SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 issue57In memoriam: Salvador Edmundo Morales Pérez (1939-2012) author indexsubject indexsearch form
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Tzintzun

Print version ISSN 0188-2872

Tzintzun  n.57 Morelia Jan./Jun. 2013

 

Noticias

 

In memoriam: Alicia Esperanza Olivera Sedano de Bonfil (1933-2012)

 

Verónica Oikión Solano

 

Centro de Estudios Históricos de El Colegio de Michoacán, A. C.

 

Con profunda pena y tristeza nos enteramos del fallecimiento, 9 de julio de 2012, de una gran historiadora que siempre tuvo una enorme pasión por la disciplina y por su trabajo de investigación.1

Alicia Esperanza Olivera Sedano de Bonfil nació en la capital mexiquense, en el seno de una familia de ocho hermanos cuyo padre fue un médico de ideas revolucionarias y su madre una mujer católica. En su vida cotidiana infantil y juvenil se entrelazaron las vivencias de su abuela doña Joaquinita, afín a las ideas religiosas (levantó un altar en memoria de Agustín Pro, el mártir cristero) con el denuedo patriarcal en favor de la Revolución mexicana (su padre fue médico militar en las filas Zapatistas). Ambas expresiones contrastadas le imprimieron un sello singular a su propia existencia. De su padre obtuvo Alicia la seriedad, el profesionalismo y una bien definida convicción para llevar adelante su vocación por la Historia.

Además, también influyó en ella haber conocido y convivido con niños refugiados españoles asentados en la ciudad de Toluca. Alicia tuvo una infancia llena de experiencias gratificantes, como la usanza de escuchar el canto operístico de Caruso en un gramófono, el deleite de leer poesía y prosa para terminar recitando "Campanas de mi pueblo", o dedicar parte de su juventud a la danza folklórica actuando en el afamado Ballet de Amalia Hernández.

Alicia Olivera realizó sus estudios básicos en el centro escolar anexo a la Escuela Normal de Toluca y en el Instituto Científico y Literario del Estado de México. Siendo una adolescente, pasó a la Ciudad de México para continuar sus estudios de secundaria en San Cosme y posteriormente acudió a estudiar el bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria en San Ildefonso. Más tarde se matriculó en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM con la vocación reafirmada a partir de sus clases de historia en la preparatoria, cuando un profesor no se limitó a darle fechas y nombres para ser memorizados sino la conminó a comprender los contextos referidos en las obras leídas.

En el transcurso de su carrera, Alicia Olivera se encontró con que sus maestros en la Facultad no se referían a ciertos capítulos de la historia mexicana posrevolucionaria, como era el caso de la Guerra Cristera. Inclusive, algún profesor le sentenció: "No se meta con ese tema, Alicia, no le ha caído suficiente polvo". El tema resultaba incómodo para la historia oficial. Pero ella afrontó el reto y en vez de hacer a un lado dicha temática, la abordó como su objetivo central para el desarrollo de su tesis. De manera fortuita consiguió ponerse en contacto con el licenciado Miguel Palomar y Vizcarra, en cuyas manos se encontraba el acervo documental de la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa. Palomar y Vizcarra le tomó aprecio a la joven historiadora y de esta forma le abrió el fondo documental para iniciar su investigación.

Gracias a Alicia, Palomar y Vizcarra desistió de su intención de enviar dicha documentación al Vaticano. Estas fuentes organizadas y microfilmadas por ella misma, reposan bajo el resguardo de la Universidad Nacional. Fue muy emotivo para Alicia el momento en que tuvo frente a sus ojos los documentos originales. También ese periodo fue definitorio en su vocación como investigadora.

Actualmente, muchos historiadores desconocen que la tesis de Alicia Olivera fue precisamente la investigación pionera en México sobre el levantamiento cristero. Alicia obtuvo el 19 de mayo de 1953 su título de licenciada en Historia y por sus notables méritos se le concedió mención honorífica. Convertida la tesis en libro, el INAH la publicó en 1966 con el título de Aspectos del conflicto religioso de 1926 a 1929. Antecedentes y consecuencias. En el año de 1987 se realizó una segunda edición corregida y aumentada por la autora y publicada por la Dirección General de Publicaciones y Medios de la SEP en su muy connotada colección "Cien de México". Su contenido demostró que el movimiento se extendió por Jalisco, Michoacán, Colima, Guanajuato, Zacatecas, además de la Ciudad de México. La obra cuenta con documentación gráfica, mapas e imágenes de líderes y militantes cristeros, así como de jefes militares federales. Además, la investigación se nutrió de las historias de vida recuperadas a través de entrevistas que realizó Alicia. El impacto positivo de todo ello fue mayúsculo porque su obra incorpora los testimonios de los protagonistas, como fue el caso del general cristero Victoriano Ramírez, alias El 14. A través de esta labor de recopilación y de análisis de fuentes también logró reunir una serie de corridos cristeros, así como reseñar y biografiar personajes cuyas vidas se entregaron a la defensa de sus convicciones religiosas mediante la vía armada.

Luego de este gran aporte a la historiografía cristera, Alicia continuó sus estudios becada entre 1957 y 1960 en la carrera de Historia Antigua de México y Etnohistoria de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Y en el bienio 1962 a 1964 cursó materias del Programa de doctorado en Historia en la propia Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. El 24 de marzo de 1964 obtuvo su grado de Maestra en Historia de México y de nueva cuenta se le otorgó mención honorífica.

Desde 1959 se integró como investigadora en el Departamento de Investigaciones Históricas del INAH. En ese mismo año se dedicó a la organización del Archivo de Gildardo Magaña, el general zapatista oriundo de Zamora. Más tarde, en 1963, encabezó la coordinación del equipo de catalogación y estudio del Archivo de Documentos de Historia Mexicana del siglo XIX (colección del señor Jaime Carbó).

Entre marzo de 1963 y septiembre de 1964 fue nombrada Asesora de Historia del Comité de Planeación e Instalación del nuevo Museo Nacional de Antropología e Historia que se ubicaría en su moderno edificio en Chapultepec. Luego de su inauguración, Alicia fue la encargada de organizar y catalogar el Archivo Fotográfico de Etnografía del propio museo.

A partir de 1964 se integró en el equipo coordinado por el Maestro Wigberto Jiménez Moreno para llevar a cabo el Proyecto del Archivo Sonoro del INAH con la finalidad de rescatar testimonios orales de sobrevivientes de la Revolución mexicana.

En 1965 formó parte del grupo de planeación del Proyecto Cholula del INAH para el estudio de las relaciones inter-étnicas en la región poblano-tlaxcalteca.

Entre 1966 y 1968 Alicia llevó a cabo su proyecto de investigación sobre la literatura cristera que resultó un aporte valioso para el conocimiento y el estudio de dichas fuentes originales. La obra se publicó por el INAH en 1970 con el título de La literatura cristera. Posteriormente, en 1994, se realizó una nueva edición corregida y aumentada por la autora en la colección "Divulgación" de la Serie Historia, publicada por el INAH y la SEP en 1994.

Al seguir profundizando en las fuentes de tema cristero, Olivera publicó junto con Víctor Manuel Ruiz Naufal una obra con título sugerente El Peoresnada. Un periódico cristero, edición realizada en 2005 por el INAH en su colección "Fuentes".

En 1969 y hasta 1972 fundó y coordinó, en colaboración con su colega historiadora Eugenia Meyer, el Programa de Historia Oral, de cuyos objetivos se desprendieron tres proyectos de investigación dirigidos al rescate y la conservación de testimonios de actores políticos y sociales de la Revolución mexicana, el levantamiento cristero y de la historia política del México contemporáneo. Como ejemplos de las diversas publicaciones generadas a partir del rescate testimonial, la maestra Olivera publicó el libro titulado Emilio Portes Gil. Un civil en la Revolución mexicana, editado en 1989 por el Instituto Tamaulipeco de Cultura. Y en 1999 coordinó la obra colectiva Los archivos de la memoria, publicada en la colección "Científica" de la Serie Historia del INAH. De tal manera que siguiendo estas líneas de investigación, Alicia estuvo a la vanguardia en México y América Latina en el estudio metodológico de la Historia Oral, y en el rescate de lo que ella llamaba "la historia de los de abajo".

Alicia Olivera impartió cátedra en el Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM entre 1970 y 1973. Su curso denominado Comentario de textos históricos fue revelador para las jóvenes generaciones que recién ingresaban a la carrera de Historia. Su palabra docta guió a esos noveles estudiantes a través de clásicos de la literatura revolucionaria para entender y reflexionar acerca del impacto que produjeron las ideas y los proyectos revolucionarios en la construcción del nuevo Estado y en el desarrollo del México contemporáneo.

También ofreció cursos de técnicas y métodos de investigación histórica, aplicados a la conservación de monumentos en la Escuela Nacional de Restauración, Conservación y Museografía "Manuel Castillo Negrete" del INAH durante el bienio 1983-1985. Amén de numerosos seminarios, talleres, diplomados, conferencias y cursos impartidos en distintos institutos y centros de cultura, educación e investigación. En su mayoría, la temática abordada se centró en las técnicas y los métodos de la investigación histórica, sobre todo en relación con el enfoque de la Historia Oral.

Entre 1972 y 1983 Alicia Olivera coordinó el Programa de Historia Oral del Centro Sur de la República, concentrado en el proyecto sobre el rescate de invaluables testimonios zapatistas. Un producto significativo de dicha recuperación fue la publicación colectiva realizada por el INEHRM en 1988 con el título de Emiliano Zapata. Antología de documentos. También la investigadora realizó el prólogo y un estudio biográfico del autor a la reedición del libro de Jesús Sotelo Inclán, Raíz y razón de Zapata, publicado por el Conaculta en 1991.

Durante 1973 la maestra Olivera fue nombrada asesora de historia en proyectos museográficos para exposiciones sobre el periodo revolucionario, llevadas a cabo por el Museo Nacional de Historia del INAH en el Castillo de Chapultepec.

En 1976 fue invitada a colaborar y asesorar el proyecto histórico museográfico para la instalación del Museo "Lázaro Cárdenas" en Jiquilpan, Michoacán, albergado en el naciente Centro de Estudios de la Revolución Mexicana "Lázaro Cárdenas", A. C. A partir de dicha colaboración fue nombrada coordinadora del Programa de Historia Oral de dicho Centro de Estudios.

Entre 1976 y 1977 fungió como coordinadora del proyecto de investigación sobre la tradición oral de Cuauhtémoc, como parte de la Tercera Comisión de Estudios sobre los restos de Cuauhtémoc del INAH, en Ichcateopan, Guerrero.

A lo largo de los años de 1977 a 1982 coordinó el Seminario de Movimientos Campesinos del Siglo XX, en la Dirección de Estudios Históricos del INAH.

En el bienio 1983-1985 se dio a la tarea de elaborar y coordinar un nuevo proyecto titulado "Mi pueblo durante la Revolución", que llevó a cabo con la colaboración del Museo Nacional de Culturas Populares y cuyo impacto fue importante al rescatar testimonios de gente del pueblo que respondió con entusiasmo a la convocatoria del certamen que con ese fin se configuró. Los participantes en su mayoría vieron y fueron testigos del paso de la Revolución por sus barrios, colonias, ejidos, rancherías y localidades, y remitieron sus vivencias mediante escritos o grabaciones; también enviaron correspondencia, fotografías, utensilios y objetos de todo tipo.

Mediante dichos relatos con arraigo en la microhistoria salió a flote el sentir colectivo de las comunidades durante el periodo álgido de la lucha armada. Así, de esta manera, Alicia tuvo el gran mérito de rescatar la memoria colectiva de todo un pueblo. La antología con el título de Mi pueblo durante la Revolución se publicó en tres volúmenes en 1985 por el INAH, en coedición con el Museo Nacional de Culturas Populares, recogiendo los mejores trabajos presentados. La edición fue corregida y reeditada por el INAH en su colección "Divulgación", en el año 2010.

Entre 1984 y 1985 Alicia tuvo a su cargo la jefatura del Departamento de Estudios Contemporáneos de la Dirección de Estudios Históricos del INAH, ya como investigadora titular C de tiempo completo.

A partir de 1998, y hasta el año 2000, se integró al proyecto de investigación sobre "Testimonios zapatistas" con el apoyo del Conacyt, cuyos resultados hicieron visibles los argumentos, los alegatos y las vivencias de ese grupo revolucionario.

Debido a esta brillante trayectoria académica, la maestra Alicia Olivera Sedano de Bonfil recibió diversos reconocimientos y distinciones. En 1999 se le entregó la condecoración "Maestro Altamirano", por sus 30 años ininterrumpidos dedicados a la investigación histórica. Al año siguiente fue nombrada por el INAH profesora de investigación científica con carácter emérito en reconocimiento a sus cualidades académicas y a su obra sobresaliente en los campos de la investigación científica y la docencia. En el 2008 recibió un reconocimiento especial por su consolidación académica y sus aportaciones a la Historia Oral mexicana, y le fue entregado conjuntamente por la Asociación Mexicana de Historia Oral, la Dirección de Estudios Históricos del INAH, la Universidad de Guadalajara y la Universidad de Guanajuato.

En 2009 de nueva cuenta la Dirección de Estudios Históricos del INAH reconoció sus méritos como historiadora. En este mismo año de 2009, el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México le entregó el Premio a la trayectoria en Investigación Histórica sobre el rescate de Memorias y Testimonios "José C. Valadés", premiando así sus consistentes aportaciones al conocimiento del pasado mexicano y por haber establecido el canon para el estudio de las fuentes orales de la historia mexicana contemporánea.

Alicia Olivera deja para las generaciones de jóvenes historiadores numerosas publicaciones en distintas revistas especializadas, en libros colectivos y en obras de autor, así como diversas intervenciones orales en distintos eventos académicos. Su contribución a la historiografía mexicana del periodo revolucionario es indiscutible, y lleva un sello indeleble y entrañable por su valor y prestigio académico. Sus discípulos la recordaremos por su fuerza de voluntad, su sensibilidad y su generosidad. Su pasión por la historia imprimió honda huella en quienes la conocimos. Alicia, siempre presente en nuestros corazones, porque su obra maestra ha sembrado semilla y trasciende.

 

Nota

1 Para la elaboración de la presente nota necrológica debo agradecer la gentileza de su hija, la arqueóloga Alicia Bonfil Olivera, quien a través de la amable intermediación de la maestra Laura Espejel, me envió el curriculum y las imágenes de su madre. También acudí a los comentarios y recuerdos de su hijo, el químico y divulgador de la ciencia Martín Bonfil Olivera, quien el pasado martes 10 de julio subió a su blog pensamientos y acotaciones personales sobre su madre. Finalmente, revisé los apuntes biográficos escritos por Javier González Rubio Iribarren en su obra Forjadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (1939-2009), publicada por el INAH en 2010.         [ Links ]

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License