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Estudios sociales (Hermosillo, Son.)

versión impresa ISSN 0188-4557

Estud. soc vol.21 no.42 Hermosillo jul./dic. 2013

 

Artículos

 

Aproximación teórica al estudio de los procesos migratorios permanentes

 

Theoretical approach to the study of permanent migration

 

Simón Pedro Izcara Palacios*

 

* Universidad Autónoma de Tamaulipas. Dirección para correspondencia: sizcara@uat.edu.mx

 

Fecha de recepción: agosto de 2012
Fecha de aceptación: febrero de 2013

 

Resumen

La economía, la sociología y la geografía han proporcionado esquemas teóricos que explican la migración permanente. La teoría económica neoclásica, la nueva economía de la migración laboral, la teoría del capital social, la teoría transnacional y la teoría del mercado laboral dual ofrecen explicaciones parciales y contradictorias de la migración permanente. Por ello, la comprensión de por qué migrantes laborales que llegaron para trabajar de manera temporal se quedaron permanentemente en la sociedad receptora debe sustentarse en enfoques interdisciplinarios. El artículo explora el alcance de los principales marcos teóricos de la migración permanente para entender por qué algunos jornaleros que llegaron a Tamaulipas para trabajar en la naranja durante la temporada de la pizca se quedaron permanentemente.

Palabras clave: teoría migratoria, migración permanente, migración laboral, jornaleros, Tamaulipas.

 

Abstract

Economics, Sociology and Geography have provided theoretical schemes explaining permanent migration. Neo-classical economics, the new economics of labor migration, social capital theory, transnational theory and dual labor market theory offer partial and contradictory explanations of permanent migration. Therefore, an understanding of why labor migrants who arrived to work temporally are staying permanently in the receiving societies must be relied on interdisciplinary approaches. This paper explores the reach of main theoretical schemes of permanent migration in order to understand why some farm workers who came to Tamaulipas to work in orange picking during the season stayed permanently.

Key words: migration theory, permanent migration, labor migration, farm workers, Tamaulipas.

 

Introducción

La pizca de la naranja es la principal fuente de empleo para los jornaleros de la comarca citrícola de Tamaulipas, compuesta por los municipios de Güémez, Padilla, Hidalgo, Victoria y Llera. Sin embargo, la estacionalidad del empleo agrario, el atractivo de empleos mejor remunerados en la industria maquiladora y la emigración de la población local a Estados Unidos, ha hecho que los municipios se hayan tornado cada vez más dependientes del empleo de trabajadores migratorios. Asimismo, el deterioro de las condiciones sociolaborales y salariales debido a la llegada de inmigrantes ha ahuyentado a la mano de obra local y generado una demanda creciente de trabajadores migratorios.

Hasta los años setenta, las necesidades laborales en la comarca citrícola de Tamaulipas eran cubiertas con la mano de obra local y con la llegada de jornaleros de municipios aledaños: San Carlos, El Mante y San Nicolás, principalmente. A finales de esa década, ante el crecimiento de las necesidades laborales en la pizca de cítricos, los empleadores condujeron hasta Tamaulipas a las primeras cuadrillas de jornaleros veracruzanos a quienes alojaron en las viviendas de los pizcadores locales. Ya en los años noventa los empleadores tamaulipecos comenzaron a atraer inmigrantes desde San Luis Potosí, y en la última década también empezaron a reclutar a jornaleros chiapanecos. Asimismo, en los últimos años, el número de mujeres que llegan a Tamaulipas en busca de empleo como pizcadoras, contadoras o empacadoras ha crecido rápidamente. Por otra parte, a partir del año 2010 comenzaron a llegar inmigrantes centroamericanos que se dirigían a Estados Unidos.

En un principio los migrantes retornaban a sus comunidades después de la temporada de la pizca de la naranja; sin embargo, la expansión del limón durante la última década, cuya estacionalidad es diferente a la de la naranja, proporcionó una fuente de empleo continuo que favoreció el asentamiento. Como consecuencia, una migración de ida y vuelta poco a poco fue transformándose en una migración permanente.

El artículo explora el alcance de los principales marcos teóricos explicativos de la migración permanente para entender por qué algunos jornaleros que llegaron a Tamaulipas para trabajar en la naranja durante la temporada de la pizca se quedaron permanentemente aquí.

 

Metodología y descripción de la muestra

La investigación se sustenta en un enfoque metodológico cualitativo. La técnica que se utilizó para recabar el material discursivo fue la entrevista en profundidad y el procedimiento que se usó para seleccionar a los entrevistados fue el muestreo estratificado intencional. La estratificación de la muestra se realizó a partir de las variables género y lugar de procedencia.

La muestra estuvo compuesta por setenta jornaleros migratorios asentados en la comarca citrícola de Tamaulipas. Las entrevistas fueron realizadas entre los meses de abril y noviembre de 2011. Cincuenta de los entrevistados procedían de Veracruz, San Luis Potosí, Nuevo León, Oaxaca y Chiapas; la mitad era varones y la otra mitad, mujeres; veinte procedían de Centroamérica: Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua; quince varones y cinco mujeres. Cada uno de los participantes fue entrevistado en dos ocasiones; la primera entrevista tuvo una duración superior a una hora mientras que la segunda se prolongó por un espacio temporal menor; además, todo el material discursivo fue grabado y trascrito.

La mayor parte de los entrevistados había emigrado sola y, aunque llevaban años residiendo en la zona citrícola de Tamaulipas, muy pocos habían traído a sus familias. En el caso de los migrantes nacionales el periodo de residencia en la zona era superior en los hombres que en las mujeres; los primeros llevaban viviendo aquí un promedio de 4.5 años y las últimas un promedio de 3.1 años. En el caso de los inmigrantes centroamericanos, el tiempo de residencia en esta zona presenta un promedio inferior a un año (véase la tabla 1).

 

Migración interna y trabajo agrícola en México

Investigaciones recientes han constatado una intensificación de los desplazamientos de trabajadores agrarios desde áreas meridionales afectadas por la crisis de sectores tradicionales hasta zonas más septentrionales caracterizadas por una agricultura dinámica orientada a la exportación. Los movimientos migratorios presentan tres características novedosas: 1) la apertura de nuevas rutas provenientes de áreas sin experiencia migratoria; 2) los encadenamientos migratorios o llegada de jornaleros migratorios que ocupan los puestos abandonados por los locales y 3) el paso de una migración de carácter temporal y pendular, donde el trabajo asalariado en el espacio de inmigración se alterna con la vida campesina en el lugar de origen, a otra de carácter más permanente.

En primer lugar, antiguas regiones receptoras de inmigrantes, como Veracruz, Chiapas, Tabasco o Hidalgo, se han transformado en expulsoras de emigrantes debido a la crisis de la caña, el café y los cítricos, transformando a campesinos pobres en jornaleros itinerantes que buscan asentarse en áreas con mayores oportunidades económicas (Lara, 2011:27; Castro, 2011:249).

En segundo lugar, la llegada de jornaleros migratorios a zonas que se abastecían de mano de obra local genera una escisión entre segmentos laborales inexistentes anteriormente. Los trabajadores locales se asientan en un segmento caracterizado por mejores condiciones socioeconómicas: salarios más altos y jornadas laborales más cortas; mientras que el segmento ocupado por los migrantes se caracteriza por peores salarios y condiciones laborales más onerosas (Moreno y Niño, 2007:100; Hernández, 2010:233). Esto crea conflictos entre los jornaleros locales y los migrantes (Hernández, 2010:235; Sánchez y Saldaña, 2011:187) y reduce las oportunidades económicas de los primeros porque se resisten a trabajar por jornales muy bajos (Estrada, 2010:266; Mora y Maisterrena, 2011:117). Incluso en áreas favorecidas por la expansión de la producción local en los mercados mundiales como los campos agaveros jaliscienses (Hernández, 2010:223) no se detuvieron los flujos migratorios locales. El incremento de las necesidades laborales, lejos de atraer a la mano de obra local, conduce a su expulsión, porque la llegada de trabajadores migratorios deprecia los salarios y genera el rechazo de los locales hacia los nuevos empleos creados. De esta forma se producen encadenamientos migratorios: los locales abandonan la agricultura en busca de mejores oportunidades económicas en otras áreas del país o en Estados Unidos y los puestos de trabajo liberados son ocupados por jornaleros migratorios; tanto los primeros como los últimos emigran en busca de mejores ingresos que los que obtienen en sus lugares de origen (Lara y De Grammont, 2011:73; Mora y Maisterrena, 2011:146; Castro, 2011:270).

Finalmente, el paso de una migración de tipo pendular a otra de carácter permanente en una actividad como la agraria, que se caracteriza por la estacionalidad en el empleo, ha sido explicado a través de tres elementos: 1) la maduración de las redes sociales; 2) las innovaciones tecnológicas y 3) la diversificación de las actividades donde encuentran empleo los jornaleros migratorios. En relación con el primer elemento, Martínez (2010:281) atribuye el asentamiento de migrantes provenientes de Guerrero y Oaxaca en las zonas de producción de hortalizas de Morelos, a la existencia de redes sociales que permiten la llegada de nuevas familias que encuentran mejores condiciones sociolaborales que aquellas que llegan temporalmente y carecen de capital social. Asimismo, Castro (2011:261) utiliza el concepto de red migratoria para explicar el establecimiento en nuevos territorios de jornaleros que salen de Tabasco, Chiapas y Veracruz debido a la crisis del café y de la caña de azúcar. En relación con el segundo elemento, Velasco (2007:70) destaca como en el Valle de San Quintín las innovaciones tecnológicas relacionadas con el manejo del agua, plastificación y uso de invernaderos permitieron un asentamiento de la población migrante indígena porque incrementaron la demanda de mano de obra y generaron una estabilidad productiva a lo largo de todo el año.1 En relación con el último elemento, Lara y De Grammont (2011:64) han señalado que en el noroeste de México se pasó de un ciclo de migración pendular controlado por los enganchadores a una migración circular autónoma apoyada en redes sociales, hasta concluir en un proceso de asentamiento donde los migrantes trabajan en actividades cada vez más diversificadas. Asimismo, Martínez (2010:297) destaca que jornaleros procedentes de Guerrero y Oaxaca se asientan en Morelos porque al diversificar sus actividades encuentran empleo a lo largo de todo el año.

La tendencia hacia un asentamiento de jornaleros que anteriormente regresaban a sus comunidades al finalizar la cosecha ha beneficiado a los empresarios agrarios porque acceden a una mano de obra disponible en todo momento que, aparte, es más barata porque la migración pendular es más costosa que la permanente, ya que los empleadores deben proporcionar techo a los que llegan de modo temporal, pero no a aquellos que se asentaron (Hernández, 2010:236; Lara, 2010:265).

 

Aproximaciones teóricas al estudio de la migración permanente

Los trabajos de investigación sobre migración y trabajo agrícola en México constatan la intensificación de los flujos migratorios internos y el carácter cada vez más permanente de los mismos; sin embargo, no se ha prestado la suficiente atención a la reflexión teórica sobre la etiología de la migración interna de carácter permanente en zonas agrícolas.

La originalidad de este artículo yace en la utilización de diferentes aproximaciones teóricas, desarrolladas principalmente en el ámbito de la migración internacional (la teoría económica neoclásica, la nueva economía de la migración laboral, la teoría del capital social, la teoría transnacional y la teoría del mercado laboral dual) para analizar ¿Por qué algunos de los jornaleros que llegan a la comarca citrícola de Tamaulipas para trabajar durante la temporada de la pizca de la naranja se asientan de modo permanente?

 

La teoría económica neoclásica

La teoría económica neoclásica subraya el carácter permanente de los procesos migratorios. Esta teoría explica la migración como resultado de decisiones individuales guiadas por una racionalidad económica que busca una maximización del ingreso esperado. Como señalaba Arturo: "pensaba mejorarme económicamente, tener un mayor ingreso, vivir un poco mejor, darle a mi familia una vida digna, una casa también y por eso me vine a buscar empleo". Para Ravenstein (1889:286) el principal elemento que guía las corrientes migratorias es el "deseo inherente en la mayor parte de los hombres a mejorar desde el punto de vista material". La gente decide emigrar cuando la tasa de beneficio esperado sobrepasa los costos de emigrar. Expresiones como: "aquí gano en una semana lo que allá ganaría en tres semanas" (Alfonso); "aquí se paga el doble y a veces el triple de lo que gana uno allá" (Germana); "Aquí gano varias veces más que allá" (Leticia); "aquí gano lo triple de lo de ahí en mi pueblo" (Bruno); "aquí pagan como dos veces más" (Carlos); "aquí uno gana el triple cuando está bueno el día" (César); "aquí en Tamaulipas venimos ganando lo doble, a veces hasta el triple de sueldo" (Claudio); "el día te lo vienen pagando el doble o hasta el triple" (Nicolasa); "aquí vengo ganando casi el triple en una jornada de trabajo" (Doroteo); "aquí vengo ganando casi el triple" (Eladio) o "aquí yo gano cuando trabajo todo el día, trescientos pesos, y eso es lo que saco allá en mi tierra, pero en dos días" (Eloy); reflejan la elevada tasa de beneficio que supone emigrar a Tamaulipas. El concepto central es el de "capital humano", el objetivo de la persona que emigra es maximizar su capital humano en términos de ganancias potenciales en el ingreso futuro (Castles y Miller, 2004:35).

La migración es contemplada como un proceso unidireccional que supone un abandono definitivo del lugar de origen. Emigrar implica una ruptura con la comunidad de origen; significa abandonar el terruño para buscar fortuna en un lugar que permite maximizar el capital humano del migrante. Una vez que llega al lugar de destino, el inmigrante deja que los lazos que le unen a la sociedad de origen se debiliten, ya que esas ataduras incrementan el costo de permanecer en la sociedad de acogida y merman el resultado neto de la emigración (Constant y Massey, 2002:10). En el lugar de acogida el inmigrante maximiza su capital humano, por lo tanto, no tiene sentido retornar al lugar de partida donde no puede obtener suficiente provecho del mismo. Como aparece reflejado en las siguientes expresiones, algunos jornaleros decidieron quedarse en Tamaulipas porque aquí obtienen mayor provecho de su capital humano.

Aquí se vive mucho mejor, aquí si no hay trabajo de una cosa, trabajas de otra, y siempre hay quien te ocupe (Benjamín).

Si nos vamos a la casa, pues, de qué vamos a vivir ahí, si no hay trabajo, y mejor nos quedamos, nos trajimos a los niños y nos quedamos aquí (Nicolasa).

No sé si regrese a mi tierra algún día porque al regresar sería seguir ganando con los mismos sueldos de allá (Alfonso).

Me gustaría quedarme aquí permanentemente ya que aquí hay más oportunidades de salir adelante y hay más trabajo (Daniel).

Bajo este marco teórico el retorno expresa el fracaso del proyecto migratorio. El desempleo es el único elemento que impide la permanencia en el lugar de destino; el emigrante retorna a su comunidad de origen si en la sociedad de destino no puede sacar partido de las ventajas ofrecidas por un mercado laboral más dinámico. Retornar es dar marcha atrás para volver a partir desde un punto más lejano del que se encontraba en un principio (Izcara, 2011:95).

 

La nueva economía de la migración laboral

La nueva economía de la migración laboral entiende la migración como una estrategia familiar de diversificación de ingresos. El emigrante abandona la comunidad de origen para enviar remesas trabajando en una sociedad donde los salarios son más elevados, pero no planea quedarse allí de modo permanente. Resulta llamativo el elevado monto de las remesas enviadas por los entrevistados, especialmente por las mujeres, que envían tanto dinero como los hombres a pesar de tener menores oportunidades económicas (véase la tabla 2). En el caso de los centroamericanos el envío de remesas es mínimo porque el dinero que ahorran lo guardan para poder continuar su trayecto hasta los Estados Unidos.

El objetivo de la emigración es ahorrar para retornar y lograr alcanzar un mayor prestigio y estatus social en la comunidad de origen. En la sociedad de acogida la situación del inmigrante no solo no es placentera, sino que muchas veces es traumática. Lo mencionado se refleja en expresiones como: "me siento como un animal abandonado, solo y triste" (Vicente) o "aquí estoy solo como un perro" (Eloy). Por lo tanto, cuanto mayor sea el salario del inmigrante en el lugar de destino menos tardará en alcanzar un umbral de ahorro deseado y menos tiempo permanecerá allí (Constant y Massey, 2002:11).

Este marco teórico utiliza dos conceptos centrales: "privación" y "satisfacción". El primero es relativo, mide la capacidad de un individuo de adquirir bienes en relación con el estándar de su grupo de referencia, y aparece definido por la ausencia que es no tener aquello que es común dentro del grupo de referencia. El segundo implica presencia: mide la capacidad de un individuo para adquirir bienes y servicios. En la sociedad de acogida el inmigrante sufre más o menos privación que en la de partida si su capacidad de adquirir bienes se encuentra más o menos alejada que en su comunidad del estándar de su nuevo grupo de referencia y experimenta más o menos satisfacción que en el lugar de origen si su poder adquisitivo aquí le permite adquirir más o menos bienes y servicios que allí.

Los entrevistados afirman ganar el doble o el triple que en sus lugares de origen, sin embargo, la obtención de un salario más elevado en la sociedad de destino no implica que el migrante tenga menos privación o más satisfacción que en la comunidad de donde salió. Como decía Helena: "en la casa (Coatzacoalcos, Veracruz) vivimos mejor, pero aquí (Güémez, Tamaulipas) tenemos que estar para trabajar". Asimismo, Rafaela señalaba: "vivimos en pésimas condiciones".

A modo de ejemplo, un migrante que obtiene un salario diario de cien pesos en su comunidad de origen, donde el salario promedio es de ciento cincuenta pesos, padece un mayor nivel de privación en el lugar de destino si su salario aquí es de doscientos pesos, pero el salario promedio es de cuatrocientos pesos. En la comunidad de origen su salario se encontraba un 33% por debajo del promedio, mientras que en el lugar de destino se encuentra un 50% por debajo del estándar en su nuevo grupo de referencia. Por lo tanto, aunque en el lugar de destino gana el doble su privación es mayor que en la comunidad de partida. Por el contrario, si el salario del migrante en el lugar de destino fuese de trescientos pesos, allí sufriría un menor nivel de privación que en la comunidad de origen porque su salario sería un 25% inferior al promedio de su nuevo grupo de referencia mientras que en su comunidad de origen era un 33% más bajo.

La satisfacción mide la relación entre el incremento salarial en el lugar de inmigración y la diferencia del índice de precios al consumo de la sociedad de acogida respecto a la sociedad de origen. Si en el lugar de destino el incremento salarial respecto al salario que el migrante recibía en el lugar de origen por realizar una actividad similar es superior a la diferencia porcentual del índice de precios al consumo entre el lugar de inmigración y el de emigración, emigrar incrementa la satisfacción del inmigrante. Es decir, si el índice de precios al consumo es un 75% más elevado en el lugar de destino, un migrante que gana el doble o el triple que en el terruño experimentará más satisfacción en la sociedad de acogida. Por el contrario, si el diferencial del índice de precios al consumo entre el espacio de inmigración y el de emigración es superior al incremento salarial que recibe en el lugar de acogida, emigrar reduce la satisfacción del inmigrante. Es decir, si en el lugar de inmigración el costo de la vida es un 250% más elevado que en la sociedad de partida, aunque el migrante gane el doble o el triple en la sociedad de acogida, experimentará aquí menos satisfacción que en su comunidad de origen (véase la tabla 3).

La satisfacción y la privación no son conceptos simétricos. Un inmigrante puede encontrar en el lugar de destino más satisfacción y más privación que en el de partida (escenario A); menos satisfacción y menos privación (escenario B); menos satisfacción y más privación (escenario C) o más satisfacción y menos privación (escenario D). Únicamente, en el último escenario los procesos migratorios se tornan unidireccionales (Izcara, 2009:13). Por lo tanto, la nueva economía de la migración laboral contempla la permanencia en el lugar de inmigración como una excepción. El asentamiento solo se produce cuando la privación es menor y la satisfacción mayor que en el lugar de origen (Stark y Yitzhaki, 1988:63). Por el contrario, se produce el retorno cuando en la sociedad receptora la privación es más elevada y la satisfacción más baja; la primera y la última son más bajas, o las dos son más altas.

El modelo teórico contempla el retorno como una prueba del éxito del proyecto migratorio. Si lo que ocasiona la emigración es un nivel elevado de privación y bajo de satisfacción en el lugar de origen, el retorno implica una reversión de la situación debido a los ahorros acumulados en la sociedad de inmigración. El migrante no regresará voluntariamente si a su llegada no puede acceder a más bienes y servicios de los que disfrutaba antes de emigrar o si no puede escalar peldaños en la escala social. Como subrayaba Alberto: "yo soy feliz donde está mi familia, lo que pasa es que tengo que buscar la manera de llevar ingresos a mi familia; por lo tanto, así que me aguanto". El inmigrante permanece en la sociedad de destino hasta que logra sobrepasar un umbral, que aparece definido por el nivel estándar de acceso a bienes y servicios de aquellos que constituyen su grupo de referencia en su comunidad de origen. Expresiones como: "sí regresaré, pero cuando ya esté bien económicamente, porque si regreso y no traigo nada sería un fracaso para mi" (Zoraida) o "si regreso es porque me fue bien y les llevo algo de dinero, que sea mucho, sino, pues no regreso, porque sería como fracasado" (Valeriano) implican una permanencia en la sociedad de acogida hasta acumular dicho umbral de ahorros.

 

La teoría del capital social

El capital social son los recursos asociados a la posesión de una red duradera de relaciones o derivados de la pertenencia a un grupo (Bourdieu, 2001:148). El capital social es básicamente potencial porque hace referencia a la posibilidad de acceder a recursos por pertenecer a redes sociales (Portes, 2010:681). Una forma de capital social son las redes migratorias o vínculos sociales que ligan las comunidades emisoras con puntos de destino específicos y unen a migrantes y no migrantes dentro de una red compleja de roles sociales complementarios y relaciones interpersonales que son mantenidas por expectativas mutuas (Massey et al., 1987:139). El capital social favorece el acceso a bienes económicos y empleo y conduce a una disminución de los costos y los riesgos de la migración (García, 2004:468). Esto reconduce los procesos migratorios hacia espacios de inmigración previa, donde los migrantes acceden a un capital social. Como se desprende de la lectura de los siguientes fragmentos, la mayor parte de los entrevistados emigraron a Tamaulipas porque disponían de alguna forma de capital social que les facilitó el acceso al empleo o vivienda.

Una tía, hermana de mi papá, es de aquí; ella se casó y a los veintiséis años se vino para acá; el señor es de aquí, de Santa Engracia, y ellos me platicaron que pos aquí era el corte de la naranja y pos me vine (Adán).

Mi hermano, él aquí se casó y eso me motivó a venirme a trabajar, porque ya tenía a donde llegar (Alejandro).

Aquí andaban trabajando unos primos, y me dijeron que aquí había trabajo para las mujeres y que te pagaban bien, y por eso vine (Germana).

Yo tengo un hermano que anda trabajando aquí, en Padilla; él estaba aquí trabajando y cuando vio la situación en la que estaba yo pues me dijo: allá hay trabajo, si quieres te invito para que hagas algo bien para ti y tus hijos, y pues me animé y me vine (Isabel).

Mis primos y unos vecinos trabajan aquí, y ellos ya me habían invitado antes, así que se presentó la oportunidad y vine a trabajar (Manuela).

Aquí llegué a trabajar porque aquí está trabajando mi hermano (Matilde).

Como mi cuñada ya estaba instalada aquí, pues ella nos dio alojamiento (Pamela).

Según este marco teórico el capital humano adquirido por el migrante en la sociedad de acogida puede estimular el retorno, porque facilita que este obtenga mejores oportunidades económicas en el lugar de origen (Artola, 2009:324). Sin embargo, el capital humano, social y monetario acumulado por el migrante después de haber trabajado largos años en la sociedad de acogida no implica una mayor probabilidad de retorno, ya que este capital tiene la misma utilidad en la sociedad de emigración que en la de inmigración; por lo que puede utilizarlo para quedarse o para regresar (Durand, 2004:115). Como consecuencia, el asentamiento en el lugar de inmigración puede obedecer, tanto al fracaso relativo como al éxito relativo del proyecto migratorio (Castles y Miller, 2004:44).

En el primer caso el migrante no regresa porque no pudo ahorrar lo suficiente para cumplir el propósito que le hizo tomar la decisión de emigrar. En el segundo caso la persona se queda en la sociedad de acogida porque encuentra que las condiciones de vida y de trabajo allí son mejores que en el terruño. Expresiones como: "yo estoy a gusto aquí, y en veces siento que soy de aquí" (Juana); "ya soy más de aquí que de allá" (Malvina); "ya me siento de aquí, por el tiempo que tengo aquí" (Manuela); "ya me siento parte de aquí, de Tamaulipas, pues aquí está mi padre y aquí tengo mi esposa, pues aquí tengo mi vida hecha" (David); "allá no me hallaría nadita pos que ya estoy impuesto aquí, ya estoy acostumbrado a la gente más que nada" (Adolfo); "me siento de aquí, y como la gente me trata bien, pues está bien aquí, ya mis hijos están acostumbrados aquí y nos va bien" (Nicolasa); "pienso estar aquí de forma permanente ya que aquí tenemos trabajo todo el año" (Rafaela) o "yo creo que ya no nos vamos a ir a otro lugar porque aquí me va bien a mi y a mi mamá y mis hermanas y mi hijo" (Laura) describen una integración en la sociedad de acogida y un desinterés por regresar al lugar de origen.

 

La teoría transnacional

El transnacionalismo constituye la última etapa de desarrollo de las redes migratorias. A medida que las redes maduran generan una infraestructura social permanente que facilita el asentamiento en la sociedad de destino sin que se rompan los lazos con la comunidad de origen, ya que la circulación de gente e información entre estos dos polos refuerza los lazos entre los mismos y permite a los migrantes echar raíces, tanto en un sitio como en el otro (Massey et al., 1987:163). Castro (2011:272) señala cómo la consolidación de las redes sociales articula un territorio migratorio que enlaza localidades agrarias en recesión de Chiapas, Veracruz y Tabasco con espacios agrarios dinámicos del estado de México y afirma "pese a la lejanía que existe entre unos y otros no son espacios aislados, conforman un territorio bien articulado gracias a las redes sociales que garantizan una comunicación dinámica, y acorta las distancias, desdibujando fronteras".

El transnacionalismo se ha definido como las redes que permiten a los migrantes enraizarse en la sociedad de acogida al mismo tiempo que mantienen los lazos con sus lugares de origen (Glick, Basch y Blanc-Szanton, 2006). Los "transmigrantes" han sido caracterizados como actores sociales cuyas identidades se configuran en relación con redes relacionales que desbordan las fronteras nacionales (Basch, Glick y Blanc-Szanton 2003:7). Lo anterior supone un trastrocamiento de los conceptos de retorno y permanencia. El transnacional no es ni el retornado ni el que se va para siempre. La teoría transnacional subraya la permanencia de los procesos migratorios porque el transmigrante se asienta de modo estable en la sociedad de acogida; pero este asentamiento aparece conformado por redes de relaciones que le conectan al terruño.

 

La teoría del mercado laboral dual

La teoría del mercado laboral dual describe una segmentación del mercado laboral entre dos sectores: uno estable y otro precario (Piore, 1979). En el segmento laboral primario, estable e intensivo en capital, las condiciones sociolaborales y salariales son ventajosas. Por el contrario, el segmento laboral secundario, flexible, inestable e intensivo en mano de obra, se caracteriza por un ambiente laboral desagradable. Los trabajadores empleados en este segmento (los grupos marginales: mujeres, jóvenes, minorías y migrantes) son descritos por Piore (1978:28) como un factor residual de producción ajustable a la evolución de la demanda. Según Piore (1983:274) "las sociedades industriales parecen generar sistemáticamente una variedad de puestos de trabajo que los trabajadores de jornada completa del país rechazan directamente, o aceptan solamente cuando los tiempos son especialmente difíciles".

Expresiones como: "a la gente de aquí no le gusta trabajar en la pizca; ellos trabajan en otra cosa" (Bruno); "los de aquí no quieren trabajar en la pizca, deciden mejor trabajar en otra cosa menos pesada" (Daniel); "la gente de aquí no le entra a la naranja por pesada, ellos trabajan como acarreadores o compradores, coyotes, pero menos de pizcadores porque el trabajo es pesado" (Natalia) o "a los de aquí no les gusta el trabajo pesado" (Felipe) reflejan el rechazo de la población local hacia las actividades más duras, como la pizca de la naranja. El problema de falta de mano de obra en las actividades que los locales rechazan es resuelto con la llegada de inmigrantes procedentes de áreas rurales subdesarrolladas, que aceptan los puestos que ofrecen poca seguridad, pocas posibilidades de promoción y bajo prestigio, porque no tienen intención de permanecer en la sociedad de acogida. Piore (1983:276) afirma que los migrantes se desplazan hacia espacios donde encuentran trabajo y pueden acumular ahorros, pero "cuando no pueden encontrar rápidamente un trabajo, se vuelven a casa".

Esta teoría acentúa el carácter temporal de los flujos migratorios. A diferencia de los locales, que rechazan los puestos de trabajo degradantes, los inmigrantes no tienen reparo en realizar actividades serviles porque a ellos "no les afecta el status servil del puesto porque su trabajo industrial está muy lejos del entorno social de su casa, de donde procede su estatus y la imagen que tienen de sí mismos" (Piore, 1983:274). Piore (1983:274) dice que los inmigrantes "tienen la intención de acumular algunos ahorros rápidamente; de volver a casa e invertir allí sus ganancias". Lo señalado es el caso de Helena, que en 2008 emigró a Güémez con su marido para pagar una deuda que contrajo su esposo en el año 2007. Como ella decía: "quiero regresar para mi casa con mis hijos y mi familia, aquí vamos a trabajar por un tiempo más mientras salimos de los problemas que tenemos". Por lo tanto, estaban reduciendo sus gastos al mínimo porque no querían permanecer en el lugar de inmigración más de lo necesario. Otros jornaleros vinieron a Tamaulipas con el propósito de mantener a sus hijos hasta que terminasen sus estudios o se casasen. Una vez cubierto ese propósito podrían regresar con sus esposas, porque al liberarse de la carga de los hijos los recursos proporcionados por el mercado laboral de sus comunidades serían suficientes para salir adelante.

Tengo que trabajar y limitar lo que gasto aquí, y si yo estuviera en mi tierra ni pensar que mis hijos estudiaran. No pienso traerlos, solo quiero trabajar aquí mientras ellos estudian (Bruno).

Cuando se casen, ya no voy a gastar en mantenerlos, nada más trabajaré para mi señora (Claudio).

Sin embargo, no todos los inmigrantes regresan a su lugar de origen. Algunos terminan asentándose porque desarrollan compromisos permanentes con la sociedad de acogida: se casan y tienen hijos que nacen y crecen en la sociedad de inmigración y carecen de vínculos con la sociedad de origen de los padres (Piore, 1980:313). La situación aparece reflejada en expresiones como: "me junté con una mujer de aquí y pues vivo con ella y tengo ya tres niños con ella" (Agustín) o "aquí me sentí a gusto trabajando, ya luego encontré a mi novia y aquí me quedé, ahora ya soy de aquí porque de aquí es mi hijo" (Ceferino). Según Piore (1980:314) "cuanto más tiempo están, mayor es la probabilidad de que desarrollen vínculos que conducen a un asentamiento permanente". Por lo tanto, un proyecto que en principio tiene como propósito el retorno puede acabar en el asentamiento permanente del inmigrante en la sociedad de acogida.

Castillo (2010:184) ha señalado que en años recientes algunos centroamericanos se han quedado de forma definitiva en ciertas localidades del territorio mexicano, dada la imposibilidad de lograr el propósito de llegar a los Estados Unidos. Una de estas localidades es la comarca citrícola de Tamaulipas. Así, un proyecto de carácter temporal puede tornarse en uno permanente debido a la dificultad de ahorrar dinero para lograr el objetivo de llegar a los Estados Unidos. Expresiones como: "no sé si me pueda ir pronto porque por más que trabajo no junto dinero, porque días trabajo y días no trabajo" (Samuel); "aquí estoy trabajando por el momento y estoy juntando para llegar a la frontera y cruzar, solo que no he podido hacerlo" (Santiago); "no completé para pagar de todo al pollero, así que solo le pagué hasta aquí, y bueno, aquí me dejó, aquí estoy trabajando y juntando dinero para poder avanzar más" (Tadeo) o "no estoy ahorrando porque no puedo, con lo que me pagan no lo he podido hacer, en cuandotenga la oportunidad me voy" (Yésica) muestran la dificultad de los centroamericanos que llegaron a la zona de estudio para proseguir su camino hacia Estados Unidos.

 

La conexión entre los marcos explicativos de la migración permanente

La permanencia y el retorno son dos conceptos contrapuestos. La teoría económica neoclásica se enfoca en el primero; la nueva economía de la migración laboral y la teoría del mercado laboral dual lo hacen en el último, mientras que la teoría del capital social y la teoría transnacional no establecen factores distintivos que conduzcan a uno u otro. Cuando se toma como unidad de análisis al individuo el acento recae en la permanencia; por el contrario, cuando la unidad de análisis es la familia el acento recae en el retorno. Pero, cuando la unidad de análisis se amplia a la comunidad, retorno y permanencia se tornan en opciones indistintas.

La capacidad de obtener ingresos más elevados en el lugar de destino es lo que conduce a una persona a asumir el riesgo de la migración. La diferencia de salarios entre las sociedades de emigración e inmigración tiene una importancia mayúscula en la explicación de la duración de los procesos migratorios; sin embargo, el efecto de la diferencia salarial en el retorno o permanencia del migrante es interpretado de modo diferente por cada modelo teórico. Cuando se toma como unidad de análisis el individuo la diferencia salarial impulsa la permanencia; como contraste, cuando la unidad de análisis es la familia la diferencia salarial favorece el retorno. Pero, si la unidad de análisis es la comunidad la diferencia salarial resulta irrelevante. Según la teoría económica neoclásica si los salarios entre los lugares de origen y destino se ensanchan, retornar carece de sentido en términos de una lógica de maximización de ingresos.

De acuerdo con la nueva economía de la migración laboral y la teoría del mercado laboral dual si la diferencia de salarios entre los espacios de origen y destino se eleva, el inmigrante tardará menos tiempo en alcanzar el umbral de ingresos deseado; por lo tanto, retornará antes. La teoría del capital social entiende el incremento de diferencias salariales entre los lugares de origen y destino como un mecanismo que puede implicar tanto un aumento como un descenso de la probabilidad de permanecer de modo permanente en la sociedad de acogida. En la etapa de formación de las redes migratorias un ensanchamiento de las diferencias salariales puede adelantar el retorno, pero cuando estas maduran sucede lo contrario. La teoría transnacional interpreta la diferencia salarial como un mecanismo favorecedor de la itinerancia entre las sociedades de inmigración y emigración.

Por otra parte, si se toma como unidad de análisis el individuo el éxito del proyecto migratorio aparece asociado a la permanencia, pero si la unidad de análisis es la familia el éxito aparece relacionado con el retorno. Cuando la unidad de análisis es la comunidad no puede establecerse una asociación entre el éxito del proyecto migratorio y el retorno al terruño o la permanencia en la sociedad de acogida. La teoría económica neoclásica considera el retorno como un fracaso del proyecto migratorio; por el contrario, entiende la permanencia en la sociedad de acogida como una prueba del éxito del migrante.

Como contraste, la nueva economía de la migración laboral explica el retorno como la prueba del éxito del proyecto migratorio; mientras que la permanencia es entendida como el fracaso del mismo. Según la teoría del capital social tanto el retorno como la permanencia pueden implicar un resultado exitoso del proyecto migratorio. Un migrante exitoso puede retornar porque acumuló un umbral de ingresos o puede establecerse en la sociedad de acogida ya que allí accede a mejores oportunidades económicas. Es decir, el capital social acumulado por el inmigrante en el país de destino le permite tanto retornar como establecerse allí. Los inmigrantes adultos de primera generación mantienen un contacto estrecho con la sociedad de origen; como contraste, al llegar a la segunda generación el transnacionalismo tiende a desaparecer (Portes, 2010:662). La teoría transnacional considera la itinerancia (la permanencia en la sociedad de acogida y el retorno periódico a la comunidad de origen) como un resultado del éxito del proyecto migratorio.

Finalmente, la teoría del mercado laboral dual generalmente contempla el retorno como una prueba del éxito del proyecto migratorio, ya que la emigración tiene un carácter instrumental: el objetivo del emigrante es reunir unos ahorros para retornar e invertir en el lugar de origen; pero, cuando el retorno es muy rápido entiende que el emigrante no pudo encontrar trabajo. Por otra parte, esta teoría no explica necesariamente la permanencia como un fracaso del proyecto migratorio inicial; constituye un elemento fortuito que obedece al surgimiento de compromisos no planeados propiciados muchas veces por la dificultad para ahorrar dinero.

 

Conclusión

El asentamiento en la sociedad de acogida tiene un significado y encuentra una explicación diferente según la unidad de análisis utilizada. Subsumir la explicación de los procesos migratorios a una sola unidad de análisis: el individuo, la familia o la comunidad, genera un entendimiento sesgado de los mismos. El individuo que emigra no corta sus lazos con su familia y comunidad, pero tampoco es una persona cuya individualidad queda anulada por los lazos que le unen a su familia o grupo de pertenencia. Por lo tanto, en el estudio de los procesos migratorios es necesario tener en cuenta tres unidades de análisis: 1) el individuo; 2) los lazos que le unen a la unidad familiar y 3) los vínculos sociales que le ligan a una comunidad o grupo de pertenencia por medio del parentesco, la amistad o las relaciones de paisanaje.

La comprensión de por qué algunos migrantes que llegaron a Tamaulipas para trabajar durante la temporada de la pizca de la naranja ya no regresaron al terruño implica la toma en cuenta de: 1) decisiones individuales racionales que buscan maximizar el capital humano del migrante, 2) estrategias familiares conducentes a elevar el prestigio y estatus social en la comunidad de origen a través de una mayor acceso a bienes y servicios por medio de las remesas y 3) vínculos sociales que ligan los lugares de asentamiento con las comunidades de origen a través de redes de relaciones interpersonales mantenidas por expectativas mutuas.

Los jornaleros migratorios llegan a Tamaulipas para maximizar su capital humano porque aquí sus salarios doblan o triplican a los recibidos en sus municipios de origen. La diferencia salarial alienta la permanencia. Los migrantes no retornan porque en sus comunidades las oportunidades económicas son escasas y los salarios muy bajos, pero la migración permanente no conduce a una desintegración familiar ni comunitaria. El asentamiento en la comarca estudiada responde a una estrategia familiar. Aunque los migrantes pasen años sin visitar a sus familias, permanecen unidos a estas a través del envío periódico de remesas. Ellos, pero sobre todo, ellas, trabajan para enviar remesas y no planean quedarse permanentemente; por eso la mayoría no trae a su familia a Tamaulipas. La inmigración en el área de estudio posee un carácter instrumental. Los migrantes no tienen reparo en realizar aquellos trabajos que los locales rechazan: aceptan cualquier empleo porque a ellos no les afecta el estatus servil del trabajo que realizan ya que la mayor parte quiere retornar a sus comunidades. Sin embargo, la adquisición de compromisos permanentes con la sociedad de acogida o la dificultad para alcanzar un umbral de ahorros que satisfaga el propósito de la emigración hace que su permanencia en Tamaulipas se prolongue de modo indefinido. Finalmente, aquellos que rehacen su vida en Tamaulipas constituyen un imán para amigos, familiares o paisanos, que deciden emigrar a esta comarca porque aquí disponen de un capital social que favorece el acceso a bienes económicos y empleo.

 

Agradecimientos

Quisiera expresar mi agradecimiento a Promep por el apoyo recibido para la realización de esta investigación a través del proyecto El problema de la inmigración permanente en la zona citrícola de Tamaulipas IDCA 6076 CLAVE UAT-CA-73.

Anexo 1

 

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Nota

1 Aunque en otros casos la tecnificación conduce a reducción de los requerimientos de mano de obra y a una merma de las necesidades de trabajadores migratorios (Mora y Maisterrena, 2011:123).

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