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Investigaciones geográficas

versão On-line ISSN 2448-7279versão impressa ISSN 0188-4611

Invest. Geog  no.44 Ciudad de México Abr. 2001

 

Relaciones espaciales de un centro de mercado en la zona amuzga de Guerrero: el caso de Ometepec

 

Spatial relationships in a commercial center in the Guerrero's Amuzgan zone: the case of Ometepec

 

Álvaro Sánchez Crispín*

 

* Instituto de Geografía, UNAM, Ciudad Universitaria, 04510, Coyoacán, México, D. F. E-mail asc@igiris.igeograf.unam.mx

 

Recibido: septiembre de 1999
Aceptado en versión final: 26 mayo de 2000

 

Resumen

Este trabajo examina los espacios influenciados por la actividad comercial de Ometepec, localidad más importante de la parte oriental de la Costa Chica de Guerrero y puerta de acceso a la zona amuzga, recluida entre este estado y Oaxaca Se determinaron los alcances territoriales de la actividad comercial a partir de una encuesta orientada a establecer orígenes de productos y compradores. La zona de influencia de la actividad comercial de Ometepec se extiende tanto sobre la llanura cosiera como por la región de La Montana, una de las más atrasadas del estado y del país, asimismo, la delimitación político-administrativa entre Guerrero y Oaxaca juega un papel central en la configuración de este hinterland comercial.

Palabras clave: Guerrero, Ometepec, amuzgo, comercio.

 

Abstract

This article examines the commercial role of Ometepec, the largest human settlement in Eastern Costa Chica. Southern Mexico, and gateway to the Amuzgan realm The aim of the paper was to determine the linkages of regional commerce through a questionnaire-based research, looking at the origin of both products and buyers Ometepec's hinterland comprises settlements in the coastal plain as well as in mountainous areas, the latter being one of the poorest regions in the state of Guerrero and, indeed in the whole country. The political boundary between Guerrero and Oaxaca heavily influences the perimeter of this commercial hinterland.

Key words: Guerrero, Oaxaca, amuzgan, commerce.

 

INTRODUCCION

La zona amuzga guerrerense, donde se ubica Ometepec, está comprendida en la Costa Chica de Guerrero, una de las regiones más marginadas de México (Figuras 1 y 2). El espacio al este del puerto de Acapulco, que contiene trece municipios, se caracteriza por su marcada homogeneidad geográfico-física: una llanura costera amplia dentro del contexto del litoral pacífico mexicano; un clima tropical sub-húmedo, a cuyas condiciones se asocian las temperaturas medias anuales más altas del país; la presencia de ríos de poco caudal que corren de la Sierra Madre del Sur en cauces cortos hacia el Pacífico la excepción de los ríos Papagayo y Quetzala); suelos agrícolas importantes, en especial para el cultivo de frutales como la palma de coco, el limón y el mango; por efecto de la llegada de lluvias estacionales y temperaturas elevadas a lo largo del año, el bosque tropical subcaducifolio predomina en la Costa Chica de Guerrero, que se convierte en vegetación de palmar y manglar en la línea costera, y que juega un papel fundamental en la atracción de turistas hacia esta zona.

La hipótesis en la que se basa este estudio considera a Ometepec como la localidad central del oriente de la Costa Chica de Guerrero, tanto por la cantidad como por la calidad (sin especialización clara) de los comercios locales, que ha articulado para sí una zona de influencia de intenso intercambio extendida sobre seis municipios: Ometepec, Xochistlahuaca y Tlacoachistlahuaca, de la zona amuzga y Azoyú, Cuajinicuilapa e Igualapa.

Desde el punto de vista geográfico-económico, la Costa Chica es una región elongada que comprende porciones litorales de los estados de Guerrero y Oaxaca; en el primero se extiende desde el municipio de Acapulco hasta el límite con Oaxaca y en este estado se prolonga desde esa frontera hasta Puerto Ángel (Bassots, 1967; Sánchez-Crispín, 1984). No obstante, en algunos casos se separa a Acapulco del resto de los municipios de la Costa Chica por considerar que éste presenta una dinámica socioeconómica que rebasa no sólo los patrones medios regionales sino estatales (Estrada, 1994). En apego a esto último, es posible afirmar que no hay localidades urbanas en la Costa Chica guerrerense y, en 1995, el porcentaje de población que vivía en asentamientos totalmente rurales fue mayor que 85.1 En ese mismo año, el total de habitantes de la parte oriental de la Costa Chica de Guerrero era un poco mayor que 140 mil personas (Figura 3). Asimismo, las principales localidades eran las cabeceras de municipio, en particular Ometepec con casi 15 mil habitantes.

En cuanto a la composición étnica de la población de la Costa Chica de Guerrero, cuyo elemento predominante es mestizo, se registran dos situaciones singulares: primero, la presencia de grupos negros en la zona de Cuajinicuilapa, estudiados por Aguirre (1974), y únicos en el país junto a otros que viven en Veracruz, Oaxaca y Quintana Roo. La segunda circunstancia es la existencia del grupo étnico-lingüístico amuzgo, en particular en los municipios de Xochistlahuaca, Ometepec y Tlacoachistlahuaca, en el vértice sureste del estado de Guerrero (Velasco, 1989).2 En estos tres casos, la población amuzga alcanza el 35% o más del total de la población indígena municipal; el caso extremo es Xochistlahuaca donde se reporta a un 95% de los habitantes indígenas como de origen amuzgo3 (Figura 4).

La actividad económica de la Costa Chica, y en especial de la zona amuzga, se relaciona en forma estrecha con el medio geográfíco-físico: la agricultura, que consume grandes espacios en la región, es básicamente de temporal; la cría de ganado es poco significativa, excepto en el municipio de Ometepec; la industria está casi ausente en la zona, y las actividades de transformación se relacionan con la obtención de esencias, en particular a partir de la copra, y las artesanías que elabora la población amuzga en los tres municipios donde es importante este grupo étnico-lingüístico. Entre los artículos típicos elaborados por los amuzgos se pueden señalar algunos hechos con palma, cuchillos y machetes, así como textiles, entre los que destacan los huípiles y las camisas de chaquira.4

En el caso de las actividades terciarias, el comercio y los servicios han crecido de manera significativa desde el decenio de los años sesentas en aquellas localidades que quedaron enlazadas por la carretera Acapulco-Pinotepa Nacional y cuyo trazo original (en los años cincuenta) contemplaba pasar por Ometepec. No obstante los beneficios claros que acarrearía a largo plazo esta carretera, los ganaderos y agricultores locales, poderosos actores sociales de la época, se opusieron a la construcción de la misma; a) final del proceso, tuvieron éxito y la carretera fue reorientada para cruzar el río Quetzala a la altura de San Juan de los Llanos, lo que dejó a Ometepec a quince kilómetros de la vía de enlace principal de la Costa Chica. De manera interesante, ahora los ganaderos y comerciantes quieren y promueven la construcción de un camino pavimentado que "...saque a Ometepec del aislamiento y atraso en el que se encuentra..." Tal vía enlazaría a esta localidad con Cacanuatepec, Oaxaca; así, se crearía un nexo constante y seguro entre Ometepec y la Mixteca baja oaxaqueña.

Varias de las localidades de esta parte de Guerrero han sostenido su crecimiento demográfico con base en la expansión del comercio y la presencia de algunos servicios de poca especialización, por ejemplo el caso de San Marcos, Cruz Grande, Marquelia y Ometepec que, aún cuando no han alcanzado el rango de ciudad (es decir que, desde el punto de vista numérico, no rebasan los 15 mil habitantes), cuentan con un sector terciario relativamente importante.

Por último, el turismo de playa se ha consolidado en varios puntos de la Costa Chica de Guerrero, en particular desde el decenio de los setentas. Diversos lugares, de singular combinación entre playa, ríos y vegetación, han captado la atención de paseantes tanto nacionales como extranjeros (europeos, canadienses y estadounidenses) que llegan en forma periódica a la costa, con fines de recreación. A pesar de que no cuentan con una infraestructura adecuada para el alojamiento de estos turistas, lugares como Marquelia han visto girar una proporción importante de su PEA hacia el turismo en los últimos 25 años.5

 

METODOLOGÍA

Los estudios de Geografía del Comercio han tenido un avance de consideración en las sociedades desarrolladas, donde se han examinado los patrones de conducta de los consumidores atraídos por la oferta de servicios y comercios de ciudades medias de países como Estados Unidos (Besser et al. 1985). En México, el comercio, a través de la óptica del estudio de los centros de mercado local y regional, ha sido abordado por algunos antropólogos (Durston, 1976); sin embargo, desde la perspectiva geográfica, los trabajos no son numerosos (Chías, 1979; Fuentes y López, 1979; Simmons y Kamikihara, 1994; Seele y Wolf, 1996). Para este estudio se seleccionó un método, ideado en la Universidad de Arizona, que examina la conducta comercial de compradores en el sur de ese estado (Besser, op. cit.). Tal método se basa en una encuesta, que puede ser aplicada a otros sitios, que aborda las especificidades de los movimientos generados por la presencia de comercios en pequeñas localidades. En consecuencia, este estudio revela las conexiones espaciales de la actividad comercial con las poblaciones involucradas, tanto las que quedan dentro de la demarcación municipal de Ometepec, como las que están allende ésta.

Así, este trabajo está basado en una recopilación de información directa, hecha en Ometepec. en diciembre de 1994. La falta de datos periódicos y confiables sobre este municipio y, en general, sobre el estado de Guerrero, obligó a que la investigación se realizara con base en las fuentes disponibles en la Ciudad de México, para después llevar a cabo un trabajo de campo que incluyera: entrevistas no estructuradas con autoridades municipales y con actores clave de la actividad comercial local; encuestas a la población de Ometepec, cuyo objetivo fue esclarecer los patrones de movimiento en el espacio urbano y regional generados por el comercio ometepequense; entrevistas formales con propietarios de negocios de todo tamaño y giro para tener un conocimiento aproximado sobre los problemas que enfrenta el comercio formal local y, por último, distinguir y cartografiar las áreas donde se concentra esa actividad económica dentro de la trama urbana de la localidad y, en forma paralela, identificar el "centro" de ésta y el pico máximo en cuanto a valor y uso del suelo en Ometepec.

En esta forma. 152 personas (126 mujeres y 25 hombres), la mayoría de las cuales vive en la localidad y tiene una actividad de consumo frecuente, contestaron la encuesta El procedimiento seguido con tal fin fue: dividir el mapa de Ometepec en cuatro cuadrantes para elegir, en forma azarosa, manzanas y casas donde contactar a los posibles participantes. También, se abordó a personas en la calle, en el momento en que se dirigían al mercado local o a comercios específicos. En forma mayoritaria. la encuesta fue respondida por mujeres jóvenes, al frente de un hogar; sin embargo, varones y mujeres adolescentes y de edad avanzada también fueron incluidos en la muestra. Asimismo, se completaron 25 encuestas estructuradas con igual número de dueños de comercios del área central de Ometepec. Estos establecimientos abarcan desde los dedicados a la comercialización de artesanías amuzgas hasta una librería y una farmacia cuyo giro es el de productos veterinarios.6 Por último, para delínear el centro de Ometepec y distinguir el pico en cuanto a uso y valor del suelo de la localidad, se recorrieron las principales calles y se hizo un esbozo de censo comercial, por tipo y densidad de negocios encontrados.

La información derivada de las encuestas se vació a una matriz codificadora cuyos datos relevantes se computaron para obtener algunas correlaciones significativas. Asimismo, después de conocer los resultados de los cálculos, se representaron cartográficamente algunos elementos del estudio como: procedencia de los artículos comercializados en Ometepec, de los compradores en los negocios de la localidad y la detección del área central.

 

OMETEPEC, CENTRO DE POBLACIÓN DE PRIMER ORDEN EN LA COSTA CHICA

Ometepec se encuentra referido en mapas de diferentes épocas, por su importancia como sitio estratégico, de enlace entre la llanura costera y la sierra (Gerhard, 1986), Durante la Colonia, el asiento del poder en esta zona del actual estado de Guerrero estuvo en Igualapa; sin embargo, desde 1777, aquél fue transferido a Ometepec, lo que refuerza su papel estratégico-comercial respecto a las localidades entre los valles intermontanos de la Sierra Madre del Sur y la llanura del Pacífico. Tal significado económico adquirió esta localidad que, en 1850, se le confiere la calidad de municipio libre, seccionado del de Igualapa (UAA-NAFINSA, 1994). A fines de siglo pasado, y dentro del contexto de expansión de la agricultura en Guerrero cuya finalidad era abastecer de materias primas a diferentes industrias en varias ciudades del centro del país, Ometepec se convierte en un lugar de acopio de algodón, producto que recibía un procesamiento primario en esa localidad (Miranda, 1994). Otras actividades que fomentaron el intercambio local de bienes fueron la agricultura comercial de productos tropicales y la cría de ganado bovino. Asimismo, la industria, circunscrita a la producción artesanal, producía textiles que se comercializaban y acaparaban en Ometepec. Desde principios de siglo, los comerciantes de origen español que se habían asentado en Acapulco se desplazaron por toda la Costa Chica, para posesionarse de tierras agrícolas feraces y establecer comercios, circunstancia a la que no escapó Ometepec (Vizcaíno y Taibo, 1985).

En los primeros cinco decenios del presente siglo, la población de Ometepec evolucionó muy lentamente. En los albores del siglo XX, esta localidad tenia un poco más de 4 500 habitantes; sesenta años después la población no rebasaba los 5 000. Aún con este crecimiento lento. Ometepec se encontraba entre las localidades más pobladas del estado y era la segunda en número de habitantes, después de Acapulco, en toda la costa guerrerense. A partir de 1960, Ometepec presenta un incremento sustancial y constante de población, hasta casi alcanzar la cifra de 15 000 habitantes en 19957 (Figura 5).

Con referencia a la Población Económicamente Activa (PEA), la parte oriental de la Costa Chica tiene una estructura básicamente primaria.8 Sólo un 17% de la PEA de estos municipios se emplea en comercio y servicios, que en números absolutos es de un poco menos de 5 000 personas. Casi 1 300 activos se relacionan con el comercio, concentrados en proporción importante en los municipios de Ometepec (35% del total), Cuajinicuilapa (un tercio del total) y Azoyú (24% del total). En cuanto a los servicios, éstos dan empleo a cerca de 3 500 personas, 40% de ellos en Ometepec, una cuarta parte en Cuajinicuilapa y 20% en Azoyú; se trata de la burocracia municipal, estatal y federal, así como de personas dedicadas a los servicios comunales y de enseñanza, entre otros. Sólo en los casos de Ometepec y Cuajinicuilapa, la PEA terciaria, comercial y de servicios, era de más de un tercio del total municipal en ambos casos. Al mismo tiempo, se trata de una PEA cuya remuneración es muy baja, comparada con los promedios nacionales, pero relativamente más alta que la PEA empleada en el sector primario de la región en estudio.

Desde el punto de vista funcional, se puede indicar que el elemento más importante es el vínculo establecido entre Acapulco y las demás poblaciones de la Costa Chica de Guerrero, al que Ometepec no escapa, en particular en cuanto al servicio telefónico, las rutas de autobuses que convergen en el puerto, la presencia de sucursales bancarias cuyas sedes regionales están en Acapulco y la administración de los servicios de salud que se irradia desde éste (Sánchez, 1984). Es decir, a pesar de que Ometepec no forma parte del umland de Acapulco, sí se encuentra incluido dentro de su hinterland (Ibid.:216).9

 

OMETEPEC: CENTRO DE COMERCIO Y SERVICIOS

En 1995, la población potencialmente servida por el sector terciario de Ometepec era de casi 140 mil habitantes, si se consideran los seis municipios de la parte oriental de la Costa Chica. Además de Ometepec, otras poblaciones importantes de la región son: Cuajinicuilapa, con 8 500 habitantes en 1995; Marquelia con 6 600; con 4 000 están Azoyú y Xochistlahuaca y, finalmente, Tlacoacnistlahuaca, con 3 000 (Figuras 6 y 7). Asi, se trata de localidades pequeñas frente a una de tamaño medio dentro de la estructura urbana de Guerrero, con un mercado reducido, con poder de compra limitado porque la mayor parte de la población, de acuerdo con los datos del censo de 1990, no gana más de un salario mínimo mensual.10

Como ya se indicó, Ometepec no es una localidad urbana desde la perspectiva numérica. Sin embargo, funcionalmente, cuenta con elementos propios de una ciudad: presencia de bancos (con cajero automático), disponibilidad de servicios médicos especializados, estación de autobuses, cinco hoteles de diferentes categorías, una iglesia con superficie considerable para el tamaño de la localidad, biblioteca pública, dependencias de educación media superior, un instituto tecnológico, cuatro clínicas y hospitales, restaurantes y una tienda del ISSSTE.

Así, Ometepec cuenta con un número importante de comercios y servicios dentro del contexto regional de la Costa Chica de Guerrero Aunque la Cámara de Comercio local desapareció a mediados de los años setentas, actualmente, un poco más de 250 comerciantes se asocian en dos grandes uniones: la primera, la Unión de Locatarios y Comerciantes en Pequeño del Mercado Municipal, agrupa a casi 150 personas físicas y fue fundada en 1981; la segunda tiene cerca de 100 comerciantes, es la Unión de Comerciantes Fijos. Semifijos y Ambulantes de la Ciudad de Ometepec, que data de 1989. Ambas están afiliadas a la Confederación de Trabajadores de México, evidencia de una orientación política de la mayoría de los comerciantes locales hacia el PRI; lo mismo ocurre con los prestadores de servicio de transporte público que por medio de la Unión Sindical de Auténticos Operadores del Volante (que aglutina s los taxistas) y del Sindicato de la Unión Camionera de la Costa Chica (microbuses y camioneros locales), pertenecen a dicha confederación.

No existe una centrar de abasto en Ometepec, lo que la subordina a otras localidades, como Acapulco, en cuanto a necesidades de almacenamiento de productos.11 El comercio ambulante también está presente en esta localidad. Se halló una relación evidente entre tal actividad y los movimientos itinerantes de personas de origen oaxaqueño, en particular procedentes de la Mixteca Baja, que se dedican a la venta de una diversidad de artículos galvanizados, de plástico y peltre, en distintos lugares de la Costa Chica. Una circunstancia asociada a esto es que, hasta 1989, en los municipios de Xochistlahuaca y Tlacoachistalhuaca y al norte del de Ometepec, había extensas superficies dedicadas al cultivo de estupefacientes donde se empleaba fuerza de trabajo de Oaxaca.

Como consecuencia de las acciones emprendidas por el gobierno federal, en 1991 y 1992, se capturaron capos locales, lo que en forma aparente hizo disminuir el cultivo y tráfico de drogas en la región. Así, llegaron a Ometepec, entre 1993 y 1994, capitales y personas que imprimieron una dinámica especial al comercio local, con el propósito de activar distintos giros.

Entre los comercios de Ometepec, incluidos en la muestra, hay una distribución equitativa por tipo de tamaño (Figura 8). En cuanto a la antigüedad de los mismos, predominan dos tipos: los recientemente abiertos, con menos de dos años de existencia, y los antiguos, con una permanencia en el sector comercial por más de diez años; los límites superior e inferior de los negocios examinados fueron de 76 años y seis meses, respectivamente (Figura 9). No se distinguió una especialización en el uso del suelo, por giro, patrón al que sólo escapa la venta de bordados e hilados artesanales, emplazada en el vértice noreste del kiosko central.12

Conviene indicar que, tradicionalmente, Ometepec funge como ciudad-mercado de alcance regional; cada domingo, a él acude la población amuzgade diferentes localidades, de los municipios de Ometepec, Xochistlahuaca y Tiacoachistlahuaca para comerciar diversos productos agrícolas y artesanales; estas personas se concentran en los alrededores de la plaza central y sobre la avenida Cuauhtémoc, principal arteria del centro de Ometepec. Los amuzgos llegan al mercado dominical por diversos medios: en microbuses, en camiones de redilas, a píe. El problema del transporte, tanto de personas como bienes, en esta zona de Guerrero es todavía grave: Ometepec está unido por caminos no pavimentados con Xochistlahuaca (26 km) y Tiacoachistlahuaca (22 km), cuyas distancias correspondientes se cubren en cerca de tres horas.

Al mismo tiempo, los comercios locales, formalmente establecidos, expenden productos industriales que, en su mayoría, provienen de Acapulco, la Ciudad de México y otros sitios del país como Guadalajara, Monterrey, Puebla y Oaxaca, muchas veces triangulados con la Ciudad de México (Figuras 10 y 11). Los tipos de transporte más utilizados para la movilización de productos hacia y desde Ometepec, utilizan las vías terrestres aunque, en forma extraordinaria, también se puede recurrir al transporte de bienes y personas mediante pequeños aviones (Figura 12).13

De acuerdo con los datos de la encuesta, los consumidores realizan la mayor parte de sus actividades comerciales en la misma localidad. Así, dos tercios de las personas muestreadas hacen sus compras de ropa, calzado, libros y artículos escolares en Ometepec. En cuanto a artículos de uso y consumo más frecuente, la proporción es mayor, ya que el 96% de quienes fueron encuestados adquiere sus abarrotes comestibles en esta población.

Es innegable que la presencia de Acapulco, como centro regional de la costa de Guerrero, se deja sentir en Ometepec. A pesar de la distancia que separa a ambas localidades (163 km) y de los problemas de inseguridad en los desplazamientos por la carretera costera, en especial por las noches, una proporción significativa de quienes contestaron la encuesta afirmó dirigirse a Acapulco para comprar bienes específicos, en particular ropa y calzado (15% del total), juguetes (7%) y muebles y artículos para el hogar y libros y artículos escolares (5%, cada uno).14

El tipo de establecimiento comercial donde los habitantes de Ometepec adquieren la mayor parte de sus artículos son las tiendas que, en todas las categorías de productos que se especificaron en la encuesta, sobresalieron como el sitio más común de compra: más del 60% en cuestión de abarrotes, casi tres cuartas partes respecto a ropa y calzado y libros y artículos escolares y 40% en cuanto a compra de muebles y artículos del hogar y juguetes. El mercado, que tradicionalmente en México central y del sur desempeña un papel fundamental como el sitio de mayor surtido y que ofrece mejores precios en cada localidad, en Ometepec tiene un papel periférico, ya que sólo el 30% de los encuestados dijeron comprar sus abarrotes en el mercado municipal, un 10% realiza sus compras de ropa y calzado también ahí y un 5% adquiere algunos artículos para el hogar en ese mercado. Aquí hay que indicar que el actor comercial más importante de Ometepec es la tienda del ISSSTE, de propiedad federal y ubicada en la parte baja del Palacio Municipal. Este establecimiento es el competidor más fuerte de los locatarios del mercado municipal y de los comerciantes de abarrotes y farmacias, ya que expende sus productos a precios más bajos, permite el acceso a todo el público y está abierta 365 días al año. Una proporción significativa de los encuestados afirmó acudir en forma regular a la tienda del ISSSTE.

La frecuencia de compra hallada, mediante la encuesta, varía de acuerdo con el tipo de producto que se involucre en la actividad comercial: desde muy frecuente (casi 20% del total a diario) en el caso de los abarrotes, hasta rara vez, como en el caso de los libros y los materiales de construcción (35% dijo que una vez al año compraba libros y casi 20% expresó que compra materiales de construcción una vez cada dos a cuatro años).

Respecto a los medios de transporte que se emplean para el traslado de productos a Ometepec, los trailers, camionetas y aun los autobuses de línea, son empleados en la movilización de bienes; hay una dependencia absoluta del comercio ometepequense en relación con la carretera Acapulco-Pinotepa Nacional. En este sentido, también hay que indicar que el movimiento de carga y personas por las costas de Guerrero está monopolizado por la famosa oligarquía estatal de los Figueroa, que juega un papel vital en la dinámica de transporte regional; manejan volúmenes importantes de carga y sus líneas de autobuses, asociadas con la Flecha Roja y ahora integradas al grupo Estrella Blanca, mueven un gran número regional de pasajeros.

Para abastecerse de productos, los comerciantes locales realizan sus compras a través de distribuidores y comercios especializados de la Ciudad de México (casi la mitad de los entrevistados así lo afirmó); un tercio de los dueños de comercios de Ometepec depende de los representantes de diversas industrias, asentados en Acapulco, muchos de los cuales están vinculados con empresas de la capital del país. Asimismo, hay que añadir que Marquelia, en el municipio de Azoyú, desempeña un papel importante en la triangulación comercial regional, pues en esa localidad se encuentran bodegas destinadas a almacenar productos provenientes de la Ciudad de México y cuyo destino final es Ometepec.

Sólo un 12% de los comerciantes compra a productores locales, inclusive a los amuzgos; en este sentido se puede indicar que se detectó sólo un caso en el que, todavía, se realiza trueque (productos agrícolas por utensilios de plástico) entre un propietario de establecimiento comercial y los indígenas. Los comerciantes de Ometepec coincidieron en que la producción agrícola regional no es suficiente, ni constante como para generar un abasto confiable a los giros de este ramo; a ello hay que añadir que los caminos hacia los municipios de la sierra no están pavimentados y eso obstaculiza el aflujo de productos agrícolas, en especial durante la época de lluvias, que podría ser orientado hacia Ometepec.

A decir de los comerciantes locales, no obstante los problemas señalados con anterioridad, el número de clientes en sus establecimientos ha aumentado en los últimos años; ésta es la opinión de la mitad de los comerciantes entrevistados En contrapartida, el 20% de ellos comentó que ha descendido el número de sus clientes, Finalmente, los empresarios del comercio local ven con una perspectiva halagadora el futuro de esta actividad económica en Ometepec: 70% de ellos así lo atestiguó. Entre las dificultades que enfrenta este sector, comentadas por el resto de los entrevistados, se pueden señalar: la nutrida competencia de nuevos negocios, las rentas e impuestos cada vez mayores y los asaltos, tanto en los propios establecimientos como en la carretera.

Es evidente que la fase más dura de la crisis económica que enfrentó el país, entre 1994 y 1995, alteró las circunstancias halladas por este estudio, sin embargo, de acuerdo con información recabada en visitas posteriores a Ometepec (en 1996 y 2000), se aprecian dos situaciones que tienen que ver con la permanencia y reactivación de la actividad comercial: primero, el que el gobernador interino (entre 1997 y 1999), Ángel Aguirre Rivero sea originario de esta localidad explica, en gran medida, las inversiones ahí hechas por el gobierno estatal, en ese período. El capital fue orientado hacia la creación de infraestructura física para la actividad económica; en esta forma, se construyó un nuevo mercado, fuera de la parte central de Ometepec; se modernizó la vialidad urbana, lo que permitió un acceso más rápido a la plaza principal y se mejoraron las condiciones de alumbrado público, drenaje, banquetas, pavimentación y seguridad pública. La segunda situación, en la relación estrecha con la anterior, es que el número de negocios no se ha reducido en los últimos años y la dinámica de la actividad comercial local y regional se aprecia en una dimensión mayor que hace un quinquenio, con los mismos patrones de especialización espacial y de giros involucrados en ésta.

De acuerdo con lo contenido en la Figura 13, es claro que los asentamientos con mayor cantidad de población del oriente de la Costa Chica de Guerrero se encuentran fuertemente influenciados por la presencia de comercios en Ometepec. Las mayores frecuencias de relación se establecen con las poblaciones más importantes dentro del mismo municipio, como Zacualpan y Huajintepec, así como con la cabecera municipal de Igualapa. En un segundo plano de vínculos comerciales se hallan asentamientos de las municipalidades vecinas, de Azoyú (Marquelia, Juchitán y la cabecera municipal homónima), Cuajinicuilapa, Xochistlahuaca y Tiacoachistlahuaca (en los tres casos, se trata de las cabeceras municipales). Es importante resaltar que, de acuerdo con la convergencia de compradores a Ometepec, se revela un patrón en el que es coincidente la falta de vínculos entre ésta y otras localidades y la presencia de las estribaciones más abruptas de la Sierra Madre del Sur. De acuerdo con tal circunstancia, las distancias máximas hasta las cuales se deja sentir la influencia comercial de Ometepec son inferiores a 60 km.

 

CONCLUSIONES

Después de haber examinado los rasgos fundamentales de la actividad comercial contemporánea de Ometepec, se puede afirmar lo siguiente:

1. La influencia regional de Acapulco, cuyo ámbito rebasa el límite Guerrero-Oaxaca y llega a localidades como Pinotepa Nacional, con las que siempre ha tenido relaciones económicas de significado, incluye a Ometepec que, en este contexto, queda como un centro de actividad comercial de segunda jerarquía. También, la influencia de la Ciudad de México, aunque menos evidente que la de Acapulco, se deja sentir en todo el ámbito económico de la Costa Chica de Guerrero, Ometepec inclusive. Sin embargo, éste es un punto de referencia para el comercio regional por dos razones: primera, porque la zona amuzga está confinada a la parte alta de la Sierra Madre del Sur y no tiene otro lugar de contacto con el exterior que no sea Ometepec.

La segunda explicación se refiere a la ubicación de algunas poblaciones sobre la llanura costera, entre ellas Cruz Grande, Marquelia, Juchitán y Cuajinicuilapa, con las que históricamente Ometepec ha tenido un intercambio comercial frecuente, al ser sitios de paso en el intercambio entre éste y Acapulco.

2. La oferta de bienes y tipos de comercios en Ometepec se limita a lo básico: tiendas de abarrotes, panaderías, expendios de dulces, cigarros y paletas, farmacias, tlapalerías, comercios de telas, carnicerías, entre otros. No existe una especialización, ni un grado de sofisticación de los bienes ofertados, con lo que los artículos son de mediana calidad y de precios bajos. Sólo en algunos casos, los comercios se orientan hacia sectores específicos de la actividad económica, como la venta de productos veterinarios no se detectaron vínculos estrechos entre el comercio local y algunos servicios, como los restaurantes

3. De acuerdo con observaciones directas sobre la trama urbana y la existencia de edificaciones de varias plantas, el pico en cuanto a valor y uso del suelo en Ometepec se encuentra en la esquina de Cuauhtémoc y Guerrero, justo en el predio donde se ubican un hotel y la ahora extinta oficina local de Bancomer. Existe una clara concentración espacial de los comercios en Ometepec, que se alínean, básicamente, sobre la plaza central y la calle Cuauhtémoc, entre Pedro Ascencio Alquisiras y Constitución (Figura 14). Muy cerca de esta aglomeración de negocios formales, en las calles adyacentes, se permite la ubicación de puestos de vendedores ambulantes,

4. En cuanto a la influencia regional de Ometepec, se puede aseverar que las comunidades de Xochistlahuaca, Tiacoachistlahuaca e Igualapa dependen de esta localidad, casi de manera exclusiva, en sus intercambios comerciales; tales poblaciones señalan el límite del umland. El hinterland es más extenso e incluye espacios allende Marquelia hacia el oeste y Cuajinicuilapa hacia el sur, ambos asentamientos sobre la llanura costera.

En suma, se puede afirmar que Ometepec, en los próximos años, continuará con el papel de localidad central para el oriente de la Costa Chica de Guerrero, por la oferta y variedad de establecimientos comerciales y la relacionada con la presencia de servicios especializados de nivel medio.

 

AGRADECIMIENTOS

Expreso aquí mi reconocimiento a las siguientes personas: Arturo Cuevas, Josefina Gabriel y Oscar Reyes (en ese momento alumnos del Colegio de Geografía de la UNAM), por su colaboración en el levantamiento de la encuesta en Ometepec.

 

NOTAS

1 En 1995, de acuerdo con el conteo de población, había 529 localidades en los seis municipios de la parte oriental de la Costa Chica de Guerrero Ninguna de ellas era urbana; sólo Ometepec, con casi 15 mil habitantes, era un asentamiento mixto-urbano y Cuajinicuilapa y Marquelia, con más de 6 000 personas, cada una, eran localidades mixtas-rurales.

2 Según Mendizábal y Jiménez Moreno (citados por Vivó, 1990), los amuzgos tienen afinidad étnico-lingüística con los mixtécos y cuicatecos, grupos que se asientan principalmente en el estado de Oaxaca.

3 Estos municipios son los que presentan una marginación más alta en la región de estudio. A guisa de ejemplo, el analfabetismo ronda un 70% de la población de cinco años y más en los municipios de Xochistlahuaca y Tiacoachistlahuaca.

4 Con base en un recuento de los comerciantes locales de artesanías, se detectó que en el poblado de San José Ejido, donde habitan amuzgos, una camisa de chaquira costaba (en diciembre de 1994) el equivalente de 20 dólares Esta prenda en Ometepec valía 30 dólares; en la Ciudad de México se vendía en 55 dólares y en el aeropuerto de Guadalajara se pedían 83 dólares por la misma camisa. Es evidente que, con la sucesiva y constante devaluación del peso, estas cifras se han reducido en los últimos años; sin embargo, las proporciones de generación de ganancias se han conservado.

5 No obstante la presencia de la población amuzga, con una producción artesanal de importancia, Ometepec permanece aislado desde el punto de vista turístico. Sólo algunos compradores nacionales y del extranjero acuden al mercado de fin de semana en Ometepec, para adquirir artesanías.

6 Aunque la única librería de Ometepec tiene casi diez años de existencia (referidos a 2000), la venta de libros y videocintas educativas se mezcla en el mismo local con los artículos de papelería y el expendio de revistas y periódicos; a ello habría que añadir que se trata de una zona de habla amuzga, que no existen publicaciones en esta lengua y que ello merma el mercado potencial para este tipo de comercios.

7 Hacía fines de 1994, durante la visita de campo que se realizó a Ometepec, algunas autoridades locales comentaban que había más de 15 000 personas en la localidad Aún cuando no fuera así, la fisonomía del lugar es "innegablemente urbana", tanto por el área construida como por la consolidación de edificaciones y la cantidad y calidad de la oferta de comercios y servicios. Asimismo, se comentó que, en los últimos diez años, se han erigido más de diez colonias nuevas alrededor de Ometepec, lo que ha agrandado el espacio contiguo construido. Estas circunstancias han sido corroboradas en diferentes visitas posteriores, la última hecha a principios de 2000.

8 La PEA está referida a 1990, no hay datos publicados oficiales más recientes al respecto.

9 En el trabajo de Sánchez-Crispin (1984) se afirma que un 83% de los 163 km que separan a Acapulco de Ometepec está influenciado fuertemente por aquél. En otras palabras, la atracción de los comercios y servicios que se ofrecen en et puerto se deja sentir con mayor impacto hasta Marquelia, en el municipio de Azoyú.

10 Según el censo de 1990, los porcentajes de PEA que no recibían más de un salario mínimo mensual eran como sigue: >75% en Igualapa y Tiacoachistlahuaca; entre 75 y 50% en Azoyú, Ometepec y Xochistlahuaca y <50% sólo en Cuajinicuilapa Todos estos valores son superiores a la media estatal, de 40% de PEA con ingresos menores a un salario mínimo, cifra alta dentro del contexto nacional.

11 En Ometepec, además del mercado central, se tiene la posibilidad de compra en un tianguis semanal, que los martes se emplaza en la periferia de la localidad. Este mercado itinerante se desplaza dentro del área comprendida entre Cruz Grande al oeste y Pinotepa Nacional al este, con incursiones hacia la sierra, en Azoyú y San Luis Acatlán.

12 A guisa de ejemplo, el valor de uso del suelo en Ometepec varía sustancialmente de tal manera que, en ciertos predios, ubicados frente al lote de valor más alto, se pagaban 6.6 dólares por m2de renta mensual. En contraste, a unas cuantas casas de distancia, en la misma manzana y en el mismo flanco de la calle, el valor de uso del suelo de la tienda regional de productores agrícolas era de cuatro dólares por m2.

13 También se genera un comercio de alcance internacional desde Ometepec, se trata de la exportación de productos agrícolas orgánicos, como la miel, que se produce localmente y que se comercializa a través de la Tienda Regional de Productores Agrícolas, que a su vez está asociada con la Unión Nacional de Productores Agrícolas Ésta gestiona permisos y acelera el traslado de la miel desde Ometepec a Inglaterra, vía Oaxaca y Veracruz.

14 Es importante indicar que los datos que se revelan en este trabajo fueron levantados antes de la devaluación del peso de diciembre de 1994, con lo que se espera que los patrones de desplazamiento desde Ometepec hacia Acapulco disminuyan, tanto por el alza generalizada en precios de artículos que la población local compra en el puerto como por las tarifas de los diferentes medios de transporte, que fueron sustancialmente elevadas a partir de marzo de 1995.

 

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