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Estudios sociales (Hermosillo, Son.)

versión impresa ISSN 0188-4557

Estud. soc vol.20 no.40 Hermosillo jul./dic. 2012

 

Reseña

 

Frontera Norte, la economía de Sonora: una visión desde la perspectiva industrial

 

Edgar Piña Ortiz*

 

Miguel Ángel Vázquez Ruiz (2009) Universidad de Sonora, pp. 221 ISBN: 970-689-388-1

 

*Centro de Estudios Superiores del Estado de Sonora

 

Dirección para correspondencia:
edgarpinaortiz@hotmail.com

 

Fecha de recepción: noviembre de 2011
Fecha de aceptación: diciembre de 2011

 

Introducción

Un postulado, ya clásico en la ciencia económica y de una vigencia irrefutable, es aquel que señala que el tránsito de una economía productora de materias primas a una economía industrial, es requisito ineludible de todo proceso de desarrollo. La historia económica de los países hoy desarrollados, lo mismo que la evidencia empírica de los que en tiempos recientes han encontrado el camino de la prosperidad, demuestra la validez de dicho principio. Los ejemplos actuales de países que están incorporándose a dinámicas de desarrollo basándose en competitividades del sector terciario -tecnologías de la información y el conocimiento, principalmente-, no desmienten el postulado, al contrario, lo reafirman con la singularidad de que sin contar con una industria de transformación sólida, diversificada y bastante a sus propias necesidades, estos países han sabido dar el salto para colocarse en el mapa de las naciones emergentes en la economía del siglo XXI.

Este supuesto de la disciplina económica está implícito en el libro publicado recientemente por la Universidad de Sonora, cuyo título es Frontera Norte. La economía en Sonora: una visión desde la perspectiva industrial, del doctor en economía Miguel Ángel Vázquez Ruiz. El libro se halla dividido en tres partes. En la primera se contextualiza la frontera norte de México, dentro de los fenómenos de la globalización y la recomposición de las economías y las regiones, así como de las tendencias generales de la economía mundial. En la segunda parte se intenta un recuento histórico de la industria en Sonora, a partir del porfiriato, para terminar en la etapa actual de la maquiladora y el renacimiento de la minería metálica (oro y cobre, principalmente) y no metálica (cemento), pasando por la etapa pos revolucionaria y de sustitución de importaciones. En la tercera parte, se discute el ámbito del desarrollo sonorense, básicamente en cuanto a la inserción del estado en la economía del norte de México y en su potencial de integración como una región binacional. Este apartado concluye con algunas propuestas encaminadas a la necesaria construcción de un nuevo paradigma del desarrollo económico del estado.

La primera aseveración que la lectura de la obra permite hacer es que cumple fehacientemente el objetivo señalado por el autor que es el ofrecer una visión de largo plazo de las transformaciones de la economía sonorense, utilizando dos referentes principales: su pertenencia a la región norte de México y las características del proceso de industrialización experimentado en las últimas décadas del siglo pasado y los lustros que van del presente. Escrito en un lenguaje sencillo y claro, apto no sólo para especialistas de la economía, sino para todo público, el libro es el resultado de una larga trayectoria del autor al servicio de la comprensión, la interpretación y la proyección de los problemas y potencialidades de una entidad poseedora de una ubicación privilegiada en el noroeste de México. Con más de 1 200 kilómetros de litoral en el Golfo de California y con 588 kilómetros de frontera con Arizona y Nuevo México, Sonora es un estado al que le "urge la construcción de un paradigma sustentado en fortalezas de perfil endógeno", como bien se dice en la parte final del libro

Muchos otros libros podrían escribirse a partir de la riqueza conceptual y temática de este trabajo del profesor Vázquez y dejo al lector la tarea de descubrir esas líneas de investigación y reflexión, ya sea que el interés sea histórico, académico, político, social, ambiental, de gobernanza o de políticas públicas, por mencionar algunos. Pero para soportar la validez de esta apreciación, permita el lector que le ofrezca una tercia de ejemplos de aspectos cuya investigación puede ser continuada por otros autores. Ellos son el ambiental, la generación de ahorro e inversión y el de los actores empresariales.

Respecto al problema del ambiente y el deterioro de los recursos naturales de Sonora, Miguel Ángel Vázquez Ruiz, dice en la página 30 del libro de referencia, que "la región está transitando de un proceso de allanamiento de la naturaleza sencillo a otro cada vez más complejo. Las primeras manifestaciones contra la naturaleza, se originan en el sector primario, especialmente en la agricultura de los valles que han sido afectados por la introducción de sales producto de la sobreexplotación de los mantos acuíferos. Asimismo, todo el espacio es víctima de fertilizantes y productos químicos con los que se abona la tierra". Además de algunas otras referencias relacionadas con el ambiente a lo largo de su trabajo, nuestro autor recuerda en la página 202, que desde los años sesenta del siglo pasado la agricultura del binomio trigo-algodón avisó que entraría en crisis y que había que encontrar otras opciones productivas. El hecho de que ya iniciada la segunda década del siglo XXI, el trigo continúe siendo el principal cultivo de Sonora, todavía mal utilizando el recurso más escaso del desierto que es el agua y con los enormes costos sociales que significan los millonarios subsidios que recibe, nos indica que ahí está una línea de investigación vital que deberá ser la base para la formulación de políticas públicas que le den sustentabilidad y competitividad a la economía del estado.

En lo concerniente a la formación de capital, factor esencial en todo proceso de crecimiento, Vázquez destaca en la página 97, que ya desde mediados del siglo pasado el destino de las ganancias de los negocios agrícolas, ganaderos y comerciales, no era claro. Citando una fuente oficial de aquellos años, precisa que al analizar la tasa regional neta de ahorro, que desde 1960 había oscilado entre el 19% y el 24% del Producto Estatal Bruto, la inversión neta había permanecido entre el 9 y el 12%, con lo cual se puede inferir, después de la necesaria reposición de capital, que entre el 9 y el 11% de los ingresos originados por la producción regional, se estaban utilizando para financiar otras entidades de la república o el extranjero, o se estaban acumulando, en la forma de ahorros improductivos.

En esa misma línea de investigación, y ya en tiempos más recientes (2007), se señala en el trabajo (p. 136), que prevalece la especulación y la búsqueda de dinero fácil, vía la fuga de divisas y que la alternativa que sobre todo parece buscar la iniciativa privada sonorense, no es la industrialización y los proyectos de horizonte extendido, sino el corto plazo y la terciarización de la economía. He aquí pues otro tema que merece ser profundizado y discutido con mayor amplitud.

El factor empresarial constituye en este trabajo, al igual que en otras publicaciones del doctor Vázquez Ruiz, un elemento crucial para explicar los distintos ritmos de crecimiento y desarrollo en una región. En las páginas 175 y 176, señala que el vínculo entre territorio y empresarios es básico no sólo para entender a una región, sino para dimensionar su capacidad de crecimiento y desarrollo. Luego menciona los factores que considera claves para el buen funcionamiento del binomio empresarios-territorio, como por ejemplo, las relaciones con el gobierno, la temporalidad de los proyectos, la cultura empresarial que abarca disposición al riesgo, adaptación a la competencia, capacidad de innovación, habilidad financiera, propensión al ahorro y visión de trascendencia más allá de la empresa personal o familiar, entre otros. En la apreciación que el autor de Frontera Norte. La economía en Sonora: una visión desde la perspectiva industrial, hace al trasluz de estos elementos de los estados fronterizos, el factor empresarial de Sonora resulta el más débil, lo cual constituye a nuestro juicio, razón suficiente para profundizar su estudio.

El nuevo producto editorial del doctor Miguel Ángel Vázquez Ruiz, constituye, a nuestro juicio, un extraordinario y bien logrado esfuerzo de comprender e interpretar el pasado y el presente de Sonora, desde la visión de una industria manufacturera de origen endógeno y orientada a una competitividad interna que sea la base de proyección hacia el ámbito binacional y de ahí al mundial. Pero no se crea el lector que esta revisión del libro de Miguel Ángel Vázquez Ruiz resulta en únicamente acuerdos y apreciación de sus virtudes. Como todo esfuerzo intelectual de este tipo, en la complejidad y amplitud de muchos de sus temas siempre hay espacio para la disidencia y el desacuerdo. Veamos algunos puntos de discrepancia.

Cuando el doctor Vázquez se refiere a los elementos necesarios de un nuevo paradigma para Sonora (p.189), afirma que "se trata de ensayar un nuevo modelo económico que por un lado mejore y haga más eficientes las ventajas comparativas y competitivas que son históricas, mismas que se ubican en el sector primario y la agroindustria, y por otro, incursionar en aquellas ramas de la economía acordes con las capacidades y el perfil de los agentes económicos y los actores que existen en la entidad".

En contradicción al hecho histórico, señalado por él mismo, de que el sector primario sonorense creció al cobijo de la infraestructura construida por los gobiernos y se fortaleció en el financiamiento fácil y atractivo de la banca oficial, en la asistencia técnica gratuita, los precios de garantía y la comercialización asegurada, entre otras muchas ventajas, es difícil aceptar la existencia de las ventajas comparativas y menos las competitivas.

Para identificar la existencia de las primeras, es decir, las que provienen de la naturaleza y la disponibilidad de los otros factores de producción, habría que comparar las características del territorio sonorense con otras regiones del mundo, principalmente las más próximas que son el medio oeste norteamericano y la gran pradera canadiense.

En estas vastas regiones, los cereales se siembran prácticamente sobre la humedad de los deshielos y los cultivos se desarrollan en veranos de días lluviosos alternados con días soleados. En general, no se gasta un solo dólar en riegos. Luego, el modelo de producción agrícola corresponde al de la familia del farmer involucrada en todo el proceso, desde el mantenimiento y reparación de la maquinaria, hasta la entrega del producto en los mercados regionales, pasando por la fertilización, el cuidado, la cosecha y el transporte. Nada que ver con lo que sucede, ha sucedido y seguirá sucediendo por algunos años con la agricultura del trigo en nuestros valles.

Respecto, a las ventajas competitivas, como observó el señor Michael E. Porter, éstas no las regala el gobierno, las construye el empresario, por lo que si nos atenemos al tipo de empresario perfilado por el mismo doctor Vázquez en este y en otros de sus trabajos, entonces la expectativa se torna difícil sino es que inalcanzable.

Más adelante, el autor propone dentro del mismo tema, que "en el sur del estado habría que profundizar la integración de la agricultura con la agroindustria y darle más impulso a las actividades pesqueras, creando nuevos proyectos de industrialización" (p.193). En esta perspectiva, en el trabajo parece eludirse el viejo reclamo de los especialistas de que el cambio de patrón de cultivos es, sí más pero no menos, avance insoslayable en la ingente tarea de superar los mitos y obstáculos del desarrollo.

Una vez cumplida esta enorme tarea, vendría la no menos importante de modernizar la infraestructura (de riego, caminera y de distribución, principalmente), para así asegurar la competitividad y la sustentabilidad del sector primario.

En cuanto a la actividad pesquera, mencionada en el mismo contexto de la integración industrial, habría que decir que lamentablemente comparte con la agricultura y la ganadería sonorense, el mismo estigma de la depredación, la falta de visión de largo plazo y la ausencia de valor agregado.

La conclusión implícita a la que nosotros podemos arribar con este trabajo de Miguel Ángel Vázquez Ruiz, es -aunque corramos el riesgo de que él no la comparta totalmente- que la industria de la transformación ha sido una actividad eludida por los actores empresariales trayendo como consecuencias la emigración de los capitales, el talento y la fuerza de trabajo, la marginación urbana y rural, el deterioro del ambiente y los recursos naturales y, en general, el rezago en el desarrollo económico y social.

Finalmente, digamos que trabajos así son, precisamente, lo que la economía y la sociedad sonorense requieren con urgencia, si se desea darle a Sonora los impulsos que lo coloquen a la altura de sus potenciales, que como ya se dijo, son enormes y están esperando el esfuerzo de sus habitantes para que, como señala el autor de Frontera Norte. La economía en Sonora: una visión desde la perspectiva industrial, "las fuerzas de la inercia no sigan dominando...y encontrar las formulas productivas que sean competitivas...[haciendo uso]...de los instrumentos que nos proporciona la ciencia económica, como es la planeación, para pensar y ordenar el futuro que forzosamente ya está aquí".

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