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Investigaciones geográficas

versión On-line ISSN 2448-7279versión impresa ISSN 0188-4611

Invest. Geog  no.67 Ciudad de México sep. 2008

 

Reseñas

 

Mariano Santiago de Jesús de la Bárcena Ramos. De minerales, fósiles y plantas

 

Lucero Morelos Rodríguez*

 

Velasco Reynaga, A. (2007), Universidad de Guadalajara/Editorial Universitaria, Guadalajara, 40 p. (Colección Jalisco, Serie Biografías), ISBN 970 27 1315 3

 

* Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México.

 

Con el mapa en mano se puede recorrer, conocer e indagar más la historia urbana. La calle constituye un elemento fundamental del urbanismo, que da una fisonomía propia a la ciudad, misma que dibuja su historia a través de su traza, monumentos arquitectónicos, fachadas con sus diversos estilos, plazas, jardines, calles y avenidas con el nombre de sus hombres, es decir, el núcleo medular de la ciudad. Así, los protagonistas de la historia de la ciencia han llegado a las calles, tal es el caso de Mariano de la Bárcena. Pero ¿quién fue este personaje? Evidentemente una figura reconocida por el gobierno municipal de Guadalajara porque ha grabado su nombre en una de las calles que forman el primer cuadro de la ciudad. Y ahora la reciente entrega de la Serie Biografías de la Editorial Universitaria de Guadalajara se propone, a través de sus páginas, dar a conocer, difundir e identificar una parte de la pléyade de los hombres ilustres tapatíos que han contribuido con sus conocimientos en diversas áreas, por ejemplo, Juan Rulfo, Octaviano de la Mora, Juan José Arreola, Guillermo González Camarena, Agustín Yañez y Mariano de la Bárcena.1

Representa un esfuerzo de la Universidad de Guadalajara para socializar los estudios de la historia de las ciencias y la tecnología al hacer útiles y asequibles los conocimientos por medio de semblanzas biográficas escritas con un lenguaje ameno y sintético. La colocación de las placas no sólo brinda orientación, sino que acerca al ciudadano con los personajes clave, los ubica en la primera capa estratigráfica de la ciudad, es decir, por la que pasa la cotidianeidad de los habitantes. Esta biografía fue escrita por Anabel Velasco Reynaga, una historiadora tapatía y actualmente estudiante del posgrado de la UNAM.

El esbozo biográfico se divide en dos partes. La primera con los rasgos más importantes en la trayectoria de Mariano Santiago de Jesús de la Bárcena y Ramos, mejor conocido como Mariano Bárcena —como el mismo firmaba–. La segunda parte denominada "datos personales" se detiene a ordenar los momentos personales del tapatío, como su boda, sus propiedades como la hacienda de Tepuzhuacán y su papel como secretario de gobierno de Jalisco en 1888, aunque en este apartado se incluyen otros episodios de la carrera científica como las expediciones para la formación de la carta botánica y geológica de Querétaro. En la primera parte, la autora menciona que nació el 23 de julio de 1842 en Ameca, Jalisco –donde hoy existe un mercado y una escuela que lleva su nombre—. Sus padres, Ramón de la Bárcena y Candelaria Ramos, formaron una familia de clase media de origen asturiano que ofreció sus primeros estudios a su joven hijo en el pueblo natal. Al término de éstos, Manuel Romo, amigo cercano de la familia, ayudó para enviarlo a la capital del estado para estudiar música, pintura y dibujo. Debido al talento mostrado fue enviado a la Escuela Nacional Preparatoria de la Ciudad de México, bajo el mecenazgo de los ricos hermanos Cañedo; de allí pasó a la Academia de San Carlos, donde tomó clases con recocidas personalidades como Leopoldo Río de la Loza, Ladislao de la Pascua, entre otros. Pero decide formarse en la carrera científica por lo que ingresa a la Escuela Nacional de Ingenieros, donde cursa una parte de las asignaturas de las carreras de ingeniero topógrafo, hidromensor, parte de la de ingeniero geógrafo y la de ensayador y apartador de metales. Recibe el título de ingeniero ensayador en 1871 y unos meses después el diploma de socio de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística y de la Sociedad Mexicana de Historia Natural. Desde entonces comienza una larga y fructífera carrera de investigación, trabajo, negocios y política, sin dejar de mencionar su pertenencia a distintas sociedades nacionales y extranjeras.

Bárcena se distinguió por los numerosos estudios realizados del territorio mexicano; por la formación de cartas, planos, vistas y perfiles que acompañaron las investigaciones geológicas y geográficas sobre México que realizó de manera individual o en compañía de amigos y colegas, como Antonio del Castillo (Morelos, 2007). De su autoría es el Ensayo estadístico del estado de Jalisco donde los temas estadísticos acompañan a los geográficos y geológicos y donde el mismo Bárcena publica los mapas temáticos de Jalisco a escala: 1:500 000 (Bárcena, 1888 [1983]). Por sus relaciones políticas fue nombrado para representar a México en las Exposiciones Universales de Filadelfia (1876), Nueva Orleans (1885), París (1889), Chicago (1893) y Buffalo (1900). En 1877 se crea el Observatorio Meteorológico Magnético Central en la Ciudad de México, donde ocupa el cargo de director; en el marco de este instituto realiza una serie de estudios en compañía de otros jaliscienses como Juan Ignacio Matute y otras personalidades como Antonio del Castillo, Santiago Ramírez, Miguel Iglesias y Vicente Reyes. Su esfera de acción también fue la política, como se ha mencionado; en 1890 fue elegido gobernador de Jalisco y al término de sus funciones fue nombrado senador por Chiapas y Jalisco hasta sus últimos días. Muere en abril de 1899, sobreviviéndole su esposa y sus tres hijas.

La propuesta de Anabel Velasco con este breve ensayo es la recuperación de esa otra parte de la historia: la de sus actores, en la que combina el estilo del homenaje con el riguroso análisis de los hombres de ciencia que han forjado el pasado científico de México. Los relatos de las actividades científicas resultan de extraordinario valor como guías en la reconstrucción de episodios y de la documentación y, a la vez, es una oportunidad de reflexionar los enlaces con la historia y geografía regionales donde quedan sintetizados los diferentes aspectos sociales, culturales, económicos y políticos. Tal es el caso de la semblanza biográfica que presenta Anabel Velasco, quien elabora una secuencia cronológica sobre uno de los tapatíos más polifacéticos; se adentra por indagar quién fue el ingeniero, dónde realizó su carrera, quiénes le rodearon y, sobre todo, qué trabajos realizó, en qué instituciones participó y cuáles fundó con sus iniciativas. Es decir, permite identificar algunos pasos que hicieron posible el desarrollo y el arduo proceso institucional a través del cual los hombres de ciencia forman parte e interactúan con el poder local, regional y nacional.

Esta obra se dirige al público tapatío no sólo del mundo académico, sino a todo aquel interesado en el significado que reciben los espacios urbanos. El estudio, además de las consultas en fuentes de la época, como memorias y libros, incluye tres cuadros: uno que da cuenta de los descubrimientos botánicos y mineralógicos del ingeniero a los que dio el nombre de sus maestros y de otros personajes; el segundo cuadro enlista los trabajos dedicados a él, por ejemplo, de parte de Alfredo Dugés, lo que habla del reconocimiento de sus colegas y el tercero sobre los cargos académicos y políticos que ocupó a lo largo de su vida. Además, acompaña la obra una trascripción de un trabajo de Bárcena, publicado en 1881, sobre el tendido del camino de fierro de Guadalajara a Ameca, considerada una de las iniciativas tecnológicas de mayor interés económico para la integración de esa región agrícola. Ahí sugiere los estudios topográficos para favorecer el enlace de esa red técnica hacia el Pacífico. Una selecta bibliografía y hemerografía personal y del tema acompaña las últimas páginas de la biografía. Con esta edición, Anabel Velasco ofrece una primera, rápida y amena lectura sobre un actor clave en la geología y la geografía del siglo XIX. Es apenas un paso, al que deben seguir nuevas investigaciones que aborden de manera integral las facetas de este personaje.

 

REFERENCIAS

Bárcena, M. (1888 (1983)), Ensayo estadístico del estado de Jalisco, Gobierno de Jalisco/UNED, Guadalajara, Jalisco, México.        [ Links ]

Morelos Rodríguez, L. (2007), La vida y obra de Antonio del Castillo (1820–1895) en el proceso de institucionalización de las ciencias de la Tierra en México, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Facultad de Historia, Morelia, Michoacán, México.        [ Links ]

 

Nota

1 Se agradece el envio de esta obra a Luis Felipe Cabrales Barajas del Departamento de Geografía y Ordenación Territorial de la Universidad de Guadalajara, Jalisco.

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