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Investigaciones geográficas

versión On-line ISSN 2448-7279versión impresa ISSN 0188-4611

Invest. Geog  no.65 Ciudad de México abr. 2008

 

Editorial

 

El Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México ha terminado el Nuevo Atlas Nacional de México. Su publicación, a finales de 2007, es motivo de atención en esta editorial de Investigaciones Geográficas, Boletín del Instituto de Geografía de la UNAM. El atlas nacional es una obra o ensayo de comunicación que los mapas construyen para el conocimiento del territorio y de las poblaciones, de su pasado y de su actualidad. La elaboración del atlas nacional se ha convertido en una empresa altamente especializada y compleja que, además de unos contextos culturales y técnicos propicios, requiere de criterios para la selección de los contenidos. Luego de las ideas iniciales y el trazo de los primeros atlas nacionales, al comienzo del siglo XX europeo, la segunda mitad del siglo ha visto su auge y más países lo han adaptado como una tecnología geográfica vigente con una alta incidencia social y política por la calidad de la información y el diseño de los mapas.

La publicación del atlas nacional, en palabras del profesor Ferdinand Jan Ormeling (1912–2002), exige la integración de un conjunto de condiciones. Para él, en primer lugar, se requiere de estadísticas bien organizadas y diversificadas, de un período de tiempo largo, para proveer las bases cuantitativas de la fisiografía, la economía y la cultura. También un nivel de investigaciones y expertos disponibles para la evaluación y presentación de los datos en los variados campos que cubre el atlas. El elemento técnico es igualmente requerido, junto con el lenguaje cartográfico, para la construcción del atlas nacional. El financiamiento es esencial en estos proyectos que, por lo regular, es suministrado por los gobiernos de forma anual. Se necesita la integración de un comité editorial, además de la participación de otros especialistas, para la coordinación de la obra. Por último, el editor identifica los temas y los métodos de representación, al igual que valora la reducción de los costos de la producción y la actualidad de la información que refleja, en buena medida, el estado de los conocimientos de cada país.

Hay variantes que adaptan, en la práctica, las observaciones del profesor Ormeling, por ejemplo, en cuanto al financiamiento. Este renglón tiene que ver con la sede del atlas nacional. En el caso de la geografía mexicana, los atlas nacionales han quedado al margen de la intervención del Estado para centrarse en una actividad universitaria por excelencia. La edición del anterior atlas nacional, publicado también por el Instituto de Geografía entre 1990 y 1992, dio al grupo editor la experiencia suficiente sobre las estrategias académicas y políticas para llevar a buen término el proyecto. En esta ocasión, el Nuevo Atlas Nacional de México es heredero directo de la confianza, la energía y los altos vuelos que alcanzó la geografía mexicana con el primer resultado.

El Nuevo Atlas Nacional de México incorpora varias novedades que lo distinguen del anterior atlas. Destaca el cambio de escala del mapa base. En esta ocasión es 1:8 000 000, lo que exige un mayor grado de generalización de los datos. A la vez que la adaptación del lenguaje cartográfico, particularmente de las variables visuales en cada mapa. El nuevo atlas está concebido como un documento integral que requiere durante su consulta del cruce de miradas entre una sección y otra o entre un mapa y otro(s) mapa(s) en un ejercicio que pasa las hojas hacia adelante o hacia atrás para la selección e integración de la información y, finalmente, el análisis espacial de conjunto o bien centrado en alguna región o temporalidad del territorio mexicano.

El Nuevo Atlas Nacional de México se compone de cinco secciones. La primera de Mapas Generales contiene tres hojas con los rasgos esenciales del relieve y de la organización política a través de los municipios. Sigue la sección de Historia con 53 hojas y una propuesta de larga duración en el análisis del cambio geográfico. Los mapas ofrecen una nueva mirada de la geografía e historia mexicanas del siglo XV al XX. La sección de Sociedad comprende 78 hojas e integra información sobre las características esenciales de la población mexicana como la distribución en el territorio, la educación, la vivienda, la cultura, la salud o el rezago socioeconómico. El dominio de lo económico en la organización de los espacios mexicanos se refleja en la sección de Economía. La tercera parte es la más amplia del atlas, con 142 hojas. En los mapas se aprecian las actividades económicas del país, los intercambios de las regiones, las fronteras internacionales y las asimetrías producto de una desigual integración territorial. La última sección es la de Naturaleza y Ambiente. Un total de 56 hojas que combina los procesos de larga duración como la geología, la geomorfología, el clima y el karst con la incidencia del hombre sobre el territorio como las hojas de población, atmósfera y cambio climático, la de peligros, riesgos y desastres o la de regionalización ambiental.

En total 332 hojas y la participación de 142 autores y 27 colaboradores procedentes de los ámbitos públicos y privados que acudieron al llamado del Instituto de Geografía para la construcción de una nueva tecnología geográfica que ofrece en un formato homogéneo y comprensible, los rasgos esenciales de los mexicanos y de su territorio. El Nuevo Atlas Nacional de México ofrece un mejor entendimiento de las relaciones geográficas que caracterizan el país, así como propicia un rápido acceso hacia una síntesis de conjunto de la geografía mexicana y de sus regiones a través de los mapas.

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