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Investigaciones geográficas

versão On-line ISSN 2448-7279versão impressa ISSN 0188-4611

Invest. Geog  no.64 Ciudad de México Dez. 2007

 

Reseñas

 

L'espace social: Lecture géographique des sociétés

 

Véronique Meis*

 

G. Di Meo y P. Buléon (ed.; 2005), Armand Colin, Paris, ISBN 2-200-26892-0

 

* Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México

 

Guy di Méo es profesor de la Universidad de Bordeaux 3, Francia y autor de varios libros como L'Homme, la société, l'espace (1991), Les territoires du quotidien (1996) y Géographie sociale et territoires (1998). Es un geógrafo profundamente interesado por temas de la geografía social como la percepción, los espacios de vida y vivido, los territorios como invenciones individual y colectiva, etc. Ha escrito también varios artículos sobre el concepto denominado por él como la 'formación socio-espacial' que va a servir de guía a través de esta obra.

Este libro está definitivamente marcado por lo que se podría nombrar como 'la corriente francesa del pensamiento geográfico', sin embargo, desde las primeras palabras de la introducción, el autor insiste en que su concepción de la geografía social, que se distingue de los primeros geógrafos franceses del siglo XIX y principios del siglo XX (más preocupados por la cuestión del 'espacio de las sociedades' sin realmente poner atención sobre lo que está en juego en el nivel social) se enfoca sobre las estructuras y las posiciones sociales. La idea principal de la geografía social, tal como la están presentando en este libro, es estudiar las relaciones espaciales entendidas como "los enlaces afectivos, funcionales y económicos, políticos y jurídicos o puramente imaginarios que los individuos y grupos tejen con los espacios geográficos a donde ellos viven, que atraviesan o se representan"(p. 4). El autor pone en relación su punto de vista con la concepción del espacio social como producto de las luchas en el origen de la diferenciación social. La geografía social, en este contexto, intenta proponer métodos de conceptualización e identificación de tales espacios, como sus lógicas constitutivas y las instancias económicas, ideológicas y políticas que se agregan a ellos.

El autor precisa también la distancia que existe entre la geografía social y la geografía cultural, que tiende, según él, a olvidar realidades universales como la dominación, la explotación, la competitividad, las luchas sociales que provocan la distinción social y sus efectos espaciales: exclusión, marginación, etcétera.

En esta obra, se van a privilegiar cuatro maneras de acercarse a la realidad socio-espacial: estudio de la mezcla de las relaciones sociales con las espaciales; identificación de las posiciones sociales diferenciales en el espacio geográfico; estudio de los itinerarios cotidianos y las prácticas del espacio geográfico e identificación de las representaciones sociales del espacio.

Una primera parte del libro se concentra sobre nociones al incluir en el análisis del espacio social el tiempo (relacionado con el ritmo de las actividades humanas), el tipo de espacio (espacio vivido, espacio geográfico cartesiano y espacio como producción social) y el rol del actor (como productor del espacio). Introduce también la importancia del concepto de identidad, como enlace entre los seres humanos, sus sociedades y el espacio. La identidad es una construcción social, y entonces geográfica porque se produce en referencia a los espacios sociales a donde las personas viven y se mueven. Es también una construcción permanente debido a la movilidad que conocen los hombres y que les obliga a 're-definirse' de manera constante. Lo original de este punto de vista es que conduce a la conclusión de que 'el proceso de construcción de la identidad transforma el espacio geográfico en espacio social' (p. 56).

Una segunda parte se concentra sobre los modelos que contribuyen a la producción del espacio social:

1. Matriz social y espacial (a partir de los trabajos de Taylor y Wallerstein): "Mezcla de eventos, circunstancias y acciones concretas cuyos rasgos marcan de manera durable, en el espacio y en el tiempo, el universo de las sociedades" (p. 57). Por ejemplo, el autor se refiere a la caída del Muro de Berlín como un evento que parece marcar el final de la Guerra Fría, pero este evento forma parte de una serie de otros eventos que ya anunciaban el fin de esta época; sin embargo, este fecha tiene todavía los equilibrios anteriores y es sólo con el paso de unos años que los elementos de esta situación se organizan de otra manera dando lugar a otra era. En el caso de la matriz, se incluyen las dimensiones temporal y espacial que crean realidades sociales relativamente homogéneas, pero constituidas de interacciones complejas. Al nivel del tiempo, sería del orden de una generación humana y, al nivel del espacio, se tratarían de espacios amplios, como la totalidad del planeta el día de hoy.

2. Formaciones socio-espaciales (FSS): en el seno de estas matrices nacen las formaciones socio-espaciales, hechas de relaciones sociales, de sistemas de representación y de poder, pueden cubrir espacios del tamaño de una región, un estado-nación, etc. Este concepto lo desarrolló Guy Di Méo a partir del concepto de 'clase socio-espacial' de Reynaud. La ventaja de esta herramienta es que tiene una estructura flexible que le permite aplicarse a realidades o espacios variados, limitados o más indefinidos (simbólicos, históricos, etc.). Articula cuatro categorías mayores interdependientes, divididas entre la infraestructura y la superestructura. Por un lado, las dos instancias de la infraestructura (aspecto material) son la geografía y la economía. Las otras dos son la política y la ideología que constituyen, a su vez, la superestructura (aspecto ideal). El autor no duda en avanzar varias críticas de este modelo y reconoce también que estas categorías de la FSS no se limitan necesariamente todas al mismo espacio geográfico, pero lo importante de este modelo es la combinación, la interacción entre las cuatro instancias sobre un complejo territorial. El tiempo sigue siendo un elemento a incluir en este modelo.

3. Combinaciones socio-espaciales: a diferencia de la FSS, la combinación socio-espacial carece del tiempo y de una formación social amplia y diversificada, es decir, se identifica con grupos particulares. Suele integrarse a las FSS como puede llegar a mostrar las primeras señales de un cambio social y espacial adentro de ellas. Sin embargo, existen casos de transformación completa de la imagen de la FSS en función de la combinación socio-espacial; esto suele pasar cuando, por el aumento de sus características adentro de la FSS, se modifican los antiguos rasgos que solían definirla.

El autor prosigue su exposición para la presentación de cuatro herramientas conceptuales que son: el territorio (como mediación de nuestras relaciones sociales y espaciales), la territorialidad (como expresión global de lo espacial, lo social y las 'vivencias personales'), el lugar (como espacio circunscrito) y el paisaje (como una proyección interior del hombre sobre el mundo). El autor insiste en los aspectos simbólicos y no sólo naturales de estas nociones básicas. Concuerda con Frémont sobre el hecho que las diferencias sociales y las posiciones sociales como espaciales que crean los paisajes influyen sobre la percepción que se hacen los humanos de su medio ambiente (p. 99). Recomienda entonces estudiar el espacio social de manera dialéctica, entre lo "ideal" y lo "material".

La última parte de la obra se dedica a analizar, a partir de los artículos de varios autores, ejemplos actuales de situaciones sociales donde se aplicaron algunos de los conceptos y modelos que Guy Di Méo presentó anteriormente.

a) La Palestina: desde el punto de vista de sus habitantes, es a la vez un espacio representado, vivido y soñado.

b) La migración de campesinos Wolof: estos actores hacen crecer sus espacios de vida a través de su pertenencia a ambos lugares (llegada y salida); regresan periódicamente a sus lugares de origen lo que provoca la conexión entre los espacios de llegada y de salida.

c) Los vinos de Graves: las diferencias del valor de un espacio originalmente homogéneo lleva a producir vinos de valor económico diferente, a partir de la diferenciación y las luchas sociales emprendidas por sus propietarios para posicionarse en el mercado vitícola.

d) La Eslovaquia: análisis de la formación de una FSS a nivel nacional, dentro de cinco matrices socio-históricas.

e) Las migraciones de jubilados en el litoral francés: la llegada de estos migrantes provoca la modificación de los equilibrios socio-económicos de la sociedad receptora. Análisis de los espacios vividos por estas personas.

f) El mosaico socio-espacial en Filadelfia: la segregación no sigue necesariamente los espacios que uno podría imaginar, porque se crean sus FSS como un mosaico de grupos socio-espaciales que interactúan a diferentes escalas. Aquí el territorio actúa como símbolo de la distinción social.

g) Los Touaregs de Bankilaré: migraciones circulares, estudio de los lugares de tránsito, y su relación entre la llegada y la salida, análisis del viaje como elemento del espacio. La FSS puede entonces servir de herramienta al análisis de la movilidad, a partir de las representaciones sociales e individuales de los lugares atravesados por los migrantes. Aparecen también en este análisis los espacios practicados y no-practicados, y la importancia del trayecto emprendido.

 

CONCLUSIONES

El lugar de la geografía en este tipo de análisis se sitúa entre la dialéctica (el autor insiste en que las sociedades son capaces de producir y transformar sus espacios a través de la interacción de las cuatro categorías de la FSS), la geografía cultural que incluye la toma en cuenta de conceptos como las identidades, el imaginario, etc. (a pesar de ser diferenciada del tipo de geografía que quiere tratar el autor como lo mencionó en la introducción), las geografías de la vida cotidiana a través de las vivencias de varios grupos humanos y el análisis a diferentes niveles de escalas (de la combinación socio-espacial a la formación socio-espacial así como la matriz socio-histórica).

En el caso que se quisiera llevar este tipo de metodologías al nivel práctico, se podría hacer un intento de análisis de la Ciudad de México. Su estudio podría ser el de una formación socio-espacial que conlleva a la vez un imaginario (centro económico, lugar inseguro, mercado de trabajo para numerosos migrantes, etc.), un tiempo diferente en función de su crecimiento poblacional, unas interacciones entre las categorías de su FSS: infraestructura como lugar a donde uno puede encontrar todo (material) y con una gran oferta de trabajo o posibilidades de venta (económico) y a la vez el centro político e ideológico (presencia de la unam y numerosos centros de enseñanza, sedes de los partidos políticos). En esta matriz se podrían estudiar ciertas combinaciones socio-espaciales como la zona de Nezahualcóyotl o Tepito, o al revés el barrio de las Lomas, el de Santa Fe, que representan ciertas características particulares adentro de la FSS que es la Ciudad de México.

Los modelos y conceptos presentados en este libro permiten entonces una lectura dinámica de los espacios sociales, conjugando la estructura física y simbólica del espacio, a diferentes niveles de escala e incluyendo el tiempo.

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