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Tzintzun

versão impressa ISSN 0188-2872

Tzintzun  no.57 Morelia Jan./Jun. 2013

 

Artículos

 

El campesinado migrante. Políticas agrarias, colonizaciones internas y movimientos de frontera agrícola en Nicaragua, 1960-2012

 

The inexhaustible peasantry. Internal colonization and agricultural frontier movements in Nicaragua 1960-2010

 

Les paysans migrants. Politiques agricoles, colonisations internes et agricoles, colonisations internes et mouvements de frontière agricole au Nicaragua. 1960-2012

 

Verónica Rueda Estrada

 

Universidad de Quintana Roo, Unidad Académica Playa del Carmen. Correo electrónico: vrueda@uqroo.mx.

 

Recepción: 31 de julio de 2012.
Aceptación: 5 de octubre de 2012.

 

Resumen

La producción agrícola en pequeñas propiedades parece inviable en el Tercer Mundo, pocos países obtienen crecimiento económico a través de la agricultura; sin embargo, en Nicaragua se da el fenómeno contrario, pues en 2009 su PIB agrícola fue de 19.6 por ciento y un año después creció a 20.6 por ciento. La agricultura tradicionalmente ha tenido un peso importante en la vida de los nicaragüenses, se trata de una sociedad campesina que ha colonizado su territorio moviendo en forma constante la frontera agrícola, un proceso que se agudizó durante el auge agro exportador, después en la revolución sandinista (1979-1990) existió un proceso de colonización dirigida, mismo que fue destruido por la guerra contra-revolucionaria. Durante la posguerra se inició una colonización espontánea que incluyó el poco poblado Caribe, lo que cambió nuevamente la fisonomía poblacional y económica del país. En 2007, con Daniel Ortega en el poder, se establecieron nuevas políticas en el campo que buscan dirigir la agricultura y el movimiento de su frontera.

El objetivo de este artículo es analizar las características territoriales de Nicaragua y las políticas que han permitido constantes movimientos de frontera agrícola, procesos de colonización interna y el flujo migratorio del campesinado. La temporalidad se establece desde los significativos cambios en el sector agrícola durante el boom agro exportador, hasta el actual proyecto agrícola del FSLN.

Palabras clave: agro exportación, colonización interna, migración, agricultura.

 

Abstract

The facts show that agricultural production of small properties is unfeasible in the Third World. However, Nicaragua currently has an economic growth through agriculture. This is a traditional peasant society that has colonized their territory constantly moving the farming frontier. What existing territorial characteristics in Nicaragua allow in the XXI century new agricultural frontier movements and intense internal migration? How has Nicaraguan agricultural space been since its founding as a nation to the present? Has the country been inserted in a process of re-peasantry? To try to answer these and other questions, in this paper, as background, there is a historical account of the territorial characteristics of Nicaragua. Subsequently, the characteristics of agro are presented during Somocismo and the impact of agro-export model in the face of the country. In the second section the Sandinista policies and population changes caused by the war are analyzed. The third section analyzes the processes of internal colonization in the postwar period, and finally the current characteristics of Nicaraguan agriculture, the policies pursued set forh by Daniel Ortega to turn back Nicaragua into a more peasant society, control the economic activity and finally, limit movements within is own agricultrual borders.

Keywords: agro export, internal colonization, migration, agriculture.

 

Résumé

Les faits montrent que la production agricole de petites propriétés est inviable dans le Tiers Monde. Cependant, Nicaragua a maintenant une croissance économique grâce à l'agriculture. Il s'agit d'une société paysanne traditionnelle qui a colonisé son propre territoire en changeant constamment la frontière agricole. Quels sont les caractéristiques territoriales qu'il y a au Nicaragua et qui ont permis une intense migration interne et des nouveaux mouvements de frontières agricoles au XXIe siècle? Comment l'espace agricole du Nicaragua a-t-il été depuis sa fondation jusqu'à maintenant? Ya-t-il plus de paysans? On va essayer de répondre dans cette étude en parlant des antécédents, c'est-à-dire, on fait rémunération historique des caractéristiques territoriales du Nicaragua. Puis après, on développe les dominants agricoles pendant Somoza et l'impact du modèle d'exportation agricole par rapport la physionomie du pays. Ensuite, on envisage la politique sandiniste et les changements de la population lors la guerre. Après, on analyse la transformation de colonisation interne dans la post-guerre. Et finalement, on souligne les caractéristiques contemporaines de l'agriculture au Nicaragua et les politiques suivies par Daniel Ortega pour faire revenir le pays à la vie paysanne.

Mots clés: agro-exportation, colonisation interne, migration, agriculture.

 

Un campesino sin tierra
es un ser sin alma.

Ricardo Falla

 

Se afirma que la producción agrícola en pequeñas propiedades es inviable en el Tercer Mundo, y los hechos así lo demuestran, pocos países obtienen crecimiento económico a través de la agricultura y este sector es poco representativo en las economías emergentes.1 El desarrollo de los países en América Latina tiende a ser cada vez más en el sector terciario de la economía y menos en el primario, sin embargo, en Nicaragua se da el fenómeno contrario, desde 1990 los gobiernos, tanto liberales como sandinistas, han intentado reactivar el campo en el país, pero sólo recientemente, y de manera parcial, lo han logrado; como dato significativo, en 2009 en medio de la crisis financiera internacional, el PIB agrícola de Nicaragua fue de 19.6 por ciento, pero un año después creció a 20.6 por ciento, esto se debió al aumento de 5.9 por ciento de las actividades agrícolas y al repunte de las exportaciones en el rubro.2

La agricultura tradicionalmente ha tenido mucha importancia en la vida de los nicaragüenses, se trata de una sociedad campesina que ha colonizado su territorio moviendo constantemente la frontera agrícola. La colonización interna a gran escala inició en la década de los cincuenta, cuando los campesinos de Pacífico fueron expulsados de sus tierras por el dictador Anastasio Somoza García, que inició un proceso económico enfocado en la agro exportación. Estos campesinos se establecieron en los linderos de una amplia frontera agrícola, que aún hoy sigue moviéndose.

Durante la revolución sandinista (1979-1990) y la guerra contrarrevolucionaria (1980-1990), los nicaragüenses huyeron del conflicto interno hacia otras regiones o países. Una vez terminada la guerra y la revolución, volvieron al país tanto los refugiados, como los ex combatientes que dejaban el arma, por lo que se inició una nueva colonización que incluyó el poco poblado Caribe, lo que cambió nuevamente la fisonomía poblacional y económica del país. En 2007 Daniel Ortega regresó al poder -hay que recordar que fue presidente durante el gobierno revolucionario del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)- y propuso nuevas políticas en el campo que tienen por objetivo, incluso, dirigir el movimiento de frontera agrícola y la colonización interna, entre otros.

El objetivo de este artículo es analizar las características territoriales de Nicaragua, mismas que permiten que en pleno siglo XXI se den nuevos movimientos de frontera agrícola y que el campesinado migre, dando lugar a una intensa colonización interna. Asimismo, se busca demostrar que los constantes movimientos de frontera agrícola son resultado de la conformación histórica de Nicaragua y de una política -muchas veces no oficial- del Estado nicaragüense, ello sin negar los factores culturales y económicos. La temporalidad del estudio se establece en los significativos cambios en el sector agrícola desde 1960 -año dentro del boom agro exportador que coincide con el cambio de Cuba al socialismo y la cuota que Nicaragua debía cumplir con Estados Unidos para sustituir los productos de la isla-, hasta el actual proyecto agrícola del FSLN.

Por frontera agrícola se entiende la dinámica de movilidad de los campesinos desde tierras ya trabajadas para su uso agrícola, ganadero y/o forestal hacia zonas de montaña y selva para establecer ahí nuevos asentamientos productivos. Colonización interna es el proceso mediante el cual los campesinos conquistan y/o domestican tierras, siendo el Estado uno de sus promotores, y que en el caso nicaragüense ha sido para recuperar o apropiarse de un territorio donde no se tiene presencia, o bien para contener problemas sociales.3

En la primera parte de este trabajo, y a manera de antecedentes, se hace un recuento histórico de las características territoriales de Nicaragua. Posteriormente se divide en cuatro periodos histórico-políticos, que marcan los movimientos de frontera agrícola por procesos de colonización. El primero, causado por la agro exportación, donde se analiza el impacto de la expulsión campesina en la fisonomía del agro nicaragüense y la primera colonización semi-dirigida por el somocismo. El segundo, inicia con la revolución sandinista y su economía planificada, que originó nuevos proyectos de colonización dirigida y al mismo tiempo, la contención por la guerra, de los movimientos de frontera agrícola. El tercero durante la posguerra, que se caracterizó por fracasados proyectos de colonización dirigida y el crecimiento de las colonizaciones espontáneas, destacándose los ex combatientes como principales colonos, y finalmente el cuarto, donde se analizan las características actuales del agro nicaragüense, y las políticas instauradas por Daniel Ortega para regresar a la vía campesina. En el último apartado se dan las conclusiones.

 

Antecedentes

Una de las características demográficas más significativas de Nicaragua durante toda su historia ha sido lo irregular de sus asentamientos poblacionales en relación con su territorio, es decir, una gran parte de sus habitantes se han establecido básicamente en dos polos del país, por un lado la Costa Caribe habitada por indígenas Miskitos, Sumos (erróneamente conocida como Mayagnas), así como Ramas y Garifonas,4 históricamente sujeta a las relaciones económicas y culturales con los ingleses; y por el otro, la Costa del Pacífico, zona de colonización española, de población mestiza surgida de la mezcla con los habitantes indígenas de las etnias Chorotega, Niquirano y Chontal.5

Durante la conquista del siglo XVI, los españoles se establecieron básicamente en la franja del Pacífico, y tal como sucedió en las demás colonias americanas, los grupos originarios fueron evangelizados y su población diezmada. La población indígena de Nicaragua nunca fue tan numerosa como en Perú y México, o incluso su vecino El Salvador, por lo que en las haciendas coloniales siempre hubo escasez de mano de obra. Los conquistadores se vieron en la necesidad de trabajar ellos mismos sus plantaciones, aunque evidentemente no excluyó que a los indígenas se les empleara intensamente como mano de obra en la producción de añil, el cultivo primordial de esta provincia que perteneció a la Capitanía General de Guatemala. Esta estructura económica tan peculiar limitó la explotación y conquista de otras zonas de la provincia de Nicaragua, como fue la zona agreste y montañosa del Norte -de la que se hablará después- y el trópico húmedo del Caribe, que se mantuvieron con poca presencia española y mestiza.

Las riquezas de Nicaragua fueron pocas tanto para los españoles como para los ingleses, aunque estos últimos las aprovecharon de mejor manera, pues lucraron tanto con las extracciones de las minas auríferas como con la madera y el hule del Caribe, para ello contaron con una salida directa al mar desde los puertos de Blufields y Bilwi, sin intervención de la Corona española anclada en el Pacífico. Los ingleses fundaron en 1841 el Reino de la Mosquitia -nombre con el que durante dos siglos se conoció al Caribe nicaragüense- con la intención de construir un canal interoceánico que uniera el Atlántico con el Pacífico. Se trató del primer antecedente del proyecto norteamericano de construcción de un gran canal, mismo que durante el siglo XIX además incluyó la opción por la vía de Panamá, siendo esta última la que finalmente se realizó.

Los mestizos del Pacífico siempre han considerado ese territorio caribeño de tierra roja como una zona indómita, salvaje, les son tan extraños que aún hoy la llaman el Atlántico, aunque evidentemente se encuentra en el Caribe.6 Se trató entonces de una Nicaragua dentro de otra Nicaragua, o bien de dos Nicaraguas con dos culturas, dos tradiciones, dos poblaciones y dos historias en un mismo país.

En trescientos años la estructura económica-geográfica poco se transformó, así durante los sucesos más importantes de la historia nicaragüense, la Independencia de España, el Periodo de la Anarquía (1821-1857)7, la Guerra Nacional o Guerra Filibustera (1856-1857)8 y los Treinta Años Conservadores (1857-1893), la situación de aislamiento de ese enorme territorio nicaragüense continuó. Finalmente, es hasta la revolución liberal (1893-1909) que se hicieron los primeros intentos serios de integración, el presidente de José Santos Zelaya lo hizo a través de la anexión oficial de la Mosquitia, ese semi protectorado británico en territorio nicaragüense, que a pesar de dicha acción, siguió funcionando como una economía de enclave pues el Caribe siguió independiente del Pacífico en muchos sentidos.

Imagen 1

Es durante la larga dictadura de los Somoza que la población el Pacífico se acercó a otra parte del territorio y descubrió que había en realidad tres nicaraguas. Además de los polos del Pacífico y el Caribe, existía un territorio amplio, el Interior-Norte conocido también como Región Interior o "el Interior", conformado por dos subzonas, una montañosa y otra de planicie que juntas representan casi un tercio del territorio nacional, con poca población, básicamente de tipo mestizo, aunque con grupos indígenas que se habían refugiado en las agrestes zonas altas y de trópico húmedo durante la época de la conquista.

El Interior eran amplias tierras poco colonizadas, aunque con mayores vínculos con el Pacífico, primero a través de la religión y después por los intercambios comerciales que se establecieron; sus habitantes eran pequeños productores de granos y explotadores de las maderas preciosas que abundaban en el área. En el imaginario de los nicaragüenses asentados en el Pacífico, el montañoso Norte eran territorios incomunicados, lejanos, prácticamente indómitos, por ello se entendía que el movimiento de resistencia contra la invasión norteamericana (1926-1933), comandada por Augusto C. Sandino, pudiera efectuarse en Las Segovias, zonas que los militares somocistas de la Guardia Nacional (GN) prácticamente desconocían.

La planicie central era más cercana geográficamente a las ciudades importantes del Pacífico, que son Managua, León y Granada. A pesar de esta relativa cercanía, también estaba aislada, actualmente esta zona corresponde a los departamentos de Boaco y Chontales. Por ejemplo, la villa de Juigalpa, actual capital chontaleña fundada en 1668, para 1752 tenía sólo 224 habitantes y en 1879, cuando adquirió el rango de ciudad, su población no pasaba de mil personas; su importancia durante los siglos XIX y XX fue servir de tránsito entre los minerales de Santo Domingo y la ciudad de Granada. La historia de esta ciudad nos confirma el añejo aislamiento de la zona con el Pacífico.9 Fue en el siglo XX, a través de colonizaciones -tanto las promovidas por el Estado como las espontáneas- que estas tres zonas empezaron un complicado proceso de reconocimiento.

 

Las tres nicaraguas: colonización interna y movimientos de frontera agrícola

Hasta la primera mitad del siglo XX, Nicaragua era en realidad tres territorios perfectamente identificados y con claras diferencias económicas, culturales y políticas:

1. Una Zona Caribe indígena y negra, con elementos de tradición inglesa y sobre todo de religión Morava, dedicada a los cultivos tradicionales de subsistencia y a la explotación maderera. La zona funcionó durante algunos periodos como enclave bananero y de extracción de oro, pero siempre fue poco productiva para los parámetros que buscaban los norteamericanos e ingleses en la región. Actualmente sería la RAAN, la RAAS y la parte caribeña del Río San Juan.10

2. Una Zona Interior-Norte (conocida como Región Interior) poco habitada, católica, que a mediados de los años cincuenta y sesenta del siglo XX ingresó al mercado gracias a la producción agro exportadora de pequeños y medianos propietarios -como se verá más adelante-. Actualmente son los departamentos de Nueva Segovia, Madriz, Estelí, Jinotega, Matagalpa, Boaco, Chontales y una parte de Río San Juan.

3. Una Zona Pacífico con los grandes lagos, habitada principalmente en la meseta de los pueblos, mestiza, católica, zona de los latifundios somocistas que durante el siglo XX crecieron al amparo de la agro exportación. Actualmente serían los departamentos de Chinandega, León, Managua, Carazo, Granada y Rivas.

Imagen 2

Comparando las zonas, en el Pacífico la infraestructura siempre fue de mejor calidad y cantidad pues hubo una "urbanización" -en el sentido de ser centros poblacionales considerables que cuentan con servicios básicos como: escuela, mercados y autoridades locales-, ello se debió tanto a su historia -recordemos que eran zonas de gran densidad demográfica indígena desde antes de la Conquista-,11 como a la inestabilidad política que siempre caracterizó a Nicaragua durante los siglos XIX y XX, cuando los pobladores rurales huían a las ciudades tanto por los constantes conflictos entre liberales y conservadores como por las recurrentes invasiones norteamericanas.

La Región Interior y el Caribe empezaron a difuminar sus fronteras durante la dictadura de Anastasio Somoza García (19371956). Esos grandes territorios poco conectados empezaron a experimentar el constante movimiento de sus fronteras agrícolas. Por ejemplo, las actuales ciudades de Matagalpa, Jinotega y Estelí fueron pobres poblaciones que crecieron considerablemente después de los años cuarenta y cincuenta con el auge del cultivo del café; para poder integrarlas al mercado agro exportador se construyó la Carretera Panamericana y sólo entonces adquirieron mayor importancia.

 

a) Somocismo, agro exportación y colonización interna: el primer gran movimiento de frontera agrícola

Es durante el régimen dictatorial de los Somoza (1967-1979) que el panorama económico cambió con la implementación de los cultivos extensivos, ello porque durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos dejó de ser productor de algodón al encontrarse inmerso en la contienda bélica. El sistema somocista se comprometió a cumplir con parte de la cuota necesaria, pero para hacerlo debía de obtener grandes extensiones de tierra que fueran, además, de fácil acceso a los puertos para poder sacar la producción resultante.12 El régimen hizo todo lo posible -legal e ilegalmente- para arrebatar a los pequeños productores del Pacífico sus propiedades, rápidamente grandes extensiones de tierra fueron apropiadas por Anastasio Somoza García y sus allegados, para ser sembradas de algodón, con lo que el dictador obtuvo los beneficios de una producción de gran demanda internacional. Así, León y Chinandega, que tradicionalmente habían sido zona de explotaciones ganaderas de mediano y gran tamaño -y que además cultivaban los granos básicos- se volvieron la principal zona de producción algodonera intensiva, dejando en desventaja el consumo interno, pues eran los productores que satisfacían dicho mercado.

La frontera agrícola se movió también hacia la zona Caribe, pues el régimen entregó tierras a los campesinos del Pacífico que habían sido expropiados, las nuevas propiedades estaban ubicadas en la incomunicada zona de Nueva Guinea, también conocida como Zelaya Central (en el Caribe sur). El régimen somocista difundió la imagen de esta zona como la tierra prometida: amplias zonas vírgenes y fértiles que esperaban ansiosas que los hombres recogieran sus frutos a través de la colonización. Esta área, densamente boscosa, resultó ser poco apta para la agricultura, más beneficiosa fue la ya probada producción maderera13 y la consecuente instalación de pastizales para el ganado, iniciando así la "chonteliñización" del Caribe.14

A principios de los años sesenta se dio otro gran cambio económico en la región, que impactó significativamente en la fisonomía de Nicaragua. El giro de la revolución cubana al socialismo provocó que Estados Unidos, su principal comprador de azúcar, eliminara su cuota y buscara nuevos productores. Nuevamente Somoza y sus allegados entraron a escena e iniciaron la producción masiva de caña de azúcar y sus derivados15 -también de tabaco, aunque en menor medida-. Para lograr la inclusión de los intereses somocistas en el nuevo negocio, las propiedades que anteriormente se usaban para el cultivo de café en el Pacífico -en las faldas del Mombacho, las sierras de Managua y en la meseta de Carazo-, y que representaban hasta antes de 1950, 70 por ciento de la producción nicaragüense, fueron desmembradas pues en su lugar se instaló el cultivo de la caña.

Los productores cafetaleros fueron trasladados a la zona Interior-Norte, a los actuales departamentos de Matagalpa, Jinotega, Estelí, e incluso a la lejana e incomunicada Nueva Segovia, una amplia región montañosa, húmeda, que por resultar fecunda para el café empezó a generar riqueza. Con el paso de los años fue adquiriendo gran importancia productiva, fue tal su impacto que para los años setenta, 67 por ciento del café provenía de esa zona, y para finales de la década era uno de los principales productos de exportación.16 El café se convirtió en un producto significativo, hasta 1986 Nicaragua prácticamente era dependiente de grano de oro, pues representó 44 por ciento del valor de sus exportaciones.17

En el Pacífico también se criaba ganado y se producían los granos básicos que satisfacían el mercado interno, pero con el incremento de la demanda de algodón y azúcar, los pequeños productores fueron expulsados y buscaron la frontera agrícola en dirección al Caribe.18 La producción de carne vacuna también tuvo un gran incremento, en 1972 representó alrededor de 10 por ciento de la producción del país; la cuarta parte del valor de la producción total de alimentos y más de 25 por ciento de las exportaciones industriales del país, que era siete veces mayor que en 1960.19

Para darle espacio a la ganadería extensiva, los pequeños productores de cultivos básicos de Boaco y Chontales fueron expulsados a las áreas bajas de Matagalpa, Jinotega y hacia Nueva Guinea, donde se empezaron a producir los granos básicos en más de 70 por ciento. Las tierras de Boaco y Chontales fueron ocupadas por los hatos ganaderos que exportaban a gran escala. A finales de los años setenta, 66 por ciento del ganado se encontraba ahí. En 1961 había 17 mil 100 kilómetros de pastos para ganado, en 1978 ya eran 28 mil 200, y el número de cabezas se triplicó hasta llegar a tres millones.20

Desde finales de los años sesenta y durante toda la década de los setenta los movimientos de la frontera agrícola fueron constantes. Con la instalación del Mercado Común Centroamericano (MCC) en 1960, se dio un leve proceso de industrialización en las zonas cercanas a Managua y otras ciudades del Pacífico, que recibieron algunos campesinos expulsados por el cultivo de algodón y la ganadería extensiva, y en menor medida del azúcar, café y arroz. Durante este periodo se ampliaron los sectores informales de la economía pero también tuvo lugar el desarrollo de una clase media educada en las universidades y un crecimiento económico, producto de la agro exportación, lo que en muchos sentidos creó bonanza.

En 1950 Nicaragua exportó 34 millones de dólares, en 1978 se alcanzaron 646 millones. El área algodonera era en 1951-52 de 47 mil hectáreas, en 1977 llegó a 236 mil hectáreas. El volumen del café se triplicó, sucediendo lo mismo con otros productos, principalmente de exportación. Todo esto se resume en una tasa de crecimiento del producto agropecuario entre 1950 y 1977, de 4.7 por ciento anual, una de las más altas en América Latina. Además, el país se convirtió en el principal exportador de algodón en todo el Istmo.21

A diferencia de lo que ocurrió en otros países de la región durante el auge agro exportador, y a pesar de los negocios de la dinastía somocista, en Nicaragua tuvieron un peso muy considerable los productores de mediana y pequeña extensión del algodón y el café, es decir, las propiedades administradas por su dueño y que contrataban mano de obra o que eran trabajadas por un núcleo familiar. Por ejemplo, a comienzos de los años setenta, en las actividades ganaderas -que ocupaban tres cuartas partes de la superficie de fincas del país- los medianos y pequeños productores controlaban 51 por ciento del hato. En la producción cafetalera sucedió algo similar, los grandes propietarios sólo alcanzaban 30 por ciento de la producción, destacándose medianos y pequeños productores.22

En la Región Interior las fincas grandes reunían poco menos de 20 por ciento de la producción total, y los medianos casi 50 por ciento, el campesinado sumaba cerca de 30 por ciento del valor de la producción agropecuaria. Como contraste, en El Salvador los grandes productores de café generaban, a fines de los años sesenta, 66 por ciento de la producción, y en Guatemala lo hacían con alrededor de 77 por ciento. En ambos países la disponibilidad de mano de obra siempre fue significativamente superior a la de Nicaragua.23

El Pacífico fue el principal productor de algodón y ganado, las pequeñas y medianas propiedades de azúcar, tabaco, café, granos básicos y ganado estaban en la zona Interior-Norte. El auge agro exportador dio lugar a una clase social dinámica, con amplia participación en el mercado; sin embargo, las bruscas variaciones en los precios internacionales provocaron la quiebra de algunos pequeños y medianos productores subordinados a los intermediarios (dueños de mataderos, ingenios azucareros, beneficios del café, etc.). Evidentemente, también había un campesinado sin tierra que se encontraba principalmente en el Pacífico.

En 1972 tuvo lugar un sismo que dejó la ciudad de Managua destruida, el régimen de Somoza Debayle aprovechó la situación para hacer negocios en el desastre, miles de viviendas que debían de ser reconstruidas -pagadas con fondos internacionales- fueron abandonadas por la corrupción de las autoridades que no las habilitó. Por miedo a un nuevo movimiento telúrico, y por la escasez de vivienda, parte de los habitantes de la capital se movieron hacia los suburbios, precarizándola aún más; otra parte emigró hacia el interior del país. Tanto el auge de la agro exportación como la amplia frontera agrícola nicaragüense actuaron como contención ante la tragedia.

Hasta finales de los años setenta Nicaragua se caracterizó por su baja densidad de población rural (en las temporadas de siembra y cosecha se contrataban trabajadores que, una vez terminadas, regresaban a las zonas urbanas o a sus pequeñas propiedades), una alta movilidad campesina con la ampliación permanente de la frontera agrícola, un mayor peso de la finca mediana multifamiliar y el mediano peso de las grandes fincas de producción, todo ello funcionó también como una válvula de escape a las presiones campesinas por defender las tierras usurpadas por la dictadura somocista.24

A diferencia de los países vecinos, en Nicaragua no había un sistema generalizado de capas campesinas desposeídas y explotadas por terratenientes rentistas,25 tampoco se trataba de las grandes plantaciones bananeras extranjeras,26 había un crecimiento agrario y económico considerable que benefició a la población (excepción hecha por los campesinos sin tierra), y sobre todo, había disponibilidad de tierras en las amplias zonas de frontera agrícola. Sin embargo, y a pesar del crecimiento agropecuario, el modelo estaba agotándose, pues en 1978 el desempleo en el campo llegó a 25 por ciento de la población económicamente activa.27 La estructura agraria de Nicaragua era entonces de un capitalismo disforme: en la Región Interior existía un importante núcleo de pequeños y medianos productores, bien establecidos en el mercado nacional e internacional y con dinamismo de tres década dedicados a la agro exportación, algo así como una pequeña burguesía extendida. En el Pacífico estaban las grandes propiedades de Somoza y sus allegados, dedicadas a la agro exportación en gran escala, es decir una dinastía terrateniente, y por el otro lado, amplios sectores proletarizados, urbanizados y con necesidad de tierras. En el Caribe, las tierras estaban dedicadas a la agricultura de subsistencia, pero empezó a tener invasiones y problemas en la propiedad de la tierra por la llegada de población migrante campesina/mestiza expulsada del Pacífico y del Interior, o por medio del discurso gubernamental de colonización. Es necesario aclarar que el régimen Somocista no vio esta colonización como una política de unificación nacional sino más bien, como una forma de contención social para los campesinos expulsados por la agro exportación.

Aún hoy, los indígenas y negros del Caribe consideran las tierras como propiedad comunal, y los campesinos/mestizos como tierras sujetas a colonización -civilizar las tierras sin dueño y por lo tanto nacionales- y sobre las cuales tienen derechos por ser nicaragüenses mestizos. Estas visiones contrarias son y han sido causa de conflicto.28

La colonización y el movimiento de frontera agrícola durante el periodo de auge de la agro exportación, también impactaron en la ecología, pues durante el periodo se dio una alarmante deforestación debido al "despale" de bosque latifoliado para uso agrario -agricultura itinerante y ganadería extensiva a través de un frente pionero que hace avanzar la frontera agrícola-. Este sistema de agricultura causó 35 por ciento de la deforestación de América Central a principios de los años 80. Como dato significativo, para 1950, 75 por ciento de la superficie de Nicaragua era de uso forestal, para 1980 lo era sólo 36 por ciento.29 A ello hay que agregar que el cultivo del algodón es muy dañino para esas tierras, a principios de los años ochenta, las zonas de Chinandega y León eran ya poco fértiles, a finales de la década sólo quedaba un semidesierto terregoso en los antiguos campos blancos.30

 

b) La revolución sandinista: relocalizaciones, migración y colonización planificada

Cuando a finales de los años setenta se dio la insurrección sandinista, amplias capas de población siguieron a los guerrilleros, se trató básicamente de habitantes de los núcleos urbanos del Pacífico y campesinos sin tierra. La insurrección fue creciendo y los sectores de la oligarquía desafectos a Somoza -por sus prácticas corruptas, pero sobre todo por las oportunidades que les había quitado en los negocios- apoyaron a los guerrilleros. En 1979 triunfó la revolución, y sus políticas para el Pacífico fueron impuestas en todo el país; éstas tuvieron en muchos sentidos un matiz más ideológico que de conocimiento de la realidad de las otras zonas de Nicaragua. Si bien hubo insurrecciones en Estelí, Matagalpa y Jinotega, el grueso de la fuerza sandinista estaba en el Pacífico, una zona con una estructura muy diferente a la del Interior y el Caribe.

La guerra para derrocar a Somoza desgastó la economía. Siendo una sociedad agraria, el gobierno revolucionario deseaba potenciar la capacidad para obtener excedentes por medio del sector exportador, y por ello empezó a controlar el comercio, con ello también pretendía garantizar el abasto a la población. Las primeras políticas agrarias fueron la expropiación de las propiedades de la familia Somoza y de sus allegados, los campesinos sin tierra y los trabajadores agrícolas esperaban que fueran divididas y entregadas en pequeña propiedad, pero por el contrario, en la mayoría de los casos, el gobierno las volvió colectivas. En la zona Interior-Norte, donde propiamente no existían los grandes terratenientes como en el Pacífico, también expropió pequeñas y medianas propiedades, causando el descontento de los productores. Desde 1981, cuando inició la reforma agraria sandinista -a través de la Ley del 19 de julio, hasta 1990 que terminó-31 se entregaron un millón cincuenta mil hectáreas de tierra a 60 mil familias, en propiedad individual o cooperativa,32 se expropió alrededor de la cuarta parte de toda la tierra agrícola del país, incluyendo 38 por ciento de las tierras dedicadas al café, 28 por ciento de las tierras de algodón y 11 por ciento de las tierras de caña de azúcar.33

El modelo económico de la revolución sandinista se caracterizó por un elevado protagonismo del Estado, que se convirtió en el principal propietario y empresario de la tierra, el único encargado de asignar el crédito y distribuir la tierra -por encima del mercado-, el responsable casi absoluto de la comercialización a través de la Empresa Nicaragüense de Alimentos Básicos (ENABAS) y garante de la producción alimentaria básica.34

Con la reforma agraria la tierra quedó dividida en cuatro tipos: la propiedad del Estado (básicamente las tierras confiscadas en las que se establecieron las empresas agrícolas estatales que fueron poco productivas y muy costosas); la propiedad cooperativa (parte de la tierra entregada a los campesinos se hizo bajo esta forma); propiedad comunal (para los indígenas); y la propiedad individual. El gobierno dio prioridad a los dos primeros tipos de propiedad, limitó el tercero y combatió en muchos sentidos la última forma. La revolución entendió, a diferencia de los gobiernos anteriores, que tenía la capacidad para penetrar, proteger y regular físicamente un espacio territorial nacional, así como las relaciones sociales y las riquezas contenidas por éste.35 Es por ellos que con el fin de unir el Caribe, entre otras consideraciones de índole política, social y económica, se dictó el Estatuto de Autonomía de las Regiones Autónomas de la Costa Atlántica, conocido como Ley de Autonomía de 1987 pero implementado formalmente hasta 1990, con las elecciones locales.36

A través de esta figura jurídica, el gobierno revolucionario organizó políticamente el Caribe bajo dos figuras político-territoriales: la Región Autónoma del Atlántico Norte (RAAN) y Región Autónoma del Atlántico Sur (RAAS).37 Así, las dos regiones obtuvieron ciertas atribuciones de carácter autónomo y de conformación de gobiernos locales y, más adelante, de partidos políticos regionales. Los cambios no fueron exclusivamente nominales, también se dieron avances materiales para la unificación, pues se construyó una carretera para conectar la capital Managua con Bilwi. Pese a todos estos cambios, aún en la actualidad las comunicaciones con el Caribe son deficientes, los viajes hacia Blufields, el Bluff y Greytown tienen que hacerse en condiciones verdaderamente lamentables.

En el Caribe las políticas revolucionarias fueron mal recibidas, para los indígenas, alejados y "olvidados", las propuestas sandinistas les eran extrañas, ellos estaban organizados desde hacía siglos por medio del Consejo de Anciano como máxima autoridad y no reconocían un gobierno lejano que se decía nacional y pretendía unificarlos.38 El conflicto también pasó por la demarcación de las tierras comunales, la instalación de un autogobierno regional que pretendía dar estabilidad a dos formas políticas organizativas divergentes, la dificultad por establecer el derecho a las tierras "baldías" para los indígenas o para el estado nicaragüense y, finalmente, las violentas relocalizaciones obligatorias para los indígenas en las zonas de guerra -como se verá más adelante.

Las políticas sandinistas fueron vistas por los indígenas como un atentado a sus formas ancestrales de vida, pues se pretendía imponer tanto la producción agrícola del Pacífico y del Interior-Norte, como sus formas organizativas. Los indígenas le declararon la guerra a la revolución mestiza de la "otra Nicaragua". Así, como resultado de la imposición del proyecto revolucionario, se inició una guerra entre la Nicaragua mestiza y el Caribe indígena.39

La guerra en el Caribe se dio por medio de organizaciones contrarrevolucionarias como: MISURA, KISAN, ARDE y YATAMA, si bien su discurso era diferente al de los campesinos y ex guardias contrarrevolucionarios del Pacífico y el Interior-Norte, el financiamiento norteamericano y la carga ideológica de los sandinistas terminó subsumiéndolos en un solo discurso y como parte del mismo grupo: los enemigos de la revolución.

Buena parte del Caribe estuvo sometido a los ataques contrarrevolucionarios, por lo que el gobierno decidió quitarle "el agua al pez" y de manera violenta cambió de ubicación varias de las comunidades indígenas, para así alejarlas tanto de la influencia de La Contra, como de las zonas de guerra. A esta colonización dirigida y forzada, impuesta por el gobierno sandinista, se le llamó popularmente las "relocalizaciones"; así, en 1982, entre nueve y 15 mil indígenas de 42 comunidades fueron reubicados por el ejército de manera violenta en asentamientos conocidos como Tasba Pri, con lo que se desmembraron los vínculos comunitarios, familiares y económicos.40

Para los indígenas, las relocalizaciones significaron romper con sus lazos sagrados con la tierra, quedarse sin raíz y ser obligados a llevar una vida que ni conocían ni les interesaba, muchos de ellos engrosaron las filas contrarrevolucionarias y otros más emigraron a Bilwi, Costa Rica, Estados Unidos y Honduras. En 1988 la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) calculó que había 30 mil personas bajo su mandato en ese último país.41 No sólo eran negros e indígenas del Caribe, pues con el avance de la guerra, parte de la población de la región Interior y del Pacífico tuvo que buscar refugio en el exterior. En 1988 medio millón de nicaragüenses -de una población calculada en 3.5 millones- estaban fuera del país: unos 200 mil en Estados Unidos, 150 mil en Costa Rica, 100 mil en Honduras y otros 50 mil en otros lugares.42

Fue en la región interior donde se montó con mayor fuerza la actividad contrarrevolucionaria. En un principio se trató de ex guardias somocistas, pero después se fueron sumando campesinos que contaron con el apoyo económico y militar norteamericano. Los primeros grupos de la Contra surgieron entre 1979 y 1980, su base de operaciones fueron las zonas rurales y su principal apoyo, los productores -principalmente del Norte- afectados por sus vínculos con el somocismo; después, y con el avance de la reforma agraria sandinista, lograron la adhesión de campesinos subordinados a esos productores, posteriormente la de trabajadores asalariados y finalmente, de indígenas del Caribe -como se mencionó líneas arriba.

Los campesinos del Interior-Norte que formaron la Contra tomaron las armas en defensa de la propiedad privada y de la potencial pérdida de sus tierras como consecuencia de las políticas revolucionarias. Independientemente de los fines de las políticas sandinistas, éstas provocaron el rechazo de los productores y de los intermediarios que sentían que el Estado deseaba controlarlos y perdían su libertad. Para contener el descontento, las políticas agrarias sandinistas tuvieron varios virajes y se flexibilizaron en el transcurso de su década en el poder, con ellas buscaba mejorar la producción, contener el descontento de sectores campesinos y quitarle bases al ejército contrarrevolucionario. A nivel económico, la guerra interna provocó grandes pérdidas, hay que recordar que una de las estrategias de la Contra fue destruir la infraestructura y atacar los colectivos de producción agrícola establecidos por el gobierno.

Por su parte, Estados Unidos financió de manera legal e ilegal a los contrarrevolucionarios, boicoteó la economía, primero dejando de comprarle algodón, café, azúcar, tabaco y carne, luego cancelando sus créditos, y finalmente, con amenazas a los organismos financieros internacionales para que no le concedieran préstamos. El resultado, además de miles de muertos, fue la desarticulación de la producción y la pérdida del carácter agro exportador de la economía nicaragüense. La guerra tuvo dos efectos económicos: la producción nacional bajó en forma rápida, después de haber alcanzado su punto máximo en 1978 (la fuga de capitales contribuyó a la caída); y el producto nacional que descansaba en la agro exportación descendió de manera pronunciada.

Si bien el proyecto sandinista tenía la intención de dirigir la economía agrícola y por lo tanto la producción, colonización y el movimiento de la frontera agrícola, la guerra lo impidió. La violencia del periodo propició la huida de los pobladores, colonos e indígenas hacia zonas menos conflictivas como las ciudades, el refugio o bien, como nuevos combatientes en la guerra, por lo que se abandonaron las zonas productoras pero no se buscaron nuevas sino hasta finalizar la guerra.43 Es por ello que -como efecto colateral no forzosamente planificado- el avance de la frontera agrícola se contuvo, y con ello parte del daño ecológico, según datos del Instituto de Recursos Naturales y Medio Ambiente (IRENA) de Nicaragua, se estima que la superficie despalada durante los años 80 se habría reducido a 400 kilómetros cuadrados, mientras que en 1990, al finalizar el conflicto armado, el ritmo se habría incrementado hasta los mil 500 kilómetros cuadrados anuales.44

 

c) La gran colonización interna: la posguerra

Con la derrota electoral del sandinismo en 1990 terminó la guerra interna, las fuerzas contendientes fueron desmovilizadas y un gobierno autodefinido como de corte neoliberal fue instaurado. Al asumir la presidencia, Violeta Barrios encontró un núcleo muy importante de tierras subutilizadas por la disminución de la superficie sembrada, unas 200 mil manzanas45 menos que en 1977, también había decrecido en un millón de cabezas el hato ganadero, lo que dejó liberadas entre dos y tres millones de manzanas de pastos.46

Las extensiones liberadas servirían para distribuirlas y lograr un nuevo crecimiento expansivo de la agricultura y la ganadería; sin embargo, el gobierno se enfrentaba a múltiples problemas de propiedad debido al gran número de actores interesados en adquirir tierras:

1. Los ex combatientes sandinistas y contras que habían sido desmovilizados a cambio de promesas de tierras (tierra por armas). El total de desmovilizados de La Contra fue de 22 mil 412, 83 por ciento tenía origen rural agropecuario, mayoritariamente eran campesinos sin tierra o que las habían abandonado/perdido durante la guerra. 94 por ciento eran originarios de zonas fuera de la región Pacífico y 60 por ciento eran menores de 25 años; la mayoría eran analfabetas que deseaban insertarse como campesinos. La cifra de desmovilizados del EPS se calculó en 66 mil y muchos también deseaban regresar al campo.47

2. Los exiliados y refugiados que regresaban con la paz.48

3. Los ex somocistas y allegados que habían sido expropiados por la revolución y a quienes el gobierno de Violeta Barrios había prometido durante su campaña electoral de devolución de propiedades. Se calcularon unos 60 mil.49

Otro foco de conflicto se dio con la desarticulación de las empresas agrícolas estatales mediante su privatización, lo que provocó el rechazo de sus trabajadores que aspiraban a comprarlas. El conjunto de la privatización estatal fue en realidad una contrarreforma agraria, pues "70% de los activos y empresas sometidos a privatización hasta 1992 habían sido objeto de devolución a sus antiguos propietarios, y sólo 30% se privatizó".50 Otros problemas que enfrentó el gobierno en su afán de regresar al campo nicaragüense a la época de oro de la agro exportación, fue la escasez de recursos externos para modernizarlas, hacerlas productivas y competitivas en un mercado que se había transformado significativamente durante la década de los años ochenta.

A ello hay que agregar que en toda la región centroamericana la agricultura se encontraba en franca liberalización, dando mayor presencia a las empresas trasnacionales agro exportadoras y a la desagrarización del campo, pues la agricultura en pequeña y mediana propiedad ya era incapaz de competir con las grandes empresas trasnacionales.51 El acceso a la asistencia técnica y al financiamiento agrícola desde entonces está limitado a los grandes propietarios, por lo que los pocos nicaragüenses que lograron obtener tierras rápidamente las perdieron al no poder hacerlas productivas y competitivas en un mercado voraz. Pronto se dio un proceso de reconcentración de la tierra en manos de los antiguos dueños, quienes aprovecharon la precaria situación económica de los beneficiarios para readquirir sus antiguas tierras y para acaparar más.

Nicaragua había perdido su carácter agro exportador y los campesinos también perdieron el rol de productores de alimentos baratos. El gobierno le había prometido a los ex contras la creación de los Polos de Desarrollo, un programa de colonización dirigida que en los hechos prácticamente no se realizó.52 Sin embargo, la tradición campesina siguió teniendo fuerte influencia, a pesar de la deficiente entrega de tierras a los ex combatientes, la falta de apoyos para producirla, la lejanía e inaccesibilidad para sacar la producción y los problemas del rearme,53 en el ciclo agrícola 19911992 tan sólo los ex contras sembraron 37 mil manzanas de maíz, frijol y tubérculos.54

A pesar de los esfuerzos de los campesinos, muchos de ellos ex combatientes, la productividad de la tierra era menor y no podían competir con los precios determinados por las empresas tras-nacionales, en el marco de las políticas de liberalización del agro instauradas por el gobierno de Violeta Barrios. La vía campesina parecía agotarse, los jóvenes empezaron a emigrar, primero a las ciudades y luego a otros países, buscando mejores oportunidades de empleo; después los siguieron otros adultos, finalmente alcanzó a las mujeres y los niños. La situación empeoró con el paso del Huracán Mitch en 1998, que causó severos daños en la precaria infraestructura de Nicaragua; por el desastre meteorológico se calcularon en 50 por ciento las pérdidas económicas y los graves daños ecológicos.55

Ante la tragedia, el alma campesina del nicaragüense, que se niega a dejar las actividades agropecuarias, buscó su subsistencia y se inició un éxodo hacia el Caribe, básicamente al Río San Juan, departamento fronterizo con Costa Rica que durante la época somocista había recibido grandes contingentes de campesinos en busca de tierra. Al finalizar la guerra, y ante la crisis, iniciaron un nuevo proceso de "despale" para mover la frontera agrícola, lo que puso en peligro el equilibrio ecológico de la zona; ahí se hizo extensiva la ganadería y actualmente se siembra con bastante éxito la palma africana, que es materia prima para producir biodiésel. El resultado es que entre 1990 y 2000 aumentó la deforestación a 130 mil 141 hectáreas por año.56

En el Caribe Norte sucedió algo similar, las poblaciones del Triángulo Minero -Rosita, Siuna y Bonanza- recibieron grandes contingentes de pobladores que buscaban tierras para hacerlas producir, pero estas zonas no eran aptas para la agricultura. Aun así, talaban la madera preciosa y empezaron sus pequeñas siembras, al poco tiempo se agotaba y continuaban el avance. Ejemplo de ello es el daño causado a la Reserva de Bosawas, la que hasta 1993 era la más grande extensión ecológica de Centroamérica, pero actualmente se ha convertido en zona de tala indiscriminada y de nuevos asentamientos poblacionales.

Entre 1994 y 1998, más de 75 por ciento de la vastedad del territorio del municipio de Siuna fue entregado en concesión a siete compañías mineras extranjeras. En total se entregaron ocho mil 333 hectáreas de la zona de bosque tropical húmedo a la empresa Atlantic Timbres Corporation (ATIMCO) para la explotación de los recursos de la zona y posteriormente le fueron asignadas otras 55 mil, lo que provocó el desplazamiento de los campesinos mestizos e indígenas hacia zonas urbanas, y también hacia otros asentamientos indígenas que empezaron a ser expulsados de sus territorios ancestrales.

Durante la posguerra las empresas mineras trajeron poco trabajo y mal pagado, en 1999 84 por ciento de la población de la zona vivía en pobreza. Desde 1979 la mancha urbana en el Triángulo Minero había aumentado considerablemente, en ese año la densidad de población era de 2.13 y pasó a 12.5 habitantes por kilómetro cuadrado en el 2000. En 1977 la población era de 10 mil 714 habitantes, en 1991 se había triplicado para llegar a 36 mil, para 1995, a pesar de los problemas de inseguridad debido al rearme, la población llegó a 53 mil 218 habitantes. El incremento poblacional continuó, en el censo de 2000 eran 63 mil 92, de los cuales 10 mil 113 estaban en las zonas urbanas y 52 mil 979 en las zonas rurales.57 Estas migraciones mestizas hacia el Caribe han expulsado a las poblaciones autóctonas, para 2001, 98 por ciento de la población era mestiza en Siuna y sólo uno por ciento era mískita e igual cantidad sumo. En Bonanza y Rosita sucede algo similar.

Se trata de una colonización interna de habitantes originarios del Pacífico y de la región Interior hacia el Caribe, sociedades campesinas que se van a la montaña y a la selva para conservar una forma de vida que había desaparecido de su entorno. Como resultado han establecido sociedades de frontera, provocando un resquebrajamiento del mundo tradicional indígena, que ahora son minoría y están amenazadas sus formas de vida. En esas zonas (Triángulo Minero, pero también Nueva Guinea, Muelle de los Bueyes, El Almendro, etc.), las autoridades nicaragüenses son prácticamente inexistentes, el sistema judicial es débil y sobornable ante el poder del narcotráfico, la policía está limitada pues tiene poca presencia, además los recursos naturales son saqueados tanto por las empresas nacionales y trasnacionales como por los colonizadores que se apropian de las tierras. Sobre las migraciones y el avance constante de la frontera agrícola habla David, un mískito de la RAAN:

Tenemos ya problemas serios con la inmigración campesina y el avance de la frontera agrícola, todos los gobiernos ofrecen tierra al campesino, pero el Estado no tiene bancos de tierra para dar al campesinado y están pensando que en la Costa Atlántica hay, y que hacia allá tienen que moverse; antes señalaba el artículo 114 que las tierras que no tienen dueño son del Estado, no es que esas tierras no tengan dueño, son de las comunidades, simplemente que el Estado no lo ha reconocido [...] los mestizos de acá han aprendido a vivir con los mískitos, sumos, ramas; no hemos tenido problemas, pero sí con las nuevas migraciones del Pacífico, porque vienen con una mentalidad de comercio [...] de manera irresponsable la Oficina de Ordenamiento Territorial (OTR) ha venido extendiendo avales a estos colonos, ya es un problema, se necesita una política de contención.58

Como parte de esta colonización interna existe una evidente indefinición de las propiedades y sus límites, hay: reservas ecológicas, áreas en concesión a empresas mineras y madereras nacionales e internacionales, zonas de indígenas por derecho ancestral o terrenos comunales, áreas nacionales, asentamientos formales de ex combatientes con base en los polos de desarrollo, asentamientos irregulares de desmovilizados reivindicando su derecho por medio de los acuerdos de desmovilización y retiro, zonas bajo el control del narcotráfico, además de zonas habitadas por precaristas y colonos sin títulos de propiedad.

La colonización del Caribe es complicada, pero a diferencia de las tradicionales, las riquezas son pocas y el precio por obtenerla es alto, se trata de bruscas transformaciones socioeconómicas provocadas por las migraciones, colonizaciones y el movimiento de la frontera agrícola espontáneas en zonas de delicado equilibrio ecológico y social, un campesinado que busca sobrevivir abriéndose paso a punta de tumba, roza, quema.59

Los nicaragüenses que no empujaron la frontera agrícola al Caribe, buscaron mejorar su vida a través de la migración internacional hacia su vecino del sur, se trata de una costumbre que inició a principios del siglo XX cuando viajaban a Costa Rica como trabajadores temporales en las plantaciones de café y banano, ahí establecieron las primeras redes migratorias. Como dato significativo, en 1927 los nicaragüenses representaban sólo dos por ciento de la población tica, para 1950, 2.4 por ciento.60 Entre 1963 y 1970 representaba tan sólo 1.4 por ciento.61 Estos flujos, tanto los permanentes como los temporales, decrecieron en la década de los sesenta y setenta debido al auge agro exportador de Nicaragua, que contenía los flujos migratorios hacia el exterior, pero los empujaba hacia el Interior-Norte y el Caribe.

Durante la guerra contrarrevolucionaria de los años ochenta se dio el éxodo masivo de refugiados que huían de la contienda bélica, las redes migratorias tejidas en los años anteriores volvieron a ser aprovechadas para ingresar al mercado laboral. Con el fin de la guerra hubo un reflujo de refugiados, pero las condiciones económicas prevalecientes en la posguerra los volvieron a expulsar. En 2004 75 por ciento de la población extranjera en Costa Rica correspondía a nicaragüenses, para un total de 233 mil 606 personas, dos de cada tres migrantes nicaragüenses lo hicieron a partir de la instauración de la paz en 1990, es decir, se trata de una migración económica relativamente reciente.62

El mayor flujo migratorio se dio entre 1995 y 2000, cuando ingresó a Costa Rica de manera legal e indocumentada 63 por ciento de la población nicaragüense actual, la mayoría eran hombres y mujeres de entre 20 y 30 años, es decir, en edad productiva y reproductiva. Para 2001, 8.8 por ciento de la población costarricense era de origen nicaragüense y en 2011 llegó a 10 por ciento.63 Sin embargo, siguen siendo pobres en 27 por ciento de sus hogares, y en los tugurios costarricenses -barrios pobres-, 30 por ciento de sus habitantes son nicaragüenses.64

A continuación se presenta un cuadro de los flujos migratorios a Costa Rica y el volumen de nicaragüenses en ese país.65

Esta masiva migración y la presencia de los nicaragüenses en amplios ámbitos laborales y sociales ha provocado miedo e inseguridad entre los costarricenses, les adjudican el incremento en los índices de violencia, el alto costo de los impuestos que se destinan a su atención médica, su falta de preparación y la competencia en la obtención de empleos. La migración también se da a Estados Unidos, Panamá y España, principalmente. Es por ello que las remesas en 2000 fueron de 610 millones de dólares, lo que representó 22 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).66 En julio de 2008 alcanzaron los 774 millones de dólares, mientras que en 2009 fueron 817 millones67 y para 2011 sumaron 822 millones de dólares, lo que representó 13.3 por ciento del PIB.68 Igual que la mayoría de los países de la región, las remesas son las que producen en buena medida la sobrevivencia de las economías contraídas, sin embargo, en el caso nicaragüense, la participación en el PIB se ha reducido desde el 2000 cuando, como ya se mencionó, representó 22 por ciento, siendo en 2011 de 13.3 por ciento.

Entre 2006 y 2010 la emigración neta se mantuvo entre -1.17 y -1.69; sin embargo, para 2011 aumentó significativamente hasta alcanzar -3.54, siendo la más alta en las últimas dos décadas.69 Pero el proceso migratorio también tuvo un nuevo ciclo interno, pues entre 2000 y 2005 ganaron población la RAAN, RAAS y Río San Juan, es decir, los últimos reductos de frontera agrícola, así como Managua, la capital, lo que es parte del proceso migratorio rural-urbano que predominó en la zona desde 1995 y que se mantiene actualmente.

La RAAN recibió en cinco años a 4 mil 217 jinoteganos, mil 911 esteleños y 18 mil 663 matagalpinos, para un total de estos municipios de 24 mil 791 personas. La RAAS recibió a 7 mil 762 matagalpinos, 16 mil 424 boaquenses y 24 mil 441 chontaleños para un total de 48 mil 627 personas. El patrón migratorio indica que los norteños emigran hacia el norte y los sureños al sur, exceptuando los matagalpinos que al tener límites geográficos con las dos regiones autónomas emigran a ambas.70 Otra zona receptora fue la norteña -y fronteriza con Honduras- Nueva Segovia, que entre 2000 y 2005 recibió a 8 mil 160 madrizeños, siendo la mayoría mujeres (4 mil 250), a 2 mil 495 jinoteganos y 1 mil 182 leonenses.71 Asimismo, Jinotega, zona cafeticultora y de tabaco es el municipio que más población perdió en el quinquenio. Nueva Segovia tenía en 2005 un total de 12 mil 037 explotaciones agropecuarias, de las cuales 18 por ciento eran de 5 a 10 manzanas; 16 por ciento de 10 a 20 manzanas, y 17 por ciento de 20 a 50 manzanas. 79 por ciento de las explotaciones son de una a 50 manzanas, siendo la mayoría (11 mil 936) manejada por productores individuales. Esto quiere decir que la tierra está distribuida entre pequeños propietarios que no forzosamente necesitan mano de obra, por lo que la cercanía a Honduras puede ser un atractivo para los más pobres.72

La RAAN muestra un panorama diferente, se trata de 16 mil 591 explotaciones agropecuarias, de ellas ocho por ciento son para explotaciones de 50 a 500 manzanas y las de 20 a 50 manzanas representan 17 por ciento. De todas, 48 por ciento son sólo agrícolas y 90 por ciento son trabajadas por productores individuales que se encuentran bajo condiciones precarias, por ejemplo, en el municipio de Rosita, 77 por ciento de su población se encuentra en pobreza extrema. Sorprende poco que tanto los departamentos y las regiones expulsores como los receptores son los de pobreza extrema: RAAN, RAAS, Río San Juan, Jinotega y Nueva Segovia, tanto la migración como la colonización interna se da en los límites actuales de la frontera agrícola que durante la posguerra se movió "espontáneamente".

 

d) El proyecto campesino del siglo XXI: el fin de la frontera agrícola, la dependencia de las remesas y la Cooperación Internacional

Con la llegada de Daniel Ortega a la presidencia de Nicaragua en 2007 se ha dado un nuevo impulso a la producción agrícola, a través de una compleja red de políticas públicas que buscan fortalecer la forma de vida campesina del nicaragüense del Interior-Norte y del Pacífico, dejando prácticamente desprotegidas las formas indígenas y negras del Caribe. El énfasis del proyecto orteguista está en el campo para hacerlo el sector más productivo, tal como lo fue en la época del boom agro exportador, pero con mejor acceso al crédito a pequeños y medianos productores, además de un sistema de cooperativas distribuidas en todo el país, lo que en los planes gubernamentales harán más justo y equitativo el sistema, incluso el de los otros sectores económicos. El proyecto agrario, llamado Plan Nacional Productivo, descansa en dos ejes fundamentales: la capitalización del campo por medio de la Cooperación Internacional; y políticas económicas sustentadas en una base legal, lo que garantiza los apoyos estatales.

El primer eje, el financiamiento a la producción se hace a través de los fondos del proyecto regional de integración promovido por Venezuela y Cuba llamado Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (ALBA),73 pero también por instituciones financieras internacionales y regionales como el Banco Mundial (BM)74 y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).75 Las políticas orteguistas son pragmáticas pues apuestan, por un lado, a su estrecha relación con el alba y las prácticas de Comercio Justo establecidas entre sus integrantes, mismas que le han permitido asignar unos 400 millones de dólares76 a diversos programas como: educación y salud que ahora son servicios gratuita y universal;77 suministro de agua y energía;78 construcción de viviendas, calles y caminos; y por el otro, a fructíferas relaciones comerciales con Estados Unidos a través del Tratado de Libre Comercio entre República Dominicana, Centroamérica y Estados Unidos (CAFTA) y otros proyectos financiados por la Cooperación Internacional.79

Este pragmatismo es una de las críticas más fuertes que le hacen al gobierno de Daniel Ortega, si bien ideológicamente podrían ser contrarias, le han permitido tener varias opciones para financiar sus programas en los términos que a su proyecto convienen.80 A nivel discursivo se ha manejado que este viraje ideológico es una lección aprendida del pasado, y que ahora es posible "hacer lo que en la revolución no se pudo hacer a causa de la guerra norteamericana", sin embargo, la excesiva participación del Estado en la economía parece ser una política muy cercana al proyecto del pasado.

El segundo eje sirve para garantizar estructuralmente el proyecto agrario, la Asamblea Nacional aprobó una ley para la creación de una banca nacional de fomento a la producción y se rehabilitó la Empresa Nacional de Abastecimiento (ENABAS) para almacenar granos, actualmente cuenta con mil 034 puestos de distribución de granos básicos y ha podido incidir en la estabilidad de los precios. En 2009 se conformó el Consejo Nacional de Cooperativas (CONACOOP) y el Instituto de Fomento Cooperativo (INFOCCOP). En julio de 2012 se aprobó la Ley 804 para la creación del Ministerio de la Economía Familiar, Comunitaria y de Cooperativa, que concentrará las políticas agrícolas basada en el concepto de Economía Social Solidaria.81 Asimismo, se ha establecido una serie de empresas públicas pero con mayoría de capital venezolano que impactan en la producción, distribución y exportación de los productos, por ejemplo ALBA-CARUNA, una caja de crédito rural y la Coordinadora de Alimentos de Nicaragua (ALBALINISA). Estas empresas mixtas son duramente criticadas por algunos sectores: en primer lugar son muy poderosas; en segundo tienen una participación financiera mayoritaria de Venezuela; en tercero se financian con fondos públicos, y en cuarto lugar están poco reguladas pues su figura jurídica es reciente. Con este entramado institucional y el financiamiento internacional, se han realizado, entre otros, los siguientes proyectos:

• Proyecto Socialista de Riego del Alba, para dotar a pequeños y medianos agricultores propietarios.82

• El Bono Productivo Alimentario, entrega productos básicos a mujeres junto con semillas y fertilizantes para capitalizarlas y ayudarlas a producir alimentos.

• Programa Agrícola para la Siembra, otorga asistencia, semillas, insumos y financiamiento para fertilizantes a productores del Pacífico, Interior-Norte y el Caribe.

• Programa de Innovación en Acceso a Mercados para Pequeños Productores Agropecuarios, financiamientos para vincular a los productores con los mercados.83

• Proyecto Piloto de Reconversión Productiva para Siembra de Arroz, crédito a productores organizados en cooperativas de frijol, café, ganado para lograr que siembren arroz.84

Estos proyectos buscan la soberanía alimentaria, por ello están enfocados a los productos de mayor consumo: arroz, frijol, maíz, pero también en la exportación de café, azúcar, ajonjolí, maní, soja, tabaco, plátano, así como ganado para obtener divisas. El plan funciona básicamente así, primero se dan los recursos de la cooperación, mucha veces con un fuerte contenido clientelar, luego el beneficiario paga con su producción, misma que puede vender a ENABAS, la institución heredera de la revolución que garantizará precios justos y acceso al mercado internacional.85

Se trata de una política ambiciosa que ha tenido plausibles resultados, y a pesar de que prácticamente ya no existe una frontera agrícola hacia donde moverse, la vida agraria en Nicaragua está en crecimiento. En 2008, 18.2 por ciento del PIB fue por agricultura y tuvo un crecimiento de 3.2, además 30 por ciento de su empleo total está en la agricultura.86 30 por ciento de los ingresos totales de familias rurales provienen de actividades agrícolas y 2 millones 184 mil manzanas se cultivan anualmente.87 El crecimiento de las exportaciones fue considerable, para 2007 fue de 1.71 por ciento y para 2010 casi se duplicó, alcanzando 3.1. Sin embargo, y a pesar del repunte económico de ese año, la emigración neta aumentó significativamente en 2011.88

Según cifras del Banco Mundial, el porcentaje de la producción agrícola al PIB fue de 18 por ciento en 2007, de 20 por ciento en 2008 y 2009, y de 21 por ciento en 2010, lo que habla de un lento, pero sostenido crecimiento en ese sector de la economía desde la llegada de Daniel Ortega a la presidencia. Otra parte de la política agraria ha sido la entrega de tierras a los ex combatientes, como parte de nuevos acuerdos de desmovilización tanto para sandinistas como para contras.89 Así, terrenos en la periferia de Managua, Boaco, Chontales y Nueva Guinea, entre otros departamentos, han sido entregados a ex combatientes cercanos al partido en el poder. En el caso de los terrenos ya mencionados de El Timal, se consiguieron créditos de ALBA-CARUNA a las cooperativas que se conformaron.90 Así, el gobierno sandinista promueve tanto un capitalismo agrario -con base en pequeños, medianos y grandes productores establecidos previamente a lo largo del territorio por los movimientos de frontera agrícola previamente enunciados- como una vía alternativa de cooperativas agrícolas que obliga a los campesinos a unirse para conseguir los preciados fondos canalizados de la cooperación.

La crítica constante -con fundamentos fuertes- es que Nicaragua vive de sus remesas y de la ayuda del presidente venezolano Hugo Chávez; en el primer rubro, éstas representan 13.3 por ciento -unos 822.8 millones de dólares-, mientras que la ayuda externa venezolana fue de 511 millones de dólares, lo que representa ocho por ciento del PIB,91 sumando los dos rubros da 21.3 por ciento que, si bien supera 20.6 del PIB en agricultura, es significativo en impacto del sector primario en la economía nicaragüense y más si se compara con otros países de la región.92

A pesar de estos datos alentadores, es preocupante que los otros sectores de la economía tengan poco crecimiento y participación en el PIB, 19 por ciento en la industria y la manufactura, y 16.6 por ciento en el sector terciario, área de mayor crecimiento en la mayoría de las economías nacionales. Esto nos habla de un modelo nicaragüense que se contrapone a la lógica global con resultados aún difíciles de prever.

Los retos que enfrentará el modelo de Daniel Ortega es el límite natural de la frontera agrícola, con ello también llega a su fin la colonización interna que a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI ha servido como contención a la miseria del país, este límite tampoco permitirá una mayor participación de pequeños productores y las cooperativas en el desarrollo económico. Otro reto será la evidente competencia de las industrias agro exportadoras trasnacionales y sobre todo, establecer un sistema que promueva el desarrollo interno y que no dependa de los variables fondos de la cooperación.

El movimiento de frontera agrícola durante el régimen somocista se realizó por medio de la expulsión de los campesinos del Pacífico, primero hacia el Interior-Norte y después hacia el Caribe, si bien existieron programas de colonización, estos fueron insuficientes y lo que privó fue un proceso de migración campesina desordenada a causa del desarrollo agro exportador. Durante el gobierno revolucionario se implementaron una serie de políticas que funcionaron como una nueva y limitada colonización al Caribe, fue la guerra, la que detuvo la colonización de mestizos del Pacífico e Interior-Norte a esta zona, pero provocó intensos flujos migratorios, incluso internacionales.

Con el fin de la guerra, comunidades enteras encontraron que el mercado agro exportador había desaparecido; asimismo, la ausencia de políticas agrarias firmes impactó negativamente en la entrega de tierra a los ex combatientes y los refugiados, lo que dio lugar a un movimiento migratorio internacional principalmente hacia Costa Rica, y a un flujo masivo y desordenado de colonización espontánea al Caribe. Es durante la posguerra que se da el mayor movimiento de frontera agrícola con un alto impacto social y ecológico, es también en este periodo que finalmente las tres nicaraguas se acercaron -no sin conflictos-, debido a las constantes colonizaciones internas de campesinos "mestizos" a las zonas del Pacífico, y del interior hacia las zonas de los indígenas y negros del Caribe.

Amplios sectores campesinos se niegan a dejar las actividades rurales y siguen buscando mover la frontera agrícola hacia el Caribe, desgraciadamente ésta ya no existe y las pocas tierras que quedan sólo provocan mayor presión sobre las formas de vida de los indígenas y negros del Caribe, siendo actualmente los grandes perdedores de este proceso de migración campesina. Un nuevo respiro a la vida agraria ha sido la política orteguista, difícil saber si se trata de un repunte, un modelo agrícola a largo plazo, o simplemente un paso más en el camino hacia el fin de la vida campesina en Nicaragua.

Los cambios políticos, económicos y sociales en Nicaragua en las últimas décadas no han evitado una situación permanente de crisis y pobreza entre sus habitantes. La configuración territorial nicaragüense permitió los constantes movimientos de frontera agrícola, tanto la política oficial sandinista como la ausencia de políticas para el sector campesino -periodo de la posguerra- provocaron fuertes procesos de colonización, mismos que parecen concluidos pues el campesinado migrante tiene poco territorio hacia donde moverse; a pesar de ello, es posible observar un interesante crecimiento del sector primario.

 

Notas

1 Sólo cinco países en América Latina han tenido crecimiento en el sector agrícola entre 2009 y 2011, son, además de Nicaragua, El Salvador y Guatemala -que crecieron de 12 a 13 por ciento-, Argentina -de 8 a 10 por ciento-, Paraguay de 19 al 22 por ciento, incluso países tradicionalmente agrícolas como Bolivia y Dominica decrecieron de 14 a 13 por ciento. Banco Mundial, Datos Agricultura valor agregado (% del PIB), 2012, versión electrónica disponible en http://datos.bancomundial.org/indicador/NV.AGR.TOTL.ZS/countries (fecha de acceso: mayo 30, 2012).         [ Links ]

2 CEPAL, Estudio económico de América Latina y el Caribe 2010-2011, Chile, 2012, versión electrónica disponible en www.eclac.org/publicaciones/xml/1/43991/EEE-Nicaragua.pdf (fecha de acceso: mayo 21, 2012).         [ Links ]

3 "Desde una visión antropológica, la frontera agrícola es el área limítrofe entre territorios que campesinos/mestizos han defendido como propios y aquellos que en Nicaragua han sido históricamente tierras comunales de los pueblos indígenas y negros". María Fernanda Soto Joya, "Mestizaje y Nación en la frontera agrícola de Nicaragua", en: Revista Centroamericana de Ciencias Sociales, Núm. 2, Vol. 1, diciembre, 2004, p. 107. Versión electrónica disponible en www.unpan1.un.org/intradoc/groups/public/documents/ICAP/UNPAN027304.pdf (fecha de acceso: octubre 31, 2012).         [ Links ] Desde la perspectiva geográfica, la frontera agrícola es "el límite entre el bosque primario -no alterado por la intervención humana- y las áreas antropizadas, como por ejemplo: pastos, cultivos, campos en berbecho, bosque ralo, núcleos de población, etc. [...] los frentes de penetración [humana] en la selva tropical". Pere Pujol Caussa y Montserrat Pujadas Tort, "Uso del suelo y frontera agrícola en el sudeste de Nicaragua. Ejemplo de integración de los sistemas de posicionamiento global, los sistemas de información geográfica y la teledetección", en: Revista Geográfica de América Central, Costa Rica, Núm. 32-33, 19951996, pp. 145. Versión electrónica disponible en www.revistas.una.ac.cr/index.php/geografica/article/view/1923 (fecha de acceso: octubre 31, 2012).         [ Links ] Desde la ecológica, se trata de "esa nada delgada "línea roja" que separa bosque de cultivos. [...] la expansión de la agricultura a costa del bosque, la conversión [...] en terrenos de cultivo, [...] la transformación de la Naturaleza por la actividad humana [...]", René Mendoza Villaurre, "Un espejo engañoso: imágenes de la frontera agrícola" en: Revista Envío, Nicaragua, abril, 2004. Versión electrónica disponible en www.envio.org.ni/articulo/2069 (fecha de acceso: octubre 30, 2012).         [ Links ]

4 Los indígenas y negros del Caribe son básicamente descendientes de los caribisis y su mezcla con esclavos africanos.

5 Los choroteganos habitaban la parte central del actual territorio nicaragüense, entre los lagos Cocibolca y Xolotlán (divididos en nagradanos y dirianes). Los niquirianos o nicaraguas estaban entre el Gran Lago y el Océano Pacífico, y los chontales ocupaban la cordillera central del norte; existían además los sutiavas cerca del actual León. La preponderancia económica y política del Pacífico inició cuando ahí se fundó la primera población española, el puerto El Realejo; posteriormente fundaron, también cerca del Pacífico, León y Granada. Francisco Barbosa Miranda, Historia militar de Nicaragua antes del siglo XV al XXI, Nicaragua, Hispamer, 2009, pp. 21-22.         [ Links ]

6 En el Caribe, dos importantes ciudades tienen nombres oficiales de origen español pero son conocidas popularmente con sus nombres ingleses o indígenas. Puerto Cabezas es para sus habitantes Bilwi, y San Juan del Norte es Greytown, aunque recientemente a esta última se le llama San Juan de Nicaragua.

7 En la historiografía nicaragüense se le llama el Periodo de la Anarquía al proceso de transición del colonialismo a la independencia, que estuvo caracterizado por violencia, la ausencia de liderazgo político e instituciones. Se conoce como los Treinta Años Conservadores al periodo en que ese partido político pudo establecer un hegemonía, aunque esta fue endeble. Barbosa, op. Cit., pp. 75-85 y 96-118.

8 Se conoce como Guerra Nacional al periodo de lucha centroamericana por la expulsión del filibustero norteamericano William Walker, quien había iniciado su intervención armada a Nicaragua por el puerto de El Realejo, no es casualidad que su retirada haya sido por el puerto de San Juan del Sur, ambos en el Pacífico. Sobre el tema véase el texto clásico de la historiografía centroamericana Sofonías Salvatierra, La Guerra Nacional, Nicaragua, Adilá editores, 2006, 280 p.         [ Links ]

9 Actualmente Juigalpa se ha convertido en una capital ganadera de importancia. Alcaldía Municipal de Juigalpa (sf), Reseña histórica del municipio de Juigalpa, versión electrónica disponible en www.alcaldiajuigalpa.gob.ni (fecha de acceso: febrero 29, 2011).         [ Links ]

10 El caso del Río San Juan merece una consideración especial, pues si bien ha sido una zona geoestratégica para Nicaragua (por la probable construcción del Canal Interoceánico, proyecto que inició en el siglo XIX y aún hoy continua como posibilidad), su participación económica ha sido poca, básicamente su población se centra en los márgenes del río hasta la población de El Castillo, a partir de ahí sólo está Greytown ya en el Caribe. Sobre la importancia que tiene el Río San Juan para los nicaragüenses véase Verónica Rueda Estrada, "Nicaragua: el canal interoceánico y la disputa con Costa Rica por el Río San Juan", en Memorias del XII Seminario de Verano, Universidad de Quintana Roo, Chetumal, 2011, pp. 435-450.         [ Links ]

11 La llamada meseta de los pueblos corresponde a poblaciones autóctonas que fueron respetadas por lo españoles, es cercana a la ciudad de Granada. Actualmente comprende los departamentos de Carazo y Granada, zona de gran densidad poblacional.

12 Donald Castillo Rivas, Acumulación de capital y empresas trasnacionales en Centroamérica, México, Siglo XXI Editores, 1980, p. 26.         [ Links ]

13 Durante los años sesenta en Nueva Guinea y otras zonas de Nicaragua se dio la tala inmoderada de grandes extensiones, la madera era vendida a empresas cercanas a Somoza, a precios muy bajos, y luego revendida a compradores internacionales. La tierra, "despalada", entonces era sembrada, pero debido a su baja productividad era rápidamente abandonada, se talaba y quemaba otra área, y así sistemáticamente. La idea de Nueva Guinea como tierra de riqueza continuó hasta los años noventa, cuando los desmovilizados de La Contra pudieron ver la realidad: la pobreza de las tierras.

14 Chontales ha sido la principal región ganadera del país, el concepto de chontaleñización que se utiliza, se refiere al paso de la ganadería a gran escala de áreas que anteriormente eran boscosas, selváticas o de siembra en pequeñas propiedades, dando lugar a grandes extensiones dedicadas a pastizales para alimentar el ganado.

15 El incremento en la producción interna de caña de azúcar dio lugar a una de las fortunas más grandes de Nicaragua, la firma Flor de Caña que fue mucho más productiva de Ron, y por su calidad fue ampliamente exportada al mundo hasta convertirse en un emblema nicaragüense, que ha permanecido hasta la actualidad.

16 Eduardo Baumeister, "Reforma agraria y organizaciones de pequeños y medianos productores en Nicaragua", en: León Zamosc, Estela Martínez (coords.), Estructuras agrarias y movimientos campesinos en América Latina (1950-1990), Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, España, 1996, pp. 248.         [ Links ]

17 José Luis Rocha, "La década de los años 80: revolución en Nicaragua, revolución en la caficultura nicaragüense", en: Anuario de Estudios Centroamericanos, Costa Rica, Universidad de Costa Rica, 2003, pp. 79.         [ Links ]

18 Soto Joya, op. Cit., "Para 1966 se calcula que anualmente ingresaban a la región cercana al poblado de Siuna un promedio de 30 a 40 familias. Había además una incipiente migración desde la zona suroeste (Boaco, Paiwas, Río Grande). [...] En 1968, el cierre de la mina en Siuna incrementó la población rural del municipio puesto que llevó a la reconversión de un buen número de mineros mestizos al campo".

19 Castillo, op. Cit., p. 105.

20 Pujol y Pujadas, op. Cit., p. 160.

21 Baumeister, op. Cit., p. 246.

22 Idem., p. 247. Aún en la actualidad esta estructura se mantiene, pues Nicaragua "Tiene probablemente la distribución de la propiedad cafetalera más democrática de la región centroamericana y un café de alta calidad", Rocha, op. Cit., p. 70.

23 Baumeister, op. Cit., pp. 247-248.

24 Idem., p. 273.

25 Por ejemplo, en El Salvador había una altísima concentración de la tierra: 40 por ciento de la cultivable pertenecía a uno por ciento de la población, la tasa de crecimiento demográfico era de 3.8 por ciento y el desempleo y subempieo, del orden de 45 por ciento durante el mismo periodo. Castillo, op. Cit., p. 154.

26 Las bananeras United Fruit Company (UFCO), United Brands (AMK) y la Standard Fruit fueron las grandes acaparadoras de tierras, aproximadamente 135 mil hectáreas de las mejores en todo Centroamérica. A finales de los setenta la United Brands poseía 25 establecimientos en Centroamérica: seis en Costa Rica, 13 en Honduras, uno en Nicaragua y cinco en Guatemala. Idem., pp. 85 y 95. Las plantaciones bananeras en Nicaragua fueron inestables y poco productivas, ello si se les compara con las hondureñas o las guatemaltecas.

27 Idem., p. 140.

28 "Existe un fuerte contraste entre la visión que los campesinos mestizos y los pueblos indígenas tienen sobre la propiedad y su delimitación. No solo es distinta la forma de tenencia de la tierra (individual versus comunal), sino, también, la manera en que marcan sus linderos (cercas versus accidentes geográficos o lugares sagrados). Además es también distinta la forma en que se trabaja la tierra (con rotación continua en el caso de los pueblos indígenas) y la forma en que usan los recursos naturales dentro del territorio. Estas diferencias permiten entender porque los campesinos mestizos asumen los territorios indígenas como tierras sin 'dueño'." Soto Joya, op. Cit., p. 109.

29 Pujol y Pujadas, op. Cit., pp. 158-159.

30 El desgaste y la infertilidad de la tierra provocó enormes y constantes tolvaneras, paralelamente surgieron problemas de salud graves, como: cáncer, tumores, deformaciones e infertilidad en los campesinos y sus familias que habían trabajado en los campos. Los productores usaron pesticidas peligrosos como el Nemagón. Los campesinos expuestos tienen una demanda en contra de los fabricantes norteamericanos. Véase Boix Bornay, Historia del agroquímico Nemagón en Nicaragua, 29 de abril del 2009, versión electrónica disponible en www.ecoportal.net/content/view/full/45468 (fecha de acceso: mayo 5, 2011).         [ Links ]

31 Se consideran cuatro fases de la reforma agraria sandinista: la primera en 1979 con las confiscaciones a las propiedades de Somoza y sus allegados; la segunda con la Ley de 1982, que da prioridad a la propiedad estatal y cooperativa; la tercera, que cubre 1984 y 1985, donde se empiezan a ceder tierras a los campesinos; y la última, a partir de 1986, cuando se reforma la ley de 1981 como parte de los intentos por contener la guerra interna. Véase Verónica Rueda Estrada, "La Recontra en Nicaragua: territorialización y recampesinización en la posguerra (1990-1996)", en: Efraín León y Georgina Calderón, Descubriendo la espacialidad social desde América Latina, colección Cómo pensar la Geografía, Núm. 3, México, Editorial Itaca, 2012, pp. 249-252.         [ Links ]

32 Pujol y Pujadas, op. Cit., p. 161.

33 Elisabeth Jean Wood, "Un camino insurgente a la democracia. La movilización popular, los intereses económicos y las transiciones de los regímenes en El Salvador y Sudáfrica", en: ECA, número monográfico especial Los acuerdos de paz y la agenda pendiente diez años después, año LVII, 2002, núms. 641-642, marzo-abril, p. 195.         [ Links ]

34 El sandinismo fue incluso un proveedor de mano de obra para la cosecha del café en época de guerra. Rocha, op. Cit., p. 78.

35 Idem., p. 71.

36 Jochen Mattern, Autonomía regional en Nicaragua: una aproximación descriptiva, Nicaragua, Imprimatur-Profodem, 2003, p. 7.         [ Links ]

37 El reglamento a la Ley 28 del Estatuto de Autonomía de las Regiones de la Costa Atlántica de Nicaragua se promulgó el 9 de julio de 2003. Véase la versión electrónica en http://legislacion.asamblea.gob.ni/Normaweb.nsf/%28$All%29/878312CA9631B9F60625723400675DDB?OpenDocument (fecha de acceso: febrero 10, 2012).

38 Los indígenas del Caribe lo calificaron como un "colonialismo interno" con alto impacto: omnipresencia de los cuadros sandinistas, la imposición de estos en puestos claves de todas las instituciones administrativas, el incumplimiento de los derechos consuetudinarios de las comunidades sobre la tierra y el deseo de promover el idioma español, a expensas de las lenguas locales. Traducción Verónica Rueda, Gilles Bataillon, "Contras et reContras (1982-199): réflexion sur láction armée et la constitución d'acteurs politico-militaires", en: Cultures & Conflits, L'action collective: terrains d'analyse, marzo de 2006, p. 3, versión electrónica disponible en: http://conflits.revues.org/index441.html (fecha de acceso: mayo 30, 2012).         [ Links ]

39 En la década de los ochenta, la ideología y el proyecto sandinista chocaron contra las formas campesinas tradicionales, las cuales se armaron para detener la revolución, se trató entonces de una guerra entre un proyecto del Pacífico contra un sistema campesino tradicional, de un enfrentamiento entre la ciudad y el campo, entre la vanguardia, los campesinos reaccionarios y los indígenas atados a ideas ancestrales. Orlando Núñez Soto y otros, La guerra y el campesinado en Nicaragua, Managua, CIPRES, 1992, p. 196.

40 Verónica Rueda Estrada, Recompas, Recontras, Revueltos y Rearmados. Los desmovilizados de Nicaragua: una historia viva, (tesis de doctorado, Posgrado en Estudios Latinoamericanos, UNAM), México, 2009, p. 59.         [ Links ]

41 Marvin Ortega, Nicaragua: refugio, desplazamiento y repatriación, Instituto Interamericano de Derechos Humanos, Área de Promoción y Asistencia a ONG, Programa para Desplazados y Refugiados, Costa Rica, 1991, p. 10.         [ Links ]

42 Jaime Morales Carazo, La Contra. Anatomía de una múltiple traición, México, Editorial Planeta, (Colección Documentos), 1989, p. 83.         [ Links ]

43 Pujol y Pujadas, op. Cit., p. 161.

44 Idem., p. 158.

45 Una manzana equivale a 0.7050 hectáreas.

46 Baumeister, op. Cit., p. 267.

47 Rueda, 2009, op. Cit, p. 39.

48 Para las autoridades nicaragüenses refugiados, eran los que estaban bajo el mando de ACNUR, y exiliados quienes habían abandonado el país con sus propios medios. En los hechos los primeros eran los campesinos pobres, y los segundos los desafectos al sistema sandinista que vivieron con comodidades en el extranjero.

49 Instituto para el Desarrollo de la Democracia (IPADE), Foro sobre Anteproyecto de ley de estabilidad a la propiedad dirigida a Desmovilizados de ACOR, licenciados de AMIR y retirados de ARMIGOB, mimeografiado, Nicaragua, s/f, p. 2.         [ Links ]

50 Carlos Vilas et al., Democracia emergente en Centroamérica, México, CEICH-UNAM, Colección Alternativas, 1993, p. 262.         [ Links ]

51 Blanca Rubio, Explotados y excluidos. Los campesinos latinoamericanos en la fase agroexpor-tadora neoliberal, México, Plaza y Valdés, Universidad Autónoma de Chapingo, segunda edición, 2001.         [ Links ]

52 Rueda, 2009, op. Cit., pp. 191-199.

53 Véase Verónica Rueda Estrada, Los desmovilizados de Nicaragua. Los últimos bandoleros sociales, en: Revista Cínteotl, publicación electrónica del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México, Núm. 2, septiembre 2007, versión electrónica disponible en www.uaeh.edu.mx/campus/icshu/revista_num2_07/portada_cinteotl2.htm (fecha de acceso: mayo 30, 2012).         [ Links ]

54 CENCAP, Aportes para la estrategia de desarrollo agropecuario en Nicaragua, Ediciones del Centro de Planificación y Administración de los Polos de Desarrollo (CENCAP), Managua, 1992, p. 12.         [ Links ]

55 CEPAL, Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas. Una mirada hacía América Latina y el Caribe, CEPAL-FAO-IICA, Chile, 2009, p. 21. Versión electrónica disponible en www.eclac.org (fecha de acceso: mayo 8, 2011).         [ Links ]

56 De 1964 a 1975 la deforestación en Nicaragua fue de 224 mil 444 hectáreas por año, de 1975 a 1985 fue de 26 mil 100 hectáreas por año, la reducción se debió a la guerra. Instituto Nacional Forestal (INAFOR), Frontera agrícola, Departamento de Fomento Forestal, Managua, abril, 2004, p. 8. Versión electrónica disponible en www.inafor.gob.ni:8080/publicaciones/pdf/Frontera%20Agricola.pdf (fecha de acceso: octubre 31, 2012).         [ Links ]

57 José Luis Rocha, "Siuna, 100 años de abandono", en: Revista Envío, Managua, Núm. 231, junio de 2001. Disponible en www.envio.org.ni/articulo/1083 (fecha de acceso: mayo 8, 2011).         [ Links ]

58 Entrevista realizada por Verónica Rueda en la ciudad de Bilwi en 2008.

59 Idem.

60 Carlos Castro Valverde, Migración nicaragüense en Costa Rica: población, empleo y necesidades básicas insatisfechas, Costa Rica, FLACSO, 2002, p. 9, versión electrónica disponible en: http://www.flacso.or.cr/fileadmin/documentos/FLACSO/Carlos_Castro.pdf (fecha de acceso: mayo 8, 2011).         [ Links ]

61 Daniela González, Migración neta en Nicaragua 1990-2005, Fondo de Población de Naciones Unidas, serie Población y Desarrollo, Nicaragua, 2009, p. 7.         [ Links ]

62 Jorge Baquero y Juan Carlos Vargas, La migración internacional en Costa Rica: estado actual y consecuencias en la evolución demográfica de Costa Rica y su impacto en los sistemas de salud y pensiones, Costa Rica, Academia Centroamericana, San José, 2004, p. 6.         [ Links ]

63 Castro, op. Cit., p. 13.

64 Idem., p. 36.

65 Idem., p. 5.

66 Para el mismo periodo, en El Salvador eran mil 920 millones de dólares que representa 17 por ciento del PIB, Haití 810 millones de dólares que representan 24.5 por ciento de su PIB. Véase Mario Lungo, "La política migratoria actual del gobierno. Una revisión crítica", en: ECA, número monográfico especial El fenómeno de la migración en El Salvador y la política migratoria del gobierno, San Salvador, Año LVII, Núm. 648, octubre 2002, pp. 874.         [ Links ]

67 CEPAL, Nicaragua: evolución económica durante 2008 y perspectivas para 2009, Subsede regional, México, 2009, pp. 6-7. Versión electrónica disponible en: www.eclac.org/publicaciones/xml/1/36681/L913.pdf (fecha de acceso: mayo 30, 2012).         [ Links ]

68 Egui Brito, op. Cit.

69 Gobierno de Nicaragua, VIII Censo de Población y IV de Vivienda, Población-características económicas, noviembre de 2006, pp. 300-308.         [ Links ]

70 Idem.

71 Idem., pp. 339, 340 y 341.

72 Instituto Nacional de Información de Desarrollo, Observatorio demográfico 2010, Gobierno de Nicaragua, 2011. Versión electrónica disponible en www.inide.gob.ni/ (fecha de acceso, febrero 10, 2012).         [ Links ]

73 ALBA es un proyecto de integración regional y también de colaboración y complementación política, social y económica promovida por Cuba y Venezuela como contrapartida del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), impulsada por Estados Unidos. Lo integran además: Bolivia, Dominica, Nicaragua, San Vicente y las Granadinas, y Antigua y Barbuda. Véase la página oficial del Alba en www.alianzabolivariana.org/ (fecha de acceso: octubre 31, 2012).

74 Ervin Sánchez, "Banco Mundial aprueba 10 millones de dólares a Nicaragua para proyecto de producción de semillas certificadas", en: El Nuevo Diario, 12 de mayo de 2010. Versión electrónica disponible en: www.elnuevodiario.com.ni/economia/74256 (fecha de acceso: octubre 31, 2012).         [ Links ]

75 Agencia EFE, "BID aprueba a Nicaragua préstamo de 40 millones de dólares para agricultura", en: El Nuevo Diario, Managua, 14 de junio de 2012. Versión electrónica disponible en: www.elnuevodiario.com.ni/nacionales/254671 (fecha de acceso: octubre 31, 2012).         [ Links ]

76 Una parte de los recursos provienen de los precios preferenciales que obtienen de Venezuela los miembros de Petrocaribe: Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Surinam.

77 Cuba apoya con personal y Venezuela con infraestructura, sobresalen el Programa de Alfabetización Yo sí Puedo y Operación Milagro para pacientes oftalmológicos.

78 Incluyó la electrificación de viviendas rurales y distribución generalizada para solucionar el déficit energético dejado por el leonino contrato con Unión Fenosa que en 2007 significaba apagones durante 12 horas diarias. Con apoyo de Venezuela ingresaron plantas térmicas a base de petróleo comprado en condiciones preferenciales.

79 Actualmente en Nicaragua mil 500 organizaciones no gubernamentales manejan varios millones de dólares anuales para financiar junto con alcaldías y ministerios proyectos, sin pasar por presupuesto nacional. La crítica a estas políticas de financiamiento es que no hay transparencia entre los agentes financieros, las ONG, y los organismos públicos involucrados, por ello el uso de los recursos puede ser discrecional.

80 Para hacerse de fondos, el gobierno ha recurrido a la reducción de salarios gubernamentales, y a mejores recaudaciones fiscales por medio del saneamiento financiero a empresas trasnacionales que no pagaban impuestos y que ya lo hacen, como por ejemplo ESSO, Unión aenosa y Barceló.

81 Daniel Ortega, "Reforma a la ley 290 para la creación del Ministerio de la Economía Familiar, Comunitaria y de Cooperativas", en: Asamblea Nacional de Nicaragua, julio 6, 2012. Versión electrónica disponible en: www.legislacion.asamblea.gob.ni/.../LEY%20No20804 (fecha de acceso: octubre 31, 2011).         [ Links ]

82 Pedro Ortega Ramírez, "Proyecto socialista de riego fortalecerá la seguridad alimentaria", en: Diario 19, Managua, 3 de noviembre, 2009. Versión electrónica disponible en: www.el19digital.com/index.php?option=com_content&id=7540:proyecto-socialista-de-riego-fortalecera-la-seguridad-alimentaria- (fecha de acceso: octubre 31, 2011).         [ Links ]

83 Informe Pastrán "Prepara gobierno agresivo plan agrícola" en Página oficial del movimiento solidario con Nicaragua y el ALBA, octubre 13, 2008. Versión electrónica disponible en: www.laluchasigue.org/index.php?option=com_content&view=article&id=612:informe-pastran&catid=81:nicaragua&Itemid=198 (fecha de acceso: octubre 31, 2012).         [ Links ]

84 S/a, "Desarrollan proyecto piloto para impulsar la siembra de arroz", en: La Voz del Sandinismo, 4 octubre de 2011. Versión electrónica disponible en: www.lavozdelsandinismo.com/nicaragua/2011-10-04/desarrollan-proyecto-piloto-para-impulsar-la-siembra-de-arroz/ (fecha de acceso: octubre 31, 2012).         [ Links ]

85 S/a, "Daniel Ortega inauguró programa agrícola para aumentar la producción de Nicaragua", en: El Correo del Orinoco, Caracas, Venezuela, 31 mayo 2011. Versión electrónica disponible en: www.correodelorinoco.gob.ve/multipolaridad/daniel-ortega-inauguro-programa-agricola-para-aumentar-produccion-nicaragua/ (fecha de acceso: octubre 31, 2011).         [ Links ]

86 CEPAL, Perspectivas de la agricultura y del desarrollo rural en las Américas. Una mirada hacía América Latina y el Caribe, 2009, Edición de CEPAL-FAO-IICA, versión electrónica disponible en www.eclac.org p.13, 14 y 72 (fecha de acceso: mayo 21, 2012).         [ Links ]

87 Idem., pp. 72 y 144.

88 Gobierno de Nicaragua, 2006, op. Cit., p. 24.

89 Rueda, 2009, op. Cit., p. 297.

90 Idem., p. 299.

91 Venezuela garantiza también el suministro anual de petróleo a través de un convenio conocido como Petrocaribe-Alba, donde 50 por ciento de la factura se cancela en los primeros tres meses y 50 por ciento restante se destina a un fondo de apoyo a sus miembros. En total 20 por ciento de los ingresos del presupuesto de Nicaragua provienen de la ayuda del gobierno de Chávez. Verónica Egui Brito, "Ayuda venezolana representa el 8% del PIB nicaragüense", en: El Universal, México, 30 de octubre de 2011, versión electrónica disponible en: http://www.eluniversal.com/especiales/nicaragua-y-venezuela/111030/ayuda-venezolana-representa-el-8-del-pib-nicaraguense (fecha de acceso, mayo 21, 2012).         [ Links ]

92 El PIB agrícola para Costa Rica es de 9.2, para Cuba 4.0, para El Salvador 12.9 y 3.6 para México. CEPAL, Subregión norte de América Latina y el Caribe: Información del sector agropecuario: las tendencias alimentarías 2000-2010, México, 2010, versión electrónica en: www.eclac.cl/.../2011-060-Inf.sect.agrop.2000-2010-L.1040-1.pdf (fecha de acceso: mayo 20, 2012).         [ Links ]

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