bajo diferentes prácticas de producción agrícola (Bravo et al., 2005) y estudios de erosión integrando la EUPS con un SIG (Denny, 2001). Sin embargo, no existen estudios que incluyan datos de campo locales sobre diferentes prácticas de cultivo para la integración de la EUPS en un SIG.

El objetivo de este trabajo fue predecir la erosión hídrica asociada a tres sistemas de labranza en las áreas agrícolas de la cuenca del lago de Zirahuén, Michoacán; para ello se consideraron datos de experimentos de campo locales y la implementación de la EUPS en un SIG.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

Área en estudio

Este trabajo se realizó en la cuenca del lago de Zirahuén, Michoacán, la cual se localiza en la provincia fisiográfica del Sistema Volcánico Transversal (19° 21' 14'' – 19° 29' 32'' N y 101° 30' 33'' – 101° 46' 15'' O; Figura 1). La cuenca cubre aproximadamente 260 km2 con elevaciones que varían de 2 080 msnm, registrada en el vaso del lago, a 3 280 m en el cerro El Frijol. La cuenca es de tipo endorreico con una red hidrológica centrípeta cuyos flujos tanto superficial como subsuperficial son drenados por el arroyo La Palma, también conocido como arroyo El Silencio, que se origina en la porción este de la cuenca y que desemboca en el lago de Zirahuén. Esta cuenca se ubica en la región del vulcanismo monogenético del Corredor Tarasco. Es un vulcanismo del Plioceno–Cuaternario con un paisaje de sierras y llanos intermontanos. La estructura litológica está constituida en su mayor parte por basalto y otras rocas ígneas extrusivas (Garduño, 1999). En la cuenca los diferentes suelos y sus propiedades hidrológicas están estrechamente asociados con la litología que les dio origen. Los suelos "tupuris" o Andosoles, derivados de cenizas volcánicas, cubren el 70% de la cuenca, y Litosoles, Feozems y Luvisoles el 30% restante. El clima es templado subhúmedo con una precipitación media anual de 900 mm, concentrada durante junio a noviembre, y una temperatura media anual de 160 C. La producción agrícola y pecuaria ocurre en el 64% del área total de la cuenca, mientras que la forestal abarca el 30%. En la cuenca habitan 32 892 personas distribuidas en 31 asentamientos, de los cuales dos concentran el 62% del total de habitantes. El 24% de la Población Económicamente Activa (PEA) se ubica en el sector primario, mientras que el 32% obtiene su ingreso por la venta de servicios (INEGI, 2000).

 

Estimación de los factores de la EUPS

Factor erosividad de la lluvia. La erosividad de la lluvia se determinó con base en registros de tres estaciones climatológicas del área Pátzcuaro–Zirahuén (Cuadro 1); las bases de datos de Zirahuén y Pátzcuaro fueron extraídas de registros del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), y la de Santa Isabel de Ajuno, de los archivos del Campo Experimental Uruapan–INIFAP. Con el uso de la ecuación obtenida por Figueroa et al. (1991) para la Región V, se estimó el factor R en función de la precipitación media anual; la ecuación aplicada fue la siguiente:

Y = 3.4880X – 0.000188X2 R2 = 0.94 (2)

donde Y= valor anual del índice EI30 (MJ mm ha1 hr–1) y X= lluvia media anual (mm).

Factor erosionabilidad del suelo. El factor K se estimó a partir de la textura superficial usando la metodología de la FAO para las diferentes unidades o asociaciones de suelos presentes en la cuenca (Ibid.).

Factor topográfico. El factor combinado LS se calculó con el algoritmo propuesto por Toxopeus (1997); L se determinó con la siguiente ecuación:

L= 0.4*S + 40 (3)

donde L es el factor de longitud de la pendiente (m) y S es la inclinación de la pendiente (%) para cada celda, calculada a partir del Modelo Digital del Terreno (MDT).

Cuando las pendientes tuvieron una inclinación menor o igual a 21%, el factor combinado LS se calculó con la siguiente expresión:

LS = (L/72.6)*(65.41*sin(S)+4.56*sin(S) + 0.065) (4)

Y cuando la inclinación de la pendiente fue mayor a 21% se aplicó la ecuación:

LS = (L/22.1)°.7*(6.432*sin(S°.79)*cos(S)) (5)

donde LS es el factor de pendiente; L y S ya fueron definidas.

Factor prácticas de manejo y cobertura. A partir de la interpretación visual de un compuesto en falso color realzado, elaborado a partir de la imagen de satélite (Landsat para el año 2003) y recorridos de campo, se construyó un mapa de cobertura y uso del suelo de la cuenca. El factor C se determinó despejando C de la EUPS y conociendo los valores anuales de pérdida de suelo obtenidos por Tiscareño et al. (1999) y Bravo et al. (2005) en lotes con 8 y 18% de pendiente, respectivamente; es decir:

C = A/RKLSP (6)

C(LT) = 3.2/2998.68*0.013*2.63*1 = 0.0312

C(LM) = 2.6/2998.68*0.013*2.63*1 = 0.0253

C(LC) = 0.3/2998.68*0.013*2.63*1 = 0.0029

donde LT, LM y LC son los sistemas de labranza tradicional, labranza mínima y labranza de conservación, respectivamente.

Una vez obtenidos los mapas de valores de pérdida de suelos, y considerando el carácter empírico del modelo USLE, se decidió reclasificar los mapas en clases baja (< 3 t ha–1 año–1), media (3 – 5 t ha–1 año–1) y alta (> 5 t ha–1 año–1) de pérdida de suelo. Este procedimiento permitió manejar el nivel de precisión obtenido de un cálculo basado en un modelo empírico; es decir, incrementar la exactitud del análisis al ingresar a un dominio semicuantitativo.

En la cuenca de Zirahuén se practica el sistema de manejo denominado año y vez, que consiste en cultivar la tierra con arado un año, dejándola después para el pastoreo de ganado durante un periodo de uno a tres años. En cada año se deja en descanso aproximadamente el 60% de las tierras agrícolas (Astier et al., 2000). El cultivo principal es el maíz, solo o asociado con frijol. La labranza tradicional para el cultivo de maíz (LT) incluye un barbecho, cruza, surcado y dos labores de cultivo. Recientemente se ha observado que los productores tienden a eliminar las labores de cultivo y adoptar el control químico de la maleza más la aplicación de fertilizantes en dosis no limitativas de nitrógeno y fósforo; a este sistema que no incluye las labores de cultivo, se le denomina labranza mínima (LM). Además de LT y LM, en este trabajo se consideró evaluar el uso de la labranza de conservación (LC) en las áreas agrícolas, con base en los resultados obtenidos por Tiscareño et al. (1999) y Bravo et al. (2005). La LC se refiere a un sistema que mantiene cuando menos el 33% de la superficie del suelo cubierta con residuos de maíz después de la siembra, lo cual se logra con aproximadamente 3 t ha–1 de residuos (Velázquez et al., 2002). La siembra se hace con arado de espuela para tracción animal y el control de la maleza mediante la aplicación de herbicidas.

 

Esquema de integración de la EUPS a un SIG

El SIG utilizado en este trabajo fue el Integrated Land and Water Management Information System (ILWIS, 1997). Las bases de datos cartográficos en formato vectorial de los distintos temas requeridos para la evaluación fueron convertidas a un formato de celdas, con un tamaño de 10 por 10 m; cuando se obtuvieron todos los factores se procedió a realizar la multiplicación de las bases de datos aplicando álgebra de mapas, a fin de estimar la pérdida de suelo.

 

RESULTADOS

El Cuadro 2 y la Figura 2 presentan la distribución de las diferentes categorías de cobertura y uso del suelo en la cuenca del lago de Zirahuén. Los principales usos son en orden decreciente: agrícola, que se realiza en el 44.4% de la cuenca, y el forestal que abarca el 51% de la misma. Estos usos del suelo siguen un patrón de mosaico fragmentado.

 

Dado el carácter empírico del modelo EUPS, se decidió elaborar un mapa de clases que se pudiera comparar con dos escenarios alternos al de manejo tradicional que se realiza en el área agrícola de la cuenca del lago de Zirahuén. El escenario con la distribución espacial de las pérdidas de suelo bajo la tecnología tradicional, que no incluye ninguna práctica mejorada de conservación del suelo, se muestra en la Figura 3; en el Cuadro 3 se presentan las superficies para las tres clases de erosión consideradas con base en los resultados de pérdidas de suelo obtenidas en lotes de escurrimiento. De acuerdo con las pérdidas de suelo estimadas con la EUPS para dicho manejo tradicional, en casi el 98% de la superficie agrícola de la cuenca, las pérdidas de suelo están por debajo de la tasa de erosión permisible de 2.2 t ha–1 año–1 bajo estás condiciones ambientales (Alexander, 1988).

La Figura 4 muestra la distribución de la erosión asumiendo la aplicación en toda la cuenca de las prácticas de conservación (LM) para la producción de maíz. El Cuadro 3 presenta los cambios que ocurrirían en la superficie cultivada con maíz, y con ello las pérdidas de suelo, sí la agricultura tradicional se complementara con este tipo de prácticas. Este cambio conllevaría la eliminación de la clase alta de pérdidas de suelo en una superficie muy pequeña (0.44 km2), que representa < 1%. Su impacto sería principalmente en la clase de erosión media que pasaría a formar parte de la clase de pérdida de suelo baja en un área de 9.7 km2, que abarca el 7.7%.

En la Figura 5 se muestra el escenario para las pérdidas de suelo bajo la alternativa de la labranza de conservación (LC), consistente en remover el suelo sólo con dos pasos de arado (barbecho y surcado) y dejar una cobertura de residuos de cosecha (33%) sobre la superficie del suelo durante la mayor parte del año. Este sistema de manejo del suelo aumenta la rugosidad superficial, incrementa la infiltración del agua y disminuye el arrastre de sedimentos al lago. Con este sistema se eliminarían las clases media y alta de pérdidas de suelo en la cuenca, es decir, habría un escenario con una erosión permisible del suelo en toda el área agrícola de la cuenca. Los principales beneficios de este cambio serían la reducción del arrastre de sedimentos y la disminución de nutrimentos que van adsorbidos a las partículas de suelo, principalmente fósforo y amonio, evitando con ello la eutrofización del lago de Zirahuén.

 

DISCUSIÓN

La problemática relacionada con la pérdida de suelo tiene una dimensión territorial, debido a que los atributos requeridos para su análisis tienen una distribución en el espacio geográfico que permite la integración de modelos empíricos con los sistemas de información geográfica. Sin embargo, se reconoce que los resultados incrementan la incertidumbre cuando se considera toda el área de la cuenca, como lo documentó Bhatturai y Dutta (2007). Para reducir la incertidumbre asociada a los datos de entrada, principalmente meteorológicos, es recomendable la reclasificación de los mapas de valores. Aun cuando la cuenca del lago de Zirahuén es relativamente pequeña, en este trabajo se usó un esquema que incluyó: a) clasificar la erosión en tres clases considerando el concepto de pérdida permisible de suelo (Alexander, 1988; Sparovek y DeMaría, 2003) y de los resultados obtenidos en parcelas experimentales, y no estrictamente de un estudio de laderas en la cuenca, y b) comparar tres sistemas productivos que se evaluaron experimentalmente en parcelas de productores cooperantes de la cuenca.

La aplicación de metodologías asociadas al modelo de erosión EUPS en la cuenca del lago de Zirahuén arrojó tasas de erosión bajas. Resultados similares fueron reportados en un estudio de laderas en Oaxaca, por Martínez et al. (2007), quienes documentaron pérdidas de suelo menores de 1.0 t ha–1 año–1, utilizando lotes de escurrimiento tipo Wischmeier en terrenos agrícolas con 60% de pendiente. En un estudio realizado por Medina (2006) en una cuenca ubicada en el Sistema Volcánico Transversal, se midieron en lotes de escurrimiento de 1 000 m2, pérdidas de suelo menores de 2.0 t ha–1 año–1. Es necesario reconocer que la escala espacial que usan las metodologías convencionales de medición de la erosión, es menor que la escala que maneja un productor, y que la erosión del suelo es dependiente de la escala; Osterkamp y Toy (1997) mostraron estas relaciones. Por ejemplo, para evaluar los procesos de erosión que ocurren en cárcavas o en cauces naturales se requiere trabajar en áreas mayores de 10 000 m2. De acuerdo con la experiencia de campo de los autores de este trabajo, la erosión en cárcavas efímeras, cárcavas permanentes y cauces naturales, son fuentes que generan probablemente la mayor producción de sedimentos en las cuencas del Centro de México, por lo que es necesario realizar estudios de erosión en cárcavas y cauces.

La modelación de la erosión con manejo tradicional (LT) mostró que la erosión severa (clase alta) se encuentra espacialmente dispersa, pero formando pequeños núcleos; en contraste, la erosión media presentó una distribución altamente dispersa, pero sin concentración en núcleos (Figura 3). Cuando se modeló bajo el manejo de labranza mínima (LM), la erosión no modificó las áreas con erosión alta, pero sí disminuyó el área con erosión media (Figura 4). Finalmente, bajo una modelación con un manejo de labranza de conservación (LC), las áreas con erosión alta fueron prácticamente eliminadas (Figura 5); estos cambios en las clases de erosión sugieren que aquellas zonas donde persistió la erosión alta, bajo un manejo con LM, serán las áreas que requieren de mayor protección por encontrarse en zonas de ladera con longitudes y gradientes no aptos para la actividad agrícola con manejo tradicional. En estas áreas será necesario impulsar la labranza de conservación y el uso de barreras vivas entre los productores. Para ello, se deberá continuar con la ventana ya explorada en la cuenca, sobre la investigación participativa que co–definan las estrategias de conservación de suelos más apropiadas (Alemán et al., 2007).

El cultivo de maíz en la cuenca del lago de Zirahuén es una actividad que se remonta a más de 2 300 años (Metcalfe et al., 2005) y actualmente ocupa el 45% de la cuenca; las prácticas de labranza tradicional que se emplean en esta cuenca para producir maíz son erosivas, por lo que el azolve del lago dependerá en gran medida de los cambios en los sistema de labranza que se apliquen en las áreas agrícolas de la cuenca. El riesgo de eutrofización del lago, en este caso derivado de los cultivos agrícolas por la adición de fosfatos y nitratos, provenientes del escurrimiento de los fertilizantes, y de estiércoles de las áreas de pastoreo, también puede ser un problema grave para este lago. Considerando las diferentes ventajas que se han documentado para la labranza de conservación, ésta es una tecnología que beneficia al productor, y que protege el ambiente si se reduce el uso de herbicidas en este sistema a través de un programa de control de malezas que incluya la rotación de cultivos (FAO, 2002).

Para vislumbrar la factibilidad de que los agricultores de la cuenca de Zirahuén adopten la labranza de conservación, se revisará brevemente una experiencia local. En 1998 se inició la transferencia de la tecnología de labranza de conservación en el cultivo de maíz, en la cuenca del lago de Pátzcuaro, con la participación de técnicos que apoyaron la difusión de la tecnología. El modelo de transferencia fue el denominado productor–experimentador (Valdivia y Villarreal, 1998), a través de la formación de grupos liderados por productores innovadores y por técnicos. Un innovación importante que usan los productores participantes es utilizar arvenses y pastos nativos como cobertura al suelo, dejando los rastrojos de maíz para la alimentación del ganado. La adopción de esta tecnología ha sido modesta, pues se estima que se aplica en 2 000 ha en la cuenca del lago de Pátzcuaro. Con base en lo anterior, para promover la labranza de conservación en la cuenca de Zirahuén se requerirá mejorar varias condiciones como son: seguir el principio de "adaptar, no adoptar", porque los principios son más universales que las tecnologías, por ello, a través de talleres y ejercicios consensuados se deben identificar los principios que pueden adaptarse a las situaciones locales, aumentar la movilidad y un mayor grado de participación comunitaria, incrementar la disponibilidad de forrajes, facilitar el acceso a sembradoras para labranza mínima, mejorar la oferta de insumos, y aumentar el uso de estiércoles; es decir, se requerirá de una estrategia que considere factores socioeconómicos, tecnológicos, y de mayores apoyos de asistencia técnica y créditos (Lal, 2007).

Otro escenario que merece alguna reflexión es el siguiente. Históricamente se ha documentado que el deterioro de las cuencas del Centro de México, como la del lago de Pátzcuaro, se detonó por un cambio drástico de la cobertura natural de la cuenca, originado éste por un gran crecimiento de los asentamientos humanos; sin embargo, no fue la actividad agrícola per se la causante de la degradación, sino el abandono de tierras a gran escala, que ocurrió durante la conquista (Fisher, 2005; Fisher et al., 2003). Para el caso de la cuenca de Zirahuén, el cambio de uso de la tierra ha ocurrido en cerca de 50% del área total. En estas áreas el abandono de tierras no es alarmante; sin embargo, cada vez es más frecuente que la actividad agrícola la realicen agricultores de la tercera edad, debido a la emigración de los jóvenes (Alemán et al., 2007); quizá por esta razón, en un futuro cercano, las tierras abandonadas podrían incrementar su área en esta cuenca.

 

CONCLUSIONES

La aplicación del enfoque EUPS–SIG para tres sistemas de producción de maíz de temporal en las áreas agrícolas de la cuenca del lago de Zirahuén, Michoacán, sugirió que los escenarios de pérdidas de suelo pueden modificarse sí se cambian los sistemas de labranza para la producción de maíz, el cual se practica en el 45% de la superficie total de la cuenca. Las pérdidas de suelo asociadas al manejo tradicional son en general moderadas, sin embargo, el uso de la labranza de conservación, esto es aplicar un laboreo mínimo complementado con el uso de residuos de cosecha, puede reducir las pérdidas de suelo a menos de 3.0 t ha–1 año–1 en toda la superficie agrícola de la cuenca, lo cual reduciría el aporte de sedimentos al lago de Zirahuén. Se sugiere evaluar la producción de sedimentos en cauces y cárcavas de la cuenca del lago de Zirahuén.

 

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen a la Fundación Produce Mich AC por los apoyos brindados al proyecto: "Potencial de barreras vivas y labranza de conservación en suelos de ladera", del cual derivó este trabajo; asimismo, agradecemos los comentarios emitidos por dos árbitros anónimos que mejoraron la versión final de este material.

 

REFERENCIAS

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