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Tzintzun

versión impresa ISSN 0188-2872

Tzintzun  no.47 Morelia ene./jun. 2008

 

Artículos

 

Sin frontera, sin cuartel. Los anarcocomunistas del PLM, 1900-1930

 

Whithout bourder, without _Cuartel_. The anarcocomunist of PLM, 1900-1930

 

Sans frontiere, sans caserne. Les anarcocomunistes du PLM, 1900-1930

 

Juan Gómez Quiñonez

 

Universidad de California. Los Ángeles Correo electrónico: quinones@history.ucla.edu

 

Recibido: 16 de noviembre de 2007
Aceptado: 8 de mayo de 2008

 

Resumen

El Partido Liberal Mexicano (PLM) fue una organización que en sus orígenes adoptó las premisas del liberalismo radical para después adherirse al anarcocomunismo. Su preminencia se extendió entre 1900 y 1930, coincidiendo así con la efervecencia que el radicalismo provocó en varias sociedades del mundo. El análisis que hacían los magonistas no se limitaba al conocimiento de los actores y las dinámicas en Estados Unidos o México, sino que planteó que las transformaciones que México requería dependieran de los cambios en Estados Unidos, aún más, se debían seguir las pautas para una cambio mundial, para una revolución social, que debía ser impulsada por los individuos. Por ello se plantearon convertirse en activistas transfronterisos y ser internacionalistas.

Palabras clave: Partido Liberal Mexicano, anarcocomunismo, magonismo, activistas transfronterisos.

 

Abstract

The Liberal Mexican Party (PLM) was an organization which at the beginning adopted radical, liberal ideas, but later it became anarchist - communist. Its preeminence took place between 1900 and 1930, at the same time that many important societies lived similar problems caused by the radicalism. The article emphasizes the relations the PLM had with other countries beyond the border. It analyzes how not only did the "magonistas" (Ricardo Flores Magón's supporters) know about politicians and political dynamics in the United States and Mexico, but they also knew that any transformation of the society in Mexico depended on the changes in the USA. Furthermore, this transformation should be worldwide, a world social revolution that ought to be actively driven by individuals. That is why they planned to become activists beyond the borders, this is internationally.

Keywords: The Liberal Mexican Party, anarcocomunist, magonismo, transnational activist.

 

Résumé

Le Partie Libéral Mexicain (PLM) a été une organisation qu'au commencement a adopté les prémisses du libéralisme radical et puis après s'est adhéré à l'anarchie-communisme. Sa prééminence s'est étendue pendant la période entre 1900 et 1930, en coïncidant avec l'agitation que le radicalisme a provoquée dans quelques sociétés du monde. L'article remarque les relations trans-frontières du PLM. Il signale comment l'analyse que les adeptes à Flores Magón faisaient ne se limitait pas à la connaissance des actants et aux dynamiques aux Etats-Unis et au Mexique sinon que le PLM annonce que les transformations que le Mexique nécessitait dépendaient de celles des Etats-Unis, même s'il fallait suivre quelques normes pour arriver à un changement mondial, pour une «révolution social » qui devait être poussée par les individus. C'est pour cela que les partisans sont devenus des activistes trans-frontières et internationaux.

Mots clés: Partie Liberal Mexicain, anarchicommunisme, activistes transfrontieres.

 

Police Files are our only clains to immortalily
Milan Kundera (1994)
Si vivi vicissent qui morte vicerwzt — Cicero

 

Un grupo de activistas políticos que en los albores del siglo XX se destacaban como vanguardia ideológica en varios círculos y situaciones, se unió bajo el nombre de Partido Liberal Mexicano (PLM), organización que en sus orígenes adoptó las premisas del liberalismo radical para después adherirse al anarcocomunismo.1 Los anarquistas del PLM y su dirigencia fueron ideológicamente el reflejo de los tiempos de crisis y de las circunstancias de transición del momento. Entre los sectores mexicanos, las expresiones del PLM fueron las más radicales de su tiempo, y ciertamente hicieron aportaciones de peso al clima intelectual y político a inicios del siglo XX. Su influencia se extendió durante el periodo comprendido entre 1900 y 1930, coincidiendo así con la efervescencia que el radicalismo provocó en varias sociedades del mundo.

Muchos de los miembros del PLM vivieron como exiliados en Estados Unidos durante esos años, y gran parte de sus seguidores surgieron tanto de sectores mexicanoamericanos como de inmigrantes mexicanos. Este ensayo, que enfatiza las relaciones transfronterizas del PLM, pretende hacer una interpretación de su herencia y logros, tantas veces simplificados, desvirtuados y minimizados. En su centenario, una investigación sobre dicho legado puede revelar las causas que estuvieron detrás de las movilizaciones utópicas del siglo pasado.

La tesis desarrollada en este trabajo explica el pasado y la vigencia del PLM de cara a la contemporaneidad de sus influencias formativas, de sus circunstancias, y de su trascendencia en relación con su plataforma ideológica, su contexto cultural y sus contribuciones históricas.

Los miembros del PLM alcanzaron la madurez política a fines del siglo XIX, influenciados por las tendencias sociales y económicas de la era moderna.2 Sus acciones ocurrieron en medio de transformaciones en las ramas de la producción, las comunicaciones y el consumo. Tanto en México como en Estados Unidos, sus afanes idealistas fueron reflejo del entorno social surgido luego de la industrialización y las transformaciones urbanas: hubo un incremento de los salarios de los trabajadores y, aparejado con esto, se logró una mayor concentración de la riqueza en campos e industrias. La mayoría de los miembros del PLM eran trabajadores vinculados por ligas familiares y amistosas, estas últimas logradas a través de la movilidad laboral y el ingreso a nuevos entornos de trabajo y residencia.

Las influencias formativas de muchos de los fundadores del PLM provinieron tanto de la familia y de las experiencias asimiladas en su entorno local, como de las corrientes intelectuales en boga. Las frecuentes e intensas reuniones entre ellos y sus partidarios en Estados Unidos dieron lugar a influencias recíprocas. Seguramente, los ideales comunalistas se arraigaron en ellos durante su educación temprana, tanto como lo harían posteriormente los ideales anarquistas. Muchos de sus miembros, durante su exilio en Estados Unidos, reconocieron haber abrevado de la herencia de los liberales radicales mexicanos del siglo XIX, gracias al conocimiento transmitido por familiares y amigos sobre los sucesos políticos acaecidos en el siglo mencionado. Los integrantes del PLM tenían poca estima por los sistemas judicial y de gobierno, por tanto sus ideales, registraban la influencia de esos juicios. Sus denuncias de las desigualdades sociales se intensificaron hasta el punto de buscar abolir el capitalismo como sistema, y luchar en contra de sus prácticas y características.

El impacto que el PLM provocó en su momento y aun en épocas posteriores fue principalmente ideológico; de allí la importancia de abordar lo relativo a sus influencias intelectuales para una mejor comprensión del movimiento.3 Entre los militantes del PLM era inocultable su formación autodidacta y la influencia de la educación formal. Todo un amalgama de conceptos científicos y románticos moldeaban sus escritos, sus tácticas políticas y sus afanes. De igual manera su ideología resaltaba la mística y memoria indígenas, apelando a las tradiciones nativas, como por ejemplo las zapotecas, nahuas, yaquis y totonacas. De manera similar aludían a sus hogares indio-mestizos. Aquellos que lograron estudiar recibieron una educación positivista basada en el análisis racional, la verificación y la objetividad. Esta base educativa fundamentaba la primacía del mundo material que, de acuerdo con el positivismo, era regido por "leyes". Sin embargo, más que adoptar algunos de los valores asociados con el positivismo -agresividad y egoísmo, por ejemplo,-utilizaron otros como la cooperación y la armonía social. Para ellos la historia humana estaba en una coyuntura, el mundo evolucionaba, y el progreso sólo era viable si todas las esferas de la vida se ligaban armoniosamente.

La idea de "lucha" también formaba parte de su visión de mundo, puesto que ésta se podía encausar hacia el progreso social y la plenitud humana. La sociedad podía desarrollarse mediante el esfuerzo y la educación. No la asumida piedad religiosa sino más bien los principios utilitarios propiciarían el bienestar para el mayor número de personas. La vida tenía un propósito y los principios idealistas representaban el resorte que le daba impulso a la voluntad personal, a su libertad y esto era la medida para la gobernabilidad civil y la armonía social.

Los miembros del PLM, que compartían esa particular parcialidad analítica para la comprensión del mundo, también se apoyaron en otras influencias provenientes de corrientes literarias, políticas y sociales, las cuales complementaron sus inclinaciones de cientificidad. Muchos eran hispanohablantes, algunos más podían hablar inglés y otros conocían algo de francés e italiano. Valoraban el lenguaje como un arte práctico y de comunicación política. La palabra hablada y escrita tenía para ellos gran importancia. Muchos leían literatura dramática: las obras de Shakespeare; a los escritores naturalistas como Emile Zola o Henrick Ibsen; los textos políticos de varios países, incluyendo aquellos de Pierre-Joseph Prudhom, Michael Bakunin, Charles Malato, Enrico Malatesta y Peter Kropotkin; y a los promotores del socialismo científico. Estaban familiarizados con la historia de México, y de manera consciente se veían a si mismos inmersos en ese contexto social y político. Se inclinaban hacia el liberalismo democrático como doctrina política y sus escritos evidenciaron un conocimiento aceptable de los liberales mexicanos de mitades del siglo XIX. Hasta antes de su conversión al anarquismo, muchos asumían los axiomas democráticos republicanos como objetivos cívicos más que suficientes.

Pese a las variadas influencias formativas, los miembros del PLM mantuvieron una visión crítica de la vida, se mantuvieron materialistas, y se apegaron firmemente a sus ideas políticas para conformar lo que ellos visualizaban como un mundo regido por leyes naturales. La vida era inapreciable y el caos existente podía ser neutralizado mediante la racionalidad y las acciones específicas individuales. En sus planteamientos existían preocupaciones teóricas y humanistas: promovían la solidaridad, la generosidad, el sacrificio, la armonía y el bienestar social como objetivos de su actividad política. Para ellos, eso significaba el ancestral comunalismo indígena.

En etapas posteriores cuestionaron el concepto del progreso mediante la evolución; su propuesta era hacer la revolución como vía para reencausar el progreso social. Su crítica a la economía capitalista era directa y no se preocupaba por los matices de su evolución histórica o las diferencias sectoriales. Lo local se relacionaba con lo nacional y esto a su vez con lo global, fuese en la agricultura o en la industria. Ellos consideraban que las desigualdades presentes en México estaban ligadas a los patrones de la economía mundial, particularmente aquellos generados dentro de Estados Unidos. Así, para que se dieran cambios en México se requería que también los hubiese en Estados Unidos, y en ello habría que considerar las pautas del cambio mundial. De igual manera creían que la "revolución social" debía ser impulsada activamente por los individuos, por eso, a conciencia plena, fueron activistas transfronterizos, internacionalistas que inauguraron una línea de acción representada por una militancia multifacética, la cual se asemejaba al activismo transnacional.

Algunos de estos militantes emergieron del activismo estudiantil de la década de l890, el cual buscaba mediante diversas acciones oponerse a la tercera reelección de Porfirio Diaz.4 Otros, como el propio Ricardo Flores Magón, colaboraron en varios periódicos de oposición como El Monitor Republicano, El Demócrata (Sonora); algunos más trabajaron en agrupaciones laborales o participaron en círculos de estudio. Cierto número de ellos ya había formado parte de acciones organizadas por la oposición a lo largo de la frontera, es probable que estos grupos tuvieran contactos con anarquistas que les antecedieron en Puebla, Veracruz, ciudad de México, Houston o Los Ángeles. Otros respondieron a la convocatoria -lanzada el 5 de febrero de 1901 para llevar a cabo un Congreso liberal en el teatro la Paz de San Luis Potosí. En dicha convocatoria se alentó la formación de clubes liberales que exigirían el respeto a los preceptos constitucionales mexicanos.5 En Estados Unidos algunos respondieron a las exhortaciones para involucrarse en actividades cívicas. Es más, durante esa coyuntura existieron campañas para incentivar la participación en los procesos electorales que se realizaban en ambos lados de la frontera.

Los organizadores del PLM percibían su propio activismo como parte del escenario mundial compartido con otros radicales. Desde el inicio fueron parte de un círculo transfronterizo de liberales radicales, a grado tal que consideraron Nueva York y Montreal como posibles plataformas para sus actividades. Algunos cruzaron las fronteras desde México hacia Estados Unidos en enero de 1904 para encontrarse y permanecer con otros correligionarios que ya residían en este país. Ellos se movían frecuentemente entre ambos países, inaugurando los experimentos transfronterizos del siglo XX.

 

El PLM

Las acciones radicales de los militantes mexicanos del PLM al comienzo del siglo6 contrastan con las de sus compatriotas que, en México o en Estados Unidos, participaban en partidos políticos, en campañas electorales o en grupos dedicados a la defensa de los derechos civiles, las actividades culturales y el servicio social.

Durante las dos primeras décadas del siglo, las campañas socialistas radicales, anarquistas, y sindicalistas contaron, en cierta medida, con la participación de mexicanos viviendo en Norteamérica. La fundación del Partido Liberal Mexicano encabezado por Ricardo Flores Magón (1873- 1923), representó un momento crucial entre las tendencias radicales de la historia política del pueblo mexicano, mostrando a su vez una gran influencia en los liberales fronterizos.

El 28 de septiembre de 1905, los activistas transfronterizos dieron a conocer sus intenciones organizativas.7 El PLM, en Saint Louis, Missouri, estratégicamente adoptó la designación de "Partido Liberal" con lo cual asumían el legado de los reformistas y patriotas mexicanos del siglo XIX. Debe saberse que desde el inicio existieron diferencias entre los moderados, entre los que se encontraba Camilo Arriaga, y los radicales del partido, con Ricardo Flores Magón al frente. Los primeros insistieron en la posibilidad de impulsar reformas democráticas mediante peticiones públicas, leyes justas, un sistema judicial imparcial y a través del ejercicio efectivo del voto y las elecciones. Con el paso del tiempo muchos miembros del PLM, se conformaron como un círculo semiclandestino de organizadores revolucionarios internacionalistas; se pronunciarían por la abolición del Estado y del capitalismo en México -y por extensión, del capitalismo global- así como por el desmembramiento de las religiones institucionalizadas, las cuales cultural e ideológicamente respaldaban el aparato de opresión del Estado y del capital. El PLM consideraba que la Iglesia católica era una fuerza particularmente perniciosa y reaccionaria.

El cuestionamiento a las autoridades fue una constante en sus posiciones y acciones. A partir de 1911, un sector del PLM, encabezado por Ricardo Flores Magón, experimentó un proceso de transformación que lo llevó del liberalismo radical, al anarcocomunismo y a apreciar el anarcosindicalismo. No obstante, a lo largo de ese año muchos militantes del partido siguieron siendo liberales radicales, firmes demócratas e igualitarios, inclinados hacia un socialismo moderado. Después de 1912, la minoría que asumió los principios anarcocomunistas se constituyó en el núcleo intelectual del PLM. En contraste con su rígida autocrítica, el PLM logró éxitos históricos gracias a que desarrollaron un partido moderno de corte radical, iniciaron un movimiento en pro de la democracia, encendieron la mecha de la lucha armada, aportaron un programa ideológico e influyeron profundamente en el contenido social del discurso de la política pública. La sustancia de su radicalismo militante podría ser interpretada como negativa, como la abolición del capital, el Estado y la Iglesia; pero sus actividades programáticas fueron más allá de estas posturas de rechazo, pues se enfocaban hacia una visión utópica de la sociedad humana compuesta de seres libres e iguales viviendo en cooperación mutua.

El PLM fue un partido exitoso debido a su estratégico posicionamiento ideológico y político en un momento determinado. Ciertamente, el partido contó con una base de operaciones transfronteriza y recibió apoyo en el suroeste de Estados Unidos. Miles de personas de la comunidad mexicana en Estados Unidos participaron y respaldaron al PLM en muchas de sus actividades. La amplitud y diversidad de las mismas incluyeron la creación de grupos locales del PLM, la participación en agitación pro sindical, la publicación de periódicos, la conducción de campañas propagandísticas y de defensa legal, la recaudación de fondos y el acopio de abastecimientos para la participación revolucionaria en acciones directas contra las autoridades mexicanas y de Estados Unidos. Esas actividades pusieron en evidencia la solidaridad y el apoyo que la comunidad mexicana en Estados Unidos brindó al PLM por varios años.

Los esfuerzos del partido, sin embargo, sufrieron de serias limitaciones en su función de vanguardia operativa debido a las cambiantes circunstancias de sus agitadas masas de seguidores. Ellos no pudieron reclutar el número de miembros necesario para las tareas del partido, además de que la preparación interna fue insuficiente. Los organizadores del PLM fueron incapaces de fortalecer su membresía de base, de resolver las fracturas internas y compaginar sus planes de acción de masas con actividades de mediano y largo plazo. Por supuesto, padecieron intensas persecuciones en ambos países. Subestimaron la importancia de la centralización de mando en el campo de operaciones, lo que hubiese podido consolidar sus afanes militares y revolucionarios; subvaloraron la relevancia de los centros transitorios de mando a niveles regional y nacional, fundamentales para la consecución de sus anhelos revolucionarios.

De igual manera, dieron una lectura errónea a tres situaciones críticas. Primero, desestimaron las campañas de Francisco I. Madero de los años 1910 y 1911, y a la organización de los reformistas cuya participación electoral opacó las demandas de los programas radicales. El segundo lugar, sobredimensionaron el alcance revolucionario de sus campañas militares en Baja California, en 1911 y 1912, considerándolas como el principio y modelo a seguir para la revolución nacional.8 Por último subvaloraron el componente revolucionario de los que posteriormente combatirían contra el régimen de Victoriano Huerta, sobre todo luchas que, entre 1914 y 1916, se dieron entre facciones de populistas radicales representados por villistas y zapatistas frente a los carrancistas, que si bien mantenían posturas liberales, éstas eran sin duda mucho más moderadas.

Por lo anterior el PLM no sólo enfrentó la hostilidad de los gobiernos mexicano y estadounidense sino también el antagonismo de otros grupos. Mientras que el PLM puso su mira y esfuerzos más allá de las fronteras de México, el partido no se adaptó completamente a las condiciones imperantes en Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial, realizando además análisis equivocados sobre las condiciones prevalecientes en México a partir de 1917. Si como ellos subrayaban su proceso evolutivo los llevó a convertirse en un grupo ideológico, la verdad es que no fueron capaces de consolidar su trabajo para continuar ejerciendo influencia en los sectores laborales después de 1912.

 

Actividades

El PLM intensificó su radicalismo, asumiendo una ideología anarcocomunista cuyo el objetivo fundamental era la destrucción del Estado y economía capitalistas. Ello sería sólo la etapa previa, la que daría lugar a la instrumentación de las medidas sociales previstas en una sociedad revolucionaria e igualitaria basada en la cooperación voluntaria para la producción y la distribución: a cada uno, o cada una, de acuerdo con sus necesidades. El PLM reconoció la necesidad de luchar por demandas democráticas mientras desarrollaba movimientos de masa entre los trabajadores. Lo anterior no como un fin en si mismo, sino como una plataforma que serviría en etapas posteriores de organización, ya que los acercaría a la confrontación revolucionaria y hacia la sociedad utópica.

En la dirección que firmó el programa de 1906 del Partido Liberal Mexicano figuraba Ricardo Flores Magón, como vicepresidente, Juan Sarabia; Secretario, Antonio I. Villarreal; tesorero, Enrique Flores Magón; primer vocal, Prof. Librado Rivera; segundo vocal, Manuel Sarabia; más adelante la dirigencia se amplió con alrededor de 24 miembros entre mujeres y hombres, tanto de Estados Unidos como de México.

El PLM, como la vanguardia ideológica del proceso revolucionario mexicano, formó grupos en los que se privilegiaba la acción directa contra el Estado. Sin embargo, este objetivo fue continuamente obstaculizado por los elementos más conservadores ubicados en los círculos de organización política, y de los cuales el PLM enfrentaba una oposición permanente. Ellos tuvieron que soportar tanto la severa crítica ideológica, por parte de los activistas, como la persecución a cargo de las autoridades. Sus acciones eran consideradas como violatorias de las leyes y de los intereses civiles tanto en México como en Estados Unidos. Muchos de los miembros del PLM, incluyendo a su dirigencia, fueron encarcelados en México y Estados Unidos. En aras de conseguir apoyo para costear sus actividades y defender su derecho a llevarlas a cabo, el PLM abogó incansablemente por la libertad de expresión, de reunión y asociación en ambos países.

Si por una parte el PLM consiguió triunfos y como contrapartida padeció descalabros en sus campañas organizativas, lo cierto es que durante dos décadas el partido fue capaz de movilizar a miles de personas. El PLM mantuvo como premisa el organizar para la acción directa. De allí la importancia de aglutinar individuos y coligarlos para sus propósitos. La piedra angular del PLM era su dirección, sus militantes más experimentados y la Junta, formada por los líderes más veteranos y tenaces. Sus planes incluían la conformación de una amplia red propagandística por medio de la cual se enlazarían con simpatizantes y activistas de núcleos laborales. La penetración informativa del PLM en México y Estados Unidos también trascendía hasta Canadá, América Latina y Europa, lo que sin duda le dio un incuestionable carácter internacionalista.

Para este tipo de operaciones fue fundamental la creación de publicaciones. Regeneración, periódico que circuló entre 1900 y 1918, fue el órgano de difusión por excelencia del Partido Liberal Mexicano. Editado en la ciudad de México en su primera época, reapareció después en Estados Unidos: inicialmente en San Antonio, Texas, posteriormente en Saint Louis, Missouri, y por último en Los Ángeles, ciudad en la que la redacción e impresión se realizó en dos sedes, en la calle Cuarta, ubicada en la zona este y más tarde en la calle San Fernando.

La dirección del PLM dedicaba considerable tiempo y reflexión al contenido de la publicación y también se esmeraba en el diseño del formato y el aspecto gráfico del periódico. Estaban conscientes de la importancia que los elementos gráficos significaban en el proceso de la comunicación. Para la divulgación efectiva del periódico fue necesaria la creación de una red clandestina de individuos y grupos reducidos, encargados de distribuir Regeneración, así como panfletos y otros materiales de propaganda entre la población mexicana en Estados Unidos y México. Si bien no toda la estrategia organizativa del PLM quedó plasmada en sus órganos de difusión, con el paso del tiempo los materiales divulgados en sus publicaciones fueron su sello distintivo.

Para obtener respaldo partidario y financiero, el PLM dependía de contribuciones y donativos de miembros y simpatizantes, mediante la cesión de bienes, cuotas, venta de artículos diversos y recaudación de fondos. Los militantes también contribuían con parte de sus ingresos. Entre 1906 y 1912, los miembros del partido hicieron posible la distribución de varias ediciones que excedieron tiradas de 20 mil copias. Asimismo, y pese a la férrea vigilancia policíaca, los periódicos fueron contrabandeados a varios puntos de las dos repúblicas. Los militantes del PLM y sus simpatizantes, algunos de ellos trabajadores del ferrocarril, distribuían el periódico en los mayores centros de población ubicados a lo largo de las líneas ferrocarrileras, desde donde se enviaban a núcleos con menor número de habitantes. La infraestructura estratégica creció gracias al establecimiento de una red de publicaciones locales afines, las cuales de distribuían en las comunidades mexicanas establecidas en diversos puntos de Estados Unidos y, de manera clandestina, en México. Algunos de los textos estaban redactados en inglés; en ocasiones, Regeneración publicó artículos en inglés e italiano.

No obstante, sus publicaciones y su propaganda fue bloqueada y confiscada constantemente. Prácticamente la totalidad de sus comunicaciones eran rastreadas e interferidas. El PLM, a su vez, intentaba contraatacar en ese frente creando sus propios mecanismos de seguridad y vigilancia mediante un rudimentario código secreto propio para sus comunicaciones. Desde el punto de vista organizativo, el PLM, cuyas actividades se extendieron a lo largo de 20 años, operó con eficacia durante el periodo comprendido entre 1907 y 1912. Su ascenso y posterior debacle obedeció a una serie de factores, pero la gradual reducción de fondos, las limitaciones para viajar y movilizarse, así como las dificultades para mantener la comunicación, empeoraron su precaria situación.

 

Organización y estructura

La máxima dirección del PLM era la Junta. Concebida en México, operó después mediante grupos locales en Estados Unidos y México.9 El partido a su vez dependía de las relaciones y deberes de la membresía y de los vínculos comunitarios creados por el partido, especialmente los que se establecían en torno a Regeneración. La actividad organizativa se centró inicialmente en la lucha contra los gobiernos de turno en México; en el respaldo a las revoluciones que aparecían en diversos puntos del planeta y en las batallas que el sector laboral libraba en Estados Unidos y México. Cierto, destinaron parte de su tiempo a los preparativos para la lucha armada, pero esto únicamente fue un punto más en su amplísima agenda. Por sobre todas las cosas, el centro conceptual de las actividades del partido fue la propaganda dirigida a los trabajadores. Además de la organización de los grupos de obreros, era también importante la movilización de grupos étnicos y el respaldo de sectores liberales y radicales de Estados Unidos. En este sentido, el PLM lanzó ofensivas generales de organización en 1906, 1908 y 1910, y sus mensajes encontraron eco en miles de mexicanos a través de todo México y en Estados Unidos. Posteriormente también realizaron movilizaciones en 1911, 1916 y 1918.

Estos esfuerzos de movilización y agitación pudieron tener consecuencias dispares.10 El 19 de noviembre de 1912 el PLM incursionó en Baja California con la intención de crear una base para futuras acciones revolucionarias en México. Para desventura del PLM, este esfuerzo coincidió con las ambiciones separatistas de algunos elementos marginales no vinculados al PLM. La influencia del partido también se notó en los sucesos acaecidos en el sur de Texas entre 1914 y 1916, lapso en el que un puñado de individuos adeptos del PLM realizaron acciones de cara al persistente asedio de autoridades y grupos de vigilantes estadounidenses en contra de los mexicanos. Ante los abusos cometidos, los mexicanos reaccionaron con violencia lo que dio pie al asesinato de cientos de mexicanos a manos de las autoridades policíacas y los vigilantes; muchos más fueron deportados de Texas.

Después de 1912, el PLM descentralizó sus actividades, dejó de lado la articulación de subgrupos y se dedicó a fomentar iniciativas locales de propaganda y agitación. Lanzó más de una convocatoria con el fin de encauzar esfuerzos en actividades sindicales y partidistas en Estados Unidos y México. Sus campos de influencia se ubicaron entre granjeros, mineros, ferrocarrileros y operadores de carga en Estados Unidos; en México, además de los ya mencionados, las bases del partido incluían a obreros de los sectores eléctrico y petróleo. Aunque el PLM centró sus actividades generalmente en los trabajadores industriales, su influencia se sintió también entre los sectores laborales rurales, los activistas, la pequeña burguesía del campo y entre algunos intelectuales progresistas. Los integrantes del PLM interactuaron con amplios círculos en México y Estados Unidos y la extensa correspondencia interceptada -miles de cartas- quedó como prueba fehaciente de sus alcances en materia de comunicación. Por otra parte, el PLM cultivó y mantuvo contactos por un tiempo relativamente prolongado con radicales en varios puntos de Estados Unidos y Europa.

Las dificultades financieras al interior del PLM fueron constantes, de hecho absorbieron gran parte de su tiempo, provocando un inevitable desgaste. En varias ocasiones, y para resolver los apremios económicos, recurrieron a prácticas un tanto cuestionables: hacían recaudaciones de fondos solicitando dinero a pobres y ricos; buscaban ayuda entre todo tipo de agrupaciones; se contrataban como asalariados y tanto hombres como mujeres contribuían con sus sueldos al fondo general. El acoso al que eran sometidos y las divisiones a las que se enfrentaban entorpecían sus planes, no obstante, la falta de recursos económicos fue lo que representó el mayor costo en términos organizativos. Probablemente, la dirigencia del PLM pudo disfrutar un tiempo de cierta holgura entre 1915 y 1918, cuando rentaron varios acres de terreno en Edendale, Los Ángeles, dedicándose a la siembra y cosecha de frutas y verduras que vendían para sostenerse a si mismos y a la organización.

Los militantes y simpatizantes mexicanos del PLM provenían mayormente de dos sectores: uno representado por una amplia base de seguidores, que en una etapa inicial estaba constituida por personas de la clase media baja y por artesanos, y otro compuesto por trabajadores industriales y obreros de diversas ramas; tanto el uno como el otro con presencia en México y Estados Unidos. Estos grupos se multiplicaron vertiginosamente entre 1906 y 1908, gracias a la difusión e impacto que causaron Regeneración y otros proyectos periodísticos, pero la actividad organizativa declinó después de 1912. Posteriormente la base del partido fue más heterogénea y dispersa. En México, la influencia del PLM persistió en los estados del norte a lo largo de la frontera, en Veracruz, en el valle de México y en la región de Bajío.

El PLM atrajo gente de varios grupos étnicos y sectores geográficos. Mexicanos de diferentes etnias se unieron a las actividades del PLM en varias regiones, entre estos totonacas (Veracruz), nahuas (Anáhuac), mixtecos (Oaxaca), purépechas (Michoacán), yaquis (Sonora), tarahumaras (Chihuahua) y coopahs (Baja California). Además, para sus actividades el PLM contó con seguidores de diferentes nacionalidades, incluyendo algunos afroamericanos y asiáticos, y en mayor medida judíos, italianos, ingleses, alemanes, suecos y otros. El PLM contó con el apoyo del Partido Socialista (fundado en 1901) de amplia convocatoria y de posiciones reformistas, y por el partido radical Trabajadores del Mundo (IWW, fundado en 1905). Entre 1901 y 1920, estos tres partidos aglutinaron a varios cientos de miles de simpatizantes.

Los miembros del PLM disfrutaron de lazos estrechos con muchos inmigrantes residentes en Estados Unidos, los que a su vez eran destacados dirigentes anarquistas como, Voltairine de Cleyre, William Owen, Emma Goidman, y Alexander Berkman. También se relacionaron con grupos judíos radicales; con grupos de defensores de las libertades civiles y de los inmigrantes.

Al radicalizarse su postura, muchas de esas alianzas se desintegraron, logrando consolidar otras, que se sumaron por el liderazgo que partido esgrimía. En Los Ángeles, ya en su última etapa, el PLM atraía sobre todo a aquellos que no tenían nada que perder y sí todo que ganar. Éstos eran los que María Talavera (quien es) identificaba como "la plebe".

 

Aspectos sociales y culturales

Entre los mexicanos en Estados Unidos los partidarios del PLM tenían una fuerte presencia en tres importantes áreas: 1) A lo largo de la frontera de Texas, principalmente entre arrendatarios, agricultores y trabajadores de las localidades; 2) En las zonas mineras de Nuevo México, Arizona y El Paso; y 3) entre la más extensa población laboral mexicana urbana y semiurbana de Los Ángeles y algunos trabajadores agrícolas de California.11 Había comunicación entre los trabajadores inmigrantes mexicanos, donde quiera que estos residiesen, y específicamente en el noroeste del Pacífico y el medio oeste, incluyendo Chicago. Los miembros del PLM en Estados Unidos se desempeñaban en diversos oficios; sin embargo, destacaban los mineros, agricultores y artesanos. En cuanto a su situación de residencia, muchos eran inmigrantes de paso y emigrados.

La propaganda y actividades organizativas del PLM coincidían en más de un aspecto con el trabajo organizativo laboral, métodos novedosos muy probablemente sin precedentes durante su época en comparación con otros grupos activos de trabajadores mexicanos.

Muchos integrantes y adeptos del PLM eran miembros activos dentro de organizaciones laborales, aunque seguramente la experimentada dirigencia del PLM nunca se adjudicó el haber dirigido las huelgas que dichas organizaciones protagonizaban. De hecho los oradores y escritores del PLM eran críticos a diversos aspectos de la organización laboral, tanto en México como en Estados Unidos.

El PLM contemplaba no sólo las reivindicaciones laborales de las mujeres, sino que también respaldaba su participación en el campo de la política, lo cual durante la época no tenía precedentes. Durante más de una década varios grupos locales femeninos se asociaron al PLM, o bien este partido fue su fuente de inspiración. Las ediciones de Regeneración cotidianamente incluían artículos sobre las mujeres. En los textos del PLM es recurrente la frase "hombres y mujeres", pues se buscaba involucrarlas en la política, primordialmente, aunque no de manera única, en roles de apoyo.

Los voceros del partido criticaban el autoritarismo masculino y en ocasiones a la institución del matrimonio. Algunos miembros hicieron un llamado a respetar la libertad e igualdad de relaciones de ambos sexos e incluso algunos trataron de aplicar, sin éxito, tales conceptos en sus vidas personales. Ello fue así debido a que, aunque cuestionaban algunos aspectos de las relaciones convencionales entre los dos géneros y las limitaciones impuestas a las mujeres, los ideólogos del PLM idealizaron el discreto universo femenino y el prototipo de la mujer. Para ellos las cuestiones familiares, la crianza de los niños, y los quehaceres domésticos eran responsabilidad de hombres y mujeres. Si embargo era en el terreno de la participación política donde aun no había la total igualdad.

Muy probablemente, las mujeres reclutadas por el PLM tenían bien arraigadas sus convicciones feministas y brindaban su respaldo al PLM. Sin embargo, las militantes del PLM no se conformaban con servir como respaldo o apoyo de su contraparte masculina y pronto se pusieron a la vanguardia. El PLM contó con varias activistas sobresalientes, muchas más que cualquier otro grupo. Entre las primeras se contaban Trinidad Saucedo y Sara Estela Ramírez, y también, María Talavera y Lucille (Lucía) Norman, quienes fueron muy importantes después de 1910. Estas últimas se incorporaron a un grupo que respaldaba al PLM denominado Luz y Vida, dedicado a la agitación y actividades de apoyo.

En su búsqueda de alternativas para reforzar la concientización y cohesión de grupo, el PLM creo un programa cultural que buscaba dar a conocer los fundamentos del PLM. Se organizaron actividades artísticas innovadoras dado que, como anarquistas, se oponían a la censura y respetaban la autonomía individual. Eso si, en sus propuestas trataban de fomentar trabajos y presentaciones que promovieran los principios y valores progresistas, ya fuera en materia del canto, la poesía, la narrativa, o las artes gráficas.

El tema educativo era importante para el PLM, pues era en la educación donde se podrían crear grupos de adherentes que mantuvieran los fundamentos y aspiraciones ideológicas del partido. En su opinión, los conocimientos humanistas y materiales debían ser combinados con nociones progresistas de la historia y la ética. Ellos planteaban la posibilidad de que los niños pudiesen tener derechos por sobre la voluntad o permiso de los padres. Algunos miembros del PLM comprendieron la necesidad de aplicar métodos especiales y de utilizar materiales didácticos para educar a los niños desde una perspectiva progresista. Al parecer respaldaban las ideas y el método educativo de Francisco Ferrer, quien inició un proyecto de educación alternativa libertaria en 1901 y fundó la Escuela Moderna en Barcelona, España. Es posible que el PLM apoyara al movimiento progresista de "Escuela Moderna", en Estados Unidos. Ellos sostenían que los preceptos capitalistas de adoctrinamiento y la parcialidad del estado sobre la educación debían ser denunciados y combatidos. Como apoyo de los programas culturales y educativos el PLM reclutó grupos de jóvenes y, al menos en Los Ángeles, se impulsó la formación de "El Grupo Juvenil Libertario".

 

Programas

Entre 1906 y 1918 el PLM realizó varias declaraciones importantes.12 En ellas se aprecia la evolución del partido y las circunstancias históricas que dieron lugar a dichas declaraciones. Todas ellas surgieron de discusiones internas y su distribución se hizo a través de periódicos, reediciones y diversas publicaciones. Las copias se multiplicaron por miles de 1906 a 1911.

El "Programa de 1906" del PLM, aparecido en el número de Regeneración del 20 de febrero de 1906, fue el que más temas abarcó, pues con meses de anticipación, el PLM exhortó a su público lector a que contribuyera con sugerencias para la formulación de ese programa.13 Esta encuesta sin precedentes estimuló el interés y las intenciones de miles de trabajadores mexicanos e intelectuales progresistas que, desde ambos lados de la frontera, contribuyeron de manera entusiasta a este llamado que proponía la resolución de los asuntos sociales y económicos mediante el uso de la política.

El programa incorporaba además múltiples demandas democráticas: exigían una jornada laboral de ocho horas, salario mínimo, prohibición del trabajo infantil, compensación por accidentes laborales, la abolición de multas y deducciones de los salarios, la confiscación de tierras no cultivadas para ser distribuidas entre los desposeídos, la educación para todos los niños hasta los 14 años de edad, la protección de las comunidades indias, la supresión de la pena de muerte, y la abolición del servicio militar obligatorio. De manera enfática se hizo un llamado a varios grupos en América Latina para el establecimiento de comités de solidaridad y vínculos en pro de la democracia.

Por otro lado, la mayoría de las aspiraciones generales del Programa referentes a la democracia, trabajo y entorno social podían ser aplicados tanto en el contexto de Estados Unidos como en el de México. El Programa se convertiría en vehículo para la organización y para el debate ideológico público desde 1906 hasta 1911 y aún después de estos años. Fue el parámetro ideológico durante las movilizaciones del período de 1906 a 1908 y en 1910, en el cual se involucraron docenas de grupos y cientos de correligionarios.

Sin lugar a dudas, el documento era un discurso político que abordaba los temas sociales de una manera tan completa y sólida como no se había visto antes en México, ni en Estados Unidos, al menos durante el periodo previo al "Nuevo Trato" (New Deal). El Programa del PLM, por otra parte, estaba al nivel de los discursos europeos.

Un cambio radical ocurrió a partir del 23 de septiembre de 1911, cuando se publica el Manifiesto del Partido Liberal Mexicano, mismo que fue publicado para corregir, mejorar y aumentar el programa de 1906.14 Se distribuyeron miles de copias, en él la ideología anarquista ya era explícita. El llamado promulgaba la total destrucción del capital, el gobierno y la Iglesia. Los trabajadores no iban a bajar sus armas hasta que la pobreza y la autoridad fueran abolidas. Comunidades locales de mujeres y hombres en asamblea determinarían los procedimientos y el curso de acción a seguir. La producción y la distribución serían mediante la cooperación. Sólo ello traería la igualdad económica, social y política, y por tanto la libertad y la abundancia productiva. Los métodos de educación y adoctrinamiento harían a las personas capaces de apreciar los modos de cooperación y sus valores asociados. Varias influencias internacionales anarquistas estaban aquí presentes. La de Kropotkin era innegable en lo que concierne a la propiedad común y a la producción para el bienestar de todos. El PLM continuó refiriéndose a este pronunciamiento como su guía general durante los 10 años siguientes.

El colapso del régimen de Porfirio Díaz en 1911 hizo que el PLM radicalizara sus objetivos.15 Por su parte, entre sus seguidores de México la figura de Francisco y Madero cobró mayor fuerza. El PLM eligió permanecer como partido transfronterizo, decisión que causó desacuerdos y un desmembramiento en junio de 1911. Este hecho ya se veía venir durante una desagradable reunión entre la más veterana dirigencia del PLM y emisarios de Francisco I. Madero en junio de 1911. Durante este encuentro la animosidad superó la de contiendas previas, llegando incluso a los insultos de connotación sexual. Aun a pesar de algunos lamentables aspectos referentes a las fracturas dentro del partido, el núcleo de la membresía del PLM tomó ciertas medidas que incluyeron la continuación de la intervención armada en Baja California, y la publicación de dos declaraciones públicas que la distanciaron aun más de la política culturalista de la pequeña burguesía.

En efecto, durante esas etapas de tensión entre 1911 y 1912, el PLM dio a conocer sus posturas anarcocomunistas, cruzó el rubicón al tiempo que intensificaba el trabajo con los individuos y grupos más radicales. En 1912 los miembros del PLM en California fueron condenados acusados de violar la ley de neutralidad, fomentando la violencia al otro lado de la frontera. Por otro lado, después de organizar nuevamente la vía de la lucha armada, algunos de los miembros del PLM, que recibieron sentencias en Texas a causa de las acciones de 1913, debieron permanecer en prisión hasta mediados de los 1920, acusados de asesinato y de fomentar acciones armadas. Los propagandistas del PLM siguieron activos durante 1913, teniendo enfrentamientos directos con la policía en la plaza de Los Ángeles durante las manifestaciones en pro de los derechos a la libertad de expresión y de asociación. Después de 1913 dirigieron una severa crítica a la política ejercida por las camarillas de Venustiano Carranza y Álvaro Obregón. En México la influencia del PLM seguía viva en algunos grupos armados y dispersos.

El 7 de noviembre de 1914 el PLM emitió una conmovedora declaración "A los Trabajadores de Estados Unidos", en la que hablaban de las condiciones económicas, la solidaridad política y la inmigración laboral. El comunicado iba dirigido a incentivar las acciones de los trabajadores de Estados Unidos; específicamente era una exhortación para que estos exigieran reivindicaciones políticas y no sólo económicas. También destacaba las coincidencias entre los intereses de los trabajadores en Estados Unidos y los de México. Así la renovada visión radical identificaba a los inmigrantes como actores vitales en las movilizaciones que se llevaban a cabo en el momento y proponían incluir a trabajadores inmigrantes en los estados de Texas, Lousiana, Mississippi, Missouri, Oaklahoma, Iowa, Nebraska, y otros.16 La huella del PLM fue notable durante algunas acciones laborales en Arizona, Nuevo México, Colorado y California, asimismo se reportaron influencias del PLM en Texas, incluyendo Houston, San Antonio y particularmente el sur de Texas. Tan pronto como fueron liberados de la Prisión de McNeil, en 1915, los dirigentes convictos del PLM reasumieron sus actividades y los planes y propaganda del partido.

El menguado PLM persistió en sus actividades entre 1914 y 1916. En Los Ángeles, en el Silver Swan Hall, localizado al este de la calle Tercera, celebró una importante manifestación en septiembre de 1915. Allí se exhortó a la rebelión en los dos países.17 En otro frente, la obra de teatro "Tierra y Libertad" patrocinada por el PLM, cuya producción y actuación tuvo éxito durante diciembre de 1915, recaudó fondos para Regeneración. Luego de 1915, lo que quedaba del PLM asumió el nombre alterno de "Unión Obrera Revolucionaria". Continuó líneas sindicalistas y de alguna manera adoptó una estrategia similar a la del IWW. Dado el clima político, su acceso a los trabajadores fue mucho menor de lo que había sido pocos años antes. Más que la organización directa, ellos privilegiaron el trabajo ideológico.

La incursión norteamericana en la Primera Guerra Mundial enfrió el espíritu radical de años atrás. Para 1916, el tiempo para las revoluciones del PLM había quedado en el pasado. En México el PLM aun tenía algo de convocatoria pero sin la estabilidad suficiente como para ampliarla. Sus seguidores, en su mayoría, permanecieron en Estados Unidos. En efecto, en los dos países la marea del radicalismo retrocedió. El PLM enfrentó nuevamente acusaciones y juicios en 1916.18 Las autoridades de Estados Unidos contaron con la cooperación de los agentes de Carranza para lograr el arresto de varios militantes, acusados de violar las leyes que prohibían la diseminación de materiales "obscenos" a través del correo. De acuerdo con las autoridades esto representaban los llamados a la justicia popular y a la autodefensa de los pueblos. El juez destacó un artículo impreso en Regeneración sobre las atrocidades cometidas contra mexicanos en el sur de Texas. En realidad su crimen consistía en publicar críticas políticas. Tras identificarse a si mismo como un anarcocomunista, Enrique Flores Magón hizo una notable declaración ante la Corte Federal de Los Ángeles el 22 de junio de 1916. Hablando también por su hermano -y aunque sin explicitarlo, también a nombre del PLM-declaró como una sola la lucha del proletariado mexicano y los desheredados de la Tierra. A nombre del PLM reivindicó el ejercicio del derecho a la rebeldía. Enrique Flores Magón insistió en el derecho a llevar a cabo actividades políticas en cualquier lado. Puntualizó las condiciones de opresión, explotación y represión en Estados Unidos. Vaticinó que Estados Unidos estaría eventualmente sumergido en una revolución y rechazó la noción de que los individuos pudieran provocar revoluciones, porque sólo las masas y las circunstancias podrían hacerlo.

A medida que la Primera Guerra Mundial avanzaba, las fuerzas progresistas mermaban su empuje. El PLM atravesaba por problemas similares a los de otros grupos radicales en Estados Unidos. En México, las fuerzas populares fueron influenciadas -o adecuaron sus estrategias- a medida en que los carrancistas se fortalecían. La obra teatral del PLM "Verdugos y víctimas", cuyo libreto se difundió pero no alcanzó a ser representada ante el público, estaba encaminada a reactivar las motivaciones de justicia de los activistas de las etapas tempranas de la revuelta armada. La última edición de Regeneración consistió de apenas cuatro páginas. Al PLM le habían cancelado su franquicia postal, pero la intención de mantener viva la publicación no claudicaba. Flores Magón y el núcleo del PLM no cejaban de proyectar sus tácticas radicales y de diseminar una visión utópica cuando en Europa se encontraban en guerra mundial. No obstante los tiempos habían cambiado, en Estados Unidos el PLM era víctima de un acoso similar al que tres lustros atrás habían tenido en México y que motivó el exilio de muchos de sus militantes al país vecino.

No obstante, los militantes del PLM mantenían la esperanza de que la crisis local e internacional propiciada por la guerra estimulara las condiciones para las movilizaciones radicales. Al igual que Lenin, Flores Magón era parte de los militantes del PLM que a nivel internacional analizaron y criticaron la retórica patriótica empleada por los gobernantes norteamericanos en la Primera Guerra Mundial. El PLM sostenía que detrás del "interés nacional", oculto en esa retórica, estaban los intereses capitalistas. Por lo anterior hizo un llamado al pueblo para oponerse a la guerra, más aun, convocó a la protesta laboral he hizo un llamado a los jóvenes para que no se enlistaran en el ejército. Más que un interregno en la actividad revolucionaria, el partido consideraba la conflagración mundial como el momento más propicio para la lucha contra la burguesía. El PLM señalaba que los trabajadores tenían intereses de clase y no de Estado, por tanto no tenían porque pelear en una guerra entre estados capitalistas imperialistas. Para el PLM la Primera Guerra Mundial era una señal del rompimiento del viejo orden y el inicio de un periodo de inestabilidad.

Los militantes del partido vieron con beneplácito a la revolución en Rusia y la consideraron como un reflejo de la crisis mundial. Con todo, expresaban su honda preocupación por el concepto y practica de la "dictadura" del proletariado. Para ellos, por lo que sabían, el Estado que había surgido de la revolución de octubre lucía y actuaba llanamente como una dictadura de partido, ya que entre otros aspectos, seguía el mismo sistema de pago, continuaba la persecución de los anarquistas, la existencia del mando popular a nivel local o a cargo de sus representantes a nivel nacional era nula. Tomando en cuenta las condiciones en el mundo durante 1917, enfatizaban la necesidad de una renovada organización internacionalista y revolucionaria, muy cercana a la línea sindical a fin de aglutinar a los trabajadores.

En abril de 1917, al momento en que Estados Unidos entraba a la Primera Guerra Mundial, María Talavera y Lucille Norman movilizaron multitudes a La Plaza, en el centro de Los Ángeles durante dos fines de semana consecutivos. El 6 de marzo de 1918, durante un contundente pronunciamiento, el liderazgo dirigió un Manifiesto a sus anarquistas y trabajadores, haciendo un llamado a la revolución mundial, pedían también el fin de la guerra y hacían un llamado para que los trabajadores mostraran su oposición a la conflagración mundial.19 Este último manifiesto, publicado en Regeneración el 16 de marzo de 1918, estaba dirigido a los "Trabajadores del Mundo". En él se hacía una exhortación para mantener firme la fe revolucionaria; señalaba que la civilización rápidamente pasaría a una nueva crisis. En lugar de promover la violencia directa e inmediata, lo que había caracterizado a los pronunciamientos anteriores, esta vez enfatizaban la creativa tarea humanitaria del revolucionario para forjar un mundo nuevo mediante la preparación y la educación para la revolución.

El gobierno de Estados Unidos emprendió una campaña contra los radicales y los disidentes cuyo resultado fue el arresto de muchos miembros del PLM. Los radicales mexicanos sufrieron la misma suerte que enfrentaron muchos otros disidentes; sin embargo, los mexicanos que ya estaban en la mira desde 1907, enfrentaron severas sentencias. Ricardo Flores Magón y Librado Rivera, miembros de la junta del PLM, fueron arrestados en Los Ángeles el 18 de marzo de 1918. Se les fijó una fianza de 50 mil y 15 mil dólares respectivamente. Los cargos que les imputaron se hicieron bajo el "Acta de Espionaje", también los acusaron de violar el Acta de Comercio con el Enemigo (Trading with the Enemy Act) y varios preceptos del código penal relativos a la prohibición del envío de materiales indecentes. El argumento usado en su contra fue que sus ideas obstaculizaban el buen curso de la guerra, denigrando a Estados Unidos, exhortando a la subversión mediante la protesta de los trabajadores bajo condiciones de Guerra.

La militante veterana María Talavera, fue arrestada el 13 de julio de 1918. Estuvo detenida por cinco meses sin juicio alguno hasta que fue puesta en libertad.20 Además de ella fueron enjuiciados otros miembros. Flores Magón y Rivera tuvieron una sentencia de 20 y 15 años respectivamente, y a cada uno se le impuso una multa de cinco mil dólares. Los cargos tenían motivaciones políticas y en su momento representaron una violación a los derechos humanos básicos garantizados por la Constitución. Años después, el congresista George Huddleston, diría que la justicia norteamericana no les pudo demostrar ningún acto de violencia. El PLM y sus abogados hicieron cuanto estuvo en sus manos para enfrentar los cargos y aminorar las sentencias, sin embargo las autoridades estadounidenses fueron los principales enemigos del PLM durante los últimos 10 años.

Entre marzo de 1918 y noviembre de 1922, a raíz de las diversas persecuciones y arrestos de los militantes del PLM, de nueva cuenta el partido realizó esfuerzos para la distribución de propaganda, para recaudar fondos y mantener su activismo político,21 aunque habría que reconocer que buena parte del trabajo del PLM giró en torno al arresto y encarcelamiento de sus miembros, así como a la labor de proselitismo entre los reos. Hubo también la idea de publicar Regeneración en la ciudad de México o en algún otro punto dentro de la República Mexicana.

Ricardo Flores Magón murió en la prisión federal de Leavenworth, el 21 de noviembre de 1922. Después de ese año se hicieron intentos de recaudar fondos para publicar de nueva cuenta Regeneración. Los miembros del PLM continuaron su correspondencia con grupos de Sudamérica, primordialmente de Argentina, y también en Europa, en particular en Holanda y Francia. También continuaron ahondándose sus diferencias.

En la década de 1920 surgió en México el Grupo Cultural Flores Magón bajo la coordinación de Nicolás Bernal, Librado Rivera, Diego Abad de Santillán y, tal vez, de Blas Lara Cázares (Mariano Gómez Gutiérrez). Durante varios años y debido a la persistencia del grupo, publicaron y distribuyeron miles de copias de varios de los documentos del PLM, volviendo a señalar la importancia que tenía el trabajo impreso de propaganda para sus actividades organizativas.

Los seguidores del PLM participaron en las campañas obreras en México y Estados Unidos durante los 1920 y 1930. En Tamaulipas, Librado Rivera fue coeditor del periódico radical ¡Avante! (1928-1929). Rivera permaneció activo en el círculo laboral hasta días antes de su fallecimiento en 1932. En Estados Unidos, particularmente entre los agricultores y mineros, la influencia del PLM tuvo un impacto especial durante las huelgas de los años 30a.

En el núcleo de organizaciones laborales y cívicas del sur de California, la familia Velarde y los miembros de su círculo mantuvieron viva la influencia del PLM desde los 1910 hasta los 1940. La influencia del PLM también afloró entre los mexicanoamericanos como parte de las actividades en pro de los derechos civiles de los 1930 y los 1940, y de la lucha por los derechos de los inmigrantes.

Muy lejos de minimizarse, con el paso del tiempo el legado del PLM se extendió. Durante las siguientes décadas se sucedió un modesto caudal de publicaciones los cuales se han seguido publicando hasta la actualidad. Tanto quienes proponen gobiernos populistas como los grupos mas radicales y opositores al sistema toman como referencia el legado del PLM. Los primeros, privilegiando las características del PLM antes del 23 de septiembre de 1911, y los segundos, optando por ignorar las diferencias entre el PLM con los socialistas y comunistas.

 

Precedentes

Dentro de sus metas eminentemente revolucionarias y de acuerdo a los medios y al discurso que prevalecía en la época se pueden señalar seis cursos de acción y prácticas directas: 1) un singular y decidido énfasis en el papel de la mujer en los esfuerzos revolucionarios y en las campañas a favor de los derechos de las mujeres. De hecho muchas de ellas fueron destacadas activistas y algunas más llegaron a ocupar puestos claves dentro del partido y en organizaciones afiliadas. 2) El partido se relacionó con los sectores progresistas de los movimientos socialista y sindicalista de Estados Unidos. Varios inmigrantes europeos y militantes anglos del Partido Socialista y de los Trabajadores del Mundo (IWW) en particular, jugaron un papel destacado en las luchas del PLM. El partido entabló relaciones con la casi totalidad de las personalidades y grupos de izquierda de la época. 3) Consecuente con el apoyo a los trabajadores de México, el PLM apoyó las luchas de la clase trabajadora de Estados Unidos. El PLM creía que la unidad de acción entre trabajadores industriales y agrícolas era decisiva. La organización colaboró con miembros de la federación de mineros del oeste, del IWW, y con algunos de los sectores sindicales más politizados dentro de la AFL. 4) El PLM abogaba por una ética personal, estética y política, y mantenía una filosofía programática político-cultural que, aunque de forma incipiente, impulsó la enseñanza, la literatura, el teatro, la música y las artes visuales. 5) El PLM promulgó sin ambages la necesidad de una revolución mundial, premisa que incluía tanto a Estados Unidos como a México, y que el internacionalismo para ser real, debía ser cosa de práctica política y no mera retórica. 6) En sus proclamas, el Partido Liberal destacaba principios éticos y humanísticos. El PLM incorporaba estos puntos en sus planteamientos programáticos, aun cuando sus resoluciones partidistas a este respecto se quedaran cortas. En resumen, el PLM fue generador de una mística radical que propuso la necesidad de la acción directa, la destrucción de una economía capitalista de explotación, y la adherencia a estándares éticos. Su proyectada utopía fue integralmente ética y estética.

El PLM luchaba por el respeto de los derechos civiles en México y en Estados Unidos. Como se ha mencionado anteriormente, el objetivo principal del partido fue la movilización de los trabajadores de las zonas rurales y los obreros de los cinturones industriales por medio de la propaganda y la agitación, en más de una ocasión, Flores Magón y otros correligionarios debieron encarar cargos y padecer encarcelamiento por su labor de agitación. Constantemente, el PLM aprovechaba estos juicios y encarcelamientos y los convertía en causas políticas, inaugurando una estrategia sin muchos precedentes. En 1906, los militantes del PLM se enfrentaron a la persecución pública en San Louis, Missouri, y ese mismo año en El Paso. En agosto de 1907 varios miembros del partido fueron arrestados en Los Ángeles. Entre la maraña de acusaciones se incluían varias que se remontaban a la época de las actividades del PLM en San Louis; es más, en esa ocasión se les levantaron cargos por incidentes que habían ocurrido en Sonora y Arizona, por lo que los militantes del PLM fueron llevados a Arizona en donde se les sometió a juicio y se les condenó. En julio de 1911, un Gran Jurado de Los Ángeles emitió ocho cargos de conspiración en contra de varios líderes del PLM. En julio de 1912, un año después, se les declaró culpables y cumplieron su sentencia. En 1916, se enfrentaron a juicio una vez más por sus pronunciamientos que incitaban a la agitación. Los lideres del PLM -como lo constataron varios cronistas de la época- contaban con un amplio apoyo y respeto en Los Ángeles. Cabe resaltar que el último juicio que se le siguió a Ricardo Flores Magón en los tribunales federales, en 1918, estuvo basado en las acusaciones que se le imputaron en relación a hechos de la incumbencia de Estados Unidos; estos consistían en actos de apoyo a las campañas en contra de la guerra encabezada por del gobierno estadounidense.

Dos aspectos dispares son ilustrativos del impacto que causaban las tesis del PLM durante los procesos: los fiscales, los agentes gubernamentales (al igual que las agencias de policía privada) llegaban a cometer violaciones de leyes y preceptos constitucionales con tal de lograr el encarcelamiento de los lideres. Los juicios y procesos judiciales en contra de militantes del PLM fueron eventos orquestados como puede reducirse de los materiales recopilados durante las diferentes fases de las diligencias. Por parte de la defensa, los miembros del PLM, sus abogados y sus simpatizantes, contraatacaban mediante acciones que incluían manifestaciones durante los litigios. Además, hacían uso del correo para organizar campañas en las que insertaban cupones en los ejemplares de Regeneración, los cuales se podían recortar, firmar y enviar con facilidad para demostrar solidaridad con los encausados. En los eventos organizados por su defensa legal participaban cientos y, en ocasiones, hasta miles de personas.

El PLM representaba la continuidad de la tradición ideológica, política y organizativa entre los mexicanos de ambos lados de la frontera. La vasta influencia del PLM, así como su liderazgo en las ofensivas radicales por todo el sureste estadounidense y México son dignos de resaltarse. Su base de seguidores, y sus ramificaciones a través del sureste alcanzó un alto grado de efectividad. A pesar de su cortedad de visión para prevenir el curso reformista que tomaba el movimiento de masas durante la Revolución en México, el PLM tuvo algunos aciertos. Además, el esfuerzo por ligar al sector más avanzado de la comunidad mexicanoamericana con grupos anarquistas y socialistas de Estados Unidos, aunque inacabado, queda como prueba de la credibilidad que esta organización radical ganó a largo de la frontera.

Durante la época del PLM, muchos mexicanos radicales llevaron a cabo actividades conjuntas con otras organizaciones como el Partido Socialista norteamericano (SP) y los Trabajadores del Mundo (IWW). Hasta cierto punto había coincidencias de lucha y de participantes. La mayoría de las tareas de los radicales de aquellos tiempos se concentraban en organizar a trabajadores en las ciudades y en el campo, a aparceros y granjeros en las áreas rurales. La organización radical convergía en los lugares de trabajo y en círculos sociales progresistas. Las actividades del PLM se equipararon a la participación de los mexicanos dentro del Partido Socialista y el IWW, en las áreas donde vivían y trabajaban los mexicanos, de la frontera canadiense a la mexicana. Los miembros del PLM permanecieron más cerca a ésta última. El grado de solidaridad iba en proporción directa a la cantidad de miembros que estas organizaciones locales tuvieran, y a la identificación y coincidencias que, en la práctica, hubiese entre ellos. Independientemente de las diferencias ideológicas que pudiesen existir entre ellos, los mexicanos militantes del Partido Socialista, los del IWW y los el PLM explicitaban su conciencia de clase y sus tendencias ideológicas de izquierda mediante actividades de solidaridad específicas, lo anterior pese a que los miembros del PS criticaron al PLM por su rechazo a la "política", es decir al reformismo, y por su llamado a abolir inmediatamente el "sistema de salario" rechazando cualquier propuesta de avance gradual tal y como lo proponía el Partido Socialista. Por lo anterior, en los hechos, el PLM no tuvo el apoyo de un partido con propósitos afines dentro del movimiento izquierdista de Estados Unidos. El PLM, en comparación con los grupos étnicos radicales de la época -y de estos existía un número considerable- fue uno de los mas activos y osados. Notablemente, aun hoy en día los activistas de Estados Unidos y México no cesan de abrevar en el ideario que les legó el PLM.

 

Conclusión

El Partido Liberal logró parcialmente sus objetivos iniciales: La crítica ideológica, la creación de una organización militante que desarrollara la rebelión armada de forma intermitente. Nunca tuvo ni ejerció el poder, y la vida activa de este grupo fue más prolongada que el la de la mayoría de los grupos de su tiempo. Los miembros del PLM que llegaron desde México a Estados Unidos contrastaban con otros inmigrantes y expatriados en la forma y modo de participación política. Intencionalmente, priorizaron sus acciones transnacionales y buscaron enlazarse con contactos transfronterizos, y sus actividades se realizaban no únicamente en Estados Unidos, sino también buscaban influir en otros países de América, Europa y muy probablemente Asia. Utilizaron con astucia los medios de comunicación, incluyendo el ferrocarril y los servicios de correo. Se identificaron conscientemente con la izquierda e hicieron hincapié en la necesidad de la organización de clase y de oposición a la Primera Guerra Mundial. Los fundadores, militantes y simpatizantes activos del PLM representaban el sector más idealista, valiente y cohesionado de todos los grupos políticamente activos de la época. Aportaron y fundamentaron, una clara alternativa ante los acontecimientos históricos de sus días. En particular, el PLM cuajó una definida -si bien aun inmersa en un proceso evolutivo- base socioeconómica de miembros inconformes de diferentes estratos, entre trabajadores industriales, artesanos, trabajadores rurales y la clase media baja, al tiempo que competían con varios grupos que a su vez reflejaban descontento, fuese cultural, económico o electoral. De hecho las críticas que el PLM realizó al sistema de Estados Unidos no han sido del todo estudiadas por los historiadores. Los ideales del PLM estaban desligadas de las políticas dominantes propuestas por la Federación Americana del Trabajo (AFL) y su líder Samuel Gompers. De acuerdo a sus concepciones, el Partido Liberal estimaba que la AFL y Gompers, alentaban la división entre los trabajadores.

Con excepción de los republicanos Theodore Roosevelt y William Taft, para el PLM fueron mucho más negativas las prácticas de gobierno emprendidas por el demócrata Woodrow Wilson. Dicho gobierno solapó la explotación, la persecución, coartó las libertades civiles y fue responsable de la violencia. Gompers por su lado llevó al movimiento obrero de Estados Unidos hacia políticas claramente conservadoras y estuvo en contra de los esfuerzos radicales.

A pesar de que el PLM llegó a su fin en los 1920, la influencia del partido se extendió hasta bien avanzada la década de 1930, gracias al esfuerzo individual y de grupos afines. Los activistas de la década de 1930 y de etapas posteriores, recurrentemente citaban los discursos del PLM y sus tácticas de lucha. Incluso, los materiales del partido y sus escritos, especialmente los de Ricardo Flores Magón, se reimprimían una y otra vez desde los 1920, y su diseminación amplia continuó aun a lo largo de la década de 1990. El PLM y Flores Magón en particular, han llegado a ser íconos que han inspirado a los activistas radicales en Estados Unidos y México.

El PLM tiene una importancia histórica por su carácter de grupo, actividades e ideario. Existe en cambio una visón reduccionista que sólo hace destacar a los líderes, identificándolos como "precursores" o patriotas radicales que contribuyeron a la construcción del Estado. Los avances organizativos del PLM en cuanto a la participación de los inmigrantes y de los mexicanoamericanos en sus filas, y la innovadora inclusión de destacadas mujeres son a menudo minimizados; igualmente, el hecho de que el PLM atrajese a sus filas a inmigrantes, indígenas, mulatos y negros.

Esta idea que ubica a lideres y partido como "precursores" de los eventos políticos que condujeron a los levantamientos de 1910 y 1911 ha convertido al PLM en una fuerza secundaria útil, de corta vida, cohesionada por unos cuantos intelectuales que supuestamente giran en torno a su carismático líder.

Fueron justamente las actividades del partido -tanto los adherentes temporales como los miembros permanentes- lo que posibilitó la trascendencia de sus logros y les permitió rebasar las esferas políticas que giraban en torno a la ciudad de México. Su trabajo en la frontera le permitió reclutar adeptos sin considerar su nacionalidad y optando por la heterogeneidad social. Hasta cierto punto, tuvieron que aprender a operar en el ámbito de dos esferas políticas nacionales en proceso de cambio. Estas vías de acción repercutieron en su militancia, que debió enfrentar el acoso policiaco y, por extensión, procesos judiciales. Así, su vulnerabilidad aumentó. Su capacidad para evolucionar ideológicamente, e integrar a su base social con la lucha política probablemente sólo la igualan los anarquistas españoles.

 

Notas

1 En algunos de mis trabajos de investigación he consultado las siguientes fuentes relacionadas con el PLM: Sembradores. Ricardo Flores Magón y el Partido Liberal Mexicano, CSRC, UCLA 1973;         [ Links ] "Piedras contra la luna: Chicano Mexicano Relations and the Mexican Consulates, 1900-1920", en Contemporary México: Papers of the IV International Congress of Mexican History, University of California Press, 1978.         [ Links ] "The First Steps: Chicano Labor Conflict and Organizing, 1900-1920" (1972). Porfirio Díaz, Los intelectuales y la revolución, Ediciones El Caballito, 1982.         [ Links ]

2 Para ahondar en el estudio de esta era se puede consultar, en el caso del México de fines del siglo 19, a Daniel Cosío Villegas, Historia Moderna de México, 9 Vols., Editorial Hermes, 19571972. Lo relacionado con el inicio del siglo en Estados Unidos, se describe en la obra de William H. Dick, Labor and Socialism in America, The Gompers, Era, Kennekat Press, 1972,         [ Links ] y de Melvin Dubofsky, We Shall be áll: A History of the Industrial Workers of the World, Quadreangle Press, 1969.         [ Links ]

3 Para los aspectos interpretativos ver del autor Armando Bartra, Regeneración — Prólogo, recopilación y notas, Editorial Hadise, 1972,         [ Links ] y Salvador Hernández Padilla, El magonismo: historia de una pasión libertaria, Era, 1984.         [ Links ]

4 En 1891 organizaciones como el Partido de la Juventud Mexicana, los estudiantes de la Escuela Nacional de Jurisprudencia (ENJP), se organizan como opositores a la tercera reelección de Porfirio Díaz. En mayo de 1892, se organizaron tres jornadas de protestas en las calles de la ciudad de México, las cuales fueron respaldadas por la prensa independiente. En ambas Ricardo Rores Magon fue tomado preso por su participación en las mismas.

5 El 30 de agosto de 1900, poco después de la fundación del periódico Regeneración, Camilo Arriaga, Juan Sarabia, Antonio Díaz Soto y Gama y el profesor librado Ribera publicaron el manifiesto "Invitación al Partido Liberal", (Regeneración, Núm. 24, 31 de enero de 1901).         [ Links ] Así se inauguró, el 5 de febrero de 1901, el primer Congreso Liberal Mexicano, lo cual daría inicio al movimiento que terminaría con la fundación del PLM. Véase Jason Wehling en: http://flag.blackened.net/revolt/trans/cast/mexico_wehling.html

6 Consultar, Juan Gómez-Quiñones, Roots of Chicano Politics, University of New Mexico Press, 1994,         [ Links ] y Juan Gómez-Quiñones, Porfirio Díaz, Los intelectuales y la revolución...,

7 Regeneración, (St. Louis Missouri), 25 de septiembre de 1905.         [ Links ]

8 Durante la Revuelta armada, el 29 de enero de 1911, José Maria Leyva y Simon Berthold tomaron Mexicali con apenas 18 hombres. En tres días ya contaban con 120 hombres, incluyendo a 40 Wobblies de los Industrial Workers of the World (IWW), reclutados el 5 de febrero en el Templo del Trabajo de Los Ángeles. Para finales de mayo, los magonistas en Baja eran apenas 100 hombres agotados, sin provisiones y mal armados. Ante la campaña militar que Madero lanzó en su contra, el 17 de junio rindieron Mexicali, sin embargo, la derrota definitiva vendría el 22 de ese mes tras un combate en Tijuana con las fuerzas del gobernador de la región.

9 La actividad organizativa del PLM se puede notar en las páginas de Regeneración y en los documentos de los archivos del Asunto Flores Magón, Secretaría de Relaciones Exteriores, Archivo, México, D.F. Parte de la correspondencia ya fue publicada. Ver Jacinto Barrera Basols (Ed.), Correspondencia de Ricardo Flores Magón 1904 -1912, Universidad Autónoma de Puebla, 1989.         [ Links ]

10 Existe una buena cantidad de textos y ensayos académicos relacionados con los acontecimientos de Baja California en los que se vio involucrado el PLM. Uno pertenece al autor Lawrence Douglas Taylor, La Campaña Magonista de 1911 en Baja California, El Colegio de la Frontera Norte, 1992. El material con declaraciones del PLM sobre los sucesos del Sur de Texas, ocurridos entre 1914 y 1916, es comparativamente, escaso. En cambio, los arrestos de 1913 sí recibieron atención y existe un ensayo editorial "Los levantamientos en Tejas," Regeneración, 2 de octubre de 1915.         [ Links ] Un estudio académico que se centra en los vínculos del PLM es el de James A. Sandos, titulado Rebellion in the Borderlands, University of Oklahoma Press, 1992.         [ Links ]

11 Se puede estimar e l número de miembros del PLM mediante su correspondencia en el Archivo Asunto Flores Magón de la Secretaría de Relaciones Exteriores y los Archivos Nacionales del Departamento de Justicia de Washington, D.C., Récord Grupo 59 y Récord Grupo 60.

12 Los más relevantes pronunciamientos del PLM se encuentran en Regeneración y los materiales ideológicos más trascendentales que se publicaron en Regeneración, la obra de Armando Batra, 1972.

13 Regeneración (St. Louis, Missouri), 20 de febrero de 1906.         [ Links ]

14 Regeneración (Los Ángeles, California), 27 de septiembre de 1911.         [ Links ]

15 La ruptura se detalla en varios medios. Ver los números de Regeneración del 25 de febrero de 1911, 2 de julio de 1991,         [ Links ] y la edición de Diario del Hogar, (México, D.F.) del 26 de agosto y del 27 de septiembre de 1911.         [ Links ]

16 Regeneración (Los Ángeles, California), 7 de noviembre de 1914;         [ Links ] y Mother Earth de abril, 1915.         [ Links ]

17 Los Ángeles Times, 20 de septiembre de 1915.         [ Links ]

18 Para referencia sobre acontecimientos que provocaron las acciones judiciales, ver Regeneración, (Los Ángeles, California), 2 de octubre de 1915, y 26 de agosto de 1916.         [ Links ] Para referencia sobre el juicio de 1916 los documentos legales están disponibles en el Federal Record Center, Laguna Niguel, California.

19 Regeneración (Los Ángeles, California), 16 de marzo de 1918.         [ Links ]

20 Los Angeles Times, julio de 1918;         [ Links ] Ricardo Flores Magón a Harry Weinberger, 9 de mayo de 1921, y la correspondencia entre Ricardo Flores Magón-Lilly Sarnoff (Elena White) que se publicó en el International Review of Social History, (1977).         [ Links ] Para el juicio de 1918 los documentos legales están disponibles en esta última publicación.

21 Se puede seguir la trayectoria de la actividades de Ricardo flores Magón mediante su correspondencia, el testimonio de Nicolás Bernal y algunas de las cartas de Lucile (Lucía) Norman. Ver también la edición del 8 de octubre de 1918 de Los Angeles Times.         [ Links ] En febrero de 1924 apareció "CIRCULAR" —Por la formación de la federación de Grupos Anarquistas, por la creación de un Periódico de orientación puramente anárquica: "A Los Grupos Anarquistas de la Región Mexicana" firmada por P. Mares Velasco, Belvedere Park, Los Ángeles, febrero de 1924, (por el grupo anarquista Obreros Libres).

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