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Estudios sociales (Hermosillo, Son.)

versão impressa ISSN 0188-4557

Estud. soc vol.23 no.46 Hermosillo Jul./Dez. 2015

 

Reseñas

 

Las mujeres en el campo hoy

 

Women in field today

 

Patricia Arias Rozas*

 

Ivonne Vizcarra Bordi (comp.) La feminización del campo mexicano en el siglo XXI. Localismos, transnacionalismos y protagonismos (2014) México, UAEM, Plaza y Valdés. 501 páginas

 

* Universidad de Guadalajara. Dirección para correspondencia: mparias1983@gmail.com

 

Fecha de recepción: diciembre de 2014.
Fecha de aceptación: enero de 2015.

 

Ivonne Vizacarra Bordi, profunda conocedora de la vida rural mexicana y compiladora de esta obra, ha tomado como eje central un asunto que ha estado presente de muchas maneras en las discusiones antropológicas y sociológicas de los últimos años. Lo anterior es en relación con los cambios, de toda índole, que se han suscitado y vuelto muy visibles en el mundo rural: la feminización. Es decir, la creciente participación y presencia de las mujeres, tanto en actividades y ámbitos tradicionalmente ocupados por los hombres como en otros francamente inéditos, donde ellas nunca habían estado presentes, al menos, de manera explícita.

Ivonne Vizcarra incorpora la idea de que la feminización permite dar cuenta también de las "formas y contenidos que van tomando los fenómenos a partir de las desigualdades de género que prevalecen" en las que las mujeres siguen teniendo desventajas respecto a los hombres. De hecho, aunque son evidentes la feminización de la agricultura en cuanto a calidad de productoras y asalariadas, la participación de las mujeres en diversos mercados de trabajo asalariados, la intensificación de la migración femenina, su creciente participación religiosa, ritual, política y en los programas de desarrollo social, también es cierto que persisten —incluso se podría decir que se han recreado— relaciones y desigualdades de género que afectan la vida de las mujeres en el campo hoy.

Ivonne Vizcarra decidió partir de esa constatación de la feminización para someterla a un escrutinio conceptual y empírico. Para ello, invitó a participar en la obra a colegas de diferentes disciplinas sociales, que trabajan en distintas instituciones y que han estudiado comunidades en diversas regiones del país. El resultado es este volumen de quinientas cuartillas, que reúne veinte trabajos, varios de ellos elaborados de manera colectiva, a cargo de veintinueve autores, en verdad, casi todas, autoras, entre quienes se cuenta la propia Vizcarra Bordi. Ella participa en cuatro capítulos, además de elaborar la introducción que sirve de guía de navegación para la lectura del texto.

Los veinte trabajos fueron agrupados, como Vizcarra misma lo indica, en cuatro grandes apartados: debates (cuatro artículos), localismos y mercados (cinco trabajos), transnacionalismos e identidades (tres textos) y, el más numeroso, dedicado a las participaciones política (capítulos) y social de las mujeres (cuatro capítulos).

No hay que repetir la propuesta detallada de la obra que hace Vizcarra Bordi en la introducción. Se trata, más bien, de destacar las cinco mayores aportaciones quere presenta este libro para los estudios sobre el mundo rural y, desde luego, y sobre todo, las transformaciones en los escenarios de vida de las mujeres, sus grupos domésticos y sus comunidades.

En primer lugar, hay que mencionar la revisión actualizada de las situaciones y discusiones en torno a la nueva ruralidad y su relación con la feminización del campo. En los diferentes textos, pero sobre todo en la sección de Debates, aparece de manera muy clara la concatenación, desde la década de 1990, de tres fenómenos que modificaron para siempre los escenarios para los productores rurales tradicionales. Es decir, para los indígenas, campesinos y rancheros, de pequeña escala: la pérdida de viabilidad de las economías agropecuarias locales y regionales. Esto, por las mil razones conocidas, aceleró la participación laboral asalariada de las mujeres y catapultó la migración, primero masculina, más tarde también femenina, a Estados Unidos y a diferentes regiones de México. Esa migración, a su vez, llevó a la creciente, quizá no buscada, pero inevitable, incursión de las mujeres en las dinámica social, política, religiosa, ritual, en las comunidades de origen. La migración masculina, que está presente, de manera directa o como trasfondo ineludible, en la mayor parte de los trabajos de este volumen, fue sin duda el detonador de transformaciones profundas, casi cataclismos, en la arquitectura social de las comunidades, familias y grupos domésticos rurales.

Documentar esas transformaciones, en especial las que tocan las células más sensibles de los comportamientos y las prácticas es una tarea particularmente difícil. De ahí que esos cambios hayan sido captados, sobre todo a nivel etnográfico, en estudios cualitativos. La mayoría de los trabajos se basan en información generada en entrevistas y encuestas aplicadas a universos pequeños.

Dos artículos de la sección Debates, uno de ellos de Vizcarra, han tratado de encontrar indicios de los cambios en la vida comunitaria y familiar en diversas fuentes de información censal o bases de datos de diferentes instituciones. Pero en verdad no hay mucho. Los trabajos dan cuenta de la escasez en México de fuentes estadísticas variadas, diferentes, independientes que permitan establecer diálogos entre la información macro y micro que genere preguntas de investigación nuevas y pertinentes. Con todo, los dos ejercicios propuestos señalan algunas de las vías que se pueden transitar para que la información estadística aporte a la detección de esos cambios en esferas sensibles.

En segundo lugar, hay que decir que esta obra da cuenta de los impactos, directos e indirectos, de la migración internacional y, sobre todo, de la transformación del patrón migratorio entre México y Estados Unidos, en la condición y feminización del campo. Los artículos documentan muchas transformaciones, entre ellas, los cambios que experimentan las migrantes cuando regresan a sus comunidades, de la conquista femenina del espacio y las actividades públicas para diversos fines, del papel de las mujeres en la construcción de la vivienda con remesas, de su papel en la construcción de redes sociales y en los intercambios que perpetuan la vinculación entre los lugares de origen y de destino de la migración internacional, sus luchas por permanecer en los espacios públicos ganados durante la ausencia de los hombres.

En tercer lugar, otra aportación que hay que mencionar tiene que ver con la actualidad de la información que ofrece que llega hasta el año 2011. De esa manera, la información etnográfica da cuenta de los cambios y tendencias recientes que han experimentado las sociedades rurales en diferentes regiones del país. Los trabajos advierten, por ejemplo, la intensa y generalizada diversificación de las actividades femeninas más allá del comercio y los servicios; fenómeno que se detectó desde la década de 1990 en muchas regiones del país. Sin embargo, estas, como se constata en varios trabajos del libro, continúan y se reinventan, con nuevos argumentos, de acuerdo con las circunstancias inéditas que afectan a las comunidades.

Detectan, además, fenómenos emergentes. Sin duda, el trabajo asalariado femenino ha sido uno de los aspectos más documentados por la literatura. Sin embargo, como se muestra en el libro, siempre hay cambios. Las mujeres han incursionado en el trabajo minero, como sucede en Mazapil, Zacatecas; las indígenas rarámuri de Chihuahua se han convertido en jornaleras hortícolas; las ancianas se encargan de sacar adelante las plantaciones de cacao en Tabasco; han migrado a los campos hortícolas de Sonora; han cambiado los quehaceres que desarrollan cuando migran a Estados Unidos; el surgimiento, incesante y en todas partes, de nuevas segmentaciones de los mercados de trabajo que ahora las incluyen como participantes a largo plazo en esas actividades.

Una cuarta aportación de esta obra es el amplio abanico geográfico y sociocultural que incluyen los estudios. Los lectores encontrarán artículos acerca de las nuevas situaciones y condiciones de las mujeres en Chihuahua, Guerrero, Hidalgo, el Estado de México, Oaxaca, Sonora, Tabasco, Tlaxcala, Zacatecas. Los estados de donde se incluyen más trabajos son el Estado de México, Guerrero y Oaxaca se refieren sobre todo a las experiencias de mujeres indígenas. Ivonne señala que no se alcanzó una mayor representatividad regional, pero la verdad es que lo presentado resulta suficiente para vislumbrar fenómenos que se advertirán con mayor nitidez en los próximos años.

Hay una quinta aportación que quisiera destacar: Vizcarra decidió incluir trabajos que se refieren a otros dos asuntos, espinoso uno, novedoso, el otro. Uno, el más conocido, es el de la relación de las mujeres con el poder, es decir, su incursión en la toma de decisiones, en el espacio y el quehacer públicos, la tensión entre los derechos individuales y colectivos, asuntos que se exploran a través de la presencia, sentires, acciones femeninas en organizaciones políticas, cívicas, en eventos electorales, en el surgimiento de liderazgos, en el análisis de los impedimentos y tensiones que acechan las luchas y el quehacer político de las mujeres, en especial, las mujeres indígenas.

El otro, menos conocido, más novedoso, sin duda, es la incursión en agendas menos exploradas, pero que, también en este caso, cobrarán fuerza en los años venideros: la peculiaridad de los saberes femeninos, los sentidos y usos del agua para las mujeres, la salud, o si se quiere, los padecimientos específicos de las mujeres en nuevos contextos laborales, los cambios en la sexualidad de las jóvenes. La perspectiva de género que se asume en todos los trabajos ha permitido captar la especificidad de la mirada y los sentires femeninos.

Quizá todo lo anterior se puede resumir en una frase con las que quisiera concluir. Que este libro no es solo una compilación de trabajos, como se dice en el título. Modestia aparte, se trata, por parte de Ivonne Vizcarra de la búsqueda, con propuestas temáticas, metodológicas, espaciales y una agenda intelectual y social que hay que leer, valorar para seguir avanzando en el conocimiento y, si se puede, el mejoramiento de las condiciones de vida y trabajo de un mundo rural que de seguir como vamos podría tener sus horas contadas.

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