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Estudios sociales (Hermosillo, Son.)

versión impresa ISSN 0188-4557

Estud. soc vol.24-25 no.47 Hermosillo ene./jun. 2016

 

Artículos

Rasgos socioculturales de los jóvenes en México: bienestar, cultura y política

Socio-cultural characteristics of young people in Mexico: well-being, culture, and politics

Luz María Ortega Villa*   

Ángel Manuel Ortiz Marín* 

Victoria Elena Santillán Briceño* 

Esperanza Viloria Hernández* 

* Universidad Autónoma de Baja California, México.


Resumen:

Con base en dos encuestas nacionales aplicadas por el gobierno mexicano, se presenta un análisis secundario de las bases de datos de la Encuesta Nacional de Juventud 2010 y la Encuesta Nacional de Cultura Política de 2012, para analizar la situación de los jóvenes mexicanos en algunos aspectos de su bienestar y sexualidad, consumo y acceso a bienes culturales, sus interacciones con otros, y la cultura política que practican. A pesar de las limitaciones de la Encuesta Nacional de Juventud 2010 y su aplicación, se delinean algunos rasgos que permiten conocer a las y los jóvenes mexicanos: condición laboral y educativa, patrones de interacción específicos según edad, un marcado sedentarismo, escasas expresiones de la subjetividad, muy poco interés y participación en la política institucional, y la desconfianza hacia sus protagonistas.

Palabras clave: juventud mexicana; encuestas; cultura; ciudadanía; participación política

Abstract:

Based on data from two national surveys commissioned by the Mexican government, a secondary analysis of the databases of the 2010 National Youth Survey and the 2012 National Survey of Political Culture is presented in order to analyze several aspects of the situation of Mexican youth: their well-being and sexuality, their cultural consumption and interactions, as well as their political involvement and participation. Notwithstanding some limitations found in the 2010 National Youth Survey, some traits are delineated, which allow for a better knowledge of this population group, such as: job and scholar conditions, interaction patterns according to age, a noticeable sedentary way of living, few expressions of their subjectivity, and little or no interest in institutional politics along with distrust of their main characters.

Key words: Mexican youth; surveys; culture; citizenship; political participation

Introducción

La información estadística se ha convertido, en el último siglo, en una herramienta para la planeación, tanto en el sector público como en el privado. En México, además del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que lleva a cabo los censos generales de población y encuestas especiales, las instituciones de educación superior se han convertido en auxiliares de la planeación al proveer información estadística en temas relevantes para las regiones y el país. Tal es el caso de la encuesta, que sobre la juventud mexicana, se instrumentó desde el año 2000 y que en 2005 fue replanteada por un grupo de destacados académicos nacionales para ser aplicada como Encuesta Nacional de Juventud o ENJ (Imjuve, 2006a).

Aun cuando es de reconocerse la preocupación del gobierno mexicano por conocer mejor a este sector de población, sobre el cual se aplican encuestas temáticas (tabaquismo, adicciones, cultura política, valores), en el caso de la más reciente entrega de la ENJ 2010 (Imjuve, 2011a) una primera observación que habría que hacer es que -siguiendo el criterio establecido en la de 2005- ubica en el concepto "juventud" a quienes tienen entre 12 y 29 años, lo cual no coincide con el criterio establecido por la ONU desde el año 2000, y que es adoptado también por el INEGI (2013), el cual identifica a este grupo etario como el conformado por individuos de entre 15 y 24 años de edad.

En segundo lugar, la estructura del instrumento refleja las preocupaciones que sobre la juventud tiene el mundo institucional, no los temas que preocupan a los jóvenes. Se ha diseñado un instrumento para saber "cómo son los jóvenes mexicanos", desde la perspectiva de los adultos (académicos, funcionarios públicos, políticos) que los observan. Como anotaría Bourdieu (1990) a propósito de las encuestas de opinión, lo primero que hay que cuestionar es desde dónde se están haciendo las preguntas y los supuestos que las alimentan. Porque, entre el instrumento utilizado en 2005, que fue elaborado con asesoría de expertos en el tema de juventud (Imjuve, 2006a) y el de 2010 (Imjuve, 2011b), se nota la gran ausencia de interés por la cultura juvenil, por sus ideales, por sus temores y expectativas, por su sexualidad real, por su identidad política, por sus prácticas de consumo de bienes culturales, así como por la semejanza o diferencia entre sus valores y los de sus padres. En pocas palabras, en la ENJ 2010 desapareció el interés por el ser de los jóvenes, y las preguntas que se formulan revelan una preconcepción sobre lo que institucionalmente se espera de ellos/ellas. Por eso la ENJ 2010 no pregunta si se han tenido relaciones sexuales con alguien de su mismo sexo, sino si se han "enamorado" de alguien de su mismo sexo; tampoco pregunta si comparten las mismas opiniones que sus padres en temas como la política, la religión, la moral, el tiempo libre, la familia, etc.; sobre su intención de votar, su actitud de confianza ante sus semejantes o su permisividad ante ciertos comportamientos, temas que sí eran tratados en el instrumento de 2005 (Imjuve, 2006b).

En tercer lugar, es importante señalar que el análisis secundario aquí presentado, pretendía dar cuenta de un sector de la población poco estudiado como son los jóvenes mexicanos. Sin embargo, al revisar las bases de datos e identificar los posibles análisis estadísticos se encontraron serias inconsistencias para llevar a cabo una descripción de mayor significancia estadística. Por ejemplo, de acuerdo con los resultados de la ENJ 2010, se señala que la muestra fue de 29,787 jóvenes (Imjuve, 2011c: 6), al consultar y trabajar con la base de datos, el total de individuos es, en la mayoría de los casos, de 28,005 personas lo que obligó a circunscribir el análisis estadístico a la descripción de frecuencias y porcentajes y lleva a cuestionar: ¿Cómo fue aplicado el instrumento? ¿Por qué varía el total de población encuestada? ¿Qué pasó con los 1,782 faltantes?

Al revisar el cuestionario individual utilizado en la ENJ 2010 se observa que las rutas de llenado no tienen secuencias congruentes, en particular las secciones 2, 3 y 4, lo que podría haber dado lugar a que los encuestadores "saltaran" reactivos y por ende, que falten datos. Además, no hay en Internet un documento de metodología que explique la forma en la que se aplicó el instrumento y el modo en el que se capturó la información de las respuestas de los jóvenes considerados en la muestra.

No obstante, al ser la ENJ el esfuerzo de mayor alcance a la fecha, sus datos pueden ser utilizados -con las reservas del caso- para tener un diagnóstico de la situación de la juventud mexicana, como se deduce que ocurrió con la ENJ 2010, que sirvió de base para la elaboración del Programa Nacional de la Juventud 2014-2018. La ENJ 2010 puede ser útil, por otra parte, para arrojar una mirada distinta que, partiendo del reconocimiento de las etapas por las cuales transitan las personas en su desarrollo, ayude a comprender las circunstancias, vivencias y expectativas de quienes al tener entre 12 y 29 años, son agrupados bajo el concepto de jóvenes.

Por tanto, cabe preguntarse: ¿Qué nos dice la ENJ 2010 acerca del bienestar de los y las jóvenes de México? ¿qué se puede interpretar de los datos acerca de las personas con quienes entablan relación y con quienes conviven?

Otro instrumento, la Encuesta Nacional de Cultura Política en su versión 2012 (INEGI, 2012), sirve de base para explorar la percepción que tienen los mexicanos acerca de la política y su actitud hacia la misma. Para el caso de este trabajo, se utilizaron específicamente los datos que corresponden al rango de edad de 18 a 24 años y, particularmente, se focalizó el ejercicio de análisis en determinados reactivos que fueran significativos con el objetivo de dimensionar, en ese grupo etario, algunas respuestas a las preguntas: ¿Cuál es la cultura política que practican los jóvenes mexicanos? y ¿cuál es su opinión sobre la democracia en México?

Así, el propósito de este documento es conocer mejor a los jóvenes mexicanos desde la perspectiva de algunos aspectos de su bienestar y sexualidad, algunas prácticas culturales, y la cultura política que practican. Aspectos que son, a nuestro juicio, centrales en la conformación del imaginario social, cultural y político de la juventud contemporánea, y sobre los cuales han reflexionado, tanto en México como en Latinoamérica, autores como Niño (2008), Mayer (2009), Feixa (1999) y Castillo (2008), entre otros.

Para cumplir el propósito anotado, se procedió al análisis de los datos de dos levantamientos de información estadística aplicados por el gobierno mexicano: la Encuesta Nacional de Juventud 2010 (ENJ 2010), coordinada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y la Encuesta de Cultura Política 2012, coordinada por la Secretaría de Gobernación. La selección de los temas tratados obedece a ejercicios previos de investigación que este grupo de académicos ha realizado en torno al consumo de bienes culturales, la cultura política y la calidad de vida de los jóvenes en relación con los temas de educación, sexualidad y trabajo, que se han publicado previamente (Ortiz, 2013; Santillán y Viloria, 2013; Ortega, 2011), en los cuales se aplicaron métodos cualitativos y cuantitativos, pero focalizados en un contexto local y regional. De ahí la pertinencia de ampliar el aporte de esos estudios mediante el análisis estadístico de segundo orden de bases de datos oficiales, particularmente con respecto a los temas sobre los cuales se poseen referentes, pero ahora a nivel nacional, a fin de integrar los resultados de otros estudios y lograr una lectura más amplia sobre los jóvenes y algunas de sus prácticas cotidianas.

Jóvenes mexicanos: perfil sociodemográfico y condiciones de bienestar

En el tema de los jóvenes la categoría de bienestar destaca como referente de la calidad de vida o satisfacción alcanzada por los individuos al resolver sus necesidades y cumplir con sus aspiraciones a partir de determinadas condiciones de vida y oportunidades (Vergara, Alonso, Palacio y Rojas, 2009), categoría que está integrada por subcategorías que la especifican y la representan: la educación, el trabajo y la sexualidad.

Con el propósito de identificar las condiciones de educación, trabajo y comportamientos que caracterizan la sexualidad de los jóvenes, se retomaron de la ENJ 2010 los datos de cinco secciones: sexualidad, educación, primer trabajo, empleo actual y búsqueda de trabajo. Asimismo, se tomaron los datos básicos que permitan conocer los rasgos demográficos de la población encuestadas. Así, la ENJ 2010 muestra una cantidad ligeramente superior de mueres encuestadas (52.9%), que se acerca a la proporción que ellas tienen en la población total mexicana, donde es de 51% de mujeres y 49% son los hombres (INEGI, 2010).

Por grupos de edad, en el Cuadro 1 se observa que una quinta parte (20.9%) corresponde a quienes tienen entre 18 y 20 años, aunque la mayor concentración acumulada de jóvenes está en el grupo de los 15 a los 17 años (19.7% del total), seguido por quienes tienen entre 12 y 14 años (16.4%).

Fuente: elaboración propia con base en la Encuesta Nacional de Juventud 2010 (Imjuve, 2011a).

Cuadro 1 Edad de los jóvenes encuestados. 

En lo que respecta a la escolaridad, 65.1% de los jóvenes encuestados ha cursado, al menos, la secundaria; esto significa que 38% completó ese nivel y 27.1% llegó hasta preparatoria o bachillerato; asimismo, destaca que el porcentaje de quienes estudiaron licenciatura es similar al de quienes solo completaron la primaria (13.8%) (datos a partir de Imjuve, 2011a).

Con base en los datos de la ENJ (Imjuve, 2011a), se obtuvo que del total de la muestra, 51.2% reportó que no estaba estudiando; en el Cuadro 2 se pueden observar los motivos principales por los cuales los jóvenes dejaron de estudiar, aunque cabe señalar que un 20.5% ya había concluido sus estudios en el momento de la encuesta, lo que los excluye de esta pregunta. Entre quienes respondieron, se tiene que un 15.7% no tenía dinero para seguir estudiando y otros refieren que debían trabajar (15.3%). Otro aspecto interesante es que 10% señaló abandonar sus estudios por aburrimiento, comportamiento este último ya identificado por Santillán y Viloria (2013) en una investigación realizada con un grupo de jóvenes mexicanos y argentinos, quienes precisaron que asistir a la escuela no es la actividad más importante en su vida.

Fuente: elaboración propia con base en la encuesta nacional de juventud 2010 (Imjuve, 2011a).

Cuadro 2 Motivos para dejar de estudiar 

En contraste, en el caso de los jóvenes interesados en seguir estudiando (37.5%), el mejorar su nivel de vida representa la razón principal para ello (40.7%); propósito estrechamente ligado con dos aspiraciones: la posibilidad de aprender u obtener mayores conocimientos, como lo reporta un 20.4%, y tener acceso a un mejor trabajo (19%), aunado al interés de conseguir trabajo, como lo refiere un 10.4% de estos jóvenes (datos a partir de Imjuve, 2011a).

Es de destacar que si bien como se ve en el Cuadro 2, algunos de los jóvenes abandonar sus estudios por que "tienen que trabajar" (15.3%), una proporción mayor (19%) valora el seguir estudiando, justamente para poder "tener un mejor trabajo" (dato a partir de Imjuve, 2011a). En conjunto, estos datos sugieren que por lo menos en el imaginario de algunos jóvenes, los estudios constituyen un dispositivo o un punto de conexión con el mundo del trabajo.

Las cifras también hacen notar la presión de la demanda educativa de nivel superior (Cuadro 3), y que 42.7% de los encuestados señala la aspiración de alcanzar el nivel de licenciatura y 21.7% pretenden llegar a nivel de posgrado (porcentaje superior al de quienes tienen nivel de licenciatura).

Fuente: elaboración propia con base en la Encuesta Nacional de Juventud 2010 (Imjuve, 2011a).

Cuadro 3 Nivel de estudios que le gustaría alcanzar 

Actividad laboral

Entre los encuestados, 56.2% alguna vez ha trabajado y 43.8% no lo ha hecho; es decir, en su mayoría este grupo de jóvenes cuenta con cierta experiencia laboral (datos a partir de Imjuve, 2011a). Entre las razones principales para trabajar están la falta de dinero (29.5%), la necesidad de dinero en casa (21.4%), adquirir experiencia laboral (12.3%), aprender un oficio (6.7%) y terminar los estudios (6.5%). Esto es, los jóvenes trabajan principalmente por cuestiones económicas y no necesariamente por haber concluido sus estudios (Cuadro 4).

Fuente: elaboración propia con base en la encuesta nacional de juventud 2010 (Imjuve, 2011a).

Cuadro 4 Razones para trabajar 

Como se observa en los Cuadros 5 y 6, del 31.3% de los jóvenes encuestados que manifiestan sentirse satisfechos con su trabajo, 20.7% expresa que lo que más le gusta del mismo es el salario o sueldo percibido, 15.5% dice que la posibilidad de aprender y, junto a esta, la adquisición de experiencia (14.4%), además del ambiente de trabajo (13.4%) y tener tiempo para estar con la familia (12.8%). En cuanto a los porcentajes bajos, resulta interesante que un 5.7% indica gusto por trabajar y estudiar a la vez, así como hay un 2.5% cuyo agrado deriva de aplicar lo que ha estudiado, lo que supone que una proporción significativa de jóvenes, se ubica laboralmente en trabajos no relacionados con su formación. En contraparte, los aspectos que menos les gustan del trabajo son el ingreso o salario percibido (28.8%), la falta de oportunidades de ascenso (13.1%), la falta de tiempo para estar con la familia (9.5%), no tener tiempo para estudiar (5.6%) y que no aplican lo que se ha estudiado (5.2%) De este modo, el ingreso o salario, tener tiempo para la familia, así como la posibilidad de estudiar al mismo tiempo, son aspectos importantes para que a los jóvenes les guste o no su trabajo.

Fuente: elaboración propia con base en la encuesta nacional de juventud 2010 (Imjuve, 2011a).

Cuadro 5 Lo que más le gusta de su trabajo 

Fuente: elaboración propia con base en la encuesta nacional de juventud 2010 (Imjuve, 2011a).

Cuadro 6 Lo que menos le gusta de su trabajo 

Destaca que a los encuestados que sí trabajaban les tomó, en promedio, trece meses encontrar trabajo (dato obtenido del cálculo de la media aritmética de la información proporcionada), y de ellos, el 52.5% dijo que contar con educación es lo más importante para ubicarse laboralmente, 25.7% consideró que es la experiencia laboral, y en mucha menor proporción están la capacitación (6.5%) o los contactos personales (6.1%) (ver Cuadro 7).

Fuente: elaboración propia con base en la Encuesta Nacional de Juventud 2010 (Imjuve, 2011a).

Cuadro 7 Aspectos que considera importantes para conseguir trabajo 

Por otra parte, si bien la media de la edad de inicio laboral es de 15.92 años, cuando se analiza por rangos de edad, en el que va de 6 a 13 años de edad los hombres son quienes reportan su integración a la vida productiva en mayor proporción (59.6%) que las mujeres (40.4%); pero entre los 22 y 29 años de edad el porcentaje de mujeres (60.4%) que se incorporan al trabajo es mayor que el porcentaje de hombres (39.6%) (datos a partir de Imjuve, 2011a).

Sexualidad

Aunque la sexualidad es un asunto privado e individual, también es un asunto público sujeto a análisis político y social cuando ocurren posicionamientos que violentan el derecho o garantía de las personas a la salud sexual; esto es, a la libertad individual para vivir o gozar la sexualidad (Medina, 2014). Así, en cuanto a la forma en que los jóvenes viven la sexualidad, los datos obtenidos de la ENJ 2010 (Imjuve, 2011a) refieren que 48% de los encuestados no había tenido aún su primera relación sexual, esto es, no tenían vida sexual activa; por su parte, el 52% declaró ya haber tenido su primer encuentro sexual, y entre estos, ocurrió, en promedio, a los 17 años de edad. Entre los jóvenes activos sexualmente, el 50% eran hombres y 50% mujeres.

En el Cuadro 8 se aprecia el tipo de vínculo que tenían los jóvenes encuestados con la persona que iniciaron su vida sexual: de noviazgo, el 55%; de esposo o esposa, 23.2%; mientras que para un 18.4% la amistad fue el lazo existente en la primera relación sexual. Por otra parte, el cuadro 9 permite identificar que la razón fundamental por la que los jóvenes encuestados argumentaron haber tenido su primera relación sexual fue el amor (47.8%); la curiosidad (21.9%), o el gusto o voluntad propia (16.6%), cifras que contrastan con el 3.9% que señaló haber tenido su primera relación sexual al casarse o unirse en pareja.

Fuente: elaboración propia con base en la Encuesta Nacional de Juventud 2010 (Imjuve, 2011a).

Cuadro 8 Con quién tuvo su primera relación sexual 

Fuente: elaboración propia con base en la Encuesta Nacional de Juventud 2010 (Imjuve, 2011a).

Cuadro 9 Motivo de la primera relación sexual 

En cuanto a la frecuencia de las relaciones sexuales en el grupo de jóvenes encuestados con vida sexual activa (52%), un 22.2% refirió haber tenido relaciones sexuales más de cinco veces en un periodo de 30 días, mientras que 21.3% lo había hecho de dos a tres veces en el mismo lapso. Resulta interesante que el mayor porcentaje de los encuestados (30.3%) que ha iniciado su actividad sexual, exprese que en ese mismo periodo de tiempo no ha tenido relaciones sexuales, como se aprecia en el Cuadro 10. En lo general, se trata de un grupo sexualmente activo, ya que 68.8% de los jóvenes encuestados tiene entre una y más de cinco relaciones sexuales en 30 días. Actividad sexual frecuente y variada, ya que el 48.4% de este grupo de jóvenes (sexualmente activos) refiere haber tenido, en el último año, de entre uno a siete compañeros sexuales, y de este mismo porcentaje de jóvenes, 53.2% reportó usar anticonceptivos o método de protección en sus encuentros sexuales (dato obtenido del cálculo de la media aritmética del uso por parte de los jóvenes de anticonceptivos).

Fuente: elaboración propia con base en la Encuesta Nacional de Juventud 2010 (Imjuve, 2011a).

Cuadro 10 Número de relaciones sexuales en los últimos 30 días 

Relaciones con los demás

Es en la relación con otras personas como se transmite la cultura, y también mediante las interacciones con otros, el individuo se reconoce como una persona con identidad propia, aunque semejante a sus pares (Fernández y Rizo, 2009). En tal sentido, resulta interesante indagar sobre quiénes son los compañeros cotidianos de los jóvenes encuestados, con quiénes comparten sus inquietudes y de quiénes obtienen modelos y orientación.

Los datos del cuadro 11 muestran, de manera general y sin tomar en cuenta diferencias de edad o sexo, que para ir al cine y a pasear, los jóvenes encuestados, prefieren la compañía de los amigos (28.3%) o la pareja (24.4%), en tanto deporte y las compras se llevan a cabo sobre todo con amigos. Aun cuando una cuarta parte de los encuestados ve televisión con sus papás, un porcentaje cercano a la quinta parte (19.9%) lo hace con su pareja.

Fuente: elaboración propia con base en la Encuesta Nacional de Juventud 2010 (Imjuve, 2011a).

Cuadro 11 Principalmente con quién acostumbra hacer las siguientes actividades (porcentajes, N-28,005) 

Por lo que se refiere a la interacción y diálogo con otras personas a fin de compartir perspectivas, emociones, ideas o experiencias, se hace notar que los problemas del país o la política no son temas relevantes para los encuestados, pues 36.5% respondió no platicar con nadie acerca de lo primero, y 43.7% dijo que no platican de política con alguien más (ver cuadro 12). Esto ya señala un rasgo que es considerado característico de la juventud, como lo es su desinterés por la política, y que se abordará más adelante. En cambio, los jóvenes encuestados, recurren a los amigos o la pareja para conversar sobre cine, televisión o sobre su propia familia; mientras que de sus propios problemas y sus sentimientos, son la mamá o la pareja (22.4% cada uno) los principales interlocutores. Sin embargo, cuando se trata de platicar acerca de la pareja, poco más de una cuarta parte de las personas encuestadas dijo que no lo comenta con nadie, y 20.4% lo hace con sus amigos. Estos porcentajes muestran la condición de soledad en que se encuentran muchos jóvenes, pues aun cuando realizan diversas actividades con amistades, familia o pareja, pocos comparten más que un espacio físico y logran expresar su subjetividad mediante el diálogo con otros.

Fuente: elaboración propia con base en la Encuesta Nacional de Juventud 2010 (Imjuve, 2011a)

Cuadro 12 Principalmente con quién platica sobre los siguientes temas (porcentajes, N-28,005) 

Respecto de los proyectos y planes de los jóvenes, en su mayoría los comparten con la pareja (25%) o los padres (20.9%); y si se trata de sexo, poco más de una cuarta parte platica con su pareja, aunque también con los amigos (20.3%) o con nadie (21.6%).

Es de destacar que los jóvenes encuestados reconocen a los padres y maestros como principales figuras que les han enseñado lo que saben de sexualidad, política y drogas, con una leve preeminencia de los maestros en el tema de política.

Al analizar los datos agrupados por las edades de los jóvenes encuestados, en tres rangos, se puede apreciar que presentan diferencias en cuanto a las personas con quienes llevan a cabo algunas actividades. Así, aun cuando ir al cine o al teatro no es una actividad frecuente, cuando la realizan quienes tienen entre 12 a 17 años es sobre todo con sus amigos (34.3%; y la proporción desciende al aumentar la edad, pues entre los jóvenes de 18 a 23 años la salida al cine o teatro con amistades representa 30.8%, mientras aumenta la proporción de quienes lo hacen con su pareja (28.8%), que es la opción de mayor porcentaje (38.6%) entre quienes tienen de 24 a 29 años (ver Cuadro 13). Un comportamiento similar se observa en el ir de compras, ya que entre el grupo de menor edad (12 a 17 años) esto lo hacen sobre todo con los papás (28%) o con la madre (27.9%), pero a medida que los jóvenes crecen 18 a 23 años) aumenta la proporción de quienes van de compras con su pareja (23.5%) o amigos (20.7%) al tiempo que los padres pierden importancia, hasta que en el grupo de 24 a 29 años el ir de compras con la pareja tiene el mayor porcentaje (43.7%) (datos a partir de Imjuve, 2011a).

Fuente: elaboración propia con base en la Encuesta Nacional de Juventud 2010 (Imjuve, 2011a).

Cuadro 13 Con quién acostumbra ir al cine o teatro, por grupos de edad 

También la compañía para pasear se va modificando a medida que aumenta la edad de los encuestados: los jóvenes de 12 a 17 años lo hacen sobre todo con sus amigos y papás (33.5% y 28.8%, respectivamente), entre los de 18 a 23 años la proporción de quienes lo hacen con su pareja es ligeramente mayor (34.2%) a quienes lo hacen con sus amistades (31.1%), y alcanza el 50.5% entre quienes tienen de 24 a 29 años, a la vez que desciende el porcentaje de quienes pasean con amigos (18.4%) (ver Cuadro 14).

Fuente: elaboración propia con base en la Encuesta Nacional de Juventud 2010 (Imjuve, 2011a).

Cuadro 14 Con quién acostumbra salir a pasear, por grupos de edad 

Solo el deporte muestra ser constante en la compañía con el que se realiza. En los tres grupos de edad, practicarlo con amigos tiene los mayores porcentajes de respuesta, aunque muestra un patrón descendente (de 55.2% a 37.4% y llega a 22.6%), y el correspondiente aumento de quienes llevan a cabo esa actividad con la pareja (2%, 8.7% y 17.6% respectivamente, en los grupos de edad ya mencionados) (ver Cuadro 15).

Fuente: elaboración propia con base en la Encuesta Nacional de Juventud 2010 (Imjuve, 2011a).

Cuadro 15 Con quién acostumbra hacer deporte, por grupo de edad 

El cambio de compañía para ver la televisión es evidente en el grupo de 24 a 29 años 24 a 29 años, donde la proporción de quienes lo hacen con su pareja es de 40.2%, lo que implica que casi se duplica respecto del grupo de edad intermedio, ya que 20.2% de quienes tienen entre 18 y 23 años ven televisión con su pareja, mientras que 24% de ese grupo de edad lo hacen con sus padres (Cuadro 16). Es entre los más jóvenes (de 12 a 17 años) donde es más alto el porcentaje de quienes ven televisión con ambos padres o su mamá (36% y 19.5%, respectivamente).

Fuente: elaboración propia con base en la Encuesta Nacional de Juventud 2010 (Imjuve, 2011a).

Cuadro 16 Con quién acostumbra ver televisión, por grupos de edad 

Estos datos, en su conjunto, señalan el proceso por el cual los jóvenes encuestados se orientan a la convivencia con los amigos en determinadas actividades y cómo la figura de los padres es poco a poco sustituida por ellos, hasta que, ya mayores, es con la pareja con quien prefieren realizarlas, en un evidente ciclo de reproducción social.

Aun cuando ya se señaló que el instrumento utilizado en la ENJ 2010 no permite ahondar en las identidades juveniles a partir de sus prácticas de consumo de bienes culturales, los datos procesados hacen ver que la quinta parte de los encuestados o un poco más, declaró no hacer deporte (20%) ni acudir al cine o teatro, en contraste con una proporción muy pequeña (2%) de quienes dijeron no ver televisión. En contraparte, las tres actividades que más realizan los jóvenes para divertirse en su tiempo libre son, por importancia: reunirse con amigos (21.5%), ver televisión (14%) y salir con su pareja (12.5%); apenas 11% declararon hacer deporte y una mínima proporción (2.5%) dijo que leía (datos a partir de Imjuve, 2011a).

Existen en México otras iniciativas por las cuales se ha obtenido información respecto de las prácticas culturales de los habitantes como son la Encuesta nacional de hábitos, prácticas y consumo culturales 2010 (ENHPCC) (Conaculta, 2010) y la Encuesta Nacional de Consumo Cultural de México (ENCCUM) 2012, realizada por el INEGI (2014).

El problema que se presenta con la ENHPCC de 2010 (Conaculta, 2010), que es la más reciente, es que ofrece datos agregados por total de encuestados, de modo que no es posible distinguir las preferencias del grupo de edad que interesa a este artículo.

Solo en dos reactivos se presentan datos para un grupo de edad: en la pregunta de si al encuestado le gustaría estudiar alguna carrera, taller o curso relacionado con la música, donde 77.8% del grupo de 13 a 18 años respondió que no les gustaría (Conaculta, 2010: 47). El segundo caso es cuando al presentar la composición de la muestra de la ENHPCC se informa que 24% de los encuestados estaban en el grupo de 13 a 20 años, 11% tenían 21 a 25 años, y otro porcentaje igual se ubicaba en el grupo de edad de 26 a 30 años (Conaculta, 2010: 197). Con base lo anterior, es posible advertir que los resultados que presenta la ENHPCC no pueden ser comparables con los aquí presentados, ya que no se pueden obtener datos para el grupo de edad específico que aborda este artículo.

Por otra parte, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Consumo Cultural de México 2012, los adolescentes (12 a 17 años) son quienes tienen las mayores tasas de participación en los diferentes rubros considerados por dicha encuesta, aunque los jóvenes de 18 a 29 años muestran altas tasas de participación en la asistencia a sitios y eventos culturales, en fiestas tradicionales y en el uso de Internet por motivos culturales (INEGI, 2014: 80). En cuanto a la participación por edad, los resultados coinciden con los de este trabajo en que las tasas de participación desde el rango de 12 a 17 años van disminuyendo en cada grupo de edad, hasta llegar a los porcentajes más bajos en el grupo de 50 y más años (INEGI, 2014: 80).

La cultura política y prácticas ciudadanas de los jóvenes mexicanos

El interés de este apartado es abordar, desde una perspectiva sociopolítica, la importancia de la cultura política en los jóvenes y su efecto en la construcción de la democracia en México. La trascendencia de este tema proviene de los esfuerzos de política pública por parte del entonces Instituto Federal Electoral (IFE) en el contexto de la Estrategia Nacional de Educación Cívica para el desarrollo de la cultura política democrática en México 2011-2015, cuyo Cuarto informe de gestión (julio-diciembre del 2012) indica, en el objetivo general del proyecto, la necesidad de "impulsar el fortalecimiento de la ciudadanía juvenil mediante estrategias de formación para la participación ciudadana en colaboración con instituciones de educación media superior y superior" (IFE, 2012: 12).

Para el análisis de la cultura política de los jóvenes mexicanos se utilizó la información de la Encuesta Nacional de Cultura Política del 2012 (ENCUP 2012), organizada por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) y la Secretaría de Gobernación y que la empresa Ipsos aplicó a nivel nacional a 3,750 personas. A partir de estos datos se analiza el grupo de edad de 18 a 24 años y de la encuesta de 93 reactivos se aprovechan aquellos cuyas respuestas de este grupo etario compuesto de 618 ciudadanos, permiten explorar las condiciones en las que se expresa la cultura política de las y los jóvenes mexicanos. Este ejercicio de encuesta ya se aplicó en sus versiones 2001, 2003, 2005, 2008 y 2012. Entre ellas, hay variaciones en la cantidad de preguntas y también en los conceptos utilizados. La ENCUP 2012, con 93 preguntas, aborda 15 categorías en temas como: asuntos públicos, percepciones de la democracia, interés por la política, y participación ciudadana en organizaciones civiles y sociales, además de preguntas de carácter sociodemográfico en general.

El reporte metodológico de dicha encuesta, según el informe de Ipsos (2012), indica que el diseño de la muestra fue polietápico, estratificado y por conglomerados. La población objeto de estudio la constituyeron los adultos, hombres y mujeres de 18 años cumplidos y más, que residen permanentemente en viviendas particulares ubicadas dentro del territorio nacional. La encuesta fue diseñada para dar resultados a nivel nacional, para lo cual se usaron las secciones electorales de todo el país establecidas por el IFE, y que fueron seleccionadas aleatoriamente. La unidad primaria de muestreo fueron todas las secciones electorales del país con base en la información disponible proporcionada por el IFE (base elecciones federales 2009), y se aplicó a 3,750 ciudadanos. En este texto se presentan solo siete preguntas, cuyas respuestas se consideraron significativas para ilustrar la cultura política de las y los mexicanos del grupo etario de 18 a 24 años, que corresponde a un 16.5% del total encuestado.

En relación con los rasgos generales del grupo de edad, 51.6% eran hombres y 48.4%, mujeres. Según su escolaridad, 27.3% reportó tener secundaria completa, seguido de preparatoria completa (21%). En cuanto a la ocupación, la principal fue la de ser estudiante (27%), mientras que 24.9% eran amas de casa; y en cuanto a su estado civil, 59.9% eran solteros y 23.9%, casados (INEGI, 2012). De las principales preguntas y respuestas documentadas para este análisis, además de los cuadros respectivos, se comentan algunos porcentajes que resultaron del procesamiento de la información.

A la pregunta de ¿Qué tan complicada es la política? 39% contestó que la consideran muy complicada; sin embargo, para la mayoría (59.9%), su respuesta fue que la política les resulta poco o nada complicada. Resulta significativo que casi un 60% no vea en la política complicación alguna, lo que podría indicar que su escasa participación en ella, alude a otras razones por las cuales se inclinan a no participar (datos a partir de INEGI, 2012).

Ahora bien, al preguntar sobre la influencia de distintos actores de la política en México, se seleccionaron las respuesta acerca de tres de ellos: el presidente, los ciudadanos y los partidos políticos (Cuadro 17), donde lo significativo es que en opinión de los jóvenes de la ENCUP 2012, la figura presidencial conserva una enorme influencia, lo cual manifiesta que el presidencialismo sigue presente y fortalecido como tal en la política mexicana, por las formas en las que se manifiesta en los hechos; es decir, por la personificación del poder, como ya refería Cosío (1976) en su texto El estilo personal de gobernar. Si bien Márquez y Meyer (2010) describen que el presidencialismo autoritario fue suplido por el pluralismo democrático al arribo de la alternancia política, la percepción es que tal efecto está aún distante entre los jóvenes encuestados.

Fuente: elaboración propia con base en la ENCUP 2012 (INEGI, 2012).

Cuadro 17 Influencia del presidente, los ciudadanos y los partidos políticos en la vida política del país (grupo de edad 18-24 años) 

Por lo que respecta a la influencia de la ciudadanía en la política, el mayor porcentaje se tiene en las respuestas "poco" o "nada", y al sumar ambos datos resulta un 53.4%. Sin embargo, conviene señalar que, para este grupo de jóvenes, cada vez más está presente su propia personalidad social y jurídica para hacer valer su influencia como ciudadanos en la política, aunque tal vez no por medio de los canales tradicionales.

En relación con la influencia de los partidos políticos en la vida política y su impacto en la democracia y a fin de fortalecer la temática de este rubro, se compararon las respuestas de los jóvenes encuestados por la ENCUP 2012 y de los jóvenes que contestaron el cuestionario de la ENJ 2010.1 La finalidad fue cotejar ambos ejercicios y analizar si poblaciones distintas estadísticamente tienen similares o diferentes apreciaciones de los partidos políticos y su importancia para la democracia.

Para los jóvenes de la ENCUP 2012, los partidos políticos en México aún mantienen una fuerte influencia en la vida política; por lo menos 68.3% así lo manifestó. En contraparte, el 61% de los jóvenes de la ENJ 2010 (ver Cuadro 18) considera que los partidos políticos inciden nada o poco en la democracia del país, y si a ello se le suma porcentaje de quienes respondieron y no lo saben, totaliza un 76.3%.2

Fuente: elaboración propia con base en la Encuesta Nacional de Juventud 2010 (Imjuve, 2011a).

Cuadro 18 Qué tanto impactan los partidos políticos en la democracia 

Con estos datos se observa cómo las instituciones desmerecen ante la muestra de jóvenes que participaron de la ENCUP 2012 y la ENJ 2010, lo cual es grave para los partidos políticos, pues esta población juvenil es la que con denuedo dichas instituciones tratar de atraer al momento de las votaciones.

Una consideración importante es si los jóvenes encuestados piensan que viven un México democrático y los datos de la ENCUP 2012 (INEGI, 2012) muestran que poco más de un tercio de jóvenes que suponen que así es, en tanto que más de la mitad (54.4%) está poco o nada satisfecho con las expresiones de ella, con lo cual se manifiesta en un malestar con la democracia, como lo propone Ranciere (2006). Mientras que la participación en la política por parte de los ciudadanos se considera fundamental para la consolidación de una democracia, como lo advierte Lipset (1993), de la ENCUP 2012 (INEGI, 2012) se deduce que a los jóvenes encuestados poco o nada (84.9%) les interesa la política.

La participación se relaciona con la eficacia política. Puede haber una baja participación política con alta, baja o nula eficacia. Esta conducta se manifiesta con las actitudes ciudadanas respecto a la política, pero la eficacia se relaciona con las características del sistema político (Tejera, 2000). Según los datos de la ENCUP 2012, la mayoría de los encuestados no participan en partidos políticos (95.8%) ni en organizaciones ciudadanas (90.8%) (INEGI, 2012). Pero no solo los partidos políticos han fallado, sino que las organizaciones ciudadanas tampoco logran convencer a los jóvenes de integrarse a ellas para propiciar su participación política. La desconfianza creciente en estas últimas -quizá debido a un activismo político disfrazado de gestión ciudadana- paulatinamente aleja a los jóvenes y, como lo refiere Ortiz (2011), por una parte el Estado se desentiende de sus responsabilidades, pues las cede a las organizaciones, en tanto que, por otra parte, estas son secuestradas por grupos religiosos, ambientalistas, integristas y partidistas disfrazados de sociedad civil. Así, los resultados de la ENCUP 2012 confirman el desinterés de los jóvenes encuestados por participar en la política como una actividad socialmente importante, condiciones que contribuyen poco a una mejor calidad de la democracia y en cambio dificultan la participación ciudadana. ¿Será que los jóvenes hacen política, pero en otros espacios?

Conclusiones

Como colofón de los resultados presentados, cabe destacar algunos aspectos que delinean una imagen de los jóvenes mexicanos en la segunda década del siglo XXI:

  • En el tema de la educación, los datos sugieren que, en la perspectiva de los jóvenes, esta tiene el valor de ser el recurso principal para la movilidad social, al hacer probable el acceso a mejores trabajos y, en este sentido, a condiciones de vida de mayor calidad; pero, además, se evidencia el valor que tiene para los jóvenes el conocimiento por el conocimiento mismo.

  • Las razones económicas constituyen el principal criterio para la incorporación laboral de los jóvenes; y en este sentido, también se observa que la experiencia laboral se suma a los procesos que aseguran el desarrollo de los aprendizajes y/o las competencias exigidas en el campo del trabajo.

  • Los jóvenes ingresan al mundo laboral a una temprana edad, en mayor proporción los hombres con respecto a las mujeres. En promedio, los jóvenes requieren de poco más de un año para ubicarse laboralmente (en su mayoría en empleos o trabajos fijos), y en forma significativa su educación condiciona su inserción laboral.

  • Los datos muestran que, en México, los jóvenes inician su actividad sexual a una temprana edad y, por lo general, durante el noviazgo, sin existir diferencia entre hombres y mujeres.

  • El matrimonio ya no constituye, ni representa, para los jóvenes encuesta dos, el condicionante o ritual de iniciación de la vida sexual activa, la cual aparentemente tiene como detonador la existencia de un lazo emocional con la pareja, o bien el interés por experimentar o gozar de tales relaciones que, en general, entre los jóvenes que tienen vida sexual activa, ocurren en un rango de entre dos o más de cinco ocasiones en un mes.

  • Entre los jóvenes encuestados se observa que a pesar de que llevan a cabo diversas actividades con sus amigos, familia o pareja, es reducida la proporción de quienes comparten con otros su subjetividad a través de las interacciones y diálogo con sus pares o adultos que los rodean. No obstante, la figura de los padres y maestros sigue siendo importante como ejemplo y orientación en asuntos de sexualidad, política y drogas.

  • Existe una ventana de oportunidad para que los adultos logren fortalecer el contacto con los jóvenes, sobre todo antes de los 18 años, ya que a medida que crecen, van separándose de la convivencia con la familia y se orientan más a interactuar con amigos o pareja. Por otra parte, los patrones de convivencia señalan tres etapas claramente distinguibles en las interacciones juveniles: la de la familia en edades tempranas, la de los amigos a mitad del camino de la juventud, y la de la formación de pareja hacia el final del rango de edad considerado por la ENJ 2010: tradicionalmente, el umbral de formar un hogar propio.

  • En cuanto al interés y participación en la política, no es menor el dato de que 39% de los jóvenes encuestados de la ENCUP 2012 consideran que la política es complicada.

  • Los jóvenes encuestados se alejan de las instituciones políticas, pero tampoco participan de otras organizaciones ciudadanas, no obstante que consideran al titular del poder ejecutivo como una figura que incide fuertemente en el quehacer político, por encima de la influencia que tiene la ciudadanía.

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1La ENJ 2010, tuvo un muestra más amplia al encuestar a más de 28 mil jóvenes y su rango de edad fue de 12 a 29 años, lo cual la hace diferente en tamaño y edad de los jóvenes encuestados de la ENCUP 2012

2Cabe precisar que hay un rango mayor de edad que fue consultado, pues la encuesta se aplicó a jóvenes desde los 12 años hasta los 17 y 11 meses, edad que no se considera ciudadano en México por mandato constitucional y sí a partir de los 18 años cumplidos.

Recibido: Enero de 2014; Aprobado: Junio de 2015

☆ Dirección para correspondencia: lucyo@uabc.edu.mx

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